Este viaje del papa lo estoy siguiendo sin prestar atención a las protestas y leyendo con atención sus discursos. Me sirvo para ello de dos sitios que señalo a quienes quieran analizar mensajes o vídeos. La página vatican.va donde las traducciones van con retraso (pero hay vídeos de todo, con algún error) y la Chiesa.it, que ofrece las traducciones oficiosas más rápidamente. Me interesó el discurso de ayer en el Reichtag sobre política, derecho y ética: lo que dijo y lo que no dijo. Pero hoy invito a leer el discurso de esta misma mañana a la iglesia oficial protestante, en la misma ciudad donde nació Lutero. Descubro la etrategia de aliarse con ellos para vencer la secularización. Pero me acuerdo de Bonhoeffer, seguidor de Jesús desde la secularidad, y de su coherencia profética ante el nacismo que no tuvo su Iglesia oficial. ¿Cuál es la verdadera fe íntima y la causa de Jesús hoy, a las justamente se acoge el papa alemán, tras los elogios a Lutero?
Distinguidos Señores y Señoras:
Al tomar la palabra, quisiera ante todo dar gracias por tener esta ocasión de encontrarles. Mi particular gratitud al presidente [de la Iglesia Evangélica de Alemania] Schneider que me ha dado la bienvenida y me ha recibido entre ustedes con sus amables palabras, quisiera agradecer al mismo tiempo por el don especial de que nuestro encuentro se desarrolle en este histórico lugar.
Como Obispo de Roma, es para mí un momento emocionante encontrarme en el antiguo convento agustino de Erfurt con los representantes del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania. Aquí, Lutero estudió teología. Aquí, en 1507, fue ordenado sacerdote. Contra los deseos de su padre, no continuó los estudios de derecho, sino que estudió teología y se encaminó hacia el sacerdocio en la Orden de San Agustín. En este camino, no le interesaba esto o aquello. Lo que le quitaba la paz era la cuestión de Dios, que fue la pasión profunda y el centro de su vida y de su camino. “¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?”: Esta pregunta le penetraba el corazón y estaba detrás de toda su investigación teológica y de toda su lucha interior. Para él, la teología no era una cuestión académica, sino una lucha interior consigo mismo, y luego esto se convertía en una lucha sobre Dios y con Dios.
“¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?” No deja de sorprenderme que esta pregunta haya sido la fuerza motora de su camino. ¿Quién se ocupa actualmente de esta cuestión, incluso entre los cristianos? ¿Qué significa la cuestión de Dios en nuestra vida, en nuestro anuncio?
La mayor parte de la gente, también de los cristianos, da hoy por descontado que, en último término, Dios no se interesa por nuestros pecados y virtudes. Él sabe, en efecto, que todos somos solamente carne. Si hoy se cree aún en un más allá y en un juicio de Dios, en la práctica, casi todos presuponemos que Dios deba ser generoso y, al final, en su misericordia, no tendrá en cuenta nuestras pequeñas faltas. Pero, ¿son verdaderamente tan pequeñas nuestras faltas? ¿Acaso no se destruye el mundo a causa de la corrupción de los grandes, pero también de los pequeños, que sólo piensan en su propio beneficio? ¿No se destruye a causa del poder de la droga que se nutre, por una parte, del ansia de vida y de dinero, y por otra, de la avidez de placer de quienes son adictos a ella? ¿Acaso no está amenazado por la creciente tendencia a la violencia que se enmascara a menudo con la apariencia de una religiosidad? Si fuese más vivo en nosotros el amor de Dios, y a partir de Él, el amor por el prójimo, por las creaturas de Dios, por los hombres, ¿podrían el hambre y la pobreza devastar zonas enteras del mundo?
Las preguntas en ese sentido podrían continuar. No, el mal no es una nimiedad. No podría ser tan poderoso, si nosotros pusiéramos a Dios realmente en el centro de nuestra vida. La pregunta: ¿Cómo se sitúa Dios respecto a mí, cómo me posiciono yo ante Dios? Esta pregunta candente de Martín Lutero debe convertirse otra vez, y ciertamente de un modo nuevo, también en una pregunta nuestra. Pienso que esto sea la primera cuestión que nos interpela al encontrarnos con Martín Lutero.
Y después es importante: Dios, el único Dios, el Creador del cielo y de la tierra, es algo distinto de una hipótesis filosófica sobre el origen del cosmos. Este Dios tiene un rostro y nos ha hablado, en Jesucristo hecho hombre, se hizo uno de nosotros; Dios verdadero y verdadero hombre a la vez. El pensamiento de Lutero y toda su espiritualidad eran completamente cristocéntricos. Para Lutero, el criterio hermenéutico decisivo en la interpretación de la Sagrada Escritura era: “Lo que conduce a la causa de Cristo”. Sin embargo, esto presupone que Jesucristo sea el centro de nuestra espiritualidad y que su amor, la intimidad con Él, oriente nuestra vida.
Quizás, ustedes podrían decir ahora: De acuerdo. Pero, ¿qué tiene esto que ver con nuestra situación ecuménica? ¿No será todo esto solamente un modo de eludir con muchas palabras los problemas urgentes en los que esperamos progresos prácticos, resultados concretos?
A este respecto les digo: Lo más necesario para el ecumenismo es sobre todo que, presionados por la secularización, no perdamos casi inadvertidamente las grandes cosas que tenemos en común, aquellas que de por sí nos hacen cristianos y que tenemos como don y tarea. Fue un error de la edad confesional haber visto mayormente aquello que nos separa, y no haber percibido en modo esencial lo que tenemos en común en las grandes pautas de la Sagrada Escritura y en las profesiones de fe del cristianismo antiguo. Éste ha sido el gran progreso ecuménico de los últimos decenios: nos dimos cuenta de esta comunión y, en el orar y cantar juntos, en la tarea común por el ethos cristiano ante el mundo, en el testimonio común del Dios de Jesucristo en este mundo, reconocemos esta comunión como nuestro fundamento imperecedero.
Por desgracia, el riesgo de perderla es real. Quisiera señalar aquí dos aspectos. En los últimos tiempos, la geografía del cristianismo ha cambiado profundamente y sigue cambiando todavía. Ante una nueva forma de cristianismo, que se difunde con un inmenso dinamismo misionero, a veces preocupante en sus formas, las Iglesias confesionales históricas se quedan frecuentemente perplejas. Es un cristianismo de escasa densidad institucional, con poco bagaje racional, menos aún dogmático, y con poca estabilidad. Este fenómeno mundial nos pone a todos ante la pregunta: ¿Qué nos transmite, positiva y negativamente, esta nueva forma de cristianismo? Sea lo que fuere, nos sitúa nuevamente ante la pregunta sobre qué es lo que permanece siempre válido y qué pueda o deba cambiarse ante la cuestión de nuestra opción fundamental en la fe.
Más profundo, y en nuestro país, más candente, es el segundo desafío para todo el cristianismo; quisiera hablar de ello: se trata del contexto del mundo secularizado en el cual debemos vivir y dar testimonio hoy de nuestra fe. La ausencia de Dios en nuestra sociedad se nota cada vez más, la historia de su revelación, de la que nos habla la Escritura, parece relegada a un pasado que se aleja cada vez más. ¿Acaso es necesario ceder a la presión de la secularización, llegar a ser modernos adulterando la fe? Naturalmente, la fe tiene que ser nuevamente pensada y, sobre todo, vivida, hoy de modo nuevo, para que se convierta en algo que pertenece al presente. Ahora bien, a ello no ayuda su adulteración, sino vivirla íntegramente en nuestro hoy.
Esto es una tarea ecuménica central. En esto debemos ayudarnos mutuamente, a creer cada vez más viva y profundamente. No serán las tácticas las que nos salven, las que salven el cristianismo, sino una fe pensada y vivida de un modo nuevo, mediante la cual Cristo, y con Él, el Dios viviente, entre en nuestro mundo. Como los mártires de la época nazista propiciaron nuestro acercamiento recíproco, suscitando la primera apertura ecuménica, del mismo modo también hoy la fe, vivida a partir de lo íntimo de nosotros mismos, en un mundo secularizado, será la fuerza ecuménica más poderosa que nos congregará, guiándonos a la unidad en el único Señor.
Erfurt, 23 de setiembre de 2011
No, no puedo hacer un resumen de la retahíla de insultos como dije al volver a leer las intervenciones más despacio incluidas las tuyas, pepe sala. Así que retiro lo dicho. Fue quizás el tono de enfrentamiento lo que motivó la introducción a mi comentario. Retiro esto, el resto de mi argumentación no. Disculpas.
Vemaos, Juanel, tú que pareces poretebder ser obgetivo. ( desde tu propia perspectica católica, muyt respatabke mientras respeta a los demás:)
¿ Me podrías hacer unb poequeño resumen de lo que tú denominas ” retahila de insultos””.
Acostumbro a leer casi todos los mensajes de ATRIO y en el hilo que debatimos no tengo constancia de la tal ” retahila de insultos”.
Pero claro, siempre suena bien y líaa las cosas, tratar de meter leña al fuego, aunque sea leña mojada y ” leña en cruz”
Dicen en m i tierruca que …” la leña en cruz ni da fuego ni da luz”
( si te hubieras visto obligado a comprobarlo para hacer la comida sin tener electricidad ni gas, seguro que entenderías la sabiduría de mi tierruca.)
Saludos, pues y espero ansioso tu ” ratio” ( toma palabreja que aprendí en mis tiempos de activista político) de análisis sobre retahilas insulantes.
