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¿Cuándo llegaremos a celebrar que no existe más la exclusión en razón del sexo?

En el Día Internacional de la Mujer

Otro año para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Sería bueno poder decir que vamos a “celebrar” el que ya se erradicó la estructura patriarcal de las sociedades y las iglesias y no hay espacios de opresión para las mujeres en razón de su sexo. Pero todavía falta mucho para que este día sea de celebración. Aún es necesario seguir trabajando por la transformación de nuestro mundo en relación a su manera de concebir, entender, describir e incluir a las mujeres.

        Todavía hay demasiados feminicidios. Mucha violencia contra ellas de muchos tipos. Hay también espacios laborales, educativos y, especialmente, en los niveles de decisión, a los que las mujeres llegan con mucha dificultad. Los trabajos domésticos y de cuidado siguen estando a cargo, mayormente, de las mujeres. La remuneración salarial, por el mismo trabajo que los varones, sigue siendo más bajo para las mujeres. Y así, podríamos enumerar muchas otras situaciones, por las que bajar la guardia o dejar de insistir en esta urgente transformación, no puede hacerse.

        Además, si miramos al interior de la iglesia, la situación tampoco ha mejorado demasiado. En el documento final del sínodo (fruto de la reunión sinodal presencial del pasado mes de octubre) ya no se considera el tema de los ministerios ordenados (temática que salió en la consulta al Pueblo de Dios) y, sobre el diaconado, dicen que se va a tratar, pero sería un “milagro” (aunque esperamos ocurra) que se permitiera para las mujeres, ya que, una porción de los participantes del sínodo considera que atender a esta petición supondría “una peligrosa confusión antropológica”, “alineándose con el espíritu del tiempo”, es decir, prestar atención a los signos de los tiempos, es negativo para algunos. Y aunque haya más mujeres en puestos eclesiales y se siga repitiendo que las mujeres son las que sostienen la iglesia y realizan muchas actividades eclesiales, no parece que su presencia fuera tan importante en los niveles de decisión, donde los ministros ordenados solo las “invitan” para escucharlas, sin que eso se traduzca en reformas estructurales de fondo.

        Porque todavía falta mucho, es válido y necesario que grupos como “La revuelta de las mujeres en la Iglesia”, en España, estén saliendo durante esta semana a manifestarse en las puertas de las Iglesias de muchas ciudades españolas y que otros grupos alrededor del mundo, realicen actividades, cada vez con más conciencia, de que no es un día para regalar flores y chocolates a las mujeres, sino para entender esta causa y solidarizarse con ella.

        Pero quiero detenerme en un aspecto que me parece interesante considerar. Continuamente escuchamos decir que es muy importante el “aporte de la mujer” en aquellos espacios donde históricamente no ha estado. El papa Francisco así lo ha expresado desde el inicio de su pontificado: “es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia porque el ‘genio femenino’ es necesario en todas las expresiones de la vida social” (Evangelii Gaudium n. 104). Es decir, se echa en falta el “aporte” o la “contribución” de las mujeres a una realidad que ya está dada y ha funcionado por siglos así, una realidad construida por los varones a lo que ahora se le va a añadir esa parte femenina que, se dice, tienen las mujeres. Por una parte, entendemos que expresarlo así pretende mostrar que, en verdad, las mujeres han estado ausentes y, en muchos espacios faltan actitudes como el cuidado, la sensibilidad, la intuición, el servicio, la generosidad, la delicadeza, etc., que la sociedad patriarcal atribuye a las mujeres pero que, en este momento histórico, bien sabemos que esas actitudes son propias del género humano, de varones y mujeres, y mejor aún, que las mujeres tienen muchas otras actitudes que se han atribuido a los varones y que son de todo el género humano: inteligencia, racionalidad, visión, claridad, fortaleza, empeño, coraje, constancia, etc.

