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Liber-ación: acción que crea la libertad

BoffLa libertad es más que una facultad del ser humano, la de poder elegir o libre albedrío. La libertad pertenece a la esencia del ser humano. Un esclavo, incluso sin ser capaz de elegir, no deja de ser en esencia un ser libre. Puede resistir, negar e incluso rebelarse y aceptar que le maten. Esta libertad nadie se la puede quitar.

Entre muchas definiciones, creo que ésta es para mí la más correcta: La libertad es la capacidad de auto-determinación.

Todos nacemos dentro de un conjunto de determinaciones: etnia, clase social, en un mundo ya construido y siempre por construir. Es nuestra determinación. Nadie está libre de alguna dependencia. Puede ser una opresión como el trabajo esclavo o el bajo salario. Al luchar contra esto, ejerce un tipo de libertad: libertad de, de esta situación. Es la lucha por su in-dependencia y autonomía. Él se auto-determina: asume la determinación, pero para superarla y ser libre de, libre de ella.

Pero hay todavía otro sentido de libertad como auto-determinación: es esa fuerza interior y propia (auto) que le permite ser libre para, para construir su propia vida, para ayudar a transformar las condiciones de trabajo y para crear otro tipo de empresa donde sea menos difícil ser libre de y para. Aquí se muestra la singularidad del ser humano, constructor de sí mismo, más allá de las determinaciones que le rodean. La libertad es una liber-ación, es decir, una acción autónoma que crea la libertad que estaba cautiva o ausente.

Estos dos tipos de libertad adquieren una expresión personal, social y global.

A nivel personal la libertad es el don más precioso que tenemos después de la vida: ser capaz de expresarse, de ir y venir, de construir nuestra visión de las cosas, de organizar la vida a nuestro gusto, el trabajo y la familia y elegir a nuestros representantes políticos. La mayor opresión es estar privado de esta libertad.

A nivel social muestra bien sus dos caras: libertad como independencia y como autonomía. Los países de América Latina y el Caribe fueron independientes de los colonizadores, pero eso todavía no significó autonomía y liberación. Quedaron dependientes de las elites nacionales que mantenían las relaciones de dominación. Con la resistencia, protesta y organización de los oprimidos, se gestó un proceso de liberación que, victorioso, dio autonomía a las clases populares, una libertad para organizar otro tipo de política que beneficiase a los que siempre fueron excluidos. Esto ocurrió en América Latina a partir del fin de las dictaduras militares que representaban los intereses de las élites nacionales articuladas con las internacionales. Está en curso un proceso de liberación para, que aún no se ha completado, pero que hace avanzar la democracia nacida desde abajo, republicana y de cuño popular.

Hoy necesitamos también una doble liberación: de la globalización económico-financiera, que explota la naturaleza y los países periféricos en todo el mundo, y está dominada por un grupo de grandes compañías, más fuertes que la mayoría de los estados. Y una liberación para la gobernanza mundial de esta globalización que se enfrente a problemas globales como el cambio climático, la escasez de agua y el hambre de millones y millones de personas. O hay una gobernanza global colegiada o se corre el riesgo de una bifurcación de la humanidad entre los que comen y los que no comen o padecen grandes necesidades.

Por último, ahora se requiere con urgencia un tipo especial de libertad de y de libertad para. Vivimos en la era geológica del antropoceno. Esto quiere decir que el gran riesgo para todos no es un meteoro rasante, sino la actividad irresponsable y ecoasesina de los seres humanos (anthropos). El sistema de producción capitalista que prevalece, está causando estragos en la Tierra y ha creado las condiciones para destruir nuestra civilización. O cambiamos o vamos al encuentro de un abismo. Necesitamos ser libres de este sistema biocida y ecocida que amenaza todo para acumular y consumir más y más.

También necesitamos una libertad para: para ensayar alternativas que garanticen la producción de lo necesario y digno para nosotros y para toda la comunidad de vida. Esto está siendo buscado y probado por el bien vivir de las culturas andinas, por la ecoagricultura, por la agricultura familiar ecológica, por el índice de felicidad de la sociedad y por otras formas que respetan los ciclos de la vida. Queremos una biocivilización.

Como cristianos también debemos liberar la fe de visiones fundamentalistas, de estructuras eclesiásticas autoritarias y machistas para conseguir una libertad para que las mujeres sean sacerdotes, para que los laicos puedan decidir junto con el clero los destinos de su comunidad, para los que tienen otra opción sexual. Necesitamos una Iglesia que, junto con otros caminos espirituales, ayude a educar a la humanidad para el respeto a los límites de la Tierra y la veneración a la Madre Tierra, que nos da todo. Esperemos que el Papa Francisco honre el legado de San Francisco de Asís que vivió una gran libertad de las tradiciones y para nuevas formas de relación con la naturaleza y con los pobres.

