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Para poder tender puentes entre ciencia y religión

Cinco preguntas filosóficas previas

       Tres voluminosos libros publicados recientemente defienden que la Ciencia demuestra la existencia de Dios. Estos estudios reabren una polémica antigua en la tradición cristiana: ¿podemos llegar a afirmar a Dios con datos científicos?

        La respuesta supone que es posible tender puentes racionales entre ciencia y religión. Pero para poder dialogar es necesario consensuar qué es lo que se entiende por “realidad”, por “conocimiento”, por “verdad”, por “método científico” y, especialmente, qué es lo que se entiende por “Dios”. LS.

En estos meses han visto la luz en España tres voluminosos libros con un tema común y que se están convirtiendo en mediáticos, gracias a una intensa campaña de promoción. El contenido de estos dos ensayos se dedica a un mismo objetivo: mostrar a los lectores y a la opinión pública que existen pruebas científicas de la existencia de Dios.

El tema no es nuevo. Muchos de los seguidores de estas páginas nutrieron su fe juvenil con la lectura del libro del jesuita padre Jesús Simón, A Dios por la ciencia. Estudios científico-apologéticos. Frente a los ateos, el docto autor jesuita pretendía demostrar que Dios existe basado en argumentos científicos.

Uno de los libros que comentamos tiene como autor a un español: José Carlos González-Hurtado (Madrid 1964), presidente de la red de comunicaciones EWTN España. Profesionalmente es Senior Advisor global de la consultora estratégica Roland Berger y de algunas de las mayores firmas mundiales de Private Equity así como Consejero de varias compañías multinacionales de tecnología y consumo basadas en Europa y América.

Este voluminoso y documentado estudio de González-Hurtado, Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios, puesto a la venta el 12 de septiembre de 2023, en la editorial Voz de Papel, aborda el tema de la relación entre ciencia y religión combinando diversos enfoques (histórico, cultural, testimonial, divulgativo, sociológico) y prestando especial atención a los debates científicos actuales y de los dos últimos siglos. No se limita a refutar la leyenda urbana de la incompatibilidad entre ambas formas de conocimiento.

Su objetivo es demostrar que una mirada sin prejuicios al panorama de la ciencia moderna lleva necesariamente a la idea de Dios. Para ello presenta argumentos de peso apoyándose en abundante documentación y usando un estilo desenfadado que convierte la lectura del libro en gratificante y enriquecedora. Muchos de los lectores de este comentario habrán encontrado en redes sociales una gran cantidad de entrevista con el autor presentando el libro y sus argumentos.

El segundo de estos libros de carácter apologético que están teniendo mucha repercusión mediática y muchas ventas es una traducción del francés: Michel Yves Bolloré y Olivier Bonnassies (2023): Dios, la ciencia, las pruebas. El albor de una revolución. Editorial Funambulista, en coedición con Ladera Norte, Madrid, 573 páginas.

La tesis básica de este voluminoso y bien documentado estudio es que la ciencia moderna es impensable hoy sin aceptar la existencia de Dios. La tesis de este estudio ha sido refutada por el jesuita François Euvé (La ciencia ¿es una prueba de la existencia de Dios? Respuesta al libro Dios, la ciencia,las pruebas, (edición de François Euvé y Etienne Klein. Éditions Salvator, mayo de 2022, 577 p.). Euvé pone en duda en valor de los argumentos, basados en el diseño del mundo, que para él no tienen valor para demostrar que Dios existe.

El trasfondo filosófico y teológico de este estudio es similar al del libro anterior. Para estos autores apologéticos, el llamado argumento del diseño, el argumento teleológico o “argumento del diseño inteligente”, se ha propuesto en teología durante siglos. Pero la publicación en España de libros de claro diseño apologético, parece haber encontrado un grupo de personas preocupadas por solucionar en sus vidas el problema de Dios. Síntoma que creemos positivo aunque defendemos que la apologética no es el camino.

El tercer libro de tema similar es el de Jaime Fernández Garrido, Detrás de la puerta. Dios está detrás de cada puerta que la ciencia abre. Editorial Clie, Barcelona, 2022, Tras las huellas de Einstein. Conciencia. Desde la óptica epistemológica de la iglesia evangélica, sigue las pautas de la Teología Natural, aunque alude a Einstein y sus reflexiones sobre la existencia de una energía creadora y conservadora del mundo.

 

Consensos epistemológicos antes de tender puentes.

Muchos amigos que han leído alguno de estos libros me han preguntado por mi opinión personal. Los he estudiado críticamente con interés. Pero dar una respuesta a su pregunta no es fácil. Reconozco que estoy de acuerdo en muchas cosas y en desacuerdo en otras. Es una excelente ocasión para tender puentes de diálogo entre ciencia y religión, tal como sugería el profesor Antonio Fernández Rañada en la última edición (2016) de Los científicos y Dios (Trotta, Madrid) utilizando la filosofía de la ciencia como lenguaje común.

Por ello, previo a un proceso de tender puentes de diálogo entre ciencia y religión, es necesario llegar a acuerdos sobre los lenguajes que se van a usar en ese diálogo. Posiblemente, cada una de las partes domina un lenguaje que utilizar para formalizar sus argumentos. Pero podría ser que la contraparte en el diálogo no utilice la misma gramática epistemológica.

Esto justifica la necesidad de darse a conocer, previamente, las gramáticas epistemológicas propias en las que se envuelven verbalmente los argumentos. Esto implica, al menos desde mi punto de vista, que los participantes en el diálogo deban consensuar, o al menos explicitar para que todos sepan el contexto lingüístico y epistemológico en el que se construye la mente de cada uno de los participantes.

Desde mi punto de vista, hay cuestiones filosóficas, que se formulan como preguntas, previas entre ambas posturas para intentar tender puentes:

  1. Qué es lo que se entiende por REALIDAD
  2. Qué queremos decir con la palabra CONOCIMIENTO
  3. Qué es lo que se entiende por la VERDAD
  4. Cómo llegar a establecer afirmaciones UNIVERSALES: el problema del método científico
  5. Qué es lo que entendemos por DIOS

Si se asumen las posiciones de cada uno a estas cuestiones (aunque no haya acuerdo, (si hay conocimiento mutuo de las herramientas mentales que usamos), estaremos en disposición de tender puentes, dialogar y tal vez llegar a encuentros y consensos.

A modo de anécdota (que puede ser clarificadora) el presidente del gobierno de España, en una entrevista el 20 de enero, declaraba que “la verdad es la realidad”. Pero ¿qué es lo que entendía por “verdad” y qué es lo que entendía por “realidad”? La prensa comentaba que Sánchez parecía seguir los dictados aristotélico-tomistas que la “la verdad es la adecuación entre nuestro entendimiento con la realidad” [Veritas consistit in adaequatione intellectus et rei, sicut supra dictum est (S.Th. I, q. 16, a. 1). Intellectus autem qui est causa rei, comparatur ad ipsam sicut regula et mensura, e converso autem est de intellectu qui accipit scientiam a rebus. Quando igitur res sunt mensura et regula intellectus, veritas consistit in hoc, quod intellectus adaequatur rei, ut in nobis accidit, ex eo enim quod res est vel non est, opinio nostra et oratio vera vel falsa est. <small>La verdad consiste en equiparar el entendimiento y la realidad, como ya se dijo (S.Th. 1, q. 16, a. 1). Ahora bien, el entendimiento, que es causa de una cosa, se le compara como regla y medida; Por lo tanto, cuando las cosas son medida y regla del entendimiento, la verdad consiste en que el entendimiento es igual a la cosa, como sucede en nosotros, porque de lo que es o no es una cosa, nuestra opinión y nuestra palabra son verdaderas. o falso. ]

 

1.       Qué es lo que se entiende por REALIDAD

En el extenso mundo de la filosofía, las reflexiones sobre qué es real, qué es la realidad, ocupa un extenso campo en las páginas de muchos filósofos. La realidad (del latín realitas y este de res, «cosa») es el término lingüístico que expresa el concepto abstracto de lo real. No es fácil consensuar una definición de “realidad” y menos aún llegar a acuerdos sobre la capacidad del ser humano para acceder al conocimiento de la “realidad”.

Se puede decir que la realidad es la suma o agregado de todo lo que es real o existente dentro de un sistema, en contraposición a lo que es solo imaginario. El término también se usa para referirse al estado ontológico de las cosas, lo que indica su existencia. En términos físicos, la realidad es la totalidad de un sistema, conocido y desconocido.

Las cuestiones filosóficas sobre la naturaleza de la realidad o la existencia o el ser se consideran bajo la rúbrica de la ontología, que es una rama importante de la metafísica en la tradición filosófica occidental. Las preguntas ontológicas también aparecen en varias ramas de la filosofía, incluida la filosofía de la ciencia, la filosofía de la religión, la filosofía de las matemáticas y la lógica filosófica.

Estos incluyen preguntas sobre si solo los objetos físicos son reales (es decir, el fisicalismo), si la realidad es fundamentalmente inmaterial (por ejemplo, el idealismo), si existen entidades hipotéticas no observables postuladas por teorías científicas, si Dios existe, si existen números y otros objetos abstractos, y si existen otros mundos posibles.

En la filosofía clásica y tradicional la realidad ha sido considerada en estrecha relación con los conceptos de esencia y existencia. De esta forma el Ens Realissimum se ha concebido de un modo trascendente, fuera del mundo de la experiencia, como el ser cuya esencia implica su propia existencia. De tal forma que sería el Ser Único propiamente dicho real, Necesario e infinitamente perfecto del que, como origen y principio surge todo lo demás. Tal es el fundamento del llamado argumento ontológico. Se postula un Ser Necesario que, visto desde el punto de vista religioso, sirve de fundamento racional para el concepto de Dios. Este es el contexto de la argumentación de los tres libros citados más arriba.

Pero muchas corrientes filosóficas (sobre todo en la época de la modernidad, con Descartes, Hume, el racionalismo y el empirismo y luego Inmanuel Kant) han puesto en cuestión estas argumentaciones. Más modernamente, los neopositivistas negaron de raíz el contenido significativo de cualquier expresión sobre lo real y la realidad. Tal pretensión es, según ellos un pseudoproblema.

Un laudable intento de articular una visión moderna de la esencia de la realidad, con la posibilidad de la metafísica y de la existencia de Dios, se debe a Xavier Zubiri. Para Zubiri la realidad se nos manifiesta y es conocida en aprehensión de realidad. Pero no es lo mismo conocer «por aprehensión» que conocer «en aprehensión» para no caer en el idealismo.

Posiblemente, en el diálogo con los autores de los libros citados, haya discrepancias sobre el modo de entender qué es lo real y la realidad, pero esa diferencia no debe impedir la posibilidad de un diálogo.

 

2.          Qué queremos decir con la palabra CONOCIMIENTO

Los autores de estos libros y quien esto escribe coincidimos en rechazar la postura que se suele conocer como cientificismo o cientismo: la postura de aquellos científicos y filósofos que defienden que la única vía para un conocimiento fiable de la realidad es la ciencia. Y que el método científico es el único camino para inferir afirmaciones de carácter universal sobre los fenómenos naturales y sociales.

Sin embargo, hay muy diversos modos de entender lo que es el “conocimiento” (cuáles son los límites del conocimiento humano, qué objetividad tiene el conocimiento humano, qué valor tienen los sentidos para la adquisición del conocimiento.

El conocimiento es la familiaridad, la conciencia o la comprensión de alguien o de algo, como pueden ser los hechos (conocimiento descriptivo), las habilidades (conocimiento procedimental) o los objetos (conocimiento por familiaridad). En la mayoría de los casos, el conocimiento puede adquirirse de muchas maneras y a partir de muchas fuentes, como la percepción, la razón, la memoria, el testimonio, la investigación científica, la educación y la práctica. El estudio filosófico del conocimiento se denomina epistemología.

El término “conocimiento” puede referirse a la comprensión teórica o práctica de un tema. Puede ser implícito (como la habilidad práctica o la pericia) o explícito (como la comprensión teórica de un tema); formal o informal; sistemático o particular. Los filósofos debaten sobre el realismo y el idealismo, sobre el racionalismo y el empirismo, sobre la objetividad y la subjetividad.

En el fondo, la gran pregunta es: ¿es posible un conocimiento humano objetivo, fiable, comunicable, socialmente aceptado sobre la realidad? ¿Es posible al humano poseer la VERDAD? ¿Podemos los humanos tener CERTEZAS? ¿Es el conocimiento “científico” el único que da certezas sobre la realidad objetiva? ¿Es el conocimiento humano “desinteresado”? ¿hay intereses ocultos en la búsqueda de la verdad?

Esto implica que, cuando intentamos tender puentes entre ciencia y religión, hemos de tener muy claro por ambas partes cuál es la escuela de filosofía del conocimiento que cada una de las partes mantiene. Y los que dialogan deben conocer el punto de vista gnoseológico de cada parte para saber que herramientas conceptuales maneja.

 

3.         Qué es lo que se entiende por la VERDAD

En el diálogo entre ciencia y religión es necesario preguntarse: ¿qué es lo que cada uno de los participantes entiende por “verdad”? Los humanos cuando emitimos una opinión tenemos la pretensión de afirmar que esta es la “verdad”. Hemos aludido a que el presidente del gobierno afirmó recientemente: “la verdad es la realidad”. Y ya hemos discutido que no es tal claro qué es lo que se entiende en filosofía por “realidad”. Y los filósofos suelen diferenciar casi un centenar de definiciones de “verdad”, como muestran los profesores J. A. Nicolás y M. J. Frapolli en sus numerosas publicaciones.

Estas son las teorías sobre la verdad más difundidas:

        Un autor clásico (Keller) sistematiza las diferentes “teorías” sobre la verdad.

  1. La teoría de la adecuación: son las clásicas. Es la concepción más influyente desde Aristóteles hasta el También llamada de la correspondencia entre el intelecto y la cosa. Es la que recoge Santo Tomás y ha pasado a la filosofía escolástica.

