Un niño salido de madre II
-
11. El Himno de Zacarías
Tras la primera sección de este relato, centrada en el alcance de la decisión de llamar Juan al hijo de Zacarías e Isabel, Lucas agrega una segunda parte conteniendo un himno que pondrá en boca de Zacarías. Habiendo abandonado su desconfianza ante la llegada del Proyecto de Salvación, el sacerdote pudo colmarse de Vida. Una vez hubo superado su sordera, recobró el habla para dar voz a la tan anhelada libertad. No hablará como sacerdote ni desde el interior del Templo; lo hará desde un lugar indefinido y como padre, anunciando la Liberación al modo como lo hacían los antiguos profetas, : “Zacarías, su padre, se llenó de Espíritu Santo y profetizó”:
“Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y liberado a su pueblo
suscitándonos una fuerza salvadora
en la casa de David, su servidor.
Así lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian,
mostrándose fiel a nuestros padres
y recordando su santa alianza:
la promesa que juró a nuestro padre Abrahán
de concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de nuestros enemigos,
le sirvamos con santidad y rectitud
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos
dando a su pueblo una experiencia de salvación
mediante el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios
nos visitará un astro que nace de lo alto:
brillará ante los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte
y guiará nuestros pasos
por el camino de la paz.
El niño crecía y su personalidad se afianzaba; y estuvo en el desierto hasta el momento de presentarse a Israel”.
11.1. El himno comienza con una fórmula de bendición muy común y usada en el AT:
“Bendito sea el Señor, Dios de Israel…” (véase, por ejemplo: I Sam 25,32; Sal 41,14; 72,18…). Esta entrada evidencia el retrato que ofrece Lucas de Zacarías. Lo presenta en un estado exultante, explayándose en religiosidad. Pero deja traslucir al mismo tiempo el color nacionalista de la religión desde la que actúa. El hombre permanece dentro de los límites de las antiguas creencias del AT (“Dios de Israel”). No se dirige a Dios; habla de él como suele hacer en su oficio sacerdotal: en tercera persona. Admite, ahora sí, su presencia activa empeñada en la Liberación, aunque limitándola, como un exclusivo privilegio, al pueblo elegido: “…porque ha visitado y liberado a su pueblo…”. La bendición está motivada (ὅτι; “porque”) por la convicción de Zacarías de que la pronta Liberación tiene a ese Dios del pueblo como único autor.
11.2. La Liberación (λύτρωσις) de la que ha hablado Zacarías significa Salvación (σωτηρíα)
Así lo afirma en la segunda parte de esa primera estrofa. El sacerdote baja ahora al terreno de la realidad y pone los pies en el suelo. Aclarará que Dios no actuará directamente, sino haciendo surgir una enérgica actividad: “…suscitándonos una fuerza salvadora…” (κέρας σωτωρíας; lit.: ‘un cuerno de salvación’). El término usado: “cuerno” (κέρας) alude a una potencia y acometividad desmedida capaz de derribar al oponente de un solo golpe. El recurso a estos términos antiguos refleja cómo Zacarías no ha acabado de salir del refugio tradicional. La fuerza “cuerno” (κέρας) aludida por él tiene un sentido mesiánico claramente equivocado: “Haré germinar el vigor de David (κέρας τῷ Δαυιδ), preparo una lámpara para mi ungido (τῷ χριςτῷ μου)” (Sal 132,17). No llega a entender que la Salvación se producirá desde un camino opuesto al usado por la violencia y el crimen. Él persiste en la inmovilidad de las ancianas ideas pensando en un resurgimiento de la hegemonía política eternizada por medio del Mesías: “…en la casa de David, su servidor”.
11.3. Su himno continúa recurriendo a las Escrituras que él tiene por Sagradas para confirmar su postura
La Salvación mediante la victoria militar y la consecución del dominio de Israel sobre el resto de naciones resultaba indiscutible, había sido anunciada por el mismo Dios a través de los profetas: “Así lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas”. El final de esta estrofa permite corroborar el desacierto de Zacarías. Es el mismo error que ocasionó el desprecio del mensaje del Galileo en su presentación ante la asamblea de Nazaret (https://www.atrio.org/2024/10/sobre-el-evangelio-de-lucas-4/). El nacionalismo está bien arraigado en la mente del sacerdote: “…que nos salvaría de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian”.
