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Amós y Marx hablan también a Francisco

Manuel Santos es un viejo amigo con el que he comunicado bastantes estos días. Gallego, listísimo, cruzó el “puente del tinte” en Comillas y se hizo jesuita. Vivió a fondo la primavera de Arrupe y se formó en Economía para ayudar a la liberación de los pueblos. En esa misión ha seguido fiel hasta hoy, en Buenos Aires, aunque ya no como jesuita. Él me envía este artículo de Ricardo Foster en veintitrés, diciéndome: “Lo más elevado y mejor concebido que haya podido pensar y expresar por escrito Ricardo Foster, o al menos yo haya podido leer o escuchar de él”. A mí me ha gustado. Lo fundamental es cómo entrelaza textos de Amós y Marx y traza el camino  de lo que sería un cambio -metanoia verdadera, difícil pero no imposible- de la ICR. AD.

La Iglesia y la voz del profeta

Por Ricardo Forster 20.03.2013

“Escuchad esto los que pisoteáis al pobre y queréis suprimir a los humildes de la tierra,diciendo: “¿Cuándo pasará el novilunio para poder vender el grano, y el sábado para dar salida al trigo ,para achicar la medida y aumentar el peso, falsificando balanza de fraude,para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias, para vender hasta el salvado de grano?” Amós, 8: 4-6

La voz del profeta Amós resuena desde el fondo milenario de la historia para recordarnos la continuidad, entre nosotros, de la injusticia y de la desigualdad. Su voz es potente y ruge contra quienes pisotean al pobre, contra aquellos que sólo buscan su propio beneficio sin importarles nada de los otros. Es la voz de un escándalo no resuelto desde aquellos días bíblicos; pero también es la voz, y no sólo la de Amós (también está la de Isaías y la de todos aquellos rebeldes que a lo largo de la historia dijeron no a la pobreza, a la opresión y a la desigualdad), para recordarnos la continua violencia que se ejerce sobre los desposeídos. Son las voces de Espartaco, de Thomas Münzer y de Tupac Amaru alzando a los esclavos contra sus amos, a los campesinos contra los señores feudales y a los pueblos indígenas contra el español. Son las voces quebradas de obispos y sacerdotes de una Iglesia, que no parece ser la actual, que eligió, yendo a contracorriente de las jerarquías, el camino de los pobres y de su liberación y que pagó con sus vidas el intento de regresar al mandato de la pobreza voluntaria, de la distribución de los panes y de la opción política por los olvidados de la tierra. Una Iglesia, la que les dio la espalda, que, salvando honrosas excepciones, ha transformado en retórica vacía aquel reclamo de justicia.

Su opción, la que recorre los siglos de una historia de oscuridades, dogmatismos, persecuciones, crímenes, opacidades y engaños, ha sido, casi siempre y hasta ahora, la de los poderosos del mundo. Mientras apeló a las enseñanzas de Jesús, mientras dijo hablar en nombre de los “pobres de espíritu” e impulsada por la teología que emana del Sermón de la Montaña, mientras recordó a los esenios y a sus comunidades de iguales que proyectarían su ejemplo sobre las primeras comunidades evangélicas que también decidieron abandonar los bienes de este mundo y compartir el pan con sus hermanos, mientras santificó la vida y la palabra de Francisco de Asís, construyó, con paciencia y astucia, el edificio de un poder asociado a los peores poderes terrenales, el de príncipes y reyes, el de dictadores y explotadores, el de inquisidores y cazadores de brujas. En y a través del lenguaje, la Iglesia buscó desplazar la cruda realidad de un mundo injusto y desigual por el placebo de una beatitud prometida para quienes viviesen una vida sin pecado y obedeciendo las enseñazas y los mandatos de sus guías espirituales; con las artes discursivas y oratorias refinadas por siglos de experiencia y de ejercicio del poder, de una palabra capaz de ofrecerse como heredera y exponente de todas las virtudes, no hizo otra cosa que apuntalar la eterna postergación de la justicia en este mundo y en cada uno de los tiempos que la vieron dominar y transmutar en su propio beneficio la herencia salvífica. Sus instrumentos han sido, desde los tiempos de la definitiva unificación del legado de Pablo, la persistente actualización del sufrimiento de Cristo, la promesa de la salvación más allá de la historia, la solidificación de la Iglesia de Roma como columna vertebral y garantía de la promesa y la reproducción, a escala planetaria, de una casta burocrática dueña de la verdad última y de todas sus interpretaciones.
No hace falta recorrer con lupa el Antiguo Testamento, ni tampoco los Evangelios ni los hechos de los apóstoles, para encontrar muchas citas como la del profeta Amós en la que lo verdaderamente escandaloso es que unos pocos se queden con toda la riqueza mientras los innumerables de la historia siguen padeciendo hambre e injusticia. Para el profeta la violencia viene de aquellos que quieren “suprimir a los humildes de la tierra”, aquellos que sólo piensan en su interés y que no cejan en lograrlo aunque sea a costa del engaño, la humillación y el sometimiento. Porque “suprimir a los humildes” no significa, en el texto de Amós y como anatema crítico de los abusadores de ayer y de hoy, ir hacia un mundo mejor e igualitario sino, por el contrario, impedir precisamente que esa ensoñación utópica se vuelva realidad manteniendo, como una realidad natural inmodificable, la existencia de los pobres.

Es la crónica de una historia demasiado conocida que, sin embargo, ya no parece tener la misma significación para los actuales lectores de la Biblia, en especial si responden a la visión dominante en la Iglesia y en otros espacios surcados por el poder y por las nuevas formas del sentido común. Otro, seguramente, fue el Libro que leyeron el obispo Angelelli o el obispo Romero y que les impidió bajo la forma de un sentimiento irrenunciable, como no sucedió con la mayoría de sus colegas en la jerarquía eclesiástica, sentarse a la mesa de los dueños de las riquezas y traicionar el mandato del crucificado; otro, sin dudas, fue el Evangelio de los sacerdotes palotinos, de Carlos Mugica y de los sacerdotes jesuitas asesinados en El Salvador mientras encarnaban, en las tierras calcinadas por la opresión y la injusticia, las enseñanzas de la teología para la liberación o simplemente no podían sino denunciar la barbarie dictatorial y fascista.

Una Iglesia, en todo caso, que mientras respondió a las enseñazas y ejemplos de las primeras comunidades, esas ecclesias de los creyentes que no sabían aún de poder y riquezas ni imaginaban que en un futuro habría príncipes y reyes habitando en la casa del Señor, siguió buscando el camino de la salvación muy lejos del pacto con los poderes establecidos en la Roma del César. Esa Iglesia de los mártires que, con el paso de los siglos, se convertiría en un recuerdo vago para dejar su lugar a la Iglesia de los emperadores y los reyes de este mundo. Una Iglesia, en todo caso, de la definitiva postergación de la llegada “del reino de los justos”.
Lo que escandaliza al profeta es la opresión. Al papa Benedicto XVI –ahora retirado después de comprobar la inutilidad de todos sus “esfuerzos” por sanear la podredumbre del Vaticano y de una parte no menor de sus cardenales que no dejaron de cometer todo tipo de tropelías en nombre de Jesús–, como si se expresara en espejo, es decir, invirtiendo los términos, lo que le resulta un “escándalo es la pobreza”, ella sola, como caída del cielo, eterna, inmodificable y deudora solo y apenas de la misericordia y de la caridad que no sabe de ideologías ni de críticas a un orden económico-social causante de esa misma pobreza a la que se acaba naturalizando. Ni una palabra, por parte de quien conoce muy bien el peso de las palabras, la potencia de una retórica que se ha probado a lo largo de los siglos, que pueda relacionar la pobreza con la injusticia, la pobreza con la desigualdad y, mucho menos, la pobreza con un sistema económico que no hace más que perpetuarla y reproducirla exponencialmente mientras sigue generando un proceso de concentración de la riqueza como nunca antes conoció la humanidad (ni siquiera en los días de los profetas ni en los de Jesús, ni en la época medieval, tiempo de señores feudales y de siervos de la gleba, en la que la Iglesia Católica alcanzó la cima de su poderío). Rituales de la condena que se vuelven rituales vacíos, fórmulas que apenas si sirven para aliviar las conciencias de quienes se ocupan de multiplicar las condiciones económico-sociales causantes de esa misma pobreza de la que se escandalizan.
Queda siempre el expediente de la filantropía como instrumento para ganarse un lugar el día de la salvación de las almas caritativas. En todo caso, queda claro que la renuncia del Papa alemán no se debió al “escándalo de la pobreza”, al horror sentido ante la injusticia del capitalismo y ante la multiplicación de la desigualdad. Su renuncia nace de comprobar, como diría el viejo Lutero, otro sacerdote proveniente de las tierras germanas, que Roma se ha “convertido en un lupanar”, que la “meretriz de Babilonia vive entre sus muros” y que “la corrupción ha llegado hasta sus huesos”. Es un horror “moral” el que atribuló a Benedicto XVI: el horror de los curas y obispos pedófilos sumado a la corrupción económica del celestial banco vaticano y sus turbios manejos financieros asociados, así dicen las malas lenguas, con la mafia y el lavado de dinero. Lejos de cualquier “horror” anticapitalista o, al menos, antineoliberal, el renunciante ex inquisidor, espada de la limpieza de todo resabio reformista en el seno de la Iglesia proveniente del ya fantasmagórico Concilio Vaticano II en el que se trazaron las quiméricas reformas progresistas impulsadas por Juan XXIII, simplemente declaró sentirse abrumado y con debilidad de espíritu para llevar adelante otra limpieza, más purificadora y menos ideologizada.

¿Será el Papa Francisco el timonel de un nuevo tiempo de purificación de una institución al borde de la ruina moral y económica? ¿Por eso tuvieron que ir a buscarlo “al fin del mundo”? ¿Será posible que, como cada cierta época medida por su peculiar temporalidad, la Iglesia Católica esté ofreciendo al mundo un nuevo giro indispensable para permanecer a la espera de la definitiva llegada de Jesucristo y, de paso, para garantizar su continuidad? ¿O se prepara, una vez más y siguiendo las enseñanzas del “Gran inquisidor” dostoievskiano, para retrasar por los siglos de los siglos ese advenimiento salvador?

