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El papel de las religiones en el siglo XXI

¿Qué tal si para desengancharnos un poco de anécdotas episcopales y de frustraciones políticas dedicamos un  rato del fin de semana a leer el texto de un maestro zen, Dokushô Villalba, que coincide en lo que muchos, desde nuestra cultura y experiencia, ya estamos descubriendo: que una cosa son las creencias e instituciones religiosas tradicionales y otra la fe personal que traspasa los límites de nuestra inteligencia para ver la realidad en su última profundidad y sentido?

 

            Este es el texto de la conferencia que con el mismo título pronunció el maestro Dokushô Villalba en Salamanca, mayo 2002, en el marco del encuentro interreligioso organizado por el Consorcio Salamanca 2002. El mismo Dokushô nos ha autorizado publicarlo y comentarlo en ATRIO.

   

Antes de entrar en lo propiamente “religioso”, me gustaría exponer algunos descubrimientos interesantes de la sicología evolutiva. 

Según Ken Wilber, uno de los más lúcidos estudiosos de la conciencia en la actualidad: “Parece ser que la historia de la evolución humana es un camino que va desde la oscuridad de la subconciencia hasta la plena iluminación de la supra-conciencia, pasando por la etapa intermedia de la auto-conciencia”. 

Uno de los grandes logros de la sicología evolutiva moderna ha sido el descubrimiento de que la conciencia humana atraviesa distintas fases o niveles de desarrollo desde el nacimiento biológico hasta la plena madurez del potencial humano. Estos son tanto niveles ontológicos del ser como niveles cronológicos tanto del desarrollo individual como de la Humanidad como un todo. 

Diversos autores utilizan distintos nombres para referirse a estos niveles. Voy a emplear la terminología y el enfoque de la llamada Espiral Dinámica puesta a punto por Clare Graves (1), Don Beck y Christopher Cowan (2), combinada con la propuesta de Ken Wilber y con aportaciones personales. Según este autor, podemos encontrar tres grandes fases en la evolución de la conciencia humana: fase pre-racional, racional y trans-racional, cada una de las cuales se divide en otras tantas subfases o niveles. A saber: 

Fase pre-racional: 

     1. Nivel Arcaico-instintivo. Se trata del nivel de la su­pervivencia básica, un nivel en el que resultan prioritarios el alimento, el agua, el calor, el sexo y la seguridad y en el que la supervivencia depende de los hábitos y de los instintos. Apenas si existe yo diferenciado y la perpetuación de la vida requiere de la agrupación en hordas de supervivencia. 

Se halla presente en las primeras sociedades humanas, en los recién nacidos, los ancianos, los últimos estadios de quienes padecen la enfermedad de Alzheimer, los locos que vagabundean por las calles y las masas hambrientas. 

     2. Nivel Mágico-animista. Está determinado por el pensamiento animista y por una extrema polarización entre el bien y el mal. Los espíritus mágicos pueblan la tierra y a ellos hay que supeditarse apelando a todo tipo de bendicio­nes, maldiciones y hechizos. Se agrupa en tribus étnicas. El espíritu mora en los ancestros y es el que cohesiona a la tribu. Los vínculos políticos están determinados por el paren­tesco y el linaje. Parece “holístico” pero, en realidad, es ato­místico (“cada recodo del río tiene su nombre pero el río carece de nombre”). 

Se halla presente en la maldición vudú, los juramentos de sangre, el rencor, los encantamientos, los rituales fami­liares, las creencias y las supersticiones mágicas de la et­nia. Fuertemente implantado en los asentamientos del Ter­cer Mundo, las bandas, los equipos deportivos y las tribus. 

     3. Nivel Mítico primario. Comienzo de la emergencia de un yo ajeno a la tribu; poderoso, impulsivo, egocéntri­co y heroico. Espíritus míticos, dragones, bestias y perso­nas poderosas. Los señores feudales protegen a sus subor­dinados a cambio de obediencia y trabajo. Fundamento de los imperios feudales (el poder y la gloria). El mundo se presenta como una jungla llena de amenazas y de todo tipo de predadores. Dominantes y dominados. El yo campa a sus anchas sin cortapisas de ningún tipo. 

Se halla presente en el rebelde sin causa, la mentalidad fronteriza, los reinos feudales, los héroes épicos, los líde­res de las bandas, los malvados de las películas de James Bond, los mercenarios, las estrellas del rock, Atila, rey de los hunos y El señor de las moscas. 

     4. Nivel Mítico Desarrollado. La vida tiene un sentido, una di­rección, un objetivo y un orden impuesto por un Otro to­dopoderoso. Este orden impone un código de conducta ba­sado en principios absolutistas y fijos acerca de lo que está “bien” y de lo que está “mal”. El acatamiento de ese códi­go y de esas reglas se ve recompensado, mientras que su violación, por el contrario, tiene repercusiones muy graves y duraderas. Fundamento de las antiguas naciones. Jerarquías sociales rígidas y paternalistas, sólo hay un modo correcto de pensar. Ley y orden, control de la impulsividad a través de la culpa, creencias literales y fundamentalistas y obediencia a una ley impuesta por un Otro fuertemente convencional y conformista. A menudo asume un aspecto “religioso” o “mítico”, aunque también puede asumir el aspecto de un Orden o de una misión secular o atea. 

Se halla presente en la América puritana, en la China confuciana y en la Inglaterra de Dickens, en los códigos de honor de la caballería, en las obras buenas y caritativas, en el fundamentalismo islámico, en las “buenas obras” de los scouts, en el patriotismo de la “mayoría moral”. 

Fase racional. 

     5. Nivel Racional-científico. En este nivel, el yo “esca­pa” de la “mentalidad del rebaño” y busca la verdad y el significado en términos individuales. Es un nivel hipo­tético-­deductivo, experimental, objetivo, mecánico y ope­rativo (o, lo que es lo mismo, científico). El mundo se pre­senta como una maquinaria racional bien engrasada que funciona siguiendo leyes naturales que pueden ser apren­didas, dominadas y manipuladas en propio beneficio. Muy orientada hacia objetivos y especialmente (en el primer mundo) hacia el beneficio material. Las leyes de la ciencia gobiernan la política, la economía y los asuntos humanos. El mundo se presenta como una especie de tablero de aje­drez en el que destacan los ganadores. Alianzas comercia­les y explotación de los recursos de la Tierra en beneficio propio. Fundamento de las sociedades de estados. 

Se halla presente en la Ilustración, Walt Street, la Costa Azul, la clase media emergente de todo del mundo, la industria de la moda y de la cosmética, la búsqueda del triunfo, el colonialismo, la guerra fría, el materialismo y el liberalismo centrado en uno mismo. 

Estos cinco niveles forman parte de lo que Don Beck y Christopher Cowan llaman “Conciencia o pensamiento de primer grado ”. Esto quiere decir que ninguno de estos niveles es capaz de tomar conciencia de la existencia de los demás niveles. Por consiguiente, cada uno de los niveles del primer grado considera que su visión del mundo es la única adecuada y, por lo tanto, reacciona negativamente cada vez que se siente amenazado. 

Con la emergencia del siguiente nivel, el relativista-multicéntrico, sucede un avance trascendental: el pensamiento de segundo grado , es decir, una modalidad de conciencia plenamente consciente de los niveles inferiores del desarrollo que permite dar un paso atrás y asumir una visión más global. Los niveles del pensamiento de segundo grado reconocen y comprenden el papel que desempeñan – y en consecuencia, la necesidad- el resto de los niveles. 

Fase trans-racional. 

     6. Nivel Relativista -multicéntrico . Centrado en la comunidad, en la relación entre los seres humanos, en las redes y en la sen­sibilidad ecológica. El espíritu humano debe ser liberado de la codicia, del dogma y de la división; el respeto y la atención a los demás reemplazan a la fría razón; respeto y cuidado por la tierra, Gaia y la vida. Establece vínculos y uniones laterales y es contrario a las jerarquías. Yo perme­able y relacional centrado en redes. Énfasis en el diálogo y las relaciones. Fundamento de las comunidades de valor (agrupaciones libremente elegidas basadas en sentimientos compartidos). Toma de decisiones sustentada en la conci­liación y el consenso. Presta atención a la es­piritualidad, la armonía y el enriquecimiento del potencial humano. Fuertemente igualitario, antijerárquico, centrado en valores plurales, en la construcción social de la reali­dad, en la diversidad, el multiculturalismo y la relativiza­ción de los valores, una visión del mundo a la que habitualmente se conoce con el nombre de relativismo pluralista. Subjetivo y centrado en el pensamiento no line­al; fomenta la cordialidad, la sensibilidad, el respeto y el cuidado por la Tierra y por todos sus habitantes. 

Se halla presente en la ecología profunda, el postmo­dernismo, el idealismo holandés, el counseling de Rogers, el cuidado por la salud canadiense, la sicología humanista, la teología de la liberación, el Consejo Mundial de las Iglesias, (Greenpeace, los derechos de los animales, el eco­feminismo, el postcolonialismo, Foucault/Derrida, los movimientos en pro de la diversi­dad, los derechos humanos y la ecopsicología. 

     7. Nivel Integrador. La vida se presenta como un caleidoscopio de jerarquías (holoarquías), sistemas y formas naturales cuya prioridad principal gira en torno a la flexibilidad, la espontaneidad y la funcionalidad. Las diferencias y las pluralidades pueden integrarse naturalmente en corrien­tes interdependientes. El igualitarismo puede complemen­tarse, cuando es necesario, con grados naturales de ordena­miento y excelencia, con lo cual el rango, el poder, el estado y la dependencia del grupo se ven reemplazados por el conoci miento y la idoneidad , El orden mundial prevalente es el resultado de la existencia de diferentes niveles de realidad (memes) y de las inexorables 

pautas del movimiento de as­censo y descenso en la espiral dinámica. El gobierno ade­cuado facilita la emergencia de entidades pertenecientes a niveles de complejidad cada vez mayor (jerarquía atildada). 

     8. Nivel Holístico . Sistema holístico universal, ho­Iones/olas de energías integrativas; integra el sentimiento y el conocimiento; múltipless niveles entrelazados en un sistema consciente. Orden universal consciente y vivo que no se basa en reglas externas ni en lazos grupales. Tanto teórica como prácticamente, es posible una “gran unificación”, una unidad total de todas las formas de vida y niveles de conciencia. Hay ocasiones en que desencadena la emergencia de una nueva espiritualidad que engloba la totalidad de la existencia. El pensamiento holístico utiliza todos los niveles de la espiral, advierte la interacción existente entre múltiples niveles y detecta los armónicos, las fuerzas místicas y los estados de flujo que impregnan cualquier organización.

LO RELIGIOSO

Una vez visto esto, me gustaría abordar ahora el asunto de “lo religioso”. Para empezar creo que es crucial el diferenciar entre “religiosidad”, “tradiciones religiosas” e “instituciones religiosas”. 

Acerca de la religiosidad. 

La mayor parte de los estudiosos de la fenomenología de la religión están de acuerdo en que el sentimiento religioso surge en la humanidad primitiva al mismo tiempo y de forma indisociable al surgimiento de la conciencia individual. 

La paulatina irrupción de conciencia individual (en la que es posible ver el trasfondo de lo que algunas religiones llaman el “pecado original”) va irremediablemente acompañada por la angustia del yo separado. Esta angustia podría representar la “caída” y la “expulsión” del paraíso de la fusión inconsciente con el Todo, fusión propia del estado de conciencia pre-egoico. 

Podemos ver pues en la base del sentimiento religioso el anhelo de liberación de tal angustia del yo separado. 

La religiosidad adopta dos formas básicas: 

La religiosidad horizontal (traslativa) ( laukika en sánscrito) y la religiosidad vertical (transformadora) ( lokotara en sánscrito). 

La función de la religiosidad horizontal es la de proporcionar significado y sosiego al yo separado, fortaleciendo la identidad individual (el ego) o colectiva (supergo) a través de un sistema de creencia, de ritos y de normas socio-culturales. La religiosidad horizontal es la modalidad característica de los niveles pre-racionales y su forma religiosa propia es la creencia , ya sea creencia arcaico-instintiva, mágico-animista o mítica. Su práctica se reduce a ritos diversos (ritos propiciatorios, ritos de paso, ritos de consolidación del sistema de creencias). 

Para la religiosidad horizontal el término “religión” significa pues unir (cohesionar) la propia individualidad y unir las individualidades en un sistema de creencia que fortalezca la identidad social o étnica. 

La función de la religiosidad vertical es la de favorecer la trascendencia del yo separado, facilitando el acceso y la consolidación de un estado de conciencia de unidad no-dual que se encuentra más allá del ego. La base de la religiosidad vertical es la experiencia de unidad trascendente y omniabarcadora y sus prácticas constituyen un conjunto de técnicas psico-físicas elaboradas y experimentadas a lo largo de los siglos (yoga, diversas técnicas de meditación, ejercicios sufies, técnicas de acceso a estados místicos, la meditación del hesicasmo del cristianismo ortodoxo, etc.). 

Para la religiosidad vertical, el termino “religión” significa fundir la conciencia de la propia individualidad con el Todo, 

Hay que destacar que casi todas las grandes tradiciones religiosas tienen un núcleo central de religiosidad vertical practicada por una minoría de seguidores –a lo que podríamos llamar también religión esotérica-, mientras que la mayor parte de la población religiosa practica una religiosidad horizontal –a la que podríamos llamar también religión exotérica-. 