        Tiene la ventaja de que con ella se explican los dos significados de “verdadero“: “verdadero amigo” y “democracia verdadera”. Tal hombre responde a la idea que nosotros nos hacemos de un amigo; y la sociedad coincide con la concepción que tenemos de democracia. Es lo que se llama “verdad objetiva”. Este concepto está presente en Platón y en Heidegger. Supone una capacidad nuestra para conocer objetivamente y que el objeto está fijo.

        Pero hay otras:

  1. Teorías de la verdad de orientación lingüístico-analítica: La verdad como una propiedad de las creaciones lingüísticas. La más influyente de estas teorías es la teoria semántica de la verdad, presentada por el lógico polaco A. Tarski. Es la verdad del sentido semántico.
  2. Teorías de la coherencia: “la verdad en una afirmación consiste en dejarse encajar sin contradicción en el conjunto de afirmaciones de un sistema”. Aparece en el siglo XIX en la filosofía idealista y luego en la posición filosófica contrapuesta del Círculo de Bertrand Russell (1872-1970) ha formulado objeciones a esta concepción (ver Keller).
  3. Teorias pragmáticas de la Verdad y la teoría del consenso: “Es verdadero lo que aprovecha”. Es la argumentación de W. James (1842-1910). Se afirma a Dios porque de ello se siguen cosas buenas para la persona.     Para los del consenso, es verdadera la afirmación que aceptan y reconocen todos los interlocutores Pero ¿quién decide lo que ha de ser razonable?

En el fondo, la gran pregunta es: ¿es posible un conocimiento humano objetivo, fiable, comunicable, socialmente aceptado sobre la realidad? ¿Es posible al humano poseer la VERDAD? ¿Podemos los humanos tener CERTEZAS? ¿Es el conocimiento “científico” el único que da certezas sobre la realidad objetiva? ¿Es el conocimiento humano “desinteresado”? ¿hay intereses ocultos en la búsqueda de la verdad?

Para tender puentes entre ciencia y religión, es necesario saber la postura de cada uno de los que dialogan. No se trata de rebatir, sino de respetar las herramientas epistemológicas que tenemos. Pues con el uso de esas herramientas, accedemos al saber humano.

 

4.          Cómo llegar a establecer afirmaciones UNIVERSALES: el problema del método científico

Para poder tender puentes entre ciencia y religión, los participantes deben conocer qué postura epistemológica mantienen los participantes. No se trata de rebatir sino de conocer sus herramientas conceptuales.

Saber dónde cada uno se sitúa epistemológicamente es esencial para poder tener un lenguaje común de diálogo. El método científico es un camino intelectual, un itinerario, una metodología para obtener nuevos conocimientos sobre la realidad, que ha caracterizado históricamente a las ciencias y que se inicia con la observación sistemática, la medición, la emisión de hipótesis y su contrastación. Las principales características de un método científico válido son la falsabilidad (según Popper) y la posibilidad de reproducir el proceso y repetir los resultados. Algunos tipos de técnicas o metodologías utilizadas son la deducción, la inducción, la inferencia, y la predicción, entre otras.

El método científico abarca las prácticas aceptadas por la comunidad científica como válidas a la hora de exponer y confirmar sus teorías. Las reglas y principios del método científico buscan minimizar la influencia de la subjetividad del científico en su trabajo, reforzando así la validez de los resultados y, por ende, del conocimiento obtenido.

Afirmamos que no existe un único modelo de método científico. El científico puede usar métodos definitorios, clasificatorios, estadísticos, empírico-analíticos, hipotéticos-deductivos, entre otros. Se puede decir – frente a las posturas reduccionistas – que existe un polimorfismo epistemológico. Cada ciencia, y aun cada tipo de investigación concreta, puede requerir un modelo propio de método científico.

En las ciencias empíricas no es posible la total verificación (como defendía el Círculo de Viena). Es decir, no existe el «conocimiento perfecto» o «probado». Cada teoría científica (en el sentido de Popper) permanece siempre abierta a ser falsada, a ser refutada. En las ciencias formales las deducciones o demostraciones generan pruebas únicamente dentro del marco del sistema definido por ciertos axiomas y ciertas reglas de inferencia.

Y concluimos: para tender puentes entre ciencia y religión, es necesario saber la postura de cada uno de los que dialogan. No se trata de rebatir, sino de respetar las herramientas epistemológicas que tenemos. Pues con el uso de esas herramientas, accedemos al saber humano.

 

5.         Qué es lo que entendemos por DIOS

Terminamos esta serie sobre consensos epistemológicos previos para tender puentes entre ciencia y religión. Esta última cuestión es la más importante y más abierta. Sean los que participan en el diálogo ateos o teístas, todos mantienen imágenes de Dios en su mente, crean o no en Él.

En la cultura occidental, el término “Dios” normalmente se ha referido al concepto teísta de un ser creador supremo, diferente de cualquier otro ser. El teísmo clásico, de tipo judío y aristotélico-tomista, afirma que Dios posee toda posible perfección, incluyendo cualidades tales como la omnisciencia, la omnipotencia y la omnibenevolencia, y que es providente con su creación.

Sin embargo, esta definición no es la única posible definición de Dios. Otros enfoques filosóficos toman una simple definición de Dios como “motor inmóvil” o “causa incausada” o «el creador definitivo» o «un ser superior sobre el cual nada puede ser concebido» a partir de lo cual se pueden deducir sus propiedades clásicas.

Por el contrario, la postura del panteísmo no cree en un Dios personal. Por ejemplo, Baruch Spinoza y sus seguidores filosóficos (por ejemplo, el físico Albert Einstein) utilizan el término «Dios» en un sentido filosófico particular, para significar, aproximadamente, la sustancia, funda- mento o principio esencial de la naturaleza.

En estos años, sobre todo por las reflexiones de Arthur Peacocke, Philip Hefner y Philip Clayton, se está introduciendo desde las ciencias la postura panenteísta, según la cual Dios ESTÁ en todas las cosas, actúa por causas segundas, ya que los humanos somos co-creadores de la acción divina en un mundo en que las cosas cambian como si Dios no existiera (autonomía de las realidades)

Y concluimos: para tender puentes entre ciencia y religión, es necesario saber la postura de cada uno de los que dialogan. No se trata de rebatir, sino de respetar las herramientas epistemológicas que tenemos. Pues con el uso de esas herramientas, accedemos al saber humano.

 

Leandro Sequeiros. Presidente de ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta), Colaborador de la Cátedra Hana y Francisco J. Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión.

       

81 comentarios

  • carmen

    Hola Mónica 

    • carmen

      Eso que has dicho de las zonas que se activan en el cerebro con todo esto de las creencias y la fe, lo encuentro muy interesante.

      Gracias.

  • carmen

    Porque el artículo va sobre tender puentes entre ciencia y Religión.Y he leído otro que viene a decir que la ciencia se endiosó y se perdió la dimensión espiritual.Y me pregunto. Quién dió el primer paso hacia esa separación?Para mí fue un error tremendo. Y las causas las tengo muy claras. Creo que muchas personas también.Y a nivel de estos asuntos filosóficos, la raíz está en querer separar la parte psicológica de la percepción de realidad que en casa tiempo tenemos. Porque no somos dos en uno.Y, ahora, cinco siglos después, hace falta tender puentes. Pues mucha suerte. Pero de ninguna manera acepto que eso que llaman conocimiento científico sea opuesto a la idea que mi persona intuye que pueda ser Dios. Somos seres con un grado de eso que llaman espiritualidad. Es que así somos. Seres complejos, Y maravillosos. Y horribles. Según.El error fue separar lo que dice tu percepción de la realidad, debido a los conocimientos que en tu época se tienen, con lo que se llama espiritualidad. Es que forma parte también de nosotros. No son separables. Somos como somos.Pero claro. Hay tantiiiisimos intereses… 

  • carmen

    No soy platónica.Bueno, para algunas cosas sí.Pero esto del alma y la dualidad y la no dualidad y la psique y todo esto, es demasiado para mí.

    Me alegro que otras personas tengan ideas claras acerca de estas cosas. La verdad, cuanto más leo, menos entiendo. Hay tantiiiisimos enfoques, tantísimas ideas que no sé exactamente qué defienden. No sé.Pero creo que sí vas al fondo de la cuestión, una de dos. O hay separación entre lo que quieran llamar al cuerpo y lo que deseen pensar que es el ánima, o psique o yo qué sé qué. O no la hay. Es decir, somos uno o somos dos en uno.

    Creo que somos uno. Una, en este caso.No soy nada sin mi soplo de vida, me gusta esa expresión y mi soplo de vida no es nadie sin mí cuerpo.Pero claro, ya digo. No sé. Y sin embargo creo que en el fondo todo se reduce a eso. Mi psique es parte independiente de mi o es parte de mí? Pues no creo que pueda existir una sin la otra. Mi cabeza me permite pensar . Y ese pensamiento influye definitivamente en la vida de mi cuerpo. Porque es que son uno. Y a esa conclusión tan simple he llegado. Y, creo entender, creo, me parece que se distinguir cuando se defiende una posición y otra. A lo mejor no.
    Pues eso. 

  • carmen

    Y, sí. Conozco desde hace muchos, muchos, muchos años otras opiniones acerca del pecado original. Lo aseguro. Pero esto que les cuento es lo que se enseñaba a mis críos en el colegio. Y no hace muchos años. El profesor, antiguo alumno mío, tuvo tiempo de entrar a derecho, aprobar primero, dejárselo, hacerse cura, estudiar Arte después, y luego cantó misa. Por lo visto no le gustó la novia que le busqué.Ahora es canónigo de la catedral de Murcia. Y Director de toooodos los museos de las catedrales de España. Carrera meteórica. Le hice prometer que nunca sería un obispo de los de Rolex. Me contestó que él no tenía voto de pobreza. Así que, veremos…Van entendiendo por qué digo que hay que cambiar muchas cosas y no volver locos a los críos? Se asustan y…No sé qué pensará la ciencia de esto. Pero una profesora de ciencias lo ve una locura.Pues eso 

  • carmen

    Por cierto, el gran pecado de Eva fue querer ser como Dios, conocer el Bien y el Mal. Y Adán, zas, también.Así que Sorry, no quiero ser una diosa, que Dios me libre de pensarlo.  Eso le contesté al cura Paco, antiguo alumno, que daba clase de Religión. Entro a su clase y me devuelve lo que hacía. A mí me parecía genial que entrasen a mi clase cualquier profesor a cualquier hora, pero pagaban una pregunta. Vamos a ver, veréis como él o ella lo sabe. Y le hacía una pregunta, lo más sencillo que se me ocurría, del tema que estábamos dando. Veis? Les decía a los críos, tooooodo el mundo lo sabe…Y entro a su clase, Paco desesperado. Anda, dile tú a los críos por qué nos bautizamos, uuuuuufffffff. No hay manera. Pues para quitarnos de encima el pecado original… Veis? Veis? Tooodo el mundo lo sabe.Y le pregunto. Qué es el pecado original? Y ya se pone en guardia. Pues el de Eva y la manzana. Y por qué comió Eva la manzana? Y ya le ganó ooootra vez la desesperación, porque quería parecerse a Diooooosss, conocer el Bien y el Maaaalo.Anda, le dije, pues yo no me quiero parece a Dios, así que no tengo de eso… Y salí corriendo de clase , antes de que me tirara un libro a la cabeza.Así que, cuidadito con decir que somos como Dioses. Desde luego, a mí no se me ocurre. Aprendo rápido. 

  • carmen

    Por supuesto me refería al Alma en mi cultura, que viene de la Grecia Antigua. La mía. La de otros, no sé. Platón la lió buena y ya se enzarzaron los demás. Hay por ahí una teoría dualista. Todo el mundo sabe a lo que me refiero. O se defiende o no sé defiende.Y hasta aquí llego.Y, por favor, nada tengo de diosa, me faltaba a mí… Sencillamente soy una persona humana y estoy orgullosa de pertenecer a esta especie. A pesar de todos los pesares. Dicho de la Gramática Parda.Y eso es lo que,  únicamente, quería decir.

  • carmen

    Antonio Duato.

    Te puedo hacer una pregunta? Pues allá va?
    Por qué te consideras un buscador? Te considero un encontrador. Has encontrado muchas respuestas, en Legaut.
    Quizás un investigador se adecúa más a la idea que de ti tengo en esto de Dios y sus cosas. Es que estoy intrigada. Un abrazo y me alegro que estés mejor. Me tenías preocupada, porque algo te pasaba, fijo.

  • carmen

    Madre mía, qué valor tengo por lo que voy a escribir.
    La razón por la que no se nombra El Alma, es porque trae consigo un concepto de dualidad, que, por otra parte no se defiende.Sorry,
    Sorry, Sooooorry.Y no sé qué es el alma, pero sé quién la inventó. Y es que la vida tiene cosas muy extrañas.

    • Isidoro García

      Tradicionalmente, el alma es “algo” que se añade al cuerpo, para hacerlo humano. Y de ahí el dualismo: cuerpo-alma.

      Es como en informática con hardware, (cuerpo), y software con los programas de funcionamiento y la información contenida en el ordenador, que sería el “alma”.

      Pero el problema es que una gran cantidad de los elementos que decimos que consyituyen el “alma” tradicional, los tienen tambien los animales sobre todo los superiores: memoria, cierto raciocinio, lenguajes, emociones, instintos comportamentales que constituyen su “inconsciente colectivo”, etc. Y los animales tienen su mente. No hace falta más que tener un perro para saberlo.

      Y las diferencias entre el alma humana y las almas animales, son solo de cantidad, no de calidad: nosotros tenemos casi lo mismo que los animales, pero en mayor cantidad.

      Pero el “casi”, es  “eso” que nos hace verdaderamente humanos, a nosotros solos. Y eso es un elemento perteneciente a la mente-alma, que es lo que yo llamo el espíritu, que es el la parte superior del inconciente colectivo de Jung, con un depósito de sabiduría cósmica, y unos fuertes instintos hacia la Verdad, la Bondad y la Belleza.

