Este artículo desde Colombia de una joven profesora de Teología en una Universidad Católica es ya signo de cómo ha cambiado ya la Iglesia y de cómo tiene que cambiar mucho más sin falta, no solo siguiendo al papa Francisco sino yendo más allá de lo que personalmente el mismo Francisco quisiera, aunque seguro que al final aceptará lo que es sentido de fe del pueblo de Dios. Hoy mismo espero publicar algo más sobre el presunto conflicto del Synodal Weg con el Sínodo 2021-24 de Roma. No hay tal incompatibilidad, sinotodo lo contrario. AD.
La propuesta del sínodo de la sinodalidad sigue su marcha. Comenzó la etapa continental en la que se reúnen las conferencias episcopales por continentes para elaborar otro documento que servirá para la finalización del sínodo en octubre de 2024.
Hace unos días se llevó a cabo la primera Asamblea continental con las Conferencias de Europa. Solo seguí algunas noticias, pero me llamó la atención lo que decía una de ellas y era que algunas de las Conferencias participantes, echaban en falta que se asumieran a fondo los temas más álgidos que en la etapa de consulta se habían señalado. No me extraña que esto suceda. Este tema de la sinodalidad es tan amplio que se ha desdoblado en muchos aspectos que pueden ir opacando las reformas centrales que han de hacerse. Se insiste mucho en orar por la sinodalidad, en un estilo de vida sinodal, en un discernimiento comunitario de los signos de los tiempos, en un método sinodal, en una hermenéutica de la sinodalidad, etc., aspectos todos ellos muy importantes e inherentes a la sinodalidad, pero no suficientes para que la Iglesia llegue a ser una Iglesia sinodal.
De las prioridades que se señalaron en el documento final de la Asamblea de las Conferencias Episcopales de Europa, se anotaron, entre otros aspectos, dos cuestiones sobre las que hay que dar pasos decididos y valientes en pro de una iglesia sinodal: la cuestión de una iglesia toda ministerial y el papel de la mujer dentro de la Iglesia, concretamente sobre su mayor participación en todos los niveles, también en la toma de decisiones.
Creo que estos dos aspectos son esenciales a la hora de pensar en una Iglesia sinodal. Por una parte, es muy urgente cambiar el modelo de Iglesia piramidal que todavía existe en la mayoría de lugares, donde los ministerios vienen estructurados según la importancia que se cree tienen y donde los primeros concentran todo el poder. Ya desde Vaticano II se afirmó una premisa básica y fundamental del ser iglesia: el sacramento del bautismo es el que nos da a todos por igual la dignidad de hijos e hijas de Dios y no hay mayor dignidad que esa. En la Iglesia querida por Jesús, “nadie es mayor que nadie” y si se aspira a alguna dignidad es a la del servicio, muy distinta que la del poder tan vinculado al ministerio ordenado. Si consiguiéramos liberarnos de ese modelo piramidal, habríamos dado pasos efectivamente hacia una Iglesia sinodal. Esto supone muchas cosas: unas tan simples, como la de dejar de dar títulos honoríficos a los ministros ordenados -excelencia, eminencia, reverencia, etc., que nada tienen que ver con el evangelio y con el servicio, sino con los poderosos de este mundo; y, otras más grandes como el de reconocer más ministerios para que todo el pueblo de Dios se sienta servidor de la comunidad y, efectivamente, sea un miembro activo de la comunidad: “Saben que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos y los grandes los oprimen con su poder. No ha de ser así entre ustedes, sino que el que quiere llegar a ser grande entre ustedes será su servidor y el que quiera ser el primero, será su esclavo, de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por muchos” (Mt 20, 25-28).
