En el año 1997, mi amigo y colega, el profesor de filosofía en Japón, Juan Masiá publicó (Trotta, Editorial) un manual de Antropología Filosófico al que tituló “El animal vulnerable”. Tal vez se hacía eco de lo que escribía el filósofo Arnold Gehlen, cuando en 1940 definía al ser humano como “animal carencial” (“El hombre: su naturaleza y su lugar en el Mundo”, Sígueme, Salamanca, 1987). Para Gehlen, la experiencia en tiempo de desastre natural de que nos sentimos individualmente incapaces de sobrevivir, nos impulsó a la ayuda mutua, a los embriones de las sociedades.
Los trágicos acontecimientos provocados por una DANA sobre la costa mediterránea española y que tantas pérdidas humanas y tantos destrozos sociales y materiales está causando, nos está obligando a una reflexión más real del hecho de que somos “animales vulnerables”. Vivimos los humanos y creemos dominar por la tecnología, para nuestro beneficio como especie, todos los recursos naturales. Pero olvidamos que vivimos en un planeta inestable desde hace 4.500 millones de años.
Los dos millones de vida sobre la Tierra del Homo, consciente de si mismo y convencido de ser el dueño y depredador de todos los recursos del planeta no nos han convencido de nuestra vulnerabilidad. La inestabilidad del planeta provocó cinco grandes extinciones en masa de casi todos los seres vivos. Y emergemos a lo que en los medios de comunicación se denomina el Antropoceno, la etapa en la que los seres humanos hemos incidido y agravado la estabilidad de la biosfera.
Ya desde las épocas mesopotámicas se habla de las “grandes inundaciones” (que pasaron a las tradiciones religiosas de los judíos como “diluvios universales bíblicos”. Y la historia de la humanidad muestra – y parece que lo hemos olvidado que, – además de las terribles matanzas en las guerras que jalonan tristemente la biografía sangrienta de nuestra especie – las llamadas “catástrofes naturales”, como terremotos, inundaciones, tsunamis, epidemias mortíferas. incendios han provocado dolor y muerte a millones de seres humanos.
Basta buscar en las páginas de internet la expresión “catástrofes naturales” para encontrar cientos de acontecimientos violentos provocados por causas que se nos escapan y que apenas podemos controlar. Como escribía el sociólogo Rafael Diaz Salazar, “vivimos en una cultura de la ceguera y del olvido”. Nos cuesta “ver” la realidad tal como es, y nos olvidamos fácilmente de lo que sucedió para seguir viviendo, inconscientes, nuestra “cultura líquida” (de la que habla Zigmunt Baumann).
Este año 2024 se ha defendido una tesis doctoral en la Universidad de Granada sobre las muertes, catástrofes naturales, epidemias, los reinos de Granada y Murcia entre los siglos XIV y XVI. Pero hay datos más cercanos: ¿Quién recuerda, por ejemplo, el terrible Terremoto de Granada de la noche de navidad de 1884 que, según los datos oficiales, provocó 1200 muertos?
Desde muy antiguo, se conocen fenómenos destructivos debido a la existencia de población que ocupaba las ramblas mediterráneas y que fueron sorprendidas por avalanchas. En la provincia de Granada, en un pasado no lejano, hubo deslizamientos de ladera que provocaron desastres, terremotos (como el de Atarfe y Albolote de abril de 1956, inundaciones, incendios, epidemias mortíferas. Basta consultar las hemerotecas.
Sabemos que la Diputación de Granada tiene aprobado un completo protocolo de prevención y de incidencia en el caso de alguna catástrofe natural en nuestra provincia. Pero siempre pueden surgir imprevistos que no pueden solucionarse de inmediato. Somos humanos y el carácter imprevisible de bruscas catástrofes provocarán, sin duda, desajustes de adaptación. Son momentos en los que – tal como vemos en Valencia – se despierta la inmensa solidaridad ciudadana que puede aminorar los efectos destructores de fuerzas que escapan a nuestro control.
Por eso, junto con planes – siempre incompletos – de prevención, urge la educación para la ciudadanía para saber actual con prontitud, organización y eficacia solidaria en ayuda de los humanos, nuestra especie vulnerable.
Muy interesante y oportuno el presente artículo, y aunque nos amplíe el campo de miras para poder reflexionar sobre la actual tragedia que se vive en Valencia, no logro ver para ello lo útil de tales conceptos como el de “animal vulnerable” o “animal carencial”.
