Este artículo estaba programado para el sábado, pero quedó en borrador hasta el domingo. Alguien creerá ue Leonardo se repite en bucle. Pero cada artículo aporta novedad y remacha en el clavo, llamando a la acción. Personalmente agradezco este persistente trabajo suyo y el de su traductora por la que nos llegan sus escrito, María José, una querida amiga española desde Londres. AD.
Los países que forman el G20, han creado desde 2017 una colaboración entre las academias de ciencias de los países miembros para proporcionar ayudas científicas y tecnológicas para sus reuniones anuales. El país que hospeda al G20 es responsable de la reunión de ese grupo, en este año es Brasil, donde tendrá lugar la Cúpula en Río de Janeiro en noviembre 2024. El grupo lleva el nombre de Science20. Sus estudios y debates concluyeron el día 2 de julio de este año.
El tema es Ciencia para la transformación mundial y está detallado en cinco ejes temáticos: inteligencia artificial, bioeconomía, proceso de transición energética, desafíos de la salud y justicia social.
Como se trata de algo muy importante, es oportuno un análisis cuidadoso sobre las propuestas hechas a los jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán en esa Cúpula.
Al tratar de temas específicos de las áreas de ciencia y tecnología es natural que el resumen presentado en las cinco temáticas se concentre en esas ramas de saber.
Sin embargo, salta a la vista que se trata de un discurso intra-sistémico, sin cuestionar los premisas subyacentes a este sistema. En él funciona el paradigma de las ciencias de la modernidad que atomiza los saberes, es antropocéntrico pues ve al ser humano separado de la naturaleza y teniendo como eje estructurador de su práctica la voluntad de poder/dominación sobre todo y sobre todos. Se inscribe, sin ninguna observación crítica, dentro del sistema del capital, creado por este paradigma, con todos los mantras que conocemos.
En este sentido, en el resumen publicado no se ve ninguna aproximación al nuevo paradigma holístico y relacional basado en la física cuántica (Bohr/Heisenberg), cuya comprensión fundamental es sostener que todo está relacionado con todo y no existe nada fuera de la relación; tampoco a la ciencia introducida por Einstein de la equivalencia entre materia y energía; ni a la nueva biología y cosmología, vistas en proceso, por eso, como cosmogénesis y biogénesis; ni al discurso ecológico que desde su fundador Ernst Haekel (1834-1919), que acuñó la palabra ecología (1866), considera la ecología como la ciencia de las relaciones, por cuanto todos los seres están interligados entre sí y todos están en permanente diálogo con el ambiente. Eso lo expresó claramente la Carta de la Tierra, asumida por la ONU (2003) como uno de los documentos oficiales más importantes de la ecología actual: “Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones incluyentes” (Preámbulo,4). Lo mismo escribe el Papa Francisco en su encíclica Sobre el cuidado de la Casa Común (2015).
En vano vamos a encontrar en el resumen aludido tal “interrelación” ni la búsqueda de “soluciones inclusivas”. Los temas corren paralelos sin que se note una interconexión sistémica entre ellos.
Entretanto, dejemos claro que la ciencia y la técnica son fundamentales para el funcionamiento de nuestras sociedades complejas. Pero por la epistemología contemporánea somos también conscientes de que detrás de todo saber existen intereses de todo tipo, también geopolíticos. Baste recordar “Conocimiento e Interés” (Taurus 2023), el libro clásico de Jürgen Habermas, filósofo y sociólogo de la escuela de Frankfurt.
¿Cuáles serían esos intereses? El más importante es el mantenimiento del actual sistema socio-económico, el capitalismo, como modo de producción y su expresión política, el neoliberalismo con su mercado. Luego está la preocupación de la potencia dominante, USA, por la seguridad en el sentido de garantizar un mundo unipolar fundado en la tecnociencia y la producción de armas cada vez más sofisticadas, muchas de ellas tan poderosas que pueden aniquilar la vida humana. Con este propósito se invierten billones de dólares que, si se aplicasen, resolverían el grave problema del hambre, la salud y la vivienda de los millones de marginados del actual sistema dominante que tenemos.