¿Os habéis leído? ¿por qué esa retahíla de insultos y descalificaciones? ¿no podemos dialogar de modo amigable?Yo intento ser cristiano y además católico ¿debo suponer que voy a recibir el mismo trato? Sea, pero no por más insultar o descalificar se tiene más argumentos sino menos. Intento dialogar con los mismos principios lógicos y criterios de diálogo idénticos para aquellos que intervienen desde posiciones diversas, distintas a las mías. No me sirven argumentos de autoridad sean cuales sean, porque intento mantener un espíritu critico dentro del relativismo débil que caracteriza el modo de pensar de hoy digamos postmoderno.
Sin embargo, estoy de acuerdo con lo que se ha dicho aquí que los pilares de la ICAR son Escritura, Tradición y Magisterio no porque sean verdad, o por su coherencia con lo que la ICAR significa, o por su conformidad con lo que hace o modo de actuar …….., sino porque son normativos desde hace bastantes siglos derivados directamente de su definición. La ICAR se fundamenta en ellos porque así se ha definido a sí misma. Su defensa es completamente circular, quiero decir que las Escrituras normativas son aquellas que a sí misma se ha dado; la Tradición no es cualquier tradición sobre Jesús, las comunidades primitivas y su desarrollo en la historia, sino precisamente aquella que ella misma define como tal, dejando sin efecto otras tradiciones; el Magisterio no es cualquier interpretación más o menos acertada o ajustada a sus orígenes sino la que ella misma avala. Ello la hace impenetrable frente a las posiciones críticas a ella porque su autoridad proviene de sí misma, justo la que ella se ha dado.
Entonces, ¿cómo es posible que desde una posición crítica y relativista se pueda uno adscribir a la ICAR intentando la mayor fidelidad posible? Pues lo que lo permite en mi opinión es que la tipología de Jesús y su seguimiento que la ICAR proclama coincide en el imaginativo esencial de mi fe en Jesús y no con otras proposiciones. Mi fe en Jesús se expresa necesariamente para mí en una comunidad. Esa comunidad requiere cierta autoridad que resuelva dificultades y modos de interpretación contradictorios. La necesidad de una Iglesia episcopaliana, presidida por su obispo, la considero una consecuencia lógica de su estructura. Que los obispos tengan mecanismos para laminar sus diferencias y que se presenten en unidad, sigue siendo consecuencia de lo anterior. Los concilios y el Papa significa ese sentido de unidad que no significa uniformidad, sino sentido comunitario que debe tener según mi criterio el seguidor de Jesús.
¿Esto significa mi sumisión a mi obispo o al Papa en todo cuanto diga? En absoluto, todo cuanto se dice y se hace en la ICAR lo paso por mi filtro crítico y relativo. Si me encuentro con dificultades crecientes en la teoría o en la práctica, lo que hago como estrategia es posponerlas no eliminarlas sino mantener un compás de espera para tomar cierta distancia. Mantenerme empecinado en mis criterios personales no es mi estilo. Pues puede que sucedan dos cosas: o bien que esté yo equivocado y lo corrija, o bien que aún no sea el momento propicio para ciertas ideas o modos para la ICAR. Sin duda trabajaré a favor de mis ideas como por la Teología de la Liberación, hasta que se incorpore con normalidad junto a otras teologías o me manden callar si es que lo hacen, aunque no lo creo porque no soy nada relevante para la ICAR.
Saludos cordiales
Pues te presento mis disculpas aunque no las necesites. El párrafo que citas pretendía ser una ironía frente a lo que yo interpreté como ironía en tu comentario previo. Nada más. En la medida en que di lugar a una interpretación de otro tipo, asumo la parte de responsabilidad que me corresponda. Tendré más cuidado en futuras ocasiones.
¿ Este parrafito es ataque personal o es filosofía sofista?:
“”Desde luego tú eres ateo, yo tampoco; no vas a misa, yo también; y yo intento ser pulcro (Real Academia Española “delicado, esmerado en la conducta y el habla”) mientras que tú parece que intentas ser zafio (RAE: “grosero y tosco en los modales o falto de tacto en el comportamiento”). Y parece que los dos hemos optado libremente por comportarnos así.””
Es que a veces me despistan los catedráticos y no soy capaz de entender sus altísimos conocimientos interpretativos. Yo soy más de pisar tierra y de LEER LO QUE SE ESCRIBE,sin interpretaciones extrañas.
Y si alguien que se muestra como anarquista le endiña a otra persona semejante parrafito por el mero hecho de que se escriba una palabra malsonante ( un “jodido coño” que pronuncian todos y cada uno de los creyentes en miles de ocasiones de su vida diaria, en los Golpes de Estado del creyente Tejero y hasta en el Emiciclo suenan palabrotas del tipo ” manda güevos” pronunciandas por el mismísimo Presidente de las Cortes y numerario del Opus Dei. según las malas lenguas) permítemne decirte, Felix, que estoy en mi perfecto derecho a defender mi estilo frente al tuyo mucho más molesto y falto de respeto hacia mi persona.
Y para entender algo tan elemental ( y constatable ) no hace falta ser catedrático de nada ni pedir iluminacón al ” espíritu santo” los domingos y fiestas de guardar.
Por lo demás, yo no necesito disculpas de nadie. Sólo pretendo que no se insulte mi inteligencia intentando hacerme creer que el agua y el fuego son compatibles entre si.
Buenos días, pues…
Rodrigo, intento explicarme. No soy un experto en el tema y por eso tampoco aporto demasiados datos. Al decir en ambos casos que son temas complejos, como suele ocurrir con casi todos los temas históricos, sobre todo los que tienen una larga duración, me refiero simplente al hecho de que hay multitud de estudios y no todos coinciden en sus apreciaciones. Por ejemplo, los enfrentamientos entre Rufino de Aquileya y Jerónimo en relación a las traducciones de Orígenes y de la Vulgata, o la resistencia de Agustín a reconocer valor a la Vulgata de Jerónimo; o la mención de multitud de errores de traducción (Traduttore, tradittore!), cuando Jerónimo intenta evitar errores de transmisión y hacer una traducción más fiable, apoyada directamente en textos hebreos, con asesoramiento de rabinos…). Me refería a eso, sin ánimo de entrar a fondo en un debate para el que yo no tengo preparación suficiente, solo básica, y además nos llevaría muy lejos. Por otra parte, supongo que los concilios son el mejor lugar para decidir cuáles son los textos canónicos y cuál la versión más correcta, sin menoscabo de la investigación de los especialistas que deben orientar a quienes toman decisiones. Vamos, como ocurre en nuestras Cortes. Y en ambos contextos con las limitaciones obvias y los defectos también obvios que deben ser criticados y tenidos en cuenta. Recordar la complejidad de un tema, para mí, no significa eludir el rigor, sino reclamarlo y solicitar que no se hagan juicios demasiado generales y en algunos casos (no creo que en el tuyo) precipitados. Os adjunto este enlace de un artículo muy interesante que muestra es complejidad (carezco de capacidad para decidir si tiene o no tiene razón en lo que sostiene): http://digital.csic.es/bitstream/10261/20415/1/20090929085023562.pdf
Pepe, ¿te han hecho algún mal los catedráticos? ¿Debo avergonzarme por ser catedrático? ¿O por ir misa los domingos? ¿O por intentar ser al mismo tiempo católico y anarquista? ¿Te he ofendido en algo para que me dediques un párrafo tan despectivo personalmente? Si así ha sido, dímelo y presentaré mis excusas. Si no es así y simplemente se trata de tu estilo, lo lamento pero no lo admito. Haz un esfuerzo y modifica tu estilo para hacer que sea posible el diálogo. Es la última vez que respondo a un comentario en el que se incurra en descalificaciones personales, impropias de los objetivos que esta página pretende fomentar.
Y si hablamos de la tradución de la Vulgata que se adjudica a Jerónimo, sería más concreto decir que fue traducida gracias a las mujeres que desde Aventino marcharón con Jerónimo a tierra Santa, como a la vez, costearón con su bienes.
Como a la vez, también les escribian y corregían parte de sus discursos.
Pero claro esto no se sabe o no interesa qeu se diga o sepa.
Tienes razón Rodrigo Olvera…
No he leído las 95 tesis, total fueron escritas en tan lejos Wittenberg y desde el mil quinientos y picos, para qué leerlas.
Solo decirte que leer a Lutero como a Habacuc, y sus diálogos…
Es igual si se lee trayéndole y retrotrayéndole a su tiempo, en lo acertado y lo no acertado del hombre de su tiempo…
Nietzsche, también me gusta y sin embargo digo como con los.
Aunque tampoco lo he leído ¿…?
Lo que pasa, Rodrigo, es que los catedráticos también conocen algunas fuentes de información. ( o se creen saberlas)
Y , supongo, que los catedráticos de misa dominical ( aunque se consideren a sí mismo ” anarquistas”) no se atreverán a llever la contraria a ciertas fuentes. ( si fueran fuentes de fontaneros ya las habían puesto un “koptel molotow”)
Lo que yo entiendo al respecto del asunto VULGATA es que los catedráticos no se atreverán nunca a contradecir a:
ANASTASIO MILLER, O.S.B. ( quien presenta la obra donde tomo normalmente la información teológica, Está publicada expresamente para expertos, sacerdotes y personal de alto nivel teológico y desde una perspectiva CIENTIFICA. Como fontanero no podía perderme semejante oportunidad.)
JOSE VELASCO, S.J. ( que lleva la desagradable labor de censor eclesiástico)
Un OBISPO de BILBAO del año 1968 que no tuvo problemas para autorizar el ” imprimatur”
Y, a fin de cuentas, la información sólo es una traducción de una obra italiana que fue mirada con ” santas lupas” antes de que la Editorial MARIETTI ( de Torino) consiguiese la autorización del mismísimo Vaticano.