        Y, es por lo anterior, que viene el otro aspecto que queremos comentar. Sería mucho mejor decir que hace falta que cambiemos de paradigma, dándonos cuenta que la realidad se ha construido sin las mujeres, sin todas las características que ellas tienen -iguales que las de los varones- porque sistemáticamente se les ha excluido e invisibilizado. Lo que necesitamos no es que ellas “aporten” lo que falta, sino que repensemos cómo construir un mundo y sus estructuras donde mujeres y varones sean protagonistas, donde todas las personas se sientan incluidas, donde se valore todo lo que cada ser humano es y se eche en falta que las mujeres no estén presentes en todas las instancias.

        En conclusión, esperemos que en este 8 de marzo, sigamos creciendo en claridad, conciencia y exigencia de un mundo donde la inclusión sea una realidad -en plenitud- no a nivel de “aportes” o “contribuciones”, para que podamos celebrar que se ha erradicado el sexismo en nuestras sociedades y, especialmente, en nuestras iglesias haya un testimonio visible de que a las mujeres no se les excluye de ninguna participación porque ellas al igual que los varones “han sido creadas a imagen y semejanza de Dios” (Gn 1, 27), es decir, sin ninguna exclusión en razón de su sexo.

 

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8 comentarios

  • Juan A. Vinagre

    ¿Cuándo llegaremos a celebrar que todos seamos, y nos valoremos como iguales, sin discriminaciones por sexo, color, país, religión, lenguas…?-No lo sé con precisión, pero ese día llegará, probablemente sin tardar mucho…, aunque sigan  resistiéndose los poderes y sus tradiciones “sagradas”. El paradigma androcéntrico es ya humana, ética y racionalmente insostenible. Los privilegios, las exclusiones, las supremacías,  etc. son aberraciones humanas, intelectuales y éticas. El amor que no iguala y que domina no es amor, es poder.  Este tipo de amor-poder se ha practicado sobre todo en la Iglesia-Fraternidad de Jesús, pese a que éste concebía el mando como un servicio, que es dar de sí… (Y en este tema del servicio, de dar de sí…, ¿la mujer no lo ejerce tal vez mejor?)

    -Y dando un paso más, cabe decir que en la esencia del Evangelio se encuentra la DEMOCRACIA, la más auténtica democracia, que la iglesia clerical, por demasiado asociada al poder -no al servicio-, por infiel e hija de su tiempo, no la supo ver más que como una amenaza… (Piénsese en la iglesia clerical del s. XIX)  Cuando la auténtica democracia habite en nosotros -en nuestras conciencias-, entonces no habrá hombre ni mujer, sino que seremos sustancialmente iguales en derechos y en capacidades. Pero mientras el poder mande y no se reconvierta (creo que no por mucho-mucho tiempo más), la democracia estará en su infancia, inmadura, vigilada. El poder no la dejará crecer. Y por ello el poder masculinizante, elitista y discriminador marginará por sexo y color y etnia etc.  Y lo peor: Nos hará ver -eso intentará- que el paradigma tradicional es el correcto, y que son malas las revisiones y aún peores las innovaciones…  El poder es así, y para reafirmarse mejor se coloreará de divino. Así han sido muchas racionalizaciones “sagradas”.

