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Tiempos de ancha fe

Carta abierta a Joxe Arregi

Amigo Joxe:
El aprecio que te profeso creo que da oportunidad para un sano diálogo público, garantía para un fraterna reflexión en voz alta en torno a las cuestiones que planteas en tu reciente y controvertido artículo Tiempos crédulos . Me pongo a la pantalla en el convencimiento de que éste no es un debate personalizado, sino una reflexión que habita en el interior de sinceros buscadores en nuestro entorno. Escribo porque a la vuelta de nuestros disensos, de seguro que siempre nos encontraremos “en ese barro que nos amalgama, en esa ceniza que nos libera”, en la variada geografía de una fe que pretendemos más y más ancha.

Joxe, amigo, no nos quedaba otra. Sólo podíamos salir a los mil y un caminos que mentas en tu carta, sólo podíamos errar una y mil veces. Sólo nos quedaba buscar y en esa búsqueda padecer todos los extravíos… Había que salir de la casa de la Iglesia. No podíamos repetir eternamente las mismas letanías; encerrarnos de por vida en las mismas, limitadas y claustrofóbicas verdades. Teníamos que salir Joxe y perdernos y conocer muchas de las opciones que tú mentas, debíamos explorar e intentar digerir esas teorías también dentro de nosotros mismos. Teníamos que aprender a distinguir lo genuino de lo falso…

Dicho sea con todos los respetos, nos terminó agotando aquel Jesús derrotado, crucificado, monopolizado por una Iglesia que sentíamos más y más ajena. Nos terminó saturando aquel Jesús tan cargado de espinas y preceptos, tan secuestrado por los purpurados. Ni siquiera nos podíamos quedar con un Jesús comprometido, sin Iglesia, un Jesús latinoamericano de liberación, ni con la sola teología de la Tierra… Necesitábamos cerrar todos los misales, los catecismos, incluso los manuales más o menos avanzados que ponían límites a la búsqueda, al viaje vital, seguramente también desorientado, de nuestra conciencia. Necesitábamos de un Jesús que nos acompañara hasta el límite de nuestros interrogantes, que fuera nuestro guía en una encrucijada más de ahora que de la Galilea de entonces. Necesitábamos de un Jesús que nos hablara de quiénes somos en realidad, de dónde venimos, de a dónde vamos…; que nos presentara una revelación más actual, nos diera la mano y nos llevara hasta la misma puerta de los grandes misterios. Un Jesús que de vuelta nos condujera hacia espacios más plurales, más compartidos y menos exclusivos…

Con mayor o menor acierto salimos al paso de un Maestro Jesús más cercano, más unido a una humanidad crecida en 2000 años de historia, a una cristiandad heterodoxa que se formula cuestiones existenciales que quizás no se hacían los pescadores del Tiberíades, ni los pastores de Galilea. En realidad, siempre desearemos salir al paso de las últimas verdades. No nos podíamos quedar con el manual del catecismo del cole, pero tampoco nos colmaban de forma definitiva, dicho con todo el cariño y afecto, los superventas clandestinos que nos acercan un Cristo meramente histórico. Nos apasiona la historia, pero es que ya se ha abierto para la humanidad la ventana de un cosmos infinito. Con mayor o menor atino salimos al paso de un Jesús enmarcado en un contexto más universal. Quizás Jesús tenga otro rostro, como el que nos muestra por ejemplo la tradición esotérica, o la tradición oculta del propio cristianismo. Algo de lo que nos pueda acercar Madame Blavatsy, Annie Bessant, Alice Bailey, Josefa Rosalía Luque de Alvarez, Daniel Meurois Givaudan… El Jesús miembro de una Jerarquía de Luz y por lo tanto de servicio, Él que habló con diferentes labios en razón de a quien se dirigiera, esbozando diferentes iniciaciones, sugiriendo diferentes compromisos, Él que jamás creó institución alguna, el Jesús vinculado a los Misterios Mayores, el reverenciador de la energía femenina, el que recorrió medio mundo en busca de atisbos de mayor sabiduría, Él que amó también como hombre en el más elevado sentido, Él que se dio por entero a una humanidad, conociera ésta o no su nombre…, no es un Jesús necesariamente  preso de los superventas norteamericanos.