      Eso fué lo que en la última, (o penúltima), mutación emergente, se añadió a nuestros antecesores, y salió la nueva especie homo sapiens sapiens.

      Y con esta nueva adición a nuestra naturaleza, ya estamos en condiciones de no necesitar mas mutaciones biológicas, pues ya tenemos dentro los mecnismos para auto evolucionarnos nosotros solos. Por eso el ser humano, es el escalón mas bajo de la “divinidad”.

      En verdad somos “dioses”, un poco chuchurríos al principio, pero con todo el futuro por delante. Por eso nuestra especie ha sido admitida a integrar el Reino de Dios. Y quizás esa es la misión del Cristo: el conducir y liderar esa travesía, que será dura y problemática.

  • M. Luisa

    Muy poco diré, pero me ha llamado mucho la atención cómo Isidoro  en su comentario del 17-10 h 40´ para plantearse el tema del presente artículo lo hace a partir del concepto de “salvación”. Mal vamos si para establecer puentes entre ciencia y religión  haya de mediar  la  idea de salvación y más todavía si en ella  va connotada la idea del  alma.  Por otra parte, en cambio, así como de él, no comparto  semejante conceptuación, sí que me uno en lo que dice  que ve a Jesús como portador de la salvación. Pero en absoluto se sigue de esto  que la salvación sea en primera instancia algo atribuible  a las almas.  Esta apropiación la llevará a cabo a posteriori la religión. En primera instancia  la salvación corre toda ella a cuenta  nuestra (sentido del evangelio – realización) por eso la apertura de mente cobra su posición   no en el “hacia” como piensa Isidoro,  sino en el “desde” de  la trascendencia.  Y es que se sigue pensando en el ser del “ente” y no en la realidad en que se está  y nos hace ser. Se tiende a mezclar mucho aquí  el término  “trascendente” por el de  “trascendencia” y al despreciar tal sutileza se  trastoca todo. Si la referencia fuese lo trascendente sería imposible pretender tender puentes con la ciencia. No te sientas, Isidoro, obligado a responder, solo me he valido de tu comentario para reflexionar.

    • Isidoro García

      Amiga M. Luisa, me viene muy bien tu comentario, para aclarar, que mi concepto personal de alma, es el del conjunto de actividades y fenómenos de la mente.

      (Sería como todo el contenido mental de cualquier ser. Por eso, todos los animales tienen alma, pero claro que de forma diferente).

      Y la “salvación” o “redención”, que son conceptos religiosos, traducidos al conocimiento secular psicológico, serían lo mismo que “sanación”, porque el grave problema del ser humano, es que no nos funciona perfectamnete la mente, (patología), y además almacenamos conceptos y creencias  erróneas, que nos lían más aún.

      Por eso necesitamos “sanear” nuestra mente, (lo que yo llamo alma), curando nuestras disfunciones, y eliminando errores que la cultura nos ha transmitido, y los que hemos errado nosotros.

      Y en esa sanación compiten la ciencia laica y la religión. Y de ahí la relación de la “salvación”-sanación, en la relación Ciencia-Religión.

      Por eso toda Religión tendrá sentido en cuanto, colabore en la “sanación” mental del ser humano, y en su maduración y auto-realización. Y cuando de lo que se trate es de llevarnos al cielo, entonces se habrán quedado “petrificadas” en el pasado mas pasado.

      Aquí lo que esta en juego es una nueva concepción del “pecado”, como un error humano. (Hamartía es un término usado en la Poética de Aristóteles,​ que se traduce usualmente como “error trágico”, “error fatal” – Wiki)

      La adaptación de las religiones a un mundo secular, exige una traducción severa, de los conceptos religiosos, a conceptos científicos y especialmente psicológicos. Hay que traducir contínuamente el lenguaje antiguo al moderno.

      Mientras sigamos hablando en lenguaje “religioso”, seguiremos en el pasado. (Lo del latín, era metafórico, y por eso se sigue hablando en “latín”, en los idiomas modernos).

      Respecto a lo de la “trascendencia”, no entiendo las sutilezas entre “trascendente” y “trascendencia”, pero yo creo que es, como la palabra indica, salir del mundo egoico y humano, y llegar a captar y comprender la profunda naturaleza del Universo.

      Dice el psiquiatra Manuel Almendro: “Dios es la gran conciencia que duerme en la materia”. Con esta frase Almendro, unifica la “trascendencia”, con la “Trascendencia”.

      • M. Luisa

        ¿Pues por qué no hablas directamente de la psiqui y no del alma?,  me he detenido aquí  porque siempre me ha sorprendido  que no hagas esta distinción y más si se habla de tender puentes con la ciencia. Ahora seguiré leyéndote, discúlpame…

        • Isidoro García

          Pues porque cuando se habla con gente, que muchos de ellos tienen otro lenguaje, si usas el tuyo, directamente no te entienden. Es eso exactamente lo que me pasa a mí, contigo. Que tu hablas en tu idioma y luego te quejas de que no te entendemos, y no te contestamos.

          • M. Luisa

            Vale, Isidoro, te he leído, pero  sinceramente no sé por donde empezar, afrontas el problema de la cognición humana desde la patología   y darle la vuelta a esto  me llevaría muchas horas.
            Tú puedes tener, como cada cual, una idea personal del alma  pero, así sin más, a la hora de buscar acuerdos, aclaraciones, entendimientos con otras ideas que puedan tenerse sobre la misma   sin un concepto previo que las unifique, nos quedaríamos en el terreno del puro especular.  Precisamente, mediante los conceptos  y en este caso el de psique son los que nos dan el carácter explicativo de las cosas y, por tanto,  no tienen nada que ver con lo individual y personal. Por otro lado, la mente no tiene más contenido que el que intelige cuando se pone en funcionamiento. Digo esto porque al parecer, según te leo, piensas que el contenido mental es cuanto hay de diferencia  entre los humanos y los  animales y no es así. Lo que nos diferencia es que ellos objetivan las cosas estimúlicamente  y los seres humanos realistamente. Es decir, lo que para ellos son presas para nosotros impresiones de realidad y es desde ahí donde los  humanos  nos viene todo el poder creativo, artístico y científico.  El poder cognitivo humano no puede ser considerado en perspectiva patológica, sino  considerado en toda su potencialidad. El exceso de racionalismo en la historia no tiene por qué hacernos ver ahora una razón debilitada necesitada de asistencia… En fin Isidoro,  te leo ahora al insertar el comentario esto último que me dices y francamente cuando escribo nunca  lo hago por esperar respuesta alguna, ya lo has visto hoy,  tan solo  me mueve el puro divertimento de reflexionar, que no es poco.

          • M. Luisa

             
             
            Tranquilo, Isidoro, que no te reclamo nada, mi entrada solo es para dar término a mi reflexión y evitar que se cuele puntualmente, por ahí, alguna falsa interpretación. La necesidad del concepto de la que hablo  no hace referencia   a que necesariamente haya de haber una  equidistancia de este con la idea  (pleroma)   sino como  plenitud de forma algo completamente distinto al platonismo. De ahí que los conceptos en la historia  necesariamente tienen que evolucionar.
            Esta necesidad, en varias ocasiones, he notado en ti que,   parafraseando  a ciertos  autores, la intuyeras, pero aun así, captándola, la dejaras en mera  expresión de ellos. Bien, lo dejo aquí.    

  • Isidoro García

       Quiero volver al concepto moderno de la “salvación”-redención” propuesta por Jesús, como sanación de las almas de los humanos aquí en esta vida, (y luego si hay algún otro estado del ser después de la muerte, que no conocemos, ya se verá o no se verá).                                                                                        Y esa sanación del alma, pasa, por madurar humanamente, cultivando las virtudes humanas, y en la apertura de mente hacia la trascendencia.

    • Isidoro García

      La filosofía china, va un poco por ahí. Lin Yu-Tang hablaba de esa trascendencia como “un sentimiento del misterio y de la belleza del universo, y como una sensación de ternura y de compasión por los semejantes y por las criaturas humildes de la vida”.  

      Y por ello consideraba la “religión, como una limpieza del alma del hombre”. 

      Este mismo espíritu ha invadido hoy a muchos, fuera de las religiones organizadas, que sintiendo una poderosa intuición de trascendencia, no han conseguido vencer las resistencias que nuestra educación moderna nos ha inculcado a aceptar planteamientos no demostrados fehacientemente.

      Esto naturalmente ha sido ayudado por las resistencias de unas cosmovisiones religiosas tradicionales anticuadas y antimodernas.

      Pero un poco de ciencia contradice la fe espiritual y trascendente, pero una ciencia más profundamente entendida, nos abre muchos caminos hacia ella.

      Pero especular y especular, sin acabar de atreverse a dar el paso adelante, nos lleva a discursos floridos y poéticos y “espirituales”, pero vacíos de todo contenido práctico.

      Lo reconocía George Steiner:En última instancia, sin embargo, no llegamos a ninguna parte. Por inspirados que sean, el ‘pensar el ser’, el ‘pensar la muerte’, el ‘pensar a Dios’ acaban en imágenes -incluso podríamos decir en una verborrea- más o menos ingeniosas, de largo alcance o ricas en recursos semánticos”.

      Y algo parecido se puede decir de la psicología transpersonal. Dice el psicólogo Manuel Almendro que la psicología transpersonal aborda las crisis emergentes, los estados de crisis, de desasosiego, de caos personal, de sentirte roto, como una gran fuente de oportunidades al conocimiento verdadero, a otro encaje en el mundo.

      Por eso diagnostica el doctor Almendro que “el caos se avecina” para generar otro paradigma: Igual que hay cambio climático en la biosfera, así lo hay en la psicoesfera.

      Pero si luego no somos capaces de dar el salto de cambiar verdaderamente a una nueva cosmovisión y a un nuevo encaje en el mundo, todo corre el peligro de quedarse en mera palabrería.

      • Antonio Duato

        Isidoro:

        Hace tiempo que no nos conectamos directamente por teléfono, pero observo que nuestro camino personal de búsqueda se aproxima mucho. Antes de leer este comentario tuyo he publicado un artículo mío que expresamente dedico a ti junto a otros buscadores. Y en gran parte coincide con lo que tú expresas. Lo que citas de Manuel Almendro (no lo conozco, voy a buscar algo sobre él) no es muy diferente de lo que yo cito de Grothendieck en el mío.

        Te invito a que, como otras veces, no escribas solo comentarios, sino artículos propios para la columna central. Y, como sabes, agradecería que en ellos dominase lo descubierto o presentido en el intineario de búsqueda personal más que conceptos y doctrinas científicas o religiosas.

        Hay tres formas de conocimiento: carnal (a través de sentidos y sofisticados sensores técnicos), mental (concetualizando, definiendo y estableciendo teorías sobre todo) y espiritual (escuchando el propio yo interior y descrbiendo, no definiendo, lo que desde su profundidad aflora o nos habla). Los tres son necesarios y complementarios.
        Los tres pueden y deben estar presentes en en ATRIO. Pero el último, sobre el que solo cabe presentar testimonios propios, para ser excuchados más que discutidos, es el que yo considero principal para este encuentro de personas que es ATRIO.

  • carmen

    Encuentro obvio que una persona que se considere cristiana, no pueda también considerarse No teísta. Por eso me parece absurdo que el movimiento No teísta quiera englobar al cristianismo. O sea. Imposible. Si eres un cuadrado, no puedes ser a la vez círculo. Elige Tengo la ventaja enorme de saber que soy Jesuánica. Me lo han dicho varias veces. Y cuando me lo dijo el señor Haya, me convenció del todo. Él sabe cómo pienso. Espero que esté bien.

    Qué digo, que a mí me parece genial el Dios en el que crea cada uno . Que no voy por ahí. Que mi único interés en esto es que no vuelvan loco al personal, con  una serie de cosas extrañas en las que tienes que creer, si te quieres considerar cristiana.

    Porque la dimensión religiosa hasta el día de hoy, el ser humano la tiene. Y quién no encuentre sentido en  una religión, buscará otra. En el futuro, no lo sé. Dicen que las religiones desaparecerán. No lo creo. Quizás aparezcan otras nuevas.Y es una pena que lo que Salvador Santos llama el proyecto del Galileo y mi persona El Mensaje de Jesús de Nazaret, caiga junto con una serie de cosas insostenibles. Y Nosotros, que efectivamente, somos todos mayorcitos, no importamos. Importan los jóvenes. Ellos son el futuro. Lo nuestro ya es un asunto personal, pero los jóvenes tienen que construir su proyecto de vida.

    Es mi única intención.  Y  , a ver cómo lo digo para no molestar, no me interesa ser una persona estimulante. Me hace sentir cómo, mira qué graciosa, pero si piensa y todo…no sé si me explico.

    Es que tengo una cansera… porque es justo lo que tienes que escuchar una y otra vez, a lo largo de toooooda tu vida. Si no te mueves en círculos donde te consideren  ‘ una intelectual ‘. No sé ni tan siquiera si alguien lo entiende. Soy una mujer de 70 años. Pero tuve 20, 30, 40… No sé cómo decirlo. Años 70, 80, 90… Recién salidicos del Franquismo. Una mujer podía aplaudir el pensamiento de un varón, por supuesto. Pero pensar por ella misma…ese era otro cantar. Espero que ya no lo siga siendo. No las tengo todas conmigo, no sé…Ese  fue el cantar que escuché.

    Pues mucha suerte a la religión, a la ciencia y a sus puentes. Y, de vez en cuando, miren hacia abajo, lo mismo hay un montonazo de personas ahogándose en el río que pasa por debajo de sus puentes.

    Pues lo dicho. Mucha suerte.   

  • Isidoro García

        La relación entre la ciencia y la fe, es un asunto instrumental, no es la cuestión existencial, que es lo que nos interesa mayoritariamente a los humanos.