11.4. Zacarías sigue en sus trece
Insiste en su alabanza a Dios por su Salvación, pero sin desamarrar sus ideas de la vetusta interpretación patriotera del judaísmo más recalcitrante. La violencia ejercida sobre los enemigos de Israel formaba parte esencial de las antiquísimas verdades pasadas de fecha. El sacerdote las tiene como un dogma inamovible incluido en un pacto que Dios tendrá que cumplir inexorablemente de acuerdo a su anacrónica interpretación: “…mostrándose fiel a nuestros padres y recordando su santa alianza: las promesas que juró a nuestro padre Abrahán…”. La intervención salvadora de Dios pasa, a criterio de Zacarías, por eliminar de una vez por todas el espanto padecido por el pueblo, al verse invadido y dominado de continuo por los imperios dominantes de turno. La liberación supondrá librarse para siempre del desasosiego de sentirse cautivo de otros pueblos hostiles: “…de concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de nuestros enemigos…”. La repetición del término griego ἐχθρός (‘enemigo’) manifiesta hasta qué punto el himno rebosa de nacionalismo. Incluso echa un velo y trastoca la promesa y el pacto hecho con Abrahán, que no habla de adversarios, sino de una descendencia universal:
“Yo soy Dios Todopoderoso. Procede de acuerdo conmigo y sé honrado, y haré una alianza contigo: haré que te multipliques sin medida.
Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
Mira, este es mi pacto contigo: serás padre de una MULTITUD DE PUEBLOS. Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de una MULTITUD DE PUEBLOS”. (Gén 171-5).
11.5. Una nueva estrofa da un giro radical al lenguaje utilizado hasta ahora en el himno
Zacarías aparca a un lado su alabanza para descubrir lo que está llamado a ser ese hijo suyo. El niño recobra el protagonismo con su padre dándole relieve a su futura personalidad. Dios, para Zacarías, es un ser lejano; al niño lo tiene al lado. El canto pasa, pues, de la tercera a la segunda persona: “Y a ti, niño…”. El sacerdote estima que a Juan se le reconocerá como portavoz del más alto nivel: “…te llamarán profeta del Altísimo…” (https://www.atrio.org/2018/02/profeta/). Jesús llegó a declarar que era más que un profeta por su trabajo de preparar el camino a la Salvación:
“¿Entonces, a qué salisteis?, ¿a ver un profeta? Sí, desde luego, y más que profeta; es él de quien está escrito:
— <<Mira yo envío mi mensajero delante de ti;
él preparará tu camino ante ti>>” (Mt” 11, 9-10; citando: Ex 23,20; Mal 3,1).
11.6. Existe una sustancial diferencia reconocible entre Juan y Jesús
Juan será el anunciador de la Salvación (“profeta del Altísimo”). Jesús, cuenta con la condición idónea para llevarla a cabo: “lo llamarán Hijo del Altísimo” (Lc 1,32). Juan prepara lo que Jesús desarrolla. Lo que Juan anuncia y Jesús realiza tiene un origen (“El Altísimo”) muy superior a la cota a la que han sido elevados los diversos dioses por las religiones. Al “Hijo del Altísimo”, Jesús, Lucas y las comunidades destinatarias de su evangelio lo reconocen como el Señor. Y así se lo hace decir Lucas a Zacarías en su himno: “…porque irás delante del Señor a preparar sus caminos…”.
11.7. La Salvación no es una creencia para luego, sino una perceptible realidad para ahora
Aplazarla para más adelante se ha convertido en una dilatada e histórica argucia para permitir que las cosas queden como están. Dicha estratagema consigue mantener inamovible:
- la tiranía de los dioses rastreros,
- sus engañosas ideologías alienantes que alimentan la ignorancia,
- su afán inagotable por poseer destruyendo
- el orden injusto generador de miseria
- y la consiguiente esclavitud sin fin de los pueblos.
La actividad de Juan preparando la Salvación será social y totalmente práctica: “…dando a su pueblo una experiencia de Salvación…”.
11.8. La Salvación solo se conseguirá andando,
saliendo desde una situación angustiosa y mortal a otra llena de vida donde se respira a pleno pulmón. Iniciar ese salto es condición indispensable para alcanzar la Salvación. El primer movimiento a realizar consiste en abandonar la connivencia con la injusticia soltando el lastre de la complicidad con un orden dominado por facinerosos: “…mediante el perdón de los pecados”.