“La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo” (Karl Marx, 1843).

Es este un texto demasiado citado y poco comprendido de un filósofo profundamente anticlerical, de alguien que dejó, para la posteridad, una frase lapidaria que, por lo general, se suele citar sin su comienzo. Y, precisamente, en lo “olvidado”, en aquello casi nunca recordado, late la comprensión esencial que Marx tuvo respecto de la religión como “el suspiro de la criatura oprimida”; digo, una comprensión que muchos agnósticos, izquierdistas y progresistas no suelen tener a la hora de buscar comprender lo que ha significado y sigue significando para los más pobres la ensoñación redencional. Un antiguo prejuicio ha impedido penetrar en la compleja trama de la religiosidad popular y, como deudora de eso, lo único que ha quedado de la reflexión del autor de El capital es su última frase que nos recuerda la relación entre el opio y la religión.

Hoy más que nunca, cuando algo insospechado y hasta desmesurado nos ha ocurrido como argentinos, nada más y nada menos que la elección de un Papa porteño, es cuando tenemos que eludir las tentaciones simplificadoras, las frases hechas y las fórmulas indiscutibles. Hay algo que desborda lo esperable en la transformación de Jorge Bergoglio en el Papa Francisco. Como aquella vieja doctrina medieval del doble cuerpo del soberano, tan bien estudiada por el historiador Ernst Kantorowicz, ahora ya se trata del vínculo más arduo y complejo entre el corpus rerum (la corporalidad individual que incluso incluye al Jesús hombre que ama, come, es traicionado y muere, igual que al Bergoglio hincha de San Lorenzo, nacido en el barrio de Flores, olvidadizo de acciones y omisiones durante los años de la dictadura, hábil político formado en la tradición jesuítica, joven cercano a Guardia de Hierro y con simpatías peronistas de derecha), y el corpus mysticum (el cuerpo colectivo, en este caso, el de la Iglesia que hace de la figura de Francisco su punto neurálgico, su centro excluyente abriendo una metamorfosis sin retorno que no anula a Jorge Bergoglio pero que lo supedita a su nueva condición). Dicho de una manera más sencilla: Bergoglio ya no es Bergoglio o, al menos, su dimensión visible asume el carácter del corpus mysticum como padre de la Iglesia de Roma. Y esto, sumado al tremendo espectáculo mediático que lo coloca en el centro de la escena, se regodea en cada gesto del Pontífice como sólo lo sabe hacer esa alianza de industria del espectáculo y simbólica católica (de la que el argentino es un maestro), y le va otorgando cualidades superlativas que pasarían desapercibidas en el resto de los mortales pero que en él se vuelven excepcionales (austeridad, humildad, simpleza, amabilidad, espontaneidad, sencillez al hablarle al otro, etcétera), nos obliga a ir más allá del corpus rerum para intentar descifrar lo que se guarda y se esconde en la decisión del colegio cardenalicio que, por primera vez en la historia, optó por encumbrar a un latinoamericano al trono de Pedro. Y, como no puede ser de otro modo, a la religiosidad popular, “al suspiro de la criatura oprimida”, no le da lo mismo Bergoglio que Francisco. La ilusión desborda la realidad y los antecedentes, tanto del recién nombrado Papa, como de la misma Iglesia que está atravesando una profunda y decisiva crisis de credibilidad y de reconocimiento por quienes son testigos de su degradación moral y carnal. Francisco, un nombre demasiado cargado de significación, es el llamado a rescatarla de sus extravíos. Pero, para poder hacerlo, tiene que dejar de ser el Bergoglio portador de un cuerpo pecaminoso y manchado transmutándose en el cuerpo que vuelve a llevar la cruz de Cristo para salvar a la Iglesia de sus errores y pecados. “¡Cómo me gustaría ver una Iglesia pobre y para los pobres!”, sintetiza, como frase, la habilidad de un gran prestidigitador que ha logrado ocupar el centro de la escena mundial y que, si quiere concretar ese deseo, tendrá que ir contra la propia historia de su Iglesia que, allá lejos y en el comienzo, cuando acabó pactando con el César, se alejó de los pobres y de la santidad de la pobreza. Sería un milagro.

Es conocida, también, la segunda parte del texto de Marx antes citado: “Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica de la religión es, por lo tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión”. Es esta conclusión deudora, quizás, de otra gran ilusión, esta vez propia de la modernidad, aquella que supone que, siguiendo los caminos de la razón crítica, finalmente los seres humanos, en este caso los oprimidos, lograrán liberarse de esa “felicidad ilusoria” superando, ahora sí, toda necesidad de ilusión. En todo caso, la religión, la creencia y la fe han demostrado que son algo más que fantasía e ilusión del mismo modo que su supuesta antagonista, la razón autónoma, no ha podido avanzar hacia la emancipación. Bergoglio, que ahora es Francisco, sabe que mientras siga existiendo “el valle de lágrimas” seguirá funcionando la máquina de crear ilusiones. Y sus críticos también tendrán que comprender que sin ellas la vida es triste, seca, dolorosa y muy difícil de ser vivida por los que sólo tienen, junto con su pobreza, un puñado de ilusiones.

8 comentarios

  • h.cadarso

    O.K. Oscar Varela!Tú has precisado y documentado mucho mejor y más profundamente mi pensamiento un tanto confuso y facilón. Con tu permiso, te apunto al lado de Gabriel el tupamaro que se nos fue…
      Tu  exposición sobre el marxismo diría yo como que se balancea entre el concepto de iglesia-institución y el de religión…Yo no calificaría a Marx de ateo, tal vez me la jugaría y diría que todo lo que hizo fue cargar demasiado las tintas en el segundo mandamiento, ese que dice “No tomarás el nombre de dios  en vano”.
    ¿Me das permiso para aventurar que todos o muchos de  los heterodoxos que ha engendrado la iglesia-institución a lo largo de la historia  y terminó por expulsarlos de su seno  sopn de alguna o de muchas maneras hijos de esa misma iglesia como el hijo pródigo era también hijo de su padre? ¿Puedo aventurar que la mejor manera de ser fiel a la iglesia es arriesgarse a ser echado fuera de ella, a las tinieblas exteriores?
      Os mando un abrazo descomunal a los dos, y otro para Sergio Zalba, y  para todos los argentinos que nos enseñáis tantas cosas con vuestras aportaciones a Atrio.

  • oscar varela

     
    “Son opio para el pueblo” – Por: Rolando Astarita
    http://www.argenpress.info/2013/03/son-opio-para-el-pueblo.html

    Por estos días en Argentina los medios de comunicación nos bombardean sin parar con las bondades del nuevo papa. Por todos lados se hace énfasis en su humildad, carisma, generosidad, capacidad de comunicación, tolerancia y un largo etcétera de excelsas virtudes. Pero en especial, se resalta su preocupación por la pobreza y se subraya su proclamado objetivo de “Promover la Iglesia pobre y para los pobres”. Casi todo el arco político local también se ha sumado a la exaltación. Algunos incluso hablan de una “revolución”, que está por cambiar al mundo.
    “La opción por los pobres” de Francisco, explicaba hace poco un kirchnerista por TV, “abre la posibilidad para la movilización de fuerzas sociales frescas contra los sectores conservadores”. Palabras más o menos, el discurso se va unificando: don Fancisco es una esperanza de mejora para los pueblos del mundo.

    Pues bien, en este punto quiero reivindicar el rol del marxismo, la única corriente de pensamiento que ha planteado una crítica al contenido esencial de este mensaje, y a su función en tanto sostén ideológico del orden dominante.
     
     Aclaro que lo que sigue se refiere solo a la iglesia institucionalizada (o a las grandes religiones consagradas).

    Si no se trata la pobreza, no sirve

    La idea clave es que está en la misma naturaleza del mensaje religioso tomar las cuestiones candentes de la pobreza, la opresión y el sufrimiento de los pueblos.

    Es un hecho histórico que movimientos sociales han encontrado en la religión recursos ideológicos en sus luchas contra el orden existente, cualquiera sea éste. Pero no es el caso de la Iglesia católica, ni de las iglesia en general.
     
    “Los ideólogos no revolucionarios -y éstos siempre son mayoría- sólo pueden exhortar a los gobernantes a inspirarse al máximo en la norma divina, estigmatizar a los que la contravienen, exhortar (por lo menos implícitamente) a las masas a la resignación y el consuelo extraído de la conciencia de su piedad y su justicia ante Dios, o a lo sumo a reivindicaciones respetuosas. Es la única vía posible si no quieren correr el peligro de impulsar a trastornar o derribar un orden ligado a la ideología que defienden. En este sentido, todas las religiones y, más en general, todas las ideologías de estado, son opio para el pueblo.

    Si la sociedad civil (en su opinión pública dominante) se vuelve cada vez más severa con una categoría de males sociales y la capa social que es responsable de ellos, si la rebelión contra esas prácticas se difunde cada vez más entre las masas, también los ideólogos se armarán de una creciente severidad.
     
    De esta manera, desde hace un siglo, la Iglesia católica, impulsada por la situación social a tratar el problema de los trabajadores asalariados, se ha mostrado cada vez más dura con respecto a los males causados por el funcionamiento del sistema capitalista, cada vez más inclinada a reprochar a los capitalistas sin llegar (¿aún?) a una condena del sistema. Lo mismo ocurre con su actitud hacia el colonialismo y, más antiguamente, hacia la esclavitud” (p. 65).

    Pero los cuestionamientos de la iglesia, por supuesto, tienen sus límites: las bases mismas del sistema no se tocan.
     
    Juan XXXIII lo estableció con claridad cuando dijo, en su mensaje Mater et Magistra, que la propiedad privada es parte del orden natural. La idea se prolonga hasta el presente; no se trata de condenar al sistema de trabajo asalariado, sino a los “abusos” del mercado, al afán excesivo (¿cuánto?) de lucro, a la “extrema” (¿cuánta?) pobreza y a las injusticias más flagrantes, como la trata de personas, o la explotación del trabajo infantil. En síntesis, se condena al “neoliberalismo inhumano” (y Bergoglio-Francisco criticó a Menem), pero no al sistema capitalista.
     