Hemos tratado de encontrar ese rostro más contemporáneo. En realidad la revelación ocurre a cada instante. Seguramente no se acabó en aquel madero del Gólgota, no la sellaron sus clavos. La revelación quizás ocurra a nada que nos abramos a ella, aún corriendo el riesgo de equivocarnos. Hay importantes revelaciones en las disciplinas, caminos y opciones que mentas, Joxe. Por supuesto que es la hora de aguzar la mirada, por supuesto la era de la información es también la de la gran confusión. Pero ya, por nada del mundo, la humanidad puede volver a los púlpitos de la verdad única, a los confesionarios de peaje desmedido. En los confesionarios hubimos de abandonar lo más preciado: nuestra dignidad, nuestro derecho a comunicarnos directamente con el Origen. Tras los tiempos de las doctrinas únicas, vienen los tiempos de la sobre-oferta y las rebajas, pero eso ya es inevitable.

El misterio nos llama en su aspecto vivencial y práctico. No estamos embarcados en ninguna aventura intelectual. El misterio nos atrae en la medida que nos ayuda a situarnos, que nos coloca más ubicadamente antes nuestros desafíos últimos. En las disciplinas y teorías que has mentado hay respetables respuestas a esos misterios insondables de la vida.

Primen los caminos responsables. En la búsqueda del misterio, el amor y la entrega a los semejantes deberán estar a la vuelta de todos los interrogantes. La exploración de las preguntas esenciales, no podrá ser a costa del abandono de un mundo necesitado. No hay progreso en la vertical sin compromiso en la horizontal. Probablemente una asignatura pendiente del conglomerado “nueva era” es un mayor acento en el aspecto servicio, en el compromiso más expreso con la humanidad y sus grandes causas. No podemos caer en el tremendo error de creer que nos podemos “iluminar”, con un poco de suerte en una sesión de apertura de “chacras” de fin de semana. No hay apuesta de crecimiento espiritual que no pase por intentar mermar el dolor del mundo. No hay evolución posible que no implique donación a nuestros semejantes y a la vida en general.

El hacer valer nuestro discernimiento no nos empuje a cerrarnos en banda a la nueva conciencia que baña nuestro mundo. Permíteme por lo tanto la osadía de sugerir alguna asignatura pendiente en el ámbito de los cristianos de progreso, como pudiera ser la de la flexibilidad, la de la apertura mental, la de la superación por ejemplo de los dogmas que acompañan a la Iglesia y su entorno desde que en el siglo IV, el Concilio de Nicea suprimió la creencia en la reencarnación.

Esta flexibilidad puede acercarnos entre nosotros. Flexibilidad para comprender que es difícil en una única vida física completar nuestra carrera evolutiva; para concluir que en una sola vida no nos podemos jugar la eternidad; para intuir que necesitaremos muchos, muchos intentos para alcanzar la pureza y perfección que nos asegure un lugar a la diestra del Padre-Madre; para vislumbrar que, sólo a la luz de la reencarnación, se puede entender la abismal diferencia de condiciones en las que nacen unos y otros niños a lo largo del mundo… Una mayor flexibilidad para abrirnos a otras Leyes, más allá de la de la reencarnación, pautas superiores que nos introducen también en una vida superior…