Y el segundo aspecto el de la mujer, es tan claro, tan urgente, tan evidente, tan necesario que, por mucho que se le de vueltas y se busquen justificaciones, si a la mujer no se le da un lugar en los niveles de decisión y en los ministerios, no habremos avanzado en casi nada en la sinodalidad. Ya sabemos que uno de los últimos comentarios del papa Francisco, sobre las mujeres, fue el de decir que en la Iglesia había dos principios: el petrino y el mariano, y así cada sexo tiene su lugar y papel en la Iglesia. Es evidente que esto no es más que un esfuerzo por no mover las tradiciones eclesiásticas (no eclesiales) que han marcado tanto a nuestra Iglesia. Lo complicado es que se afirma con tanta seguridad y se repite tantas veces, que hasta algunas mujeres dicen que no se necesitan cambios en la Iglesia porque ellas se sienten a gusto con los roles que desempeñan. No es de extrañar que pase esto. Si tantas exclusiones, subordinaciones, desigualdades se mantienen en nuestro mundo es porque los mandatos no solo son externos, sino internos, y la “mente colonizada” abunda en los “colonizados”. Es decir, se está tan acostumbrado al modelo vigente que no se quiere cambiar. Pero, afortunadamente, los cambios se gestan y se siguen empujando más y más y llegará el día que esto se dé.
Hay otro aspecto que también tiene que ser trabajado para lograr una iglesia más sinodal y esto es respecto al laicado. Es fácil confundir sinodalidad con clericalización de los laicos. Aquellos que empiezan a participar de la estructura, en vez de transformarla se acomodan a ella y la fortalecen. Esto esta pasando con algunos laicos que han sido nombrados en puestos de responsabilidad o decisión en varias instancias. Se hacen “inaccesibles” y “ostentan” cierto tipo de poder. En fin, la condición humana es muy compleja y continuamente estamos en esa tensión entre el ideal y la realidad y no es fácil aquello de que “si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda solo, pero si muere da mucho fruto” (Jn 12, 24). Una iglesia sinodal surge de un pueblo de Dios que esta dispuesto a convertirse desde dentro porque comprende que la iglesia no vive para ella misma, ni para mantener su estructura, ni para ser poderosa en medio del mundo, sino para ser testimonio del reino de Dios, allí donde todos caben, donde nadie queda fuera de la mesa, donde la ley está al servicio del ser humano y la misericordia es la única consejera.
Pero el Nuevo Testamento es auténtico y sus autores creíbles. El texto esencial críticamente fue integramente transmitido como demuestra el profesor H. Greenlee. Fue escrito en el primer siglo, no muy lejos de la muerte de Jesús: Marcos, Mateo, Lucas y Juan son personajes históricos y los autores intelectuales que son las fuentes testificales del siglo I, cosa extraordinaria para la literatura antigua cuando las “referencias” de autores diferían años de los hechos acaecidos…Aún cuando los judíos del siglo I tenían un alto grado de cultura caligráfica, el método rabínico usual consistía en memorizar y estas escuelas hebreas todavían existen en la actualidad en ciertos grupos de judíos ortodoxos…Por eso los discípulos de Cristo pudieron transmitir las palabras de Cristo con el mismo sentido en que El las formulaba y que eran repetidas “una y otra vez” hasta constituir pasajes didácticos del mensaje salvífico de Cristo…porque la catequesis primera fue oral con el consenso de los testigos…
Los escritores se dirigían al pueblo que había observado la vida y milagros de Cristo y podían refutarlos en las primeras “reuniones litúrgicas” eucarísticas celebradas en las pequeñas comunidades cristianas tal como aparecen en los Hechos de los Apóstoles.y en la Didajé..No existe esta refutación de las Memorias de los Apóstoles o Evangelios en cuanto a los hechos y dichos narrados en ellos…y los herejes, ni los judíos enemigos de Cristo pueden negar los milagros ni los hechos de Jesús. Simplemente los atribuyen a Belzebú, el príncipe reinante de todos los demonios…
Evangeligar con la mentira en la misma área geográfica donde vivió y trabajó Cristo hubiera sido una verdadera locura suicida….Había mucho mas de 30 testigos oculares históricos que hubiera refutado la mentira. Imposible así formar un falso mito o una leyenda absurda…Se podía “no creer” en el Mesías pero no habían pruebas para negar Su vida y los hechos ocurridos…Hubo predicación oral primaria. Pilato, Caifás, Festus, Felix, Herodes, Arquelao vivían en la época y eran personajes históricos junto con Jesús de Nazaret. Por eso no existen cristologías competitivas.
Era difícil que los escritores inventaran una religión que predicaba “negarse a si mismo”, comer la carne del Hijo del hombre y beber Su Sangre, humillarse, tomar la cruz, abstenerse de relaciones sexuales, ser mansos de corazón….Se inventaría una religión mas acomodada aquella cultura que tendía siempre a lo sensual, a lo idolátrico, a la violencia…característica de la época.
