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Hacia un relato compartido

El  pasado jueves, 20 de octubre, coincidió la declaración de ETA poniendo fin a la fase de lucha armada (¿o vil terrorismo?) y el linchamiento de Muammar Gadafi que ponía fin a la revuelta popular (¿o agresión de la OTAN?) en Libia. Koldo sueña con la posibilidad de un relato compartido. Pero qué difícil es hacer memoria verdadera y dar testimonio de lo más antiguo (Palestina, año 30, sin medios de información) y de lo más inmediato (siglos XX y XXI, con guerras mediáticas). Junto al artículo de Koldo, invitamos a reflexionar a partir también de otras miradas sobre Libia, como la de Pepe Escobar o la de la periodista británica Lizzie Phelan, que tiene un vídeo con un testimonio impresionante (lo hemos encontrado sólo con subtítulos en francés). El relato solo será compartido si no nos quedamos con nuestra verdad y empezamos a escucharnos para buscar entre todos la verdad.


Llevábamos tanto tiempo esperando este momento que la palabra ahora enmudece… Vendrán postreras  líneas intentando  reflejar la emoción del anuncio, intentando abrazar la  enorme esperanza, ayer tarde abierta, de las pistolas para siempre calladas. Ahora sólo silencio, sólo oración, sólo agradecimiento… ; ahora sólo recuerdo por las rodillas dobladas, por los corazones detenidos, por los alientos negados.

Me permito compartiros este artículo  redactado poco antes de la declaración de  ETA. Creo que su contenido  en  favor de la reconciliación y la construcción futura de un relato compartido, cobra ahora si cabe más  sentido.

El dolor de cincuenta y dos años traiga la debida recompensa de luz y hermandad. El futuro de paz ya nos ha alcanzado. ¡Gloria al Cielo!


Las vísperas del tan ansiado final de ETA han actualizado la cuestión del relato de lo acontecido en nuestra reciente y convulsa historia. Como era vaticinable, no hay acuerdo al respecto. Hay tantos relatos como historias particulares, como circunstancias y ambientes en los que cada quien ha nacido y crecido dentro de nuestra pequeña pero heterogénea sociedad vasca.

No debería haber tanta prisa para confeccionar un relato definitivo que al día de hoy tanto nos divide. Los ánimos aún no aplacados alteran el pulso para redactar esa historia pendiente. Hace falta tiempo y voluntad para acercar tan diferentes versiones, mundos tan ajenos, para poder cobijar en nuestra propia memoria algo del drama del otro. Cada historia particular está llamada a acoger otros ecos. Somos al fin y al cabo producto de los ecos que, con mayor o menor fuerza, alcanzan nuestros frágiles muros de adentro.

Podremos burlar el discurso equidistante, mas no la necesidad de acercarnos a la orilla remota. Compartir algo del relato ajeno es intentar compartir su dolor, reconocer la parte de responsabilidad que uno pueda albergar en su sufrimiento. Comenzar a ver las causas del comportamiento de los unos y de los otros y hacerlas propias en alguna medida, comenzar a observar las consecuencias padecidas en uno y otro lado e intentar también integrarlas, nos permite avanzar en la consolidación de la paz. Al hacernos con la mirada ajena estrenamos un escenario cargado de esperanza.

Diferentes plumas y tintas escriben ya el relato de un presente sin borrones negros. Las miradas sobre el ayer se irán afinando, mientras tanto que nadie en Euskadi se suba al podium. En el comienzo de la carrera de los puntos por el final de la violencia, no nos motiva la victoria absoluta y sus relatos, magro orgullo el satisfecho por cuestionables triunfos sobre otros. En medio de la puja por los laureles, lo que de verdad nos interesa es la victoria de unos valores superiores por fin socializados, lo que de verdad nos motiva es una paz asentada en los firmes cimientos de la reconciliación. Cada relato deje el mayor espacio posible para poder integrar en él la parte de verdad de la que los otros, también los contrarios, son portadores. Que las diferentes partes puedan, en la mayor medida, contribuir a la redacción de la memoria común; que sean concientes de que la historia arramblará con toda su eventual parcialidad, que dejará al otro lado del margen aquello que no se ajuste a realidad.