Por lo cual y aprovechando mi mala costumbre de ” conocer bien a mis contrarios” antes de entrar al enfrentamiento ( dialéctico… jejeje) suelo poner este tipo de trampas a quienes se creen saber algo y no saben ” de la misa la media”.
Buenas tardes, pues… ( ¡Ay! mi siestuca)
Hola Felix
Dices de tí mismo que eres una persona que busca la rigurosidad. No lo dudo. Pero llama la atención que cuando se llega a concretos, en lugar de abordarlos con rigurosidad, respondes con generalidades. Cuando afirmé el concreto de que Ratzinger utilizó la expresión “primera apertura” como lo “suscitado” por las víctimas del nazismo, me respondiste que “la realidad es compleja”.
Ahora, cuando Pepe con rigurosidad menciona cuestionamientos concretos a La Vulgata, le respondes con un general “la historia de la Vulgata es algo complicada”, con lo que parece que estás en desacuerdo con el comentario de Pepe, pero sin señalar de manera rigurosa o concreta en qué o por qué.
Vamos. Con la rigurosidad que afirmas buscar, ¿consideras que es cierto o falso?:
a) que la Vulgata nació con multitud de errores de traducción
b) que Rufino de Aquileya trató como hereje y falsario a Jerónimo
c) que Agustín de Hipona se opuso a La vulgata por contradecir la versión latina de la de los LXX
Por mi parte, el mismo texto de la presentación de la Neo Vulgata que aparece en la página del Vaticano parece darle la razón a Pepe. Pues afirma cómo decidieron hacer la traducción cuando el texto de La Vugata no está de acuerdo: a) con la doctrina de los Padres; b) con la enseñanza antigua de la Iglesia; c) con el texto de la versión latina de la de los LXX; d) con los textos hebreos, respecto del Antiguo Testamento. Lo que, entre otras cosas, significa que la Vulgata NO ESTÁ TOTALMENTE DE ACUERDO ni con los Padres, ni con la enseñanza antigua de la Iglesia, ni con la versión latina de la de los LXX, ni con los textos hebreos respecto del Antiguo Testamento.
¿Cómo pudo un texto con tales incosistencias ser la única versión autorizada en la Iglesia Católica? Si no me equivoco, tiene otra vez razón Pepe: mediante la decisión oficial de un Concilio.
Pepe Sala: la historia de la Vulgata es algo complicada y desde luego en estos momentos lo que se admite como texto oficial (fundamentalmente para usos litúrgicos) es la llamada neovulgata, un edición revisada con el soporte de estudios críticos, que aparece en la página del Vaticano: http://www.vatican.va/archive/bible/index_sp.htm En España, también para usos litúrgicos, hay un texto oficial aprobado en el 2010, en español, claro: http://www.revistaecclesia.com/content/view/22404/313/ Y esos textos oficiales no niegan en absoluto validez a otras traducciones de la biblia.
H. Cardoso, yo no me quedo con nadie, pues eso siempre implica establecer una cierta división entre “ellos” y “nosotros”. Desde luego me animan las personas solidarias, sean ateas y creyentes, y en cada uno de los dos grupos hay de todo, aunque intuyo que habrá más solidarios entre los creyentes cristianos, aunque solo sea porque eso es lo que les exige constantemente la fe que decimos profesar. Incoherencias prácticas las hay en todas partes. Hoy, por ejemplo, los católicos conmemoramos la figura de Vicente de Paul, cuyo compromiso con los pobres era claro según el mismo: “los pobres son nuestros amos y señores”. Eso sí discrepo de tu juicio sobre Atrio: yo no percibo especial camaradería, ni fraternidad, ni diálogo abierto, y sí exceso de cólera y descalificación como dije en el comentario anterior. Son percepciones personales, desde luego. Podemos pasarnos, cierto, pero mi percepción es que en esta página las descalificaciones van siempre en el mismo sentido. Y me pregunto si realmente es un espacio para el diálogo.
CANTO A LA VIDA
(Jiddu Krishnamurti)
No tengo nombre,
soy como la fresca brisa de los montes;
no tengo asilo,
soy como las aguas sin abrigo;
no tengo santuario, como los dioses misteriosos,
ni estoy en la sombra de los templos solemnes;
no tengo sagradas escrituras,
ni estoy sazonado en la tradición.
No estoy en el incienso
que sube a los altares,
ni en la pompa de las grandes ceremonias;
tampoco estoy en la dorada imagen,
ni en el sonoro canto de una voz melodiosa.
No estoy limitado por teorías,
ni corrompido por creencias;
no soy esclavo de las religiones,
ni de la pía asistencia de sus sacerdotes;
no soy engañado por filosofías,
ni el poder de sus sectas me da nombre.
No soy humilde ni conspicuo,
ni apacible, ni violento;
yo soy el Adorador y el Adorado,
yo soy libre.
Mi canción es la canción del río
en su anhelo por los mares inmensos
divagando, divagando.
Yo soy la Vida…
¿Por qué querer atrapar lo que somos en concretas interpretaciones del canto?
Un abrazo
La fe, la fe…las verdades que tenemos que creer…el reencuentro de todos en unas mismas creencias…
Creo que deberíamos incidir más que en la fe, en la solidaridad, la fraternidad, el amor de unos con otros. Porque en el amor encontramos a Dios. En este hilo, amigo García Moriyón, hay ateos que viven a tope la solidaridad, el compañerismo, la fraternidad con todas las personas. Y por ahí andan sueltos creyentes que nunca han creído ni practicado la solidaridad, la fraternidad universal, la ayuda a los más necesitados…
¿Para qué vamos a dar nombres? ¿Nombres de tantos y tantos que pierden el culo, según dicen, en busca de la verdad “auténtica” y pasan de largo ante los desvalidos como el fariseo y el publicano aquellos de la parábola del Buen Samaritano?
Ya sé que nos salimos de tono en este hilo, que algunos se pasan en atacar a la ICAR y otros a lo mejor nos pasamos en defenderla y comulgar con ruedas de molino. El problema no es ese, la riquezsa de Atrio es que vivimos una amistad, una camaradería, una relación que tiene algo de la que hubo entre los discípulos de Jesús, digo yo. Que intentamos construir un mundo más fraternal, crear cauces de diálogo, habilitar lugares de encuentro…
Yo me quedo con los ateos que practican la solidaridad y la fraternidad universal. Y les regalo todas las verdades y certezas que dicen garantizarnos algunos. ¿De qué me sirve saber toda la verdad, creer en todas las verdades, si no tengo amor? Y esto lo digo por mí, y por Benedicto XVI, y por el Sursum Corda…
A ver, Jonás:
1º: Ni se te ocurra desclazar mis sandalias. Tengo problemas con ciertos olores de pies y te podría resultar faltal.
2º: Afortunadamente me expulsaron del seminario a tiempo y lo de ser cura quedó en el peor de los intentos que mi niñez y juventud tuvo que soportar. ( y seguramente habrás leido algunas de mis historiucas al respecto de mis experiencias juveniles-infantiles.)
3º: Hasta tú llegarás a entender que , por muy contundente que llegue a ser una argumentación, es totalmente IMPOSIBLE derribar en un corto mensaje de un foro lo que llevan siglos tergiversando en nuestra sociedad. Y más difícil será si es un jodido fontanero quien argumenta frente a cientos de miles de teólogos-filósofos-catedráticos- comentaristas de radio y televisión-obispos-curas-monjas, profesores-as- políticos del estilo de José Bono- Jonás de ATRIO, etc, etc, etc…
Pero te aseguro, Jonás, que con menos de la millonésima parte del tiempo y recursos de quienes nombro ya me huieran sobrado ARGUMENTOS Y RAZONES para demostrar que los fundamentos de tu ICAR son un fraude más grande que la catedral del Vaticano.
Bueno, pues.
A Pepe Sala:
Por tímidas alusiones a mis comentarios al artículo que nos convoca, añado que si esa argumentación que propones te parece suficientemente poderosa para arrumbar o echar por tierra toda la legitimidad de las Sagradas Escrituras judeocristianas, nada que objetar por mi parte. Ante la experiencia del misterio, a los pies de la cruz -permíteme la expresión de inequívoco sello cristiano-, estamos solos en última instancia, y ahí no me meto, territorio sagrado. Tal vez tú seas, Pepe Sala, uno de esos ateos de quien nada menos que Emmanuel Mounier decía aquello de “ateos hay a los que no soy digno de desatarles las sandalias”. O acaso uno de esos agnósticos buscadores de la verdad de los que el papa Benedicto XVI acaba de decir en Alemania que puede que estén más cerca del corazón de Dios que muchos cristianos tibios.
Por lo que a mí respecta, siempre desde el respeto a tu argumentación contra la legitimidad y autenticidad de las Sagradas Escrituras y desde el dolor que me producen mis propias contradicciones internas y encima, por si ya con lo dicho no hubiera suficiente, desde la tremenda y como incurable extrañeza que me siguen produciendo muchos de los pecados, errores, incoherencias e hipocresías de la Iglesia (es decir, de sus miembros, personas de carne y hueso), me sigo fiando más de lo me trata de enseñar el Magisterio que de lo que me tratas de mostrar tú, Pepe Sala, que te manifiestas como ateo pero que hasta igual fuiste cura, todo es posible (a mí me dio clases en la universidad uno, ex dominico, furibundo ateo, marxista completamente, a mi juicio buena gente, me quiso mucho). No en balde, el famoso grito “ahorcad a todos los aristócratas con las tripas de los eclesiásticos” salió de la boca de un cura francés, que ni siquiera se secularizó pero que sí dejó una obra clásica, publicada póstumamente, en lo que se considera precedente de la filosofía materialista y atea que germina hacia finales del XVIII y culmina a lo largo de todo el XIX. Como también el hecho de que el autor del famoso opúsculo “Doce pruebas de la inexistencia de Dios”, absolutamente venerado en los círculos libertarios, saliera de la pluma de un ex jesuita francés…
En fin. Será que así se escribe la historia.
