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Mahoma como excusa

La estrategia del “Choque de Civilizaciones”, que tan irresponsablemente diseñara el politólogo norteamericano Samuel Huntington en un libro del mismo título en la década de los noventa del siglo pasado al servicio del Pentágono, sigue viva y activa, y está siendo atizada de manera organizada por el fundamentalismo islamófobo en Occidente. A las provocaciones de dicho fundamentalismo están respondiendo con especial violencia grupos musulmanes minoritarios alentados por organizaciones islamistas radicales y apoyados por el wahabismo saudí.

El discurso anti-islámico cuenta con pocos seguidores, pero va ganando terreno en los diferentes campos de la vida pública: cultural, político, económico, religioso, cívico, educativo, laboral, familiar, en el imaginario social, en la conciencia de los ciudadanos, y, a veces, tiene su reflejo en las leyes. El discurso da lugar a prácticas beligerantes que cuentan con altavoces muy potentes en no pocos medios de comunicación que difunden y aplauden sus bravuconerías y llevan al extremo el viejo adagio de personas y organizaciones sin escrúpulos morales “el fin justifica los medios”. Su habilidad, solo aparente, consiste en hacer ver que detrás de sus posicionamientos agresivos se encuentra todo Occidente, incluidos sus gobernantes, y en contar con el apoyo de ideólogos que se hacen eco de sus propuestas, las elevan a la categoría de “principios” y les dan un aire de respetabilidad de la que carecen ética y políticamente. Unos y otros atizan el fuego del conflicto y ejercen la misma función iconoclasta de la gasolina que se arroja al fuego para que se extienda, tenga efectos cada vez más destructivos y genere el pánico en la ciudadanía.

Este discurso recurre a diferentes géneros literarios, especialmente la caricatura, el panfleto, el audiovisual, etc. con el objetivo de falsear la realidad y con la calculada intención de provocar la reacción violenta de sectores radicales del Islam. En 2005 fueron unas caricaturas satíricas contra Mahoma publicadas en el periódico danés de extrema derecha Jyllands-Posten y reproducidas por algunos diarios y revistas europeos las que encendieron le mecha de la islamofobia y provocaron reacciones violentas, si bien minoritarias, en algunos países de mayoría musulmana. Un año después vino a echar leña al fuego el desafortunado y, a mi juicio, irresponsable discurso de Benedicto XVI en Ratisbona, donde, citando al emperador bizantino Manuel II Paleólogo, afirmó que Mahoma solo trajo cosas malas e inhumanas y que ordenó difundir la fe musulmana con la espada. En ningún momento expresó su desacuerdo con la cita, lo que pareciera significar que compartía su contenido. Ahora ha sido el video burdo y procaz La inocencia de los musulmanes, que insinúa que Mahoma era homosexual y pedódilo y lo presenta como una persona de costumbres depravadas, al tiempo que su director, Nakoula Basselef Nakoula, detenido y encarcelado sin fianza por estafa bancaria al considerársele un peligro para la comunidad, ha definido al Islam como un “cáncer”. Después vinieron las viñetas del semanario satírico francés Charlie Hebdo igualmente ofensivas contra Mahoma.

La excusa para atizar la estrategia del choque de civilizaciones es siempre la misma: la imagen insultante y deformada de Mahoma, del Islam y de los musulmanes, que viene repitiéndose desde la Edad Media en Occidente en la mayoría de las biografías de autores occidentales y que falsea la verdadera personalidad del Profeta y de la religión fundada por él. Mahoma es presentado y representado como impostor, mendaz, intolerante, libertino, lujurioso, pervertido sexual, despiadado, violento, predicador de la guerra santa, visionario de conciencia alterada, destructor del cristianismo. A la imagen violenta de Mahoma se contrapone la de Jesús de Nazaret considerado como ejemplo de mansedumbre, paz y tolerancia.