    La realidad es que la “doctrina social” de la Iglesia, en lo que tiene de “transformador”, no es más que un rosario de los lugares comunes del burgués bienpensante habitual. Por eso, no es de extrañar que autores profundamente reaccionarios, como Durkheim y Parsons, destacaran el rol de la religión en el mantenimiento del orden social.
     
    Incluso en Estados relativamente seculares, la religión juega un papel importante. Pero para esto, es necesario que ponga en el primer lugar la preocupación por los pobres y las injusticias sociales.

    Así, el mensaje religioso se construye con los materiales que se encuentran a disposición, pero según una lógica enmarcada en la doctrina más general sobre Dios, el mundo y el hombre.

    La presión de los ideólogos y de las autoridades ideológicas sobre la práctica política y jurídica adopta diferentes formas según su posición con respecto al estado, pero “siempre se efectúa según las mismas grandes líneas: proponer un ideal y llamar a atenerse a él concediendo desde el inicio que este ideal es demasiado elevado para la debilidad humana; tratar de impedir los abusos de los poderosos mediante amonestaciones o, a lo sumo, cuando las circunstancias lo permiten, sanciones raras, pero ejemplares; proteger a los débiles en la medida compatible con la salvaguardia del orden social y mantener su confianza ideológica evitando que sus rencores y reivindicaciones tomen un giro violento y hostil a la ideología dominante y a la sociedad cuya alma es en última instancia, elaborar soluciones teóricas que frente a los múltiples casos concretos en que los individuos transgreden las directivas surgidas de la ideología, dosifiquen la condena, la reprobación y la indulgencia para permitir infringir prácticamente el ideal, sin dejar de salvaguardar la pureza de éste”.

    La última observación alude a la necesidad de que los discursos de la Iglesia, y la ideología, se adapten a las exigencias que emanan de la evolución de las sociedades, sin alterar lo fundamental del mensaje.
     
    “La ideología no puede querer detener a la sociedad de la que emana y la inspira. Esto no equivale forzosamente a un maquiavelismo o a la impostura, pero sí, más en profundidad a una sumisión más o menos reticente a las exigencias de la vida social”.
     
    La iglesia no cumpliría con su misión si no se sometiera, aun con reticencias, a las exigencias de la vida social. De ahí el pedido de muchos, de que vaya aceptando las nuevas realidades, para proteger el núcleo de “verdad divina”.

    Opio y fundamentos terrenales

    La afirmación de Rodinson acerca de que las religiones son opio para el pueblo hace referencia, obviamente, a la conocida afirmación de Marx, “la religión es el opio del pueblo”, que está en “En torno a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel” (Escritos de juventud, México, FCE, pp. 491-502).

    Es indudable que este famoso dictum muchas veces se lo ha interpretado como un llamado a combatir la religión en cuanto tal. Sin embargo, si se lee el escrito completo, aparece una visión bastante distinta.
     
    Lo que dice Marx en ese texto es que la religión tiene un fundamento terrenal, y que por lo tanto la crítica debe partir de que el hombre hace la religión, y no la religión al hombre. “Este Estado, esta sociedad, producen la religión, una conciencia del mundo invertida, porque ellos son un mundo invertido”. Esto es, la religión, según Marx, es una expresión de la vida terrenal desgarrada por las contradicciones. Es el reflejo, invertido, del mundo real. “Es la realización fantástica de la esencia humana, porque la esencia humana carece de verdadera realidad”. La religión es “la teoría general de este mundo”, su “razón general para consolarse y justificarse”. En un mundo en que existen la opresión, la explotación, los sufrimientos derivados de la falta de trabajo, de la desposesión y del poder de los poderosos, la religión brinda consuelo y alivio, hace más llevadero el sufrimiento. Y encierra una protesta contra este orden de cosas: “La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el estado alma de un mundo desalmado, porque es el espíritu de los estados carentes de alma”. A continuación de esta afirmación, encontramos la frase de Marx acerca del opio.
     
    El opio hace más llevadero el dolor, y la religión hace más sufrible el sufrimiento. La idea implicada es que, si bien éste es un mundo de lágrimas, prepara a los sufrientes para la felicidad eterna, y por eso proporciona una dicha, aunque ilusoria. En otras palabras, la religión es consuelo, pero también amortiguadora del conflicto, al menos en el plano ideológico. De aquí que la crítica, dice Marx, deba dirigirse a sus fundamentos terrenales: “Sobreponerse a la religión como la dicha ilusoria del pueblo es exigir para éste una dicha real. El pugnar por acabar con las ilusiones acerca de una situación, significa pedir que se acabe con una situación que necesita ilusiones”. Por la misma razón, Marx critica a Feuerbach porque éste atacaba a la religión, y no a la sociedad que la había producido. La religión es perjudicial, en tanto lleva a poner esperanzas en el más allá, antes que en la lucha “por el más acá”; pero en sí misma no es el mal, sino el producto del mal.

    Precisiones

    En primer lugar, precisemos que cuando se habla del rol de la Iglesia en tanto sostén del orden social, no se está defendiendo necesariamente una explicación funcionalista acerca de su origen o desempeño. No se sostiene que la Iglesia existe porque es funcional al mantenimiento de la explotación. Si se afirma que su rol está funcionalmente de acuerdo con la perpetuación de la sociedad de explotación, al margen de lo que la alta curia, incluido el papa, piensen de sí mismos y de su función en este valle de lágrimas.

    En segundo término, sostener que la religión es un sistema ideológico vinculado estructuralmente a las relaciones sociales, no implica defender una tesis mecánico-determinista (del tipo, tal relación social determina tal forma de religión o de iglesia). Simplemente se sostiene que la vida material -la actividad de los seres humanos bajo ciertas relaciones sociales, para procurarse sus medios de vida- conforma el marco en que se desarrollan sus acciones conscientes, incluida la religión. Éste es el sentido en que tomamos la expresión “buscar el fundamento de la religión en el mundo material”.
     
    Por eso, las instituciones y las formas de conciencia dominantes, deben adaptarse a las relaciones estructurales.
     
     “La organización y la conciencia de la sociedad deben por lo menos no trabar las tareas esenciales, primarias, y a menudo tampoco las secundarias. Un proceso que no tiene nada de abstracto, que se divide en presiones múltiples de ‘la naturaleza de las cosas” tiende a eliminar las formas de organización y conciencia que, por su propia evolución, hubieran podido llegar a ser una traba para la realización de esas tareas”. Pero por esto también, la religión no es un “reflejo mecánico” de las relaciones sociales, ni un mero epifenómeno. Tiene “espesor propio”, y como una forma de conciencia social, incide a su vez en las relaciones sociales materiales.

    En tercer lugar, y vinculado con el punto anterior, la explicación del rol de la Iglesia no implica que el mismo se garantice de forma más o menos directa o automática. Por el contrario, se trata de un proceso que ocurre “no sin dificultades, luchas y ‘desprolijidades’, no sin tensión entre la voluntad de los grupos particulares de perpetuarse y maximizar sus ventajas propias, y la necesidad de la sociedad global de proseguir un proyecto análogo a su escala” (ídem). Las tensiones y luchas por el poder que recorren a todas las grandes instituciones religiosas son una expresión natural de este hecho.

    Algunas conclusiones provisorias

    De lo anterior se desprende,
     
    * en primer lugar, que muchos de los problemas que hoy enfrenta la Iglesia, no tienen su origen en problemas de “comunicación”, o de “estilo papal”, como comentan varios comentaristas. Es que no hay discurso que pueda construir unidades, o totalidades, por fuera o por encima de las realidades sociales, las clases sociales y las fuerzas productivas alcanzadas (lo siento por Laclau y sus “construcciones discursivas”). Por eso, en la medida en que la Iglesia es una institución de conservación y propaganda de ideología (¿forma parte del Estado ampliado, en sentido althusseriano?) necesariamente estará atravesada, e inmersa, en relaciones mercantiles y capitalistas. Puede haber más o menos corrupción, mayor o menor prolijidad en el manejo de las cuentas, pero de alguna manera, la “Iglesia-empresa” seguirá existiendo.

    De la misma manera, en tanto se desarrollen las relaciones capitalistas, y con ellas evolucione la vida material, seguirán erosionándose las bases del tradicionalismo y la autoridad religiosa. Son procesos de larga duración, posiblemente inherentes al capitalismo.
     
    “Todo lo sólido se desvanece en el aire”, decía El Manifiesto Comunista, y todo lo sólido se sigue desvaneciendo hoy en día, a medida que se internacionalizan las fuerzas productivas, se desarrolla, tendencialmente, la productividad del trabajo, y avanzan la ciencia y la tecnología. Los cambios penetran por todos los poros. La Sagrada Familia ya no es el simple reflejo de la familia terrenal tradicional “típica”, porque ahora no se sabe qué es “lo típico” en materia de familia.
     
    * Por todas partes se abren fisuras en los dogmas religiosos establecidos, y se agrietan autoridades iluminadas por el Espíritu Santo y todo otro tipo de poderes extra terrenales. Durante siglos, la Iglesia católica tuvo poder y control sobre las conciencias -la confesión fue un medio privilegiado- pero hoy cada vez son menos los que abren su alma al cura del barrio. Incluso la movilidad internacional del trabajo abre nuevos puntos de vista, y las conciencias se secularizan.

    * Por otra parte, y más sustancial, los sectores mejor organizados de la clase obrera han ido accediendo, tendencialmente, a un modo de vida que puede prescindir del consuelo del más allá (sin que por ello desaparezca la explotación). Los niveles de consumo real de amplias capas de asalariados no son los mismos que en 1850, por caso. Por eso, no debería asombrar que los bautismos o las asistencias a las iglesias se hayan desplomado en casi todos los países europeos, y en buena parte del Tercer Mundo, incluida Argentina.
     
    Para millones, hace falta menos opio y Dios empieza a desaparecer de sus vidas cotidianas. Y no hay papa Francisco que pueda detener estos procesos, por más que viaje en autobús y utilice zapatos de calle. Por fuera, o por encima, de las superficialidades con que nos saturan los grandes medios, son los fundamentos mismos de la religión los que están debilitándose.

    * Por último, y tal vez la conclusión más importante, es que la lucha del socialismo no pasa por la lucha contra la religión en sí, sino por revolucionar el mundo que la hace posible. En este respecto, la crítica debe ir al fondo: al rol de la religión en relación al sostenimiento de las relaciones sociales explotadoras. Entretenerse con especulaciones sobre la unidad latinoamericana, la patria grande y similares tópicos del ideario nacional y popular, invisibiliza esta cuestión central.