Pepe, agradezco tu última aportación, sobre cuyo contenido yo hace tiempo que tengo mi convicción y por ello me subyugó la recomendación que le atribuyen a Pedro en la Escritura: “-Las cosas complicadas que aparecen el ella, han de ser consideradas desde las diáfanas y claras, nunca al revés.”
Luce bastante QUIEN, en la Escritura y Tradición, es considerado LUZ, para que humos, nieblas o tinieblas sean las que acumulen prioritariamente, para muchos que se consideran y son considerados “pastores y maestros” sentido y valor respecto a la claridad del TESTIMONIO y MENSAJE de JESÚS.
Una de esas ráfagas luminosas que lanzó, desde su situación concreta de relación con las mentes complicadas de su época, fue más o menos expresada así; “Ay de vosotros escribas y fariseos hipócritas que coláis los mosquitos y tenéis tragaderas para que os pasen los camellos”
¿Hay falta de claridad en los modos concretos socio económicos en los que Jesús se presenta como Humana Revelación del Padre? ¿Asumió el esplendor y la situación de poder religioso estructurado en Israel y su TEMPLO? ¿Lo hizo con las espiritualidades, más o menos evasivas de la realidad humana, de los comunitarios esenios del desierto? ¿Se identificó con los modos reformistas del Bautista? ¿Aceptó el que claramente se le confundiera con cualquier líder de grupos o movimiento revolucionario violento?
La Samaritana vio con claridad el nulo valor de la sacralidad y culto localizado, porque el valor del culto auténtico que el Padre deseaba desde ya, es en espíritu y verdad; y vio lo que se escondía de diferencia entre el agua viva y las muertas, proclamando entre sus vecinos a Jesús, como EL ENVIADO.
Su familia natural y sus vecinos, recibieron claramente su testimonio y mensaje de HUMANISMO UNIVERSAL rompiendo el molde reduccionista de l*s mí*s, de l*s nuestr*s y “l*s otr*s
A sus seguidor*s les ofrece su ejemplo vital de pobreza, comprometida totalmente en la búsqueda de la Justicia del Reino de Dios, prioritariamente dirigida al remedio de las necesidades y carencias de lo que necesita la persona para considerarse y ser considerada como tal: salud, concienciación, libertad y sano disfrute en el uso de sus capacidades (Sanando; valorando opiniones y comportamientos de paisanos y extranjeros; comprendiendo y tolerando deficiencias y fallos; defendiendo a los débiles y debilitados, niñ*s , mujeres y apestados; y perdonando abandonos, negaciones e incluso traiciones)
Aprovechando esta claridad es como hay que hacer camino desde la propia iniciativa personal, eso sí, poniendo el ojo en las huellas bien marcadas por quien de sí ademas de decir que es LUZ, dice también que ES; EL CAMINO, LA VERDAD y LA VIDA.
Porque la META, en esta vida mortal, la tenemos en SER HUMAN* S por HERMAN*S y esto es lo que Jesús hizo y hace en nuestro mundo. Y por ello es JURISPRUDENCIA SUPREMA en SU JUSTICIA: “-CONMIGO hacéis, o dejáis de hacer LO QUE con UN* CUALQUIERA de mis más PEQUEÑ*S HERMAN*S.”
Desde esta claridad es desde donde y cómo hay que considerar la religión y vivirla.
Admito el calificativo, Felix, ( ahora voy entendiendo el motivo por el que me llaman ” el jabalín lebaniegu”) soy tosco, bruto, poco sensible y zafio, pero la VERDAD restante está de mi parte por más que hagas tandem con Jonás o con toda la tradición católica. Intentaré argumnentarlo sin poner ningún taco…Veamos:
Voy a romper la credibilidad de uno de los pilares ( Las Sagradas Escrituras) y de tacada se estrellarán las otras dos que tanto tú como Jonás presentáis como pilares de vuestra religión. ( Tradición y Magisterio) Y hablemos seriamente, no con argumentos de superioridad desde posturas dogmáticas y de la famnosa FE.
La Bíblia que se utiliza en la actualidad es la que se impuso en la sesión IV ( 8 de abril de 1546) en el Concilio de Trento.
Ante la cantidad de versiones que corrían entre la cristiandad se estableció que:
” sea tenida por auténtica en las públicas lecciones, disputaciones, predicaciones y exposiciones la antigua y VULGATA edicción que está aprobada por el largo uso de tantos siglos y que ninguno sea 0osado o presuma rechazarla por cualquier pretexto…. Los que contravinieren sean declarados por medio de los ordinarios y CASTIGADOS CON LAS PENAS ESTABLECIDAS POR EL DERECHO””. ( considerando la época inquisitorial que se vivía, podemos imaginarnos el castigo establecido.)
Quien no se haya estudiado la historia de la Vulgata podría pensar que no está mal asumir una versión que lleva siglos sobreviviendo a guerras interminables, emperadores de barbas floridas , monarquías absolutistas españolas, italianas, anglosajonas, iluminados judíos, griegos y hasta Wikingos; pero se da la circunstancia HISTORICA que la Vulgata ya nació enormemente viciada, con multitud de errores de traducción que llevaron a su autor principal ( Jerónimo) a ser tratado como hereje y falsario por el mismísimo RUFINO de Aquileya, y para colmo de despropósitos, el mismísimo Agustín de Hipona ( amigo de Jerónimo) se opuso a la versión por encontrarla falsa y contradictoria con la antigua latina enraizada en las enseñanzas de los LXX. Una vez fallecido Jerónimo, Agustín no tuvo ya problemas para aprovrchar el trabajo adelantado de su amigo.
Así pues, y como la tradución de Jerónimo ( tremendamente polémica desde su propio nacimiento hasta su IMPOSICION en el Concilio de Trento) se llevó a cabo siglos después de la supuesta creación de la Iglesia por parte de Jesucristo y sus Apóstoles, dudo mucho que pueda ser fundamento de algo que se pretende como ” divino” y por lo tanto inamovible.
No le veo yo a vuestro Dios presentando unos Estatutos y programas electorales diferentes dependiendo de los tiempos que corran. Y si tal cosa hiciese, estaría en las mismas condiciones humanas de cometer ERRORES como nos acostumbran nuestros políticos de turno y en nuestra propia HUMANIDAD tambien cometemos errores.
( Hoy no he cometido errores… aún . No he escrito ni un solo taco malsonante como hacen los jabalines lebaniegos, jejeje)
Bien, Rodrigo: parece que no nos ponemos de acuerdo, y no me preocupa demasiado pues eso sucede a veces, con frecuencia quizá, en discusiones entre personas que quieren ser rigurosas y honestas, como tú y yo. Una posible explicación es que la realidad es compleja y admite diferentes enfoques o interpretaciones, algunas insostenibles, pero otras válidas y mutuamente enriquecedoras. Ya te he dicho que aprecio tu aportación a la historia del tema y me ha resultado valiosa.
Comparto la reflexión de Jonás acerca de los tres pilares, ahora bien: a) Se tardaron más de dos siglos en decidir cuáles eran los libros que componían las Escrituras Sagradas, y llevamos veinte siglos ofreciendo diversas interpretaciones de los mismos; b) en gran parte, esa tradición consiste en la historia de las interpretaciones elaboradas por la comunidad de creyentes en general, no sólo por los obispos avalados por la tradición apostólica; c) el magisterio tiene igualmente una larga historia en la que ha ido evolucionando y cambiando para ser sensible a los cambios de los tiempos, y en general ha cambiado muy lentamente.
Pepe, las verdades duelen, pero también liberan. Y nos duelen a todos, también a ti, supongo. Desde luego tú eres ateo, yo tampoco; no vas a misa, yo también; y yo intento ser pulcro (Real Academia Española “delicado, esmerado en la conducta y el habla”) mientras que tú parece que intentas ser zafio (RAE: “grosero y tosco en los modales o falto de tacto en el comportamiento”). Y parece que los dos hemos optado libremente por comportarnos así.
Y aquí, una muestra más de contradicciones que dependen de la audiencia a la que se dirige:
http://www.redescristianas.net/2011/09/25/el-papa-decepciona-a-los-protestanteseusebio-val/
Cuando habla con los orotodoxos, confía en que se logrará celebrar la eucaristía nuevamente, con que se acepte su primado. Cuando habla con los luteranos, afirma que no se puede ceder en materias de fe.
Como si no supiera (claro que lo sabe) que la división con las iglesias ortodoxas no es meramente canónica-eclesial sino en materias de fe (incluyendo que la oposición al primado de jurisdicción es materia de fe por contradecir abiertamente la igualdad apostólica; pero también en la soteriología, en la concepción del pecado original, en la teología sacramental etc)
Olvidé la referencia
Nota de prensa
http://www.publico.es/internacional/398130/el-papa-alerta-contra-los-que-quieren-liberar-la-vida-publica-de-dios
Es que la VERDAD, Jonás, suele resultar muy molesta.
No me apetece entrar en disquisiciones teológicas, pero si insistes puede que te lleves una sorpresa al respecto.
El ser ATEO no quiere decir que sea ignorante respecto a lo que han dado en llamar teología y a mí me parece una enorme pérdida de tiempo, pero puedo explicar perfectamente el porqué.
Dudo mucho de que Jonás pueda explicar, de un modo medianamente razonable ,el argumento por el cual afirma que el ” trípode” cristiano se sostiene en las patas que él afirma. ( y ni siquiera el ” trípode católico”- diferenciado del cristiano- se sostiene en lo que afirma.)