Así pues, mientras que la religiosidad horizontal se basa en creencias , la religiosidad vertical se basa en experiencias . Veamos esto con más detenimiento. 

La creencia es la expresión más simple de la religiosidad. De hecho, la mayor parte de las veces opera sin ninguna conexión con la verdadera religiosidad. Creencia es casi sinónimo de militancia. El creyente es siempre un militante. La creencia es superstición. Al contrario de lo que se cree popularmente, la creencia no es un acto de fe religiosa, sino la adopción ciega de un sistema mítico que opera como un símbolo de inmortalidad y de trascendencia, tendente a mitigar -no a disolver- la angustia existencial del yo separado. 

La creencia es una expresión pre-racional que sustenta la religiosidad horizontal. No necesita la razón. Es más, en muchas de sus expresiones es anti-racional. La expresión popular de la mayoría de las religiones actuales está sustentada en creencias de este tipo. 

La creencia no es exclusiva del sentimiento religioso. Se da también en ámbitos científicos, culturales e ideológicos. 

Lo que distingue al creyente es su pasión por convertir a los demás y su lucha encarnizada contra el incrédulo. Dado que se trata, de hecho, de un sistema ideológico que opera como símbolo de inmortalidad y de salvación, el creyente no puede permitir que otros no crean en lo que él cree, puesto que la incredulidad ajena pone en tela de juicio la “veracidad” de su sistema de salvación y con ello su propia creencia en él. Por ello, al tratar de convertir al otro, el creyente trata sobre todo de dominar su propio yo incrédulo. 

Los fanatismos, los fundamentalismos, las guerras santas, las inquisiciones diversas, sean del color que sean, proceden todos ellos de este nivel de religiosidad basado en las creencias. 

Las creencias, repito, ya sean arcaicas-instintivas, mágicas o míticas, son la base de la religiosidad horizontal. La frase del Marx “la religión es el opio del pueblo” puede ser perfectamente aplicada a esta forma de religiosidad, puesto que la creencia tan sólo mitiga o narcotiza la angustia existencial del yo separado, pero de ninguna manera la resuelve. 

La fe . Fe no es exactamente lo mismo que creencia. El creyente y el hombre o la mujer de fe viven una religiosidad interiormente muy distinta, aunque exteriormente parezca la misma porque comparten los mismos símbolos o creencias externas. La fe presupone la intuición preliminar y algo vaga del conocimiento superior que sólo se adquiere mediante la verdadera experiencia religiosa de la Unidad trascendente. Así como la creencia es anti-racional, la fe no se opone a la razón, aunque su naturaleza no sea de índole racional. La fe es una forma de conocimiento basado en la intuición no racional, aunque tampoco anti-racional. La fe es el sentimiento religioso que queda cuando la creencia ha pasado el filtro de la razón. La persona de fe verdadera tiende a alejarse del literalismo, del dogmatismo, del deseo de convertir a otros y del fundamentalismo que definen al creyente estereotipo. La persona de fe no busca el consuelo de la creencia, razón por la cual es presa a menudo de grandes y angustiosas dudas religiosas. La fe se aleja de la certeza literal y dogmática de la creencia y por ello la persona de fe experimenta a menudo la tensión provocada por la duda. Tensión que sólo puede ser resuelta mediante la verdadera experiencia religiosa de la Unidad trascedente y de ninguna manera por el sustituto que supone la creencia. La fe es una premonición, un preámbulo y un impulso hacia la verdadera experiencia religiosa. 

La fe es un sentimiento que se encuentra entre la religiosa horizontal y la religiosidad vertical. Aún no se ha separado totalmente de la primera pero tampoco constituye una experiencia propia de la segunda. Es la intuición de que “hay algo más allá” del nivel de las creencias y de la razón. 

La experiencia religiosa de la Unidad trascendente. La experiencia religiosa de la Unidad es un acto de conocimiento superior, trascendente (más allá del ego) y trans-racional (más allá de la razón). Es un hecho que va más allá de la mera creencia y de la fe misma. Lo que la fe intuía, la experiencia lo confirma. Abraham Maslow, el padre de la sicología humanista, la llamó “experiencia cumbre” porque es a través de ella desde donde se obtiene la visión más completa de la condición y del sentido de la existencia humana. 

Es importante destacar que la experiencia religiosa de la Unidad trasciende el dominio de lo racional incluyéndolo, no oponiéndose a él, pero superándolo. Este matiz es sumamente importante. Para la razón ilustrada, todo lo que no sea del dominio de la razón es superstición irracional, es decir, un impulso regresivo hacia niveles evolutivos inferiores a la lógica de la razón. La razón ilustrada considera que la racionalidad es el estado evolutivo último del ser humano y que más allá de él no existe nada más. La verdadera experiencia religiosa de la Unidad trascendente nos conduce, por el contrario, a dominios de conocimiento y de existencia con significados muchos más profundos, intensos, complejos y onmiabarcadores. La verdadera religiosidad es trans-racional, no pre-racional. La razón ilustrada no diferencia entre estados pre-racionales y trans-racionales, por lo que considera que todo lo no-racional es sencillamente pre-racional o irracional. Por ello, al tratar de desaguar el agua de las creencias supersticiosas arroja al mismo tiempo al niño de la espiritualidad por el desagüe. 

La experiencia religiosa de la Unidad trascendente supera, repito, el ámbito de lo racional pero sin negarlo, incluyéndolo y utilizándolo en su nivel apropiado. 

En el Zen se dice que ninguna descripción del sabor de una manzana puede hacernos sentir qué es una manzana. Por el contrario, cuando tenemos la experiencia de morder una manzana, sabemos inmediatamente y de forma directa cuál es su sabor. 

Con la experiencia religiosa de la Unidad trascendente, el hombre o la mujer de fe se convierte en un sabio, en un místico, en alguien que ha visto, un psicopombo, alguien que ha experimentado lo Inefable. 

La integración de la experiencia. Ahora bien, una cosa es tener una experiencia religiosa de Unidad trascendente de forma puntual, ya sea espontánea o conscientemente buscada, y otra vivir la vida de cada día de acuerdo a la visión obtenida en esa experiencia. La forma más madura, profunda y completa de experiencia religiosa es aquella en la que la experiencia de lo trascendente se manifiesta en la vida cotidiana del practicante. De poco vale alcanzar una visión superior de forma puntual si después no sabemos cómo vivir nuestra vida de cada día de acuerdo a esa visión. En este punto, la experiencia religiosa de Unidad trascendente trascendente se convierte en experiencia religiosa inmanente. La verdadera experiencia religiosa no es sólo la que vivimos en las cimas de las montañas, en la soledad de nuestro retiro, o en la perfecta contemplación del estado de meditación, sino la que somos capaces de vivir y de compartir en nuestras relaciones y situaciones cotidianas. 

Aquí, el sabio, el asceta, el místico vuelve a ser un ser humano común al integrar las visiones superiores con la cotidianidad. 

Acerca de las tradiciones religiosas. 

El sentimiento religioso, es decir, el anhelo de liberación de la angustia existencia generada por la conciencia individual o del yo separado, es común a todos los seres humanos, sea cual sea su lugar de origen, la época en la que viva o el sistema socio-cultural en el que haya nacido, y la modalidad de religiosidad que adopte. Su carácter es universal pues forma parte de la naturaleza humana 

Es este sentimiento religioso el que ha dado nacimiento a las diversas tradiciones religiosas de la humanidad. 

En el origen de casi todas las tradiciones religiosas se encuentra una experiencia trascendente, es decir, alguien, el fundador o los fundadores, que han experimentado un estado de conocimiento supremo y de trascendencia, una verdad inefable. 

Esta experiencia religiosa de la Unidad trascendente puede suceder de dos formas: A) surgida espontáneamente o B) conscientemente buscada y generada por una determinada técnica psico-fisio-espiritual. 

Si la experiencia ha surgido espontáneamente sin la mediación de ninguna tecnología espiritual, el fundador no puede transmitir a los demás más que la fe en dicha experiencia. De este modo, suele suceder que, con el transcurrir del tiempo, esta experiencia real y espontánea del fundador pasa a convertirse en un vago recuerdo del pasado y la tradición iniciada por él se carga paulatinamente de elementos supersticiosos y de creencias. Este es el caso de las tradiciones basadas en una religiosidad horizontal. 

Por el contrario, si la experiencia de la Unidad trascendente ha sido conscientemente buscada y facilitada por diversas técnicas psico-fisico-espirituales, el fundador puede transmitir a los demás esta metodología, de forma que todos y cada uno de sus seguidores a lo largo de las futuras generaciones puedan ellos mismo experimentar lo mismo que él experimentó. Este es el caso de la tradiciones basadas en una religiosidad vertical. 

Toda tradición religiosa, ya sea de índole horizontal o vertical, conlleva un aspecto positivo y otro negativo. 

En el lado positivo, la tradición religiosa vehícula de generación en generación un sistema de valores, una tecnología espiritual y unos descubrimientos que constituyen un precioso patrimonio religioso de la humanidad con un fuerte poder civilizador, evolutivo, y una riqueza evolutiva insoslayable. 

En el lado negativo, las tradiciones religiosas, como cualquier cuerpo vivo están sujetas a la contingencia: han nacido en un contexto geográfico, en un marco socio-cultural y en una época histórica específicas. Por lo tanto, tienden a envejecer, a anquilosarse, a extrapolar valores propios de un contexto temporal, social y geográfico determinado a otros en el intento de convertirlos en valores universales. Esto da como resultado que, a menudo, en muchas tradiciones religiosas no encontramos más que un pálido reflejo de la experiencia religiosa trascendente que le dio origen. 

Muchas tradiciones religiosas, especialmente las de carácter horizontal, han desaparecido o desaparecerán inevitablemente, ya que su labor y su función sólo pueden tener lugar en un marco social, histórico y evolutivo determinado. 

Las tradiciones religiosas de carácter vertical necesitan desprenderse cíclicamente de la costra de la contingencia, de los anecdótico, de los estrictamente condicionado, con el fin de cumplir con su función que no es otra que la de facilitar la experiencia de lo Incondicinado. 

Acerca de las instituciones religiosas. 

En su origen, el objetivo básico de toda institución religiosa no es otro que el de preservar la pureza de la experiencia de su fundador transmitida a través de su tradición, o bien el cuerpo doctrinal y el sistema de creencia que constituyen su idiosincrasia. El hecho mismo de la institucionalización no debe ser considerado en sí mismo como perverso. Como seres humanos necesitamos dar forma a nuestras intuiciones, experiencias, relaciones y descubrimientos. No podemos negar la tendencia y la necesidad humana a una cierta institucionalización. 

Se podría decir que las instituciones religiosas son la concreción en el espacio y en el tiempo de las tradiciones religiosas, las cuales a su vez, lo son o tratan de serlo, de la experiencia religiosa o del cuerpo doctrinario de su fundador. 

Las instituciones religiosas son el aspecto más material de la religiosidad, su concreción en la materia, en el espacio, en el tiempo y en las contingencias de lo social, lo político y lo económico. Por ello mismo, las instituciones religiosas son el aspecto de lo religioso que más sujeto está al deterioro, a la perversión, a la corrupción, procedente no sólo de la condición humana, sino también provocada por el paso mismo del tiempo y por las circunstancias sociales, políticas y económicas. 

Desde mi punto de vista, las instituciones religiosas son como el cuerpo de la religiosidad. Así como el cuerpo humano envejece, se anquilosa, enferma, se deteriora y muere, también a las instituciones religiosas les sucede lo mismo. 

EL PAPEL DE LAS RELIGIONES EN EL SIGLO XXI 

Una vez visto esto, podemos abordar con mayor concreción la pregunta: ¿Cuál es el papel de las religiones en el siglo XXI? Para ello tenemos que clarificar: ¿a qué nos estamos refiriendo cuando decimos “religiones”?, ¿a la “religiosidad”? Si es así, ¿a qué tipo de religiosidad nos estamos refiriendo, a la religiosidad que hemos llamado horizontal o a la vertical? ¿O tal vez nos referimos a las diversas tradiciones religiosas actualmente existentes? ¿O con “religiones” queremos decir “instituciones religiosas”? 

Para responder a estas preguntas, es de suma utilidad tener en cuenta los siguientes datos obtenidos por Don Beck y Christopher Cowan: 

Nivel evolutivo Porcentaje de población Cuota de poder:

          1. Arcaico-instintivo 0,1 % 0 %
          2. Mágico-animista 10 % 1 %
          3. Mítico primario 20 % 5 %
          4. Mítico desarrollado 40 % 30 %
          5. Racional-científico 30 % 50 %
          6. Relativista-multicéntrico 10 % 15 %
          7. Integrador 1 % 5 %
          8. Holístico 1 % 1 % 

Aunque estos datos son sólo aproximativos, su lectura nos hace ver lo siguiente: 

          • Aprox. el 70 % de la población mundial se haya en niveles de conciencia pre-racionales, es decir, practican una religiosidad horizontal basada en las creencias. Estos niveles representan el 36 % del poder mundial. 

          • Aprox. el 30 % de la población mundial se haya en el nivel racional-científico. Con un 50 % de cuota de poder. 