  • h.cadarso

      Aquí echo de menos otra vez (lo echo de menos con mucha frecuencia) a Gabriel de Montevideo, el tupamaro, el cristiano tan cristiano como marxista, y su sintonía con Fidel, con el Che, con todos los revolucionarios que en Latinoamérica han sido.
      Dice Marx al final del hilo que abre este tema que “se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real”. suscribo al cien por cien esta afirmación de Marx. Entiendo, amigos, que el que no la suscriba, difícilmente podrá ser considerado seguidor de Jesús de Nazaret.
      Sigo diciendo que estoy harto de mirar hacia el Papa Francisco como si fuese el salvador que esperamos o como si temiésemos que sea el anticristo que lo echará todo a perder definitivamente…
      ¿Por qué no miramos más bien a la tarea que tenemos encomendada cada uno de nosotros? ¿Por qué no dejamos de una vez para siempre de echar balones fuera y nos dedicamos a hacer la revolución allí donde estamos situado cada uno?
      A lo mejor aquel ángel que les dijo a los discípulos: Hombres galileos, qué demonios hacéis mirando al cielo? tendría que decirnos a nosotros algo parecido: ¿qué hacéis mirando hacia Roma y hacia Francisco?
      Dejen a Francisco que haga su trabajo bien o mal, y dedíquense cada uno a hacer el suyo, amigos…Y no se queden con la boca abierta y la baba chorreando  mirando al cielo por donde se marchó Jesús aquel día de la ascensión…Despierten, !coño! 

  • oscar varela

    Hola!

    AMÓS Y MARX HABLAN TAMBIÉN A FRANCISCO

    ¡OK! ¡Que le hablen!

    Yo prefiero que Francisco escuche LAS VOCES DE NUESTRO TIEMPO
    Y que, entonces, sus Gestos sean consecuentes. ¡Veremos! ¿no?
    …………….

    He compartido estas dos VOCES: la de un Obispo que anuque vapuleado por el siniestro Vaticano tampoco sintió el afecto y acompañamiento de los “Curas del Tercer Mundo”, que sin embargo fue Podestá su fundador en Quilmes – Hogar Sandfor por el año 1967.
    Más aun, NADIE-NINGUNO de los curitas que hoy “optan por los pobres” se acercó al féretro que en la Legislatura de Bs. As. donde se velaban su cuerpo-cadáver, y su esposa Clelia Luro esperaba al menos ese gesto de comprensión. NADIE… mejor dicho, solo un curita arzobispo de Bs. As. llamado Bergoglio.
    …………..

    Por eso espero ver qué hará Bergoglio con estas VOCES PROFÉTICAS, complaciéndome en que una de ellas no necesita más introducción que la de ser un SER HUMANO, aunque Jefe de Estado, y no la de un Teólogo como lo fuera Jerónimo, quien escribió cosas de su vida que no llegaron a la adecuada traducción teológica, qje para mí no es la “sagrada” sino la “profana”: una Teología Profana que se complace obedecer a la manifestación humana y cósmica de la VIDA.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.
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    NOTA: Tampoco yo asistí a su “funeral”. Ni siquiera me enteré. Andaba yo viviendo la vida que me tocaba en suerte: trabajando montado ¡vaya a saber en qué cabriadas y techos de estructuras metálicas. Homenajeando la Vida concreta no me siento deudor de no haber “ido” al funeral; sino que de alguna manera más real allí estaba comunicando en la vida que a cada uno le va tocando vivir fielmente.

  • oscar varela

    Manifiesto de la Isla del Sol” (Evo Morales) – 25 Diciembre 2012
     
    Hermanas y hermanos: deseo expresar mi sorpresa por esta gran concentración que reúne, hoy, en esta Isla del Sol, a hermanas y hermanos que vienen del Abya Yala, de América, de Europa, de África y de Asia.
     
    Saludo, igualmente, a nuestros dirigentes, líderes y liderezas de los movimientos y organizaciones sociales de los diferentes sectores que estuvieron debatiendo en torno a este 21 de diciembre y lograron profundas reflexiones sobre temas políticos, económicos, sociales y sobre el medio ambiente y la Madre Tierra. Ellos debaten permanentemente sobre la igualdad y la justicia social.
    Hoy estamos todos reunidos acá, en el tiempo de Pachakuti, en el tiempo del cambio.
     
     
    La Isla del Sol, el nacimiento del nuevo tiempo
     
    Desde la Isla del Sol, desde el Lago Sagrado Titikaka, que compartimos Perú y Bolivia, queremos decirles que estamos reunidos, hoy, 21 de diciembre de 2012, no esperando a que se acabe el mundo, como algunos decían. Nunca habrá fin del mundo. Estamos aquí para dar esperanza en este nuevo amanecer para los pueblos del mundo.
     
    En esta Isla del Sol, donde hace mil años atrás se inauguró el tiempo del sol, nacieron Manco Kapac y Mama Ocllo para fundar el Tahuantinsuyo. Por eso, esta isla es la isla fundadora del tiempo y de la historia de los hijos del sol. Pero llegó, luego, la oscuridad con los invasores extranjeros. Alentados por la codicia llegaron hasta nuestro continente Abya Yala para someter a las naciones indígenas. Fue el tiempo de la oscuridad, del dolor y de la tristeza, un tiempo que para los hijos del Willka fue del no tiempo.
     
    Hoy, desde esta misma isla que dio nacimiento al Tahuantinsuyo, estamos cerrando la época de la oscuridad y del no tiempo, y estamos abriendo el nuevo tiempo de la luz: el Pachakuti.
    Nuevamente, los pueblos del mundo, los movimientos sociales, la gente marginada, discriminada, humillada se organizan, se movilizan, se concientizan para levantarnos nuevamente como en aquellos tiempos del Pacha, tiempos del Pachakuti.
     
    Por eso, hermanas y hermanos, este gran acto histórico e inédito es una gran sorpresa, así como, también, para nuestros hermanos en Guatemala, en México, Ecuador y en otros países del mundo que hoy se movilizan para recibir al Pacha.
     
    Esta mañana, con el hermano Vicepresidente Álvaro García y, con el hermano Canciller, David Choquehuanca, nos informamos de que los pueblos de Norte América, tanto en Canadá como en Estados Unidos, se movilizan para expresar su esperanza en este solsticio de verano.
     
    Hermanas, hermanos: El mundo está siendo azotado por una múltiple crisis global que se manifiesta en una crisis climática, financiera, alimentaria, institucional, cultural, ética y espiritual. Esta crisis nos señala que estamos viviendo los últimos días del capitalismo y de un desenfrenado consumismo; es decir, de un modelo de sociedad donde el ser humano pretende ser superior a la Madre Tierra, convirtiendo a la naturaleza en un objeto de su despiadado dominio depredador.
     
    Los ideólogos del capitalismo plantean que ante la crisis del sistema capitalista las siguientes soluciones:
     
    Por un lado, más capitalismo, más privatización, más mercantilización, más consumismo, más explotación irracional y depredadora de los recursos naturales y más protección a las empresas y a las ganancias privadas.
     
    Por otro lado, menos derechos sociales, menos salud pública, menos educación pública y gratuita, y menos protección de los derechos de las personas.
     
    Hoy las sociedades y los pueblos de los países desarrollados viven dramáticamente la crisis capitalista creada por su propio mercado. Los gobiernos capitalistas creen que salvar a los bancos es más importante que salvar a los seres humanos, y salvar a las empresas es más importante que salvar a las personas. En el sistema capitalista los bancos tienen derechos económicos privilegiados y gozan de una ciudadanía de primera, por lo que podemos decir que los bancos valen más que la vida. En este capitalismo salvaje las personas y los pueblos no son hermanos y hermanas, no son ciudadanos, no son seres humanos; las personas y los pueblos son deudores morosos, prestatarios, inquilinos y clientes; en resumen, si las personas no tienen dinero no son nada.
     
    Vivimos el reino del color verde. Verde como los dólares son las políticas monetarias, verde como los dólares son las políticas de desarrollo, verde como los dólares son las políticas de vivienda, verde como los dólares son las políticas de desarrollo humano y las políticas ambientales. Por eso, ante la nueva ola de crisis del sistema capitalista, sus ideólogos se han lanzado a promover la privatización de la naturaleza, a través de la llamada economía verde o el capitalismo verde.
    Sin embargo, las recetas de mercado, de liberalismo y de privatización no hacen sino generar pobreza y exclusión, hambre y marginación.
     
    Las imágenes que deja en el mundo el capitalismo salvaje son tenebrosas:
    a) Más de 850 millones de hambrientos en el mundo, casi 200 millones más que los que existían hace 30 años,
    b) La esperanza de vida de los más pobres en el mundo sigue siendo la misma que en el año 1977, es decir de 44 años de vida,
    c) Aproximadamente 1.300 millones de personas viven en condiciones de pobreza,
    d) Existen cerca de 230 millones de desempleados en el mundo, 40 millones más de desempleados que los que habían hace 30 años,
    e) Finalmente, los países desarrollados desperdician anualmente 700 millones de toneladas de alimentos, es decir, tres veces más de lo que produce el África Subsahariana en un año,
     
     
    La crisis global del capitalismo tiene entre sus causas estructurales las siguientes:
    a) La acumulación y concentración de la riqueza en pocos países y en pequeños grupos sociales privilegiados,
    b) La concentración de capital en la producción y comercialización de recursos y bienes de alta y rápida generación de riqueza,
    c) Promoción del consumo social masivo y excesivo de productos con la creencia de que tener más es vivir mejor,
    d) Producción masiva de productos desechables para enriquecer capitales y acrecentar la huella ecológica,
    e) Aprovechamiento productivo extractivo de recursos naturales renovables y no renovables excesivo e insostenible con altos costos ambientales,
    f) Concentración de capital en procesos de especulación financiera para generar ganancias rápidas y abundantes,
    g) Concentración de conocimientos y tecnologías en los países ricos y en los grupos sociales más ricos y poderosos,
    h) Promoción de prácticas financieras y esquemas productivos extractivos y comerciales que deterioran la economía y soberanía de los Estados, en particular de los países en vías de desarrollo, monopolizando el control de los recursos naturales y de sus ganancias,
    i) Reducción del rol de los Estados a débiles reguladores, convirtiendo a los grandes inversores en patrones de casa ajena y a los Estados y pueblos en servidores o socios débiles con el mito de que la inversión extranjera lo puede resolver todo.
     