Pero ¿ a mí qué coño me importa?… ( ¡ ay, Dios mío, que he dicho ” coño”… al infierno de cabeza por faltar al respeto a tan pulcros creyentes…)
Y sigue distorsionando los datos históricos:
“El papa Ratzinger, que ayer en Erfurt se reunió con las iglesias protestantes, dijo hoy que entre las iglesias y las comunidades cristianas la “más cercana” a los católicos es la ortodoxa, “ya que católicos y ortodoxos poseen la misma estructura de la Iglesia de los orígenes”
Ni la Iglesia Católica ni las Iglesias Ortodoxas tienen las misma estructura que la Iglesia de los orígenes.
La Iglesia de los Orígenes no tenía Cardenales (católicismo) ni tenía Archimandritas (ortodoxos), ni tenía sínodo de obispos como órgamo meramente consultor pero no decisor (católicos) ni tenía la distinción entre eparquías y autocéfalas (ortodoxos). Por supuesto, la Iglesia de los orígenes no tenía el primado de jurisdicción universal de un sólo obispo sobre los demás (catolicismo).
Pero seguramente este también es un tema menor
Carmen
“Solo decir que si leo, examino o analizo a Lutero y cuanto escribió, me siento más identificada con sus ideas en cuanto a todo el rechazo a las Normas y Preceptos eclesiales o “doctrinas”
Me parece que no has leído realmente a Lutero. Por ejemplo, si se leen sus tesis sobre las indulgencias (lo que generó su excomunión), realmente él mantiene la validez de las indulgencias en general, lo que rechaza es la práctica simoniáca en que se aplicaban. Y, para quien relamente ha leido ese texto, su argumento es que esa práctica no es atribuible al Papa. Lutero argumenta que está seguro que el Papa desconoce la situación de los obispos locales, a quienes acusa de la simonía.
Lutero no rechzó TODA la doctrina ni todas las normas. Quizá eso le gustaría a muchas personas. Pero es una distorsión. Rechazó ciertos aspectos, y sostuvo otros. En parte por ésto, es que Lutero rompió con Calvino.
Felix… te sigues centrando en la palabra propiciar y sigues negandote a ver el “primera apertura”. Si es la primera, significa que no ha habido ninguna antes. Por más que aceptes “franjas temporales”, ninguna de ellas parte de que la primera apertura fuera a partir de las víctimas del nazismo. Pero por lo visto, cualquier cosa con tal de no reconocer que lo que dijo Ratzinger no corresponde a los hechos históricos. Vale. Pero entonces que no se hable de amor a la verdad
Lo que afirma el señor Pepe Sala a propósito de mi comentario sobre que los tres lugares teológicos fundantes de la tradición católica son la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio me parece sencillamente insultante; en este caso, empero, no contra mi humilde persona, sino contra toda la Iglesia universal. Pero no quiero entrar en polémicas. Me “refugio” en lo que señala el profesor Félix García Moriyón -a quien, por cierto, he escuchado en varias ocasiones en la Pontificia de Salamanca y en otros foros, lo he leído y hasta saludado alguna vez, con mi nombre y cara “reales”-: en general en Atrio el tono con el que se trata a la Iglesia, al Papa, al Vaticano, o a la curia, es, más que de crítica sosegada, vale que doliente -yo también critico a la Iglesia a veces, la hipocresía de muchas de sus instancias,etcétera, sólo que procuro hacerlo no a saco sino con confianza y respeto-, de encendido anticlericalismo, a veces incluso de furor incendiario que recuerda aquello tristemente protagonizado por lo peor del movimiento libertario: “Las iglesias que más iluminan son las que arden”.
Me duele la Iglesia universal, por cuya hipocresía -mejor, por la hipocresía de algunos de sus hijos- he sufrido y aun sufro yo mismo tristes pesares y consecuencias, pero de ahí a lanzar anatemas y condenas sumarísimas contra la que es la Esposa del Esposo; de ahí a tratar de chotearse de que en efecto Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio conforman las tres patas del edificio de la doctrina…
En fin.
“”Sagrada Escritura, Tradición, Magisterio.””
El batacazo está garantizado. Desde mi rincón noto que faltan algunas ” patas fundamentales”.
1ª : Un tal Jesucristo.
2ª: Un tal Dios
3ª ( y pricipal) Un tal SENTIDO CUMUN , para darse cuenta de que las Escrituras han sido torcidas, retorcidas, tergiversadas, cambiadas, utilizadas, vitoreadas y masacradas, traducidas de forma conveniente, podadas para conveniencias de…
Al tal Jesucristo lo han cambiado por una serie de dogmas infumables que, si Jesucristo levantase la cabeza, se liaría a latigazos hasta pasada la ” hora nona”
Y a ¿ Dios?… bueno es reconocer que en este sentido sí cumple la Ley lo que hemos dado en llamar ICAR:
” no utilizar el nombre de Dios en vano”. Lo cumplen tan a rajatabla que ni siquiera lo ponen como FUNDAMENTO de su propias banquetas trípodes.
¿Para qué coño quieren a Dios si tienen a “Botines”, Razinguer, Jupiter y… a los kikos-opus dei-guerrilleros santísimos- meapilas a mogollón-libertades digitales y a Rouco Varela?
Ahh, también tienen a la Ertzantza a su favor, y a la guardia civil, y los seguratas, OTAN, Obamas y demás familias.
Así cualquiera es ” dios”, oigan, lo difícil es ser demonios y no caer en el intento.
Hoy tampoco he ido a misa…
Mientras nos planteamos, vale que legítimamente, el alcance y los retos del ecumenismo, docenas de miles de bautizados como católicos pasarán a engrosar las filas del protestantismo evangelista en América Latina, en todo el mundo pero principalmente en América Latina: de hecho, esa rama del protestantismo, que ni siquiera entronca directamente con Lutero, con Clavino, con la Reforma de principios del siglo XVI,y sí con los movimientos de revival cristiano de finales del siglo XIX suscitados sobre todo en Estados Unidos, es una de las visiones cristianas que más crecen en el mundo. Benedicto XVI se ha referido a ellas en este discurso que nos concita, concretamente cuando manifiesta su cierto estupor ante todas esas formas de cristianismo (muy pentecostal, apocalíptico a menudo,etcétera) caracterizadas por la poca firmeza doctrinal e institucional. Más clara, el agua.
Pero como ya insinué en mi comentario anterior, el ecumenismo es un movimiento necesario que cuenta con dos frentes o vanguardias de batalla: el frente de la base, llamémoslo así, en el que podemos avanzar conociendo “la verdad del otro”, sus razones teológicas, espirituales y existenciales, e incluso propiciando espacios comunes de oración, de lucha por toda una serie de valores frente a la sociedad descreída y descristianizada. Y el frente de la reflexión teológica común, en el que me parece que no hace falta ser ningún experto teólogo para caer en la cuenta de que la Iglesia católica no va a ceder a las peticiones venidas desde cierta teología protestante de corte liberal empeñada en buscar puentes y consensos teológicos basados más bien en el relativismo teológico que en la fidelidad a los tres lugares teológicos fundantes de la cosmovisión católica: Sagrada Escritura, Tradición, Magisterio.
El “trípode” anterior, verdadero armazón de la doctrina de la Iglesia católica, es absolutamente innegociable. Porque la Iglesia católica cree estar convencida de tener la basa de la verdad: por fidelidad a ésta, puede que no obtenga éxitos aparentes -por ejemplo, más éxitos aparentes, en número de fieles que se adhieren, parecen tener las comunidades protestantes evangelistas-, pero a la larga, cree la Iglesia –cree como quien confía,se fía de las promesas de su Señor-, la verdad saldrá plenamente a la luz en este mundo.
Antonio Vicedo, me gusta cuanto dices y como lo argumentas, pero quiero decir… Que hasta el propio Jesús fue hombre de su “Tiempo” y como tal dejó parte por descubri.
Es decir, ese CAMINO DE EMAÚS, es el camino que cada PERSONA debe empezar compartiendo la fraternidad en dialogos, que se pueden hacer acalorados, inclusos diferentes porque no tod*s maduramos igual en el tiempo que vivamos, pero lo más grande de todo este relato de Emaús, es la hora de compartir donde solo nos encontramos con D*s a la hora de “partir-compartir nuestro “pan”… Ese ya no es diferente sino real porque el hambre y la sed es igual para todas las personas, entremos en este CAMINO, por el sur, el este, oeste o norte… siempre tendremos que recorrer ese camino para saborear los cruces y los encuentros ydesencuentros.
Y es en este CAMINO, donde Jesús nos quedó mucho de lo que él mismo comprobó o no supo ver, y que aquellos discipulos tampoco vierón y escribieron y que no es otro que D*s, es ABBA y MADRE.
Que nos ama con amor de sus entrañas del útero, y como solo una madre puede hacer, y es cuidando y amando más a la persona más pequeña, indefensa o que necesita más cuidados.
¿Por qué habla de Ecuménico-ismo, sino es total y engloba todo en ese todo que es D*s para la persona?
Si es esta propia religión la que hace separatismo, y abre un cisma entre la propia COMUNIDAD DE CREYENTES, ENTRE HOMBRES Y MUJERES… Y donde se olvidan a hombres que son sacerdotes, sacramentos que imprime carácter como ellos dicen, por el solo hecho de cumplir con su corazón y naturaleza la misma que ha sido dada por D*s, a imagen y semejanza.
Donde hay mujeres que son llamadas al sacerdocio y no ese de título calla boca, sino el real, o vivencial, sacramental en la propia Comunidad que ellas consideran como parte de su propia vida y como la única vía para crecer dentro de esta “iglesia” y porque desde niñas lo han sentido, y como dicen ellos ¡Por la llamada del espíritu!