La FE apostólica de la Iglesia primitiva nunca hubiera podido resistir las “invenciones” de la comunidad. No fue la FE inventada o deformada, sino que nos vino en esencia transmitida por los Apóstoles.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
La primera palabra del tercer párrafo de mi comentario de arriba debe decir: evangelizar.
Vale. SH
A la hora de aferrarnos a la literalidad de un frase o de una palabra concreta escrita en los evangelios, máxime si contradice la praxis de la vida de Jesús, hay que tener en cuenta varios aspectos.
a) Los evangelios se escribieron por judíos religiosos bastantes años después de la muerte de Jesús.
b) Pablo, el primero que escribió sobre Jesús, es decir, hizo teología, -no biografía- sobre Jesús, partió de la creencia judía del Mesías. Además, no solo no conoció a Jesús hombre, sino que manifestó que ni siquiera le interesaba el no haberlo conocido.
c)Los evangelios y todo el NT se escribió en un contexto socio-religioso concreto judío y de hace dos mil años. Desde entonces las sociedad ha cambiado mucho
d) Después vinieron las traducciones, del arameo, al griego, de éste al latín y del latín al resto de los idiomas.
e) Jesús vivió en su contexto, se adelantó a su tiempo su mensaje a través de distintos recursos literarios (parábolas, alegorías, símbolos, hipérboles, etc.) dejó una sustancia de mensaje muy revolucionaria y de valores internacionales, avalada por su ejemplo, por ejemplo su relación constante con las mujeres, algo escandaloso en su tiempo.
d) Si los textos y el propio Jesús se desarrollaron en un contexto social concreto, ¿realmente, pensamos que eso no debe ocurrir ahora, cuando la sociedad y las ciencias sociales han avanzado y han dado nuevas luces exegéticas?
e) Su relación con la austeridad de vida y su comportamiento con los más vulnerables, enfermos, hambrientos, pobres, mujeres, “hijos pródigos”, “samaritanos” etc. ¿Tiene algo que ver con la Institución-Iglesia que, a lo largo de los siglos no ha hecho otra cosa que acrecentar su poder y su riqueza?
f) ?Dio Jesús alguna señal de construir templos, Catedrales, Derecho canónigo, exclusión por sexo, jerarquización, etc. etc.?
g) Y, sobre todo, repito el fragmento que cité en días pasados: “Jesús, el Cristo, no podía ser machista, no podía no saber esto y por tanto ser menos que yo en valores humanos, de modo que apelar a ésta diferencia machista-patriarcal de nuestro Maestro en su período histórico fijándose en una acción puntual como la elección de varones en el colegio apostólico y cerrando los ojos a otras evidencias, se acerca más a una herejía que a una novedad o certeza.”
h)¿Rechazría Jesús hoy el artículo 1 y 2 de la Declaración Universal de los DDH y de todas las constituciones democráticas del mundo, además del consenso universal, aun dónde no se reconoce el derecho de igualdad como en Irán? ¿Entra esto en el el sentido común de todo ser pensante? ¿Tenemos que seguir con el fundamentalismo literalista para alejar el mensaje auténtico de la vida de Jesús de la sociedad de hoy?
Se podrían decir más cosas de una incongruencia supina, cuando se le atribuyen a Jesús expresiones o palabras inconcebibles en un Maestro universal, pero lo dejo aquí. No existieron grabadoras, y el recuerdo se mezcló en algunas ocasiones con lo que el autor, quería que dijese. Sí, en el NT hay muchas contradicciones, ya en su época, ¿No podemos nosotr@s detectarlas con una buena exégesis y, sobre todo, una hermenéutica elemental.
