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Mujeres que celebran su Día

palestina Sabemos que es una mujer palestina. Pero no su nombre. Ni la causa de su dolor. Ni el motivo de su lucha. Lo presentimos. Liberarse y liberar de cárceles, muros y cadenas a los suyos, a su pueblo. Poder llevar ternura y felicidad a quienes ama y le han sido arrebatados.

Es un símbolo de la infinidad de mujeres anónimas que desde hace cien años (ver la historia en ATRIO 2009) celebran su día y su dignidad  apretando sus manos heridas contra los barrotes de las múltiples segregaciones. Manos hechas para obrar y acariciar, sin violencia. Los dos siguientes ejemplos de mujer nos abren un resquicio a la esperanza… ¿Nos ofrecéis otros?

 

dominicanaSonia Marmolejos

 La madre dominicana que amamantó a varios de los más de 20 niños  internados en el Darío Contreras de Santo Domingo por lesiones que sufrieron al  caer sus viviendas en Puerto Príncipe tras el terrible terremoto

Durante varios días dejaba en su casa a su bebé recién nacido, tomaba un autobús del transporte público y se trasladaba al hospital  para amamantar a niños haitianos  que se habían quedado sin madre. Haití y la república domincaa siempre han andado a la greña.

 

 

africana

Wangari Maathai

Comenzó plantando árboles en el jardín de su casa y acabó creando el movimiento Cinturón Verde, una organización de mujeres kenianas que ha plantado 30 millones de árboles. Su nombre es Wangari Maathai. El comité noruego de los premios Nobel le concedía a esta mujer keniana, el premio Nobel de la Paz 2004. Era la primera mujer africana que recibía dicho galardón. Con la boca medio abierta y con la sensación de haber recibido un golpe en la cabeza. Así se había quedado una gran mujer africana cuando aquella mañana del 8 de octubre de 2004 recibía una llamada telefónica del embajador noruego en Nairobi. Le comunicaba una noticia: Wangari Maathai, ecologista keniana de 64 años, se le había concedido el premio Nobel de la Paz 2004. Nada más colgar hizo cuatro llamadas: a cada uno de sus tres hijos y a su gran amiga Kathleen Egan, una hermana benedictina estadounidense de 89 años.

Wangari Maathai nació en Nyere, Kenia, en 1940 en el seno de una familia kikuyu, la etnia mayoritaria del país. Estudió en un centro católico. Después de superar brillantemente la escuela elemental, media y superior, quiso seguir estudiando. A los 20 años le concedieron una beca para la universidad católica Santa Escolástica, en Arkansas, Estados Unidos. Allí conocería a la hermana Kathleen y entraría en contacto con una serie de valores que después habrían de ser fundamentales en su vida. En 1966 se licenció en Biología y obtuvo un Master de Ciencias en la Universidad de Pittsburg. Volvió a Kenia y en 1971 se doctoró en la Universidad de Nairobi, donde luego ejerció de profesora de anatomía en veterinaria y zoología.

El año 1976 fundó el movimiento del Cinturón Verde con el objetivo de defender el medio ambiente de su país. Organizó a mujeres agricultoras para que plantaran árboles. A las amigas que conocía las animaba a plantar árboles en sus jardines, en los parques, en los patios de las escuelas o en las plazas de las iglesias. “Cuando era niña me impresionaba una enorme higuera que había cerca de nuestra casa. Mi madre me había dicho que no se podía cortar. No lejos de ese árbol estaba el nacimiento de un arroyo, al que yo iba a buscar agua a mi madre. Cuando la higuera fue talada, el arroyo se secó. Mis hijos nunca verán la enorme higuera. Nunca verán el arroyo. Cuando visito este pequeño valle de mi infancia, siento que la tragedia se abate sobre la tierra que pisan mis pies. Contemplo barrancos que me hablan de erosión del suelo. En las caras de los habitantes locales se refleja el hambre. La leña es escasa, porque se han cortado todos los árboles. Por eso quiero luchar contra la tala indiscriminada de los árboles, la erosión del suelo, la desertización, la contaminación del agua; y también contra la pobreza, el hambre, la esclavitud de la mujer, condenada a caminar horas y horas en busca de leña para cocinar“.