Aparte de estas reflexiones de tipo teórico, cabe resaltar los efectos concretos de este tipo de ciencia y de técnica desarrollado a partir de la modernidad y vigente todavía hoy. En el afán de dominarlo todo, se creó el principio de autodestrucción con todo tipo de armas letales, lo que demuestra que la racionalidad científico-técnica se ha vuelto totalmente irracional. El furor por la acumulación ha devastado prácticamente todos los ecosistemas terrestres y marinos. El consumo de los países opulentos exige más de una Tierra y media de bienes y servicios, cosa que ella no puede proporcionar: es la conocida “Sobrecarga de la Tierra”. La extracción extremadamente intensiva de los recursos naturales, algunos commons colectivos (como agua, bosques y semillas), ha llevado a la crisis ecológico-social de hoy.
Esta crisis se muestra por el calentamiento global, que es sin precedentes desde el último período interglaciar hace 125 mil años. Las temperaturas globales alcanzaron el récord en 2023 y 2024, llegando a subir 1,5ºC por encima del periodo pre-industrial (1850-1900). Las inundaciones e incendios han asolado varias regiones como en Río Grande del Sur y el Pantanal, entre nosotros. La desigualdad social es una de las realidades más perversas: el 1% más rico posee más de la mitad de la riqueza mundial. La contaminación del aire por mini-partículas es responsable de muchas enfermedades y de 7 millones de muertes prematuras anualmente. Y así podríamos seguir con muchos otros efectos dañinos resultantes de este paradigma.
Es importante decir que los agentes principales de esta degradación del planeta Tierra y de la vida son precisamente los que se reúnen en la Cúpula del G20 (con algunas excepciones): los Gobiernos donde están los poderosos y superricos de este mundo. Es sintomático que en el tema de “Justicia Social” no haya ni una palabra sobre la brutal desigualdad social mundial. Se centran en el acceso universal a internet. En el tema de “Bioeconomía” esperábamos que se refiriesen a la superación del tipo de economía actual, altamente excluyente, centrada en la producción de bienes materiales, en vez de poner, como el título sugiere, la vida en el centro, y la ciencia y la tecnología, la política y la economía al servicio de la vida. Sin embargo, se hace un llamamiento “para formular un cuadro de políticas conjuntas que permita a los países implementar programas de bioeconomía… mejorar la calidad de vida y proteger los recursos naturales”. Sin tocar el sistema acumulador y excluyente se queda en un bello propósito como el Acuerdo de París de 2015, que no fue puesto en práctica. Tal propósito idealista va contra la lógica del sistema dominante. Seguramente no será implementado.
Estas son algunas consideraciones críticas a las propuestas de los técnicos y científicos que serán presentadas en la Cúpula del G20 en Río de Janeiro. Exceptúo la propuesta del Presidente Lula de formar una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Pero hay que decir la verdad: ese tipo de tecnociencia, sin conciencia, no es suficientemente bueno para la transformación mundial. Si nos quedamos solo en los medios sin definir otros fines humanitarios y ecológicos, de acuerdo con otro paradigma, iremos en dirección a una catástrofe descomunal. ¿Cuánta verdad y cuánto cambio de rumbo soporta el espíritu del capital? Es la cuestión que difícilmente encontrará una respuesta.
*Leonardo Boff ha escrito El doloroso parto de la Madre Terra: una sociedad de fraternidad sin fronteras y de amistad social, Vozes 2021; Cuidar de la Casa Común: pistas para retrasar el fin del mundo, Vozes 2024.
