VIEJA MONTAÑA
Sobre tu ladera quedó el camino
de piedras, sin hierba y seco
sin el musgo que dan verdor
a tu ladera
estrecho e indócil hecho
a la medida de dos huellas.
La vieja montaña no sabe
de asfalto tampoco de pisadas
en manada,
quiere un tú a tú de pisadas
silenciadas
sin charlatanerías
que hablan y hablando
decir no dicen nada.
La vieja montaña ofrece
Silencio, pulcro silencio
oración sin viejas palabras
en unidad total entorno
e infinito toda ella
en imagen nos habla,
para que pases
sin tomar nada, sin retocar
nada
sin llevarte nada
para que cargues tu mochila
cargada de ese todo…
para ser ella quien contigo
parta
¡Para que sientas a tus pies
aquellas alas en sus huellas
asfixiadas !
Cuando abajo en ese mundanal
ruido del viejo y enladrillado
precipicio contaminado
de nafta,
tus oídos en las bulliciosas
palabras vuelvan a la rutina
a escuchar decir,
que no dicen nada solo ladran…
se perdió el ¡hola! de antaño
mientras dos personas
no eran extrañas,
el adiós altruista y sin prisas
sin ego, de hormas ambiciosas
estériles y autómata,
robot caminantes sin almas,
sin tus alas, vieja montaña.
¡Quizás! Sin ti vieja montaña
Sin tu camino de piedra,
Sin tu ladera de musgo
Y sin tu pico de aguja nevada
hayamos perdido ese olor
de la tierra a musgo
el olor al viento diciéndote
qué traerá mañana,
sus nubes jaspeadas,
ruborosas, las marañadas…
Nubes incontaminadas cargadas
de agua de tus ricos y cascadas
de tus manantiales que buscan
la sal del agua.
¡Quizás!
En tu punta de aguja vieja montaña
¡Quizás! Sea donde yo ayer
quedé mi vieja alma,
mis huellas sin alas
17.2.2012
Carmen H.R
Esta imagen es una autentica pasada, amigos “atrieros”. Me mueve al “IR” tras las huellas de. Oh, quizás volver. Nunca es tarde. Quizás es hoy nuestro día, solo debemos buscar la presencia; sentirla y vivirla desde la generosidad de la vida.
Os dejo con Patxi, él siempre sabe dar a cada momento su toque espiritual y humano.
Abrazos desde la helada Andalucía.
La vuelta a casa
Volver cada día a tu regazo. Marchar y volver, volver y marchar. Nuestra vida es un continuo abandono de tu casa y de tu compañía. Tomamos la hacienda y nos vamos, y la malgastamos ha cambio de necios placeres. Malgastamos el tiempo y la vida, la inteligencia, las fuerzas, el dinero. Malgastamos el amor… Y no labramos tus campos, y no cultivamos la hacienda, tuya y nuestra, y pasamos hambre… El hambre nos trae tu recuerdo. ¡Que vergüenza que sea precisamente el hambre, la soledad, la falta de dinero para volver a malgastarlo! Estómago, corazón y cartera… Pero volvemos y te damos un abrazo apretado. Y tú estás contento muy contento, aunque sepas que volvemos por el hambre. Y pones música y una buena mesa, la fiesta de la familia, eucaristía de retornos, abrazos y aleluyas. ¿mañana nos iremos otra vez?
Patxi Loidi
VIEJA MONTAÑA
Sobre tu ladera quedó el camino
de piedras, sin hierba y seco
sin el musgo que dan verdor
a tu ladera
estrecho e indócil hecho
a la medida de dos huellas.
La vieja montaña no sabe
de asfalto tampoco de pisadas
en manada,
quiere un tú a tú de pisadas
silenciadas
sin charlatanerías
que hablan y hablando
decir no dicen nada.
La vieja montaña ofrece
Silencio, pulcro silencio
oración sin viejas palabras
en unidad total entorno
e infinito toda ella
en imagen nos habla,
para que pases
sin tomar nada, sin retocar
nada
sin llevarte nada
para que cargues tu mochila
cargada de ese todo…
para ser ella quien contigo
parta
¡Para que sientas a tus pies
aquellas alas en sus huellas
asfixiadas !
Cuando abajo en ese mundanal
ruido del viejo y enladrillado
precipicio contaminado
de nafta,
tus oídos en las bulliciosas
palabras vuelvan a la rutina
a escuchar decir,
que no dicen nada solo ladran…
se perdió el ¡hola! de antaño
mientras dos personas
no eran extrañas,
el adiós altruista y sin prisas
sin ego, de hormas ambiciosas
estériles y autómata,
robot caminantes sin almas,
sin tus alas, vieja montaña.
¡Quizás! Sin ti vieja montaña
Sin tu camino de piedra,
Sin tu ladera de musgo
Y sin tu pico de aguja nevada
hayamos perdido ese olor
de la tierra a musgo
el olor al viento diciéndote
qué traerá mañana,
sus nubes jaspeadas,
ruborosas, las marañadas…
Nubes incontaminadas cargadas
de agua de tus ricos y cascadas
de tus manantiales que buscan
la sal del agua.
¡Quizás!
En tu punta de aguja vieja montaña
¡Quizás! Sea donde yo ayer
quedé mi vieja alma,
mis huellas sin alas
17.2.2012
Carmen H.R
El lugar de los encuentros…a propósito es mi imaginación o ha cambiado la tonalidad¿¿??.- Gabriel
!!!Qué pasada¡¡¡
Parece que en Atrio aún siguen buscando un camino para llegar a la cabra.
Saludos.
Esta imagen es una autentica pasada, amigos “atrieros”. Me mueve al “IR” tras las huellas de. Oh, quizás volver. Nunca es tarde. Quizás es hoy nuestro día, solo debemos buscar la presencia; sentirla y vivirla desde la generosidad de la vida.
Os dejo con Patxi, él siempre sabe dar a cada momento su toque espiritual y humano.
Abrazos desde la helada Andalucía.
La vuelta a casa
Volver cada día a tu regazo.
Marchar y volver,
volver y marchar.
Nuestra vida es un continuo abandono de tu casa
y de tu compañía.
Tomamos la hacienda y nos vamos,
y la malgastamos ha cambio de necios placeres.
Malgastamos el tiempo y la vida,
la inteligencia, las fuerzas, el dinero.
Malgastamos el amor…
Y no labramos tus campos,
y no cultivamos la hacienda, tuya y nuestra,
y pasamos hambre…
El hambre nos trae tu recuerdo.
¡Que vergüenza que sea precisamente el hambre,
la soledad,
la falta de dinero para volver a malgastarlo!
Estómago, corazón y cartera…
Pero volvemos y te damos un abrazo apretado.
Y tú estás contento muy contento,
aunque sepas que volvemos por el hambre.
Y pones música
y una buena mesa,
la fiesta de la familia,
eucaristía de retornos, abrazos y aleluyas.
¿mañana nos iremos otra vez?
Patxi Loidi