La lucha por la libertad no termina nunca, porque nunca es dada sino conquistada por un proceso de liber-ación sin fin.

[Traducción de María José Gavito]

6 comentarios

  • Olga Lazarrábal:
     
    Es más sencillo, creo. A saber: el papa Francisco se manifiesta contrario al aborto y a la legitimación (moral y jurídica) de la homosexualidad. ¿Leonardo Boff? Entonces, creo que algo entiendo el alcance del elogio de Leonardo Boff al papa Francisco, solo que, dadas esas diferencias doctrinales entre ambos (entre otras diferencias), me surgen algunas dudas.
     
    Asimismo, el papa Francisco recientemente ha exhortado a las monjas católicas (no recuerdo si se dirigía directamente a las monjas católicas italianas, pero en todo caso su exhortación vale para todas las monjas católicas) a que sean “obedientes, castas, pobres y eclesiales”. Y les ha recomendado que sean -que se comporten- “como madres y hermanas, que no como solteronas”. ¿Leonardo Boff también firmaría esta exhortación del Papa, la haría suya?
     
    Entonces, siguen mis dudas…
     
    Buen día, hermana Olga. Un abrazo.

  • Olga Lazarrábal:
     
    Es más sencillo, creo. A saber: el papa Francisco se manifiesta contrario al aborto y a la legitimación (moral y jurídica) de la homosexualidad. ¿Leonardo Boff? Entonces, creo que algo entiendo el alcance del elogio de Leonardo Boff al papa Francisco, solo que, dadas esas diferencias doctrinales entre ambos (entre otras diferencias), me surgen algunas dudas.
     
    Asimismo, el papa Francisco recientemente ha exhortado a las monjas católicas (no recuerdo si se dirigía directamente a las monjas católicas italianas, pero en todo caso su exhortación vale para todas las monjas católicas) a que sean “obedientes, castas, pobres y eclesiales”. Y les ha recomendado que sean -que se comporten- “como madres y hermanas, que no como solteronas”. ¿Leonardo Boff firmaría esta exhortación del Papa, la haría suya?
     
    Entonces, siguen mis dudas…
     
    Buen día, hermana Olga. Un abrazo.

  • olga larrazabal

    Me gustó Böff en este artículo, y si, es cierto, parece querer contagiar de su pensamiento al papa en este aspecto específico y ojalá lo logre.  Ahora lo que no entiendo es al amigo Luis que saque a colación el aborto y el matrimonio homosexual, que no están en el tema específicamente o tienen relación porque son actos de libertad de conciencia.  Pero hay muchos otros actos de libertad de conciencia y uno de ellos es no confundir los pilares profundos del cristianismo con los actos anecdóticos impuestos por el imperio vaticano en su historia de poder llena de actos “humanos” que ni remotamente tienen nada que ver con el Galileo.  Y entre ellos está la misoginia, la filosofía platónica y la aristotélica, la afección al dinero y el poder, el ser dueños de la verdad y de la moral (ejem, ejem) y la manía de predicar y no comprender al prójimo.

  • Leonardo Boff:
     
    Está muy bien lo que dices, y tus buenos deseos para la reforma de la iglesia, y tus esperanzas puestas en el papa Franciscano, latinoamericano como tú. Eres un hombre sabio, erudito, y curtido ya en mis luchas y batallas.
     
    Pero a veces me da la impresión (¿o es sospecha?) de que intentas meter en tus esquemas al nuevo Papa. Y yo pregunto: tus esquemas vitales o existenciales, ideológicos y sobre todo teológicos y cristológicos actuales, ¿son católicos?, ¿están en comunión con la fe de la Iglesia que ahora pastorea el papa Francisco?
     
    Bergoglio, como nuevo obispo de Roma, desde la sencillez de sus gestos pastorales y su catequesis que se entiende más que la de Benedicto porque exhibe menor altura teológica -pero ambas son católicos, obvio-, recomienda a los católicos que nos confesemos. Un exobispo episcopaliano como el intelectual y profesor escocés Richard Holloway (ya no es obispo, ni siquiera es cristiano, no cree ya que Jesús fuera Cristo, el Hijo del Dios vivo, cree que la Iglesias universal es un invento humano, considera que la confesión es una manera de mantener el control sobre el Pueblo ejercido, ese control, por una casta sacerdotal intermediaria entre lo divino y lo humano, etcétera) descree del sacramento de la confesión o reconciliación; sin embargo, el papa Francisco no, en varias ocasiones ha confesado que cree en su razón de ser, en su eficacia, e incluso nos exhorta a los católicos a que acudamos a él con frecuencia. Naturalmente, paso de meterme en tu conciencia, en si te confiesas o no actualmente, pero sospecho que estás más cerca de la postura liberal postcristiana de alguien como Richard Holloway que de la postura católica del papa Francisco; ergo, no termino de entender qué pretendes como nuevas reformas para la Iglesia católica.
     