Traducción de MªJosé Gavito Milano
¿Qué ciencia es buena para la transformación mundial? Todas -o casi todas- las verdaderamente ciencias pueden ayudar a una transformación mundial -a una auténtica transformación mundial-, si se apoyan o tienen como referencia una jerarquía de valores éticos -de valores éticos auténticos- basados en los DERECHOS HUMANOS reconocidos por la ONU. El consenso -aunque parcial- sobre los derechos humanos ha sido una de las más grandes gestas-conquistas de la Historia. Pero gesta todavía solo a nivel teórico…, porque la práctica del comportamiento humano de cada día (hablo en general) está lejos de cuajar en una realidad que estimule esa transformación mundial. La transformación mundial auténtica es la transformación del sistema social vigente, es la humanización ética del sistema social, lo que requiere la previa transformación-renacimiento de un hombre nuevo con sentido más solidario. Y desear el renacimiento de un hombre-mujer más solidarios es -implícitamente- compartir algo esencial del gran mensaje social transformador -fermento- del Reino. Hombres y mujeres con sentido social ha habido muchos en la historia, pero -a mi juicio- el más comprometido en esa transformación social fue Jesús de Nazaret. Si reconocemos la necesidad de transformar el mundo es porque la esencia de su doctrina se ha marginado y se encuentra aún pendiente de llevar a cabo. Tenemos entre nosotros las mejores ideas para la transformación, pero eso de llevarlas a cabo sigue siendo una cuestión pendiente, mientras vivamos -los que mandan- demasiado centrados en ídolos de poder, de fronteras, de etnias, de historias mitificadas…, de quién es el primero, de Egos…¿Cuándo llegará el día de una transformación verdaderamente humana y solidaria? Cuando aprendamos de nuestros errores y horrores, cuando los reconozcamos como tales, cuando nos liberemos de ídolos…, que nos permitan ser más libres y mucho más clarividentes y humanos. Ésta es la ciencia que más nos ayudará a transformar nuestro sistema y a renacer y madurar por dentro, psíquica y éticamente. Crecer solo o casi solo en tecnología nos robotiza y retrasa esa transformación humanizada.
Pues eso mismo opino . No hay vencedores ni vencidos, en el tema del pensamiento, en otros, pues sí. Porque aunque te destruyan, no trae consigo que te convenzan.
Buen verano.Disfrute y protéjase del calor. No vea por aquí. Parece que se nos está acercando el dichoso infierno.
Totalmente de acuerdo.O no.Quién determina lo que sucedió realmente? Lo que dijo realmente, y con qué intención lo dijo? Esa es una gran pregunta. La historia siempre la escriben los vencedores, dicen…
A mí me gusta otra interpretación del evangelio. Pero no crea que me la estoy inventando, hay muchiiiiisimo escrito sobre esto. Sé que la postura oficial de la iglesia es la que usted defiende y mantiene. Le he dicho mil veces que ganarán siempre y que la la iglesia no puede variar.
Quizás el tema se reduzca a si crees la Verdad, eres uno de los nuestros. Y si no, pues no eres de los nuestros.Pues qué le vamos a hacer, seré de Los Otros. Y sin embargo, para mí, los católicos convencidos, los considero de Los Mios. Digo los convencidos.
Es que no veo el problema en decir, vale, para vosotros es Dios, para mí, pues no. Pero claro, topamos con la iglesia, con perdón de la cita. Buen día.
No se trata de vencedores o vencidos, ni adversarios o colegas, sino de fe que es confianza en el Amor que penetra y nos llama..puesto que el Amor tiene procedencia…y es la norma del Universo entero..Es por amor que estamos aquí, vivimos y nos movemos…
Saludos cordiales
Santiago Hernández
Anda que menudos dos nos hemos juntado. Más Cabezones, imposible.
Las que no son absolutos son las opiniones y creencias, que son subjetivas y personales pero los hechos NO son relativos, ni subjetivos, sino objetivos. O Dios existe o no. Jesús es Dios o no. O se cometió un crimen, o no hubo ninguno..Estos no son verdades relativas sino realidades objetivas. Pero mi “creencia” subjetiva pueda ser que no coincida con la realidad objetiva ya que lo que yo creo puede ser “erróneo”.
Jesus siempre se refiere a la vida eterna como la vida postmortem y en relación a Su Resurrección porque “Yo Soy la Resurrección y La vida; quien crea en Mi aunque muera vivirá” No es una muerte simbólica sino la muerte corporal..Y al rico: Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los Mandamientos” La vida eterna NO puede ser nuestra vida terrestre “prolongada” , ni de “otra forma” pues todos vamos a morir y convertirnos en polvo. Se trata de la vida perdurable en El, y en Su Resurrección aunque esta “vida eterna” de la gracia podamos iniciarla aquí abajo por la FE en El, cuyo último gol será en la eternidad.
Si cambiamos el sentido del evangelio, todo el contexto desaparece y se disloca el verdadero contenido de las palabras de Cristo, que expresan con claridad Su mensaje escatológico y trascendente.
