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¿Qué podemos esperar de la segunda asamblea sinodal en Roma?

Recordemos que Olga Consuelo Vélez es una teóloga colombiana que. a pesar de los pesares, sigue esperando algo de las reformas iniciadas por Francisco, sin renunciar al realismo crítico. La semana pasada los problemas de edición nos impiedieron publicar un artículo suyo que se encuentra también en RD: Desmasculinizar a la Iglesia, pero ¿cómo?, que recomiendo. Hoy publicamos este, que nos acaba de enviar, a tope de esperanza y realismo. AD. 

Se puso en marcha la etapa final del sínodo y ya sabemos las fechas de realización, en Roma, de la segunda sesión presencial. Esta será del 2 al 27 de octubre, precedida por dos días de retiro espiritual. Además, Francisco ha dispuesto que los Dicasterios de la Curia Romana, desde sus competencias específicas, colaboren con la Secretaría General del Sínodo, estableciendo grupos de estudio –utilizando el método sinodal– sobre algunos de los temas que surgieron en la primera sesión.

Los grupos de estudio se conforman de mutuo acuerdo entre los dicasterios y la secretaria del sínodo y está última llevará la coordinación general. Fueron nombrados seis consultores para la secretaría que se suman a los 10 ya nombrados anteriormente, quedando compuesto por 12 varones y 4 mujeres. De los últimos nombramientos hay dos teólogas latinoamericanas, bien conocidas en nuestro contexto: María Clara Bingemer y Birgit Weiler.

Pero surgen varias dudas. Según noticias que se escuchan, una de las comisiones estudiará la sinodalidad de la iglesia. Quedó evidente en la pasada asamblea que no todos los obispos ni todos los laicos estaban de acuerdo con la propuesta de la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia. No ha bastado el documento de la Comisión Teológica Internacional sobre el tema ni la multitud de webinars, charlas y cursos que han ido ofreciendo a lo largo de este tiempo, para asumirla y caminar en esa dirección. En una entrevista que le hicieron hace poco a Rafael Luciani, teólogo participante del sínodo, respondía sobre este punto anotando que la cuestión está más en “el miedo a replantearse lo que significa el poder en la Iglesia y esto supone el ejercicio de la autoridad, no se trata de negar la autoridad en cualquier institución, que es necesaria. El problema es cómo se ejerce y en la iglesia se ejerce para servir, no para tener poder sobre los demás y hacer lo que la persona quiera”. Lo cierto, es que de nuevo será objeto de estudio, lo que llevamos tres años estudiando.

Otro tema será el diaconado femenino. Algunas noticias recientes decían que el Papa está muy abierto a este tema. El haber invitado a tres mujeres a la reunión con su consejo de obispos, parece mostrar su apertura a las cuestiones de la mujer. Incluso la religiosa que coordinó el encuentro, Sor Linda Pocher, salesiana, afirmó que Francisco está “muy a favor del diaconado femenino”. Ahora bien, la pregunta que queda es a favor ¿de qué tipo de diaconado femenino? Según se dice en muchas instancias no se está hablando del diaconado que reciben los varones sino otro tipo de diaconado de servicio a la comunidad. Todo eso puede ser muy positivo, pero lo cierto, confirmado por la misma hermana Linda, es que los ministerios ordenados son un tema cerrado para Francisco e, incluso, desapareció su formulación en el documento final de la anterior reunión sinodal. De hecho, en este documento se consignaron las diversas posturas frente al diaconado, los que lo encuentran inaceptable y los que lo ven necesario; sin embargo, la frase más extraña es sobre los que piensan que dar el diaconado a las mujeres “sería expresión de una peligrosa confusión antropológica, acogiendo la cual, la Iglesia se alinearía con el espíritu del tiempo”. Ojalá expliquen esa frase porque ¡qué confusión antropológica tiene ese sector de Iglesia que identifica sexo con ministerio ordenado! En este sentido, hace poco el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina afirmó que “la materia” del sacramento del Orden era el varón. Parece que lo que estudiamos sobre sacramentos donde nos enseñan que la materia de ese sacramento es la “imposición de manos”, es desconocido en altos ambientes vaticanos.

No sé qué otras comisiones se crearán, estaremos atentas a las noticias. Ahora bien, quiénes estarán en las comisiones, hacia dónde orientarán la reflexión solo lo saben los mismos que están en los altos cargos vaticanos y a los que no les conviene demasiado desinstalarse.

A la segunda sesión del sínodo se llegará sin que las iglesias locales hayan sido consultadas de nuevo y hayan enviado sus aportes. De lo que conozco no se ha hecho absolutamente nada y los aportes han de enviarse a mediados de mayo. Con certeza las conferencias episcopales de cada país mandarán las reflexiones que ellas mismas hagan o que tomen de sus más cercanos colaboradores no de ninguna consulta hecha al pueblo de Dios y, menos de personas que estén más alejadas de la Iglesia como fue la intención inicial. Esperemos que algunos lugares sí hayan realizado el proceso.