Intentar hablar con palabras huecas vacía dentro de otra espiritualidad mientras en la propia comunidad hace acepciones apartadizos y exclusiones por sexo y sexualidad, tratando a las personas como leprosas, e intentando “joderles” la vida allá en lo que lograran por sus méritos, como intentó el propio arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco le hizo a una de estas mujeres llamadas a ser Sacerdotisas desde su más tierna edad en su ciudad natal Azuaga.
Ella es mi amiga Mercedes Carrizosa, extremeña de pura raza, que tuvo los ovarios de interpelar en una audiencia del señor Rouco en Madrid donde ella reside y trabaja en las distintas parroquias, pues bien este buen señor al ser preguntado sobre en qué se basaban para no dejar a la mujer ser sacerdotisas, solo se dignó a preguntarle su nombre y el colegio donde ella daba clases de religión… Claro está que se ató el dedo cuando ella dijo, monseñor su mano no alcanza a toda Telefónica, y más aún cuando esta ella del Estado.
Qué un hombre jefe de un estado, confesional vaya a otro estado para decir que es ecuménico me hace gracia, y más cuando de quien habla tiene más aprecie a la inteligencia y libertad de la persona que lo que ellos predican, porque aún resuena sus palabras en Madrid, nadie va a D*s sino es por la boca de sus sacerdotes que son los únicos que saben el camino y la verdad.
Todo cuanto diga en Alemania es puro TEATRO Y POPULISMO… el mismo que dejó J.Pablo II, sabe que a este le fue bien y él quiere rentabilizar lo que aquel sembró
Y esto que dice aquí sirve como colofón. Nadie puede ser o interpretar cuando no está bajo el Fundamentalismo de este catolicismo, que cada vez, va siendo más parecido a otros FUNDAMENTALISMOS, ¿Será que han visto que a los otros le son rentables, volver a estos? ¡Pues nada! sigamos siendo eso, parte de la forma nueva de Cristianismo que para nada el gusta al fundamentalista imperial del vaticano o de Madrid
“…Es un cristianismo de escasa densidad institucional, con poco bagaje racional, menos aún dogmático, y con poca estabilidad. Este fenómeno mundial nos pone a todos ante la pregunta: ¿Qué nos transmite, positiva y negativamente, esta nueva forma de cristianismo? Sea lo que fuere, nos sitúa nuevamente ante la pregunta sobre qué es lo que permanece siempre válido y qué pueda o deba cambiarse ante la cuestión de nuestra opción fundamental en la fe…”
Solo decir que si leo, examino o analizo a Lutero y cuanto escribió, me siento más identificada con sus ideas en cuanto a todo el rechazo a las Normas y Preceptos eclesiales o “doctrinas” las misma que le hizo escapar de esta religión, que quiere ser ecuménica, a la cabeza de este papa, que guarda la misma ideas que aquel del tiempo de Lutero, y que si le coge le lleva a la hoguera ipso facto, sin preguntar solo con la tortura a la cual estaban doctorados, hoy esta es más sibilina ¡claro está!
Perdón, Ana por la errónea referencia. Asun, la frase la mantengo para todos, empezando por mi mismo. Y desde luego en la tradición cristiana en general, no sólo la católica, no siempre se ha aplicado ni se aplica la corrección fraterna. Desgraciadamente. Sí que creo que el tono general en esta página, cuando se habla de la Iglesia Católica se acerca muchas veces a la cólera y se aleja de la corrección fraterna. Lo que se dice del Vaticano, Ratzinger y la curia suele ser de casi total y absoluta descalificación, incluso personal. Por otra parte, no creo que se pueda decir que la “Iglesia” no da testimonio, a nos ser que precisemos a qué nos referimos con ese término “Iglesia”. Los que fallamos somos las personas individuales, sea el Papa o cualquier otro miembro de la comunidad. Unas veces fallamos unos pocos, otras muchos; algunas veces sólo en un aspecto, otras en varios, ya sea poco o mucho tiempo. Y esto viene ocurriendo incluso desde antes de la formación de la Iglesia: en el mismo Evangelio los apóstoles elegidos son un buen ejemplo de capacidad de dar mal ejemplo en muchas ocasiones.
Estimado Rodrigo, lo siento pero sigo sin ver contradicciones entre lo que tú dices y lo que dice Ratzinger en los diversos textos. Insisto, “propiciar” significa favorecer, no iniciar. Pero si nos centramos en los inicios, nunca es sencillo poner una fecha exacta, por lo que se pueden manejar franjas temporales sin contradicción. ¿Por qué no hablamos ya de los erasmistas del XVI, con un claro talante ecuménico, antes de que el término cuajara como tal? ¿O de Leibniz en el siglo XVIII? Si no todas las iglesias cristianas se han incorporado en el mismo momento al ecumenismo, ¿cuál es la fecha correcta del comienzo? De verdad, creo que es un tema menor ponerle fecha a una propuesta tan sugerente y tan compleja.
El ecumenismo no es sencillo. Posiblemente lo que debamos buscar es, de entrada, la unidad de acción (término sindical) basada en el Sermón de la Montaña y el seguimiento de Jesús. Después procurar limar divergencias doctrinales (se ha avanzado mucho, creo, en la doctrina de la gracia, o en la eucaristía, pero no tanto en el magisterio petrino, el culto a la Virgen o a los Santos). Y posiblemente al final no sea necesario que ninguna de las iglesias renuncie a aspectos que cada una considera esenciales en su identidad. Al fin y al cabo, muchas y de muchas maneras habló Dios a los seres humanos. Y mantener esos dogmas identitarios no es una prueba de orgullo, engreimiento o autosuficiencia (H. Cardoso).
H. Cadarso, insisto en que debemos ser conscientes de que hay posturas difícilmente reconciliables y algunos planteamientos de la secularización exigen la desaparición de las creencias relgiosas pues, como se dice de vez en cuando en esta página, los que segumos perteneciendo a una Iglesia como la católica renunciamos a nuestra libertad, a nuestra autonomía, al ejercicio de la razón o, en el mejor de los casos como creo recordar que se ha dicho de mí mismo, somos unos ingenuos. Por eso hay que buscar el momento de verdad que tenemos todos, respetando sobre todo a las personas, y procurando escuchar humíldemente lo que los otros nos dicen.
Con profundísimo respeto a todas las opiniones que expresáis sobre el asunto de que tratamos, yo intento reafirmar y afinar la mía, por si con ello, me libero de silencios cómplices y de insolidaridades con quienes ni tienen tantos saberes, ni tanta posibilidad de ofrecer sus puntos de vista a no ser en una inconsciente e involuntaria sumisión que se ha llamado fe del carbonero, o en un práctico desentenderse del asunto con esa perla de fe expresada hacia ALGO; y aquella popular práctica popular: “Con una misa y un marrano, hay para todo el año, pero nos sobra misa y nos falta marrano”.
En el intento de afianzar el valor MAGISTERIAL en la Comunidad de los discípulos o seguidores de Jesús ¿Por qué no se empieza por aclarar el fundamento y concreta razón de ser de ese Magisterio? ¿Por qué lo consideramos fundamentado, aunque sea dogmáticamente, en Pedro y no en LO que debe estar fundamentada la fe de Pedro, para estar en capacidad de CONFIRMAR A L*S HERMAN*S?
Creo que no es tan corriente por el lado de quienes ponemos en cuestión enseñanzas y posturas del magisterio petrino y apostólico, encontrar claras negaciones u oposiciones radicales a las realidades ( otra cosa son las formalidades circunstanciales de lenguaje o precisión) sobre las que la Iglesia se ha comprometido con la verdad, nunca total y absoluta.
Más bien los posicionamientos de opinión pertenecen al campo libre de lo opinable y sobre todo respecto a lo que ofrece notable grado de incoherencia entre lo que la misma Iglesia propone de su vivo recuerdo (MEMORIAL) de Jesús, y lo que se enseña de Él y se concreta en intentos de PRACTICAS REPRESENTATIVAS O TESTIMONIALES nuestras, referidas a nuestra condición de SUYOS.
¿Nos vale, o no nos vale el valor de la función ENVIADOS confiada a SUS DISCÍPULOS? (Dejemos aparte lo que entrañe DISCÍPULOS o APÓSTOLES= “enviados”)
Y, si nos vale y es fundamental como garantía de SUJETO FUNCIONAL ¿No existe pleno derecho en analizar y contrastar la MISIÓN= FUNCIÓN MESIANICA de Jesús; su concreto modo de realizarla y el mensaje por el que la trasmite; y como ESA MISMA MISIÓN confiada a los suyos es por ellos aceptada y practicada?
Para mí tiene pleno valor NORMATIVO e IDENTITARIO lo que entraña esta forma conservada y aceptada por la Iglesia atribuida a Jesús: “COMO el Padre me ENVIÓ, ASÍ os RNVÍO yo a vosotros”, con flecos explicativos como: “No es más el discípulo que su Maestro, ni el siervo más que su Amo; y a NADIE consideréis, ni llaméis Padre sobre la tierra, pues UNO SOLO ES PADRE, el Celestial.
Según esto y para señalar la base en que fundamento mi opinión expresada anteriormente sobre lo que expone Benito XVI u otros magisterios, aportaré una sóla reflexión sobre el asunto “secularización” y sobre los efectos que la misma produce en la consideración de las gentes:
¿Tal y como se presenta la Actualización Sucesoria Petrina en los modos de Poder religioso y civil vaticanos es eso secularización coherente con la de Jesús, o implica lo más peyorativo de LO SECULAR?
¿De qué se trata entre los fieles a Jesús, al menos de intento sincero, de ser de Pedro, de Pablo , o de … ? ¿O todos y sólo DE JESÚS, CABEZA, Y CUERPO por Él cohesionado y vivificado. A SU MANERA?