El movimiento que Maathai creó no ha dejado de crecer. Algunos países africanos, como Tanzania, Uganda, Malaui, Lesotho o Etiopía, han lanzado esta iniciativa con bastante éxito. Pero el camino no ha sido fácil. Durante su trayectoria Wangari ha sido insultada en el Parlamento de su país y en la calle, atacada por la policía, amenazada de muerte e incluso encarcelada. Pero ella ha seguido con su actitud apoyada por numerosas mujeres, que han sido las que han plantado los 30 millones de árboles.

Es frecuente ver a Maathai en acción con sus botas de goma, llevando una regadera y rodeada de plantas jóvenes dispuestas para transpantarlas. La nueva Premio Nobel de la Paz nunca creyó que llegaría tan lejos. Pero estaba encantada de que el mundo haya reconocido finalmente el trabajo que se está haciendo. “Quiero dedicar el premio a la mujer africana. Quiero tenerla y estrecharla entre mis brazos. Creo que este premio es un honor dedicado a ella”.

También tuvo unas palabras para sus tres hijos, “que me han visto luchar desde que andaban a gatas, me han visto en prisión y en medio de los bosques”.

Una de las primeras cosas que realizó para celebrar el galardón fue plantar una acacia rosa a los pies del monte Kenia, un lugar que para ella y para las generaciones que le han precedido ha sido una fuente de inspiración. De esa manera expresaba la alegría y el compromiso de su lucha.

Maathai sigue siendo una excepción a la regla de la ausencia de mujeres en el plano político, cultural, social y económico africano. Ella es una de las 18 parlamentarias de su país en un parlamento de 220 escaños y es la viceministra del Medio Ambiente.

18 comentarios

  • Asun

    Acabo de leer vuestros comentarios que tenía pendientes,  me gustan todos, especialmente  los que vienen del poeta de Atrio, Pepe, y nuestra  poetisa de la cruda realidad, Carmen.
     
     Hay muchísimo pendiente aún por hacer antes de eliminar del calendario esta fiesta…Todo llegará…
     
    Gracias a todos.

  • Antonio Vicedo

    Es hora ya, y vamos con mucho retraso, de plantearnos presentar los problemas de desequilibrio humano sobre la realidad del olvido o la suposición de que,  el verdadero dato, o datos, sobre los que podemos hacer operaciones de cálculo que nos den exactitud en la solución o resultado de los mismos, son los factores constitutivos de nuestra personalidad.
    La racionalidad,  apoyada y enmarcada en y por la realidad de nuestro propio ser en tanto sujeto y, como tal, relacionado con los objetos o cosas.
    La libertad,  con la que debe realizarse y actuar siempre este sujeto, en colaboración relativa y respetuosa con todas las otras personas que son igualmente sujetos  y, por lo tanto admitiendo la relatividad de la propia libertad para no reducir o anular la de ninguna otra persona por posible y fácil  que eso parezca.
    Y la responsabilidad como compromiso perene  ante TODOS y ante todo: garantía de autenticidad en el ser y eficacia en el  funcionar,  de la racionalidad y la libertad.
    Desde la falseada consideración teórico-práctica de la realidad de las PERSONAS y de sus PERSONALES RELACIONES nace el desequilibrio fundamental de todo el edificio estructural social y sus propias consecuencias de falsa consideración e injusto y aberrante trato.
    Aunque la diferencia sexual nos conforme desde el principio en la natural diferenciación de hombre o mujer, la identidad que la sostiene y en la que se tipifica es la personalidad que nos individualiza, pero no nos clasifica de ningún modo.
    Todo ser humano es en realidad o potencialmente PERSONA en plena EQUIVALENCIA con todos los demás.
    Sin la firmeza en la realidad de este fundamento, ningún estrato apoyado en él tendrá ajuste y equilibrio real.
    Las relaciones entre mujeres y hombres, machismo y feminismo, no encontrarán ajuste y normalidad relacional, mientras no se planteen y resuelvan en el primer plano de LA PERSONALIDAD.
    Es en él donde la SOCIABILIDAD, pero sobre todo el por qué, para qué y el qué  de las RELIGIONES, tienen que encontrar su razón de ser, o su estorbo y sin sentido, como determinadas y concretas estructuras

  • Josefina G.C.