11. 9. La última estrofa deja atrás la actividad preliminar de Juan y entra, cargada de optimismo,
en el beneficio extraordinario de la Salvación preparada por quien será conocido como ‘El Bautista’ (‘el que lleva al fondo’). Comienza insistiendo en su procedencia: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios…”. Y hace uso de figuras simbólicas para hacer comprender la valiosa eficacia del Proyecto liberador que se iniciará con el Mesías. A él se refiere acudiendo a la imagen de un astro luminoso marcado por su origen: “…nos visitará un astro que nace de lo alto…”. El texto reincide en la experiencia real y actual de la Salvación. La realidad humana, apagada por la injusticia, de ingentes multitudes andando a rastras y llevando una vida que no es vida está representada bajo la figura de la oscuridad y las sombras a las que iluminará dicho astro: “…brillará ante los que viven en tinieblas y en sombra de muerte…”. El Prólogo del evangelio de Juan empleará figuras similares para hablar del Proyecto y sus frutos:
“Él contenía vida
y la vida era la luz del ser humano:
esa luz brilla en la tiniebla
y la tiniebla no la ha apagado” (Jn 1,4-5).
Más adelante, ese mismo Prólogo manejará la misma imagen para definir la tarea de Juan:
“Apareció un hombre enviado de parte de Dios,
su nombre era Juan…
No era él la luz,
vino solo para dar testimonio de la luz” (Jn 1, 6.8).
11.10. La iluminación ¡no es interior! ¡No se limita a la intimidad!
¡Está lejos de ser lo que vulgarmente se entiende por ‘espiritual’! Alumbra para hacer posible la andadura: “…y guiará nuestros pasos…”, una praxis SOCIAL (“NUESTROS PASOS”) siguiendo la ruta que sale de la injusticia y alcanza la fraternidad: “…por el camino de la paz”. “La Paz” suele confundirse -insistimos de nuevo- con la ausencia de conflictos. Es mucho más que ese concepto restringido, es la situación social, política y económica que lo hace inviable. En la mentalidad del NT, “la Paz” significa que todas las cosas están colocadas en su sitio. La fraternidad es el logro definitivo que confirma la existencia de “la Paz”.
11.11. La finalización del himno de Zacarías da entrada al narrador
Lucas vuelve otra vez al niño, esta vez para concluir que su existencia se desarrolló conforme a la singularidad que le distinguía: “El niño crecía y su personalidad se afianzaba…”. El texto adelanta en su final que no siguió el camino tradicional, se situó incluso fuera de los sectores institucionales hasta que decidió salir al escenario público, de lo que hablará el evangelista a partir del tercer capítulo del primero de sus dos libros.
Creo que empiezo a encajar piezas. Es un puzzle muy complejo.Otra pregunta. Las escuelas rabínicas cuando nacen?Tengo la sensación de que a partir del Rey David, todo cambia. O empieza a cambiar. Se escribe la historia del pueblo judío desde David hacia atrás? Antes eran sencillamente una serie de tribus? Con un Dios al que ni tan siquiera se podía nombrar. Y por supuesto nadie había visto jamás. Me gusta ese Dios.
Por qué se transformó en un Dios guerrero? Porque en el Exodo no lo era. Esa transformación fue porque se convirtió lo que ahora se llama pueblo judío en un reinado normal? Por eso el profeta que nombras avisa de lo que puede ocurrir?Lo encuentro muy muy interesante.
Porque entonces, el Reino de Dios, que dice Jesús en realidad no es un Reino. Quizás sea todo lo contrario. No tendrás ningún Rey ,salvo Dios.Jolín. A lo mejor por eso a Jesús lo convirtieron en Dios. Así sería el Reino de Dios. Y claro, como él no estaba porque había muerto, pues, en fin, no voy a seguir hablando porque va a salir fuego del móvil.
Menuda jugada maestra. Bueno jugada.Un jugador es otra cosa. Gracias, estoy aprendiendo un montón.En cuanto al comentario que te mandé aquí, es que no sabía dónde ponerlo y si me callo, me muero.Al decírmelo Antonio me ha producido mucho pudor, hasta rubor. Pero he pensado: cuanto más personas lo lean, mejor. Luis y Fernando va por vosotros.Y eso ha sido todo.