Deformada y manipulada es igualmente la imagen del Islam, presentado como religión fundamentalista, uniforme, ritualista, patriarcal, retrasada culturalmente, anti-ilustrada y contraria a la Modernidad, incompatible con la democracia y los derechos humanos, enemiga de Occidente y del cristianismo. Es vista como una religión violenta, “la más violenta de las tres religiones monoteístas”, al decir de Huntington. Se contrapone al cristianismo, que aparece como una religión respetuosa del pluralismo, defensora de la paz, ejemplo de diálogo y de tolerancia, adaptada a la modernidad, etc. A los musulmanes se les muestra como gente violenta, fanática, irracional, que piensan con la espada, predican y practican la guerra santa como sexto pilar del Islam hasta conseguir la conversión del mundo entero a su religión.

Estamos ante una construcción ideológica de la realidad que es necesario desenmascarar. Se trata de una visión maniquea y falseadora de la historia que hay que desmentir. El choque de civilizaciones no es una ley de la historia. Coincido con el líder político y religioso iraní Muhammad Jatami, presidente de Irán de 1997 a 2005 y promotor de la iniciativa “Diálogo de Civilizaciones”, en que las civilizaciones no han chocado. Estrictamente hablando, las guerras del pasado no eran conflictos entre civilizaciones, sino entre Imperios por razones expansionistas. El choque de civilizaciones tampoco es hoy una realidad, y menos aún una necesidad. No tiene justificación alguna. Es necesario desactivar los choques de los fundamentalistas de distinto signo, negarles todo protagonismo en la conducción de la historia y no caer en sus provocaciones. La alternativa es el diálogo entre culturas, religiones e ideologías como el mejor camino para resolver los conflictos pacíficamente, luchar contra la pobreza y construir un mundo inter-cultural e inter-religioso más justo, fraterno y sororal.

Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Islam. Cultura, religión y política (Trotta, 2010, 3ª ed.).

(EL CORREO, 6 de octubre de 2012)

7 comentarios

  • Joan


    Sí hay personas que han destacado y destacan por sus ejemplares, pero no por la religión que profesaban, ejemplo de la transición no es muy afortunado en mi opinión. La teología de la Liberación no deja de ser un híbrido de dos concepciones contrapuestas, en donde una impide el desarrollo de la otra, lo cual es nefasto para las justas aspiraciones de tantas personas sometidas y oprimidas, los fracasos son rotundos . No cabe endulzar las realidades con medias soluciones que al final siempre benefician a los opresores.

  • h.cadarso

      Amigo Joan: Dices “toda organización religiosa es un órgano de la reacción burguesa llamado a defender la explotación burguesa y a embrutecer a la clase obrera”.
      Hace ya mucho tiempo que esta rotunda afirmación resuena en Atrio. En mi opinión, la religión es interpretada por los oprimidos como un recurso y un estímulo para luchar contra el poder y contra la burguesía. Por su parte, los burgueses intentan intrumentalizarla también para sus fines y sus intereses.
      Un análisis histórico del papel que han tenido las religiones confirmaría esta visión. La teología de la liberación no es opresora, creo yo; sectores importantes de creyentes lucharon contra el nazismo hasta dar su vida en el empeño; Gandhi obtuvo la independencia de la India con una visión profundamenta religiosa; hoy el Birmania se produce la revolución del azafrán, o sea la rebelión de los monjes budistas contra la dictadura… La Transición española o salida de la dictadura fue propiciada por sectores importantes de creyentes cristianos católicos. José Bergamín, ferviente católico y promotor del apoyo de los intelectuales de todo el mundo a la república española, se confesabaa “comunista hasta la muerte, pero ni un paso más…”
      Creo que convendría matizar nuestras afirmaciones y ser menos tajantes y rotundos…Ni tanto ni tan calvo, dice el refrán.

  • ana rodrigo

    Pienso que muchas de las cosas que el Islam actual tiene que mejorar, las ha practicado el cristianismo (dígase Santa Inqusición) y, aunque solapadas con teorías “divinas”, algunas (discriminación de la mujer) aún las sigue practicando. Habrá que darle la oportunidad de que la historia moderna haga evolucionar al igual que lo ha hecho el cristianismo. No en todos los lugares ni todas las personas viven la parte más negativa del Islam. Y, desde luego, con enfrentamientos no avanzaremos ni ellos ni la relación entre civilizaciones.

