El papa Francisco ha regresado a Santa Marta, tras su estancia de menos de tres días en el hospital, para superar una neumonía infecciosa. Parece que ya se estaban celebrando conciliábulos entre cardenales para gestionar una posible sede vacante y un cónclave. Pero él acaba de comunicar por la RTVI desde su Fiat 500: “¡Sigo vivo!”Antes de su internamiento Francisco tuvo esta larga entrevista en español con Gustavo Sylvestre, del Canal 5 de la Televisión Argentina. Hay quien considera un desastre que un papa hable tan a la ligera, pues puede decir cosas interpretables de distinta manera. Yo considero una gran gracia el que los católicos tengamos en el vértice dela Iglesia un hombre de carne y hueso, una persona que se exponga a los medios como es, sin estrategia televisiva. El lenguaje corporal de Francisco, hablando con un paisano argentino de todo, es apasionadamente revelador de quien es él sin doblez ni engaño. La hora que he pasado con los dos (el periodista me ha parecido también magnífico) me ha parecido lo más aprovechado en este fin de semana que introduce a la Semana Santa. ¿Qué os paree?. Dígámonoslo. AD.
Antonio, el confesor tiene obligación de guardar silencio. Cuando yo era niño, unos ocho años, el cura me regaló un libro sobre un sacerdote al que acusaban de todo por no querer revelar el secreto de confesión. Y o mataron. Pero el confesando sí puede revelar sus pecados. Y en la última confesión me acusé de haber sido injusto con el pontífice, y con otros jerarcas, en unos ataques inmisericordes.
Debería ser coherente y tener propósito de enmienda. Pero como decía Chesterton cuando uno entra en la Iglesia se quita el sombrero pero no la cabeza.
Y la cabeza me dicta que el Papado de Bergoglio en lo atinente a la doctrina es una concatenación de disparates, uno tras otro. Lo mismo en dogma que en moral. Ya sé que para algunos, no sé si para ti, el misterio de la Eucaristía es un abuso de la Pablo y de la Iglesia primitiva que los Padres elaboraron con esos mimbres. Que cuando Trento sancionó los sacramentos no fue nada más que un ataque verborreico de escolásticos tomistas ebrios de antiliteranismo. No, que Bergiglio ensalzara a Lutero, lo pusiera a su diestro en la Santa Sede y lo catalogora nada menos que servidor del Evangelio fue un disparate doctrinal de antología. Impropio de su laico. Tendrán que explicarme muy pormenorizadamente en qué Francisco no transgredió la Eucaristía cuando responde tan a menudo aquello de que él no la niega nunca ni siquiera pecadores públicos. No porque nadie les señale, sólo él dice que los otros señalan, sino por una interpretación errónea del significado, nada menos que de la Muerte, Pasión y Resurrección, pues eso es lo que se nos da en la Comunión por voluntad de Cristo. No digo que sea hereje, simplemente digo que no parece conocer la doctrina y que, por eso, igual que dice lo que dice sobre la eucaristía dice lo que dice sobre moral. Repite con reiteración como si fuera un hallazgo que el discernimiento es la razón última del acto moral. Es una soberana tontería salvo que por discernimiento entendamos la conciencia bien formada, pero no es eso a lo que alude, sino a un subjetivismo bastante poco elaborado.
Nada tiene que ver Francisco con Juan Pablo II ni con Benedicto XVI. las encíclicas de aquellos son pétreas, luminosas. Los textos de éste cuando no disparatan dejan mucho que desear al poner énfasis en asuntos menores como si fueran los intereses de la Iglesia.
Sea por ejemplo su afición por la ecología, una ecología que no es la ciencia de la termodinámica de los sistemas abiertos, sino una militancia ecologista de la que es particular representante un habitual de Atrio de Brasil. Por el servilismo de los bergoglianos españoles, el presidente de la CEE llegó a afirmar una tontería sobre el cambio climático y el agua de ducha. Eso no es ponerse a la altura de la gente, eso es rebajarse de toda autoridad en lo suyo. Sobre el cambio climático veníamos discutiendo en el seminario de Margalef, ya sabe, un ecólogo fundamental de la disciplina de prestigio mundial, desde los noventa. El cambio climático deben estudiarlo los expertos, pero no tiene Francisco autoridad alguna, cuando no cae en simplismos como el de ecología integral. Toda ecología donde intervenga la especie humana es integral por definición y para eso no se necesita ahuecar la voz o el escrito. Pero volvamos al cambio climático. En el seminario de Margalef, que consistía en abordar un tema cada jueves derivado de la tesis doctorales que estaban realizando algunos miembros –plancton de lagos de montaña, producción primaria, termoclina, etcétera– el relacionado con el cambio climático tenía por tema estrella la apertura adelantada de los estomas. Peñuelas, que era el que estaba trabajando en ello, publicó luego en Science los resultados. No, Bergoglio no tiene por qué saberlo, y si no lo sabe, lo prudente es no meterse en ese jardín, salvo para decir lo del agua de la ducha según interpretó Omella.