    Hermanas y hermanos del mundo: El capitalismo ha creado una civilización despilfarradora, consumista, excluyente, clientelista, generadora de opulencia y miseria. Este es el patrón de vida, producción y consumo que tenemos la necesidad imperiosa de transformar.
     
    El planeta y la humanidad están en grave peligro de extinción. Los bosques están en peligro, la biodiversidad está en peligro, los ríos y los océanos están en peligro y la tierra está en peligro. Esta hermosa comunidad humana que habita nuestra Madre Tierra está en peligro debido a la crisis climática.
     
    Las causas de esta crisis climática están relacionadas directamente con la acumulación y concentración de la riqueza en pocos países y en pequeños grupos sociales; con el consumo masivo, excesivo y dispendioso debido a la creencia de que tener más es vivir mejor; con la producción contaminante y de bienes desechables para enriquecer capitales acrecentando la huella ecológica; así como con el aprovechamiento productivo extractivo excesivo e insostenible de recursos naturales renovables y no renovables que tiene altos costos ambientales.
     
    Hermanas y hermanos: El Estado Plurinacional de Bolivia, haciendo eco de la voz de los pueblos del mundo, asume una obligación ética con el planeta y propone la necesidad de que el ser humano recupere el sentido de unidad y pertenencia con la Madre Tierra.
     
    Estamos en un momento crucial para la definición del futuro de nuestro planeta. En nuestras manos y en nuestras conciencias radica la responsabilidad de acordar el camino que vamos a seguir para garantizar la erradicación de la pobreza, la distribución y redistribución de la riqueza, así como la creación y fortalecimiento de nuestras condiciones sociales, materiales y espirituales para vivir en armonía y equilibrio con la naturaleza.
     
    Los Estados ricos e industrializados deben contribuir a promover la socialización de la riqueza y el bienestar en armonía con la naturaleza mientras que los Estados pobres y en desarrollo deben distribuir la poca riqueza con la que cuentan. No hay futuro para la humanidad si impera el egoísmo y la codicia, la acumulación y la ostentación propia de un sistema donde el que tiene más reina sobre los desposeídos. Debemos compartir y complementarnos en conocimiento, en riqueza, en humanidad y en respeto a la naturaleza.
     
    Este 21 de diciembre es el día del inicio del Pachakuti que se traduce en el despertar del mundo a la cultura de la vida. Es el inicio del fin del capitalismo salvaje así como de la transición del tiempo de la violencia entre los seres humanos y de la violencia con la naturaleza a un nuevo tiempo donde el ser humano constituye una unidad con la Madre Tierra y todos convivimos en armonía y equilibrio con la totalidad del cosmos.
     
    Este día es para las sociedades milenarias el momento en que se producirán en el planeta importantes cambios telúrico-cósmicos y es el anuncio de que la cultura de la muerte, del hambre y de la injusticia habrá llegado a su fin. Significa el fin de un estado de cosas y el inicio de profundos cambios en el mundo.
     
    Asimismo, este nuevo tiempo tiene que ser el inicio del fin de las monarquías, de las jerarquías, de las oligarquías y de las anarquías del mercado y del capital.
     
    El Pachakuti ha llegado, y quienes ahora nos reunimos en la Isla sagrada del Sol, en el Lago Titikaka, somos los Guerreros del Arco Iris, somos los guerreros del Vivir Bien, somos los insurgentes del mundo.
     
    En este marco planteamos diez mandatos para enfrentar al capitalismo y construir la cultura de la vida:
     
    1. En lo político:
     
    Refundar la democracia y la política, empoderando a los pobres y sirviendo a los pueblos
     
    El mundo está viviendo una crisis de los sistemas políticos porque éstos ya no representan a los pueblos, son elitistas, excluyentes, gobernados por cúpulas oligárquicas con la visión de servir al bolsillo de pocos y no de servir al pueblo. Las llamadas democracias son el pretexto para entregar las riquezas naturales a manos del capital transnacional. En estas falsas democracias la política se ha convertido en un instrumento de lucro y no en una vocación de servicio. Todavía perviven formas anacrónicas de gobiernos que ya no responden a las demandas que tienen los pueblos del mundo. Debemos refundar la democracia. No queremos una democracia colonial donde los políticos son una clase aristócrata y no son militantes de la causa de los pobres y del servicio a los pobres.
     
    La democracia no es viable si no empodera a los pobres, a los marginados, sino responde, primero y ante todo, a las urgencias de los más necesitados. No es democracia aquella en la que unos pocos se hacen ricos y las mayorías se hacen pobres.
     
    Refundar la democracia, refundar los Estados, refundar las Repúblicas y refundar la política requiere entre otras las siguientes acciones:
     
    1. Refundar los sistemas políticos dando sepultura a todas las formas de jerarquías, monarquías, oligarquías y a la anarquía del mercado y del capital. La democracia es el gobierno de los pueblos y no del mercado.
    2. Pasar de la democracia representativa en la que el poder está al servicio de los intereses de las élites y minorías a la democracia comunal donde no existen mayorías ni minorías, sino más bien las decisiones se toman en consenso, y donde se impone la razón y no el voto.
    3. Promover que la acción política se constituya en un completo y permanente servicio a la vida, que es, a su vez, un compromiso ético, humano y moral con nuestros pueblos, recuperando los códigos de nuestros ancestros: no robar, no mentir, no ser flojo y no ser adulón.
    4. El servicio a la patria no puede entenderse con el servirse de la patria como si ésta fuera una empresa; los políticos no pueden emplear los instrumentos administrativos, jurídicos y económicos del Estado para sus intereses privados y personales.
    5. El pueblo, por intermedio de sus organizaciones sociales y comunitarias, debe tomar el poder político construyendo nuevas formas estatales plurinacionales para que nos gobernemos a nosotros mismos en el marco del mandar obedeciendo.
     
    2. En lo social:
     
    Más derechos sociales y humanos contra la mercantilización de las necesidades humanas
     
    En el mundo todavía sigue existiendo una realidad insultante y abusiva que es la de las brechas que existen entre los ricos y los pobres. Esto se debe a una desigual distribución de los ingresos pero también a un acceso desigual y discriminador a los servicios básicos. El capital y el mercado no resuelven la inequidad y la pobreza, solo privatizan los servicios y lucran con las necesidades. Ya hemos vivido dramáticamente la privatización de los servicios básicos y en especial del agua.
     
    Para resolver las graves inequidades sociales es necesario emprender entre otras las siguientes acciones:
     
    1. Es un imperativo avanzar en el reconocimiento, en la legislación internacional y en la normativa nacional de los países del mundo, de que los servicios básicos: el agua, electricidad, comunicaciones y el saneamiento básico son un derecho humano fundamental de las personas en todos los rincones del planeta.
    2. En particular el agua debe constituirse en un derecho humano esencial de las personas porque aporta directamente al desarrollo de la vida de todos los seres del planeta, y es un insumo fundamental para la movilización de todos los procesos productivos.
    3. Conjuntamente con el reconocimiento de los servicios básicos como un derecho humano se debe avanzar en la nacionalización de estos servicios ya que las administraciones privadas marginan a la mayoría de la población de su acceso a estos servicios fundamentales para la vida 4. Es una necesidad concentrar más recursos económicos en los Estados y crear mecanismos de de las personas al darles un valor económico inalcanzable para muchos.
    distribución de esta riqueza entre las regiones y la población más necesitada y vulnerable para eliminar en el mundo, en los próximos años, toda forma de pobreza social, material y espiritual a través de la democratización de la riqueza económica.
    5. Es necesario desarrollar la formación de un nuevo ser humano integral que no sea materialista ni consumista y que esté siempre enfocado en la búsqueda del Vivir Bien con una profunda ética revolucionaria basada en la armonía y solidaridad, reconociendo que todos los pueblos del mundo conformamos una gran familia.
    6. Terminar con el monopolio transnacional de la industria farmacéutica y recuperar y fortalecer nuestros conocimientos y prácticas medicinales ancestrales y naturales.
     
    3. En lo cultural y espiritual:
     
    Descolonizar nuestros pueblos y nuestras culturas para construir el socialismo comunitario del vivir bien
     
    Hermanas y hermanos: Estamos viviendo en una sociedad donde todo se globaliza y homogeneiza y donde las identidades culturales parecen ser resabios del pasado que todos quieren ignorar. Las culturas milenarias y ancestrales son marginadas de los procesos económicos y políticos y por lo mismo su fuerza y energía cultural y espiritual es despreciada. Esto nos ha llevado a una profunda deshumanización en el mundo y a la discriminación de una riqueza espiritual y cultural que puede darnos las fuerzas necesarias para detener la brutalidad del capitalismo. Para ello es necesario:
     
    1. Descolonizarnos del racismo, fascismo y todo tipo de discriminación.
    2. Descolonizarnos del mercantilismo y consumismo, del lujo, del egoísmo y de la codicia para promover el Vivir Bien.
    3. Debemos recuperar los conocimientos y códigos de las culturas milenarias en el mundo para fortalecer la conciencia de las personas y de las sociedades sobre la Madre Tierra, entendiendo de que es un ser vivo y sagrado, de que somos sus hijas e hijos y nos alimentamos de ella, respetando los ciclos de la naturaleza y comprendiendo de que todo lo que existe es parte del equilibrio y de la armonía de la vida. Nacemos del vientre de la Madre Tierra y volvemos a su vientre.
    4. Donde existan múltiples culturas en los países es un imperativo promover la construcción de Estados Plurinacionales que respeten el pluralismo social, económico, jurídico y cultural.
     
     
    4. Con respecto al medio ambiente:
     
    Por los derechos de la Madre Tierra para el vivir bien y contra el colonialismo ambientalista de la economía verde
    En los últimos años los ideólogos del sistema capitalista han promovido la “economía verde” como la salvación de este modelo de sociedad. Esto no significa más que la mercantilización de la naturaleza en el marco de un capitalismo verde. La economía verde es la economía de la muerte, porque en el marco de un proteccionismo de la naturaleza condena a muerte a los pueblos del mundo. Por lo mismo, condenamos la economía verde como el nuevo colonialismo ambiental y capitalismo verde. Asimismo, nos preocupa la crisis climática del planeta ya que la comunidad humana que habita nuestra Madre Tierra está en un inminente peligro debido a las consecuencias catastróficas de los desastres naturales en el mundo.
     
