SOBRE EL CIELO AGUADO
Dejo caer mi cuerpo sobre
las raídas tablas que flotan
sobre el agua azul,
y vuelvo mis ojos hacía
el infinito azul para volcar
ese manto cerúleo sobre
aquel puente gastado,
que apenas merma por
las enmarañada memoria
del recuerdo…
Apenas mi espalda calienta
aquella débil y húmeda madera
golpea en mi sien todo y cada
uno de los abismo que subyace
en el fondo sin el azul dibujado
sobre él.
Sobre el cielo aguado, se despeja
cada tramo del puente,
emergiendo sobre ellas el teclado
de un piano desdibujado,
incoloro de aquel nítido blanco,
sin el negro que tantas veces
tapó aquel cielo en las aguas.
Miro el cielo al revés, y sigue
flotando sobre las aguas
que ese puente que aún
raído, permite que mis sueños
sigan creyendo que el cielo
sigue siendo azul.
¡El cielo se pintó de azul,
para verse en el agua reflejado!
SOBRE EL CIELO AGUADO
Dejo caer mi cuerpo sobre
las raídas tablas que flotan
sobre el agua azul,
y vuelvo mis ojos hacía
el infinito azul para volcar
ese manto cerúleo sobre
aquel puente gastado,
que apenas merma por
las enmarañada memoria
del recuerdo…
Apenas mi espalda calienta
aquella débil y húmeda madera
golpea en mi sien todo y cada
uno de los abismo que subyace
en el fondo sin el azul dibujado
sobre él.
Sobre el cielo aguado, se despeja
cada tramo del puente,
emergiendo sobre ellas el teclado
de un piano desdibujado,
incoloro de aquel nítido blanco,
sin el negro que tantas veces
tapó aquel cielo en las aguas.
Miro el cielo al revés, y sigue
flotando sobre las aguas
que ese puente que aún
raído, permite que mis sueños
sigan creyendo que el cielo
sigue siendo azul.
¡El cielo se pintó de azul,
para verse en el agua reflejado!
Hasta ahí llega la barca. Si continúa embarrancará en las arenas.
Tierra firme nos tiende la mano para que no nos mojemos antes de pisarla
Qué es lo real, y qué es confusión superpuesta.
Qué estaba ya en mi cerebro, en mi vida y en mis sombras.
Unas tablas desgastadas que hacen senda en pasarela.
Un camino que se corta en la nada de las aguas:
Un curso o lago estancado en abandonada paz.
Las nubes reflejos algodonados turbando las distancias.
Un fondo escalonado incrustado de verdines informes y grisáceos.
Tornándose invisibles, un arco iris de azules enmascara las aguas,
Se hacen ausentes estando en las presencias que emergen,
Protagonistas de un mundo mágico que a los sentidos engañan.
Las semillas esparcidas se aventuran en húmeda caravana.
El horizonte tímido se aplasta invertido y falseado.
Me quedo con la luz que hace ser lo que es sin mostrarse,
Y el aire que respiro musicalidad catártica que se llena de silencios.
Por cierto Gabriel, qué haces para poder despejar …. esa nube….?
Yo hoy no lo veo perfectamente claro….
Lo que siento yo ahora …. es el método más frecuente.
Saltar… al vacio, sabiendo que no se tiene alas…..
Saludos.
Hay lugares en donde podemos ver reflejada la belleza de lo que nos trasciende…Gabriel
Mirador…..fuera de lo frecuente.
Saludos.