Me parece bueno que reincidamos con cierta frecuencia en el tema de la Tradición y su importancia en la Iglesia, porque por una parte ayuda a clarificar -al menos algo-, ciertas ideas e interpretaciones teológicas que se extendieron -y rivalizaron- en la iglesia durante los primeros siglos. Pero por otra, esa Tradición -el contenido de esa tradición-, condicionada por su tiempo, no puede sacralizarse de tal manera que sea irrevisable, al menos en algunas formulaciones. Si fue y es revisable la interpretación “tradicional” del Génesis, por ej., y el mismo concepto “tradicional” de revelación, con mucha más -o al menos igual- razón será revisable la Tradición, al menos en sus formulaciones. Por eso debemos estar atentos a no sacralizar redacciones “tradicionales” condicionadas por su contexto cultural e histórico. En la Tradición, como en los concilios y en el magisterio eclesiástico también hay mucho de humano y de condicionamiento histórico. Compárense las encíclicas de Bonifacio VIII, de Pío VI, de Gregorio XVI, o los documentos aprobados por Pío IX… Y por no ir más atrás el Vat. I y el Vat. II. LA MEJOR TRADICIÓN ES EL EVANGELIO. El desarrollo histórico (y el Espíritu que actúa en la Historia) nos va haciendo ver mejor, en algunos temas religiosos, que hace un milenio o casi dos. El Espíritu sigue un proceso dinámico en la comprensión del Mensaje del Reino. Por lo mismo, no podemos ni debemos “fijarnos” en la letra de las formulaciones o interpretaciones de tiempos venerables, pero idos… Para saber interpretar mejor hoy el Mensaje evangélico es necesario cambiar de paradigma: pasar de uno estático (“siempre idéntico a sí mismo”) a otro más dinámico (cosa que se ajusta al modelo dinámico evolutivo de la creación) Dios nos habla también a través de la Ciencia… En la ciencia hay algo de revelación, que nos ayuda a comprender mejor el Mensaje del Reino.
Atención, pues, a no sobrevalorar la Tradición. Si la sobrevaloramos, nos crearíamos muchos problemas y atascos… como los que estamos viendo y viviendo… Atención también al paradigma que nos sirve de modelo. Un modelo conservador defiende mejor de inseguridades y de miedos… -en este sentido, ese modelo puede ser opio… para muchos-, pero también una gran rémora para una comprensión más evangélica del Mensaje del Reino. No olvidemos la advertencia de Jesús a Nicodemo: Para poder comprender su Buena Nueva hay que RENACER. Con el paradigma viejo-testamentario y el filosófico griego (paradigmas que se infiltraron mucho en la Iglesia y la han dominado…) no es posible hoy avanzar y madurar en el campo del Reino.
Liberados de ese paradigma, será más fácil discernir y aceptar el cambio de estructuras, de clases (el clericato jerárquico dualista es una clase), la integración de la mujer, las “sacralidades”… y el abandono de “sedes” etc. anti evangélicas… En suma, si queremos hacer una mudanza, quizá sea mejor comenzar por las estructuras humanas de la Iglesia…: Convertir el poder en auténtico SERVICIO… Así será más fácil renacer y poder abordar otras “sacralidades”… no santas. (Perdonen que insista, porque algunas de estas ideas las expuse hace unos días. Pero, dada nuestra resistencia al cambio, parece necesario repetir y recordar. El cambio para los instalados en un paradigma estático es casi “a par de muerte”. Y hasta de “conciencia”…)
Primero, la acción ministerial se refiere a desarrollo de funciones que hacen seres humanos en la Iglesia.
Segundo en la cabeza de Jesús, a juzgar con una buena exégesis, según lo que dicen los evangelios, nunca pensó en una institución pétrea, es decir inmóvil, por definición, estática, sin vida, sino un movimiento adaptado a cada época, lo mismo que él hizo con el contexto religioso social que le tocó “se os dijo,… pero yo os digo..”. Él fue judío y confirmó cuestiones del judaísmo de siempre, pero también y, sobre todo, cambió todo aquello que suponía muerte, fue un movimiento dinámico. Por tanto no todo (sobre todo si es funcional) queda cerrado a nuevos tiempos
Y tercero ¿es posible que Jesús, como hace la Iglesia, aún no hubiera firmado la Declaración Universal de los DDH por no reconocer la igualdad de todos los seres humanos, hombres y mujeres, cuando es aceptado mayoritariamente por casi todos los países del mundo, aunque no lo cumplan? ¿Podría ser hoy, con estas características, un líder moral universal? ¿Alguien, con dos dedos de frente, puede seguir a un líder MODELO universal que rechace a las mujeres en funciones humanas sólo por carecer de los atributos sexuales masculinos que es lo que nos diferencia por sexos? ¿Cabe en cabeza humana un líder con estas características? Como decía Julio Guerrero Moreno, ¿mi líder, mi referente, va a ser inferior moralmente a mí que acepto los Derechos humanos?