    • ana rodrigo

      Gracias Juan A. y, gracias al resto de hombres que habéis participado en atrio, en un tema que no es cuestión de mujeres, aunque las mujeres nos llevamos la peor parte, pero yo diría que quienes más tienen que concienciarse son los hombres que aún no lo han hecho, pues son muchos los que sí, y, sobre todo, manifestarse ante el problema, porque, estructuralmente no es una cosa cualquiera o una cosa más . Cuando el feminismo reivindica, no individualiza, el problema es la estructura sistémica apoyada en el patriarcado. Dice Rosa Cobo, catedrática de la universidad de A Coruña (entre otras cosas en relación con el tema) que falta por escribir la mitad de la historia de la humanidad, las mujeres somos más del 50% de la población, y, por esta misma razón, tampoco puede haber democracia cuando no se respetan los derechos humanos que son universales para hombres y mujeres. También dice que mientras la izquierda social y política pone en primer lugar lo económico, es decir, el problema de clase y, el patriarcado como secundario, no habrá la rapidez necesaria para el cambio hacia la igualdad. Lo tendremos que hacer unilateralmente desde el feminismo.                                                                                                                                                                    Todos los años que llevo participando en la manifestación del 8 de Mayo, disfruto muchísimo, al igual que lo hice ayer, al ver a tantas y tantos jóvenes participando  con la misma alegría que yo. Miles y miles, con sus pancartas y sus consignas. En la parada del autobús había a mi lado un grupo de chicas que hablaban sobre el tema y daba gusto escucharlas. A pesar de la lluvia, las calles de Granada y de todas las ciudades españolas y de otros países, se tiñeron de morado, color de las camisas para hombres que fabricaban las mujeres, la mayoría inmigrantes entre 14 y 40 años, y algunos hombres, asesinadas en una fábrica textil en Nueva York por reivindicar unos derechos laborales dignos, en 1911. Los autores del incendio y de cerrar las puertas para que no pudieran salir, un año después fueron absueltos de delito alguno.

  • Javiierpelaez

    Estoy de acuerdo con la idea del artículo.Mujeres hay de todo tipo como varones. No tengo nada claro que los valores del poder vayan a variar porque se incorpore la mujer. El poder tiene unas características bastante perniciosas que lo hace bastante incompatible con cualquiera q tenga una sensibilidad profunda,sea varón o mujer. Esto es simplemente una cuestión de justicia.

    Es tan absurdo excluir a la mujer como excluir a los negros(un ejemplo). Luego hay cosas que evidentemente tienen q ver con el poder del varón,de la fuerza bruta sin más: los asesinatos de las mujeres,la violencia sexual,la violencia contra las q por naturaleza reproducen,la violencia contra las q fundamentalmente cuidan…Todo eso hay que cambiarlo obviamente y de hecho a lo mejor no cambia porque los que mandan son los varones(por lo menos no conocemos ejemplo en contrario salvo q un antropólogo entre y me ilustre sobre comunidades primitivas con matriarcado,yo en esto no soy un especialista ,igual que de otros temas éticos si conozco el comportamiento ético de comunidades primitivas;lo leí hace mucho en  Teoría Ética de Richard Brandt:sobre el incesto…). En cuanto a la iglesia es una institución que básicamente no tiene remedio,lo cual es bastante antidemocrático porque yo creo que la parroquia clerical es muy mayoritariamente femenina(siendo las mujeres mayoría en la sociedad,creo q en el catolicismo es mucho más patente salvo en las esferas de mando que la presencia de varones supuestamente célibes y heterosexuales es abrumadora). Para mí es una cuestión de democracia: donde hay mayor presencia de mujeres debe haber mayor número de mujeres mandando. Lo de la violencia de género y la violencia sexual contra las mujeres evidentemente es una cuestión educativa,pero tb es porque no lo tomamos en serio. Habría q ser implacables.

    No ayuda la fascistada esta de VOX . No se puede  discutir la vida,la integridad física,la libertad sexual de un ser humano.El que discute esto abiertamente no tiene moral,ni sabe lo q es la moral,ni sabe lo que es el cristianismo.No nos lo tomamos en serio.En absoluto.No nos  los tomamos en serio como sociedad y la iglesia católica menos aún. El poder del Estado debería ser implacable con la violencia contra las mujeres como fué con el terrorismo. Es cierto q no se puede ilegalizar partidos como VOX,pero a lo mejor caerle alguna querella por delito de odio a algún dirigente de VOX. En cuanto a la connivencia del PP con VOX precisamente en estos temas es incalificable. Para mí lo descalifica completamente como alternativa de gobierno.No es q queramos q la IVE figure en la Constitución Española(q en Francia lo vota hasta Le Pen),es q queremos q no haya un partido que discuta la existencia de violencia de género. Incidentalmente aquí en otras cosas somos más  avanzados q los franceses,por ejemplo en el matrimonio homosexual q los franceses han montado un lío con las parejas de hecho del mismo sexo. Y en lo territorial son absolutamente centralistas y racistas como ellos solos. Ahora cortar cabezas saben y de separación iglesia/Estado tb. .Iba a acabar con un elogio de la mujer,de las mujeres q pasaron  x mi vida y  están a mi alrededor ,pero no lo voy a hacer…Es innecesario.