También H. Plessner hablo de “excentricidad”. Conceptos todos ellos surgidos del estudio que a principios del siglo pasado, como muy bien nos dice Leandro, se llevó a cabo a raíz de considerar una anomalía la inespecificidad de nuestra especie en su evolución.-
s posible que en la línea del ser y del sentido en la cual se centraba entonces el pensamiento filosófico, aquellos conceptos podrían considerarse válidos. El ser humano puede ser voluble, sí, pero ¿la volubilidad es un constituyente de su realidad? Creo que no. Por otra parte, la inespecificidad biológica puede llevar a pensar en una carencia, ciertamente. Sin embargo, también lo carencial nos puede llevar a tener que dar un salto evolutivo de enorme trascendencia, ya que exige la intervención de la inteligencia abriéndonos a un ámbito nuevo que es nada menos que el de la libertad-
Ahora bien, lo dicho no lo asocio en manera alguna en lo ocurrido en Valencia (al menos en algún aspecto) porque la solidaridad sí es constitutiva de la realidad humana y por esto surge espontáneamente.
Respecto a la tragedia vivida estos días en Valencia, la actuación del presidente Mazón fue nefasta. Como se sabe, las alarmas oficiales llegaron demasiado tarde. Sea por el miedo que él tuviera a reconocer la imprudencia que le llevó a eliminar la Unidad de Emergencias de la Generalitat, sea por su fervorosa obsesión de ver siempre que todo va bien, sea por dar preferencia a la economía o por su incompetencia misma, no ha estado a la altura que la alarmante situación requería. Lo cual como político no solo habrá de pagar las graves consecuencias de sus actuaciones dimitiendo, sino que ya se oye hablar de penas judiciales.
Muchas gracias, Leandro, un saludo!
El Jefe de Climatología de la AEMET es el que ha dicho lo que acabo de decir. Lo podéis leer en el diario.es.
La solidaridad es necesaria,pero tb conviene tener un Estado que tenga unos servicios de protección civil que estén a la altura. Para eso pagamos impuestos. No estoy en contra de la UME,pero ,por ejemplo,la formación en prevención de catástrofes es difícil que la haga una unidad militar. La UME es más para la intervención que otra cosa. No es x antimilitarismo,por mí como si se moviliza todo el ejército. Por otra parte,el director de la AEMET dice en el diario.es que ha muerto más gente en zonas que no llovía por los torrentes . Algo ha fallado estrepitosamente aquí.
Lo siento.Adoro al señor Masía Clavel. Un valiente. Supongo que estará jubilado en su Japón.Pero cada vez que oiga lo de la educación para la ciudadanía no voy a decir. Porque, con todos mis respetos, la iglesia no se va a arreglar sola.
Por si alguien entra y lee lo que escribo…Porque sé de su influencia en la educación. Por lo que tuve que leer en la asignatura de historia de la educación, no sé si les suena, por ejemplo, Durkheim o Puelles. Y por mí experiencia personal durante cuarenta y un años como maestra.
Lo siento. Lo diré.El problema es que estoy tocando fondo. A punto de rendirme estoy. Lo de la teodicea, me llegó a lo profundo de mí alma. No te salgas del tema.Tocada y prácticamente hundida.
Enhorabuena. No es fácil acabar conmigo.Un abrazo, señor Masiá. Seguí de cerca lo de su libro impresentado. Para mí, aunque sea de Orihuela, es murciano. Y además, un poquito de La Alberca. No hay más.
Todo ser vivo que habita el Planeta tierra es vulnerable, desde los vegetales, los animales, a los seres humanos (se puede invertir el orden de esta enumeración). Yo lo he puesto en este orden, porque los seres humanos, siendo vulnerables, tienen la capacidad de tomar decisiones conscientemente y, en ocasiones, sus decisiones aumentan la posibilidad de ser aún más vulnerables.
Leandro menciona las guerras desde que tenemos conocimiento de la historia humana, también las inundaciones (el diluvio bíblico) porque en la antigüedad no tenían la técnica para hacer llegar el agua a los poblados o a los cultivos y vivían cerca de los ríos, etc. Otros fenómenos de la naturaleza, como terremotos, huracanes, volcanes etc., nos vienen dados.
Aclaro desde este momento con toda contundencia, que, aunque a continuación yo entre en otras cuestiones, lo primero en este momento, es ayudar, resolver, compadecer y empatizar con quienes están sufriendo tanta tragedia.