    • Isidoro García

      Una vez que en la cosmovisión moderna ha desaparecido la paranoia de la “vida futura”, y estamos centrados en los malestares de la vida cotidiana, lo único que merece pensar es la cuestión del desarrollo de nuestra naturaleza humana madura, como única forma de lograr que la gente viva “mejor” y mas felices de verdad.

      Por ello la naturaleza de la relación entre ciencia y fe, no deja de ser secundaria.

       

      La ciencia, que no deja ser más que un uso organizado y metódico de la mente humana, debe ser la cuerda de seguridad de la cordada de la Humanidad, en su proceloso camino por la vida.

      En cuanto a la fe en unas directrices de vida predicadas por Jesús, (en nuestro caso geográfico), hace 2.000 años, hay que utilizarlas como una medicina correctora de errores existenciales cotidianos.

      Cuando uno tiene una infección, hay que tomar antibióticos, cada 8 horas, durante un periodo de tiempo, pero no se cura la infección, si hacemos una dieta exclusiva de antibióticos.

      Pues en la “infección”-problemática de la especie humana, hay que combinar una dieta adecuada, (la Ciencia y el conocimiento en general), con la toma periódica de los correspondientes antibióticos, (directrices sabias de Jesús, en el creyente, y/o de otros sabios, en los seculares no religiosos).

      A los fabricantes de antibióticos, les gustaría que no comiéramos más que antibióticos. Pero la experiencia nos dice, que cuando se abusa de un medicamento, en sí bueno, se producen efectos secundarios perniciosos, y acaba perdiendo efectividad terapéutica, y nos dificulta el objetivo primordial, la maduración humana correcta: si no tomamos más que antibióticos, dejaremos un buen cadáver, eso sí, sin una sola bacteria en su interior.

      • Antonio Llaguno

        Algunos seguimos paranoicos con esa tontería de la vida futura.

        Soy consciente de que tú no y lo respeto pero algunos seguimos creyendo firmemente en una trascendencia de nuestra consciencia en el seno de un Dios amor una vez dejems este mundo.

        Y además es una paranoia muy poco histérica. Lo llevamos bastante bien.

        En este sentido la apuesta (O propuesta) de Blaise Pascal me parcee muy racional.

        Eso hace que algunos insensatos, sigamos tratando de compatibilizar ciencia y religión.

        No con poco éxito, diría yo. pero eso es opinable.

        Un abrazo

      • Antonio Llaguno

        Es la primera vez que leo a alguien a quien respeto y que llama a Jesús “antibiótico”

        Etimológicamente hablando es curiosa la metáfora…

        • Isidoro García

          Amigo Antonio, yo respeto mucho tus creencias, entre otras cosas, porque yo a lo mejor, tambien tengo algunas parecidas, y hasta quizás más “locas”… a veces.

          Pero si aquí de lo que se trata, es de acercar el mensaje de Jesús, a la generalidad de la gente secular y postsecular, hay que ponernos en su lugar, y contar con su cosmovisión.

          Si tu quieres hablar a un chino el evangelio, lo harás en chino. Mateo Ricci, aprendió chino, mientras que los españoles en América, les leían las proclamas a los indios en castellano, y las daban por transmitidas sin más.

          Y hoy día no le vengas a un humano moderno secular, con la vida futura o el infierno, porque se ríen de nosotros.

          (Entre parentesis, tú no se porqué pien sas que yo soy un ateazo de tomo y lomo, pero llevo setenta años, ligado al mundo de la religión, lo que pasa es que cada vez veo ese mundo mucho mas complejo y sofisticado. Si a tí te vale con el catecismo, me parece muy bien, pero a mí no me vale).

          (Por cierto lo de Jesús antibiótico, no se por qué te extraña la metáfora, que es muy respetuosa. Jesús vino a curar a los enfermos, sobre todo a los de alma, y no vino para los sanos).

          • Isidoro García

            A propósito del tema, aprovecho para largar un escrito de este “ateazo”:

            Se calcula que en la actualidad existen unas diez mil religiones distintas en nuestro planeta. De la religión nos dice José E. Rodríguez-Ibañez: 

            “Sollozo de la criatura oprimida, según Marx; ilusión pueril en busca de madurez, según Freud; expresión eminente de lo social, según Durkheim; ordenación ética y económica, según Max Weber, la religión ocupa merecidamente un puesto de honor en las investigaciones de los grandes clásicos de la teoría de la sociedad”.

            Pero no solo los grandes investigadores estudian el fenómeno religioso. Muchas personas tocadas por el interés religioso, se lo plantean en su vida y en sus circunstancias personales.

            Aparentemente corren malos tiempos para la conciliación de las actitudes moderna y religiosa, que hoy parecen totalmente contradictorias.

            Kierkegaard, en el siglo XIX, dijo que “el día que el cristianismo y el mundo se hagan amigos, el cristianismo desaparecerá”. Y un poco más tarde Nietzsche anunció que “Dios ha muerto”.

            Incluso el teólogo Bonhoeffer, a mediados del S. XX escribía desesperanzado desde su cárcel nazi que “estamos avanzando hacia una época en la que ya no habrá religión”. 

            Pero Bonhoeffer, hace setenta años, no pudo ver que la “secularización” podía ir mucho más allá de su primer estadio, el cientificismo agnóstico.

            Porque si la religión tradicional se adapta mal con la modernidad, parecería que todavía estaría más alejada aún de la postmodernidad, con su auge de lo “transpersonal”.

            Sin embargo, al contrario que la modernidad, que empuja a unos callejones sin salida, a la religión que quiere adaptarse a ella, la postmodernidad, por contra, les abre unas posibilidades fecundas y creativas de adaptación.

            Y así Bonhoeffer no pudo ver que su tiempo estaba a las puertas de que se produjera una explosión del campo científico y cósmico de tal calibre, que en esa nueva cultura, figuras como la de Jesús podrían jugar por fin, el papel cósmico que anunció, sin que nadie le llegara a entender bien en su época.

            –    La crisis en la búsqueda del sentido de la vida del hombre se agudiza en estos días, y cada día más. Y todos estos grandes pensadores muy posiblemente acertaban, equivocándose.

            Porque es la religión antigua la que está en vía de morir, aunque siempre quedarán reductos antiintelectuales que seguirán defendiendo la aldea gala, a la desesperada.

            Vivimos momentos de transición. Escribía en una carta Flaubert, esta frase admirable: “Hubo de Cicerón a Marco Aurelio, un momento único en la historia donde el hombre ha estado solo: los dioses no están ya, y Cristo no está aún”. 

            Pues en la actualidad esa misma sensación de vacío y añoranza les sucede a muchos. Lo que encuentran en el mundo religioso a muchos ya no les sirve, pero aún no ha llegado aquello que se intuye está por llegar.

            Porque el hombre culto actual se encuentra ante las religiones establecidas con muchas fuentes de contradicción. Y superar esas contradicciones solo se consigue subiendo la perspectiva de visión, hasta el punto en que éstas sean reabsorbidas.

            Ya decía Novalis, que la misión suprema del pensamiento y de la lógica acaso sea el sobrepasar ese principio de contradicción. 

            Durante la Era Cristiana hasta el siglo XVII, la ciencia era la hermana menor de la teología a la que estaba subordinada.

            Y fue hace cuatrocientos años, con el inicio del siglo XVII, cuando apareció súbitamente en Europa, una novedosa forma de conocimiento y de hacer las cosas dotada de una gran efectividad: la nueva forma de crear la ciencia.

            Personajes como Galileo en Italia, Copérnico y Kepler, y sobre todo de Francis Bacon como teórico de la ciencia, inician una nueva era, que al ir desarrollándose, provoca una separación de los dos mundos, el científico y el espiritual.

            Esta separación metodológica, tiene sentido en la práctica concreta, pero no en la visión filosófica general, pues no en balde se trata de dos visiones desde distintas perspectivas, pero de una misma realidad.

            Ha habido pensadores y científicos que han intentado esta visión conjunta global. Por ejemplo en el siglo XIX, un gran investigador, lógico y matemático como Georges Boole, era un hombre con una visión plenamente espiritual.

            Al igual que Descartes creía que el pensamiento humano era el enlace de la humanidad con lo divino, y que en consecuencia, la descripción matemática de los procesos mentales humanos, era al mismo tiempo una revelación de la mente de Dios.

            Pero las organizaciones religiosas se han resistido a cualquier adaptación, lo que ocasionó grandes contradicciones de muchos postulados religiosos con las nuevas ideas de la  modernidad, especialmente con la nueva concepción del hombre.

            Ya no se trata de que el sol gire alrededor de la tierra, o que sea al revés. Es que los postulados de  la moderna psicología casan muy mal con conceptos como pecado, redención y castigo eterno, que eran los conceptos culturales que regían en la época de la experiencia fundacional del cristianismo.

            Como decía Jung, toda religión nace de una experiencia “mágica” inicial, y de la interpretación que el hombre hace de esa experiencia. Y esa interpretación se hace en el marco de una determinada cultura.

            Cuando cambian los parámetros de esa cultura, naturalmente, esa interpretación original queda obsoleta. Es el fenómeno que definen muchos como “petrificación”.

            Esto coloca al hombre moderno religioso en una posición muy esquizoide, con constantes cambios de “uniforme”: ahora soy moderno y creo que la conducta del hombre se debe en un alto porcentaje a herencias genéticas y sociales difícilmente controlables, y ahora soy religioso y creo que como el hombre es totalmente libre, es responsable y por ello Dios castigará cruelmente al hombre que no siga sus mandatos.

            Ahora soy moderno y no me creo que haya platillos volantes, hasta que no toquemos uno con los dedos en un laboratorio, y ahora soy religioso, y creo que por el mundo pululan grandes cantidades de ángeles y demonios que nos tientan hacia el mal, y que rodean a un Dios infinito que oye y contesta personalmente a cada uno de los 8.000 millones de seres que somos en la actualidad.

            Tanto cambio de esquema contínuo, es insoportable para el equilibrio de la mente humana, y genera una constante ansiedad, si no se ha sometido uno a una operación voluntaria de lavado de cerebro y a la desconexión del interruptor de nuestro sentido crítico y nuestro sentido de la coherencia interna.

            Unos sienten esa ansiedad explícitamente. Otros sienten sus efectos, aunque no son conscientes de las causas que los producen, como aquellos que hablan en prosa sin saberlo.

            Freud señalaba que la ansiedad era una fuerte inquietud por el porvenir, inquietud que muchos solucionan renunciando a la modernidad y agarrándose desesperadamente a la herencia del pasado y así siguen declarándose católicos o de su religión familiar porque nunca en su vida juntarían el valor para apostatar y hacerse de otra.

            Otra fuente de contradicciones es la del universalismo-localismo. Hoy día el hombre es universal. Se traslada de un punto a otro del globo en horas, y la televisión nos acerca tanto Japón como el pueblo de al lado. Por ello las religiones establecidas especialmente las del libro, nos chirrían a localismo.

            En estos tiempos modernos existe un anhelo de una religión transhistórica y universalista, una religión cósmica que nos relacione con el exterior, como pertenecientes al bloque de la humanidad.

            De ahí viene el anhelo subyacente en la actualidad, y que se originó ya en el Renacimiento de encontrar una revelación “primordial”, que incluya no solo a Moisés y Platón, sino también las religiones “míticas” de Mesopotamia, Egipto y Persia.

            Y como señalaba Mircea Eliade, aún cuando a veces esos anhelos “estén expresados de una manera ingenua, e incluso a veces jocosa, existe la convicción tácita de que hay un camino para superar el caos y la insensatez de la vida moderna, y que tal camino entraña una “iniciación” en secretos antiguos y venerables, y por consiguiente la revelación de éstos. Todo esto explica la atracción moderna hacia el ocultismo”.

            Parece en principio una contradicción que el hombre a fuer de moderno vuelva su mirada a elementos de las religiones mitológicas, y lo es si lo hace sin el espíritu crítico que le debería ser  consustancial.

             

             

          • Antonio Llaguno

            Solo unas cosillas, Isidoro.

            En primer lugar, Isidoro, líbreme Dios de pensar que eres un ateazo (En último caso pensaría que eres ateo pero no ateazo, es decir no un ateo sin sentido), soy consciente de que eres un creyente bastante heterodoxo pero yo tampoco soy muy normal.

            Es muy interesante tu reflexión sobre el “idioma” en que hay que hablar a un receptor de nuestra experiencia religiosa. La evangelización de América por parte de los españoles es algo muy controvertido. No es igual la forma de “evangelizar” de los conauistadores que de los religiosos que les acompañaron.

            El ejemplo mas claro es Francisco de Xavier que evangelizó tanto el sur de América del Norte como Japón.

            Desconozco como hizo para evangelizar América pero si es conocido y notorio que lo primero que hizo (Se encontro con una sociedad moderna, establecida y muy civilizada. No se qué hizo en América donde se encontro con tribus dispersas mucho menos “civilizadas”) al llegar a Japón, fue aprender japonés y que murió hablándolo con la mayor fluidez con que un occidental puede hablar esa lengua del demonio.

            Cuando yo estuve de voluntario misionero en África, que fue en el año 92, estaba muy de moda en el mundo la “Teología de la Liberación” y yo, que entonces era un muchacho comprometido y de izquierdas (Y es que hay que hacer caso a Mafalda: “Hay que apresurarse a cambiar el mundo porque al final, si no, es el mundo quien te cambia a ti 😉 ) le preguntaba a los sacerdotes nativos cómo era que en un continente más necesitado aún que América, la Teología de la Liberación no tenía tanta presencia y me solían contestar que en África, antes que explicar la liberación que produce el mensaje de Jesús, era preciso “inculturar” ese mensaje y de hecho me dejaron algunos libros (En farncés, que entonces mi inglés era bastante más flojito) de teólogos africanos que optaban por una “Teología de la Inculturación” y van incluso más allá de lo que tú propones en tu comentario.

            Una de las cosas que los africanos no entendían era la obsesión de los occidentales por el sexo y la moral sexual y la integración de la mujer y es debido q eu sus culturas ancestrales ven el sexo ocmo algo muy normal y no dañino (Se libraron de Platón y de Agustín de Hipona, por suerte para ellos) y además, muchas de ellas son matriarcales y la verdadera autoridad de la tribu o del clan es la femenina, porque Dios le dio el privilegio de procrear.