Me he sentido muy apoyada por Antonio.Nosotros sabemos todo lo que hemos discutido a lo largo de estos años. Y, pues me ha gustado mucho sentirme apoyada.Gracias otra vez.
Una pregunta.Quién acuñó, de dónde salió exactamente la expresión Reino de Dios?Menudo error, la que trajo consigo …Qué sentido tiene la palabra Reino? La de un monarca de aquella época? Porque eran dueños y señores de , pues de todo. Hasta de la vida de sus subditos . O estoy equivocada?
Qué concepto se tenia entonces de Rey?Qué quería decir que no tendrás a nadie por Rey más que a Dios?Que no le debes obediencia a Nadie más que a Dios? A qué Dios? Al de los judíos? Me temo que he hecho más de una pregunta.
Es que no puedo entender como es posible que de esa concepción de la vida y de la libertad que tenía Jesús, según estoy entendiendo, se haya llegado al punto en que entiendo que está el cristianismo. A lo mejor no estoy entendiendo bien.
Estamos llenitos de mandamientos por aquí y por allá. De personas arrojada fuera de la iglesia, a escobazos.No lo entiendo.Tiene que estar en el origen mismo del movimiento cristiano. Cuando tengas un ratito…
Hola Carmen
Trataré de resumirte una respuesta a tus preguntas:
Verse libres tras largos siglos de dura esclavitud, llevó a aquellas tribus de desesperados salidos de Egipto a convencerse de que su futuro pasaba por ser un pueblo carente de tiranía. Y optaron por la creencia de que solo un Dios incondicional de la libertad sería su rey.
La idea caló desde muy temprano:
“El Señor reina por siempre jamás” (Ex 15,18).
La creencia fraguó y fue cobrando cuerpo. Yahvé era el único rey. Pero una cosa era la teoría religiosa y otra la práctica política. De manera que se optó por adaptarse a los sistemas reinantes en otros pueblos:
“Nómbranos un rey que nos gobierne, como se hace en todas las naciones” (I Sam 8, 5b).
Las escuelas de escritores del AT hicieron la deducción correspondiente y la pusieron en boca de Yahvé:
“El Señor le respondió:
– Haz caso al pueblo en todo lo que te pidan. No te rechazan a ti, sino a mí; no me quieren por rey” (I Sam 8,7).
El asunto tendría consecuencias y el pueblo fue avisado:
“Hazles caso; pero adviérteles bien claro, explícales los derechos del rey…
…Estos son los derechos del rey que or regirá: a vuestros hijos los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y caballería y para que vayan delante de su carroza, los empleará como jefes y oficiales en su ejército, como aradores de sus campos y segadores de su cosecha, como fabricantes de armamentos y de pertrechos para sus carros. A vuestras hijas se las llevará como perfumistas, cocineras y reposteras. Vuestros campos, viñas y los mejores olivares os los quitará para dárselos a sus ministros. De vuestro grano y vuestras viñas os exigirá diezmos, para dárselos a sus funcionarios y ministros. A vuestros criados y criadas, vuestros mejores burros y bueyes se los llevará para usarlos en su hacienda. De vuestros rebaños os exigirá diezmos. ¡Y vosotros mismos seréis sus esclavos!” (I Sam 8, 9. 11-17).
Y ocurrió exactamente así. Cuando el pueblo sufrió estos desmanes protestó cabreado. Un ejemplo puede seguirse con el artículo publicado hace años en ATRIO titulado: ‘Los indignados de Sikém’.
La historia de la monarquía en Israel no llevó al pueblo más que miseria y sufrimiento. A ello se sumó que la nación se vio sometida por los imperios dominantes de casa época. Los profetas se desgañitaron denunciando la situación y prometiendo la única salida al desastre: que Dios reinara de nuevo y definitivamente. A partir se ahí la espera en ese reinado de Dios se convirtió en una constante que se alargaba con desespero.
El Bautista se lanzó a decir que ese reinado estaba al caer y que el pueblo debía prepararse renunciando (ahogándose=bautizándose) a una praxis en connivencia con el sistema de injusticia. Siguiendo las antiguas promesas de los profetas, Israel se libraría de los imperios enemigos (ver el cántico de Zacarías) y tendría la hegemonía política sobre el resto de pueblos.