  • Joan

    El artículo laudatorio al islam no lo podía haber escrito mejor un ayatolá islamista. Los adjetivos calificativos y las opiniones que suscita esa religión y sus correligionarios están bien descritas en el artículo, este pretenden, sin fortuna, desacreditarlas pero es tan evidente, tan machacona la realidad que día a día vemos con nuestros propios ojos que hacen que nos reafirmemos en las opiniones negativas que se pretende debatir. Es difícil que los pueblos sometidos, los hombres y sobre todo las mujeres esclavizadas, las minorías masacradas por defender su orientación sexual o su credo político o religioso puedan liberarse del yugo de esa religión. Si toda organización religiosa es un órgano de la reacción burguesa llamado a defender la explotación y a embrutecer a la clase obrera, el islam se lleva el premio gordo. Como bien decía Lenin hay que plantear la lucha contra la religión no en el terreno abstracto, puramente teórico, de prédica siempre igual, sino de modo concreto, sobre la base de la lucha de clases que se libra de hecho y que educa a las masas más que nada y mejor que nada.

  • ana rodrigo

    La larga historia de confrontaciones, guerras y odios de toda índole  entre el Occidente cristiano y el Islam desde casi los inicios de este último, ha sido propicia a importantes desencuentros y a un desconocimiento mutuo entre occidente (teóricamente cristiano) y la cultura musulmana. Ambas civilizaciones han tenido pocos períodos de convivencia, tolerancia y entendimiento,  y sí mucha sangre y odio por ambas partes.
     
    Lo desconcertante es que en estos tiempos sigan las provocaciones, también mutuas. La prensa occidental no comprende porqué su libertad de expresión tiene que ser interpretada como un ataque a lo más sagrado del Islam, Mahoma. Y a su vez, grupos islamistas tampoco comprenden que en occidente las cosas se entiendan de otra manera. El resultado es que seguimos igual que en el pasado, con alejamiento e incomprensión mutua.

     

    Me quedo con este párrafo de Tamayo: “Es necesario desactivar los choques de los fundamentalistas de distinto signo, negarles todo protagonismo en la conducción de la historia y no caer en sus provocaciones. La alternativa es el diálogo entre culturas, religiones e ideologías como el mejor camino para resolver los conflictos pacíficamente, luchar contra la pobreza y construir un mundo inter-cultural e inter-religioso más justo, fraterno y sororal.”
     
    Lo difícil es articular los mecanismos para que esta práctica sea posible, y se pueda conseguir una convivencia pacífica.

  • oscar varela

    Hola!

    Lo que me queda cada vez más clarito
    es que el “Mundo humano”
    es un Escenario muy manipulable.

    Cabría preguntarse qué es el Grupo Prisa para el habla castellana mundial.

    El primer y último bastión del ser humano conviviente
    es “la imago-opinión” en que protagoniza su vida.

    En nuestro tiempo esa “imago-opinión” necesita ser “crítica”;
    e.d. capaz de “Auditoría”.

    Noto el término: “Auditoría”; y pienso un poquito eso de “fides ex auditu” (“las ideo-creencias entran por el oído”).

    La gran batalla a dar parciera estar en el Escenario de los Medios Audio-visuales ¿no?

    Nota de este argentino: nuestro roedor cerebral es el Grupo Clarín que  ¿no depende de PRISA? y, por supuesto, de los pesitos que redituan?

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

    PS.: como dije que: el “Mundo humano” es un Escenario muy manipulable;
    cabría preguntarme dónde estoy metiendo mis deditos neuronales ¿no?.

    Por ahora, también en Atrio, como lo hace Juanjo.

  • oscar varela

    Gracias Tamayo!

    Es bueno que me entere de lo que no me doy “ni idea”.

    ¿Será que por los lares latinoamericanos estos conflictos bajan sensiblemente sus decibeles bélicos?

    ¿Tendremos, acaso, los latinoamericanos una base cultural más “crediticia” que nos da la holgura del humor?

    Tu sabes bien lo que pasa por nuestras honduras americanas ¿no?

    Abrazo – Oscar.