Mucha gente que ha abandonado la religión y la iglesia, dice yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, ¿por qué será?
La Iglesia debería ser una institución viva y que da vida, ésta que tenemos ahora, carece bastante de ello cuando a las mujeres se nos considera no aptas por sexo a ejercer determinadas FUNCIONES.
Pura lógica, puro sentido común.
El Concilio Vaticano II distingue claramente el sacerdocio de los fieles o laicos y el sacerdocio ministerial . y dice:
“ El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico se ordenan el uno para el otro aunque cada cual participa de forma peculiar del único sacerdocio de Cristo.
Su diferencia es esencial, no solo gradual. Porque el sacerdocio ministerial, en virtud de la sagrada potestad de que goza…efectúa el sacrificio eucarístico ofreciéndolo…en nombre del pueblo…los fieles, en cambio, en virtud de su sacerdocio real asisten a la oblación de la Eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la abnegación y caridad operante” (Lumen Gentium Cap 2 No 10)
La Iglesia es un don de Cristo que se nos ha dado. Cristo estableció la esencia sacramental de Ella para que recibiéramos más directamente la gracia para nuestra salvación eterna que es el pensamiento constante de Cristo en el Evangelio y por eso El dijo al final: “Todo está consumado” puesto que El se ofreció por nosotros en la Cruz.
Podemos cambiar la que es posible cambiar en la Iglesia de Jesucristo pero no por lo que consta que fue establecido por Cristo y ha sido constantemente enseñado como perteneciente a la fe y a la moral a través de los siglos
El aggiornamiento de Juan XXIII no implicaba cambio doctrinal, ni moral, sino que enseñaba la manera mejor de expresar el verdadero sentido de la Verdad del Evangelio de Cristo predicado oralmente y por escrito en el siglo I y transmitido fielmente en su esencia por la sucesión apostólica.
Esta debe ser la función del Sínodo más que una controversia secular puesto que nosotros somos receptores del mensaje de Cristo y no “creadores” doctrinales, ni morales “de novo”
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Lo que dices. Santiago, que no deja de ser la postura oficial de la Iglesia Católica Romana desde siempre, tiene en mi modestísima opinión muchos matices.
Porque la Iglesia Católica afirma haber sido instituida por el propio Cristo y yo ìenso que no está tan claro. La originalidad del texto de Mt 16, 13-20 ha sido puesto en duda varias veces y en particular por casi todas las Iglesias Protestantes que ponen en cuestión el primado de Pedro y en el caso de que se admitiera su originalidad, también muchas interpretaciones ponen en duda el significado que le da la Iglesia.
Y la culpa es exclusivamente de la Iglesia Católica Romana, porque ha utilizado a Mt 16, 13-20 para justificar todos y cada uno de los desmanes que ha producido a lo largo de la Historia como “Voluntad de Dios”.
El otro día tuve ocasión de volver a ver la pelicula “El Nombre de la Rosa” y fuera parte de la parcialidad del autor de la novela en cuestión, lo que no es cuestionable es la actitud antievangélica de la Iglesia de la época. Tengo que reconocer, muy a mi pesar, que estoy más de acuerdo con el “Dulcino” de la peli y sus seguidores que con el “Bernardo de Guy” (Obviamente con los personajes. Tengo claro que los reales pudieron ser bien distintos).
¿Cuál es pues la pregnta del millón? Pues que teniendo en cuenta que por muy inspirada y fundada por Cristo que fuera (Obviemos esa cuestión) está compuesta y organizada por seres humanos (Y en este caso por seres humanos varones)… ¿Es esta la Iglesia que querría Cristo? Y en caso de que no hubiera fundado nada ¿Es la que hubiera querido Cristo fundar?
Yo creo que no.
Estoy terminando un librito muy ilustrativo de González Faus “Herejías del Catolicismo Actual” y para una mente cuadriculada como la mía pone de manifiesto esas servidumbres de la Iglesia con la mundanidad de los hombres y como ha cambiado la doctrina que se deriva del mensaje de Cristo a conveniencia, generalmente, del poder establecido.