La historia será severa con el atropello de la vida de hombres y mujeres segada cuando paseaban por sus calles y plazas simplemente por pensar diferente. Pero la historia será también crítica con quienes hicieron del rencor ley, discurso y morada; con quienes, ya por la carga del odio acumulado, ya por meros cálculos electorales…, obstruyeron en algún momento el progreso de la resolución pacífica del conflicto. La historia evaluará también si el Estado combatió con limpieza o se embarró cuando no había luz y taquígrafos, si más recientemente actúo con lógica prudencia o si adoleció de la valentía requerida para  gestionar la paz, si escatimó generosidad para con los violentos que manifestaban hartazgo de las armas.

Sólo desde el desapego, la humildad y la exigente autocrítica podemos contribuir a la redacción de la memoria común que se imprimirá en los libros de texto del mañana. Pero, no nos confronte ahora una narrativa. De nada sirve hoy pelearnos por los libros de historia del futuro. El porvenir se encargará de preservar el trozo de verdad que alberga cada parte, de componer el puzzle postrero a partir de esas certezas que aún se resisten hoy a encajar.

Se pronuncien por supuesto las víctimas, sobre todo aquellas que atendieron a su titánico desafío de perdón, aquellas que lograron desnudarse de odio, pero también los victimarios, para conocer las razones de su itinerario hasta tamaño desatino. Se pronuncien todos a sabiendas de que los roles pueden ser transitorios; de que la historia se las apaña para hacernos jugar precisamente los más dispares papeles.

Cada parte logre escribir desde la autoexigencia, desde la propia crítica con respecto a lo que hizo, igualmente con respecto a lo que pudo hacer y no llevó adelante, cada quien tenga la valentía de reconocer sus propios  errores y los de su entorno. La historia se burla de quienes tratan de escribir un relato interesada y precipitadamente. Prevalecerá la verdad pura, por mucho que hoy unos y otros se apresuren y pretendan vanamente hacerse con ella, utilizarla en su propio provecho.

Acercar las miradas sobre nuestro pasado contribuirá, sin duda alguna, a ese otro acercamiento humano más necesario aún. Ya para siempre calladas las armas, el relato compartido nos conducirá al verdadero y último objetivo común de la reconciliación. Recordamos para valorar lo que ahora gozamos, pero sobre todo para reencontrarnos, en un dolor sí, pero sobre todo en una esperanza compartida. No en vano inauguramos ahora la página quizás más hermosa de nuestra historia.

Koldo Aldai
www.artegoxo.org

4 comentarios

  • Elena

    De los pocos comentarios leidos estos dias sobre el problema vasco que merece el respeto de todos.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Acá, de Libia también se trata
     
    Ya en el Atrio-Tablón, pepe sala nos lo recuerda.
     
    Eso era por marzo 2011.
     
    Fidel Castro ya lo pronosticaba en febrero 2011.
    ………………..
    Cuba: Reflexiones del compañero Fidel Castro. El papel genocida de la OTAN (Parte II)
    http://www.argenpress.info/2011/10/cuba-reflexiones-del-companero-fidel_25.html
    MARTES 25 DE OCTUBRE DE 2011
    Reflexiones del compañero Fidel Castro. El papel genocida de la OTAN (Parte II)
     
    Hace algo más de ocho meses, el 21 de febrero del presente año, afirmé con plena convicción: “El plan de la OTAN es ocupar Libia”. Bajo ese título abordé por primera vez el tema en una Reflexión cuyo contenido parecía fruto de la fantasía.

    Incluyo en estas líneas los elementos de juicio que me llevaron a esa conclusión.
     
    “El petróleo se convirtió en la principal riqueza en manos de las grandes transnacionales yankis; a través de esa fuente de energía dispusieron de un instrumento que acrecentó considerablemente su poder político en el mundo”.
     
    “Sobre esa fuente de energía se desarrolló la civilización actual. Venezuela fue la nación de este hemisferio que mayor precio pagó. Estados Unidos se hizo dueño de los enormes yacimientos con que la naturaleza dotó a ese hermano país.
     