Jesús se dio cuenta de la contradicción. Y no nesperó. La época definitiva debía caracterizarse por el triunfo de lo humano. El dominio y la tiranía no tendrían ahí cabida. El reinado de Dios debía ser la alternativa a ese orden injusto. La expresión ‘reino o reinado de Dios’ era la más apropiada en aquella cultura y tras tan larga historia. Su contenido es una sociedad alternativa que, aunque humilde, tiene un desarrollo basado en la fraternidad con vocación universal, aliándose con todas aquellas personas y colectivos en búsqueda del triunfo de lo humano sobre la injusticia.
Te mando un abrazo
“Jesús se dio cuenta de la contradicción”:
(que Dios “gobierne” como “gobiernan” los Reyes
Entonces:
Hizo la ‘Parodia’ de “Convocar” una “Gobernanza” de ‘Los DOCE’:
– para que ‘lo Humano’ triunfe
– supeditado a un Plan-Proyecto (fulminante) de Otro (Dios Padre)
[no de ‘Los Humanos’]
ABSORBEMOS el Legado – Herencia, y lo
ASIMILAMOS críticamente a las actuales GOBERNANZAS.
Gracias!
La contradicción observada por Jesús -según está escrito inmediatamente antes de hablar de ‘contradicción’- fue:
Que por un lado, “el pueblo debía prepararse renunciando (ahogándose=bautizándose) a UNA PRAXIS EN CONNMIVENCIA CON EL SISTEMA DE INJUSTICIA”,
y por otro, que “siguiendo las antiguas promesas de los profetas, Israel se libraría de los imperios enemigos (ver el cántico de Zacarías) y TENDRÍA LA HEGEMONÍA POLÍTICA SOBRE EL RESTO DE PUEBLOS”.
Ok Salvador … pero:
la respuesta a Carmen tiene por ASUNTO
LA CONTRADICCIÓN sobre “EL REINADO”;
que vos bien citas con Samuel.
A esa CONTRADICCIÓN me refiero.
Mi perspectiva es que la CONTRADICCIÓN
sobre LA GOBERNANZA
(quién está ‘arriba’ y quién ‘abajo’)
en Jesús se cumple UNA ETAPA de ‘mejora’;
(hubo varias ANTES, p.e. la ESCLAVITUD Gran invento)
quedando
– supeditada a un Plan-Proyecto (fulminante) de Otro (Dios Padre)
[no de ‘Los Humanos’]
¿No notás que se está abandonando esa “supeditación”
y que la SALIDA ¡¿Chi lo sá?! sea la aventura de “Los Humanos”
tomando la posta de la GOBERNANZA?
¡No todo está dicho (y menos aun: hecho) en la extraordinaria, pero acotada, vida de Jesús!
Yo no me como la ‘falacia’ esa de que “HAY QUE VOLVER …”
Me cuido mucho de usar el término que señala algo como “DEFINITIVO”.
Gracias!
Bueno, Salvador.Hay que ver cómo te he cogido el aire. Porque no es fácil entender lo que dices. En absoluto. Hay que leer tus textos. Prácticamente todos, para poder hacerte una idea de lo que plantean los evangelios de los que estás haciendo una exégesis. Hay que dar una vuelta de 180 grados a la cabeza. No es fácil. Nada fácil. Porque se va a la literalidad del texto. Y los textos evangélicos, leídos ahora tal cual, dicen lo que dicen. No lo que querían decir en los tiempos en los que se escribieron y en su contexto cultural y también a quienes iban dirigidos. Es que no son iguales.Me ha costado años, pero como me gusta el tema y soy cabezona, creo, me parece, que he acabado entendiendo algo.
Y no veas, me gusta un montón.Porque me siento absolutamente liberada de eso que llaman iglesia. La liberación es algo indescriptible.
Ningún Poder sobre mí tiene ya. Lo único que me produce a veces es indignación, y cada vez menos. Sencillamente es un Poder más. Y si algo detesto es el Poder. Pero no veas el trabajo que cuesta sentirse liberada. Porque una cosa es que se pueda ejercer poder sobre ti, y otra que creas que es justo y necesario. En el momento en que no lo ves justo, en que lo ves innecesario, en que ves que es un abuso que se comete, en ese momento es cuando te sientes, cuando en realidad te has liberado.