Eso es muy humano y comprensible y Glez. faus lo explica mucho mejor que yo (Además es un libro muy ameno y que se lee muy fácil. Yo el sabado por la tarde me devoré la mitad) pero lo que me pone de mala leche contra los clérigos romanos y los que defienden esa tradición es que lo rpesentan como si no hubiera otra alternativa (Y eso te pasa a ti, Santiago. Con todo cariño y respeto te lo digo).
Hablan como si fueran los poseedores de la verdad y yo tiendo a desconfiar de quienes se presentan como tales.
De hecho, pienso que es esta prepotencia la que hace que personas con inquietides “espirituales” acaben en brazos de charlatanes y gurús como los que nos trata de vender Troyano, porque las incoherencias de esta Iglesia Católica Romana las ve hasta un niño.
Hay tantas cosas que matizar en cada postura oficial de la Iglesia y el problema es que esos matices no los necesitan los teólogos o expertos que participan en un Concilio. Los necesitamos los creyentes de a pie y lo malo es que como la Iglesia no empiece a tratarnos como personas con cerebro, acabará en la más profunda irrelevancia.
Ya está pasando.
Gracias Antonio Ll por tu comentario al mío y tu interés..y por tus palabras de afecto.. No represento la oficialidad eclesiástica sino que sigo lo que nos dicen los testigos de la historia y claro la Iglesia no se formó por un solo texto de un Evangelista.
En la exégesis hay que examinar el conjunto y el contexto de TODA la actividad apostólica y no sólo es un texto sino muchos, como que no fue una sola predicación de Cristo sino muchas, y no sólo fue una comunidad primitiva, sino muchas.
Y así uno de estas afirmaciones (o perícopa) fue hecha por un testigo presencial que fue Juan, Apostol y Evangelista, cuando narra lo que Jesús comunica a sus Apóstoles:
“Paz sea con vosotros. Como me ha enviado el Padre, también Yo os envío a vosotros. Esto dicho, sopló sobre ellos y les dice: Recibid el Espíritu Santo.A quienes perdonareis los pecados, CDp perdonados les son; a quienes los retuviereis, retenidos quedan” (Juan 20:21-23) Jesus envía a Sus Apóstoles a transmitir Su mensaje de salvación que es cabalmente la misión fundamental de la Iglesia.
Jesús mismo se proclamó como el Hijo de Dios, nacido antes que Abraham existiese, y ante Caifás y en sus polémicas con los judios. Ninguna persona en su sano juicio -menos un judío de aquella época- hubiera intentado siquiera proclamarse Yave Mesías ni mucho menos “inventar” tal afirmación.
Pero Jesus con Su autoridad llamó a los Doce y los entrenó durante tres años y en los 40 días precedentes a Su Ascención, dándoles precisas directrices para el gobierno de Su Iglesia. “Id pues y enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, haciéndoles observar las cosas que Yo os he mandado” (Mateo 28:18)
Es claro que cualquiera puede volver a redactar su “evangelio”…Actualmente algunos quieren tergiversar el sentido original de la Escritura.. pero todas estas reconstrucciones fracasan por falta de coherencia y de verdadero y honesto sentido crítico, teológico e histórico.
La exégesis requiere imparcialidad, ciencia, y fe. Hay que remontarse a las fuentes verdaderas y no a al testimonio personal de cualquier autor. Tiene que existir una demostración cierta y válida. No una mera especulación
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Gracias a ti, Santiago.
Llevas razón en l que apuntas sobre la exegesis. Lo que creo, sin embargo, es que la exégsis oficial de la Iglesia y su tradición, fuerzan la interpretación de determinados textos.
Por ejemplo, el texto que tú mencionas del Evangelio de Juan, si acaso lo que institucionaliza es el sacramento de la reconciliación (Aunque de ninguna manera, en mi opinión, lo convuierte en lo que ahora es y nucho menos en lo que fue). En ningún caso instoitucionaliza la fundación de la Iglesia Católica y tampoco justifica a la actual iglesia católica como depositaria de la esencia del mandato de Cristo.
No pretendo, en ningun caso, redactar mi propio Evangelio, sino tomar del Evangelio (El único existente aunque sea en 4 libros diferentes) lo que es esencial y solo lo esencial.
