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La Navidad de Happiness

            El pasado 13 de Diciembre, fiesta de Santa Lucía, apareció en la prensa este reportaje que refería el nacimiento de una niña en unas circunstancias sorprendentes, que no sabría exactamente si calificar de venturosas o infelices. El estilo literario del relato es mediocre, comparado con los primeros capítulos de Lucas o de Mateo, pero tal vez podría ser proclamado como evangelio en la misa del gallo y el día de Navidad. Decía o, mejor, rezaba así:

            En tiempos del emperador sin nombre, que algunos llamaban Banco Mundial o también Mercado Financiero y que, sea el que fuere su nombre, gobernaba sin entrañas sobre toda la Tierra, siendo Obama cada vez menos presidente de los Estados Unidos y de otros muchos Estados separados, siendo Hu Jintao gobernador de China, estrella ascendente de todo el planeta, siendo Rodríguez Zapatero administrador en dificultades de una hermosa península hecha de pueblos y rodeada de mares, en tiempos del asedio global en que aquellos que querían cambiar la Tierra no podían y aquellos que podían no querían, envió Dios al ángel Gabriel a una pequeña ciudad nigeriana de nombre desconocido, a una joven muy negra y valerosa llamada Judith, casada con un joven de nombre también desconocido y corazón resuelto. El ángel dijo a Judith: “¡Dios te salve, Judith, llena de gracia, el Señor está contigo!”. Ella se inquietó porque nunca le habían hablado así. Pero el ángel añadió: “No temas, Judith. Concebirás a Dios en tu seno y le darás a luz con dolor en la tierra y en el mar. Será una niña y le pondrás por nombre Happiness (es decir, “Felicidad”), porque será profecía de la Dicha y de la Vida”. Judith dijo: “Aquí estoy, así sea. Soy libre y estoy dispuesta”. Y el ángel se quedó con ella.

            A los nueve meses, salió un decreto del emperador sin nombre y sin entrañas, ordenando que todas las fronteras del norte se cerraran, incluso en el mar y en el aire donde no hay fronteras, murieran cuantos murieran en el sur. Pero Happiness empujaba y Judith se dijo: “Mi hija es más fuerte que la muerte. Iré donde ella me lleve, y le daré a luz y le daré mi pecho aunque me haya de morir. No obedeceré el decreto del emperador, hasta que Dios y mi hija derriben de su trono al poderoso y ensalcen a los humildes”. Y la mujer se reunió con otras mujeres embarazadas de Nigeria, Ghana y Camerún, desafiaron el poder, afrontaron la muerte, apostaron por la Vida. Y en una vieja patera se hicieron al mar. Y a Judith le llegó el tiempo de romper aguas mientras iban por el mar, y entre convulsiones y grandes dolores dio a luz a Happiness en la misma patera, cerca de una islita volcánica que llaman Alborán, junto al islote de La Nube, a mitad de camino entre Almería y África, entre la vida y la muerte, porque no había sitio para ellas en ninguna posada.

Y una multitud de ángeles buenos se unieron a Gabriel, y rompieron a cantar: “¡Gloria a Dios en el cielo, en la tierra y en el mar! ¡Gloria a Dios, a la Vida y a la Paz!”. Y todas las mujeres que iban en la patera se pusieron también a cantar y a danzar al ritmo del cielo y de las olas. Y el ángel les habló: “Danzad, sí, mujeres del África. No temáis. Hoy os ha nacido una hija más. Hoy ha vuelto a nacer Dios, hija de vuestro seno y de la semilla de vuestros hombres. He ahí la señal: Happiness, hija del dolor, promesa de alegría. Celebrad esta noche, celebrad el Día. Danzad, mujeres del África, hasta que haya pan y posada para todos en la Tierra”. Y así se cumplió la Escritura que dice: “Álzate y brilla, Jerusalén, que llega tu luz. La gloria de Dios amanece sobre ti” (Isaías 60,1).