          • Aprox. el 12 % de la población mundial se haya en niveles trans-racionales, con una cuota de poder del 21 %. La religiosidad propia de estos niveles es la vertical basada en práctica efectivas de acceso a estados superiores. 

Con el fin de poder comprender lo que pueden dar de sí tanto la religiosidad innata del ser humano como las diversas tradiciones religiosas en el futuro, podemos comenzar por ver lo que ha sucedido en el pasado y lo que está sucediendo en el presente. Solo entonces podremos hacer una prospectiva de futuro con cierta confianza. 

Fijémonos, por ejemplo, en los conflictos más característicos en torno a lo religioso. Los dos conflictos más comunes son a) el enfrentamiento interreligioso y b) el enfrentamiento entre religión y modernidad. 

A) El enfrentamiento interreligioso. 

La historia está plagada de guerras de religiones. Aún actualmente las noticias diarias no sacuden con guerras interreligiosas o enfrentamientos entre adeptos de distintas religiones que dejan un impresionante saldo de muertos, heridos y un reguero de odio y de violencia. 

Este conflicto tiene lugar, de hecho, entre religiosidades horizontales, basadas en las creencias, y no entre religiosidades verticales, basadas en la experiencia de la Unidad trascendente. Se enfrentan aquellos que tienen creencias distintas con el convencimiento de que la creencia de cada uno de ellos es la verdadera, y la otra falsa. Además, es importante darse cuenta de que la mayoría de los enfrentamientos entre partidarios de religiones distintas no se producen estrictamente por motivos religiosos sino por motivos económicos, políticos, y territoriales, -es decir, por la búsqueda de poder- para los que “lo religioso” es sólo una excusa y una tapadera que utilizan los líderes maquiavélicos que manipulan a las masas de creyentes. 

El conflicto entre personas que han experimentado la Unidad subyacente a la diversidad es imposible por definición y por naturaleza. Sea cual sea el camino por el que se ha llegado a ella, la experiencia de la Unidad es la experiencia de la Unidad. No hay dos experiencia de dos Unidades diferentes. Hay una única experiencia de una única Unidad. Las personas que practican una religiosidad vertical abren su corazón a la totalidad. Y la totalidad incluye a los seguidores de otros caminos espirituales. 

La lucha entre religiones se da pues sólo en el nivel de religiosidad basado en las creencias pre-racionales, estado espiritual en el que como hemos visto se encuentra el 70 % de la población mundial. 

B) El enfrentamiento entre religión y modernidad. 

El conflicto entre lo religioso y lo racional dista aún mucho de estar resuelto. Aunque es muy importante darse cuenta de que este conflicto sucede en realidad entre una religiosidad horizontal basada en la creencia y la razón, no entre la religiosidad vertical y la razón. La experiencia de la Unidad trascendente es trans-racional, no pre-racional, esto quiere decir que incluye la visión racional. 

La visión racional emergió por primera vez en la historia de la humanidad de forma evidente alrededor del siglo V antes de la era cristiana, tanto en la Grecia clásica con los primeros filósofos griegos como en India con el Buda Sakiamuni. No obstante, ambas racionalidades tomaron rumbos distintos: los filósofos griegos se enfocaron sobre la naturaleza del mundo físico, objetivo, mientras que el Buda aplicó el análisis racional al mundo mental, subjetivo. La filosofía racionalista griega daría lugar al pensamiento científico y éste a la tecnología, mientras que el racionalismo budista daría lugar a un conocimiento profundo de la conciencia humana y a una tecnología espiritual muy desarrollada. 

Aún después de su emergencia en una élite de humanos, el racionalismo siguió rodeado por una población mayormente anclada en las creencias y en las supersticiones, ya fueran de carácter mágico-animista o mítico. 

La destrucción de la biblioteca de Alejandría supuso un enorme parón en la evolución del pensamiento racional-científico. Le seguirían mil años de oscurantismo – baja y alta Edad Media- durante los cuales una religiosidad basada en creencias míticas se enseñoreó del Occidente cristiano. 

El Renacimiento supuso una nueva emergencia de lo racional –una emergencia evolutivamente imparable-. Las ciencias físicas y matemáticas tomaron fuerte impulso. La aparición del positivismo y del racionalismo como filosofías impulsaron el desarrollo del pensamiento científico y de sus aplicaciones técnicas. Con los ideales de la Revolución Francesa, el individuo logra por primera vez liberarse políticamente del yugo de la dictadura del mito y poner la individualidad en el centro de la vida social, política y religiosa. Con la Revolución Industrial el pensamiento científico y sus aplicaciones tecnológicas irrumpen con fuerza para convertirse en los valores directrices de las sociedades occidentales a partir de entonces y hasta la actualidad, 

Según los datos de Don Beck y Christopher Cowan, a pesar de que sólo el 30 % de la población mundial se haya instalada en el nivel científico-racional, su cuota de poder es del 50 %. Y es de prever, y de desear, que ambos índices no harán más que crecer en el presente siglo. 

A pesar de ello, la post-modernidad ha traído una crisis de “lo racional” y muchos observadores tienen la impresión de que lo irracional –lo mágico y lo mítico- está irrumpiendo de nuevo con fuerza en nuestras sociedades. Desde mi punto de vista, esta crisis de lo racional es saludable porque supone el fin de la “dictadura racionalista”. Esta dictadura se apoyó en el siguiente presupuesto: “Todo lo que no es racional es irracional, es decir, pre-racional, por lo tanto, regresivo”. Como ya he señalado antes, esta actitud coarta y reprime toda posibilidad al ser humano de acceder a niveles de conciencia trascendente, cercenando un anhelo y un impulso inherente a la naturaleza humana. El racionalismo, al ser aún una forma de conocimiento de primer grado, es incapaz de alcanzar una visión global de la complejidad de la conciencia humana. El racionalismo sólo puede ver desde el punto de vista de la razón, pero no más allá. Y este es precisamente el nudo gordiano porque los racionalistas puros y duros ni siquiera conciben ni aceptan la posibilidad de que haya algo más allá de la razón. 

El conflicto entre la religiosidad mítica y la razón es un conflicto entre dos formas de pensamiento de primer grado, incapaces cada una de ellas de reconocer y valorar la importancia de la otra: la religiosidad mítica exclusiva – que durante siglos ha dominado el panorama en Occidente y sigue haciéndolo en muchas otras sociedades no-occidentales- entra en conflicto con la racionalidad exclusiva. Es esta racionalidad intolerante la que ha entrado en crisis con la post-modernidad. 

No obstante, la pos-modernidad nos ha traído también una buena y gran noticia: la emergencia de un nuevo nivel de pensamiento, al que podríamos llamar relativista-multicéntrico (ver el comienzo de este escrito). Con este nuevo nivel, ya de segundo grado, se abre una gran oportunidad de reconciliar visiones hasta ahora enfrentadas. 

Una prospectiva de futuro.

A mi modo de ver, el reto más importante que tenemos a partir de este siglo es: 

¿Cómo favorecer un proceso natural de evolución desde lo pre-racional a lo racional? Es decir, desde lo arcaico-instintivo (0,1 % de la población) a lo mágico-animista; desde lo mágico-animista (10 % de la población) a lo mítico; desde lo mítico (60 % de la población) a lo racional; ¿Cómo favorecer la evolución natural desde lo racional (30 % de la población) a lo trans-racional; desde lo trans-racional (12 % de la población) al estado de Unidad Fundamental y de plena realización del potencial humano? Y esto, basándonos en un exquisito respeto a todas las formas de vida religiosas y culturales. En otras palabras, ¿cómo gestionar las necesidades diferentes y las relaciones entre las muchas humanidades que conforman la Humanidad?

   

(1) Dr. Clare W. Graves, Professor Emeritus Psychology, Union College , New York (1914-1986) ( www.clareswgraves.com )

(2) http://www.spiraldynamics.com/ y http://www.spiraldynamics.org/ 

 

 

                  

 

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50 comentarios

  • Es muy difícil erradicar el espíritu inquisitorial. Lo digo por algunos inquisidores pequeñitos, que enseñan la patita…
     

  • Sarrionandia

    Antonio: dices:   24-Enero-2010 – 20:35 pm Como moderador de ATRIO tomo la decisión de suprimir de esta entrada toda polémica sobre temas que no entran para nada en el tema.
    No obstante, hoy 30-Enero-2010. he tropezado en mi lectura con todas ellas. Será que las tareas de limpieza no funcionan?
    Me ecanta el tema de la evolución sicológica humana y su incidencia en las religiones, Me gusaría verla uncida a la sicología transaccional de Eric Berne. Pero ya sé que todo no se puede.
    Espero que a esta intervención tuya se le haga más caso que a las normas vigentes.

  • Cuidado, hay maneras sibilinas de replicar tangencialmente. El que pueda, que lo coja…

  • Equipo Atrio

    Como moderador de ATRIO tomo la decisión de suprimir de esta entrada toda polémica sobre temas que no entran para nada en el tema.
    Cada uno ha podido ya expresar sus opiniones sobre la despenalización del aborto o la guerra civil suficientemente en otras entradas a las que pueden acudir si quieren.
    Antonio Duato.

  • ana rodrigo

    Pasaba por aquí y me digo, voy a ver por dónde va este tema, comienzo a leer comentarios y más comentarios, y vuelvo a decirme ¿me habré equivocado de post? Yo pensaba que había pinchado en el de la religión en el siglo XXI. Miro el títular y enfectivamente, no me había equivocado. Así que ahí os dejo con el iluminado Miguel Gonzáles y sus temas, (que no son los del post, claro). Allá cada cual, pero me temo que este señor no va a avanzar mucho más allá de la Falange Española y de las JONS. Hala! que a ustedes les vaya bien….

  • Miguel González:

    Por supuesto que hacer apología del terrorismo es condenable. ¿Quién lo discute? Pero los hijos de los vencidos en la guerra, y que milagrosamente sobrevivieron, a pesar de la brutal represión franquista. Los hijos de los vencidos, como yo mismo. Hemos vivido nuestros primeros años, con el miedo metido en el cuerpo, en la España gris que tenia institucionalizado el terror desde de mismo Estado fascista.
    Después resulta ser que “todos somos buenos”, como si no hubiese pasado nada. Esto es una burla a quienes murieron por las libertades de los españolitos, es decir, nosotros. Y una burla a los que hemos tenido que mantener con nuestro trabajo y silencio, los privilegios de todo tipo, de que gozaron los hijos de los vencedores.

    Aquí ha pasado y mucho. Para que haya reconciliación, solo puede ser, desde la base de la justicia, y muchos españoles aún tenemos hambre y sed de esta justicia.

  • El franquismo fue un régimen terrorista. Así que Miguel, es una buena oportunidad para que muestres congruencia con lo que siempre repites, que una barbaridad de unos (ETA) no legitima para defender la barbaridad de otros (franquismo). Sería una enorme decepción que después de tantas palabras escritas, seas igual que lo que tantos denuncias, no crees?

    Saludos cordiales

  • Miguel González

    Buenas tardes, Teófilo. Parece ser que estamos de acuerdo en más cosas de las que yo creía. En todo caso y de acuerdo a las normas de Atrio, dado que este asunto ha sido tratado ampliamente en otro hilo específico, también yo doy por zanjado este debate.

    Saludos.

  • Miguel González

    Luis Troyano, quienes tienen que rendir cuentas a la justicia son los que hacen apología del terrorismo.

  • teofilo liberto

    Oiga, Miguel González, permítame que le diga que su largo discurso, a mi juicio muy bien urdido, muy bien pensado, muyt bien escrito, no obstante yerra precisamente donde más quiere dar en el clavo, a saber, en acusarme a mí de hacer afirmaciones que en ningún momento he hecho a través de los comentarios que he ido publicando en este hilo. He confesado que estoy en contra del aborto, pero asimismo he confesado que no me atrae del todo alinearme con los sectores más conservadores provida (he llegado a estar presente en convocatorias con Benigno Blanco, un señor tan respetable como conservador), porque es que además conozco algo esa movida. Y tampoco satanizo a esas personas provida, que pueden ser excelentes.