    Gracias Pepe por estar ahí, compartir tu vida y todo lo que aportas.
    Dale un ABRAZO ENTRAÑABLE  a tu hermana Josefina de su tocaya.
    Josefina  

  • Maite Lesmes

    Pepe SALA, me sumo a reconocer tus talentos de narrador de historias profundas y bonitas. Un abrazote.

  • Maite Lesmes

    Cuando la realidad es sombría necesitamos maquillarla para hacerla soportable o la abordamos desde el punto de vista festivo,  humorístico, para hacerla más llevadera.
    Así hemos convertido en fiesta el 8 de Marzo, cuando desde su institución hasta ahora y en todos los países la desigualdad, vejación y discriminación de todo tipo se cierne sobre millones de niñas y mujeres.
    Mientras sigan existiendo aquellas, ha de mantenerse el 8 de marzo.
    Sin embargo creo que, más que una fiesta,  ha de ser un día de lucha y un día para denunciar tanto las desigualdades como las causas de las mismas.

    Quiero agradecer la progresiva incorporación de más varones a la concienciación de la situación de la mujer en el mundo.
    Quiero reconocer la callada, anónima, valiente… contribución de tantas mujeres en la construcción de un mundo donde la violencia no tiene justificación, donde el egoísmo es un contravalor, donde el ejercicio del poder no significa forzosamente superioridad. Los valores que solemos hacer nuestros valdrían para instituir
    un mundo y una convivencia más humanizados. Lo conseguiremos juntos hombres y mujeres. Para ello necesitamos que las generaciones jóvenes se inpliquen en ello.

  • mªpilar garcía

    ¡¡¡Gracias Pepe!!! Siempre es un placer “escucharte” cuando nos dejas “entrar” de manera tan generosa en tu vida, toda ella llena de actos verdaderamente hermosos…

    Y, ¡¡como los narras!! Me siento entre vosotros, contemplo vuestras caritas; tu frío en el viaje del caldero; tus atenciones con Marco; el amor a tu mujer, a tus hijos, y ¡ah! tu nietica Alma, que nombre tan hermoso, se llena la boca de fuerza y dulzura a la vez, cuando la nombras… ¡Alma!

    ¡¡Gracias Pepe!! Eres genial, bueno, trasparente, amigo… esposo lleno de gozo, padre completo, abuelo feliz, y buen amigo…

    Un brazo entrañable lleno de cariño. mª pilar

    Para todas las mujeres increíbles que van alfombrando los caminos, para las que somos más flojas, sigamos su estela,  con todas nuestras fuerzas.

    A todas ¡¡Gracias!! por vuestra ¡Vida! que nos da vida a todas las que sentimos la necesidad, de hacer, (aunque sea un  poco)  que la justicia se haga luz en este mundo, y nos traiga la paz y solidaridad, hasta que llegue a todos los rincones del mundo, en especial, para los que nada poseen, por la avaricia de ese “resto”… de duro corazón.

  • Lali

    Amigo Pepe… no me salen las palabras. Pero no me quedaré sin decirte que tienes un corazón de caballo.
     
    Un fuerte abrazo
    Lali

  • Carmen (Almendralejo)

    Se cortó
    De esta cálida tierra

  • Carmen (Almendralejo)

    Querido Atrio… Y queridas compañeras, hombres que hacen honor a su género masculino, porque hay que ser muy hombre para no sentir miedo de la otra parte que llevan cosida ¡Nosotras las mujeres! Somos aquel complemento, ese eslabón que nunca ha de faltar en la vida de un hombre.
     
    Tampoco nosotras nos sentiríamos, mujer, y a la vez toda feminidad sin la presencia de ellos. Igualmente quien no tiene miedo a un hombre, a la otra mitad es una gran mujer…
     
    Aquí en España, vemos que hay yugo para muchas mujeres, que aún no somos completamente reconocidas en cuánto damos y aportamos a este mundo, el solo hecho de ser madres ya debería ser un signo de respeto y aprecio para con aquellas que trabajan dentro del hogar y fuera, haciendo doblete y a veces ni siquiera se pueden quejar de cansancio, pues le pueden callar la boca diciendo que se quede en casa.
     