Pero también cabe analizar cuáles han sido los errores que se han cometido para no caer en ellos en próximas situaciones semejantes, no me refiero a los políticos que deben unirse todos a una para reparar tanto daño y tanto sufrimiento. Yo, como no soy política, sí lo hago aquí; me refiero a no construir viviendas en lugares de los que se sabe el riesgo, prevenir esos riesgos como se hizo con el río Turia en Valencia, o los protocolos, hasta la misma organización política, por ejemplo en España, en la que el Gobierno del país, tiene que esperar al gobierno de Valencia o de otras autonomías, para enviar todos los medios humanos y materiales del Estado para disminuir al máximo tantas desgracias y, después de cuatro días, se podrían haber resuelto muchas necesidades. Y claro, si el presidente de Valencia va pidiendo a cuentagotas que manden el ejército que, a excepción de la UME (donde tengo uno de mis nietos), no podían hacer nada más, pues pasa lo que ha pasado. En EEUU, tan carente en otras cosas de las que hemos hablado, en el último huracán, el presidente Biden dijo que, si no abandonaban sus viviendas, morirían, y desalojaron a tres millones de personas. En Valencia han ocurrido muchas cosas que no debieron haber ocurrido, y que habrá que revisar.
Y si, un partido político, para gobernar, pacta (lícito y legal, vale) con quienes niegan y se mofan del cambio climático, y nombran a un consejo de Vox, que, lo lo primero que hizo fue eliminar, como ocurrió en Valencia, la comisión (no sé si éste es su nombre) de emergencia, pues habrá que plantearse legalmente que, el poder por el poder, no siempre es válido ni ético.
Al igual que otras autonomías han pactado con el mismo partido político que también niega la violencia de género y lo llaman violencia intrafamiliar y quitan los puntos de información a mujeres maltratadas, u odian a los migrantes generando xenofobia, o al colectivo LGTBQ, generando homofobia. Esto no puede ser, si la Constitución defiende unos principios y unos derechos, los partidos políticos que no los tengan tendrían que ser o prohibidos o sancionados legalmente, no sólo en las urnas, porque hay muchos votantes que, en contra de la Constitución, piensan igual que ellos.
Se ha hecho mención a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que también impartí, y a la que la Iglesia primero se opuso y después consiguió del ministerio del momento a darle el privilegio de eliminar ciertos temas, como el de la igualdad, hasta que, al llegar el PP de Rajoy al gobierno, a los 15 días, la primera decisión legislativa (como había prometido) que tomó, fue eliminar la asignatura entera. Todas nuestras decisiones, tienen sus consecuencias, para bien o para mal.
Quiero resaltar algo que Leandro ha mencionado y que es maravilloso, me refiero a la solidaridad y generosidad de tanta gente y de tantas instituciones que, al revés de lo que dice el evangelio de hoy, la inmensa mayoría de personas y, por supuesto de instituciones, entre ellas la Iglesia, o empresas o empresarios, han puesto, en este situación, como primer mandamiento, amar al otro Porque, afortunadamente, la fraternidad-sororidad no es exclusiva de una religión que pone en primer lugar el amor a Dios, al que nadie ha visto, y, en segundo lugar el amor al prójimo. La humanidad ha sobrevivido gracias al amor a los demás, con o sin religión. Lo que no quiere decir que quienes pertenecen a una religión opten por lo que quieran. Dios no nos necesita, nuestros hermanos y hermanas, sí. Este mandamiento sí es de este mundo.
El hombre,aún en sociedades del primer mundo es un animal vulnerable. No digamos en otras sociedades y no digamos a los que son vulnerables en nuestra sociedad x causas que no son naturales. El jueves pasado hacía zapping y dí con un programa en La Sexta en que cortaron abruptamente a un tal Pedro Arcos,especialista en Emergencias. Como venía de otro canal no sé si le cortaron xq habló demasiado o xq les estaba diciendo las verdades de Agamenón o las de su porquero. Decía que para los especialistas en catástrofes,pasado el momento sexy que tanto gusta a los periodistas de la actualidad (creo que le cortaron por esto xq utilizó esta expresión refiriéndose a los periodistas)lo que les preocupa es el antes(la prevención) y el después (el medio y largo plazo,lo que ha dicho la Asociación Española de Climatología:se vuelve a construir en el mismo sitio o por no ser drástico,de la misma forma). Tb hay que decir una cosa polémica,pero ineludible, parece que hay una incompatibilidad natural entre elegir a los gobernantes cada cierto tiempo y el planificar. No es que yo sea partidario de un gobierno de los técnicos,pero parece que los políticos no planifican mucho(tampoco es que Franco planificara nada por supuesto,aparte de un dictador inmisericorde era un completo inútil,no recupero el PIB de los años 30 hasta los años 50 y tantos,autarquía mediante).