            En esa línea y en aquella época la Iglesia Católica, estaba haciendo un experimento permitiendo a algun que otro misionero casarse y tener hijos a pesar de su condición de sacerdote para poder ser persona de respeto en el lugar de misión.

            Yo mismo tengo una anécdota.

            En el patio del colegio donde hice el voluntariado (Iba como ingeniero a reconstruir ese colegio) asistí al típico abuson de colegio (Mayor que la amyoeía de los niños) que le quitaba la comida a uno de sus compañeros. Decidí intervenir y le llamé la atención y le obigué a devolverle la comida y adeás me preocupé de qe en los días posteriores no tomara represalias.

            Un par de días después, vino el abusón a verme y me enseño una foto de un bebé muy mono al mismo tiempo que me decía unas cuantas cosas en sesotho (Lengua de los Basothos, habitantes de Leshoto) que yo no entendí.

            Pregunté a una de las maestras que me estaba gritando ese muchacho y me explicó que él pensaba que yo era religioso y por lo tanto célibe y me estab mostrando la foto de su hijo y diciéndome que le había huillado delante de los chicos del colegio pero que ´çel era un verdadero hombre porque ya tenía un hijo y yo nunca sería un hombre de verdad porque, por el celibato, no podía tener hijos.

            Entenderás que en ese lugar, la opción del celibato por parte d elos sacerdotes era una de las cosas más difíciles de justificar, si querian ser tomados por hombres de respeto.

            Quiero decir que sí. Que estoy de acuerdo en que la inculturación en la transmisión del mensaje (Del Logos que diría Salvador. Gracias Salvador) de Cristo es fundamental y hablar hoy en día del infierno o de ciertos dogmas superados por la ciencia (El de la virginidad de María es especialmnente sangrante) a un ciudadano moderno es una tarea imposible. Lo va a aceptar menons que mis amigos Basothos el celibato masculino.

            De hecho creo que es uno de los problemas fundamentales de la Iglesia (De cualquier Iglesia) hoy.

            Fíjate como es en lugares donde la incultura y la escasa alfabetización reinan donde más está creciendo el numero de cristianos y además, como es entre ese tipo de personas donde las confesiones protestantes que proponen una religión mucho más simple, llena de elementos “mágicos” y que abomina de la ciencia.

            En lo que discrepo de lo que generalmente tu expones en tus comentarios es en que la evolución que se viene es la del “hombre-máquina”. Creo que de llegar ese momento tardará mucho en llegar.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Algunos de vuestros interesantes comentarios me han hecho recordar este trabajo que publicamos JJ Ferrari y yo hace algunos años: https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/?p=6173SEIS puertas que se abren para entender la gran casa de ciencia y religión. Recomendable… a la espera de poder ver publicada la aportación siguiente.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Este artículo recién publicado en PROYECCIÓN puede ayudar a resetear cosas en nuestra mente:https://revistas.uloyola.es/ptma/article/view/5313

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Creo que puede clarificar nuestro debate la lectura de este articulo de Tendencias21 de hace unos años. Muestra que los que se llaman “cuatro jinetes del ateismo” tienen también sus dudas. Lo cual hace que su ateismo pueda no ser tan dogmático e intransigente como parece: https://tendencias21.levante-emv.com/los-cuatro-jinetes-del-ateismo-muestran-sus-dudas-y-razones_a6288.html 

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Como habéis visto, soy partidario del racionalismo crítico. Y por eso traigo este texto de Karl Popper: Así que lo que llamé racionalismo crítico es una actitud que describí sólo de una manera rotonda, a saber, me dijo que es la actitud ‘puede estar equivocado, y usted puede estar en lo cierto, pero vamos a sentarnos juntos y discutir asuntos críticamente, y al final puede que no estemos de acuerdo pero ambos habremos aprendido algo’. Esa actitud la llamé racionalismo crítico.La actitud de debate racional, tal vez con la esperanza de que conduzca a un acuerdo pero con la clara comprensión de que puede no conducir a un acuerdo. (… )Es la ruptura con mi intento de convencer a mi vecino y la ruptura de la idea: al final llegaremos a un acuerdo. Deja abierto que no lleguemos a un acuerdo. (… )No es una tesis, no es una teoría, no es un dogma Es la actitud que si nos dedicamos a los problemas críticamente podemos aprender. Eso es lo que yo llamo racionalismo crítico. Es muy importante que no sea una teoría. ”Karl Popper, de su improvisada respuesta a una pregunta sobre W.W. Bartley III al final de una conferencia del Prof. Keiichiro Kamino, durante su visita a Kyoto en 1992. (Se puede encontrar en ‘La naturaleza ética de la teoría del conocimiento de Karl Popper’ de Mariano Artigas).No se trata de caer en el relativismo, sino de VALORAR la gramática y el lenguaje de otras personas, tener capacidad de que accedemos a las mismas cuestiones DESDE posturas a veces divergentes y que cada cual colabora a acercarnos más a teorías con más poder explicativo..

  • Juan A. Vinagre

    Solo unas consideraciones sobre este tema tan complejo, y -a mi juicio- también tan relativamente “sencillo” (?), según la vía que se siga para llegar -o intuir- lo Trascendente.  Tema, que inevitablemente -de una forma u otra- se repite y lo hemos reflexionado en ATRIO ya varias veces. Y es que éste es el tema no solo de hoy, sino de todos los tiempos, es el gran tema de la Historia humana.  El hombre, la razón humana que busca y pregunta, la filosofía, la teología  y el conocimiento de Dios (no es lo mismo Dios que conocimiento de Dios), las  ciencias son temas que buscan -cada uno desde su perspectiva- explicar y/o dar sentido a la vida, y darle sentido profundo  a la vida  de alguna manera obliga a trascender… ¡Esta es la gran gesta del hombre!  Por eso puede hablarse de que la Naturaleza, objeto de la ciencia, y la misma ciencia, también es-son “revelación”. Dan pistas, indicios, sugieren… ¿Son de alguna forma también palabra de Dios?   De ahí que Dios y Ciencia no se contrapongan; al contrario, se demanden, se complementen. Cuando algunos científicos declaran incompatibles fe y ciencia, a mi juicio, es que no entienden bien lo que es Dios ni acaso los límites de la razón humana encarnada… En esta situación es muy fácil “pontificar” ligeramente, también desde la ciencia… En algunos temas los conceptos previos y las emociones previas, “racionalizados”, acortan horizontes y pueden impedir ver más lejos…-Más en concreto, cuando Monod declara incompatible ciencia y Dios, o cuando Dawkins afirma que un científico creyente no es científico sobrepasan los límites: O son poco conscientes de los límites de la razón humana o no entienden bien lo que significa ser Trascendente. (Y Dios por definición es trascendente o no es Dios.) Esto es capaz de entenderlo la razón, si no está condicionada por conceptos previos.-Por tanto, fe no es la conclusión de un brillante silogismo (el “ratione creditur” hay que precisarlo bien)  o de una demostración científica, como parece que piensan Collins o A. Flew… La ciencia puede sugerir y hacer intuir un más allá…, pero -hoy por hoy, al menos- no puede demostrarlo, aunque sí hacer razonable esa hipótesis.  Newton, Maxwell, Planck, Schröedinger, Penzias etc. creían, pero no por ser científicos, aunque la ciencia puede ayudar a reforzar la fe. (Aquí en ATRIO ha participado recientemente un profesor universitario de física teórica, que se declara creyente.)-Así, pues, a Dios más que demostrarlo científicamente se le intuye, y sobre todo se vivencia…  Ésta es la más profunda demostración que, como diría Juan de la Cruz, es “más clara que la luz del mediodía”. A nivel de razón, vemos en penumbra, como mucho. La razón humana no da más de sí.  Ante lo Divino -que trasciende por necesidad, aunque por ser trascendente también sea inmanente (esto lo puede entender la razón), ante lo Divino -digo- la razón balbucea…  Por eso Jesús de Nazaret habló como habló, sin teorizar…, relativizando a veces incluso conceptos bíblicos o de la tradición. Jesús se limitó a conceptos fundamentales y muy prácticos. Jesús innovó, no se “fijó” en la tradición. Y al innovar relativizó ideas e incluso creencias… Vamos creciendo también en ideas, en certezas e incluso en creencias… -Por eso la necesidad de ENCUENTROS abiertos, sinceros, sin juicios previos  ni suficiencias que distancien, convencidos de que nuestros saber humano sobre lo que trasciende es inevitablemente provisional y mejorable.-En suma, la mejor vía de encuentro es la apertura mental sincera y la búsqueda que escucha humilde y receptiva (cosa nada, nada fácil)  En un Encuentro así podemos ver mejor y, acaso reconocernos como hermanos. Nuestros enfrentamientos ideológicos nos han llevado a enfrentamientos personales… Reconocer este grave error sería el principio de un encuentro creativo y humano. 

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Gracias, Juan A. por hacer una lectura reflexiva sobre el texto. He enviado un par de colaboraciones sobre esto que – esperemos – poco a poco que aparezcan en ATRIO. En un mundo de BANALIDAD es estimulante encontrar personas que fomentan el pensamiento critico.

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Gracias, Juan. Has hecho un gran esfuerzo de clarificación y cada cual valora tu intento para expresar lo inexpresable.. Juntos nos vamos acercando..

  • carmen

    Mis críos eran más pacientes.Sabían que era cuestión de esperar. Al ratito empezaban a encajar las cosas. Eran muy bonicos.Una vez me dijeron que era como un águila. Daba vueltas y vueltas por arriba, hasta que, zas. En picado.Y es que, cada cabeza es cada cabeza. 

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Es estimulante poder relacionarse con personas inquietas como Carmen.. Poco a poco a cada uno de nosotros nos van encajando las piezas en el cerebro.. Aunque nunca encajen del todo!!! Lo importante es ser autocritico pero nos ansiedad..

  • carmen

    Ay, qué riiiiiiiisa, Antonio, dices: no siempre entiendo lo que dices…Me parto. Tampoco entiendo la mayoría de las cosas que leo. Supongo que es porque soy muy confusa escribiendo. Y hablando no veas. Vamos a ver, has empezado diciendo que…y ya vamos por…. Qué tiene que ver una cosa con la otra? Por favor, concéntrate. Eso es algo que me dicen mucho mis hijos..Qué riiiiiiiisa.

  • carmen

    Pues sí.Cada uno tiene su opinión, por supuesto. Pero los hilos los mueven quienes los mueven.  Y no por moverlos quiere decir que acierten. Tienen que convencer. Y si hay una crisis de valores en la Sociedad, a lo mejor es que no se convence. Tienes toda la razón, pero quién hace llegar a la gente normal, a la de abajo, a las que en realidad forman la iglesia, lo que piensa José María Castillo? Y otros y alguna otra…Porque si se queda entre entendidos y en iniciados por un motivo u otro, de nada le vale a las personas de abajo. Porque no lo conocen esas ideas . Solamente saben que no hay quien se crea lo que cuentan. Entre otras cosas por cómo actúan. Se quedan en lo de siempre.Es que no se encuentra interlocutores que tiendan puentes entre las personas  de abajo de la pirámide y los entendidos.Es inútil. Son compartimentos estancos. Y yo, me quedo con las personas. Porque es lo que soy. People.Ya ni sé cómo decirlo. 

  • Javiierpelaez

    He empezado a leer este artículo y podía pasar de largo,pero creo q todos estos planteamientos nos alejan bastante de la esencia del cristianismo. No paso ni de las líneas primeras y aparece un tío q escribe un libro sobre Dios q trabaja en Roland Berger(aquí se me desata un prejuicio sobre la consultora y lo q les gustan a los jesuitas los CEOs,en fin). Creo q en el cristianismo la aproximación a Dios se produce a partir de Jesús (esto es lo q en el fondo decía J.M. Castillo). Tb ya le oí hace mucho a Jon Sobrino ,en el San Juan Evangelista,q nuestro método es inductivo  o más concretamente de la praxis a las teorías generales. No sigo leyendo xq con el posteismo me estáis poniendo la cabeza como un bombo.A mí sinceramente me interesa más Jesús q todas estas especulaciones,me interesa más cómo ser cristiano en el primer mundo q estas especulaciones q con toda franqueza me producen un cierto repelús.No volverá a  entrar xq suele ser maleducado una sola vez .

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Como sabéis, soy poco del llamado “posteismo” o “No teismo”. En atrio publique cosas sobre una tercera posibilidad: panenteismo     https://www.atrio.org/2022/05/panenteismo-de-nuevo-para-una-fe-razonable/

      https://amerindiaenlared.org/contenido/20133/el-panenteismo-recuperacion-de-un-paradigma-sobre-como-dios-interactua-con-el-mundo/

      El panenteísmo, recuperación de un paradigma sobre cómo Dios interactúa con el mundo

      • M. Luisa

         Sí, don Leandro, sé que usted es poco afín al posteísmo y que se decanta más bien por el panenteísmo, pero yo me pregunto si éste  es entendible también en términos de cómo dios -interactúa -con –el- mundo?. Por qué si es así, según mi modo de afrontar  el problema,    el paradigma que se recupera no es otro que el medieval, es decir, la vuelta a Tomás de Aquino. Y “la era está pariendo un corazón nuevo”. Entonces, si de recuperación se trata,  habrá  que ejercerla  repensando  los conceptos griegos   desde los cuales arrancó  la teología.  Porque si bien los que  pudieron ser  útiles entonces en el horizonte griego, paradigmático de la movilidad, (las cosas se mueven desde sí)  no lo pudieron ser para el de la nihilidad (creación- las cosas las mueve Dios) con lo cual  ésta desatención conceptual es la que ahora está empujando  para deshacer el entuerto.  Y en consecuencia, por mi parte, si se me permite, creo que más bien el panenteísmo no hace referencia a ninguna   intervención de Dios en el mundo, sino que  son las cosas  que en él hay, que por ser reales – hay inteligencia en el mundo- interactúan desde aquello real (trascenden-tal, no trascend-ente)   que las atraviesa a todas…    Aquí puede verse lo que para Aristóteles era lo que llamaba “la ciencia que se busca” lo que siempre es y no cambia…en fin esto es lo poco que quería decir al respecto. Un saludo cordial

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Agradezco a todos su opinión.. En ATRIO yo creo que se desea el diálogo y la expresión de opiniones. Pero somos mayorcitos y veo que son opiniones RACIONALMENTE fundadas.. La VERDAD es escurridiza y se escapa de las manos..