    Y aunque esto cada vez se da menos, no ocurre así con la jornada laboral fuera y dentro, pocos hombres prestan sus energía para que el hogar sea hogar para tod*s y no solo para cierta parte de la familia.
     
    En el trabajo, escucho decir a más de una compañera, que prefiere trabajar hasta los fines de semanas ¿Por qué? Sencillo, simplemente porque en esos dos días hace el trabajo de toda una semana:
     
    Ropa y plancha
     
    Compra y la comida para la semana
     
    Dar veinte vueltas a los armarios, y ordenar el desorden de varios días
     
    Limpiar a fondo, baños y cocinas, salón etc
     
    Y para colmo debe estar de buen humor y ponerse guapa, pues igual la pareja quiere tomar unas cervezas y salir un rato… Más trabajo para ellas.
    No creáis que esto es anecdótico y que no es más corriente de lo normal, porque lo es.
     
    Dejo este tema y hablo de Afganistán ese que está liberado, y el que un marido puede matar a su mujer por escribir poesías.
     
    Chistina Lamb, relata una historia espeluznante sobre Nadia Anjuman, una mujer afgana de 25 años, y poetisa… En su tumba muchas mujeres se postra como señal de dolor por su muerte prematura, causada por la sin razón del marido, de un hombre que solo ha visto a esta dulce mujer como un objeto, que para nada debió sentir y concebir que la vida desde una odas se hueles y se palma, que nos impregna los sentidos de los más insignificativo, y que se puede descubrir el alma de cualquier objeto con solo mirarle con los ojos de un* poet*.
     
    El mundo, desconoce a miles de mujeres que como Nadia, han desaparecido a manos de aquel que cuestionaba su propia vida, sus pensamientos y hasta el dolor que a veces se siente por cuanto se percibe.
    Laila Razegi, relata como fueron quemados los libros en Afganistán, a la caída de los talibanes, y como se les prohibió las lecturas y encerraron a las mujeres.
    En Herat, hay un Club de Literario, una casa de adobe con un cartel “LA AGUJA DE ORO. CLASES DE COSTURAS PARA MUJERES”
     
    En este taller seis mujeres con burka, entre las costuras guardaban, los bolígrafos y cuadernos, porque allí tres veces en la semana un profesor les hablaba del Shakespeare, Dostoievsky, Joyce y  otros autores prohibidos.
     
    Aquí Nadia Anjuman crecía en saber y gustar lo que esconde la poesía, aquello que ella misma sentía, desde los 10 años de vida, y a pesar de entrar en la universidad una vez que los talibanes fueron expulsados, aunque no su modo de pensar en la sociedad y los varones.
    La poesía de Nadia, es “Un pájaro sin alas” cuantas mujeres hemos dicho esta frase ¡Cuantas a lo largo de nuestra vida!
     
    Ella fue asesinada por su marido, después de grande palizas por coger papel y pluma, nuevamente no le perdonó este hombre que ella fuera más conocida y reconocida que él… un mes en la cárcel, y cuando salió volvió a su trabajo quedándose con el hijo de ambos…
    Nadina escribió “Flor oscura” un vaticinio de lo que muchas mujeres son, somos cada vez que sobresalimos o cortamos las esposas que nos enclaustran.
    Cuando se vuelva a contar la historia, se escribirán, desde unos primas, y una mirada unas  grandes enciclopedia de este o del otro siglo, pero pocas reconocerán a las Flores que permanecen ocultas…  sus nombres y su valentía fueron cortada con la hoz  de aquellos hombres que no supieron y aprendieron a amar a las mujeres.
    ¡Ojala! Que el día de la mujer desaparezca… sería buen augurio

    P.D: Pepe, cuando veas a tu querida hermana dale un abrazo lleno de amapolas, de olivares y viñedos, de esta cálida.

  • Pepe Sala

    Gracia, Gabriel
    Gracias Lali… te mando esta especialmente dedicada para ti:
    —–
    Pido disculpas por hablar de mi propia hermana, pero es el caso que mejor conozco y pido, a quienes lo lean, que extiendan la historia a otras mujeres en circunstancias similares. Sin duda hay miles de Josefinas en España… ya voy a contar una pequeña reseña de mi hermana mayor.