Te podrán hasta matar, pero cuando mueras, morirás como una persona libre. Creo que eso es lo que sucedió con Jesús. Murió siendo libre. No sé si puede haber algo mejor. Gracias.
UN NIÑO SALIDO DE MADRE I
10. Nacimiento de Juan
10.1 Lucas insiste con este nuevo relato en dar prioridad a su enseñanza.
10.2. Los primeros personajes en salir a escena pertenecen al círculo más cercano de la pareja
10.3. De nuevo Lucas saca partido de un evento, esta vez legal y social, para imponer su enseñanza.
10.4. La circuncisión da pie al tema central de esta sección:
10.5. Isabel no aceptará el nombre que clasifica a su hijo como continuador de las arcaicas maneras de vivir.
10.6. Los vecinos de Judá continúan erre que erre queriendo conservar las normas tradicionales.
10.7. Lucas echa mano del formalismo para dar cuenta, teatralizando,
10.8. Pero esta decisión de Zacarías entrañaba romper con su pasado estéril
10. 9. El nombre del niño advierte de su importante papel histórico.
10.10. Lucas, conocedor de la completa historia del incombustible Juan,
UN NIÑO SALIDO DE MADRE II
11. El himno de Zacarías
11.1. El himno comienza con una fórmula de bendición muy común y usada en el AT:
11.2. La Liberación (λύτρωσις) de la que ha hablado Zacarías significa Salvación (σωτηρíα).
11.3. Su himno continúa recurriendo a las Escrituras que él tiene por Sagradas para confirmar su postura.
11.4. Zacarías sigue en sus trece.
11.5. Una nueva estrofa da un giro radical al lenguaje utilizado hasta ahora en el himno.
11.6. Existe una sustancial diferencia reconocible entre Juan y Jesús.
11.7. La Salvación no es una creencia para luego, sino una perceptible realidad para ahora.
11.8. La Salvación solo se conseguirá andando,
11.9. La última estrofa deja atrás la actividad preliminar de Juan y entra, cargada de optimismo,
11.10. La iluminación ¡no es interior! ¡No se limita a la intimidad!
11.11. La finalización del himno de Zacarías da entrada al narrador.
Temo que hay una ligera diferencia entre la numeración de “Un niño salido de madre II” que tú presentas, Oscar, y lo publicado por mi en ATRIO. En el texto recibido del autor no constaba el 11.9 con el subtitulo “La nueva estrofa”.
Por lo tanto yo no dividí el texto ahí, sino que modifiqué la numeración de los dos siguiente (11.9 y II.10), pensando que era un error de numeración más que de omisión de un subtítulo. Si hay que hacer una corrección (del tetxto o del comentario) que lo decida el autor. [Perdón! a la mayor parte no interesará este detalle. Para la exactitud de futuras ediciones o citasde lostextos, sí. AD]
La correcta es la numeración de Oscar.
El error ha sido mío.
Disculpas y abrazo, Antonio
Corregida la numeración de apartados en el texto.
Soy consciente de que mi primera función aquí es ser amanuense.
Con frecuencia, ATRIO hace reflexionar y pensar.
Alguna vez incluso decido algo como moderador o escribo algo como uno más.
Gracias Antonio!
Yo lo tengo numerado con hasta 11.11
Salvador dirá
Por el año 1969 trabajé en una de las mayores Editoriales de Argentina -Editorial Codex- que tenía Rotativa Hoel de “huecograbado”, Impresoras a 4 colores Roland para sus Revistas deportivas y femeninas, así como su Distribución.
Esa Empresa me educó, además, en el Oficio de “corrector”; Oficio bastante ‘jodido’ porque, en cualquier descuido, se te “escapa la liebre”
¿Se me habrá escapado, acá?
Gracias!
Me encanta, Carmen, como te has “liberado” del “poder de la Iglesia”.
Por desgracia no todo el mundo puede hacerlo.
Hay miles de cristianos honestos que están siendo “aleccionados” por clérigos incultos (en los mejores casos) y malintenciondaos (en la mayoría de los casos) que solo buscan perpetuar un cncepto de Iglesia que, a mi juicio, no se corresponde con el de Cristo.
Y eso se ve muy bien cada vez que Salvador nos analiza un texto.