    Como tampoco le niego el pan y la sal como por sistema a los progresistas, con cuyas tesis y reivindicaciones a menudo no estoy de acuerdo. En realidad, si usted se fija bien lo que trato de afirmar, por activa y por pasiva en mis escritos, no es tanto que yo comparta el aborto, que no lo comparto, cuanto la extrañeza que me produce el creer darme cuenta de cómo la actuación de los obispos católicos parece -conste, digo “parece”, no entro a juzgar conciencias- tendenciosamente escorada hacia la derecha política -y económica, teológica, etcétera-. ¿Qué quiere usted que le diga si lo veo así? Y muchísima gente lo ve así; y descreo profundamente de que toda esa gente que lo vee así es que es retorcida, progre, desafecta, herética, etcétera, como usted sugiere.
    Y me mantengo en mis trece sobre lo siguiente que diré, porque es convicción profunda: no al aborto, pero acaso un no más rotundo a la muerte diaria de 30.000 niños de hambre (niños y niñas no solo con derecho a nacer por su condición de previos embriones y fetos, sino porque piensan, sienten, gozan, sufren, comen y beben, sueñan y tienen una red de relaciones afectivas y familiares). Insisto en que si a usted le parecen demasiado progres y partidistas mis argumentos, concluyo con que es su problema, no el mío.
    Le confieso una cosa: yo también rechazo más el aborto que toda serie cualquiera de crímenes y atentados contra la dignidad y el respeto a la vida humana. ¿Sabe usted por qué? Porque me compromete metos vitalmente, porque pone en peligro menos mi integridad física, mi salud, mi vida. Puesto que no es igual de arriesgado salir a la calle a denunciar el imperialismo multinacional, por ejemplo, dando nombres y apellidos, que salir a la calle a denunciar las leyes que amparan y legalizan la práctica del aborto.
    Ya sé que no es políticamente incorrecto en los tiempos que corren decir no al aborto, no en cualquier supuesto, sólo que sigue siendo más arriesgado (pone más claramente en peligro tu vida) comprometerse en la lucha solidaria y profética por la justicia, que comprometerse en la denuncia pública del aborto. Por eso el arzobispo Óscar Romero acabó como acabó y por eso Teresa de Calcuta acabó como acabó, probablemente santos los dos. Abundando sobre este particular, repare uste en cuántos mártires se conocen cuyo martirio haya sido consecuencia de su defensa del derecho a la vida, y cuántos lo son por su compromiso a favor de la justicia.
    En ningún momento he afirmado que la Iglesia (por lo común llamada ICAR en Atrio) esté corrompida o que los obispos sean todos unos indecentes, etcétera. En absoluto. Los hay excelentes, encomiables. Sin embargo, creo que la imagen que dan los obispos en general, salvo honrosas excepciones, no es precisamente esa, la de vivir a pie de calle, yendo a comprar el pan y el periódico al quisco de la esquina, viajando en metro o en guagua (soy canario), comiendo en bares de obreros, etcétera.
    Carezco de tiempo para seguir con réplicas pora este hilo, así que por mi parte doy por zanjada esta discusión.

  • Miguel González:

    Golpistas son quienes vuelven a las andadas de traer a colación un tema que la sociedad española había zanjado definitivamente.”

    MENTIRA, eso el lo que desean, los que tienen mucho de que rendir cuentas a la justicia.
    Se morirán antes, por edad, y porque en este país nuestro, la justicia es el último reducto del franquismo. Hay muchos jueces ultraconservadores admiradores del “caudillo” y muchos clérigos añorantes del nacional-catolicismo.

  • Miguel González

    Parece ser que en diagonal o en vertical, las víctimas son quienes padecen las andanadas de los descerebrados que utilizan el terrorismo que como cualquier persona civilizada conoce, no es un instrumento válido en un marco de libertades, a no ser que algunos propugnen la ley de la selva. No podemos volver a Adán y Eva, luego hablamos del hoy no del ayer porque si retrocedemos, tendremos que llegar más allá de lo que los guerracivilistas estarían dispuestos a aceptar.

    De manera que las víctimas son ciudadanos normales que pasaban por allí o que dedican su vida a la seguridad de todos (inocentes, pues) y son atacados de manera cobarde por desalmados sembradores del terror para obligar a una sociedad entera a arrodillarse ante ellos y transigir en lo que los totalitarios creen que es la verdad. Los verdugos son los que utilizan instrumentos de muerte para imponer el totalitarismo. Y golpistas son quienes vuelven a las andadas de traer a colación un tema que la sociedad española había zanjado definitivamente.

  • Pepe Sala

    He ojeado, en diagonal, el último mensaje y me queda la gran duda de saber quienes son las víctimas, quienes son los terroristas, y quienes son los asesinos GOLPISTAS:

    Pondré un pequeño ejemplo, de los miles que hay en España, por si alguien me lo puede aclarar a la luz de éstos ejemplos:

    “”Dos mil mujeres republicanas de entre 16 y 80 años estuvieron encerradas en la prisión de Saturraran, en Mutriku, entre 1937 y 1944. Según los expedientes que figuran en el registro penitenciario, fueron 177 los fallecimientos contabilizados entre reclusas y niños. Las prisioneras que sobrevivieron al encierro padecieron toda suerte de penurias. Fueron también muchas las mujeres que vieron morir a sus hijos en presidio, mientras que a otras se los robaron y jamás los recuperaron.””

    http://www.gara.net/paperezkoa/20070319/8819/es/Carcel/Saturraran/prision/franquista

    Garzón anda liado con la búsqueda de más de 30.000 ( treienta mil) niños robados a sus madres. También intentó aclarar los cientos de miles de asesinatos de una época muy reciente y mus CATOLICA…

    Se encontró con la horma de su zapatao: Falanje Española le ha denunciado por pretender investigar ASESINATOS . Joder, ya se sabe que lo único que debe hacer Garzón ( y los demás jueces) es inventarse delitos de los vascos para salir en la tele, en los periódicos, en los programas de debates y dar pie a mensajes de personas que no tienen ni puta idea de lo que hablan. Eso sí… leen todos los periódicos de régimen, escuchan todas las cadenas de radio ” convenientes” ( COPE Y Radio Maria, sobre todo) y no faltan nunca a las manifas por la familia, el aborto y para protestar por la EPC ( educación para la ciudadanía) ¿Para qué coño hace falta educar en la ciudadanía, mientras haya doctores en la ¿santa madre iglesia?

    ¡¡¡Recristo!!!… ésto no se acaba nunca.

  • Miguel González

    Hola Teófilo:

    ¿Me quiere usted decir que porque supuestamente unos cometan unas fechorías eso le JUSTIFICA a usted para perpetrar, apoyar el aborto? Porque eso no sólo sería sucumbir al relativismo sino que permitiría afirmar sin rodeos que la ideología de muerte imperante en la sociedad actual ha conseguido quebrar el sentido común (incluso la moral) de personas inteligentes. No digamos ya de la generalidad de los mortales que ni se plantean nada de esto. Es decir, ¿cómo puede uno enfrentarse a los asuntos contrastándolos con la posición de la jerarquía y si ella dice A es que es B? Además es que no es cierto. Que la jerarquía no condene lo que usted dice con la frecuencia o del modo como su particular forma de ver las cosas considera que sería lo más acertado no quiere decir que no lo haga. Y repito, doctores tiene, pero yo es lo que veo.

    La guerra justa, la pone usted al mismo nivel que ciertas barbaridades. Precisamente la jerarquía critica las guerras casi todos los días. Y todas. Pero mi opinión particular es que hay guerras y guerras. Hay actuaciones en contra del terrorismo que deberían de ser mucho más contundentes, no sólo que son legítimas y que hacen bien las administraciones en combartirlas. Yo me quejaría de la falta de contundencia en ese combate. Porque se trata de defender a personas inocentes, o sea, a los ciudadanos que con sus impuestos sufragan, entre otras cosas, la protección. No se puede tratar por igual a los verdugos y a sus víctimas. A unos hay que apartarlos y sancionarlos y los otros defenderlos. Veo que ese punto no está claro. Espero que si un grupo terrorista o cualquier otro grupo nos atacara un día no diga usted que debemos rendirnos y no plantarle cara. ¿Para qué tenemos un ejército? Para defendernos si nos atacan. A ver si va a resultar que un estado tiene autonomía para legislar sobre el aborto y no sobre la defensa nacional.

    Dudar de todo, salvo en ciencia, para mi que sólo quiere decir que se ha perdido el norte. Y utilizar la duda o la ausencia de unanimidad científica sobre un no nacido como coartada para eliminarlo sin más, una temeridad como poco. Precisamente si hay duda y ante la importancia del caso, entonces lo razonable sería que mientras no haya más claridad no se deben realizar hechos irreversibles. Pero es que, además, no puede haber duda en algo que es tan diáfano: toda larga caminata comienza por un paso. Es una concesión a la poesía que no por ello deja de ser verdad. ¿Acaso cree que quienes anteponen la libertad de decisión de la madre, van a cambiar de idea por el hecho de que mañana saliera la ciencia (¿quién es esa señora?)diciendo que a la semana, a los cinco minutos o a los dos meses estamos ya ante “el comienzo de vida humana diferenciada”? Comienzo de vida humana diferenciada. Menuda frase. Todo el mundo sabe que un niño depende de la madre para sobrevivir de forma autónoma aun varios años después de nacido. ¿Aconsejaría alguien eliminar una vida hasta que sea verdaderamente autónoma? Ese falso argumento lo utilizan quienes quieren licencia para matar. Además con sólo que saliera algún científico loco que declarase lo contrario ya tendríamos excusa para la barbarie.

    Y luego se enreda usted a cuenta de las excepciones: las excepciones son una cosa; casi todo en la vida tiene sus salvedades, sobre todo cuando hay conflicto entre la viabilidad de la vida de madre y la del hijo y hay que elegir. No pasa nada por elegir a la madre. Mas al contrario sería lo más correcto. Y no hay que acudir a nadie sino usar el sentido común. Es de cajón que puede haber excepciones pero eso no quiere decir estar a favor del aborto. No se puede matar moscas a cañonazos.

    Resumiendo: ninguna barbaridad puede justificar otra barbaridad. Ninguna dejación de responsabilidad de terceros me puede servir a mi de excusa para hacer dejación de la defensa de la vida. Pero aclárense: también es muy común ver a gente “progresista”, “revolucionaria”, o como prefiera usted llamarla defender con más impulso la vida de asesinos en serie (oposición a la pena de muerte, por ejemplo) que la vida de sus víctimas; reclamar de las autoridades con más insistencia mejores condiciones de vida en las cárceles que seguridad para los ciudadanos en general. Si usted ve contradicciones yo también las veo. A Hitler no se le combate con las buenas palabras que esgrimían por las calles muchos ciudadanos, algunos de los cuales lo hacían con buena intención y ya sabemos que otros jugaban su papel y, por lo tanto, estaban contra los americanos y a favor de los soviéticos. ¿También ahí usted habría estado con el no a la guerra? Pero ninguna contradicción puede servir de coartada para no defender a un inocente.

    Decir que alguien está en contra del “derecho a la salud, la educación y el progreso de cientos de millones de empobrecidos”, es jugar a la ideología y a los acertijos. Nadie puede estar a favor de eso. Nadie. Lo que pasa es que usted hace una interpretación torticera y toma por resuelto lo que no es sino una interpretación ideológica de la realidad. ¿Acaso el socialismo soviético perseguía eso? No ya si lo consiguió, que tampoco, sino si lo perseguía. Simplificación por simplificación es como si yo le digo a usted que cómo se puede dejar que cada día vayan al paro miles de personas en España y los sindicatos en vez de apoyar las medidas que todo el mundo sabe que hay que adoptar, por ser fieles a su ideología (interpretación de la realidad) no las favorecen y permiten así que el paro siga aumentando con su corolario de dolor, frustración y miseria que eso comporta. Y que por lo tanto los sindicatos son los culpables de que cada día miles de personas vayan al paro. Una cosa como otra. Tal para cual. Me dirá que los sindicatos no persiguen eso, yo me lo creo a condición de que usted admita que tampoco los otros van en contra del derecho a la salud, la educación, etc. Cada uno cree que sus métodos producirán unos resultados positivos.

    Sinceramente, estoy asombrado de cómo las ideologías y la faramalla partidista ha conseguido entrar en las cabezas de personas que en condiciones normales razonan bien pero que mediatizadas por el filtro de las ideologías “supuestamente” liberadoras se dedican todo el día a balbucear sofismas pretendiendo hacerlos pasar por argumentos.

    Saludos.

  • teofilo liberto

    Para Miguel González:

    Aunque ahora mismo sigo dudando de la oportunidad y eficacia de que yo le haga usted algún comentario aclaratorio, alguna réplica… Pero finalmente me decido.
    En primer lugar, según mi forma de entender los textos interpreto que usted ha sido irónico hacia algunas de mis opiniones; con todo, es -o sería, de ser en efecto así- algo que me importa poco, pues no lo considero relevante. Sin embargo, sí es relevante que usted afirme, de forma sutil e indirecta, que yo soy partidario del aborto, cuando lo cierto, a través de algunas reflexiones de por aquí, es que no me he manifestado a favor del aborto, si bien puede que no de manera contundente me he manifestado como contrario. Acepto este último particular.
    Pero he de confesarle que no soy partidario del aborto, pues estoy convencido de que el aborto provocado es dar muerte a una vida humana. Ahora bien, aunque soy contrario al aborto me reservo un lugar para la duda porque cierto que la doctrina de la Iglesia se apoya en que el comienzo de la vida humana diferenciada acontece en el momento de la concepción, sólo que usted sabe o debe saber perfectamente que ese dato no cuenta con el concenso total de la comunidad científica. No sé usted, pero yo no soy científico.
    Reconocido lo anterior, a lo que he querido referirme con los comentarios que he prodigado sobre el presidente brasileño Lula es a que, ya que al parecer su Gobierno va a legislar sobre el aborto, despenalizándolo, amparándolo legalmente no sé de qué maneras, yo espero que ese nuevo marco legal o jurídico en el actual Brasil al menos sirva para reducir considerablemente el número de abortos en ese gran país americano. Es lo que he sugerido en mis escritos.
    Conozco un poco de lo que hablo, es decir, conozco un poco lo que es el Foro de la Familia, Hazteoír, Derecho a Vivir, el Opus Dei, la Legión de Cristo, y algunas fuerzas conservadoras más muy activas en la defensa provida. Ni que decir que mi conocimiento es parcial y limitado, de modo que claro que solamente conozco una parte muy pequeña de lo que es el bloque de los defensores provida. Además, yo mismo me he manifestado alguna vez desde esas plataformas; e incluso, más de una vez, muchas veces en realidad, y por los mismos objetivos provida -sólo que incluyendo en esa reivindicación la denuncia de las causas del hambre y del paro, la esclavitud infantil, etcétera-, me he manifestado con otras organizaciones adscritas a otra línea espiritual, militante y católica, que tampoco hoy día son santo de mi devoción, por causas y razones que ahora no vienen al caso.
    Pero henos aquí que aunque soy contrario al aborto no termino de entender si las leyes laicas, aconfesionales y democráticas del Estado español van a dar marcha atrás en su legislación favorable al aborto; no sé, abundnado en esto mismo, si van a dar el paso a penalizar el aborto, como proponen los obispos. Me figuro que no.
    Asimismo, aunque contrario al aborto, creo ser consciente de que los obispos, me quiero figurar que con buena intención, con intención eminentemente pastoral y no política, en España no cesan de exhortar a los fieles católicos que pueden incurrir en grave responsabilidad moral si apoyan a partidos políticos partidarios del aborto. Teniendo en cuenta que incluso el PP contempla en sus programas de gobierno la ley del aborto, las pastorales exhortaciones -a mi juicio, y ,aunque ello sea calificado de actitud progre por mi parte, lo diré, más que exhortaciones a veces veladas amenazas- de nuestros obispos católicos ¿lo que plantean es que el voto católico debe dirigirse a partidos de extrema derecha: Alternativa Española, Falange Española, Comunión y Tradición Carlista…? ¿O en realidad los obispos están pidiendo el voto para el SAIN, partido político fundado desde el Movimiento Cultural Cristiano, y por ende no de derechas, aunque a mi juicio criticable por otros aspectos de tinte integrista?
    Siendo contrario al aborto como soy, debo confesar que a veces hay situaciones que me ponen en tentación (¿por la debilidad de mi fe?, podría ser). Por ejemplo, ante el embarazo, con grave peligro para su salud física y psíquica, de una niña de apenas diez, once, doce años. En casos así y otros similares por lo dramáticos, no es justo afirmar que el aborto provocado no pasa de ser un recurso decadente, degradante, inmisericordemente inhumano; podrá estarse en contra del aborto incluso en circunstancias verdaderamente dramáticas, sólo que me parece un tanto desproporcionado no contemplar esos casos desde una cierta actitud de “empatía” hacia las personas que, puede que equivocadamente pero me parece que no siempre con saña, mala intención y torcedura moral, plantean la solución del aborto.
    Siendo contrario al aborto como soy, acaso porque yo sea algo rebelde o por la propia debilidad de mi fe me resulta chocante que los obispos católicos y los grupos provida pongan tanto el grito en el cielo en la defensa del derecho a la vida del nasciturus (defensa ya he reconocido que legítima), en tanto no parezcan tan “ofendidos” -y ahora querré referirme sobre todo a los obispos católicos- por otros atentados a la vida humana: guerras, justas o injustas, dictaduras militares de derechas y católicas, causas de la pobreza, violencia contra la mujer, carrera armamentística, militarización… ¿Que las mías son las clásicas habladurías progres? Pues que lo sean; no por ello son menos ciertas, me parece.
    De modo que, siendo contrario al aborto, a menudo me da por pensar que si los obispos católicos, al tiempo que se manifiestan como partidarios del derecho a la vida del nasciturus se mostrasen también dispuestos a reconocer valientemente, sin dobleces, que la Iglesia católica, apostólica y romana durante sus dos milenios de existencia a menudo ha pactado con toda clase de poderosos (militares, ejércitos, dictaduras, oligarcas, aristócratas, burguesas, opresores de todo signo…), igual serían menos contestados por esta sociedad, que acaso no esté tan secularizada en sus fibras más íntimas, como reconoce recientemente el ilustre pensador jesuita José Ramón Bustos (pensador tan ilustre y reconocido como criticado por los más ortodoxos católicos, tengo entendido, que no terminan de reconocer en el profesor de Comillas a un católico “contundentemente” dogmático, al parecer). Sin duda, todas esas opresiones e inquisiciones han sido y son atentados a la vida humana.
    Igualmente, siendo contrario al aborto como soy, he de confesar algo muy personal mío pero acaso poco “católico”, a saber, el aborto es en efecto acabar drásticamente con un proyecto de vida humana, y como tal es rechazable. Sin embargo, para mí que un niño de cinco o seis años que muere de hambre, o de enfermedades perfectamente evitables, pongamos que en África, y que en consecuencia con esa edad ya siente, goza y sufre, tiene alguna memoria, una red de relaciones humanas elementales, etcétera, es “más digno de respeto” que un embrión o un feto. Y no porque el embrión o el feto no merezcan reconocimiento moral y jurídico, no merezcan por ello derecho a nacer, sino porque la vida humana ¿qué es? La vida humana es no solamente vida gestante sino que es memoria, capacidad de gozo, de relación, capacidad de sufrir, de pensar, conciencia, autonomía…
    Claro que ya sé que lo anterior que planteo puede ser fácilmente censurado como portador de la semilla de un cierto relativismo, desde el cuel defender que hay también vidas adultas que no valen la pena de ser vividas (defensa de la eutanasia). Sin embargo, no es mi propósito, que más bien es hacer ver que no termino de entender por qué hay grupos tan absolutamente empeñados en la defensa del derecho a la vida del nasciturus (embrión o feto), al tiempo que se manifiestan mucho menos empeñados en la defensa del derecho a la vida del ya nacido, del derecho a ñla salud, la educación y el progreso de cientos de millones de empobrecidos, etcétera. Es lo que me mosquea.
    Y nada más por ahora.

  • Miguel González

    Podemos hablar de la pena de muerte, si le parece, Sol. ¿Es desfasadito el asunto? Me da a mi que para usted está desfasado todo lo que no cuadra en su esquema. ¿Está desfasado el tema de la pobreza? No hay temas desfasados sino gente que pretende hacernos ver lo blanco, negro. ¿El papel de las religiones en el siglo XXI (para estar al día y a la moda) es asimilarse al modus operandi de las organizaciones políticas que mienten más que hablan?

    En todo caso, Sol, yo debatía con Teófilo. ¿Es desfasado contestar a una persona para aclarar posiciones e ideas?

  • MAR Medina

    Asun, pienso que en la colaboración basada en la confianza y desde el respeto a la diferencia es a donde apuntan los siguientes pasos, lo que sólo se logrará mejorando nuestra conciencia, ¿tanspersonal, la llaman?, me parece bien, contemplando el mundo desde lo que compartimos y de lo que también somos conscientes. Cada vez más el mundo es un conjunto interconectado que aspiramos a construir entre todos. Otra cosa es que los viejos y todavía poderosos sistemas quieran impedirlo. A mí me parece cuestión de tiempo, pero todo se andará.

    Buenas noches

  • Asun

    ¿Cómo gestionar las necesidades diferentes y las relaciones entre las muchas humanidades que conforman la Humanidad?

    Pregunta última del artículo, que interpela a todos. ¿Cómo hacerlo? Es urgente dar una respuesta satisfactoria, porque en estos días estamos viendo lo lejos que estamos para que esto se dé, es decir, una eficaz gestión holística en situaciones catastróficas.

    El papel de las religiones en el siglo XXI parece que está llamado a mutar, ser realmente independiente de todo tipo de poder, pro-activar el diálogo interno y el ejercicio de la autocrítica, el diálogo interreligioso en igualdad y respeto para un enriquecimiento mutuo, buscando juntos lo humano que nos une y se pone al servicio y bien de toda la Humanidad. Ayudar a despertar la “nueva conciencia”, la dimensión profunda de lo Real, que no hace fisuras de las diferencias, al revés, las respeta y potencia en toda su creatividad y riqueza en una abierta interconexión de bondad que a todo y a todos incluye en todo Lo Que Es.

    Gracias y buenas noches a todos.

  • Sol

    Miguel qué desfasado estás, además de pesadito. Ese debate se cerró en 1985 cuando se aprobó la Ley del aborto. Así que volver a insistir, aborto sí o aborto no, no sólo no tiene sentido sino que es ridículo.

    Qué te parece si ahora tratamos sobre la pertinencia del voto femenino ¿te parece bien que las mujeres voten?¿te parece mal?

    Absurdo ¿no? ¡pues lo mismo!

  • Miguel González

    Amigo Teófilo: no hay tono descaradamente irónico. La ironía es estar en contra del aborto en la teoría y luego apoyarlo en la práctica. Se queda uno a cuadros cuando lee de sesudos próceres de la “teología popular” (otro oxímoron) declaraciones taxativas de estar en contra del aborto para terminar, en una nube de eufemismos, zancadillas, pobrezas mentales, complicidades, etc., apoyando el aborto; porque les parece más progresista y más en contra de la jerarquía, seguramente. Y el irónico soy yo. De eso hablo. Yo a usted no le conozco, eso es verdad, pero sí conozco lo que ha escrito. Se está a favor o en contra del aborto. Esa pirueta de estar en contra de principio (o por principio) para luego terminar apoyándolo es difícilmente entendible. Y la sarta de prejuicios con los que sigue su escrito sobre quienes estamos (de verdad) en contra del aborto no hace sino aclarar más la situación. Si defender a un inocente es ser ultra, apaga y vámonos. Eso tiene utilizar las etiquetas para resolver dudas.

    ¿Por qué les molesta tanto la comparación del aborto con otros atropellos? Porque el aborto no lo consideran lo que en verdad y pretenden generalizar la idea de que no es grave porque estamos hablando de cuatro células caóticas. Tal vez si se comparan las cosas se verá la verdadera cara del aborto y eso no interesa. Y además, para terminar de cerrar el círculo, pretenden justificar su posición acusando a los demás de derecha, ultras, extrema derecha y otros artilugios para quedarse en paz.

    Yo no hablo contra personas sino que expreso mi opinión sobre los distintos temas.

    Y también Mar propone fumigarnos y todo.

  • teofilo liberto

    Saludos, Mar Medina, agradecido:

    En realidad yo es que, como creo tanto en el dialogo, aunque sea desde la modestia de mis cortas luces y mis cotidianos medios…

  • MAR Medina

    Hola Teófilo:

    No hay dudas sobre lo que dices en tu argumentación. Otra cosa es lo que otros malinterpretan intencionada y burlescamente. No hay peor sordo que el que no quiere oir, ni a determinados tipos les interesa entenderse sino despistar, o destruir el diálogo a base de echar balones fuera o enredar -sembrar cizaña-, tarea propia de “trolls” que, como los virus y las bacterias, infectan a los organismos vivos parasitándolos. Lo mejor contra ellos: inmunizarse (vacunas: yo ni les leo, me aburren) o combatirlos (antibióticos, combatirles con argumentos), aunque como continuamente están fuera de juego -fuera del hilo- opto por la primera opción.

    Saludos cordiales

  • teofilo liberto

    Ya en el tono descaradamente ironico que utiliza Miguel gonzalez e su reflexion, dirigido hacia mi o contra mi, sin tener el usto de conocenos de nada, hay implicita una considerable carga de desprecio (cosas de la ironia, sin duda); yo, con mejor o peor habilidad, expongo unas ideas; este señor, ironiza sobre ellas.
    Pero ademas, ironiza haciendome decir cosas que no he dicho, que es lo grave. En mi breve reflexion lo que pongo de maifiesto es la injusticia de comparar al presidente brasileño Lula con el genocida nazi Hitler. Esto es lo fundamental de mi argumentacion: porque creo haber decubierto que algunos defensores provida, que por sistema son de derechas y aun de extrema derecha -excepciones de rigor aparte-, son capaces de comparar a sindialistas y politicos con la trayectoria del obrero Lula con genocidas sanguinarios como Hitler, por culpa de las nuevas medidas que el Gobierno del dirigente brasileño quiere aprobar: despenalizacion del aborto, regulacion de leyes civiles favorables al matrimonio homosexual, retirada de los crucifijos de los centros publicos. Es decir, por si no ha quedado suficientemente claro: a mi juicio en el colmo del odio, el sectarismo reaccionario y yo no se que mas decir, hay defensores de la vida del nasciturus y contrarios a la retirada de los crucifijos de los lugares publicos y contrarios a conceder derechos a los homosexuales, dispuestos a equiparar los terribles males que el presidente Lula va a ocasionar a Brasil con los terribles que ocasiono Hitler al pueblo judio, a la humanidad entera. Desde luego, pretender tal comparacion me parece nauseabundo, grosero e injusto, para que te enteres, Miguel Gonzalez. Es en lo que he centrado mibree reflexion. Sin animo alguno de canonizar al presidente Lula.
    Con respecto en concreto al aborto, a las leyes del aborto en Brasil, lo que he sugerido, sin afirmar nada, es que a lo mejor puede que en ese gran pais vaya a suceder algo similar a lo que, segun tengo entendido, ha sucedido en Holanda en las ultimas decadas, a saber, un considerabilisimo descenso en el numero de abortos por mujer en edad fertil y por año. Es lo que he apunado, no mas; no defiendo el aborto, pero me causan cierto malestar no pocos defensores del derecho a la vida del nasciturus que, no obstante esa defensa, no apoyan otras luchas a favor del respeto a la vida y la dignidad humana: politicas sociales, no a las guerras, no a la pena de muerte, desmilitarizacion, condena de la esclavitud infantil, combate de las causas del hambre…
    Con ironia displicente, el señor Miguel Gonzalez lo que hace es ironizar a proposito de mi reflexion, y me acusa de progre; en realidad, de superficial, de cotorra repetidora o parloteadora de sofismas progres. Desde luego, todo un ejemplo el suyo de tolerancia, algo por lo demas muy propio, todo hay que decirlo, de las huestes de la derecha y la extrema derecha, en cuyas filas, por cierto, no se si milita o no milita el señor Miguel Gonzalez.