    Se cuenta que durante un bombardeo de una ciudad cualquiera ( hay tantas que ya da igual dar nombres) una niña escapó entre las explosiones que habían matado a sus padres. Su hermanito pequeño iba agarrado a su cuello como si se tratase de un mono. La niña corrió desorientada muchos kilómetros sin soltar su preciosa carga y llegó a un campo de refugiados donde se sintió libre de las amenazas del bombardeo. Una señora le arrancó a la fuerza al niño que llevaba cargado, mientras le decía:

    –Pobrecita niña , estarás muy cansada por haber cargado tanto tiempo al niño sobre tu espalda…

    –No, señora- contestó la niña- no estoy cansada, es mi hermanito…

    Mi hermana Josefina era una niña aún cuando se hacía cargo de unos cuantos hermanitos más pequeños. Mis padres se veían obligados a ir por los pueblos en busca del trabajo que les permitiera sacar adelante la numerosísima prole ( que no paraba de acrecentarse) Cuando mis padres iban a pueblos lejanos ( podían pasar de 30 kilómetros de casa) tenían que dormir fuera de casa y era mi hermana mayor, Josefina, la que se quedaba al cargo de toda la récua.

    La asistencia a la escuela, hablo de una niña de 12 años, se había hecho imposible porque, además de los cuatro hermanos mayores , estaba yo con sólo tres años, insuficientes para ser admitido a la escuela. La maestra hizo alguna gestión y consiguió que me admitiesen para que mi hermana pudiese ir también. Aquel año, en la Iglesia de Valmeo, tanto la maestra como mi hermana Josefina disfrutaron un montón porque consiguieron enseñarme de memoria la poesía que me tocó recitar en el día de la Virgen del mes de Mayo:

    Me llamo Pepín
    y tengo tle año
    Adió Virgencita
    Hata otlo día
    Hata otlo año.

    No recuerdo que Josefina durmiese sola en una cama. Siempre tenía compañía infantil y todos los despertares eran húmedos…cuando no más pegajosos. No recuerdo ni una sola queja por lo que a todos nos parecía lo más lógico: era la hermana mayor y ejercía como tal. Nunca nos paramos a pensar sobre lo tremendamente injusto de una situación, dramática para todos, pero que recaía especialmente sobre Josefina, y las cosas se iban desarrollando como si se tratase de lo más normal de mundo.

    Josefina crecía bellísima. Se comentaba que posiblemente fuera la muchacha más guapa de Liébana. Los paseos por Valmeo de personajes que nunca habían tenido interés por el pueblo se iban repitiendo. Incluso uno de los guardias civiles del cuartel de Naroba se interesaba demasiado por lo que nunca se había interesado nadie:

    “ Es que me hace mucha gracia ver comer a los niños”,-sentados en el suelo, encima de un saco de cuerda y con el plato entre las piernas… ( Muy gracioso, ojalá le haya tocado disfrutarlo con sus propios hijos)

    Cierta noche, puede que fuese del año 1955, mis padres se habían quedado en cualquier pueblo. Josefina tendría unos 14-15 años. Mis hermanos más mayores dormían en la cuadra que una vecina nos dejaba porque ya no entrábamos todos en la raquítica casa medio destartalada. En la misma cuadra, sin ningún tipo de separación ni desventaja, dormían las cabras de la vecina…y miles de pulgas.

    No sé qué hora sería, pero llevábamos horas en la cama. De pronto un sobresalto sobrecogió a pequeños y mayores. La pareja de la Guardia Civil de Naroba había dado un patadón a la desvencijada puerta de la casa y entre aterradoras voces destapaban a los niños sin ningún miramiento. Los niños gritábamos más que los guardias, completamente atemorizados y los guardias repetían insistentemente: ¿ Dónde está Juanín? ¿ Donde está Juanín?… a la vez de amenazarnos con los fusiles y arrastrar sin contemplaciones cualquier cosa que pudiera esconder a un hombre.

    ¡¡ Si no entrábamos nosotros en la casa!!… ¿ cómo coño se iba a esconder allí uno de los del Monte?