  • carmen

    Con todo mi respeto hacia su persona, porque sé quién es usted. Nunca he entendido como una persona con una licenciatura en Filosofía y ciencias de  educación, con una diplomatura en profesorado de EGB, que me permite acceder a a tercero de cualquier carrera de ciencias y letras, con una experiencia de cuarenta años de experiencia en un colegio religioso como tutora y profesora, primero de la segunda etapa de EG. B y después en secundaria, como que mi nivel académico no es suficiente.Lo es. Y además me avalan muchos, muchos años de experiencia.Y no voy a citar un solo libro de los que he podido leer. No tengo ninguna necesidad.No sé exactamente lo que pretenden, pero si lo que tienen en la cabeza es que a los niños que entran en la adolescencia y se convertirán en pocos años en adultos, les va a tranquilizar, les deseo toda la suerte del mundo mundial.Porque si algo tengo claro, es que mi generación ya no importa. El futuro está en Ellos.Clarísimo.Buena tarde.

    • Antonio Llaguno

      ¿Cómo que no importa tu generación, Carmen?

      ¿De quién crees que van a aprender es@s jovenes que ves tan importantes?

      ¿De dónde y de quienes aprendiste tú o aprendí yo?

      Si l@s jóvenes prescinden de nosotr@s los viej@s cometerán nuestros mismos errores.

      Por eso no solo tu opinión sino tu criterio no sobran. Son necesarios.

      Yo no siempre entiendo y/o comparto lo que dices, pero siemnpre lo leo. Y siempre aprendo.

  • carmen

    Lo sé. Señor Sequeiros.Le aseguro que lo sé.El día que se decidan a mezclar, quizás, solamente quizás, la iglesia sería otra.Todas las personas del mundo académico relacionado con la iglesia. Todo el mundo que sabe de estas cosas de iglesia y tiene a bien hablar conmigo, me ha escuchado decir: no os entiendo. Por qué no decís lo que pensáis?Y aquí, en este blog, hay gente que, personalmente me ha oído decirlo. Opiniones.

  • oscar varela

    Hola Sequeiros

    • oscar varela

      Hola Sequeiros
      Leo ‘atentamente’ en
      https://tendencias21.levante-emv.com/el-encuentro-entre-racionalidades-a-traves-del-dialogo-es-posible_a18311.html

      Aspectos epistemológicos
      Como afirmaba Aristóteles, “todos los hombres desean por naturaleza conocer
      – Así que existe tal cosa como el ‘deseo de conocer’.

      Pues bien, el ‘deseo de conocer cultivado’ posee, básicamente, tres notas:
      1- con pretensiones de objetividad – CONTRA subjetivismo egocéntrico,
      2- investigación independiente – CONTRA deformación interesada,
      3- indagación ilimitada – CONTRA reduccionismo arbitrario.

      Autotrascendencia y conocimiento humano
      Este deseo de conocer
      1- ‘separado,
      2- desinteresado e
      3- irrestricto
      es el motor de laAUTO-TRASCENDENCIA’ … del conocimiento humano

      CONOCER RACIONALMENTE significa
      – trascenderse a uno mismo.
      – Ese AUTO-TRASCENDERSE involucra la puesta en acción de
      – de actividades racionales complementarias,
      – etc. Etc.
      ……………………………….

      Sequeiros: Veo buena secuencia
      PERO todo pendiente de una PREMISA ERRÓNEA; ésta:
      todos los hombres desean por naturaleza conocer
      (Aristóteles)

      ¿Puden (v/equipo) prestarle atención?
      Adjunto Texto de José Ortega y Gasset “¿Qué es filosofía? [APÉNDICE] [El origen del conocimiento] OCT7, 312-314

      Gracias!
      ………………………………

      • oscar varela

        1- “Si preguntamos de dónde viene ese apetito de Universo, Aristóteles nos deja en la estacada.
        – Para él la cuestión es muy simple, y comienza su «Metafísica» diciendo:
        «Los hombres sienten por naturaleza el afán de conocer.»
         
        CONOCER es no contentarse con las cosas según ellas se nos presentan,
        – sino buscar tras ellas su «ser».
        – ¡Extraña con­dición la de este «ser» de las cosas!
        – No se hace patente en ellas sino, al contrario,
        – pulsa oculto siempre debajo de ellas, «más allá» de ellas.
         
        2- A Aristóteles le parece «natural» que nos preguntemos por el «más allá»,
        – cuando lo natural sería que,
        – consistiendo primaria­mente nuestra vida en hallarnos rodeados de cosas,
        – nos contentá­semos con éstas.
        – De su «ser» no tenemos, por lo pronto, la menor noticia.
        – Nos son dadas puramente las cosas, no su ser.
        – Ni siquiera hay en ellas indicio positivo de que tengan un ser a su espalda.
        – Evi­dentemente, el «más allá» de las cosas no está en manera ninguna dentro de ellas.
         
        3- Se dice que el hombre siente nativamente curiosidad.
        – Y esto es lo que piensa Aristóteles cuando a la pregunta
        – «¿Por qué el hom­bre se esfuerza en conocer?» responde:
         – «Porque le es natural.»
        – «Señal —prosigue— de que le es natural este afán su prurito por percibir»,
        sobre todo «por mirar».
         
        4- Aquí Aristóteles se acuerda de Platón, que situaba a los hombres de cien­cia y a los filósofos
        – en la especie de los philotheamones, de los «amigos de mirar»,
        – de los que van a espectáculos.
        – Pero mirar es lo contrario que conocer:
        mirar es recorrer con los ojos lo que está ahí, y
        cono­cer es buscar lo que no está ahí: el ser de las cosas.
        – Es precisamen­te un no contentarse con lo que se puede ver, antes bien,
        – un negar lo que se ve como insuficiente y
        – un postular lo invisible, el «más allá» esencial.
         
        5- Aristóteles, con esta indicación y con otras muchas que abundan en sus libros,
        – nos revela cuál es su idea del origen del conocimien­to;
        – consistiría éste, simplemente, en el uso o ejercicio de una facultad que el hombre tiene,
        – como mirar sería no más que usar de la visión.
        – Tenemos sentidos, tenemos memoria que conser­va los datos de aquéllos,
        – tenemos experiencia en que esta memoria se selecciona y decanta.
        – Todos ellos son mecanismos natos del or­ganismo humano, que el hombre, quiera o no, ejercita.
        – Pero nada de eso es conocimiento.
         
        6- Ni aunque añadamos las otras «faculta­des» más estrictamente llamadas intelectuales,
        – como abstraer, com­parar, colegir, etc….
        – La inteligencia, o conjunto de todos esos po­deres, es también un mecanismo
        – con que el hombre se encuentra dotado y que sirve, más o menos, para conocer.
        – Pero el conocer mismo no es una facultad, dote o mecanismo; es, por lo contrario,
        – una tarea que el hombre se impone.
        – Y una tarea que acaso es imposible.
        ¡Hasta tal punto no es un instinto el co­nocimiento!
         
        7- Al conocer usamos de nuestras facultades, pero no por un sim­ple afán de ejercitarlas,
        – sino para subvenir a una necesidad o me­nester que sentimos,
        – la cual necesidad no tiene por sí misma nada que ver con ellas
        – y para la que tal vez estas facultades intelectuales nuestras no son adecuadas
        – o, por lo menos, suficientes.
         
        8- Conste, pues, que conocer no es, sin más, ejercitar las facultades intelec­tuales,
        – pues no está dicho que el hombre logre conocer;
        – lo único que es un hecho es que se esfuerza penosamente en conocer,
        – que se pregunta por el trasmundo del ser y se extenúa en llegar a él.
        …………………….
        9- Siempre se ha desvirtuado la verdadera cuestión sobre el ori­gen del conocimiento
        – suplantándola con la investigación de sus mecanismos.
        – No basta tener un aparato para usarlo.
        – Nuestras casas están llenas de aparatos fuera de uso que no manejamos
        – porque no nos interesa ya lo que ellos proporcionan.
        (Juan es un hombre con enorme talento para la matemática, pero como sólo le intere­sa la literatura, no se ocupa de hacer matemática.)
         
        10- Además no es seguro que las dotes in­telectuales del hombre le permitan conocer.
        – Si por «naturaleza» del hombre entendemos, como Aristóteles,
        – el conjunto de sus apa­ratos corpóreos y mentales y su funcionamiento,
        – habremos de re­conocer que el conocimiento no le es «natural».
        – Al contrario, cuan­do usa de todos esos mecanismos se encuentra con que no logra plenamente
        – eso que él se propone bajo el vocablo «conocer».
        – Su propósito, su afán cognoscitivo trasciende sus dotes, sus medios para lograrlo.
        – Echa mano de cuantos utensilios posee,
        – sin conse­guir nunca plena satisfacción con ninguno de ellos ni con su con­junto.
        – La realidad es, pues, que el hombre siente un extraño afán por conocer
        – y que le fallan sus dotes, lo que Aristóteles llama su «naturaleza».
        ……………………..
        11- Esto obliga, sin remisión ni escape, a reconocer que la ver­dadera naturaleza del hombre
        – es más amplia y que consiste en te­ner dotes, pero también en tener fallas.
        – El hombre se compone de lo que tiene «y de lo que le falta».
        – Si usa de sus dotes intelec­tuales en largo y desesperado esfuerzo
        – no es simplemente porque las tiene, sino, al revés,
        – porque se encuentra menesteroso de algo que le falta
        – y a fin de conseguirlo moviliza, claro está, los medios que posee.
         
        12- El error radicalísimo de todas las teorías del conocimien­to ha sido
        – no advertir la inicial incongruencia que existe entre
        – la necesidad que el hombre tiene de conocer y
        – las «facultades» con que cuenta para ello.
         
        13- Sólo Platón entrevió que la raíz del conocer, diríamos, su sustancia misma,
        – está precisamente en la insuficiencia de las dotes humanas,
        – que está en el hecho terrible de que el hombre «no sabe».
         
        Ni el Dios ni la bestia tienen esta condición.
        – Dios sabe todo y por eso no conoce.
        – La bestia no sabe nada y por eso tam­poco conoce.
        – Pero el hombre es la insuficiencia viviente, el hombre necesita saber,
        – percibe desesperadamente que ignora.
         
         Esto es lo que conviene analizar.
        – ¿Por qué al hombre le duele su ignorancia,
        – como podía dolerle un miembro que nunca hubiese tenido?”
        ……………………………………..

        • Antonio Llaguno

          “Para él (Aristoteles)la cuestión es muy simple, y comienza su «Metafísica» diciendo:«Los hombres sienten por naturaleza el afán de conocer.»”

           

          Pero es es porque Aristóteles no había conocido a ningún “cantante” de reaggeton.

  • carmen

    Pues , estupendo, Antonio.Tú sigue a tu aire, es lo mejor del mundo mundial. Yo sigo al mío.Un abrazo  

    • Antonio Llaguno

      Algunos, Carmen, no podemos evitar ir a nuestro aire.

      A mi, al menos, no me molesta que cada quién vaya al suyo, pero hay otros que ¡Valgame!

      😉

  • carmen

    Ahora estoy entendiendo la obsesión de hace muchos años con el diseño inteligente. Es un creacionismo total, pero con un halo de ciencia.Por lo visto, está idea de unir ciencia y religión es de todo, menos nueva. Hace ya años que se está gestando.De todas formas, el problema lo van a tener con la Resurrección. Por mucha teoría cuántica que quieran meter, muchos universos paralelos o lo que quieran.Lo primero porque veremos a ver dentro de décadas qué sucede con la mecánica cuántica. Veremos. La ciencia de verdad tiene eso, es cambiante. A mí me gusta Einstein. Otra cosa es la tecnología.  Va que vuela. Ahora, esos principios valen para explicar el comportamiento del universo universal? Veremos. Bueno, verán…Para mí, maestra de muchos años y jubilada, me gusta encontrar el camino más corto. Y sin duda, para mis cortas luces, es cambiar el concepto de Resurrección.Y los evangelios? Pues lo tienen ya en bandeja. Palabra escrita por los hombres y encima de cultura judía. Les va un montón todo eso del midrash.Lo dejan en manos de diez biblista y , asunto resuelto.Pero, no sé por qué, le tienen miedo al concepto de Resurrección.Hasta el punto que se discute por un cuadro, hortera donde los haya, con un rojo de fondo que daña a la vista en una pintura, que no en un vestido y ahí está el rojo valentino, y un modelo, hijo del autor, que seguro ya se ha convertido en influencer.No sé. Con lo sencillo que sería…En fin.Ustedes sabrán…

    • Antonio Llaguno

      Eso está resuelto, Carmen.

      En primer lugar, la obsesión por el diseño inteligente la tienen solamente algunas confesiones cristianas (Principalmente evangélicas y católicos tradicionalistas) que pueden meter de rondon su verdadera obsesión que es con la literalidad del texto biblico y pueden encajar un mensaje cientñifico con un creacionismo ligth, pero los científicos teistas (No necesariamente cristianos, ni católicos) lo único que defienden es que la postura de una inteligencia creadora no es incompatible con el estado actual de la Ciencia y que corresponde a la Ciencia demostrar la incompatibilidad en caso de que alguien defienda que Ciencia y Fe no son compatibles.

      En segundo lugar, si existe una inteligencia primordial creadora (A la que por simplificar llamaremos Dios), por lógica elemental, debe estar fuera del espacio y el tiempo donde transcurre nuestra realidad.