  • jftamames

    Y esa pretensión constante que explicas con toda brillantez, se nos presenta como alternativa, la verdadera alternativa, la única alternativa.
    El resumen de las aportaciones de los posts han sido todo un conjunto de descripciones de hasta dónde puede llegar y han llegado algunos en el seguidismo a los poderes del mundo.
    Se ha criticado a obispos siguiendo las pautas y las interpretaciones de quienes falsearon la realidad de los hechos. Se hace eco no de las aclaraciones del mal interpretado sino de las declaraciones de un escritor que insulta y descalifica a todo un grupo sin reparo.
    Luego se trae un ponencia de un artículo de hace años donde se repite el esquema totalitario de las interpretaciones sobre el pasado, presente y futuro. En esas explicaciones se vuelve a hacer una llamada a la acción para que, los verdaderos creyentes, sean los agentes aceleradores de un cambio inevitable. Y eso es, otra vez, la hipoteca del presente real a un futuro que sólo un grupo de visionarios, elegidos entre todos los mortales por tener grandes niveles de consciencia, pueden ver.
    No se critica el último intento de realizar esa pretensión, al socialismo, que ha creado el pasado más cruel y terrorífico conocido por la Humanidad. Es más, unos de los representantes de ese socialismo hacen correcciones fraternas y se le deja con toda paz hacerlas.
    Se insiste en usar lugares comunes, estériles, fracasados y que crean más división que otra cosa, sobre la diferencia entre unas iglesias de base y otra institucional. Una de un dios desconocido hasta la fecha y otra obra de los seres humanos.
    Lo más doloroso es que se usa las infraestructuras y las misiones otorgadas por esa Iglesia “oficial” para proponer otra forma de ver la religión y la Fe. Esa visión de la vida, la sociedad, la economía, en fin, todo lo humano, alineada con los sectores “progresistas” de nuestras sociedades. Esas visiones no sólo han levantado las escenas más terribles de la Historia sino que levantan, ahora que no queda nada más que decir, tras el fracaso absoluto del socialismo, el ataque más sectario y cruel de los conocidos en Occidente siguiendo las pautas de la agenda política del socialismo. Pero no esta discusión en cómo aplicar un modelo económico u otro. Atacan directamente a la vida del no nacido, a la educación y a la idea del matrimonio como institución jurídica.
    No basta con soportar que las miserias de las ideologías se debatan y lleguen a la discusión política. No basta con ver y soportar todo tipo de campañas de la sociedad de consumo por colocar a las personas como objetos de ese consumo y de la vida definida por la felicidad aparente de unos pocos. No basta con tener que soportar todo tipo de persecuciones y descalificaciones para defender valores morales de todos.
    Además, parte de los que se consideran cristianos dentro de la Iglesia Católica se alinean de forma teórica y práctica con todo ello. La cultura de la muerte y del consumismo hedonista más atroz.
    Es esa espiral de desesperación ante el fracaso de los poderes del mundo a los que se han sometido, en esa espiral de alineación con los restos de la ideología socialista, no se conforman con dar un paso y militar en los grupos políticos que defienden.
    No. Pretenden ser la conciencia crítica, el camino oficial, la única vía, para que la Iglesia cumpla su misión. Son los únicos intérpretes de la revelación, de la madurez del católico, de la verdadera ciencia del conocimiento perfecto de las cosas del espíritu.
    Pero, es que además, en el camino de nuestra salvación por medio de estos verdaderos creyentes, el resto de católicos pierde toda libertad y toda opción de crítica a esos poderes que defienden, a esas alineaciones políticas. Se les descalifica, en el mejor de los casos, como fundamentalistas, conservadores o lo que toque ese mes lanzando la sospecha de trabajar para los grupos políticos contrarios al socialismo.
    Impresionante. Cuando se discute y se condenan las interpretaciones erradas sobre temas morales o éticos, en el fondo, se defienden posturas ultraconservadoras. Cuando se proponen ideas diferentes al socialismo, se defienden posturas ultraconservadoras. Cuando se les llama la atención por sus posturas totalitarias, fanáticas y fracasadas, se es fundamentalista.
    Nada es bueno sino esta pasado por el tamiz de los gurús de estos verdaderos creyentes. No son los únicos, cierto. Pero han sido los que se ha alineado con los poderes de este mundo que más terror y maldad han generado por haber perseguido y aniquilado a más personas, en más lugares y por más tiempo de todas los conocidos hasta la fecha. Lo que añade más crueldad al tema es que, en paralelo, la Humanidad que no estaba sometida a ese terror, ha dado los saltos más grandes en el progreso de la Humanidad.
    Así, hay católicos que tienen que soportar como una parte de curas, religiosos y laicos apuestan y apoyan a los partidos, grupos y organizaciones de izquierdas, como hace años esos mismos no hacían otra cosa que seguir al poder de turno.
    Así, hay católicos que tienen que soportar como los criterios para definir la moralidad de las leyes y los actos personales, están al pairo de las necesidades estratégicas de un partido y de los grupos de presión a los que representan.
    Y, por todo esto, soy conservador, fundamentalista y ultraconservador. Punto, a la esquina sin poder hablar. Ya hay otros liberados, con una consciencia superior, elevados al nirvana de la contemplación, que tienen la solución y la energía cósmica para descubrir las leyes de la Historia, otra vez, y colaborar con todos aquellos que nos la quieren imponer sí o sí.
    Se pueden criticar injusticias sólo si provienen de militares o grupos que llaman conservadores. Se tragan camellos de asesinos, terroristas, revolucionarios, genocidas o toco lo que sale de la boca de cualquiera que lo haga en nombre del progresismo. Se valoran las muertes de inocentes como el pago inevitable en conflictos que generan los fundamentalistas y conservadores. Se defiende la destrucción de la masa helada del Ártico el mismo año en que se defiende la ampliación del aborto. Se persiguen las declaraciones de un obispo por un tema puntual y concreto de una entrevista y se le da paso a insultos y descalificaciones completas a la Iglesia que se dice pertenecer.
    Ante estas cuestiones se nos levantan como la conciencia crítica, como la necesidad dialéctica de que los poderes eclesiásticos no se duerman en los laureles. ¿Quién les ha nombrado para tal cosa? ¿Quién dice que haya esa misión en la Iglesia? ¿Cuánta riqueza material, progreso o riqueza espiritual añade esta sarta de alineaciones con el progresismo?
    Y tenemos derecho los católicos a estar hartos, cansados, de este espectáculo. Quienes podemos elegir libremente el criticar a los progres del terror, vemos como se levantan curas y religiosos, laicos y laicas, a ponernos en nuestro sitio. Quienes tenemos clara nuestras obligaciones espirituales y morales, estamos hartos de que religiosos y curas, laicos y laicas, las interpreten en función de las necesidades de su ideología. Estamos hartos de que los defensores de las peores páginas de nuestra Historia se proclamen defensores de libertades y derechos que no han hecho más que conculcar y perseguir durante décadas. Estamos hartos de ser calificados de fundamentalistas, conservadores o lo que sea que toque ese mes por unos cualquiera que no tienen poder moral, personal o ético, que no defienden más que la muerte, la persecución y la desaparición de todo el que no piensa como ellos.
    Estamos hartos, con la indignación que se basa en nuestros derechos, en nuestros deberes, en nuestras responsabilidades. Estamos hartos de administrar cada mañana el fracaso de progresistas a los que nos oponemos en uso no sólo de nuestra libertad sino en la responsabilidad de no poder consentir la sociedad que buscan.
    Esta semana de la vida de Atrio ha sido el ejemplo más clamoroso de la alineación de un grupo autodenominado cristiano a los poderes de este mundo de la forma más vil y miserable de las posibles.
    Y la cuestión es NO que pienso en terminos políticos. Pese a las descalificaciones de algunos, me reservo esa discusión para otros foros, evidentemente.
    Lo que es interesante es decir en que creo y NO sé si sere claro a la hora de exponerlo. Lo intentare:
    Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
    Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
    gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,padeció bajo el poder de Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
    al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo La santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
    Amén.
    O puedo expresarlo de esta otra forma:
    Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de
    todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo,
    Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
    y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
    Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos
    y la vida del mundo futuro. Amén.
    Es evidente que no puedo explicar el alcance de cada una de estas afirmaciones que hago y que, por supuesto, he intentado recoger la mejor tradución disponible de algo que ha costado siglos sintetizar. Si hay alguna errata, es debida a mi.

  • Miguel González

    Teófilo Liberto se escandaliza de algunas cosas que lee pero no de algunas cosas que piensa, como por ejemplo esa tan sesuda que remeda al anuncio publicitario de que para vencer la tentación hay que caer en ella.

    Afirma Teófilo sin despeinarse “ fijemonos que si se despenaliza el aborto tal vez vaya a suceder que en Brasil disminuya considerablemente la cifra total de abortos por año”. Tal vez vaya a suceder, dice Teófilo, que debe ser una nueva forma de entronque de lo científico en la vida cotidiana; o quizás y aunque él no lo explica, por una suerte de birlibirloque (y mira que me gusta esa palabreja) descubramos que estamos equivocados y la clave está en despenalizar.

    Venga, pues, despenalicemos el robo, el crimen y así todo parejo porque tal vez estamos equivocados y lo penalizable es mejor despenalizarlo y así por una suerte de carambola en vez de aumentar disminuye. Deben ser las nuevas matemáticas y la nueva moral.

    Reconozcamos que el parloteo “progre” ha calado hondo en las meninges de muchas buenas personas que repiten sofismas sin caer en la cuenta de que se trata de una barbaridad.

    Pienso que el papel de las religiones no es hacerles el juego a los políticos de turno aunque esos políticos aparenten estar más cerca del Evangelio que los de la otra acera.

  • Kaláa

    Menos mal que te utilizo Oscar ¿Sin permiso? de asistente.
    La analogía de la conciencia como auto-motor me ayuda a discurrir por estos caminos…
    Para qué el coche? era mi madre la que lo preguntaba.
    Yo ya no hice esa pregunta a mis hijos… era obvia. Mis preocupaciónes fueron ya otras.

    A vueltas con el auto, persona y auto, inseparables…
    Se puede decir, que es el motor usado mayoritariamente… consciente e inconscientemente en esta sociedad. Es lo que faltaba… para alcanzar una independencia.
    Y digo faltaba porque hoy el nivel es más exigente en rapidez.

    Saludos.

  • teofilo liberto

    He leido el articulo (o post) que concita el interes de los foristas; incluso, e tomado algunas notas para, con mas calma, poder escribir alguna reflexion a proposito del mismo. Sin embargo, como vengo “escandalizado” de algo que acabo de leer en un portal de blogs de catolicos que justo se situan en las antipodas ideologicas de Atrio, con el beneplacito de ustedes me tomare la licencia de decir algo.
    Expresar, por ejemplo, que no trmino de entender como puede haber una persona, que se presenta como catolica, capaz de comparar al presidente brasileño Lula, por causa de que al parecer su Gobierno va a aprobar leyes despenalizadoras del aborto, reconocedoras de los derechos de los homosexuales, y partidarias de retirar los crucifijos de las escuelas, de compararlo, decia, nada menos que con Hitler, puesto que, como Hitler tambien hizo cosas buenas, las cosas buenas del Gobierno de Lula de poco valen, son nada para ese señor, puesto que como el actual presidente brasileño va a aprobar tres medidas que son, parece ser, apocalipticamente terribles…
    Pero fijemonos que si se despenaliza el aborto tal vez vaya a suceder que en Brasil disminuya considerablemente la cifra total de abortos por año (cosa que sabemos que ocurre en Holanda, pais permisivo en costumbres donde los haya). En cuanto a lo de los crucifijos, que a mi particularmente no me molestan en los lugares publicos, su desaparicion en modo alguno ha de significar la perdida del “ethos” cristiano, la perdida de los valores evangelicos, entendidos como compromiso por la solidaridad, la verdad y el respeto, la justicia, la igualdad… Con respecto a la aprobacion de las leyes civiles de reconocimiento de los derechos de los homosexuales, confieso que a mi mismo me causan mayor trastorno, mayor dificultad de acepacion, pero no hasta el punto de temer que tal regulacion vaya a ser el acabose de la degeneracion, que es lo que plantean los catolicos mas integristas.
    Pues bien, las anteriores son algunas de las medidas “terribles” que hacen que Lula pueda ser comparado nada menos que con Hitler. Y conste que no planteo que Lula sea excelente, que no lo es, puesto que muchas de las esperanzas puestas en el no se han cumplido. Con todo, creo que ante mentalidades tan integristas como la de ese señor, es mas facil entender las desafortunadas palabras del obispo Ignacio Munilla.