No tengo ninguna obsesión por la otra vida sino que ella no se puede separar de la realidad que confrontamos en nuestra humanidad contingente.
Gracias por su interés y atención. Un saludo cordial
Santiago Hernández
Ay, Santiago. Menuda obsesión tiene usted con la vida después de la muerte, parece usted una persona del antiguo Egipto.Es que a mí me gustan los textos de Salvador Santos. De vez en cuando hablo con él y , uf, no vea. Es otra historia. Los evangelios se podrían entender de otra forma. Una clave muy sencilla, para mí cabeza que todo tiende a simplificar las ideas, no exactamente, no es simplificar, es intentar el entender el primer porqué de las cosas, para poder encajar los más porqués posibles. Quizás cuando Jesús habla de la vida eterna no sé refiere a la vida después de la muerte, sino a que esta vida puede ser vivida de otra forma, que nos hará libres. A eso , posiblemente le llame resurrección. Todo eso del bautismo de mi amigo Juan el que bautizaba, había que ahogarse y salir renovado a otra vida diferente. Bueno, ahogado de manera simbólica, aunque supongo que más de uno no entendió bien y…Por eso Jesús se ahogó, se bautizó y resucitó. Pero antes de morir.
No pido ni siquiera que me entienda, soy muy confusa hablando.Menuda ha cogido con la riqueza y esas cosas. Francamente, no me importan. Me gusta la lucha contra los números para llegar a fin de mes . No me gusta la estética del poderoso. No me gusta en absoluto. Que no, que no, que no. Que no todos pensamos o sentimos o deseamos igual. Que no, que no…
Que no hay verdades absolutas, que no. Lo que hay son creencias absolutas.Buen día.
Santiago. Racionales …pues según.
Pero ha dicho algo muy muy cierto, _ ‘permanencia para siempre en felicidad total…’Que eso es el fundamento de todas las religiones, eso va a misa. Incluso en latín.
A mí me gustaría diluirme, eso sí, sin sufrir ni un poquito. No tengo ninguna necesidad de eternidad. Me gustaría que me recordasen aquellos que me amaron, que dice juan Ramón Jiménez en su poema tan precioso el Adiós Definitivo. Pero, sigue diciendo el poema, ellos también desaparecerán. Y añado. Y yo, con ellos. No me importa ni un poquito. Porque mi pueblo se tiene que hacer nuevo cada año. Y que se quede mi pozo blanco para que todos los vean y escuchen las campanas del campanario, mis hijos, mis nietos, los hijos de mis nietos y los hijos de todos aquellos que me amaron y a los que amé. Me encanta ese poema. Esto último no lo dice el poema. Es de una nostalgia infinita, pero…la vida tiene que seguir.
Opiniones. No exactamente. Sentimientos. No todo el mundo desea la eternidad. No sé.
Aunque lo niegue la minoría, a la mayoría no nos gustaría volver a “la nada” de donde salimos, y en general nadie desea irse de este mundo porque “vox populi” dice que “mientras hay vida, hay esperanza” y el deseo de “construir” para “permanecer” es universal. No edificamos la casa para deshabitarla sino para vivir en ella siempre.
Nuestros deseos son infinitos porque no se sacian nunca por más riquezas, honores, salud y bienes materiales que poseamos… Solamente en Dios -que es trascendente- y posee “todos los bienes” que ansiamos en grado supremo, puede nuestro “corazón” al fin “descansar”.