Creo que una política tan embarrada como Paiporta no ayuda a levantar la mirada y planificar mínimamente nuestro futuro y si no el nuestro que a lo mejor no lo tenemos,el de nuestros hij@s. Se vive de urgencias y de fenómenos coyunturales en la política. Luego Feijóo es mayor(para los usos políticos españoles, quizá equivocados) y tiene demasiada prisa. Casi podríamos decir que el asunto Errejón lo tapó la Dana y así sucesivamente. Es una aceleración desmedida.
Pues la iglesia católica ganó el pulso a la educación para la ciudadanía. Fui profesora. Empezó mandando cartas de temas que no se podían tratar, que por cierto, fueron a la papelera porque mi directora, seglar , dijo que ella no sabía nada, que la carta iba a la atención del profesor de ciudadanía.
Los libros de la editorial SM , efectivamente los retiraron, pero… estaban los de años anteriores y..Acabaron quitándola.Ahora creo que ha vuelto. No sé exactamente con qué temas.Pues eso.
Me quedo con esta idea: “… urge la educación para la ciudadanía para saber actual con prontitud, organización y eficacia solidaria en ayuda de los humanos, nuestra especie vulnerable”
La sociedad contemporánea es inviable sin más y mejor educación. Gracias por su artículo. Ernesto
Me ha llamado la atención que los medios de comunicación siempre dicen: ” los valencianos buscan a sus seres queridos”. No dice a sus hijos, o a sus padres, o a sus familiares o amigos. Sino “seres queridos”. ¿y que se puede entender por “seres queridos”? Se puede entender tres cosas:
1. Personas de la familia o amigos cercanos con los que se tiene una relación de afecto.
2. Personas y animales de compañía, con los que se tiene una relación de afecto.
3. Personas, animales de compañía u objetos (por ejemplo, el coche, un mueble, el televisor, el frigorífico, una foto, un recuerdo… ) con los que se tiene una relación de afecto.. En nuestra cultura, hay personas que sienten más haber perdido a su coche que a un amigo. O perder el gato..
¿Animales vulnerables?Sí, pero en este caso, por fuerzas desatadas por ellos mismos: el cambio climático:
-Del primero las ecologistas nos llevan avisando más de medio siglo, y ni caso. Estamos reaccionando muy muy tarde y muy muy mal. Ya debemos haber cruzado la línea de no retorno de la reversibilidad. Y si es así, sálvese quien pueda.
-Del segundo, la IA, ahora que Harari en su libro Nexus dice lo que ya sabía quien lo quiso saber (que hay riesgo muy muy serio de extinguirnos o de quedar a merced de dicha IA), se asumirá a nivel teórico, pero en la práctica seguiremos con esta lobotomía intelectual de la tecnolatría. Prueba de ello es que el Manifiesto Off, que propone sobre la mesa medidas que quien ha querido ver ya lo viene aplicando, apenas ha obtenido reconocimiento alguno.
-Yo, que soy muy naif, cada vez que en mis paseos veía niños jugar, me emocionaba pensando que cualquiera de ellos podía ser quien acabara con la guerra o el hambre. Ahora, cuando los veo me entra una profunda desazón, y pienso: “Vaya mierda de vida les estamos dejando”.
-Desde ese punto de vista, y desde una visión holística de la vida, en este contexto de la sexta extinción masiva del presente antropoceno, creo que lo mejor que le puede pasar a la evolución es nuestra extinción.-Y hay quien dice (y yo lo creo) que todas estas tragedias naturales son un aviso del planeta. Pero me temo que estamos demasiado ocupados en pulsar teclas y mirar pantallas (un plan de vida apasionante) para advertirlo.
-Sí, merecemos la extinción. La evolución merece seguir su camino y librarse de nosotras. Y quede claro mi amor al ser humano, y que la mayor parte de la gente que conozco me parecen buenas personas y disfruto en su compañía.Feliz día.
Hola Nacho. La vulnerabilidad (o fragilidad o contingencia humana) es consustancial a nuestra condición.. Lo que ocurre es que – con frecuencia – en la historia de la humanidad la tentación de la OMNIPOTENCIA ha sido muy grande.. Ya lo dice la culebrilla de la Biblia: “seréis como dioses”… Recuperar la conciencia de que “vivimos de milagro” que decía un amigo puede ser una buena lección de esta DANA.. Otra cosas es que nuestra OMNIPOTENCIA nos ha hecho más vulnerables al intentar vivir al límite la explotación de la realidad natural.. El mal llamado “desarrollo sostenible” (que como sabéis me parece insuficiente e imposible) ha conducido a un CAMBIO CLIMÁTICO que parece irreversible.. Solo una cultura de DECRECIMIENTO nos puede hacer frenar.. Podeis ver los videos de Carlos Taibo!!!