  • MAR Medina

    De acuerdo, Luis, sigo tu consejo y vuelvo a leer lo relativo a la fe. Creo que no estaríamos en desacuerdo en que es fundamentalmente una experiencia personal antes que una creencia, por lo que suscribo plenamente la afirmación “La verdadera experiencia religiosa no es sólo la que vivimos en las cimas de las montañas, en la soledad de nuestro retiro, o en la perfecta contemplación del estado de meditación, sino la que somos capaces de vivir y de compartir en nuestras relaciones y situaciones cotidianas.” La experiencia religiosa, como la fe auténtica, es la que nos transforma y se ve reflejada en la propia vida, pues la religión no es verdadera si da la espalda a la simple vida cotidiana (es “el sábado para el hombre” del evangelio o “la vuelta al mercado” del poema “La doma del buey” del maestro chino Kakuan Shien)

    Sobre los niveles de conciencia, a mí me basta con tener presente que existen varios niveles distintos presentes en cada uno de nosotros, aunque predomine uno concreto. En nuestra cultura es el racional, ¿verdad?

    Sobre los porcentajes no creo que sea de interés llegar a un acuerdo. Los puedo considerar como un dato, sin más. Más interesante es la reflexión que este artículo provoca en nosotros y el interés que el mismo artículo y los comentarios suscitan. Gracias por la atención y el cariño que dedicas al mío.

    Un abrazo

  • Asun:

    Hace tiempo que leí los libros de Wilber. Aunque los quiero releer al menos diez veces. No te lo puedo asegurar, pero creo que según Wilber, tienes razón.
    Aunque al generalizar nos limitemos al nivel de conciencia predominante, dista mucho de ser estos niveles escalafones rígidos, sino que mas bien se solapan. Y un individuo puede estar en un aspecto de su personalidad en fase mítica. (Por ejemplo, creyendo en el demonio) y en otros aspectos ser racional. Y como este ejemplo, en todo lo relacionado con la personalidad.

    Gracias por las gracias Asun

  • Asun

    Luis, según tu explicación a Mª Asun:

    “La conciencia que predomina en nosotros, varia de nivel, es según cada individuo. En general decimos que estamos en el nivel racional, pero si analizamos con mas detenimiento, nos encontramos que unos somos prerracionales, otros racionales y otros trans-racionales”.

    Me parece que delimitas excesivamente los niveles de conciencia, pues pueden darse varios en una misma persona, sólo varía la duración de las intermitencias que se producen, pudiendo vislumbrarse en ella estadios de conciencia distantes entre sí. Claro que lo que enmarca de alguna forma su modo de percibir es el nivel de conciencia que predomina mayormente en su vida práctica.

    Por lo demás, gracias, por el interés que muestras y las aportaciones que nos das.

  • jftamames

    Estimado Pepe Sala, sobre la descalificación injusta, torcida y parcial que dice “La Iglesia es una institución misógina, homófoba y de extrema derecha”, yo que estuve en el seminario, es una mentira, burda y simplista. Lo que se ha dicho por la extrema derecha es todo lo contrario de muchos seminarios. No me pararía a dar cuenta de cuanto elemento se cree que, sin superar la fase anal, la realidad o se amolda a sus egoismos o todos los demás son peor que el Demonio. Este foro está lleno de estas simplificaciones y de ello se alimenta. Pero hay que poner un poco de mesura, de sentido de la realidad y menos culturilla de curas que están en la “pomada eclesial”.

  • MAR Medina:

    “Me sobrepasan tantas hipótesis sobre los tipos de conciencia”

    El articulo no habla de hipótesis, habla de ciencia, que ha cosechado resultados a base de millones de encuestas en todas partes del mundo.

    En nosotros están presentes los –niveles inferiores- de conciencia, hasta el nivel en que nos encontremos, porque los hemos trascendido pero al mismo tiempo integrado en un nivel mas amplio de conciencia.
    La conciencia que predomina en nosotros, varia de nivel,es según cada individuo. En general decimos que estamos en el nivel racional, pero si analizamos con mas detenimiento, nos encontramos que unos somos prerracionales, otros racionales y otros trans-racionales.

    Respecto al sentimiento religioso, te recomiendo que leas con más detenimiento lo que dice el artículo, de la fe.

    “Los porcentajes de modos de conciencia en la actualidad me parecen una osadía, o una quimera.”

    Aquí repito que están basados estos porcentajes en rigurosos estudios científicos.
    Te sugiero que pongas en Google. –Espiral Dinámica- y tendrás una ampliación de lo que habla el articulo.

    Te escribo esto, con todo respeto y cariño.

    Un saludo

  • Pepe Sala

    Saludos Javier Renovales ( creí que habías cogido la gripe porcina, jodido, no te leía desde hace tiempo)

    Una curiosidad sobre este párrafo:

    “”Creo que tiene razón (en el link que nos ha puesto Luis Troyano) Juan José Millás cuando estalla ante Munilla: “La Iglesia es una institución misógina, homófoba y de extrema derecha”””

    Sepan ustedes que Juanjo Millás sabe perfectamente lo que asegura. Resulta que Millás estuvo 5 años en el mismo seminario donde yo estuve. Ya despuntaba formas de escritor ( y de director teatral) en su juventud más tierna.

    Hay un libro que se titula ” Letra muerta”, de Juanjo Millás, donde describe perfectamente las vicisitudes del seminario. No me cabe la menor duda de que Juanjo tiene más razón que ” el santo Pio XII” en su afirmación… si lo sabré yo.

    Saludos, pues.

  • oscar varela

    Hola!

    El sistema de “dinámica – espiral – evolutiva – integral” es eso;
    ¿qué?
    Lo dicho: un sistema científico;
    ¿para qué?
    para comprender;
    ¿qué cosa?
    La “conciencia”

    ¡Vaya! Eso me está gustando;
    porque me hago tantos problemas con ella que ¡para qué contar!
    ••••••••••
    Parece ser que esa supuesta “conciencia” anda en problemas.

    Nos dicen que ella viene “evolucionando espiraladamente” empujada por fuerzas dinámicas poderosas que no terminan de integrarse.

    Sentimos sus retortijones intestinales en el escondido espíritu, y necesitamos un remedio.

    ¡No lo busquemos más! ¡Acá está, es el elixir ordenador sistémico!:
    “DINÁMICO – ESPIRAL – EVOLUTIVO e INTEGRAL”
    •••••••••••
    ¿No es maravilloso?
    ¡Sí que lo es!
    ••••••••
    Por ahora me pregunto algunas sospechas:

    1ª) ¿cuánto de “pavo” me otorga – a mí, a c/u y a todos los ante/pasados- por no haber alcanzado el nivel 8 “holístico”?
    2ª) ¿por qué privilegia con un valor supremo la experiencia trascendente?
    3ª) ¿qué justifica el esforzarse por alcanzar la trascendencia?
    3ª) ¿trascendente de qué y a qué?
    4ª) ¿”descender” a lo inmanente: por qué y para qué?
    5ª) todo este relojito suizo ¿no es un mito irracional del “racional relojito”?
    ••••••••••
    En fin, estoy de acuerdo. Pero no me basta.

    Este extraño invento científico propio de la modernidad (la conciencia),
    que nos han vendido y hemos comprado intelectualmente gustosos
    parece ser que anda en problemas de funcionamiento interno.

    Genialmente Wilber y sus antecesores han traído a este “auto-motor”, que es la conciencia, al banco de prueba para hacerle un chequeo. ¡Enhorabuena!

    Lo que no nos dicen -porque no se han percatado de lo previo y más importante- es por qué y para qué se ha inventado e instalado ese artefacto “auto-motor” en la vida humana. ¿A dónde piensan que hay que ir con él, no?

    Tal vez lo descubro yo, o vos, o todos juntos, y si vemos el precipicio, podamos doblar antes.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Miguel González

    Es claro que ana rodrigo no “soporta” las opiniones que no entiende o que no comparte. Y deja al descubierto su verdadera forma de ser.

  • ana rodrigo

    jftamames, dicen que de la abundancia del corazón habla la boca, y a juzgar por tus escritos se ve que de totalitarios entiendes un rato.

    Pues eso, como te dice Luis Troyano, que con tu pan te la comas, eso, lo pinchado en un palo. Es difícil ver concentradas tantas tonterías en un escrito.

  • Jaume PATUEL

    El artíclo debe ser leído con mirada amplia, no totalitaria. Un intento de explicación a niveles de consciencia para mucha gente es una buena fuente narrativa de ayuda. No olvidando que hay otra fuentes.
    Por otra parte, pienso en un artículo de Henri Boulad sj:”La iglesia en el abismo”, apareció en la contraportada de La Vanguardia y era la síntesi de la carta que este jesuita dirigió al Papa Ratzinger. Digna de leerse.
    Dice así en su punto 5 -sobre 10- como causas de la caída:”El lenguaje de la Iglesia s anticuado, anacrónico, aburrido, repetitivo, moralizante, inadaptado a la época actual”.
    El diccionario bíblico está en la biblitoeca al lado de los mitos griegos y otros.
    Estamos en problema de lenguaje, pero se precisa un lenguaje.
    Todo intento es bienvenido siempre que respete en su profundidad la dignidad del Ser Humano (en mayúsculas) en el aquí y ahora.
    Así tenemos: ¿No hubiese sido más solidaridad ir a Haití antes del tsunami que después?

  • josé luis

    Me ha parecido un análisis muy útil e interesante de la evolución de nuestra conciencia humana y su relación con cada tipo de sociedad,religiosidad y modo de comprender la realidad y de relacionarse con los demás y dicha realidad envolvente. Ofrece una detallada perspectiva de nuestra evolución cognitiva y de la conciencia.

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿Es católico eso de que ‘cada palo aguante su vela’?

    No lo he visto en el Catecismo de Wojtyla, el de 1992, que creo sigue vigente.

    En cambio encuentro en ese Catecismo en mayúsculas un ‘principio’ que me resulta totalitario, o con pretensiones similares a las totalitarias: ‘FUERA DE LA ICAR NO HAY SALVACIÓN’.

    Bueno, no dice la ICAR, dice la Iglesia, pero mejor aclarar a qué Iglesia se refiere Wojtyla con esta destacada sentencia tradicional católica.

    En España el catolicismo ganó militarmente –gracias a los fascistas- su Cruzada católica, cuya finalidad era la dictadura totalitaria católica con el Caudillo de España por la Gracia de Dios al frente, cuyo Concordato se sigue prolongando.

    Así es como algunos palos aguantan su vela. Y se enorgullecen de ello … ¿católicamente?.

    Así el papel de la religión católica (tema del hilo), dirigida por la jerarquía de la ICAR en España, resulta que es servir al sistema establecido.

    Creo que tiene razón (en el link que nos ha puesto Luis Troyano) Juan José Millás cuando estalla ante Munilla: “La Iglesia es una institución misógina, homófoba y de extrema derecha”

    Sin embargo tengo entendido que Jesús fue asesinado por el sistema establecido, porque Jesús se le enfrentó (se enfrentó a la religión del sistema establecido).

    Me sospecho que Jesús se habría enfrentado al papel que hace la ICAR oficial, con su manejo de la religión, en España.

  • Sol

    Cuántas veces me he preguntado aspectos que el artículo aclara con tanta sencillez. Esa diferenciación entre creencia y Fe, me ha despejado la mente de tal forma que la voy a hacer mía. Gracias

  • Kaláa

    Es el momento adecuado para hacernos con una buena dosis que nos inyecte …calma a tanta impaciencia.
    Es el momento zen…calmante, que busca el equilibrio.

    Saludos.

  • jftamames

    Luis Troyano ?? pero gracias por leerme y he ido al WC para te quedes más tranquilo. ¿Algo más?

  • Asun

    Me gustaría releer el artículo. No creo que haya que tomar a pies puntillas las denominaciones de los niveles de conciencia, sino lo que nos hace reconocernos en las experiencias que se enumeran. Desde la más tierna infancia hemos ido viviendo los procesos, sólo tenemos que dejarlos sentir porque siguen ahí sus huellas. Es fácil reconocerlos, cuando se han ido integrando, sin rechazo, paso inevitable para poder ir trascendiéndolos.

    Seguramente la experiencia trascendente de unidad puede darse de forma espontánea, antes de recibir formación religiosa propiamente dicha, es decir, pasar por el filtro de la creencia en un mundo ulterior como refugio al miedo o angustia de sentirnos separados. Porque de hecho, si la infancia no es traumática no tiene por qué darse esta necesidad tan temprana. Los niños intuyen y experimentan con bastante facilidad la unidad y la paz que nos sustenta y entreteje. La creencia exige además mucho esfuerzo mental, que puede volverse en contra de la experiencia inmediata y no separada con todo lo Real.

    El intento de clasificar los niveles con sus porcentajes puede parecer ilusorio, pero tiene su punto de realismo, pues es fútil en sensibilidad querer saltarse los procesos o acortarlos, incluso creyendo hacer un bien a la Humanidad, ya que los procesos tienen sus tempos en la persona concreta que los experimenta y se reflejan en la manera de actuar la Humanidad en una determinada época y cultura. No caer en la cuenta de esto es ser proclive a los enfrentamientos e imposiciones por la razón de la fuerza, creerse “controladores” de los “cambios profundos” y así defensores de guerras llamadas de “liberación”, de las que aún, hoy día, desgraciadamente, somos testigos de ellas.