También se llegará con un camino sinodal interrumpido y cuestionado. La Iglesia alemana que se había adelantado al sínodo propuesto por Francisco y que concluyó su experiencia con la decisión de crear un comité compuesto por clero y laicado para tomar decisiones sobre temas álgidos, fuera de haber sido puesta bajo sospecha durante todo el proceso y de que el mismo Francisco hubiera escrito el año pasado prohibiendo la creación de un comité sinodal, ahora recibe una carta firmada por el secretario de Estado Parolin y los cardenales Fernández y Prevost pidiendo detener el proceso que se llevaría estos días de aprobar los estatutos de dicho Comité sinodal.

No es fácil el camino sinodal. Demasiados miedos, demasiados retrocesos, demasiados argumentos para no desinstalarse, demasiadas reuniones para no avanzar casi nada. Ahora bien, casi nunca los cambios vienen de arriba para abajo porque se necesita demasiada apertura al Espíritu de Dios para desinstalarse a sí mismo y perder los privilegios alcanzados. Hay que continuar remando de abajo hacia arriba. Seguir construyendo sinodalidad en nuestros espacios locales –casi siempre al borde de las estructuras eclesiales– y seguir hablando “a tiempo y a destiempo”. Toda militancia por una causa ha costado demasiado tiempo, trabajo, descalificaciones, exclusiones, rechazos y hasta pérdida de la propia vida. Pero ¡cuántos cambios se han logrado a nivel social en muchos aspectos! y ¡cuántos a nivel eclesial! Más lentos, más tímidos, bien retrasados pero algún día llegan. Por eso seguimos acompañando el camino sinodal, aunque las expectativas sean bien pocas. Algún día, desde abajo y, por la fuerza de los hechos, lo conseguiremos.

9 comentarios

  • Tanta bulla, tantas discusiones, debates consultas a todo nivel para que esta vieja iglesia católica prostituida por tanto poder y riqueza (El Vaticano: Increible la Iglesia de Cristo convertida en un Estado en miniatura pero con tanto poder y tanta riqueza) cambie profundamente. Tantas esperanzas regadas en todas las iglesia católicas por el Papa Francisco. Y para nada. Ya es unánime la apreciación de los Vatcanistas: “Todo cambiará para que todo siga igual”. La gran mayoria de las iglesias coinciden en sus demandas: “Que las mujeres accedan al ministerio ordenado”. “Que los varones casados sean ordenados sacerdotes”. “Que el celibato sacertotal sea opcional”. “Que el Papa sea elegido por todos los Obispos del mundo católico”. Y, según los expertos, nada de esto se aprobará. Yo creo que el “Cisma” sería un buen sacudon a la Iglesia católica, como el Protestantismo, De ese modo pueda que suceda profundos cambios.  

  • Juan A. Vinagre

    Amiga Olga: Comparto tus reservas y en parte tus temores. En la iglesia tradicional no es fácil renacer, como quería Jesús. Y mientras no renazcamos, seguiremos el camino trazado por la tradición. Es decir, seguiremos instalados en el pasado por muy superado que esté. Para los tradicionalistas conservadores en ideas, en intereses, en ritos y tradiciones, si el pasado está “pasado” (si es ya indigerible), se actualiza racionalizándolo a gusto del o de los jerarcas y sus tradiciones… Así se mantienen actualizadas muchas tradiciones, algunas ya fósiles o casi. ¿Que con ello se reduce “la grey”? No importa:  Somos el “pusillus grex”, se dicen.  ¡Esta es, a mi juicio, una de las mayores y más dañinas racionalizaciones, que se han transmitido y aún se están transmitiendo en la Iglesia! Las racionalizaciones, en este caso, sirven para justificar el encumbramiento del poder que se alimenta de tradiciones, aunque ello suponga la marginación del Evangelio. El poder y la tradición del poder ciegan y no dejan ver…

    Por eso, ¿qué podemos esperar del sínodo…?  De momento yo me contentaría con que el Sínodo dejase las puertas abiertas en la Iglesia, (aunque los enemigos de las puertas abiertas tramen… y algunos deseen que Francisco se vaya al cielo). Que deje las puertas abiertas con una mentalidad nueva y renovadora, cada día más apremiante y profética…  Y un modo de dejar las puertas abiertas… -al Evangelio, al Evangelio- es convertir la autoridad en SERVICIO, en servicio evangélico que elimina dualismos jerárquicos y de poder que exige y condena o segrega… sin escuchar de verdad, sin consensuar.  (Recordemos el “no sea así entre vosotros.”)  Una de las consecuencias de las puertas abiertas sería el acceso de la mujer -en la Iglesia no debe haber distinción entre varón y mujer- al servicio de presidir y de dar de sí…, no de “figurar” o de exigir.   En suma, “desmasculinizar” la Iglesia es convertirla al Evangelio de Jesús: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve”, sin consagrar tradiciones que segregan o alteran valores.  Y excluir a la mujer es alterar valores por seguir tradiciones…  (Quizá así se reducirían los afanes de “carrerismo”.)  Esta es la verdadera grandeza del servicio: Dar de sí…

  • Antonio Llaguno

    … 

    • Antonio Llaguno

      me quedo con las conclusiones finales tanto de Olga como de Ana.