    “Al finalizar la última Guerra Mundial comenzó a extraer de los yacimientos de Irán, así como de los de Arabia Saudita, Iraq y los países árabes situados alrededor de ellos, mayores cantidades de petróleo. Estos pasaron a ser los principales suministradores. El consumo mundial se elevó progresivamente a la fabulosa cifra de aproximadamente 80 millones de barriles diarios, incluidos los que se extraen en el territorio de Estados Unidos, a los que ulteriormente se sumaron el gas, la energía hidráulica y la nuclear”.
     
    “El derroche del petróleo y el gas está asociado a una de las mayores tragedias, no resuelta en absoluto, que sufre la humanidad: el cambio climático.”
     
    “En diciembre de 1951, Libia se convierte en el primer país africano en alcanzar su independencia después de la Segunda Guerra Mundial, en la que su territorio fue escenario de importantes combates entre tropas alemanas y del Reino Unido…”
     
    “El 95 % de su territorio es totalmente desértico. La tecnología permitió descubrir importantes yacimientos de petróleo ligero de excelente calidad que hoy alcanzan un millón 800 mil barriles diarios y abundantes depósitos de gas natural. […] Su riguroso desierto está ubicado sobre un enorme lago de agua fósil, equivalente a más de tres veces la superficie de Cuba, lo cual le ha hecho posible construir una amplia red de conductoras de agua dulce que se extiende por todo el país.”
     
    “La Revolución Libia tuvo lugar en el mes de septiembre del año 1969. Su principal dirigente fue Muammar al-Gaddafi, militar de origen beduino, quien en su más temprana juventud se inspiró en las ideas del líder egipcio Gamal Abdel Nasser. Sin duda que muchas de sus decisiones están asociadas a los cambios que se produjeron cuando, al igual que en Egipto, una monarquía débil y corrupta fue derrocada en Libia.”
     
    “Se podrá estar o no de acuerdo con el Gaddafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira, o una mezcla de hechos de todo tipo que, en medio del caos, se produjeron en Libia. Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días.
     
    “Los que con pérfidas intenciones inventaron la mentira de que Gaddafi se dirigía a Venezuela, igual que lo hicieron en la tarde de ayer domingo 20 de febrero, recibieron hoy una digna respuesta del Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro…”
     
    “Por mi parte, no imagino al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en parte o en su totalidad.
     
    “Una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio.
     
    “A la jefatura de esa organización belicista le urge hacerlo. ¡Hay que denunciarlo!”
     
    En esa temprana fecha me había percatado de lo que era absolutamente obvio.
     
    Mañana martes, 25 de octubre, hablará nuestro canciller Bruno Rodríguez en la sede de las Naciones Unidas para denunciar el criminal bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Seguiremos de cerca esa batalla que pondrá en evidencia una vez más la necesidad de poner fin, no solo al bloqueo, sino al sistema que engendra la injusticia en nuestro planeta, dilapida sus recursos naturales y pone en riesgo la supervivencia humana. Prestaremos atención especial al alegato de Cuba.
     
    Proseguirá el miércoles 26.
     
    Fidel Castro Ruz

  • Sergio

    Maravilloso texto que nos ayuda a ir en búsqueda no solamente de la verdad y la justicia, sino a dar un paso significativo en el perdón y la reconciliación  para si hacer realidad la paz, cuán lejos estamos en algunos lugares de nuestra querida América Latina de eso. las únicas banderas que se agitan, y muchas veces de personas que creen en Jesús, son del odio, la venganza disfrazadas en justicia pero que no van por ese camino. Los relatos se unen en búsqueda de la vida.  Ojalá podamos transitar ese camino  como  propone Koldo.

  • Gabriel Sánchez

    Siento que no tengo demasiado derecho a opinar…Pero tal vez vaya siendo hora de que en el mundo la Paz y la Justicia, se encuentren con el Amor…para construir un mañana en donde todos estemos y en donde nadie quede excluido de la MESA COMÚN…eso no va ser fácil, para quienes tienen, tenemos, desde diversas geografías y con diversos protagonistas heridas, pero si queremos humanizarnos más  va ser necesario…Gabriel