Mientras tanto, Judith, débil y aterida, estrechaba a su hija y la amamantaba, y cuanto más se daba a su hija más fuerte se hacía la madre. Y en cuanto Happiness mamó hasta saciarse, se durmió plácidamente, como si el mundo entero fuera como el pecho redondo y rebosante de su madre, como si la vida nunca hubiese sido de otra forma y como si nunca fuera a ser distinta, como si Dios hubiera tenido razón cuando creó, miró y dijo: “Todo está bien, todo es muy bueno”.

Y luego la pequeña Happiness se despertó y, de pronto, sus ojitos negros se encontraron con los ojitos negros de otro niño recién nacido como él. “Hola, yo me llamo Jesús. ¿Cómo te llamas tú?” “Me llamo Felicidad”. “¡Oh, qué bonito! ¿O sea que eres feliz?” “¡Sí, soy feliz, inmensamente feliz. Aunque no sé muy bien qué significa esa palabra: ‘inmensamente’. Debe de querer decir como los brazos de mi madre que son muy grandes y suaves, o como su pecho que es caliente y sabroso y no se gasta. O debe de significar como aquel mar donde yo vivía hasta hace un momento: se estaba muy bien, allí sí que era inmensamente feliz. Nunca tuve hambre ni frío, nunca lloré ni me sentí sola, y a veces me arrullaban cánticos lejanos, me balanceaban ritmos enérgicos como las olas de este mar, como si vinieran de otro mundo lleno milagros y también de inquietudes. Pero nunca tuve miedo. Luego no sé qué pasó: de pronto empecé a sentir que me asfixiaba, que me moría. Pero ahora todo está muy bien: en estos brazos, en estos pechos, soy feliz; por eso me llamo Happiness. Tu nombre también es muy bonito, Jesús. ¿Qué significa tu nombre? ¿Tú también acabas de nacer?”. “No sé qué decirte. Yo nací hace mucho tiempo en un pobre pesebre, en una pobre casita, en una pobre aldea llamada Nazaret, en Palestina, no muy lejos de este mar y de esta barca; luego dijeron que había nacido en Belén, y tenían razón, porque eso significa ‘Belén’: ‘casa del pan’ o ‘Dios pan’ ” . “¿Dios? ¿Qué es Dios?” “Dios significa que todo es bueno a pesar de todo, que habrá casa y leche y pan para todo el mundo, y que todo el mundo puede ser inmensamente feliz como tú. Mi nombre, ‘Jesús’, también significa lo mismo”. “Pero si naciste hace mucho tiempo, ¿por qué eres todavía tan pequeño? ¡Eres como yo!”. “Pues no sé exactamente. Creo que nací cuando empezó el mundo, pero que sigo naciendo porque mi nombre, Jesús, todavía no se ha cumplido”. “No entiendo nada, Jesús. ¿Qué quieres decir?” “Quiero decir que todavía no hay casa ni leche ni pan para todo el mundo. Por eso sigo naciendo, y soy como tú. Yo soy tú, Happiness, pero no soy tan feliz como tú”. “¿No eres feliz? Me da mucha pena. ¿Por qué no eres feliz? ¿No tienes madre?”. “Sí, tengo una madre, tengo todas las madres. He nacido muchas veces, y he visto de todo. He visto llorar, gritar de dolor, morir de hambre. He visto niños asustados, madres desgraciadas. Tu madre, mi madre, tampoco es feliz”. “¡Me asustas, Jesús! ¿De qué me hablas?” “¡Oh, mi querida Happiness, pronto lo sabrás! Pero, mientras tanto, no te asustes. No te asustes nunca. Una vez me hice mayor allí en Palestina, y un día subí a una montaña a la vista de un hermoso lago, y proclamé con toda mi voz hasta ocho veces: ‘¡Happy, bienaventurados todos los pobres y todos los que lloráis, porque dejaréis de llorar!’. Luego acabé mal, no te lo voy a contar ahora, pero sigo naciendo y seguiré naciendo, Dios seguirá naciendo, hasta que todo el mundo pueda llamarse Happiness y ser feliz como tú”. “Pues hasta ese día, querido Jesús, yo también seguiré naciendo contigo y con tu Dios, pase lo que pase”. “Pues entonces, ¡feliz nacimiento, Happiness!”. “¡Feliz Navidad, Jesús!”.