¿Y si los registros akhasicos añadieran poco más misterio a la hora de acumular información que el del “pen drive” que cuelga del ordenador? ¿Y si la Atlántida no fuera un enigma ya ni para los científicos que comienzan a avalar su existencia, ni para la tradición esotérica que siempre ha postulado que un día fue? ¿Y si el euskera que gozan nuestros labios pudiera tener que ver más que lo que nos pensamos con el continente perdido? ¿Y si una Jerarquía de servicio y absoluta donación sí fuera, sí reinara; y si un conjunto de Gran Seres sí tutelara, con pleno respeto del libre albedrío, la evolución del planeta…? Es difícil imaginar hasta dónde habrá de ancharse nuestra pobre mente finita en los próximos años. Y si comenzamos a ejercitarnos, si comenzamos a abandonar verdades inamovibles… Cada quien ensancha su mente a voluntad, pero en ello consiste la libertad. Huelga criticar el ancho de banda de otros. No hay una anchura estándar. Cada quien imprime a sus creencias de la flexibilidad que considera oportuna. Al fin y al cabo, todos somos dotados de la facultad de discernimiento.

Los monopolios de Dios se acabaron un poco antes que los de las grandes compañías. Otras “ofertas” espirituales también han entrado en el escaparate, que no en liza. Ceden ya monopolios del infinito, porque Él, Ella sería Quien primero rechazaría el camino único.

Se está dando ya un encuentro con una Iglesia más auténtica que tú y otros buenos hermanos católicos, encarnáis. Presiento que es sólo el comienzo. Te escribo y lo hago públicamente, porque confío en ese mayor acercamiento. El “activismo interreligioso” en el que estamos inmersos en los últimos tiempos, apenas nos ha permitido abordar estas cuestiones necesarias, esos disensos que apuntas. Hemos de manifestarnos como quienes realmente somos para poder progresar en ese camino conjunto. Al fin y al cabo tenemos la garantía que siempre nos reencontraremos, más allá de nuestros disensos, en torno a un altar universal, en torno a la llama de la unidad que crepitará en nuestros corazones, o en medio de prados ceremoniales. Al fin y al cabo nos seguirá uniendo también “el canto de la malviz en la punta del aliso”…

Una de las grandes esperanzas para la humanidad estriba en esa progresiva unión entre los seguidores del Cristo de dentro y de fuera del cristianismo. Así ha sido ya anunciado. En ello creemos y para ello trabajamos. Por eso, estas palabras lejos de ser arrojadizas, pretenden ser nutrientes. Resta mucho de mutuo aprendizaje. Estas palabras nacen del convencimiento de que esos lazos incipientes está llamados a consolidarse, de la seguridad de somos llamados a testimoniar más y más unidad por encima de nuestras diversidades.

Creo que sí vivimos tiempos de fe, pero de una fe más policroma, más sin dueño, más de todos y de nadie. Yo no diría, Joxe, que son tiempos crédulos, pues ello puede interpretarse como infravaloración de otras creencias. Cierto, reina la confusión, pero ella no es sino fruto, consecuencia de tan largos tiempos de pensamiento único. Merece la pena pagar la broma de todos esos “cursos de tantra” que se nos cuelan en la bandeja de entrada de nuestro correo, merece la pena el peaje de la confusión, incluso la oportunidad abierta a los mercaderes sin escrúpulos… Es algo del precio de nuestra libertad.

Estella, Zumaia, Donosti… y sus foros y sus espacios de encuentro plurales nos han unido, pero seguramente estamos en los comienzos de alianzas de más largo recorrido. Por ello hacemos votos. Éstas y otras plazas sigan brindado sus espacios de unión en la diversidad, de apertura a lo  nuevo  que por doquier nos está alcanzando.

Hayan podido contribuir humildemente estas letras a un diálogo latente y pendiente. Ahora y siempre por encima de puntuales y virtuales disensos nuestro profundo sentido de agradecimiento, Joxe, por tu testimonio valiente de vida, por tu donación y entrega en los espacios de encuentro que hemos promovido, por tus  presencia siempre solícita, alegre y desinteresada, por tu aportación siempre creativa, poética y trabajada, por tus palabras siempre arraigadas en una profunda fe.