No le toca a Francisco emitir un juicio sobre las personas, sobre dictámenes judiciales en sociedades democráticas. Habla demasiado y sin conocimiento de causa. Su nivel intelectual es de tejas abajo, de contertulio a veces. Y así se desdibuja la figura del Pontífice.
Sólo falta que nos hable del ITER y de la energía de fusión.
No. señor Llaguno, hablar de conservadores y de progresistas en estas cuestiones es improcedente. Que a usted los disparates teológicos –de teología dogmática, moral y exegética– le parezcan inexistentes, cuando se le han dado ejemplos a contrario puede deberse a que posee un concepto del dogma y de la moral propios. Cuando enjuiciaba un original, los peros o el rechazo que oponía nunca tuvieron nada que ver con el conservadurismo o la progresía. A mí me deja indiferente esos epítetos. Un disparate no es conservador ni progresista. Un disparate es, como la rosa, una rosa, un disparate. Y en algunos casos se ha interiorizado ese horror al dislate, que la mera lectura produce sarpullido. Una suerte de horror vacui. Al fín y al cabo el disparate es el conjunto vacío en una lógica formal de primer orden.
José María,
esa es una de las cosas que nos diferencia, que tú, y tal y como Chesterton afrimaba, cuando entras a la Iglesia te quitas el sombrero y no la cabeza, mientras que yo, tengo por costumbre no llevar sombrero, entre otras cosas, para no distraerme y que no me deje fuera de ella el corazón (Obviamente no me refiero a la válvula cardíaca sino a esa parte de nosotros habitan los sentimientos, la misericordia y el amor al prójimo), y además, así, dejo que la cabeza se me llene de pájaros.
Es obvio que Francisco no se parace en nada a Juan Pablo y a Benedicto, y tú pones de relevancia la bondad de las encíclicas de ambos por que son “petreas y luminosas” (sic). No se donde encuentras la luz en las encíclicas de Juan Pablo (Podría llamrle Wojtila, para imitar vuestro desprecio por Francisco llamándole Bergoglio, pero sería ponerme a la misma altura) y yo ciertamente veo algo más de luz en alguna (Especialmente la primera) de Benedicto, pero tengo que decir que lo pétreo de una encíclica no la convierte en mejor que otra.
Entiendo la necesidad que tenéis algunas personas de vivir en la certeza, en la seguridad de una doctrina sólida e intelectualmente bien ordenada; pero es que el mundo no es así y tú lo sabes. Y a mi no me hace falta.
No hay orden en el Universo, ni en la vida humana y cualquier ordenamiento es sencillamente un intento estéril de poner puertas al campo.
Francisco, no es un hombre de encíclicas. No creo que cuando muera vaya a dejarnos demasiadas y no me compete a mi valorar si son de calidad y/o excelencia teológica, pero no me parece relevante que lo sean.
Porque Francisco no es un papa de normas, ni de libros, ni de dogmas. Es un papa de gestos, de acogida, de cercanía, de misericordia.
Y llevas razon en que no le compete juzgar sobre dictámenes judiciales, pero ¡¡PORQUE NO LE COMPETE JUZGAR SOBRE NADA NI A NADIE!! Francisco pasará a la Historia por ser el papa que contestó “¿Quién soy yo para juzgar?”.
Le compete acoger, abrazar, asistir, acompañar, atender, comprender al necesitado, al herido, al maltratado, al enfermo, al preso, al pobre.
Y no hay una sola disciplina cientifica que de razón de por qué eso es así. Ese comportamiento no lo rige la cabeza, sino el corazón.
D. Antoine de Saint-Exupery (Tan bien traido a ATRIO por Leonardo Boff en otra colaboración), en su obra principal afirmaba: “L’essentiel est invisible pour les yeux, il ne se voit qu’avec le coeur” (Lo esencial es invisible a los ojos no se ve más que con el corazón). Discúlpame por ponerlo en francés. Es sólo nostalgia de los años de colegio en que al ser obligado a traducir “Le Petit Prince” acabé amando la belleza de la lengua francesa (Casi tan hermosa como la española o la catalana) y decidiendo que el primer regalo que hago siempre a un niño o niña de mi familia sea la maravillosa obra de Don Antoine.