 

Para orar. SANTA MARÍA, NUESTRA LIBERACIÓN 

 

María de Nazaret, esposa prematura de José el carpintero,
aldeana de una colonia siempre sospechosa,
campesina anónima de un valle del Pirineo,
rezadora sobresaltada de la Lituania prohibida,
indiecita masacrada de El Quiché,
favelada de Río de Janeiro,
negra segregada en el Apartheid,
harijan de la India,
gitanilla del mundo;
obrera sin cualificación, madre soltera, monjita de clausura;
niña, novia, madre, viuda, mujer.

Cantadora de la Gracia que se ofrece a los pequeños,
porque sólo los pequeños saben acogerla;
profetisa de la Liberación que solamente los pobres conquistan,
porque sólo los pobres pueden ser libres:
queremos crecer como tú,
queremos orar contigo,
queremos cantar tu mismo Magníficat.
 
Enséñanos a leer la Biblia -leyendo a Dios-
como tu corazón la sabía leer,
más allá de la rutina de las sinagogas
y a pesar de la hipocresía de los fariseos.

Enséñanos a leer la Historia
-leyendo a Dios, leyendo al hombre-
como la intuía tu fe,
bajo el bochorno de Israel oprimido,
frente a los alardes del Imperio Romano.
 
Enséñanos a leer la Vida
-leyendo a Dios, leyéndonos-
como la iban descubriendo tus ojos, tus manos, tus dolores, tu esperanza.
 
Enséñanos aquel Jesús verdadero,
carne de tu vientre, raza de tu pueblo, Verbo de tu Dios;
más nuestro que tuyo, más del pueblo que de casa,
más del mundo que de Israel, más del Reino que de la Iglesia.
María de Nazaret, cantadora del Magníficat, servidora de Isabel:
¡quédate también con nosotros, que está por llegar el Reino!;
quédate con nosotros, María,
con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia;
quédate con nosotros,
con el Verbo que iba creciendo en ti,
humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo,
nuestro Hermano,
Jesús.

(Pedro Casaldáliga)

 

8 comentarios

  • Charo Zaballa

    Es un texto muy hermoso, lleno de ternura, realismo y creatividad. Jesus sigue naciendo , y puede que sugiera:” El nuevo mundo lo tenemos que construir entre todos y  yo seguiré naciendo como luz y esperanza hasta que construyamos entre todos el reino de Dios”.                                                                                                                    

  • Margarita Aguirre

    Uxue: no te entiendo.
    ¿Es que la poesía, la alegoría, confunden o son visiones más amplias que hacen comprender mejor la realidad?
    Happines existe en muchas madres, que únicamente pueden realizar su nombre (felicidad), escuchando a Jesús que le cuenta su vida, y su aparente fracaso; pero también su continua existencia, recordándonos que pase lo que pase, Dios es “Abba”.

  • Gabriel Sánchez

    Gracias José…me voy a permitir…acompasar tu hermoso relato…con una reflexiòn del entrañable Jesuita Nicaraguense…Arnaldo Zenteno…que muy bien podríamos sumarlo a este relato tuyo…Jose…