Por  ello y por mucho más que aquí no cabría mentar, siempre gracias Joxe. Fuerte y fraterno abrazo.

Koldo Aldai

13 comentarios

  • olga Larrazabal

    Un agregado:  No incluí la salvación, porque no creo en el pecado original.  Creo si en la liberación de la prisión de nuestros conceptos fijos, pobres, poco creativos, sobre estructurados, que nos impiden aumentar nuestra conciencia. Y ese intento de abrir la conciencia, es el camino de la espiritualidad.  Y requiere flexibilidad, humildad, y un montón de sentido común y discernimiento, y estar dispuestos a asumir que este cambio nos puede perjudicar con respecto a ciertas posiciones de poder o riqueza o status que tenemos y que consideramos que nos las merecemos.

  • olga Larrazabal

    Querido Xabier:  Buena idea la de probar a lo Oscar aunque yo soy más parlanchina. Lo que digo es mi versión del tema, y está basado en mi experiencia particular. Veamos si nos entendemos
    Concepto de Dios:  El que te haga más sentido y te haga más  feliz y saque lo mejor de ti mismo para contribuir a vivir en paz y alegría con todo lo que nos rodea: los gatos lo, robles, los renovales de los árboles, los mares y la atmósfera, incluso Impuestos Internos y los achaques de la tercera edad.
    Espiritualidad: Camino que permite el ensanchamiento del campo de la conciencia, que te permita conocer y sentir la belleza y alegría del cosmos, y ser parte de ella y de los sentimientos que emana:  Sentimientos de plenitud, de compasión y  de arrobo.  La espiritualidad no es necesariamente religiosa, en el sentido de trascendencia y de tener un Dios por detrás.  Puede ser un camino para quién necesite del concepto de Dios o que lo busque.
    Extasis:  estados que puede experimentar un ser humano, cuando participa de los sentimientos de compasión, arrobo y plenitud.  Estos estados pueden venir sin necesidad de entrenamiento previo, los japoneses los llaman “satori”  porque en nuestra configuración cerebral biológica deben existir centros y circuitos para tenerlos.  El orgasmo corresponde a un satori, regalo de la naturaleza sin distinción de clases ni de credos.  Te adjunto algo muy interesante:  http://www.ted.com/talks/lang/es/jill_bolte_taylor_s_powerful_stroke_of_insight.html
    Los budistas aprovechan esos circuitos y los entrenan con la meditación.  Y dicen los neurobiólogos que han experimentado con monjes budistas, que con la meditación se logran estados de felicidad.   Las drogas son un medio para producir esos estados, por eso son tan adictivas.
    Me parece que tu estás definiendo las consecuencias deseables de eso 3 conceptos:  Dios, Espiritualidad y  Extasis.  Ojalá el concepto de Dios no te impida el camino de la espiritualidad al ser estático o antropomorfo o te haga ilícito el extasis. 
    Y que la búsqueda del Extasis no te lleve por el camino de la droga, ya que ahí se queda solamente en la sensación, no genera creatividad, ni enriquecimiento, sino dependencia física de esa que te lleva más bien al hoyo que a la gloria.
    El camino de la Espiritualidad, tiene sus bemoles, porque arrancar de este mundo no significa llegar al cielo.  la cosa va por la Conciencia, y ese camino tiene sus pies bien puestos en la tierra.  Y esa postura de los pies en la tierra se ve a través de las acciones con el prójimo, y es ahí donde recaló Jesús cuando se dio cuenta que su concepto y vivencia de Dios lo llenaba de un humanismo que lo invadía todo y de una amor que seguramente le generaba éxtasis y que lo hacía entender todo.  Ahí tenemos un tipo iluminado.

  • Javier Renobales Scheifler

    Lo que necesita la Humanidad no va, ni de lejos, por donde dice Aldai, a mi modesto modo de ver.
     
    Dice Koldo Aldai:
     
    “… una Iglesia más auténtica que tú (Arregi) y otros buenos hermanos católicos, encarnáis.”
     