    Al menos hasta la fecha, ni dos meses que lleva como Papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio no ha negado nada sustancial del llamado depósito de la fe; en tu trayectoria como teólogo heterodoxo, tú sí. es decir, no niego tu derecho a hacerlo, a haberlo hecho, a buscar la verdad con tus luces y talentos, pero el caso mes el que es, el que ha sido. De modo que entonces, ¿en qué quedamos?
     
    El papa Francisco está en contra del aborto. ¿Tú? El papa Francisco (es decir, al menos lo que sabemos de él como cardenal Bergoglio) está en contra del llamado matrimonio homosexual, al que no dudó en calificar de “obra de Satanás”. ¿Tú? En alguna de sus catequesis de los miércoles, ya ha afirmado que cree en la estructura jerárquica de la Iglesia católica (en la cual creía también el papa Juan XXIII), de la cual es él ahora su cabeza más visible. ¿Tú? Como contrario al aborto, el relativismo, el cáncer de los cristianos “tibios y satélites2, y como contrario al matrimonio homosexual, seguro que el papa Francisco cree en el ideal del matrimonio cristiano como iglesia doméstica, escuela de solidaridad, abierto generosamente a la vida (cosa que hoy día, como tantas veces reconozco en mis escritos, no vive hoy casi nadie en la Iglesia católica, ni siquiera los seglares enchufados en trabajos de la Iglesia: escuela católica, facultades teológicas, profesorado docente de Religión para la escuela pública, Cáritas y otras movidas asistenciales confesionales…), a la solidaridad y a la espiritualidad. ¿Tú?
     
    Y así podríamos seguir con una larga lista, pero es sábado por la mañana y he de ir a hacer la compra semanal.

  • Rodrigo Olvera

    Hola Oscar
     
    No veo nada que indique una “fuga a las eternidades del después”. Sólo una constatación, que me parece es evidente desde el vitalismo: la autogestión de mi vida no se agota en un acto o un momento. Parafraseando el evnagelio: a cada día le basta con su propia liberación.
     
    Si has tenido la experiencia de sufrir alguna enfermedad mental como la depresión, o de acompañar a una persona que la sufra, se te hará evidente que la lucha por la libertad mental no tiene fin.
     
    Extrapolado a los procesos sociales, varias ideologías han propuesto que con su propuesta se llegará al fin de la historia. Lo hizo el mesianismo hebreo con su imagen de el león pastará con la oveja; lo retomó el judío Jesús de Nazareth con su imagen del Reinado de Dios; hicieron lo mismo los milenaristas de los años 990’s y los de los años 1990’s; lo mismo hizo la Ilustración; y lo mismo ocurrió con la revolución industrial; y no otra cosa prometía el marxismo; y por supuesto han dicho lo mismo los neoliberales.   Pero la historia humana no llega a su fin, mientras siga habiendo humanos.
     
    Así que sin renunciar al presente, un presente en que se ha logrado un nivel de libertad, se trata de tener conciencia de que este presente no es proyectable eternamente. Cada presente tendrá su lucha por libertad, mientras existan presentes para los seres humanos.
     
     
     
     

  • oscar varela

    Hola!

    Leo el final:

    – “La lucha por la libertad no termina nunca,
    porque nunca es dada sino conquistada
    por un proceso de liber-ación sin fin.

    ¡Muy bueno! ¿no?

    ¿Qué significa ese “SIN FIN“?

    ¿Que siempre estaremos LLEGANDO TARDE al Festejo?

    ¿Volvemos a “fugitarnos” a las eternidades del DESPUÉS?

    ¿No me hace agua la Fiesta del AHORA?
    ……………….

    Otra cosita:

    ¿Está madurando el “estilo” de Boff?

    Lo digo porque se lo ve, en este Artículo, con destornillador en mano frente al Ideoma,
    como intentando abrir la cajita del Lenguaje para sacarle pro-vecho. Juega con “etymologías” y “preposiciones” más que con sustantivos y adjetivos. ¿Se animará a hacer de ellos: “verbos conjugables”?

    En fin, el LENGUAJE (el HABLA de la GENTE) es una de las principales -si no la principal- ESCLAVITUD dogmática de la que tenemos que LIBERTARNOS nosotros mismos.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.