    La memoria me abandona a partir del trauma nocturno. Nunca me he atrevido a preguntar a mi hermana cómo acabó el asunto, a Josefina no le gusta remover tiempos pasados; no me extraña. Puedo imaginarme el enorme poder de convicción que tuvo que echar mano para calmarnos a los más pequeños. Creo que fue aquel mismo año cuando mi hermana se fue a “ servir” a Santander . En el año 1957 Juanín sería asesinado en La Vega y nosotros nos fuimos a vivir a Potes. El antecedente de la famosa Ley Corcuera no se repitió en Potes, aunque sí otros tipos de represión no menos traumática.

    Mi hermana encontró un buen hombre con quien formó una preciosa familia y vive lo felizmente que ciertas circunstancias permiten, apartada de todo tipo de política que jamás entendió, que nunca eligió y que tanto sufrió.

    ¿ Que no son historias heroicas?…de acuerdo; pero ya me gustaría ver a Agustina de Aragón ( por ejemplo) en las circunstancias de mi hermana Josefina…

  • Gabriel Sánchez

    Pepin, gracias por compartir, algo tan entrañable…tan hondo, por estos lugares, hubo muchos “calderucas” que se debieron vender e incluso muchas mujeres solas, que criaron sus hijos a pura lucha y trabajo…Por eso toda mujer es motivo de Esperanza, son ademàs de la sal del mundo…eternas luchadoras…muchas veces anónimas de lo cotidiana…Un abrazo a todos, pero a las mujeres, GRACIAS.- Gabriel

  • Lali

    Estremecedor tu relato de La Calderuca, amigo Pepe. Lo ha leído ya tres veces y no pasará el día sin que lo lea algunas más.
     
    Un abrazo
    Lali

  • Asun

    quise decir “le enseña a saber esperar confiando” 

  • Pepe Sala

    LA CALDERUCA

    Los tiempos no animaban a regalos ni a detalles. La consigna, casi exclusiva, era la supervivencia. A pesar de todo, alguna vez, la casualidad permitía alguna licencia agradable y se conseguía ofrecer el detalle.

    Mi padre había estado trabajando en Sotres, y en los días que había estado fuera juntó algún dinerillo. Los asturianos eran buenos clientes. Traía además algunas cosas que consiguió al cambio. ( muchas veces se cambiaba el trabajo por cosas en vez de dinero) Había hecho una ganga con una calderuca de cobre. Estaba negra de hollín y bastante abollada, pero eso no suponía ningún problema. Limpiar cobre, latón, bronce etc. era una actividad que había llenado muchas perolas en nuestra casa. Las abolladuras no eran ningún problema para el mejor hojalateru de Liébana ( y parte del extranjeru) La calderuca quedó preciosa.

    — Cuantu me fastidia tener que deshacéme de esta calderuca tan guapa.— mimosea mi madre.

    — Coño, pos no la vendas…. Abróchatela pa ti.

    A mi madre se le agrandó la sonrisa. En sus sencillos y humildes sueños pensaría que una calderina tan guapa no la tendría ni el de La Casona, y puede que ni Dn Manuel Palacios… La colocó en un lugar preferente desde donde pudiese admirarla y lejos del alcance de la récua de chiquillos que pululábamos por la casuca de Valmeo.
    Con qué esmero limpiaba su regalo; se reflejaban las caras en su brillo… Puede que no tuviese las suficientes sábanas para las camas y puede que las ropas y calzados no fuesen muy adecuadas ( ¿ quien las tenía entonces?? ) pero tenía su calderuca. Al menos los sueños estaban a salvo.

    Sin sábanas se puede sobrevivir, y sin buenas ropas también; pero sin alimentos adecuados….

    — Los mis hijos no han pasau hambre nunca, y jamás la pasarán mientras yo tenga cinco deos en ca mano. Burros, gatos, erizos.. lu que haiga, piru hambre nunca…( al hilo de los burrines que comíamos tengo una anécdota muy entrañable cuyo protagonista fue aquel gran médico y persona que se llamaba Dn Eluterio. Ya os la contaré otro día)

    El problema era la leche. Los pequeños necesitaban leche, y nosotros no teníamos ganado. Era complicado conseguirla.