    Para transformar este estado de cosas los pueblos del mundo deben impulsar las siguientes acciones:
     
    1. Exigir a los países que han causado la crisis climática a que cumplan con su responsabilidad histórica de pagar la deuda climática a los pueblos del sur y también que reduzcan drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero en el marco de compromisos internacionales vinculantes.
    2. Debemos implementar las políticas y acciones necesarias que prevengan y eviten el agotamiento de los recursos naturales asumiendo que la vida depende del sostenimiento de la capacidad de regeneración de los sistemas de vida de la Madre Tierra y del manejo integral y sustentable de sus componentes. Tenemos que tener siempre presente que el planeta puede vivir mejor sin los seres humanos pero los seres humanos no pueden vivir sin el planeta.
    3. Éste es el siglo de la batalla por el reconocimiento universal de los derechos de la Madre Tierraen toda la legislación, tratados y acuerdos nacionales e internacionales para que los seres humanos empecemos a vivir en armonía y equilibrio con el cosmos.
    4. Los países del mundo tenemos que impulsar de forma decidida y agresiva la no comercialización de las funciones ambientales y procesos naturales de la Madre Tierra así como el manejo integral y sustentable de sus componentes. No podemos vender a nuestra sagrada Madre Tierra solamente con las falsas ilusiones de que los mercados van a promover algún financiamiento para nuestros pueblos. Nuestros pueblos y la Madre Tierrano pueden venderse al capitalismo ahora ni nunca.
     
     
    5. Con respecto a los recursos naturales:
     
    La soberanía sobre los recursos naturales es la condición para la liberación de la dominación colonial y neoliberal y para el desarrollo integral de los pueblos
     
    En muchos países del mundo la principal fuente de riqueza económica se basa en el aprovechamiento de los recursos naturales. Sin embargo, en la mayoría de los países esta riqueza ha sido saqueada y apropiada por manos privadas y potencias transnacionales que se enriquecen a costa de los pueblos. Convocamos a los países a desarrollar las siguientes acciones con relación a los recursos naturales:
     
    1. Pasar la propiedad de los recursos naturales al Estado en beneficio de los pueblos para que ellos estén orientados al goce y beneficio de todos.
    2. Impulsar en todos los países del mundo que tienen recursos naturales estratégicos la puesta en marcha de procesos de nacionalización, ya que solamente a través de esta nacionalización se puede quebrar los procesos de colonialismo económico y garantizar el fortalecimiento del Estado con recursos económicos que, a su vez, impulsen mayores servicios básicos para los pueblos.
    3. Desarrollar procesos de industrialización de estos recursos naturales teniendo siempre presente la protección y el respeto a los derechos de la Madre Tierra.
     
     
    6. Con relación a la soberanía alimentaria:
     
    Saber alimentarse para el vivir bien impulsando el logro de la soberanía alimentaria y el derecho humano a la alimentación
     
    La discusión sobre los temas de la seguridad alimentaria se ha realizado en el mundo desde diferentes perspectivas y enfoques como el de la seguridad alimentaria, soberanía alimentaria y el derecho humano a la alimentación. La alimentación es una parte central en la vida de las personas y en el logro del Vivir Bien y, por lo mismo, los Estados y los pueblos deben promover un conjunto de acciones para:
     
    1. Avanzar en la construcción del “Saber Alimentarse para el Vivir Bien”recuperando los saberes alimenticios y tecnologías productivas alimenticias comunitarias, donde los alimentos son medicina y parte de nuestra identidad cultural.
    2. Cada país debe buscar garantizar los alimentos básicos que consume su población a través del fortalecimiento de los sistemas económicos, productivos, sociales, culturales, políticos y ecológicos de los productores rurales, con énfasis en la agricultura familiar comunitaria.
    3. Protección de la población de los efectos de la malnutrición con énfasis en el control de la comercialización de alimentos que dañan la salud humana.
    4. Sanciones a la especulación financiera basada en la producción y comercialización de alimentos.
     
     
    7. Con respecto a la integración y relaciones internacionales:
     
    La alianza de los pueblos del sur contra el intervencionismo, el neoliberalismo y el colonialismo
     
    Nuestros pueblos ancestrales siempre vivieron integrados en culturas, integrados en comercio, integrados en solidaridad y en redes de colaboración. Hoy tenemos que construir y fortalecer nuestros acuerdos de integración entre los pueblos y comunidades, entre los Estados y gobiernos, en un marco de apoyo, colaboración y solidaridad para fortalecer la vida y la humanidad.
     
    Ante la diplomacia de la muerte y de la guerra, del mercantilismo, de la privatización, del saqueo de los recursos naturales, nosotros debemos construir la diplomacia de los pueblos del Sur para fortalecernos desde el Sur.
     
    El Sur no es ni puede ser un obediente y servil peón de las potencias del Norte. No somos el depósito de la basura industrial ni nuclear de las potencias del Norte, ni somos la fuente inagotable de materias primas para ellas. El Sur está emergiendo con la potencia de los pueblos y los gobiernos patriotas y soberanos, y está construyendo proyectos de integración comercial, productiva, cultural, tecnológica, económica financiera y social. Este es un momento en el que los pueblos del Sur, y también con los pueblos del Norte, debemos compartir, apoyarnos y fortalecernos social, económica y culturalmente.
     
    Una condición para lograr la integración es contar con Estados y pueblos fuertes, gobiernos nacionalistas, patriotas, socialistas, con voluntad política y control nacional, con proyecciones y estrategias de alianzas regionales que configuran un sur que construye proyectos de poder y de integración regional.
     
    La potencia del Sur es su soberanía, el derecho al desarrollo, el apoyo y la solidaridad de los pueblos y los Estados. El Sur está fortalecido, el Sur está hermanado. No habrá Sur fuerte si no hay soberanía, patriotismo, nacionalismo, voluntad de los pueblos y de los Estados de romper las cadenas de la servidumbre colonial y neoliberal.
     
    Para lograr la integración Sur-Sur debemos promover las siguientes acciones.
     
    1 Conformar coaliciones y alianzas poderosas para suscribir Tratados de la Vida compartir conocimientos, tecnología y provisión de recursos financieros y no Tratados de Libre Comercio que son tratados de la muerte para los pueblos del Sur y también para los pueblos del Norte.
    2. Construir un mecanismo para el desarrollo integral y la integración entre los Estados y pueblos del Sur que incluya las áreas de conocimientos, tecnologías, energía, producción de alimentos, financiamiento, salud y educación entre otros.
    3. Avanzar en el hermanamiento de los pueblos del Sur con los pueblos del Norte para destruir el imperialismo y construir el horizonte civilizatorio del Vivir Bien en armonía y equilibrio conla Madre Tierra.
     
     
    8. Con respecto al conocimiento y tecnología:
     
    El Conocimiento y la Tecnología son instrumentos fundamentales para lograr el desarrollo integral, la erradicación de la pobreza y del hambre
     
    El conocimiento y la tecnología son fundamentales para la provisión de medios de comunicación, educación, servicios básicos y para el emprendimiento industrial, los emprendimientos energéticos, la transformación de las materias primas y la producción de alimentos; en definitiva para impulsar nuestras economías. Hoy en día los países desarrollados protegen ciegamente sus tecnologías a través de patentes y licencias y nos impiden acceder a ellas. Si queremos tecnología tenemos que entrar a sus mercados de tecnologías. No hay solidaridad, no hay complementariedad tecnológica posible con los países desarrollados. El monopolio de la tecnología es un instrumento de poder para controlar a los países en desarrollo. Las potencias transnacionales de los países ricos y desarrollados y el imperialismo no comparten tecnología ya que sólo quieren venderla para dominarnos y crear dependencia.
     
    Por ello, hoy más que nunca, es fundamental impulsar las siguientes acciones:
     
    1 Construir la convergencia entre los conocimientos, saberes, técnicas y tecnologías ancestrales y comunitarias con las prácticas y tecnologías de la ciencia moderna para contribuir a la creación de condiciones para Vivir Bien y protección de la Madre Tierra.
    2. Desarrollar conocimientos y tecnologías propias rompiendo la dependencia tecnológica a las potencias transnacionales del norte.
    3. Contra el egoísmo mercantilista de las potencias transnacionales del Norte construiremos el colaboracionismo, la solidaridad y la complementariedad de los pueblos y los países del Sur conjuntamente con los pueblos del Norte.
     
     
    9. Con respecto a la institucionalidad internacional:
     
    Debemos construir una institucionalidad mundial de los pueblos, de los pobres, de la madre tierra. No aceptamos ni permitimos el intervencionismo ni el neoliberalismo de las naciones unidas y de la institucionalidad del imperio del capital
     
    La institucionalidad mundial colonial está diseñada para someter y engañar a los pueblos. A nombre de la libertad y la democracia organismos como la OTAN e incluso la ONU, a través del famoso Consejo de Seguridad, invaden países, destruyen pueblos, legalizan y amparan las masacres. No se debe permitir ni admitir la construcción de bases militares e industria bélica para dominar a los pueblos con el pretexto de la seguridad nacional. Primero está la seguridad de los pueblos, la vida y la Madre Tierra. El armamentismo es el negocio de la muerte que enriquece al capitalismo y destruye el planeta.
     
    La maquinaria institucional mundial de las llamadas Naciones Unidas está diseñada para destruir la voluntad soberana de los pueblos. Ahí trabaja una burocracia al servicio del capital y del imperialismo. Los pueblos del mundo no aceptamos que organismos internacionales se adjudiquen el derecho de la invasión y de la intervención. La ONUno tiene moral para imponer. Los pueblos del mundo no aceptamos esa institucionalidad elitista de los burócratas del imperio.
     
    De las entrañas de la ONUnació la economía verde privatizadora, que nosotros la entendemos como la economía negra de la muerte; de esas entrañas nacen las recetas de la privatización y del intervencionismo. La ONU parece ser la Organización para las Naciones Ricas y Poderosas, quizás debería llamarse ONI, Organización de las Naciones Imperialistas. Esa ONU nosotros no queremos, la desconocemos.
     