    LA DIMENSION POLITICA DE LA NAVIDAD
    Parece un atrevimiento o una contradicción hablar de la dimensión política de la Navidad en medio de la ligereza de la navidad consumista, y en medio de la alegría inocente de las Niñas y Niños. Ahora predominan las fiestas- muchas veces con bastante guaro- el corre corre apresurado para comprar las ofertas engañosas y que nos dejan enjaranados. Predomina un ambiente en donde hay poco lugar para Jesús que nace pobre y entre los pobres. Como con razón dice Dom Pedro Casáldaliga: Santa Clos nos ha robado al Niño Jesús.
    Si todo es fiesta, si la Navidad nos sirve para olvidarnos de los problemas ¿Qué sentido tiene ahora hablar de  política que siempre trae problemas?  Pero aunque estén de receso los diputados, los políticos también hacen política en Navidad, pues la política es inseparable de la vida humana. El gobierno da infinidad de regalos a los Niños pobres que se alegran sin medida, y los alegra también sin medida con el parque de los juegos siempre abarrotados. La oposición lo critica políticamente al decir que es medida política del gobierno y con eso quiere quitarle los bonos que el gobierno consigue con esas medidas.
    Pero más allá de este actuar político podemos volver nuestros ojos y nuestro corazón al nacimiento de Jesús y verlo como en verdad es, como un acontecimiento político y con repercusiones políticas. Sn Lucas nos dice que Jesús nace en tiempos del emperador y de los gobernantes con los que dominaba y tenía sometida la región de Judea y Galilea. Este es un dato político como si hoy decimos que Jesús sigue naciendo en tiempos del imperio de Obama y de los grandes capitales financieros. El emperador había mandado hacer un censo… y no solo para contar cuánta gente tenía bajo su dominio, sino para exigir los impuestos. Y el pueblo judío estaba ahorcado por los impuestos romanos, por los impuestos del templo, por los impuestos del comercio. Igual hoy el Pueblo no tiene encima un censo, pero sí el peso de los tratados de Libre Comercio que lo agobian y la crisis económica recae sobre el pueblo pues hay menos remesas, menos exportaciones, sube el costo de la vida. Palestina era un dominio de los Emperadores Romanos y su ejército. Esto no es política.
    En tiempo de Jesús, Herodes el grande, no solo era muy sanguinario, sino también hacía grandes construcciones y muy lujosas, y en las ciudades como Sèforis, Tiberìades había mucho lujo en contraste con los pequeños poblados como Belén o Nazaret. E igual que ahora, los campesinos iban perdiendo sus tierras pues no podían pagar los impuestos, o las malvendían para tener para comer.
    Jesús nace pobre, muy pobre. Los ángeles cantan Paz en la tierra. Una paz muy distinta que la del imperio romano que imponía la paz con las legiones romanas. Era la paz del silencio impuesto por la fuerza militar. Era la paz impuesta silenciando con represión de toda protesta.
    Los emperadores empezaron a proclamarse divinos, dioses desde la altura de su poder. Y en contraste Dios, el Dios verdadero se manifiesta en la ternura y la pobreza de este Niño recién nacido. Más adelante con toda razón dirá Jesús no le  den al César lo que es de Dios.  Denle a Dios lo que es de Dios lo que quiere Dios: una vida justa y fraterna sobre todo para los más pobres.
    Sin  duda es un hecho político el gravísimo e inhumano contraste entre ricos y pobres. Sin duda es un hecho político el poder del imperio  en contraste con la salvación que se anuncia a los Pastores como alegría para todo el Pueblo y cuyo signo es un Niño envuelto en pañales y recostado en una pesebrera.
    Si como cristianos queremos en verdad celebrar la Navidad, no podemos olvidar esta dimensión política del Nacimiento de Jesús en que anuncia un mundo nuevo y distinto, que denuncia la pretensión del poder y del dinero de ser los dioses de nuestro atormentado mundo. La salvación no podrá venir ni del imperio, ni del dinero, ni del poder, sino desde el amor y respeto y lucha de los pobres y excluidos, y desde el reconocimiento de la dignidad  de todo ser humano manifestado en la fragilidad de un Niño recostado en un pesebre y de tantos niños para los cuales tampoco hay lugar en la posada, ni en la Mesa de la Vida-pensemos ahora en especial en las Niñas y Niños de Haití y en los damnificados de las inundaciones y que después de meses todavía están en los refugios y allí pasarán la Navidad.
    Navidad sí con alegría, con esperanza, con luces….pero no luces falsas del consumismo con su dios santaclós y sus catedrales-Centros Comerciales. La verdadera alegría tampoco vendrá  del egoísmo personal o colectivo, sino del amor y respeto a la vida humana, a una vida humana digna manifestada en un Niño que nace pobre y entre  los pobres para salvarnos a todos. Y esto es profundamente político.
    Y algo muy importante, de cara a la “omnipotencia del Reino-Imperial”, Jesús va a centrar su vida y mensaje en el Reino de Dios- el proyecto de Dios sobre una vida humana digna. Y esto es tan contrario al proyecto de los imperiosos y de los  poderosos. Más adelante en su vida pública, Jesús se atreve a llamar “zorro” al reyezuelo Herodes, y ante Pilatos representante del imperio, afirma que sí es rey. No un rey impuesto por los ejércitos, sino como mensajero de la verdad de la vida humana según el plan de Dios.  A nosotros sus discípulos en la Ultima Cena nos advierte: no sean como los Reyes y los poderosos,que oprimen al Pueblo y todavía quieren que los llamen bienhechores. El que quiera ser el primero que sea el último  y servidor de todos .Y este caminar de Jesús-servidor que termina en la cruz, como atinadamente nos hace notar Sn. Ignacio, comienza en su nacimiento en suma pobreza  y como alegría para todo el Pueblo, como comienzo de algo totalmente nuevo, y esto es lo que estamos celebrando en Navidad a la luz de la Resurrección que vence al reino,al imperio del poder, opresión y  muerte.
    La Navidad ¿tiene una dimensión política? Sin duda la tiene. No podemos olvidarla. Y ciertamente nos compromete en la línea de construir Otro mundo posible-más cercano al sueño del Reino de Dios.
    Arnaldo Zenteno S.J.    CEB. Nicaragua.
    Desde un Montevideo agobiantemente caluroso.- Gabriel