Solo entonces seremos lo que seremos: plenamente felices. Esto de aquí es una sombra, una penumbra, una caricatura, y hasta “una mala noche, en una mala posada” como decía la gran doctora mística Teresa de Ávila. Vivimos en “transición” porque la vida solo “cambia”- no “desaparece”- sino que se adquiere “eterna habitación” en los cielos. No importa que queramos o no porque así como no pedimos la gracia de venir a existir, tampoco podemos controlar lo que nos suceda post-mortem porque sabemos que no nos “aniquilaremos” sino que tendremos “vida eterna” como repite Cristo en el Evangelio. Lo que sí depende de nuestra voluntad es de la manera de como nos encontraremos allí. No lo digo yo, sino Jesús de Nazaret como lo recuerdan fidedignamente Sus discípulos.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Pienso que una cosa son las ciencias ya objetivadas académicamente, que son, según Boff, las que les sirven de ayuda a estos políticos de la G20 y otra cosa son las ciencias consideradas en continúa investigación, en continuo proceso. A mi modo de ver son estas las que pueden aportar este elemento transformador del que habla Leonardo. Y en este sentido, teniendo en cuenta los cinco ejes anotados en el tema Ciencia para la transformación mundial y el modo como son tratados, es lógico que Boff vea sus postulados desde el paradigma de la Modernidad. Y esto es lo que hay que superar! De ahí la forma de bucle que adoptan siempre sus artículos._ _
Acaso, si nos situamos en el paradigma actual, no se encontraría ese elemento transformador que se nos pide, en el papel creador de los fenómenos irreversibles en las estructuras disipativas? Él ya nos adelantó algo en su anterior artículo y son precisamente los puntos críticos que en ellas aparecen los que generan cambios referidos a la realidad y, por tanto, presentándonos a esta como apertura de espacios posibles …
Tras la lectura del artículo de L. Boff y de los comentarios que siguen, adjunto esta reflexión:
-El tema que plantea Leonardo me parece tan fundamental que es necesario reiterarlo, aunque a veces canse. Importa repetir lo importante: Si se evita que se margine, si ayuda a concienciar y reforzar lo que es más apremiante, bienvenida sea la reiteración, que en este caso conlleva una denuncia, al menos implícita.
-Porque el objeto de esa reflexión y denuncia reiterada es nada menos que el “SISTEMA” y los intereses del EGO dominante que lo sostienen y lo declaran indiscutible (dogma) Tan dominante es que la ciencia se pone frecuentemente al servicio de los intereses del sistema-ego. Y el Ego sin conciencia ética acaba en la ceguera que no sabe discernir valores. Por eso invierte en armas cada vez más mortíferas y en el culto al beneficio sin límites, pese a que cause miseria y hambre… El culto al Ego que dirige el sistema es poco inteligente… Piensa en sí, aunque sacrifique… ¿La ciencia sin conciencia humana, dirigida por el interés, es humana? Tenemos más “inteligencia” para matar y destruir que para construir y humanizar… ¿Es esto la inteligencia humana? Parece que para una cierta élite humana, sí. Pero cuando busca cerebros para desarrollar valores del sistema, busca inteligentemente? ¿Un cerebro sin sentido ético es verdaderamente humano o es más bien un robot-ídolo? ¿Concebir el “cerebro” como un robot-ídolo -y/o en un medio- es inteligente y humano?
-Con cierta frecuencia recuerdo el título de un libro de Fortea Laguna: “En el umbral de la inteligencia”. Nuestro desarrollo humano se encuentra -con las excepciones que se quieran poner- todavía en el umbral de una humanización verdaderamente inteligente. Por eso ocurre lo que vemos y sufrimos cada día. El Ego -pese a su miopía- todavía sigue dominando la inteligencia y en muchos casos la pone a su servicio exclusivo. Por eso, ese Ego que sostiene el sistema, cuando se vuelve ciego, cuando se insensibiliza, es capaz de ensañarse con el hombre e incluso es capaz de “justificar” ese ensañamiento… Vivimos todavía en el umbral de la inteligencia… Y solo superaremos ese umbral cuando tomemos conciencia de nuestro bajo desarrollo cognitivo y humano… Hay valores que ciegan y hacen creer que somos…
Es que, Antonio, a veces pasan cosas con estos trastos, inexplicables para mí y que no voy a dedicar un segundo en tratar de entender.
Ana.No pidas perdón. Al menos para mí, no es necesario. Hay dos formas de plantearse muchas cosas. Una desde una idea abstracta o general, pasar a cosas concretas. Y otra que es justo la contraria, pensar en las cosas que vives, concretisimas , y de ahí elaborar una idea más general. Siempre he actuado de esta segunda forma. Y mis críticas he tenido por ello. No sabes lo igual que me da.
Mira, tengo 71 años, estoy en pleno cambio de década. Pero no de los setenta, sino de los ochenta. Por motivos del lugar que ocupo en mi familia y el lugar que ocupa el que fue mi marido durante 35 años más cinco de noviazgo, siempre me he relacionado a tope con personas mayores, soy muy muy familiar.Si además a eso le unes que mi madre murió a los 73, mi padre a los 76 y mi hermana mayor a los 74, quizás entiendas un poco mejor.