    Esa burocracia neoliberal, la burocracia de la economía verde y de la privatización, la burocracia que promueve los ajustes estructurales, esos funcionarios del capital e ideólogos de la dominación y la pobreza, actúan con la convicción patriarcal y colonial de que los pueblos y países en desarrollo somos incapaces y estúpidos y que para salir de la pobreza debemos seguir fielmente sus recetas del desarrollo.
     
    Para construir una nueva institucionalidad de los pueblos del mundo hacia el Vivir Bien debemos desarrollar las siguientes acciones.
     
    1. Construir las condiciones institucionales y jurídicas para que nuestros pueblos y países vivan con dignidad y soberanía sin intervencionismo y sin bases militares extranjeras.
    2. Liberarnos de las ataduras ideológicas y políticas de los organismos mundiales financieros como el BM y el FMI y de sus satélites e intelectuales de la dominación neoliberal construyendo nuestras propias instituciones para el diseño y asesoramiento de políticas hacia el Vivir Bien.
    3. Construir una Organización Mundial de los Pobres, una Organización Mundial de la Justicia, una Organización Mundial de la Soberanía de los Pueblos, una Organización Mundial de la Madre Tierra, una Organización de la Asambleade los Pueblos del Mundo.
     
     
    10. En lo económico financiero:
     
    El desarrollo económico no debe estar orientado al mercado, al capital y a la ganancia; el desarrollo debe ser integral y estar orientado a la felicidad de la gente, a la armonía y al equilibrio con la Madre Tierra
     
    El capitalismo sólo globaliza la pobreza, el hambre, la injusticia social, destruye los derechos humanos, los derechos sociales, económicos, culturales, destruye el medio ambiente. El capitalismo salvaje crea pobreza y hambre. El sistema financiero capitalista mundial es colonialista e imperialista, es un arma de los países poderosos para someter a los países en desarrollo y a los pueblos, para privatizar y mercantilizar, para someternos al control de las oligarquías y a la anarquía mercantilista del capital.
     
    Por eso, debemos desconocer y desmontar el sistema financiero internacional y sus satélites: el FMI y el BM.
     
    Llamamos a los pueblos y a los gobiernos del mundo a romper las cadenas de la esclavitud del colonialismo financiero, ya que sólo la soberanía financiera y económica podrá permitirnos decidir soberanamente nuestro futuro.
     
    Para lograr la soberanía en lo económico y lo financiero, debemos encarar las siguientes acciones:
     
    1. Se debe configurar un nuevo orden económico y financiero internacional basado en los principios de equidad, soberanía nacional, intereses comunes, armonía con la naturaleza, cooperación y solidaridad entre los Estados y pueblos. Este nuevo orden debe estar orientado a cambiar los patrones de producción y consumo no sustentables, a disminuir sustancialmente la brecha entre ricos y pobres, y entre los países desarrollados y en vías de desarrollo.
    2. Debemos construir una nueva arquitectura y sistema financiero mundial, regional y nacional que esté libre de las ataduras y de los tentáculos de poder del BM y el FMI. La nueva arquitectura y el nuevo orden financiero de los pueblos y para los pueblos.
    3. Es imprescindible construir nuevos marcos legales e institucionales en el nivel nacional e internacional y desarrollar un sistema de regulación y monitoreo del sector financiero. Los Estados y los pueblos deben controlar las finanzas privadas y no someterse al servilismo colonial del gobierno financiero de los intereses privados.
    4. Debemos liberarnos de esa atadura colonial llamada Deuda Externa, que sólo sirve para chantajearnos, obligarnos a entregar nuestras riquezas, privatizar nuestros recursos naturales y destruir la soberanía de los pueblos y los Estados. La Deuda Externacolonial es el mecanismo de exacción y empobrecimiento que azota a los países en vías de desarrollo y limita su acceso al desarrollo. Nuestro llamado es a cancelar esta Deuda Externa injusta. No más inequidad. No más pobreza. Es hora de distribuir la riqueza.
    5. Los países en desarrollo debemos crear nuestros propios instrumentos financieros. Debemos crear el Banco Mundial de los Pobres y de los Pueblos Soberanos del Mundo. No podemos depender de los donativos y de los préstamos condicionados del sistema financiero colonial capitalista. Debemos unirnos, integrarnos y eso implica también la construcción de nuestros propios sistemas financieros populares, comunitarios, estatales y soberanos.
    6. Construir y fortalecer mercados regionales solidarios y complementarios, sustituyendo las políticas de competitividad promovidas por el capitalismo por políticas de complementariedad que nacen del horizonte civilizatorio del Vivir Bien.
     
    Nuestra visión del Socialismo Comunitario del Vivir Bien está basada en los derechos y no en el mercado, está basada en la realización plena de la felicidad de la gente, de los pueblos y poblaciones, a través del cumplimiento integral de los derechos de los pueblos, las personas, los Estados y la Madre Tierra, de manera complementaria, incluyente e interdependiente.
     
    La nueva época es la del poder del trabajo, el poder de las comunidades, el poder de la solidaridad de los pueblos y de la comunión de todos los seres vivos para que juntos constituyamos la Madre Tierra y el Socialismo Comunitario del Vivir Bien.
     
    Hermanas y hermanos: Les agradezco su paciencia para escuchar este Manifiesto de la Isla del Sol que expresa diez mandamientos por la Viday por la Humanidad. Esun Manifiesto basado en la experiencia del pueblo boliviano que puede apoyar la liberación de todos los pueblos del mundo.
     
    Hermanas y hermanos, dirigentes del Abya Yala, de América y del mundo, como pueblo y como fuerzas sociales tenemos una enorme responsabilidad: salvar el planeta para salvar la vida y la humanidad; por eso agradecemos su presencia en este día histórico del Solsticio de Verano, inicio del tiempo del Pachakuti.
     
    Finalmente, quiero agradecer a las comunidades indígenas originarias de la Isla del Sol por habernos permitido compartir nuestras vivencias. Agradezco a las organizaciones sociales, a las Fuerzas Armadas, a los ministerios, a nuestros dirigentes departamentales y nacionales por organizar una linda fiesta de esperanza para los pueblos del mundo.
     
    Ayúdenme a decir:
     
    ¡Jallalla pueblos del mundo!
     
    ¡Kausachun pueblos del Mundo!

  • oscar varela

    Hola!
     
    Comparto un Texto de Mons. Jerónimo José Podestá, elaborado en los aciagos días de 1982 en que el Imperialismo Inglés se declaraba vencedor guerrero de las Islas Malvinas, y que motivó el lanzamiento de esperanza a no claudicar.
     
    MANIFIESTO DE INTEGRACIÓNLATINOAMERICANA
     
    POR UNA AMÉRICA LATINA SOLIDARIA E INTEGRADA
     
    * Junto con el descubrimiento de la poderosa y necesaria energía de La unión nacional que despertó a los argentinos, las Malvinas conmovieron hasta los tuétanos a toda Latinoamérica en un formidable movimiento de solidaridad, en un poderoso impulso de integración continental y de fervor de liberación.
     
    * Develaron que la Paz Mundial no peligra solamente por la confrontación ideológica del Este y el Oeste; las Malvinas pusieron al descubierto la peligrosísima tensión que se establece entre los países pobres y dependientes del Sur y los países ricos e industrializados del Norte, por causa de la injusta dominación que ellos ejercen. Lo grave de esta tensión reside en que demuestra que el conflicto Este-Oeste encubre detrás del conflicto ideológico, una lucha hegemónica de dominación mundial.
     
    * Pusieron al desnudo la profunda crisis del sistema jurídico internacional, la peligrosa ausencia de justicia en las relaciones entre los Estados y la carencia de un Estado de Derecho Mundial.
     
    * Ha reverdecido la conciencia de que existe en el Continente una fundamental y profunda coincidencia capaz de fundamentar la renovación y el desarrollo que necesitan sus pueblos y de dar fecundo aliento al sueño de la Patria Grande.
     
    * Por su irrenunciable vocación a la libertad y por el desafío mundial que importan las traiciones principalmente de Europa y Norte América las naciones latinoamericanas deben proyectar creativamente nuevos rumbos político-sociales, económicos y culturales, que superen los modelos importados de estructuras opresoras y que respondan a sus orígenes históricos, a sus auténticos estratos culturales y religiosos así como a sus exigencias actuales y aspiraciones para el futuro.
     
    * Unimos nuestra voz a las diversas iniciativas y mensajes proclamados en todo el continente en esta histórica coyuntura. Tenemos la profunda convicción de que la identidad y grandeza de América Latina sólo podrá impulsarse y desarrollarse con un estilo de vida propio, inspirado en los siguientes postulados:
     
     
    POSTULADOS
     
    1) La posibilidad de que las naciones de América Latina puedan desarrollar sus múltiples recursos, afirmar su identidad y cumplir su vocación histórica depende fundamentalmente de la Fraternidad y de la integración de América Latina, como una verdadera Comunidad de Pueblos.
     
    Crear la plena conciencia del punto de partida enunciado en este primer postulado, es un imperativo básico para todo proyecto de dimensión nacional o latinoamericano.
     
    2) Los problemas socio-económicos, políticos y culturales de cada uno de nuestros países y de la Comunidad Subcontinental deben ser enfocados y resueltos con una visión y con un estilo original de Latinoamérica.
     
    3) Sin despreciar el intercambio fecundo con todos los países extracontinentales, se impone un vivo y permanente rechazo de todas las formas de avasallamiento colonialista, que aún hoy alientan el orgullo y la avidez de las superpotencias de Europa, América y Asia. También es necesario condenar toda clase de intervencionismo tanto económico como político y militar (como por ejemplo, lo que actualmente sucede en el Caribe y América Central).
     
    4) La aspiración de alcanzar la mayoría de edad implica para los pueblos latinoamericanos la exigencia de una total independencia económica y cultural; una plena realización de la Justicia Social; y una imperiosa necesidad de integración Nacional y estabilidad política. En consecuencia todo proyecto válido para las Naciones Latinoamericanas debe ser de Promoción Socio-Cultural, de Integración Nacional y de Fortalecimiento Continental.
     