    ¿Más auténtica que cual, que la ICR?
     
    Y ¿cómo se llama esa Iglesia, la ICA o Iglesia Católica Arregiana?
     
    Ya, una Iglesia sin nombre, pero más auténtica que la ICR, o sea diferente de la ICR, pero sin nombre, pero de católicos … la ICSN o la ICA, Anónima …
     
    Es bueno pretender no generar confusión, ya que a buen entendedor … se le puede también armar buen un lío a base de ambigüedades.
     
    Y es sólo el comienzo, presiente Aldai. Nos encontraremos en torno a un altar universal o en medio de prados ceremoniales … Ya
     
    Dice Aldai: “Una de las grandes esperanzas para la humanidad estriba en esa progresiva unión entre los seguidores del Cristo de dentro y de fuera del cristianismo”
     
    Discrepo del todo: la gran esperanza de la humanidad es llegar a ser todos felices, para lo cual deben todos tener todo lo necesario para poder llevar una vida humana digna toda su vida, lo cual hoy dista mucho de ser realidad.
     
    Que los cristianos se unan o no, a la Humanidad le importa un pito. Con los 2.000 millones de cirstianos que hay ahora, desunidos, a la Humanidad le va demasiado mal; por el hecho de que se unan no tiene por qué irle mejor, a la Humanidad.
     
    Mens sana in corpore sano, es lo que necesita la Humanidad, no cristianos unidos, que los que hay ahora dejamos mucho que desear, y no porque estemos desunidos.
     
    Una Humanidad sin pobreza, lo que exige el reparto humanitario de la riqueza. Eso no tiene nada que ver con, ni se conseguirá ni de lejos por, el hecho de que los cristianos nos unamos.
     
    Que además, no nos uniremos, pues la ICR sólo concibe la unión incorporándonos a todos a la sumisión de los obispos de su papa. Y las otras Iglesias me temo que tres cuartos de lo mismo.

  • Javier Renobales Scheifler

    Olga, a ver si te parece que acierto o me quedo demasiado corto y simple (lo ensayo/intento en formato Oscar Varela):
     
    Concepto de Dios = amor humano que haga, con hechos eficaces, felices al prójimo y a uno mismo.
     
    Espiritualidad = disfrutar profundamente de haber sido capaz de conseguir esa felicidad del prójimo y de uno mismo y de saberles felices, en esos momentos de propia espiritualidad
     
    Éxtasis = conseguir mediante ese amor humano que todos (o al menos muchísimos) sean felices
     
    Salvación = éxtasis aquí y ahora.

  • Gabriel Sánchez

    Es interesante constatar que la humanidad, adoradora del poder, del tener y del ser más que los otros…ha exacerbado la necesidad de satisfacción personal a un grado mayusculo, tanto que los seres humanos en gran cantidad buscan con denuedo ese idologo, el resultado esta a la vista una forma casi perversa de desmoronamiento civilizacional, en donde el poder prima por sobre el servicio, en donde la concepción propia, no es compartida y complementada con la de los otros, sino se intenta imponer a la fuerza…En donde la muerte de millones y millones de seres humanos es poco importante, la noticia, son los movimientos bursatiles de la bolsa, en este mundo…Jesús, obviamente esta en medio de los menos…si queremos irlo a buscar, deberemos ir allí…y lo otro, es no rendirse, no bajarse (como Quino le hacia decir a mafalda) de la humanidad, a pesar de tanta miseria vale la pena buscar y luchar juntos…Eso requiere más que una Fe Ancha, un Amor desbordado…Con cariño para todos Gabriel