      Si eso es así, y los “resucitados” acaban viviendo o estando junto (Y aquí las palabras “viviendo”, “estando” y “junto” no son más que remedos para poder verbalizar lo que pretendo decir peron no son exactamente “vivir”, “estar” o una condiciçon de cercanía espacial, sino otra cosa que no soy capaz de definir pero si de imaginar) a esa inteligencia primordial creadora, deberán, a su vez, no estar sujetos al espacio/tiempo que conforma nuestra realidad.

      Y eso abre todas las posibilidades porque si están fuera de esa realidad espacio/temporal, todo es planteable, no hay límtes a la imaginación.

      Soy consciente de que todo esto es simplemente especulación y no tiene sentido en un debate centrado en el método científico.

      Por eso la ciencia se queda corta y la religión coja

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Gracias, Carmen. Pero hay dos niveles de reflexión: uno es el académico y universitario que es el que intenta tender puentes interdisciplinares entre la racionalidad científica y la racionalidad de la religión (en el sentido de la sociología que he dicho antes). Y otro nivel es el de los creyentes, que damos sentido y hondura al trasfondo de ese debate.. Pero no se pueden mezclar los dos. Son dos estatutos epistemológicos inconmensurables (como decia Kuhn y Feyerabend). No se pueden medir con los mismos criterios. Por eso, no soy muy amigo de la apologética sino de tender puentes para dialogar y – si es posible – llegar a consensos. Pero antes hay que saber qué es lo que cada parte del diálogo entiende por esos cinco conceptos filosóficos.

  • carmen

    Pues no tengo duda de que eso que ahora se llama Ciencia y La Religión, supongo que la cristiana, no únicamente la católica, sino las diversas religiones basadas en el cristianismo, llegarán a acuerdos.Porque hay que vivir los tiempos en los que estamos viviendo. E invertir en Futuro.Y El Dios en el que crees, suponiendo que creas en alguno, esa es otra historia.Pues como siempre.Ahora, entiendo perfectamente lo que se intenta hacer. Es más. Estoy segura de que llegarán a acuerdos estupendos para un montonazo de gente. Llevará su tiempo, y la persona que necesite una religión para vivir, lo agradecerá.El tiempo dirá. 

  • Antonio Llaguno

    • Antonio Llaguno

      Hace tiempo que pienso que el dialogo entre ateos y creyentes tiene un problema de estructura mental y es que pienso que ambas partes “pensamos de forma diferente”

      Supongo que Leandro, que es mucho más docto que yo, lo delimita y plantea en su artículo de forma mucho más sistemática, pero yo, desde una posición mucho menos académica y/o formal, lo que veo es, generalmente, dos personas que no se ponen de acuerdo porque hablan idiomas diferentes.

      Y eso sin ponernos dogmáticos. Que cuando cada parte empieza estableciendo esa suerte de líneas rojas que no está dispuesto a cruzar, el diálogo se hace en ocasiones imposible.

      Para mi, Leandro ha traído, escondida entre sus mútliples definiciones y preguntas previas a hacerse, una línea de trabajo que todas las partes deberían poder admitir.

      Me refiero al concepto de “Verdad” como teoría de la coherencia. Ni la ciencia con su método científico ni la metafísica con cualquiera que sea el método que emplee para obrtener el conocimeinto, van a poder aportarnos toda la “Verdad” al problema de Dios. La ciencia ya ha establcido que existen límtes al conocimiento que puede aportar sobre la realidad de un sistema y la metafísica es consciente de que hay algunos de sus razonamientos que se pueden aproximar mucho más a aproximaciones voluntariosas que a certezas obsolutas.

      Por eso, creo que un buen principio es que lo que cada parte estabelzca como cierto, sea coherente con lo que la otra parte entiende como verdad. Es decir ¿Es compatible la idea de Dios con lo que sabemos científicamente de nuestra realidad? O al revés ¿Es compatible, este o aquel postulado científico con lo que metafísicamente entendemos como cierto?

      Creo que si ambas partes limitaran sus objeciones a esta forma de Verdad Coherente, tendríamos un debate mucho más respetuoso y productivo.

      Porque, y eso lo digo yo, es posible que ni científicos ni teólogos tengan todas las respuestas, pero es seguro que tienen todas las preguntas.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Un problema que algunos han planteado: ¿hace falta ser CREYENTE para hacer Teología? ¿Puede un teólogo ser ATEO? ¿Es la TEOLOGIA una actividad que implica la FE, LA CREENCIA del que la practica? Si se supone – y en esto me declaro lakatosiano – que la TEOLOGIA es un PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN con un núcleo duro de axiomas y convicciones que no hace falta demostrar (como por ejemplo, que el cerebro humano puede llegar a conocimientos de gran poder explicativo sobre la realidad natural y social), ¿deben los sistemas de creencias estar ocupando un lugar en el NUCLEO DURO del programa de investigación? Tenga cada vez más dudas. Podria haber TEOLOGOS ateos que investigan científicamente (con un método  científico) sobre cuestiones teológicas? Creo que si. Este es el argumento que damos a Europa Laica para justificar el carácter universitario de la Teología y su regreso (como en Alemania) a los centros académicos. 

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Sobre esto me gustaria sabes opiniones, Yo siempre he oido a los teólogos “profesionales” que – sin fe – no se puede hacer Teologia.. Yo lo dudo. Aunque depende de que Teologia hablemos.. Yo me refiero a la Teologia “académica” y “universitaria” (Kant, Hegel, Husserl, Karl Barth, Paul Tillich, Pannenberg…), la que tiene entidad intelectual y que no es “pastoral”, ni “catequética” ni “apologética”.  Solo asi, la Teologia podria volver a la Universidad pública.

      • Isidoro García

        Yo creo que tener fe en una hipótesis intuitiva, es fundamental, para trabajar por perfeccionar, (o eventualmente falsar), el contenido cognitivo de dicha hipótesis. Así funciona la Ciencia: se tiene una hipótesis inicial, y se trabaja para confirmarla.

        Y los que no se permiten tener intuiciones nuevas que investigar, y los eruditos que solo se permiten el saber contrastado de tipo enciclopédico, llevan una vida intelectualmente muy pobre y aburrida. La creatividad exige el fomento y el seguimiento de las intuiciones.

         

        El problema de los teólogos creyentes, no es que sean creyentes, sino qué tipo de creyentes son. Porque una cosa es creer-intuir unos determinados postulados cristianos, y otra cosa es creer en la interpretación de la Iglesia de esos postulados, (sean estos los que sean).

        ¿En qué se cree, en las ideas de Jesús, o en la interpretación canónica de la Iglesia de esas ideas?.

        (Y no nos dejemos autoengañar, con criticar minucias, y tragar ruedas de molino enteras. Eso es una parodia y un autoengaño de pensamiento crítico).

        Si uno no está dispuesto a apostatar de su fe familiar, si así se lo indica su mente racional e intuitiva, está jugando a teólogo de la Srta. Pepis.

        Decía Richard Feynman: “Procura no engañarte a tí mismo, y no olvides que para tí, eres la persona más fácil de engañar”).

         

        Y es que hay que aclarar, que hay dos tipos de creyentes: los que en un momento de su vida madura, interiorizan unas hipótesis cognitivas religiosas, (los conversos), y los que ya vienen interiorizados de niños, y en el fondo no son auténticos cristianos, sino que son por decirlo de alguna manera, “tradicionalistas”, personas que asumen acríticamente, los postulados sociales y cognitivos de su sociedad, del zeigeist en el que se han criado, (sean estos los que sean, cristianos, musulmanes, budistas, o vegetarianos).

        Decía Max Aub: “Se es de dónde se hace el bachillerato”. Pues paralelamente, ese cupo de personas tradicionalistas del zeigeist de su infancia y adolescencia, asumen la ideología de su época y de sus padres, y son cristianos en Europa, y mahometanos en Marruecos, y budistas en Ceilán.

        Entonces, lleva razón el amigo Leandro, que los teólogos, que personalmente sean “tradicionalistas”, mala teología van a hacer, más que una teología apologética: son un ejemplo de intelectual orgánico, una estafa de intelectual.

        No buscan porque ya han encontrado, y si en algún momento les surgen dudas intelectuales, en vez de considerarlo una buena señal, y lo normal en una vida intelectual honesta, lo consideran como una tentación demoníaca, contra su “Dios”, con la obligación de rechazarla sin más.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Desde ASINJA defendemos que las expresiones CIENCIA Y RELIGIÓN tienen un significado interdisciplinar SOCIOLÓGICO, FILOSÓFICO y TEOLÓGICOS. –  CIENCIA Y RELIGIÓN son COSMOVISIONES, representaciones del mundo, imaginarios, PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN (en el sentido de Lakatos), TEORIAS de poder explicativo (en el sentido de Popper), Macroparadigmas (en el sentido de T. S. Kuhn), SISTEMAS COMPLEJOS, explicaciones causales, … y en todos los casos, defendemos que hay que abordarlos desde una perspectiva UNIVERSITARIA (propia de la sociedad postsecular, tal como propone Habermas a Ratzinger en 2004), con rigor, interdisciplinariedad, racionalidad, mente abierta y extendida, no dogmatismos, no apologéticos. Y por ello, fuera de foros que huelen a sacristía.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Desde ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta) propusimos hace dos años el establecimiento de un Convenio de colaboración. ATRIO Y ASINJA somos plataformas de encuentro convergente. Los fundamentos ideológicos de ATRIO son muy similares: Esto es lo que contiene, extractado, la redacción de 2007 de los Estatutos de ATRIO:1. Presupuestos ideológicos. Son las convicciones que dieron origen a la creación de Atrio y que deben mantenerse bien claras en el futuro.1.1. En el mundo en que vivimos, abierto a rápidas transformaciones que abocan a una sociedad global, resulta cada vez más necesario el encuentro entre lo sagrado y lo profano… [Después, en uno de los debates abiertos por un editorial de los que suele quedar fijos un tiempo, se decidió que el encuentro no debía referirse a dos perspectivas de una misma realidad, sino a personas con diversas visiones de partida, pisando el atrio común desde el templo o la calle…] 1.2. La formación de la nueva ciudadanía global exige…  facilitar medios a todos los ciudadanos y las pequeñas comunidades para que puedan manejar información veraz, practicar el discernimiento… El diálogo no es un mero procedimiento sino un valor fundamental de la sociedad democrática [que desaparece como tal si la desinformación, la crispación o la desacreditación total de adversario sustituyen al encuentro dialogal].1.3. Las religiones, en sus formas fundamentalistas, se constituyen en mecanismo de defensa de la propia identidad, de poder de unos sobre otros, … la esencia común de sus creencias en el amor y respeto a los demás.1.4. También Internet, la red de redes en la que nació y se proyecta el futuro de ATRIO, es algo más que un instrumento o medio de comunicación.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Tal vez haya que matizar un poco: la expresión CIENCIA Y TEOLOGÍA es defendida principalmente por Teólogos que se atribuyen a si mismos la única plataforma de diálogo interdisciplinar. Pero la ISSR, la Comunidad Internacional, cree que es un reduccionismo, porque la palabra “Teología” tiene connotaciones de las religiones del libro. Y esto reduce el campo.Tampoco se suele utilizar la expresión CIENCIA Y FE, puesto que el estudio de la RELIGIÓN se sitúa en el campo de la SOCIOLOGÍA y de la FILOSOFÍA y no necesariamente en el campo de los SISTEMAS de CREENCIAS.  Mucho menos se usa la expresión RAZÓN Y FE, (fides et ratio) que tiene ecos tomistas no muy valorados por los filósofos de la religión y que por ellos cierra el campo del tender puentes.En definitiva, desde la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión de la UP Comillas y desde ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta) defendemos la primacia de la expresión CIENCIA – RELIGIÓN 

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Algunos amigos de ATRIO me han preguntado privadamente ¿por qué hablas de CIENCIA Y RELIGIÓN y no de CIENCIA Y FE o de CIENCIA y TEOLOGIA? La razón más importante es esta: en el año 2002, tuvo lugar en Granada un Congreso de la INTERNATIONAL SOCIETY FOR SCIENCE AND RELIGION  Conferencia de Granada – Sociedad Internacional para la Ciencia y la Religión (ISSR) En este CONGRESO INTERNACIONAL se reunión gran parte de la Comunidad científica ocupada en estos temas. Y se acordó que los términos en los que se desarrolla este programa de investigación es el de la CIENCIA Y LA RELIGIÓN. Dijo el presidente de ISSR: ” “Bienvenidos al sitio web de la Sociedad Internacional para la Ciencia y la Religión (ISSR). La relación entre las ciencias y las religiones sigue atrayendo un amplio interés público, y el panorama de la ciencia y la religión es dinámico y está en constante cambio, desde casos de conflicto hasta el diálogo y la colaboración mutuos. El papel particular de la ISSR es ser una sociedad académica que promueva la investigación rigurosa y la comprensión equilibrada de dos fuerzas culturales centrales de ayer y de hoy. Los miembros de la Sociedad examinan la relación entre la ciencia y la religión desde la perspectiva de muchas disciplinas diferentes, desde la física y la biología hasta la psicología y las ciencias sociales, pasando por la teología y la filosofía. Nuestra membresía incluye prominentes científicos, historiadores, teólogos, filósofos, educadores y otros. Como sociedad internacional, somos muy conscientes de que vivimos en un mundo pluralista, que incluye una gran diversidad de religiones, así como muchas ciencias diferentes. Nuestro objetivo es hacer que la Sociedad sea lo más representativa posible de esta diversidad cultural.Nuestras actividades incluyen proyectos de investigación y conferencias (la mayoría de los cuales abiertos al público), y varios otros proyectos de investigación y divulgación; incluyendo una serie de You Tube. En este sitio web, la ISSR y nuestros miembros también publican declaraciones claras y equilibradas sobre una serie de cuestiones nuevas y, a veces, polémicas. Nuestro objetivo es incluir en nuestra membresía a las principales figuras de todo el mundo relacionadas con la ciencia y la religión, y avanzar en la exploración de su interfaz para el beneficio de todos. Gracias por visitar nuestro sitio web. Esperamos que encuentres aquí lo que buscas. Agradeceríamos sus comentarios y opiniones”.Niels Henrik Gregersen, Presidente