      Los cambios vendrán desde abajo y no desde la curia y no serán gratis, van a costar y mucho.

      No descarto acabar con un cisma definitivamente, el asunto es ¿De que parte se pondrá el papa?

      Los cristianos de base alemanes ya le han dicho a sus obispos cuál es el camino a seguir y los belgas igual.

      En España, la “Revuelta de mujeraes en la Iglesia” es cada día mas consciente de que habrá que tomar las cosas en vez de suploicarlas.

      Yo cada día tengo mas claro que el búnker no se va a rendir sin sangre y que el deseo de Francisco de hacer el cambio sin una crisis enorme en la Iglesia no va a ser posible.

      Por eso creo que él ha decidido que no va a ser él quien rompa la Iglesia.

      Y si el próximo hace regresión, habrña que salir a la calle.

  • Rodrigo Olvera

    Parece que el día que se avecina viene con hambre atrasada.  Al alba, pues, al alba.  https://youtu.be/0U_Qic-AZv8?si=i_S3RaL0dKvrCojK   

  • ana rodrigo

    Este artículo va sobre la sinodidalidad y si podemos esperar algo de ella. Yo ya me manifesté, cuando se convocó, que no tenía ninguna fe. En el caso de que preguntaran al pueblo, sus respuestas o su participación iba a pasar por los distintos estadios clericales hasta que se dijese lo que ellos quieren que se diga, es decir, que las cosas sigan como siempre, que ellos son los únicos que tienen la verdad a lo largo de los siglos, plasmada en los dogmas y en la Tradición, y punto, hasta aquí se puede llegar. Un cuento “chino” considerando a lo que llaman Pueblo de Dios, como tontos y tontas, prometiendo una cosa para que ellos tengan la última palabra. No olvidemos que es un sínodo de obispos ¿Quién les va a quitar la mitra? ¿la gente de la calle? Noooooo, no somo nadie para semejante tropelía.

  • ana rodrigo

    Nota, este comentario quería haberlo puesto en el post de Antonio Gil de Zúñiga.

  • ana rodrigo

    Al igual que A. Duato, recomiendo la lectura de enlace que pone Olga Vélez ” Desmasculinizar a la Iglesia, pero ¿cómo?,   Copio y pego un párrafo que viene a resumir las muchas cosas interesante que dice: “Ahora bien, no todo es escuchar a las mujeresY no estoy muy convencida de que aportemos una visión diferente. Cada persona aporta una visión distinta en todo grupo humano, pero no por ser del colectivo “mujeres” sino por ser esa persona -única e irrepetible-. Lo que quiero decir es que hablar del lugar de las mujeres en la iglesia no es para que le aporten algo que a ella le falta, sino porque no las han tratado con la dignidad fundamental de todo bautizado y las han marginado de los niveles de decisión y liderazgo”. Y lo mismo podríamos decir dl colectivo LGTBQ. ¿Acaso la dignidad no reside en la condición del hecho de ser humano, de cualquier ser humano? Si en el NT y la Iglesia define a Dios como Amor, ¿acaso restringe a quiénes se debe amar y respetar y a quienes no? Las cualidades que se atribuyen a lo femenino, ¿de verdad son incompatibles con el sexo masculino? ¿Los hombres no pueden cuidar, entregarse, ser tiernos, sacrificarse por amor, servir a l@s demás desinteresadamente, o ser mejores administradoras, como dijo el Papa de las mujeres, etc. etc.? ¿Por qué se espera de nosotras estas cualidades tan humanas como aportación a la iglesia.? ¿Por qué se desconfía de nuestras capacidades de hacer teología con el mismo rigor y la misma capacidad de pensamiento (sólo por ser mujer) que los hombres? ¿Por qué no somos dignas de presidir y ejercer los ritos y sacramentos que son exclusiva de de hombres?

    ¡¡¡El poder!!!!! Ay, el poder, de lo que  es capaz….El hombre todopoderoso, creó al Dios todopoderoso a su imagen y semejanza, para que su poder echase fundamento en el mismo Dios que ellos crearon. Cuántos absurdos en, todo su sentido, e inhumanos crea y cree la Iglesia, y otras religiones, en nombre de un Dios al que nadie ha visto.

    Parece que esto nunca va a cambiar, pero es que los grandes cambios nunca han venido de arriba, siempre han sido las bases las que los han conseguido. Seguimos en ello.