Leyendo “El Principito”, aprendí lo que es “domesticar” y lo feliz que es uno cuando es se deja domesticar. Después he podido ver a mis perretes domesticados, amarme de forma incondicional y a mi mismo siendo domesticado por una mexicana preciosa que comparte mis alegrías y mis penas.
Y cuando veo a Francisco que nos anima a dejarnos domesticar por el otro, siento que es mi papa.
Y, perdón por la expresión, si no es un buen teólogo me la pela.
Con afecto y admiración
Al respecto de este artículo, me caben dos reflexiones distintas.
La primera es sobre el fondo del asunto. El papa parece estar bien de salud y de ánimo… para una persona que tiene 86 años, una rodilla m muy maltrecha que le hace ir en ocasiones en silla de ruedas y los achaques propios de la edad (Recordemos que tuvo de joven una dolencia cardíaca)
Creo que ahora que Benedicto ya no está, no tiene el lastre, no de Benedicto que se comportó de forma leal y consecuente con sus declaraciones el día de su abdicación, sino de quienes han tratado de utilizar al emérito para sus propios intereses y por lo tanto, espero que dé un impulso a la línea reformadora que todos esperamos de él.
Como papa ha cambiado ya la marcha a la Iglesia católica. Y lo ha hecho, a pesar de que doctrina, lo que se dice doctrina, no ha cambiado nada. Se ha limitado a abrir las puertas para que salga el olor a naftalina y entre aire fresco. Ya vendrán otros a asegurar que ese aire es apto para respirar o es venenoso. Eso no lo hará él.
Además me encamta la forma que tiene de aforntar esos problemas. Los papas (Y los cardenales) suelen tener en sus escudos un lema que pretenden sea el que rija su etapa de gobierno. El de Francisco es “Miserando atque Elijendo” (Lo miró con misericordia y lo eligió) y está muy bien; pero yo creo que será recodado por otra frase que le caracteriza más aún: “¿Quién soy yo para juzgar?”.
Me gusta más.
El otro aspecto que me gustaría resaltar es como han afrointado esta “micro crisis” sanitaria de Francisco determinados medios y/o miembros de la parte más conservadora de la Iglesia.
Es lamentable como los medios más friki conservadores han tratado al Papa.
Me centraré en dos (Y al hacerlo no podré evitar señalar a un tercero): Wanderer (Argentina) y Specola (Italia). El tercero es Infovaticarca que señalando y asumiendo las postura de los anteriores y por medio de su dizque reportero estrella, la Cigüeña de la Torre (Yo prefiero llamarle otro tipo de pajarraco, pèro luego josé María se enfada conmigo), se pone en cabeza del terceto.
Ambos, han dado por hecho que:
1) El papa tiene cáncer
2) El Vaticano oculta el verdadero estado de salud del papa
3) Se están preparando para sustituirle interinamente
4) Es imprescindible ponerse a conspirar para el próximo cónclave
5) Los cardenales de la curia (Claro ejemplo de generalización. No existe un portavoz de ese grupo a quien preguntar) están hartos de Francisco y los curiaes a los que llaman “Bergoglianos”
6) El cisma al que se enfrenta la Iglesia se va a resolver enterrando a Francisco y eligiendo a un nuevo papa que debe ser teólogo (Y si es ultra ortodoxo mejor) y restaurará el buen camino que fue emprendido por JPII y por Benedicto
Los ejemplo son ciertamente evidentes, no hay más que leer al pajaro infovaticarca, que va señalando cada una de las propuestas de los diferentes intervinientes, aunque él, cobardemente, no se pronuncia. Solo deja caer que “Si no e vero e ben trovato”.
La saña con que la ultra derecha eclesial se está comportando con Francisco, que no ha hecho más que admitir el diálogo sobre ciertas cosas. No ha cambiado nada es propia de los inquisidores que Umberto Eco ridiculizaba en El Nombre de la Rosa.
Pero ahí está. Tranquilo, celebrando misa, besandfo niños y continuando con su papado de signos y no de imposiciones.
Yo ciertmente tenía más esperanzas en Él pero vista la violencia con que se comportan con él me parece heróico lo que está haciendo.
Pero parafraseando al clásico, habrá que decir aquello tan castizo de “Los muertos que vos matáis, señor, gozan de buena salud”
No quiero terminar sin referirme al comentario de Valderas.