  • olga Larrazabal

    Bueno, aquí queda clarito que cada uno, a partir de sus experiencias, entendió cosas diferentes.  Yo entendí  que Koldo cree que es bueno salirse de las restricciones dadas por las instituciones especializadas para vadear por los caminos de la espiritualidad;  que esto no es dejar de creer en Dios, sino agrandar y matizar tu concepto de Dios  y de lo que podría existir y que no vemos ni sabemos a ciencia cierta.  Aparentemente Joxe, en su artículo expresó, en forma ambigua, esta aceptación, o fue lo que yo interpreté.  Ahora yo concuerdo con Koldo, porque esa ha sido mi experiencia de vida y porque no estoy limitada por ninguna religión.   Por casualidad de las casualidades, alguien puso en mis manos algún escrito de la T. de la L, con el cambio de foco correspondiente, y me hizo sentido.  No para botar el resto y gritar ¡He visto la luz. Estoy salvada Aleluya! sino para integrarlo en la gran intuición universal sobre la evolución de la conciencia.  Y no pretendo polemizar con nadie, porque el camino de la conciencia es individual, y solo se expresa en charlas amables con los amigos que están en la misma búsqueda.  Y esas charlas amables pueden contener vino, canto y poesía, que es el modo de hacer ágape, y que es lo que los cristianos buscan en la Misa y los judíos en todas sus fiestas religiosas en familia y los vascos en la taberna…  La parte del éxtasis y la iluminación, es  individual e íntima.  Y como decía un amigo mío, hay que tener cuidado que no nos pase lo de la ampolleta, que se creía “iluminada” porque daba luz.

  • sarrionandia

    Larrazábal y Alday coinciden. No tanto Henriquez y, tal vez, Renobales.
    Aclaremos dijo el basko y le echaba agua a la leche.
    Zerimar parece poner cemento entre los ladrillos.
    Yo me tomo un vaso del tinglado

  • luis henríquez l.

    Sí, es ése, sí.

    El hermano humor, del que hablaba Francisco de Asís.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis Henriquez l.,

    ¿Quizá te refieres a este chiste motero?

    Una pulguita estaba en la playa tomando el sol cuando de repente
    llego otra pulga temblando de frío y le dice :
    -oye, por qué traes frío?
    -Es que para venir aqui me subí en el bigote de un motociclista (un motero) y me congelé …
    -!no, mujer, no!  La próxima vez toma un bus, luego busca una muchacha y te le metes en medio de las piernas: ahí es bien calientito, y  ¡les gusta el picorcito!
    -bueno, vale, asi lo haré! le dice la pulga que ya va entrando en calor sólo de pensarlo.

    Dos semanas después, vuelve la pulga a la playa, y otra vez viene congelada, tiritando de frío …
    -Oye, mira que eres terca ¿es que acaso no hiciste lo que te dije??
    -sí, lo hice exacto como me dijiste: pero no sé cómo aparecí en seguida en el bigote del motero otra vez…

    La explicación (para quien no lo haya entendido) está en el contacto del bigote con el bello vello púbico.

  • Zerimar

    A raíz de éste escrito leí el de J. Arregi y debo decir que ambos tienen la razón. Como yo también creo en dios, desde la expresión religiosa cristiana, recomiendo un autor norteamericano que plantea una nueva manera de “creer”, sólo una más dentro de tantas posibilidades. Me refiero al libro titulado “Un cristianismo nevo para un mundo nuevo” de John Shelby Spong, un escrito que seguramente algunos ya an leído. El ejemplar que tengo pertenece a la colección Tiempo Axial, publicado por la editorial Abya Yala.
    http://johnshelbyspong.com/
    http://tiempoaxial.org/
    No se trata de imponer, sino de enriquecer.

  • olga Larrazabal

    Bravo Koldo, Bravo. Me identifico con todo lo que has dicho. Y creo que después de dar una vuelta por todas las disciplinas y espiritualidades, por todas las especulaciones y tradiciones, se puede reencontrar al Maestro de la Misericordia y entenderlo mucho mejor.  Y cuando empezamos a entender nada es fijo, que todo está en perpetuo cambio, que existe un proceso eterno de creación y destrucción que lo contiene todo, las pequeñas mezquindades de las religiones en su afán de defender estructuras añejas y dogmas, acerca de realidades que están más allá de la comprensión humana, se ven tan ajenas, tan infantiles.  Y producen tanto sufrimiento innecesario.  Y al fin nos encontramos en lo humano, que es lo único que tenemos.  Las golondrinas de Aranzazu de Joxe y la amistad y la generosidad para aceptar que todos percibimos las cosas diferentes y que no existe una receta única. Linda carta.