    — El pequeñu se ha puestu malu; nos hace falta bastante leche pa curale. Dn Marcial ca vez exprime más la leche en polvu y corta más pequeñu el cachu de quesu de bola. Diz que somos muchos a repartir y ca vez lu mandan menus bidones de leche.

    —- Bah. Haz casu de lu que diga Dn Marcial. Si va alguien con dineru ya verás que prontu apaece leche de sobra, y tiene quesos pa echalos a roar.

    —- ¿ Tu cres que Dn Marcial vendería lo que le dan pa repartir entre los necesitaos??? ( se decía probes)

    —- Qué inocente eres, Mariuca; pos claru que lu vendería.

    Mi madre miró al niño enfermo y miró su calderuca. No le costó nada decidirse. Ella no tenía muchos estudios; pero dominaba el tratu ( el cambio) como pocos. Cogió la calderuca y se presentó en La Vega en la casa de Dn Marcial.
    Cuando volvió a Valmeo bajaba cargada con leche en polvo y queso de bola para una temporada. A su niño ya no le faltaría la leche para curarse…

    Alguna vez que subí a La Vega a por la bolsuca de leche y el trozo de queso de bola que los servicios “caritativos” de Acción Católica daba a las familias necesitadas, vi la calderuca de mi madre en el aparador que estaba situado al lado del cuartucho donde la hermana ciega de Dn Marcial exprimía su caridad.
    Hace pocos días hemos recordado la anécdota mientras limpiábamos unas calderas de cobre que tengo de adorno.

    — La mi calderuca era muchu más guapa, Pepín—- (mi madre aún tiene la sonrisa amplia) “”

    ( Está escrita hace unos 10 años)

  • oscar varela

    Hola españolitas, Felicidades!
    ···········
    GUAJAVicente Neria
     
    Ven acá, granuja
    ¿Dónde andas, so guaja?
    Hoy te mondo los güesos a palos.
    No llores ni juyas, porque no te escapas.
    Yo no sé lo qué hacer ya contigo.
    ¡Me tienes mu jarta!
    A ti ya no te valen razones.
    A ti ya no te valen palabras,
    Ni riñas, ni encierros,
    Ni golpes, ni nada.
     
    Te dije al marcharme: -Levántate pronto,
    Y estira esos huesos, y dobla las mantas,
    Y enciende la lumbre, y arrima el puchero,
    Y enjuaga las ollas, y barre la casa.
     
    Y vengo y me encuentro, grandísimo pillo,
    La lumbre sin brasas;
    La puchera, sin caldo ni pringue;
    La vivienda, peor que una cuadra;
    La burra, sin pienso; Las pilas, sin agua.
     
    ¿Segaste la hierba? ¿Trajiste la paja?
    ¿Regaste los tiestos?
    ¿Cerniste la harina? ¿Clavaste la estaca?
    ¿Comió la cordera? ¿Bebió la lechona?
    ¿Cogiste los güevos? ¿Mudaste la cabra?
     
    ¿Y a ti que te importa? ¿Pa qué quiés cansarte,
    Si aquí está la burra que tó te lo jaga?
    ¿Te piensas, granuja, que ha de estar tu madre
    Jechita una negra, quemándose el alma,
    Pa que tú me malgastes el tiempo,
    Que da más que lástima,
     
    Jecho un ropasuelta, Jecho un rajamantas,
    Por esas callejas detrás de los perros,
    Por esos regatos tirando a las ranas,
    O buscando níos por las zarzamoras,
    Que así estás de lindo, grandísimo guaja?
     
    ¿Y ese siete tan guapo en la blusa?
    ¿Y esos pantalones tan llenos de manchas?
    ¡Qué gorra más limpia! ¡Qué medias tan majas!
    ¡Qué pelos tan lindos!¡Qué codos, qué cuellos, qué puños, qué mangas!
    ¡Yo no sé lo que hacer ya contigo!
    ¡Me tienes mu jarta!
     
    De sobra conoces que somos solitos,
    Que ya no tenemos quien nos lo ganaba…
    Que la vida de toitos los pobres
    Es vida de lágrimas…
     
    Pero ni por esas.
    A ti, que te dejen roncando en la cama,
    Y te pongan la mesa tres veces,
    Y rueden los días, y viva la holganza.
     