Sí José María. El papa se mete en política. Exactamente igual que hicieron Juan Pablo II (Con la lucha contra el telón de acero), Benedicto XVI (Que combatió las ideas totalitarias del nazismo y comunismo y a su vez, propugno una separación Iglesia Estado menos tajante). Pablo VI (Con claras cercanías a la Democracia Cristiana Italiana y gran opositor a Franco), cualquiera de los Píos (No creo necesario abundar en la Pascendi de Pio X) o en la condenación de todos los “ismos” (Comunismo, socialismo, liberalismo, racionalismo, e incluso afirmando que el Estado debe estar superditado a la Iglesia) en el Syllabus de Pio IX, y supongo que no querrás defender que los diferentes papas de los años 1.000 a 1.800 dC no se metieron en política, cuando eran ellos quienes conferían legitimidad a los diferentes gobernantes de los países e imperios europeos o repartían territorios de América entre España y Portugal, por no hablar de lo que yo mismo he podido ver en las monedas de curso legal (Francisco Franco, caudillo de España por la Gracia de Dios. Algo tendrá que ver en eso Pio XII).
Todos los papas se han metido en política.
Solo te quejas porque su opción política no coincide con la tuya.
Y eso no es digno de un intelectual serio. Te pone al mismo nivel de aquellos a los que dices combatir que no se quejan de la Iglesia porque estén de acuerdo o no con ella sino porque no les conviene lo que la Iglesia dice.
Es la famosa “confusión” entre conciencia y conveniencia contra la que tanto me previno Esteban (Mi director espiritual cuando me hice Cooperador Salesiano) si pretendía yo tener una conciencia bien formada.
Pero no te juzgo por ello. Es muy habitual. Yo mismo caigo en esa tentación a menudo. Pero es lógico que cuando lo detecto en un argumento, simplemente no lo tenga en cuenta. Ni yo ni nadie con una conciencia bien formada (Lo cual no quiere decir que yo la tenga)
Un abrazo
Estoy impresionada por ver un ser humano hablando de humanidad con naturalidad y convicción.
Lo veo muy en forma, con lucidez y memoria para desempeñar su responsabilidad como Papa. He pasado un buen rato escuchándole.
Pensando en el revuelo que causó Amoris Laetitia (y que sigue causando) me gusta pensar que Jesús nunca tuvo la intención de negar la r eucarística a nadie, es cierto, me parece, que si andaba a escondidas en aquellos momentos sea comprensible que no hiciera una Cena multitudinaria. Pero si se trataba de no incluir a determinada gente condenable, ¿qué hacían allí Judas y Pedro? Después de todo se supone (o se afirma) que Jesús sabía ya, al menos en su interior, que ambos actuarían mal y muy pronto. Es curioso que tantos hogares en segundas nupcias después del divorcio den buenos frutos.
Me gustó mucho la entrevista y lo de los cardenales que andan de corro en corro, será que no tienen nada bueno que hacer a pesa de que sea tanta la humanidad necesitada de consuelo. Hace ya casi cuatro años que el cardenal arzobispo de New York se tomo la iniciativa de enviar una carta a sus colegas de los EE UU para invitarles a reflexionar sobre el tema. Es bueno que Francisco siga al timón.
y a los progresistas la ideología
No tener doblez ni engaño no quiere decir exponer la doctrina. De hecho, la patea en el caso del matrimonio. Resulta asombrosa la justificación que hace de la Amoris Laetitia a propósito de la nota por la que varios cardenales teólogos le pidieron cuenta, que ellos respetuosamente llamaron dudas. No es que se rasgaran las vestiduras, es que lo que decía, si se entendía literalmente, era un disparate absoluto. Y se ratifica en ello. Carece de solidez y habla demasiado. Cuando el entrevistador le habla de un tal Pepe, que Bergiglio conoce muy bien pues sabe hasta el nombre de su mujer, señala que Pepe le cita a menudo cuando habla de medio ambiente. Y él se muestra satisfecho. No digamos en la carga ideológica de su pensamiento político, claramente escorado, sin discernimiento, hacia una manera de pensar. Sabia respuesta afirma Bergoglio cuando le cita el mantra ese de que a la derecha le une los intereses y a los progresistas. ¿Por qué se mente y toma partido por las sentencias de los jueces y el proceso de Lula? O cuando habla de políticos de raza de su país. ¿Por qué se mete en ese jardín? Admite las clasificaciones del mundo interesado de la política a la hora de establecer banderías. Más de uno de extrema derecha podría decirle que si algo tuvo del Tercer Reich en su nacimiento fue la justicia social. Fue el movimiento obrero el que aupó a Hitler en la República de Weimar. Y lo misma dígase de Falange Española con su patria justicia y pan. Peligrosamente simplista. No basta tener buena voluntad. Debe tener formación. Lo que significa que debe conocer el alcance de sus expresiones. Y fundarlas en la doctrina social de la Iglesia. Por más que Woytila estuviera cerca de Walesa, jamás se le ocurrió mencionarle. Es de cajón.
No me extiendo más. Y me alegro de que “siga vivo”,