    5) La Integración Latinoamericana implica una clara conciencia de nuestra verdadera historia, el aprovechamiento mancomunado y creador de los dones y valores totales de nuestro Continente, la superación de un subconsciente de dependencia y servilismo y la arraigada convicción de que podemos y debemos ser los artífices de nuestro propio destino.
     
    6) Nuestro Continente tiene las mayores posibilidades de Integración y una particular responsabilidad de contribuir a la Paz y Fraternidad Universal en virtud de la fundamental unidad de su trasfondo racial y cultural y de su tradición religiosa.
     
    7)  El proyecto de esta Comunidad Liberadora tendrá que ser la fragua de un Humanismo Nuevo en el que se vaya gestando un Hombre Nuevo en el ámbito de una familia consolidada y liberada, de una Educación Liberadora y de un Clima Social Purificado. Su gestación política requiere el insoslayable aporte de la energía espiritual proveniente de sus raíces cristianas y de los valores morales de orden Ecuménico.
     
    8) El progreso socio-económico debe estar al servicio del hombre y su fundamento debe consistir en la convicción de que los bienes de la tierra están destinados al usufructocomún. Debe aspirar a la organización de una sociedad donde no exista el flagelo de la desocupación ni la criminal contaminación del ambiente, ni la desenfrenada depredación que impone el sistema consumista e imperialista.
     
    9) La política debe tomar también al hombre como valor central. Por ello debe ser profundamente Democrática y asegurar la Libertad, la Igualdad, la vigencia del Orden Constitucional y de la Ley y el respeto irrestricto de los Derechos Humanos.
     
    10) Latinoamérica anhela “más y mejor democracia”; amplia participación del pueblo a través de las Sociedades Intermedias; control eficaz del Gobierno y de todas las formas de Poder. Nuestros países necesitan Partidos Políticos capaces de sincera autocrítica y de auténtica renovación,
     
    11) Para asegurar la Democracia en nuestro Continente, es necesario consolidarla en todos y cada uno de nuestros países. Las Fuerzas Armadas deben asumir vocacional y profesionalmente el papel que les corresponde, evitando la deformación del “militarismo”. Es de lamentar que nuestras Fuerzas Armadas por lo general han estado anímicamente más preparadas para la acción represiva que para la lucha contra el Imperialismo.
     
    12) La Patria Grande que soñaron los Libertadores y que entrevieron grandes estadistas Latinoamericanos presupone la coordinación de las políticas exteriores en el ámbito de una común visión geopolítica y de defensa continental.
     
    PROYECTOS
     
    (Son sugerencias de orden práctico y de carácter indicativo. En su momento deberán ser reexaminadas para que al ser llevadas a la práctica, en forma gradual, sean realmente viables. Se comienza por lo cultural puesto que los proyectos económicos y políticos suponen un grado de conciencia que deben previamente adquirir nuestros pueblos).
     
    I – En lo Cultural
     
    1. Formar un gran movimiento para la Unidad Latinoamericana, que actuará en el plano de la concientización y difusión de las ideas y propiciará la coordinación de todas las entidades que trabajen por la Unidad Latinoamericana.
     
    2. Crear y multiplicar asociaciones culturales y educativas de dimensión latinoamericana.
     
    3. Fundar una Organización Latinoamericana de Educación y Cultura para la promoción y coordinación e intercambio, con particular preocupación por la alfabetización y la educación política y democrática en todo el Continente, auspiciada y sostenida por los Ministerios de Educación de nuestros países.
     
    4. Reconocer la Nacionalidad Latinoamericana; cultivar todas las formas de cultura autóctona; rechazar las formas espúreas de penetración y alienación cultural; reconocer al aborigen el derecho a defenderse contra todo proceso de aculturación.
     
    5. Organizar en forma Oficial un Centro Latinoamericano de Medios de Comunicación Social que incluya una Agencia de Noticias y una Estación de Radio y Televisión.
     
    6. Establecer un Centro de Investigación e Intercambio Tecnológico Latinoamericano y un fluido
    intercambio entre las universidades, favoreciendo las equivalencias y la reválida de títulos académicos.
     
    7. Interesar a las Organizaciones Profesionales y Sindicales para acrecentar el intercambio y crear Centrales Latinoamericanas.
     
    8. Alentar a las Instituciones Confesionales que actúan en el campo social para que asuman el gran apostolado de la Unidad Latinoamericana y lleven a la práctica con intrepidez sus propios proyectos y las consignas de sus Iglesias tendientes a la liberación de los desposeídos y de los pueblos pobres.
     
    II – En lo Económico
     
    1. Crear una Comisión Latinoamericana en la que estén representados todos nuestros países, integrada por funcionarios de cada uno de los estados miembros y por representantes de las fuerzas del Capital y del Trabajo, para el estudio profundo de los problemas y condiciones que se refieran a la Integración Económica Latinoamericana.
     
    2. Fortalecer y ampliar el SELA.
     
    3. Ampliar el ámbito del Mercado Andino y propiciar convenios o tratados económicos bi o multilaterales, tendientes a la integración.
     
    4. Intensificar el intercambio comercial entre los países de América Latina, ya sea mediante la forma de trueque o mediante el empleo de un sistema monetario especial.
     
    III – En lo Político
     
    1. Establecer una Bandera y un Himno Latinoamericano como medio de apuntalar la concientización integradora.
     
    2. Estudiar las posibles aplicaciones del concepto de Nacionalidad Latinoamericana al Orden Jurídico, tendiendo sobre todo a facilitar la libertad de tránsito a todos los ciudadanos del Subcontinente.
     
    3. Reestructurar la OEA y crear una Organización de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (OCELA).
     
    4. Suprimir el TIAR y sentar las bases para organizar un Sistema Jurídico de defensa democrática del Continente Latinoamericano.
     
    5. Fortalecer y ampliar las atribuciones del Parlamento Latinoamericano.
     
    6. Crear una Corte Latinoamericana de Justicia, como instancia jurídica para la resolución de los conflictos que están pendientes o puedan suscitarse entre nuestros países.
    ………………….
     
    Nota: Se podrán notar -22 años después- algunas similitudes fructíferas en el “MANIFIESTO de la Isla del Sol” (25 de diciembre de 2012)

  • Antonio Vicedo

    Falta algo en el ensamblaje entre lo que aportan el Profeta y Marx, según el artículo de Ricardo Forster, que puede ser la causa de por qué la Historia testifica sobre los grandes frenazos que el proceso liberador de los oprimidos ha sufrido y soporta en la Humanidad, como respuesta a los intentos serios de rebelión contra los poderes opresores: La referencia al por qué del mismo proceder violento contra las personas por parte de las débiles y no solidarizadas víctimas.
     
    Hoy se proclamará en las celebraciones de la Iglesia lo aportado por Jesús en el Huerto de los Olivos, cuando es apresado por los representantes armados y violentos enviados por los poderes  que lo iban a condenar y crucificar.

    Algunos de los suyos, intentan rechazar la violencia con violencia:
    “- Uno de los que estaban con él tiró de machete y de un tajo le cortó la  al criado del sumo sacerdote.

    Jesús le dice: -Vuelve el machete a su sitio, que el que a hierro mata, a hierro muere..Todos le abandonaron y huyeron.
     
    Cuando la violencia engendra violencia quienes tienen las de perder, si no se generaliza la defensa solidaria no violenta, son los más débiles sin las ventaja del poder, porque los poderosos, de ordinario,  cuentan con la complicidad de todos aquellos que aspiran a ser poderosos o temen la misma debilidad individual.
     
    Cuando de golpes va la cosa: Golpee la piedra al cántaro, o este a la piedra, los tiestos resultantes siempre pertenecían al cántaro.
    Nunca, mediante la razón de la fuerza, se conseguirá que la Humanidad sea humana.
    Y menos que, desde el poder eclesial, se pueda ofrecer la BUENA NOTICIA de la Salvación Humana a la HUMANIDAD.

  • Iñaki S:S,


    El artículo de Ricardo Foster me ha encantado. Lo asumo en su totalidad. Como no puedo añadir ni quitarle nada, adjunto un breve comentario mío que creo encaja en el post.
     
    Oración ascensor
    Estamos inmersos en una crisis que, un día si y otro también, nos va poniendo ante dramas personales de todo tipo y condición. A los pobres y enfermos de toda la vida se van sumando esa legión de parados, desahuciados, despedidos, etc. que saben demasiado de angustias y soledades. Esta gente, muchas veces maltratada sin culpa, suele pedir con insistencia justicia y no caridad. Es normal que se echen a temblar cuando quien pasa a su lado se limita a un rezaré por ti. ¡Horror!. Inmediatamente se da cuenta de que no hará nada mas él, dejándole tirado. Nadie responde a su ¿y que mas harás?.
     
    Hablamos demasiado y hacemos mas bien poco. Es fácil aparentar compasión y ocultarnos, a continuación, tras una impotencia que en ningún caso suele ser total y absoluta. Suele ser la forma mas habitual de lavarnos las manos y poner la pelota en el tejado de dios omnipotente, responsable final del bien y del mal. A los católicos nos entusiasma la oración ascensor, es decir, de sube y baja. Nosotros, los buenos, rezamos hacia arriba, para que dios actúe hacia abajo, en favor del beneficiario último. Desafortunadamente, el sistema no funciona. El problema debe de ser que el Dios al que imploramos no tiene mas manos que las nuestras para actuar. Debemos de ser nosotros el único intermediario entre Él y el necesitado. Así que suelo decirme a mi mismo, menos graciasadios y mucha mas acción incluso desde mi siempre relativa impotencia.
     
    Pues bien, bajo este prisma sigo con suma atención los pasos del Papa Francisco. Sus gestos, sus detalles humanos, su preocupación por los pobres, etc., anuncian una forma de actuar muy positiva. Hay que darle tiempo al tiempo para ver si acaban traduciéndose en una acción vigorosa en favor de la justicia, con el objetivo claro de erradicar la pobreza desde su raíz. La beneficencia caritativa está muy bien, como alternativa en los casos límites, pero no es lo que los pobres necesitan. Tampoco les basta el rezaré por ti, si no va acompañado por algo mucho mas tangible. Esperemos que Francisco, desde su poderosa atalaya, anteponga el con el mazo dando, al a Dios rogando.