    Creo que al contrario nos puede abrir los ojos, para aprender a intuir y aceptar lo que es. De lo que todos somos parte y todo. La religión tal como nos ha llegado también tiene que ir transformándose en la medida que el ser humano acceda a otro nivel de conciencia en el que se sienta en interrelación con todo y con todos a pesar de, con y en las diferencias.

    La verdadera liberación espiritual que vivió Jesús como exponente de conciencia unitaria, transpersonal nos espera a todos. Es un anhelo-atracción que no cesa y se va haciendo realidad día a día. Él lo llamó el Reino de Dios y su justicia.

  • Jftamames.

    ¿Has oído eso de? “ una ……. Pinchada de un palo. Ya se lo que aguanta tu palo…, te dejo por imposible. “Con tu pan te lo comas”.

  • jftamames

    En una segunda lectura, sin pretensiones, como católico sin demasiada formación, me he aburrido de nuevo. Lo que me ha llamado la atención son dos cosas. Sin tener necesidad de interpretar nada, este artículo puede servir para exponer con claridad las creencias que siguen muchos que se llaman católicos. Eso evita buscar mejores ejemplos y se lo agradezco a Atrio. En segundo lugar ya no sé cuántas veces van ya, en el esfuerzo de la sociedad occidental, por realizar lecturas totalitarias de la salvación de la Humanidad. Hay personas necesitadas de esas explicaciones. Es un hecho psicológico el paso, por ejemplo, de una ideología a otra, por el inevitable fracaso de una explicación totalitaria, y como la necesidad de esas explicaciones totalizantes es lo que se mantiene. Por eso está lectura no es nada original. Repensar sobre un fracaso, volver sobre el propio vómito tiene aún más peligro. En España un ex maoísta como Federico Giménez Losantos podría ser un ejemplo de lo que digo.
    Las claves hermenéuticas son las mismas.
    Es curioso leer un esfuerzo pseudocientífico que ya se ha denominado como historicismo. Tengo cualquier tesis, busco datos en la Historia que lo corroboren y desprecio todo lo que me lleve la contraria. El Tradicionalismo es uno de los ejemplos más señeros y, como no, este artículo que tiene poco que envidiar a la verborrea hegeliana.
    En paralelo, esa reducción seudocientífica, se da todo detalle sobre uno de los males más terribles de occidente que han sido las emergencias de las ideologías. Uno o varios visionarios, fundadores, descubren una verdad que interpreta todo, TODO. Lo pasado lo presente y lo futuro. Impresiona pero es así la soberbia y el orgullo de algunas almas. En un momento terrorífico comunismo descubrió como esa verdad revelada a un partido sectario, construyendo un ejército de salvación.
    Lo que diferencia a una ideología de otra es el objeto de su interés. Cuanto más universal sea más exportable es toda la Humanidad y más peligro tiene para el libre desarrollo de las personas. Puede basarse en estudios seudocientíficos sobre las rezas, sobre los estudios seudocientíficos de la conciencia colectiva de una nación, sobre una seudociencia económica que descubre una clase social o simplemente va de un grupo de elegidos que se creen salvadores y punto.
    Estos agentes abandonan toda responsabilidad personal sobre sus vidas y se convierten en apóstoles y seguidores para la imposición de su forma de ver la Humanidad a los demás. Nos vienen a salvar, a darnos toda la felicidad, a cada uno y a todos a la vez. No pueden más que sentirse obligados a entregar sus vidas a la causa.
    Es evidente que la situación de partida se encuentra a borregos, a la masa dominada por los poderes actuales o por la falta de interés por lo elevado, por la visión revelada. Hay que llevarlos a la felicidad aún en contra de su voluntad. Ya lo agradecerán. Es tal la ceguera que es partidos y liberados han de utilizar cualquier método para conseguir llegar al poder y liderar a la masa. Y cuando se dice cualquier método, es cualquier método. La visión primera de una sociedad perfecta, armónica, feliz, plena ¿no es suficiente justificación para que compense cualquier sacrificio personal, individual, para la mayor gloria colectiva?
    Como muestra de esa creencia visionaria, activa y totalizante aparece al final del artículo con todo descaro:
    ¿Cómo favorecer un proceso natural de evolución desde lo pre-racional a lo racional? Es decir, desde lo arcaico-instintivo (0,1 % de la población) a lo mágico-animista; desde lo mágico-animista (10 % de la población) a lo mítico; desde lo mítico (60 % de la población) a lo racional; ¿Cómo favorecer la evolución natural desde lo racional (30 % de la población) a lo trans-racional; desde lo trans-racional (12 % de la población) al estado de Unidad Fundamental y de plena realización del potencial humano? Y esto, basándonos en un exquisito respeto a todas las formas de vida religiosas y culturales. En otras palabras, ¿cómo gestionar las necesidades diferentes y las relaciones entre las muchas humanidades que conforman la Humanidad?
    ¿Ven con que descaro nos solicita acciones para acelerar y preparar la llegada del Paraíso en la Tierra? ¿Quién y cómo realizarán esos aceleraciones? Impresionante pretensión de tener no sólo una revelación de elegidos sino tener la obligación moral de imponerla, acelerando. Ya lo decía Marx que sólo se trataba de acelerar lo inevitable.
    Lo que duele que algunos que se llaman católicos pretendan ser profetas de esta nueva interpretación totalitaria.
    En Occidente se oscurece con demasiada frecuencia lo que nos ha costado elaborar un sistema para la defensa ante estos intentos por esclavizar a la Humanidad con sistemas de salvación que NADIE ha pedido. Articular un sistema de defensa contra estos intentos constantes por imponer visiones delirantes de la Humanidad es urgente y necesario.
    Sobre la posición de las religiones en todo el artículo no necesitan una lectura especial o directa. Si a estas alturas del siglo XXI no se ve el hecho diferencial de la Iglesia Católica, no voy a ser yo quien de clases. No me parece de recibo que los que se autoproclaman verdaderos creyentes y en la honda más profunda, consciente y limpia de la Iglesia Católica, necesiten mi ayuda.
    La pretensión de enmarcar la experiencia Católica dentro de una explicación paranoica de la Humanidad no es más que un insulto inmerecido y una pretensión desleal. Y por enésima vez ya vale de apelar a realidades profundas y llenas de sentido, ese espacio reservado para verdaderos creyentes, esa onda alfa, beta o lo que sea, de contemplación de lo inefable en un sentimiento íntimo de armonía con el Totalmente Tonto, que ni habla, ni crea, ni explica, ni busca, ni encuentra nada fuera del autismo que revela a sus elegidos.
    Y, como siempre, que cada palo aguante su vela.

  • “Estoy cansado de que cada vez que la Iglesia hace un disparate de los suyos nos preguntemos: ¿Cómo es posible que la Iglesia persiga e invite a perseguir a los homosexuales? ¿Cómo es posible que la Iglesia excomulgue por abortar a una pobre niña de 13 años mientras protege a su violador? ¿Cómo es posible que la Iglesia en vez de llevar a sus pederastas a los Tribuanales los haya protegido y cambiado de colegio para que puedan seguir abusando de los niños? ¿Cómo es posible que la Iglesia, que es una institución misógina que relega a las mujeres a tareas subalternas, pueda tener la influencia que tiene? ¿Cómo es posible que la Iglesia haya dado y dé la comunión a gentuza como Pinochet y Videla mientras condena a una pobre mujer que ha abortado? ¿Cómo es posible que la Iglesia condene el uso del preservativo en África, un continente diezmado por el sida?”

    Lo he entresacado porque el escritor Juan José Millás Ha hablado fuerte y claro, sobre la Iglesia. Podéis leer su explosión de sinceridad en el enlace que facilito a continuación.
    Creo que puede interesar a muchos, a otros les chirriarán los dientes…

    http://www.elplural.com/politica/detail.php?id=42302

  • jftamames:

    Demuestras no tener ni idea de lo que has leído. La “ciencia particular” será para ti, para otros es lo ultimo de la ciencia.
    El “progreso imparable” será un mito para ti, para quien sabe es un echo, demuestras ser un supino ignorante.
    Me gustaría nos dijeses cuales son esas “creencias irracionales” y porqué son “explicaciones totalitarias”.
    Te recomiendo que después de fregar, acudas raudo al W.C., y que el posible atasco que tengas en tu ano, no nos lo sueltes aquí…

  • MAR Medina

    No termino de compartir el artículo en su totalidad.

    Por una parte, me sobrepasan tantas hipótesis sobre los tipos de conciencia, que me parece se pueden considerar de manera más simple y, en todo caso, hay que recordar que todas ellas –las simplificaría en vegetativa, emocional, mágica, mítica, racional y espiritual- están en nosotros presentes, al igual que nuestro cerebro está constituido como en capas de cebolla, y conservamos nuestros instintos biológicos y con ellos la oscura conciencia vegetativa asociada a ellos (no sólo para los locos y los enfermos de Alzheimer), de modo que insistiría en el hecho que deberíamos hablar de la conciencia que predomina en nosotros, o la más desarrollada, o la que rige en primer lugar nuestra vida, o mejor, a la que dirigimos nuestra atención, porque si ignoramos que las demás también están, nos pueden jugar malas pasadas y no reconocer un pensamiento mágico, pongo por caso, como motor de determinadas actitudes, por ejemplo en maneras concretas de entender la religión.

    Por otra parte, si el sentimiento religioso puede tener un factor basado en el anhelo de liberación de la angustia existencia generada por la conciencia individual o del yo separado, a mi entender hay también otra fuente del mismo, que es precisamente la conciencia espiritual: percibimos –además de nuestro yo separado- nuestra pertenencia a esa Realidad de la que todo nace, y esa percepción es la que marca la dirección de búsqueda para lograr llegar a ser quien realmente somos, y saberlo. Ahí radica la fe, que no es adhesión a unas creencias, sino experiencia personal que podemos reconocer similar a la de otros seres humanos y darle un lenguaje, normalmente el del seno de la tradición cultural en la que nacemos.

    Los porcentajes de modos de conciencia en la actualidad me parecen una osadía, o una quimera. Creo que basta con saber identificar qué nos mueve a actuar y, sobre todo, poner nuestro empeño personal en dirigir nuestra atención a la más elevada adquisición evolutiva, la sutil conciencia espiritual que se mueve en la Realidad y que da significado a nuestra vida.

    La religión como institución me parece una estructura social que tal como se ha entendido hasta ahora –jerárquica y de dominio, al menos la católica- está destinada a ser superada por la comunidad de iguales en libertad y sabiduría dentro de la diversidad que constituimos la comunidad humana. Desde esa conciencia de pertenencia a la comunidad humana y natural todo adquiere sentido y el amor o solidaridad brotan espontáneamente.

    Bueno, es como yo lo veo.

    Saludos cordiales

  • Antonio vicedo

    También, desde una lectura rápida, y no por veloz y apresurada, he experimentado la sensación de haber sido esponja de vivencias más o menos conscientes; y de influencias más o menos condicionantes desde circunstancia exteriores.
    Al término de la lectura, lo que experimento es una gozada de ver puesto en letra de molde mi proceso vital en el que, a hora de hoy, todo lo relativamente que puede ser abarcada mi realidad humana, me doy cuenta de donde y para que ha sido el ano y lo que con él se relaciona y esa ventana abierta de la conciencia (mente y voluntad) hacia lo transracional, exterior en niebla, que imposibilita la visión, pero no la niega, y que ofrece el aire vivificador fresco, libre de contaminaciones interesadas (proyecta hacia; y viene desde un NOSOTROS y NUESTRO, en los que está y estará (hay que creerlo por fe así, sin armazón científico), mi ser personal, la Humanidad y la REALIDAD ABSOLUTA que supera CONTINGENCIAS Y CIRCUNSTANCIALIDADES.
    La INFANCIA fue lo que fue y no ha dejado de ser del todo con su ley de vida egocéntrica como condición de supervivencia; la ADOLESCENCIA ha sido la que es y, con sus dientes de sierra, me sorprende por sus mareas de valoraciones y estados de ánimo; y la ADULTEZ va ofreciendo clarificación progresiva sobre la Personal valoración propia y ajena, esperando, en TODO, respuesta de FRATERNIDAD en la que vivir y gozar de la UNIVERSAL FILIACIÓN del ABBA, como Jesús nos lo presentó, o nos dicen sus testigos que lo vivió y lo proclamó.
    Porque el AMOR VITAL en verticalidad no deja de ser una abstracción evasionista, sin su dimensión horizontal, no de creencias y religiosidades objetivadas, sino VITAL FRATERNIDAD conscientemente aceptada y adultamente vivida.

  • jftamames

    En una primera lectura, rápida y sin prejuicios no es la primera vez que algún estudioso pretende la explicación totalitaria de la realidad desde una ciencia particular. Ese mito del progreso imparable de la sociedad humana y que, como el mito de la predestinación, no podemos más que someternos, tiene algunas aporías que pasare a señalar. He cocinado para mi familia, me pasare un rato fregando y cuando este todo recogido, disfrutare del enésimo intento por usar explicaciones totalitarias donde sólo hay creencias irracionales. Esos profundos deseos del hombre por recuperar el Paraíso Perdido en algunos es estancarse en la fase anal. Veamos si esta contribución es de esas o sólo es pura expresión del complejo de Edipo.