    • Javiierpelaez

      Que me he equivocado q el matrimonio.homosexual es legal en Francia desde 2013,pero primero pasaron por la unión civil no equiparable al matrimonio.Nosotros llegamos antes. En lo de cortar cabezas,no.

    • Javiierpelaez

      Como no voy a ir a la manifestación porque iba con mi hermana y mi prima y están fuera  y,según pongo la TV,oigo la enésima mamarrachada de la Ayuso,siempre dispuesta a pescar en el caladero de VOX, “no sé cuándo es el día del hombre”. El día del hombre es innecesario,como es innecesario el día del varón heterosexual,como es innecesario el día de la “tonta del bote”. Este último día lo celebramos en Telemadrid todos los días.Qué cruz,de mujer…

  • ana rodrigo

    Ay, Llaguno, pues claro que si las mujeres hicieran huelga en las parroquias, se quedarían con las paredes, como decíamos el otro día en la Revuelta de las mujeres en la Iglesia. Hace unos 30 años, cuando yo todavía iba a la Parroquia, de cuya limpieza nos encargábamos las mujeres, yo propuse que porqué no se le adjudicaba a una de ellas, que económicamente estaba muy mal, y se le pagase por su trabajo, y así se hizo.

     El poder es todo, y el poder sagrado alcanza hasta ser los representantes de Dios en la tierra y eso es cosa sólo de hombres clérigos. (Qué sermones echan algunos!!!). Si las mujeres llegasen a ese tipo de poder, dejaría de ser sagrado, automáticamente, las mujeres no podríamos representar lo sagrado, ¿Por qué? Pues sencillamente porque en el sustrato machista y patriarcal en el subconsciente y en el consciente de la sociedad está la consideración que que las mujeres somos de un rango humano cero para cuestiones tan elevadas. 

    Si los hombres son los que han dogmatizado que saben quién es Dios, cómo es, cuál es su voluntad, lo que le gusta y lo que no le gusta. y todo el credo…, en fin, la teología, los ritos, la moral, el derecho canónico. ¿Acaso, como dice Consuelo, las mujeres somos seres humanos incompletos, sin inteligencia, sin racionalidad sin las altas capacidades varoniles?

    Si los hombres no reclaman la igualdad, pues seguiremos haciéndolo solas.

    Hoy he escuchado a un obispo que para que las mujeres consigan sus derechos no hay que quitárselos a los hombres. ¿De dónde saca este hombre esa idea? ¿Qué tipo de feminismo pide semejante barbaridad? Señores, que en esta vida todo es cuestión de aprender, estudiar, leer, concienciarse por mera lógica, porque nadie nace con ciencia infusa.

  • Antonio Llaguno

    … 

    • Antonio Llaguno

      Desconozco qué quiere decir el que diga que echa de manos el aporte de las mujeres, pero eso es que no ha pasado por una parroquia en su vida.

      Las parroquias actuales no pdrían vivir sin un monton de mujeres que son colaboradoras gratuitas y cada día más en puestos fundamentales, como ecónomas o tesoreras, llevando la secrtetaría, o coordinando algún aspecto pastoral como catequesis, Caritas u otros.

      No se pued echar en falta el que las mujeres aporten.

      Lo que si se puede echar en falta, no solo en la sparroquias sino en la Iglesia católica en general es:

      1) Que la Iglesia trate en igualdad de derechos y oportunidades a mujeres y hombres (y resto de géneros, que nadie se pueda sentir excluido)

      2) Que las mujeres puedan acceder a los puestos de autoridad en la jerarquía eclesial al igual que los varones.

      3) Que la sensibilidad femenina esté más presente en la doctrina y la praxis eclesial.

      Seguro que si esto no se echara de menos la Iglesia navegaría con mejor rumbo.