¿Qué hizo y que hace cualquier tipo de poder y superioridad sobre los hermanos en la MISIÓN confiada por el Padre a Jesús y cumplida por Él con fidelidad hasta la muerte?
Pues, a observar, comparar y sacar conclusiones sobre la práctica actual en la MISMA MISIÓN.
“Es mucho lo que une a todos los cristianos, procedan de la tradición o comunidad de que procedan, y por ello deben sentirse gozosamente conminados al ecumenismo”.
La certeza anterior recorre el texto, me parece, con el que Benedicto XVI saluda a la Iglesia Evangélica de Erfurt, en su viaje de estos días a su Alemania natal. O lo que es lo mismo: hay sobrados motivos para que los cristianos sean ecuménicos, porque el fondo común doctrinal cristiano es importante. Para el camino del ecumenismo, un buen faro puede ser la propia experiencia personal de Lutero, cuya fe cristocéntrica el papa Benedicto vuelve a poner de manifiesto. Pero no veo que el Papa haga “concesiones” a lo que de inasumible tiene para el corpus doctrinal católico la reflexión teológica de Martín Lutero. Ni lo hará, obvio afirmarlo.
Lutero, con una culpabilidad que en nuestros días interesa sobre todo desde una perspectiva histórica y teológica, rompió la Iglesia, acabó rompiendo con ella. Y en su “búsqueda de la verdad”, que Benedicto XVI también valora, metió mucha tijera en el tejido doctrinal de la fe cristiana. Verbigracia, se cargó casi toda la Tradición, y deslegitimó completamente la instancia del Magisterio, lugar teológico irreemplazable para los católicos. En todo esto, el diálogo ecuménico va a seguir encontrando obstáculos doctrinales que se me antojan insalvables.
Así pues, a mi modo de entender las cosas hay un todo camino por recorrer que se puede hacer juntos, es decir, lo pueden recorrer juntos cristianos católicos con cristianos reformados luteranos o calvinistas, etcétera. Sólo que a la hora de tomar una decisión de pertenencia y de fidelidad a una determinada comunidad cristiana, la fidelidad dogmática es esencial,determinante. Y en ello no se debe andar con medias tintas, me parece haber leído entre líneas decir al papa Benedicto en el texto que nos concita.
Hasta el extremo de que es la decidida fidelidad a la propia tradición cristiana la principal basa del ecumenismo. Pero entonces, ¿cuando se llegue al final del camino que sí se puede recorrer juntos y haya que tomar una decisión, a la vez doctrinal y existencial, con vistas a pertenecer a una determinada comunidad cristiana? Tratándose de Benedicto XVI es fácil, estimo, reconocer la propuesta: Dominus Iesus, facilidades dadas a los anglocatólicos que desean volver “a casa”, conversaciones con los seguidores de la FSSPX, dispensas del celibato que se otorgan -si bien estas dispensas especiales hace varias décadas que la Iglesia católica las concede- a pastores protestantes y clérigos anglicanos que desean ser sacerdotes católicos…
Para Benedicto XVI, la cosa está clara, me parece: el ecumenismo es un camino de diálogo y de fe enriquecedoras para toda la cristiandad “dividida”, sólo que con una meta clara, a saber, el que todos los discípulos de Cristo formen un solo cuerpo bajo el sucesor de Pedro,vale que con un primado petrino revisado, consensuado, ecuménico -lo que se quiera o sea-, pero inequívoco. A esto la Iglesia católica no renunciará. Como tampoco a “rendir honores” a sus santos, por más cristocéntrica que se admita, ecuménicamente, que es la fe cristiana, que debe ser. Como tampoco renunciará a la importancia de María Virgen en el misterio de la fe salvífica -herencia compartida casi al cien por cien con los cristianos ortodoxos-, por mucho que pondere la centralidad cristológica de Lutero, quien por cierto no fue nunca tan antimariano como de él se ha dicho después. Y así un largo etcétera.
El discurso de Benedicto XVI que recogemos aquí me parece espléndido en razón del planteamiento que hace del problema que hoy se nos plantea a todos los que nos sentimos seguidores de Jesús. Duato, has hecho muy bien en invitarnos a volver la mirada a la personalidad y la forma de vivir su cristianismo de Bonhoeffer.
Ahora bien, me convence el planteamiento del problema y de la pregunta, no me convence la respuesta que parece sugerir Benedicto XVI y la praxis de la iglesia institucional. Porque la iglesia debería reconocer que en este siglo habría que tirar lastre de ritos, instituciones, galas de púrpura y demás zarandajas, habría que recuperar un tanto la sencillez de los gestos, la pobreza y simplicidad de las acciones, la renuncia a todo signo de poder y de publicidad al más puro estilo televisivo en uso. Y no es eso precisamente lo que Benedicto XVI ha hecho en agosto en Madrid… Algo sí ha procurado hacer en Alemania, quizá porque le ha visto las orejas al lobo, quizá porque los alemanes han sacado sus conclusiones de lo que ha pasado en Madrid y están forzando al cortejo papal a unas actitudes menos pomposas y de poder…
Pero bueno, quiero decir que la iglesia institucional, la de Roma, debería hacer autocrítica y acercarse un poco más a lo que esperan de las religiones los hombres y mujeres de hoy. Y de paso se acercaría un poco más a lo que Jesús espera de ella.
Lo otro, lo del esfuerzo que deberían hacer o deberíamos hacer los que, en opinión de Benedicto XVI y de García Moriyón podría decirse que estamos vaciando de contenido el depósito de la fe y la fe misma o lo que sea, pues por supuesto que debemos reflexionar en ello. Sobre todo a la luz de los últimos mensajes que nos llegan a través de las lecturas evangélicas de los últimos domingos: esa de que los publicanos y las putas nos precederán en el Reino de los cielos; esa de los de la viña que mataron a los mensajeros y al mismo hijo del dueño de laviña, o esa otra que dice: No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos…
¿Cómo situarnos en ese punto correcto en el que nuestra fe será honda y nuestro compromiso con el mundo absoluto, y nuestra capacidad de irradiar a Jesús máxima?
En ello andamos, supongo, amigo García Moriyón, amiga Ana, amigo Duato, amigos todos. En ello creo que andaba también Bonhoeffer, y aquel que decía que deberíamos vivir como si Dios no existiese, o algo parecido. O el que decía en el siglo XVI: aunque no hubiera cielo yo te amase, aunque no hubiera infierno te temiese…o algo parecido.
Y coincido con Olvera en que decir que el ecumenismo tiene 50 o 60 años es decir que hasta que la iglesia católica no interviene, nada es noticia, no ocurre nada que valga la pena. ¿Cómo se puede ser tan autosuficiente, tan creído, tan orgulloso, tan…Porque malo es sentir así, pero decirlo es una falta imperdonable de respeto y de educación. Y que me perdonen los que me tengan que perdonar mis excesos verbales…
Habrá quien diga que se refiere a la apertura ecuménica entre el luteranismo y el catolicismo alemán. Pero incluso así, nuevamente la lectura de distintos discursos de Ratzinger ante distintas audiencias muestra cosas interesantes.
En sus discurso a la delegación de la Iglesia Luterana Evangélica Unida de Alemania, en enero de 2011, dice que de acuerdo a los miembros de tal delegación, el diálogo católico-luterano tiene 30 años (eso lo ubicaría en los 80’s), pero que él considera que debe decirse que tiene 50 años (lo que lo ubica en los 60’s) recién terminando la segunda guerra mundial (lo cual entonces serían 66 años… parece que para quien es reputado como uno de los grandes intelectuales, una diferencia de 16 años ente el fin de la segunda guerra mundial y medio siglo contado a partir del presente, no es gran diferencia).
Y remata con una maravilla de frase en alguien que habla tanto del amor a la verdad y contra el relativismo: “puede entonces uno hablar ya sea de 50 o de 30 años”.
Y para mayor contradicción.
Ratzinger, en su discurso al Pontificio Colegio Etiope en el Vaticano, refiriéndose al 150 aniversario del fallecimiento de San Justino de Jacobis, dice textualmente: Justino intuyó con clarividencia que la atención al contexto cultural debía ser un modo privilegiado con el cual la gracia del Señor iba a formar nuevas generaciones de cristianos. Aprendió la lengua local y favoreció la tradición litúrgica plurisecular del rito propio de aquellas comunidades, y se dedicó también a una eficaz obra ecuménica.
Así que no es que Ratzinger sinceramente crea que la primera apertura ecuménica haya sido suscitada por las víctimas del nazismo (o, no cree sinceramente que San Justino se dedicó a una eficaz obra ecuménica un siglo antes del nazismo). Es que es lo políticamente correcto decir, de acuerdo a la audiencia en turno.
¿Será acaso un ejemplo de relativismo histórico?
Felix, dices: Ratzinger no dice que el ecumenismo se iniciara después del Holocausto
Textualmente Ratzinger dijo: Esto es una tarea ecuménica central. En esto debemos ayudarnos mutuamente, a creer cada vez más viva y profundamente. No serán las tácticas las que nos salven, las que salven el cristianismo, sino una fe pensada y vivida de un modo nuevo, mediante la cual Cristo, y con Él, el Dios viviente, entre en nuestro mundo. Como los mártires de la época nazista propiciaron nuestro acercamiento recíproco, suscitando la primera apertura ecuménica
Si la primera apertura ecuménica fue suscitada por los mártires de la época nazista, significa que antes de la época nazista no hubo apertura ecuménica alguna. Lo cual es falso históricamente.