  • luis henríquez l.

    Me planteo en voz alta y por escrito una reflexión que directamente tal vez no pero sí que de forma colateral o indirecta tiene que ver con el post de Koldo Aldai titulado “Tiempos de ancha fe”. He de advertir que una vez leída esta reflexión que se propone u ofrece en Atrio, me asaltan a propósito algunas dudas, discrepancias, perplejidades… Pero no vienen ahora al caso. 

    A lo que íbamos. Lo que me quiero plantear es que si  en la Iglesia católica las posturas tienen que ser siempre y exactamente esto es negro o esto es blanco. Me explicaré. Acabo de enterarme por Internet de que el papa Benedicto XVI ha nombrado obispo para la prelatura de Sao Félix do Araguaia, en el Mato Groso brasileño, al italiano Adriano Crocca Vasino. Reacción fulminante de algunos comentaristas católicos conocidos en la globoesfera por su exquisita obediencia a Roma, fidelidad a la Tradición, conservadurismo eclesial y teológico, etcétera: “este obispo seguro que es un impresentable próximo a la Teología de la Liberación y a la Iglesia de los Pobres porque va vestido de civil, lleva al pecho una humilde cruz rústica de madera de la selva y, como mitra, un sobrero campesino”; y por si lo anterior no fuese suficiente “ofensa” a su dignidad episcopal, luce bigote, ni siquiera barba, corta o larga como la de muchos jerarcas ortodoxos, sino bigote, que es por lo común algo que se pueden dejar crecer los hombres más “erótico” en principio que una barba -escribo esto y me muero de risa recordando un chiste verde en el que intervienen el bigote de un tipo muy mujeriego, una joven, una moto…jejeje-. Así que su apariencia lo retrata, al parecer: tiene pinta de obispo “rojillo, rebelde, heterodoxo, desafecto a Roma”…

    O no. Porque ¿no es frecuente que las apariencias engañan? Además ¿no nos exhorta el mismísimo Jesucristo a que no juzguemos con tanta premeditación? ¿Se imaginan que el obispo Adriano Crocca Vasino venga a ser un buen tipo, un buen creyente, un buen testigo del Resucitado, un buen obispo…?  

    Pienso ahora en José Arregui, a quien no conozco, y de quien se ocupa en su reflexión la autora del post. He leído algunos artículos suyos y he leído comentarios sobre su vida, trayectoria, obra y milagros, unos a favor y otros en contra. Yo mismo discrepo de algunos de sus postulados; empero, no se me ocurre sentenciar, “por causa de las apariencias o de sus heterodoxias y disidencias”, que el señor Arregui, hasta ayer mismo religioso profeso franciscano, es un impresentable, un hereje, un mierda. No. Lo mismo que con respecto al joven obispo italiano Adriano Ciocca Vasino, recién nombrado, por el mismísimo Benedicto XVI -nada sospechoso de simpatizar con la Teología de la Liberación-, obispo de Sao Félix do Araguaia, prelatura que fuera del obispo `poeta Pere Casaldáliga.

    Desde luego, puede que mi reflexión sea muy ingenua y elemental; ingenua o no -pero sobre todo si “ingenua sí”-, la prefiero a emitir juicios sumarísimos de condena en función de la apariencia externa de las personas e incluso en función de sus disidencias y heterodoxias, a veces hasta conocidas por mí mismo, sobre todo cuando lo que resulta es que no conozco a las personas objeto de crítica y juicio en cuestión.

    Nada más.