Me quedan dos opciones, o desaparecer o ver desaparecer a un montón de gente. Ya he visto a muchas personas que se han disuelto como lágrimas en la lluvia, que diría Shakespeare.Y también sé por pura observación, que las personas mayores necesitan hablar. Eso se puede recriminar? Por qué? Ha pasado el tiempo por las personas que habéis formado Atrio . Es otro momento evolutivo. Es posible que ahora os necesitéis más que nunca y esas cosas que se cuentan, os acerquen más.
La vida es pura evolución. Es algo que tengo clarísimo. Pura incertidumbre, ese es su gran atractivo.Buenas noches.
Se podrá encontrar en el tema de la relación ciencia- Religión, ciencia – creencias, ciencia – sentido de la vida… Una condición necesaria y suficiente?
Sería todo un descubrimiento. No creo que sea posible. La realidad nos supera. Y la imaginación. Y la concepción del mundo por diversas culturas. Y la solución a la evolución de nuestra especie. Y a los problemas que, como especie dominante creamos en nuestro nicho, que prácticamente es todo el planeta.La condición necesaria y suficiente únicamente existe en matemáticas , porque es algo creado por el ser humano. De principio a fin. Sobre el papel. Abstracción absoluta.Al menos eso creo, pienso, opino.No sé.
Coincido con Carmen, en que los relatos, por muy reales y verdad que sean, cuando me conducen mentalmente al apocalipsis final, me agobio muchísimo. Como nos decía hoy Alberto y que se puede aplicar al G20:“nunca debemos olvidar, nunca que los partidos políticos…. son organizaciones de profesionales de la política y defienden sus intereses”. Efectivamente, es el sistema el que está en bucle, no Boff, que lleva años y años advirtiendo a lo que este sistema económico-político nos está conduciendo.
Ante esta situación de impotencia personal, sin saber ni poder argumentar posibles soluciones, echo mano de la esperanza, y copio y pego un fragmento de un escrito de JJ Tamayo en RD citando a Bloch, (Bloch, Brecht y la Biblia, frente al genocidio de Netanyahu (religiondigital.org) y que, en respuesta a los estudiantes de la universidad de Tubinga, les dijo: “ también la esperanza fundada puede quedar defraudada; y ello para honor suyo; de lo contrario no sería esperanza, sino confianza ciega. La esperanza contiene en sí misma lo precario de la frustración, pero esta no tiene por qué ser la vencedora. La esperanza puede recuperarse, reponerse de sus fracasos y salir fortalecida; ahí radica su grandeza.”
PD. Un fuerte abrazo a mi gran amiga María, traductora infatigable que pone a nuestro alcance la sabiduría y el profetismo-denuncia de Leonardo Boff.
Nota añadida: os cuento la historia común que tenemos a partir de habernos conocido a través de atrio hace ya muchos años, que os vais a quedar asombrados, por aquello de que “el mundo es un pañuelo” Ella de asturiana, vive en Londres, yo de zamorana, vivo en Granada, y teníamos en común una persona muy importante en su vida y a la que yo, cuando era joven le le di clase, cuando él ya era ingeniero y estaba haciendo una segunda carrera universitaria en Salamanca. Perdonad que cuente estas cosas tan personales, pero me apetecía bajar a tocar suelo en la vida misma y poner en valor aspectos que dan un respiro a tantos problemas
Leo con satisfacción este nuevo artículo de Leonardo Boff, que en cierto modo y en parte, responde a mi comentario y mis suspicacias que hice a su anterior artículo en relación al símil de la “Placa de Petri”, y que con muy buen criterio el editor A.D decidió no darle salida, supongo, al tener ya en mente éste de ahora, que en gran parte aclara algo de lo allí cuestionado por mí.Compartiendo el encuadre y los datos aportados por el autor en el análisis introductorio al mismo, me gustaría añadir un aspecto que en mi opinión debe matizar y modular todo el quehacer científico y técnico en la rama que sea, positivista, humanista o espiritualista. ¿Es la ciencia quien tiene o tendrá la respuesta a todos los problemas del ser humano y sea capaz de poner orden en este mundo en el que la llamada naturaleza y el ser humano convivan en armonía? Dejando en claro lo ya expuesto por el autor de que la ciencia y la técnica son fundamentales para el funcionamiento de nuestras sociedades complejas – yo diría desde mi razón matemática que, serían condición necesaria pero no suficiente