Saludos
Felix, Buenos días,
Te he leído con atención, pero me ha extrañado que al final de tu comentario hayas dicho esto: Quizá, con menos cólera y más corrección fraterna basada en un profundo amor a todos, a los amigos y a los enemigos, todos mejoraríamos algo en el seguimiento de Jesucristo.
Me plantea dudas que si hay cólera y no corrección fraterna se pueda hablar de amor y de seguimiento de Jesucristo, porque eso mismo es lo que se ha ido haciendo a lo largo de la historia de la Iglesia, puertas adentro y puertas afuera, dando una imagen contradictoria, de escisión entre lo que dice y en lo que hace. Por eso lamentablemente tras dos milenios estamos donde estamos, por una parte no se ve lo positivo, se desconfía y se resiste a una secularización plena, a lo positivo de ella y a la que apunta lúcidamente y liberadoramente Jesús, el Cristo, y por otra, contradictoriamente, en su hacer y deshacer siempre ha estado unida favoreciendo a los poderes seculares más influyentes.
¿Qué otra prueba de amor profundo y de humildad que la de trabajar en ella, como granito de arena transformante y en camino, sin esperar nada a cambio, sabiendo su historia, conociendo y sufriendo su dominio arraigadamente patriarcal, separador y discriminador desde su “verdad”?
Félix, García, lo que me atribuyes a mí, creo que lo ha dicho Asun, no yo.
Siempre podemos leer cualquier texto en clave negativa, especialmente los que escriben aquellos a quienes consideramos representantes genuinos de todo lo negativo de la religión, como es el caso, en esta página, de la figura del Papa y del Vaticano. En principio, leo el texto de Ratzinger con el mismo talante que Ana: plantea cosas profundas que merecen consideración y Ratzinger comparte con muchos miembros de esta página la preocupación por la falta de respuesta de las iglesias institucionales a los problemas actuales, de donde infiero que no tiene claro que sepa cuál es la respuesta. Pero debo matizar algunas afirmaciones muy críticas de los comentaristas:
a) A mi también me sorprende y me preocupan, negativa y positivamente (las dos cosas), el crecimiento fuerte de los evangélicos y creo que los describe bien. El fenómeno, como dice Ratzinger merece nuestra atención. No veo demasiado espiritualismo en su discurso, como deja muy claro en la descripción de los males que nos acosan: entre ellos figuran los que aquí con frecuencia se consideran centrales, pero no la secularización.
b) Eso sí, comparto con Ratzinger, la preocupación seria por la secularización que, sin duda, propone, entre otras cosas, articular una manera de vivir completamente inmanente, en la que la referencia a la Religión Institucional no sea relevante, incluso deba desaparecer, pero también parece irrelevante cualquier referencia a la espiritualidad, sobre todo la que vaya más allá de una vaga y difusa auto-ayuda psicologizante al estilo de la tendencia que surge de la New Age. Sé que hay miembros de esta página que no comparten eso, pero conviene, para poder discutir, ver el momento de verdad que hay en cada una de las posiciones.
c) A mi también, como a muchos lectores y escritores de esta página, como a Lutero y como a Ratzinger, me preocupa lograr ” que Jesucristo sea el centro de nuestra espiritualidad y que su amor, la intimidad con Él, oriente nuestra vida.” , y por eso nos llamamos genéricamente cristianos, aunque aquí es frecuente referirse a eso como “seguimiento de Jesús”, pero creo que es más lo que compartimos en ese sentido que lo que nos separa. Desde luego comparto con Ratizquer que lo que nos une a los cristianos (como indica la palabra) es el seguimiento de Jesucristo (nombre que une las dos dimensiones que la comunidad cristiana ha utilizado habitualmente para no separar nunca el Jesús histórico del Cristo de la fe)
d) Ratzinger no dice que el ecumenismo se iniciara después del Holocausto, solo dice que esta máxima expresión del mal lo “propició”, es decir, le dio impulso y lo favoreció. No soy un experto, pero creo que tiene razón y eso no está en contra de la pertinente observación que hace Rodrigo.
Termino mi largo comentario. Creo que la profundidad de nuestra crítica mejoraría si no estuviéramos siempre tan prestos a ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio. Y eso vale para el ala muy conservadora de la Iglesia Católica, para la curia vaticana y para nosotros mismo. Quizá, con menos cólera y más corrección fraterna basada en un profundo amor a todos, a los amigos y a los enemigos, todos mejoraríamos algo en el seguimiento de Jesucristo.
¡Qué lástima y cuanto aumento de preocupación por la clara dificultad que, cuanto dice, supone para cualquier acercamiento a la realización de aquel deseo de Jesús (Ju. XVII, 21 ..): “- que sean todos uno, como tu, Padre, estás conmigo y yo contigo, que también ellos estén, con nosotros para que el mundo crea que tu me enviaste, — yo te he revelado a ellos y seguiré revelándote,..”
¿Por qué no presenta clara y diáfanamente ese: “YO TE HE REVELADO A ELLOS Y SEGUIRÉ REVELÁNDOTE” colocando a JESÚS, seglar, Hijo del Hombre, desacralizado y reteniendo anonadada la Divinidad en su vida temporal hasta la muerte, con la que, por BLASFEMO, le condenaron?
¿Por qué plantearles a las gentes una religiosidad prioritariamente apoyada y centrada en el DIOS que: ni ojo vio, ni oído oyó, sin previamente dejar claro y bien sentado que es JESÚS el centro y fundamento único de UNIDAD EN LA FE CRISTIANA y FULCRO de la palanca testimonial para que la Humanidad crea en ÉL y, siendo HUMANA, se realice como REINO DE DIOS?
Porque parece, que hace todo lo contrario insistiendo en lo peyorativo de la secularización, sin abordar las implicaciones de poder religioso (esencialmente seculares), y casi ridiculizando los movimientos cristianos predominantemente humanizadores.
Bien quisiera poder tener otra opinión de su actitud, pero no puedo apartar de mi consideración aquella corazonada de Jesús: (Mt. XI, 25:” -Bendito seas Padre, — porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla. … por haberte parecido esto bien.”
Por cierto, la Iglesia romana no es integrante del Consejo Mundial de Iglesias
El “gran” intelectual Ratzinger vuelve a distorsionar la historia al decir que la primer apertura ecuménica fue suscitada por las víctimas del nazismo.
Históricamente, se considera que el movimiento ecuménico tiene su punto de partida en 1910 con la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo. Durante toda la primera guerra mundia hubo mútiples iniciativas ecuménicas (de las que el catolicismo se negó a participar, pero sería soberbio decir que sólo ha habido ecumenismo cuando la iniciativa incluye al Vaticano)
La propuesta de un Consejo Ecuménico de Iglesias surge en 1919
Pero incluso en el catolicismo, ha habido iniciativas ecuménicas antes del nazismo, Por ejemplo, la invitación de delegaciones de las iglesias otordoxas a la Conferencia Vida y Acción de 1920
Cierto que el Consejo Mundial de Iglesias surge en 1948, en el contexto de reacción ética ante la segunda guerra mundial y el nazismo (que también posibilitó la creación de la ONU y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Pero la apertura ecuménica ya había recorrido mucho camino antes de su creación.
Para alguien que habla tanto del respeto a la verdad y a la razón, es muy llamativo la frecuencia con que Ratzinger falla (por decirlo suavemente) en sus afirmaciones históricas (sin meternos a cuestiones filosóficas o teológicas)
Siguiendo lo expuesto y copiado por Jaume alargo un poco más hasta la frase final del párrafo: “¿Qué nos transmite, positiva y negativamente, esta nueva forma de cristianismo? Sea lo que fuere, nos sitúa nuevamente ante la pregunta sobre qué es lo que permanece siempre válido y qué pueda o deba cambiarse ante la cuestión de nuestra opción fundamental en la fe”.
En principio no me parece nada superficial lo que plantea. En teoría abre puertas a replantearse el modo de hacer Iglesia hasta ahora. Pero me temo que se queda ahí sin ir más allá. Porque es la Iglesia católica y romana, la que ha puesto la tradición institucional por encima de cualquier cuestionamiento y sospecha, aún siendo y habiendo sido en muchos casos transparentemente de denuncia y seguimiento evangélicos, al darse así misma la validez permanente de interpretación, justificando su resistencia al cambio con todo lo que no concuerde con lo que se cree y su legitimidad de poder y verdad. También me pregunto qué entiende o da a entender al decir “nuestra opción fundamental en la fe”, porque si esta opción y fe se confunde con creencias, no se ha avanzado en absoluto.
Jesús, hace dos mil años, puso confianza plena en Dios Abba, desde su sentir más hondo, como Unidad en la que somos y, por lo mismo, en el ser humano haciéndole despertar y descubrir toda su dignidad, todo lo que ya es y está en él. Tanto es así que rompió con la religión establecida y constructa que se decía representar la Ley y el orden, pero se alejaba de lo que humaniza al ser humano, que Jesús tanto priorizó por encima de lo constructo religioso hueco y vacio que separa y discrimina.
Gracias por el artículo.
Un discurso lógico, pero las premisas ¿son actuales?
El concepto de Dios de la “vieja cristiandad o de las Iglesias históricas ¿Impedió las atrocidades que se hicieron en los siglos pasados? La geografía nueva del cristianismo ¿porquè es negativa? La seculariazión tan atacada ¿por què? ¿No hay un nuevo concepto de Dios? ¿No hay demasiado espiritualismo en su discurso? Es un cristianismo de escasa densidad institucional, con poco bagaje racional, menos aún dogmático, y con poca estabilidad. Este fenómeno mundial nos pone a todos ante la pregunta: ¿Qué nos transmite, positiva y negativamente, esta nueva forma de cristianismo.
Lo mismo hay que preguntarse del cristianismo institucional y la forma vieja.