  • Uxue

    Querido, muy querido Joxé, me da mucha pena leer tus escritos. En sí son muy buenos y tu calidad literaria insuperable…Pero…¿Qué te ha pasado? ¡Cuánta confusión están creando tus escritos!
    Quiero decirte que nada tienen que ver con la religión, ni la fe recibida de tus aitás y posteriormente de tu lugar de formación básica. Lo que escribes, de fondo se percibe un sincretismo de New Age. Que Jesús, Hijo de Dios, Dios mismo, te dé su VIDA. QUE VEAS

  • ¡Qué bonito! Ayyyy la cuestión es que hay tanto que hacer para que la pequeña Happiness no lo sea sólo de nombre…
     
    Pero, en fin, que por buenos deseos no quede:
     
    I wish you a merry christmas and a happy new year plenty of happiness, love, peace, and a well paid job... para que cada cual pueda alimentar a sus respectivos happiness!!!!
     
    … de la que está al otro lado del puente 😉

  • Sarrionandia

    En la infinita Realidad luchan por nacer el Conocimiento y el Pensamiento, la Verdad y la Poesía, el Embarazo y la Libertad, Casaldáliga y Arregi, Tú y Yo, Algo y Nada. Vida y Muerte, Misterio y Revelación…
    Desechemos pensamientos y desnudémonos de ilusiones para recuperar la vida antes de haber nacido y despues de haber muerto, en el único Presente sin tiempo y en la única Tierra sin espacio!!!

  • mªpilar garcía

    Mi anterior comentario… ha sido una distracción… ¡Lo siento!
     
    Es precioso lo que nos relata José Arregui…
     
    ¡¡¡Como siempre!!!
     
    Rezuma una ternura infinita, la que muchas personas hemos sentido, al mirar a la hermosa madre de Happiness y su tierna hija.
     
    Ahí se hace presente de manera admirable la “Presencia” que arropa a los pequeños; a los olvidados, obligados a salir de sus países, casas, familias, para intentar vivir, solo eso…
     
    ¡¡¡Vivir!!!
     
    No van a encontrar el calor que necesitan con urgencia; el poder es frío como el hielo, no tiene entrañas, es duro, corta cuanto toca…
     
    A pesar de esa dura realidad:
     
    ¡Sí hay personas de corazón ardiente!
     
    Caminan mirándoles a los ojos, y desean que todo tenga solución, y se acabe por siempre el poder despótico e inmisericorde, y comience una era nueva, donde cada ser nacido, tenga la posibilidad de una vida digna.
     
    ¡¡¡Lo deseo de todo corazón!!! y por ahí, intentamos caminar día a día.
     
    mª pilar
     

  • mªpilar garcía

    Estoy contigo Gabriel y con cuantas personas siguen en la lucha… como nos dice siempre nuestro querido Oscar…
     
    ¡¡¡Vayamos yendo cada día…!!!
     
    Hasta que llegue un nuevo amanecer y brille con luz propia.
     
    mª pilar