– Si la ciencia y la técnica se fundamentan en un principio racional y empirista y los absolutiza en detrimento de los demás, acabamos perdiendo a la realidad que pone en realidad a toda realidad, la persona, el ser humano y si ponemos a ambos (naturaleza y ser humano), al mismo nivel de realidad entramos en un conflicto racional irresoluble. La pregunta en sí es una doble pregunta pues además de hacer referencia a la ciencia, también la condiciona a una transformación del orden relacional de la naturaleza y el ser humano, y aquí nos hemos de preguntar: ¿Cuál es ese Nuevo Orden Relacional? ¿Quién y cómo lo define? ¿Será la propia ciencia? ¿Será por consenso democrático, con lo que la ciencia perdería su fundamentalidad? En todo esto, ¿no nos hemos olvidado de esa parte de la razón que no es ciencia positiva llamada soteriología? ¿Le deberíamos dejar tomar parte en la cuestión planteada en este artículo?. ¿Acaso sugiere el autor que las fuerzas ordenadoras del hombre en el mundo son solo fuerzas intramundanas? ¿El sentido del hombre y la naturaleza es un sentido Teleonómico en detrimento de uno Teleológico? No tengo duda de que el autor de este artículo tendrá claras respuestas al respecto, así como sí creo que éste está bien traído a debate para que también nosotros nos las hagamos y las compartamos respetuosamente según nuestro criterio. Estas y otras, por supuesto.Espero en esta ocasión no haber incurrido en una falta de respeto que invalide su edición.
Mariano: Dejar sin publicar tu comenstario de anteayer no fue una dicisión mía, sino un descuido del que pido disculpas, a la vez que lo publico con fecha de hoy, aunque lo enviaste el viernes 26.
Querido Antonio, no me tienes que pedir disculpas por nada, soy yo quien te agradezco la atención y la consideración que prestas a mis toscos escritos y en este caso tu olvido lo considero acertado, aunque yo en un principio pensé lo mismo, pues así me ha servido de entrada a este último comentario que muy posiblemente no habría hecho ahora, y que con la publicación de ambos quedan los dos artículos más centrados desde mi óptica. Todos estamos en deuda contigo por el espacio de relación que nos abres. Nos das vida…. Gracias Antonio por tu entrega gratuita. Gratuita porque no tiene precio…
Pues a mí me gustaría que este señor, profeta del apocalipsis como muchos, diese alguna idea concreta. No sé.Ayer vi a mí aire, en la uno, la apertura de los juegos olímpicos. Con el acelerador puesto. Pero, cuando vi una imagen que me pareció un jinete del Apocalipsis montado sobre el esqueleto de un caballo, galopando sobre el Sena, me quedé pillada. Menuda imagen. Les encantaría a muchos. A los minutos me di cuenta de que no. Era una especie de robot metálico, sobre una plataforma que navegaba a todo navegar, supongo que teledirigida, por el río.
Uf. Menudo alivio.No me gusta la literatura apocalíptica, soy más de pensar en soluciones concretas. No sé. Maneras de ser. Porque todo final de época viene acompañado de ideas apocalípticas, quizás porque el futuro nos supera. No vemos soluciones, y pensamos que las nuevas generaciones son o serán incapaces de verlas.Tengo la enorme suerte de creer en mi especie. Las especies producen continuamente nuevos individuos, con capacidad de adaptación.
Y si no es así, pues habrá llegado el momento de la extinción. Como todas las especies. Empiezan, crecen, si les va bien aguantan mucho tiempo, hay una superpoblación y pueden morir de éxito, o por un cambio brusco, o un meteorito o vaya usted a saber…
La diferencia con las demás especies es que aquèllas son irracionales y no poseen nuestra conciencia de la realidad..Pero nosotros podemos pensar y calibrar nuestra extinción con nuestros deseos que son infinitos y no son de extinción sino de permanencia para siempre…en felicidad total…
Un saludo cordial
Santiago Hernández