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Tal vez este artículo pueda ayudar a reelaborar nuevas representaciones del mundo para tender puentes entre racionalidades científicas y racionalidades religiosas: https://www.religiondigital.org/opinion/formacion-teologias-seminarios-Lakatos-epistemologia-Espana_0_2544045574.html 

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Tal vez este artículo pueda ayudar a reelaborar nuevas representaciones del mundo para tender puentes entre racionalidades científicas y racionalidades religiosas: https://www.religiondigital.org/opinion/formacion-teologias-seminarios-Lakatos-epistemologia-Espana_0_2544045574.html 

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Muy agradecido por tan valiosas aportaciones. Habréis notado que en ASINJA (al igual que en la CátedraCTR de la Universidad Comillas) más que hablar de “conflicto ciencia-religión” solemos hablar de “conflicto de racionalidades”. Ya hace más de diez años mi colega Antonio M. Morillas y yo publicamos un artículo https://tendencias21.levante-emv.com/el-encuentro-entre-racionalidades-a-traves-del-dialogo-es-posible_a18311.html en el que abogamos por la posibilidad de un encuentro de racionalidades. Este es un esfuerzo – dentro del contexto de tender puentes – de diálogo entre posturas aparentemente irreconciliables, inmiscibles, incluso enemigas. Tal vez pueda ser la aportación que ASINJA ofrece a ATRIO, y para lo cual insinué la posibilidad de hacer un convenio (o alianza intelectual) de caminar juntos en esa dirección aceptando – como nosotros – que emergemos hacia una sociedad postsecular. Por eso este artículo está en la línea del que publicaron en ATRIO hace unos meses: https://www.atrio.org/2023/10/atrio-en-la-frontera-de-un-cambio-de-paradigma/  Ante los fundamentalismos, las presencias apologéticas, los negacionismos, es necesario mentes extendidas, abiertas a otras dimensiones. Y eso no es posible si no se tiene una formación epistemológica. ver  https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/?p=3271  https://www.bubok.es/libro/276413/aproximacion-a-la-epistemologia-de-gaston-bachelard-1884-1962  https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8494912    https://www.bubok.es/libro/277445/epistemologia-materiales-basicos  https://www.atrio.org/2023/10/atrio-en-la-frontera-de-un-cambio-de-paradigma/ 

  • carmen

    Claro, también es cierto que cuando vino a mi colegio un señor de la facultad de Granada a decirnos que iba a demostrarnos que la Ciencia y Dios habían ido siempre de la mano, la cosa no acabó muy bien. Y no fui la única responsable, hubo otros que no se quedaron callados, sobre todo la profesora de Biología. Una chica, por cierto, muy metida en cosas de iglesia.Eso sí: el esta chica no es que no entienda, es que no quiere entender, dicho a mí directora, adivinen  a quien se refería. 50 y muchos años. No vean, uf. Se podía haber callado el señor. Pero no calló, no.Así que este tema no me trae buenos recuerdos.Entiendo que a muchas personas le interese que el Dios Ciencia refuerce su idea de Su Dios. Lo entiendo totalmente. También hay personas que le da exactamente igual La Ciencia para estas cosas de Dios. Casa cual tiene derecho a pensar como pueda.Pues eso. 

  • carmen

    Un tema entretenido.Por si quieren una opinión de una persona que no sabe mucho de esos conceptos indispensables para poder demostrar que la ciencia puede llegar a demostrar la existencia de Diós.Totalmente de acuerdo. Primero hay que ponerse de acuerdo sobre qué Dios hablamos. Es la palabra más, no sé cómo decir, confusa, indefinida, con múltiples acepciones… que conozco.Y hasta ahí llego. No puedo seguir. Mi cabeza no me deja. Es muy limitada, lo sé.Y lo grande del tema es que me da igual lo que opine La Ciencia. Otra cosa que tampoco sé lo que es. La Ciencia. Me suena a un Dios Nuevo. Y bastante tengo con lo que ya tengo.A mí me gustan algunos científicos como personas y me inclino ante su cabeza. Todo el mundo que me conoce sabe que Einstein, para mí, es lo más Grande que hay en el campo de la física teórica. Quizás porque tenía una imaginación y se le ocurrían unas cosas… que luego no sabía matemáticas suficientes para expresarlo en el lenguaje científico, y le tenían que ayudar.Me encanta que le guste la idea de Dios de spinoza     . Cuando leí algo de este señor, pensé: eso es lo que es. Es que eso es lo que pienso. Y ya, cuando me enteré que  a mi Einstein también le gustaba, uf. Pero hay otros científicos. Hay otros conceptos de Dios. Y no están en este, que diría el poema.Aseguraría que es una cuestión íntima y personal, que cada uno de nosotros, y por supuesto nosotras, tendremos que buscar una respuesta, si es que nos apetece buscarla. Muchas veces, el mejor resultado lo da el dejarse llevar, y, sea lo que Dios quiera. Nunca mejor dicho.Pero claro, no soy científica, ni filósofa, ni teóloga…soy una personica normal.Me apetecía decirlo.Buen día.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Buenas tardes, amigos.. me ha sorprendido con la rapidez que ha habido ECOS de esta propuesta.. Es un placer conversar con vosotros a través de la red.. Tenéis mucha razón en las precisiones.. Ya iré comentando con vosotros…

  • oscar varela

    ¡Buen día!

    • oscar varela

      “Para poder tender puentes entre ciencia y religión” Sequeiros nos dice que hay que hacerse “Cinco preguntas filosóficas previas.
       
      Todas las respuestas que nos aporta nos estrellan contra algo que es haber tropezado con un hecho bruto, con el hecho histórico en que estamos sumergidos, en «la diversidad filosófica de nuestro tiempo».
       
      Resulta que ANTES de esasCinco preguntas filosóficas previas” habría esta otra a la cual no hemos llegado por un razonamiento, sino que se nos ha impuesto en forma de hecho bruto: «la diversidad filosófica de nuestro tiempo».
       
      Antes de toda teoría el hombre se encuentra siempre con un problema anterior a todos los demás que es «PREVIO» de toda anterioridad.
      …………………..
       
      El hombre se encuentra siempre con un problema previo que es su tiempo, el tiempo en que le acontece vivir, cuyos rasgos son siempre distintos de los de otros tiempos.
       
      El carácter histórico de la realidad humana hace del hombre inexorablemente un siervo de la gleba que es «nuestro tiempo».
       
      Hay etapas en que ese problema previo apenas es percibido, apenas es cuestión, pero hay otras en que «nuestro tiempo» se interpone angustiosamente entre nuestra persona y todo lo que quisiéramos hacer y ser.
       
      Nos hallamos en una etapa de esta última clase que, al querer echar a andar, ha tenido que tropezar con «nuestro tiempo» bajo el aspecto de lo que se llama «diversidad filosófica» del presente.
       
      Muchas veces en la historia ha existido «diversidad filosófica», tal que siempre ha sido un estorbo para el Conocimiento; pero no ha solido ser una dificultad tan grave como lo es hoy.
       
      Se trata, pues, de que en el presente la «diversidad filosófica» muestra caracteres de una gravedad insólita, tal vez única; pero estos graves caracteres se originan en la insólita situación general donde el hombre se encuentra hoy, que solo puede aclararse si se tienen en cuenta todos los otros rasgos peculiares de «nuestro tiempo».
       
      Gracias!

      • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

        Efectivamente. En la actualidad hay un enorme polimorfismo de epistemologías: basta con ojear y hojear cualquier libro de Filosofía de la Ciencia, como el de Antonio Diéguez. Las perspectivas epistemológicas son muchas. Son “lenguajes” para explicar la realidad. y por eso es necesario conocer en qué lenguajes habla cada unos de los dialogantes, respetarlo  saber que nuestros esquemas mentales están teñidos de preconcepciones del mundo… En nuestro campo, la “diversidad filosófica” se expresa en el polimorfismo de las epistemologias..

    • oscar varela

      Para poder tender puentes entre ciencia y religión
      Cinco preguntas filosóficas previas
       
      1. Qué es lo que se entiende por REALIDAD
      Posiblemente haya discrepancias sobre el modo de entender qué es lo real y la realidad, pero esa diferencia no debe impedir la posibilidad de un diálogo.
       
      2. Qué queremos decir con la palabra CONOCIMIENTO
      Los que dialogan deben conocer el punto de vista gnoseológico de cada parte para saber que herramientas conceptuales maneja.
       
      3. Qué es lo que se entiende por la VERDAD
      Para tender puentes entre ciencia y religión, es necesario saber la postura de cada uno de los que dialogan
       
      4. Cómo llegar a establecer afirmaciones UNIVERSALES: el problema del método científico
      Y concluimos: es necesario saber la postura de cada uno de los que dialogan. No se trata de rebatir, sino de respetar las herramientas epistemológicas que tenemos.
       
      5. Qué es lo que entendemos por DIOS
       
      Y concluimos: (repite el #4) es necesario saber la postura de cada uno de los que dialogan. No se trata de rebatir, sino de respetar las herramientas epistemológicas que tenemos.
      …………………………………

      • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

        Gracias, Oscar. Evidentemente, pensar de modo diferente (o desde esquemas mentales diferentes) no debe impedir el que podamos tender puentes, dialogar y e incluso encontrarnos. Pero como ves lo que propongo es que hay que acordar previamente el lenguaje epistemológico. Es como si dos personas de países diferentes quieren hablar. Primero tienen que acordar en que lengua van a hablar.. Sobre todo si las lenguas son muy diferentes. Si tengo ante mi un chino, es necesario buscar un lenguaje común, como puede ser el inglés.. Si no hay acuerdo, es dificil tender puentes.

  • LEANDRO SEQUEIROS

    Gracias por publicarlo entero.. Yo lo habia troceado para no cansar a los lectores.

    Tal vez interese leer este material (no es tanto como un libro) que acabo de sacar: https://www.bubok.es/libros/277756/algunas-propuestas-para-tender-puentes-interdisciplinares-entre-racionalidades-cientificas-y-racionalidades-teologicas es gratis!!!

    • mariano alvarez

      Querido Leandro: Decía Ortega que la claridad era la cortesía del filósofo, y también podríamos añadir que la discreción debería ser la cortesía del científico. Observo que en tí se dan ambas cortesías al empezar remarcando  la importancia de clarificar los conceptos clave de dicho diálogo y  además del método con que se abordan, y todo ello con la concisión con que lo haces; pero me gustaría añadir un concepto no enunciado explícitamente y que para mi es el elemento crucial y determinante en el citado diálogo, aunque yo lo aprecio en tu exposición de forma implícita: El de la fe.

      Todo acceso a la realidad, todo conocimiento de la misma, toda búsqueda de verdad o de la Verdad, todo método y toda concepción de Dios, no puede prescindir de un fenómeno tal como el de la fe.

      En esta línea, remití hace unos días a la redacción de Atrio una reflexión bajo el título: “La razón, entre la creencia y la fe”, que en cierto modo intentaría complementar o sumarse a tu actual artículo y que por si es publicado, no me extiendo más sobre el mismo.

      Siempre es un placer leerte.

       

       

       

      • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

        Gracias, Mariano. Introduces una cuestión que creo que es muy importante: el papel de la fe en todo esto. Y devuelvo la pregunta a los contertulios de ATRIO: desde mi punto de vista, el diálogo ciencia religión se establece desde un rigor universitario. Estamos tratando de tender puentes – que defiendo interdisciplinares – entre dos racionalidades, la de la ciencia y la de la religión. Y para un debate universitario los términos son los de la razón. Del mismo modo que no interviene la edad, el sexo, el peso y la nacionalidad. Estamos en un nivel de debate universitario, no de sacristia.. Tal vez otros tengan otra opinión o no te he entendido bien.

        • mariano alvarez

          Querido Leandro, agradezco tu puntualización de que dicho diálogo lo estableces desde un “rigor universitario”. En este punto, si te soy sincero, me pierdo. Soy incapaz de percibir diálogo alguno entre disciplinas. Ese sería un diálogo de laboratorio. Muy erudito, pero siempre contingentemente fosilizado y acotado en el saber de cada momento y no yendo más allá que el de una huella cultural como tantas otras las ha habido a lo largo de la historia de la humanidad.

          El diálogo entre ciencia y religión es un diálogo existencial que atañe al sujeto de la existencia. Ellas (ciencia y religión), son el objeto del sujeto que se pregunta por su propia existencia, y si excluimos del rigor universitario a la fe, sinceramente perdemos al sujeto que dialoga universitariamente sobre ellas.

          La fe es precisamente, lo que en términos matemáticos (término universitario) se denomina por unidad fundamental, y en este caso de la realidad humana. Sin la fe el ser humano no se habría diferenciado de cualquier otro de la propia naturaleza. Por la fe el ser humano se singulariza dejando de pertenecer a un orden taxonómico más y abandonando todo gregarismo: Ortega decía que, “el ser humano cuanto más se naturaliza más se despersonaliza”.

          De sobra sé que compartes esto que te expreso y que si es publicada en Atrio mi reflexión de “La razón, entre la creencia y la fe”; nos abrirá un nuevo espacio de reflexión.

          Un abrazo querido Leandro.

          P.D: Por cierto el otro día un amigo que creo tenemos en común, Carlos Beorlegui, me dio recuerdos para tí.

           

      • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

        “En esta línea, remití hace unos días a la redacción de Atrio una reflexión bajo el título: “La razón, entre la creencia y la fe”, que en cierto modo intentaría complementar o sumarse a tu actual artículo y que por si es publicado, no me extiendo más sobre el mismo” Leeré con sumo gusto tu reflexión que supongo publicarán pronto..