    Súbete esos calzones, so pillo;
    Átate esos zapatos, so randa,
    Quítate esos mocos, Lávate esa cara,
    ¡Y vete ahora mismo donde no te vea,
    que me tienes, me tienes mu jarta!
     
    Te aseguro, chiquitín, te aseguro
    Que esto se te acaba.
    En dende mañana, a la cola del burro;
    Conmigo a la plaza, Conmigo al molino,
    Conmigo a la jaza;
    ¡A suar fatigas! ¡A mojarte el alma!
    Ya verás las penitas que cuesta,
    Ya verás con qué ajogos se gana
    Ese pan que tan cómodamente
    A lo bobo, a lo bobo te zampas.
    Y ahora, a la cama, a la cama.
     
     
    La aurora se acerca, Espléndida, diáfana.
    Lentamente despliegan los campos
    Su manto de escarcha.
    La madre, afanosa se tira del lecho
    Y sus toscos aperos prepara,
    Que ya espera, más ruda que nunca
    La brega diaria.
     
    Cariñosa y tierna, Se acerca  ala cama,
    Donde el niño cándido, Tranquilo descansa.
    Un instante contempla amorosa
    Su faz sonrosada,
    Y después, con cariño ferviente,
    Dando un beso en sus labios, exclama:
     
    – ¡Yo turbar ese sueño tan dulce!…
    ¡No fuera quien soy, ni tuviera entrañas!
    ¡Juega y brinca y destroza, hijo mío!
    ¡Tu madre lo gana!

  • Creo que esta nota cabe bien aquí
    Representante de ONU visitará a indígenas presas
    La otomíes Alberta Alcántara y Teresa González permanecen en el penal de San José el Alto en Querétaro, acusadas de secuestro en contra de agentes de la AFI

    http://www.eluniversal.com.mx/notas/664081.html

  • Uy…. no me provoques Antonio, que te lleno la página 😉

    Fuera de broma. Mujeres que nos llenan de esperanza? Montones y montones. Basta con leer Atrio!!!

    Las primeras que me vinieron a la cabeza a leer la entrada fueron Doña Trini, Elvira y Cristi; de largo caminar por la justicia en Pasta de Conchos. También las madres de los niños y niñas muertas en la guardería ABC, en Sonora. También Ismene y Gaby, sonorenses a quienes conocí ahora que fui allá a la última sesión del Diplamado en Derechos Humanos Laborales.  Y la Marche que camina en Montreal; y mi hermana Adriana; y mi hermana del alma Carmen en Querétaro…

    Y muchas, y muchas y muchas más.

    Me atrevo a compartir algo que escribí regresando de un encuentro sobre educación popular, en el que la gran discusión de los pasillos era justo ¿cómo alimentar la esperanza?. Cada frase se refiere a mujeres – y a un par de varones- reales y concretas.
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    NUTRIR LA ESPERANZA

    Te veo
    mujer de 33 años, mestiza, guatemalteca
    mujer en búsqueda,
    en lucha
    enamorada
    amable

    Te veo
    mujer de cincuentayquéimporta años
    experimentada
    lúcida
    pésima contando chistes
    extraordinaria oteando nuevas veredas

    Te veo
    varón de barbas y videocámara
    con huaraches, tequila y preguntas
    para retar, para comprender,
    para provocar

    Te veo
    con tus 35 años de experiencia
    como educador popular
    completamente jalisquillo
    totalmente dispuesto a aprender de quien está enfrente

    Te veo
    escandalizada por las provocaciones
    de este abogadillo defeño;
    y comprendo que si alzaste la voz
    fue para defender lo que en tu comprensión
    es irrenunciable para defender a los pequeños

    Es tan fácil nutrir la esperanza
       basta con verte…
         con verme…
             con vernos.

  • Asun

    La parte femenina de todo ser humano puede “ver” lo  oculto de las cosas donde todo está en conexión. Le enseña a saber esperar confiado:
     
    Veinte golpes de martillo quizá no logren romper la piedra, pero el vigésimo primero podría hacerlo.
    Esto no significa que los veinte golpes no sirvieron de nada. Cada uno de ellos contribuyó al logro final.
     
    Sri Sathya Sai Baba