Eliminar lo que es interpretación, porque lo que una vez se interpretó se puede volver a interpretar y probablemente, si bien ahora se haya perdido (Por cuestiones de cercanía temporal) comprensión de lo que se hablaba, se ha ganado en perspectiva histórica.
Los que ya tenemos cierta edad, hemos tenido que “sufrir” una educación religiosa en la que la interpretación literal del texto y la acriticidad de las conclusiones que se extraían de él hab hecho mucho daño porque o bien ha creado cristiános acríticos o bien ha creado ateos recalcitantes.
No tengo nada contra un católico ortodoxo con espíritu crítico que, como tú, llega a conclusiones similares a las de la doctrina oficial de la Iglesia (O se limita a aceptar la propuesta “oficial” después de un análisis y una reflexión); pero al igual que tengo una especial repulsión hacia los inquisidores que tratan de hacerme comulgar con ruedas de molino en forma de mantras pseudo religiosos y pseudo científicos que a este paso acabaran diciendo que la tierra es plana me pas alo mismo con los que pretenden que digiera sin abestesia conclusiones dogmáticas católicas que atentan contra el sentido común, el conocimeinto científico actual o la verdad histórica conocida.
En general, tengo alergia a cualquier tipo de inquisidor.
Por eso me gusta la palabra “hereje”, porque viene de la palabra griega “Hairetikos” o “El que piensa libre”
¿Y que otra pregunta puede hacer una persona que solo sigue unas reglas porque a él le convencen?
Imposible, para eso tendría que descubrir el verdadero Mensaje que nos dejó Jesus, y eso le es totalmente imposible. Lo siento de verdad.
María Pilar, qué enorme alegría volver a leerte.
Un abrazote grande
Gracias a ti por continuar el diálogo…De acuerdo contigo que no podemos “forzar” los textos…En el caso que tu citaste de Mateo 16: 13-19 sobre el primado de Pedro, claro que no podemos aislarlo de todo el contexto o sea del conjunto de la historia de la Iglesia primitva…Sabemos que por Juan 1:42 Jesús le cambió el nombre a Simón hijo de Jonás, por Kefá que en arameo significa “piedra”…Por eso la traducción correcta es: “Tu eres Kefá y sobre esta Kefá edificaré mi Iglesia”…Por eso, podremos unirlo al pasaje del final del Evangelio de Juan cuando Jesús le pide solamente a Pedro 3 veces que “apaciente sus ovejas”….Y en Lucas donde Jesús le pide a Pedro que confirme a sus hermanos en la fe….Por otro lado, Simón Pedro es siempre distinguido del resto de los “discípulos” Siempre aparece el primero entre iguales…El nombre de Simón, Pedro, Cefas o Kefá, aparece 191 veces en el Nuevo Testamento. Sólo lo supera en número el nombre de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios…Además Pedro fue el primero en predicar a Cristo delante del Sanedrín después de la Resurrección…y por supuesto podemos seguir en la historia como fue el primado en la Iglesia empezando por Papías de Hierápolis (60-130 y en la misma línea seguir con Ignacio de Antioquía, Policarpo de Esmirna, Clemente I papa y su Carta a los Corintios….y todos los Padres Apostólicos y veríamos claramente su función como el vínculo de unidad y el que confirma la “fe de los hermanos”…
Perdona, no he querido dármela de experto…Como sugieres he querido encontrar la base de la fe yendo -no a lo que me dicen unos cuantos, ni a seguir fielmente el “catecismo”- sino buscando y encontrando las fuentes como cualquier investigador e historiador que no puede conformarse con un solo testimonio, sino como el consenso de muchos…El cristianismo como Pueblo de Dios posee esa base…No importa que muchos hayan tratado y estén tratando de anular la esencia del cristianismo desvirtuando toda la historia y volviendo a escribir otra…Por eso, yo hablo de imparcialidad y de objetividad y de seriedad…porque las fuentes primitivas están escritas y reflejan fielmente la predicación oral de Cristo…Es cuestión de investigar y estudiar…Por supuesto, amigo Antonio Ll. no me refiero a tí sino a lo que estoy viendo y leyendo desde algunos años. Y coincido que cada uno debe exponer lo que piensa siempre respetuosamente sin ofender a nadie, aunque haya discrepancias…
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Estupendo artículo.
Como recuerda Llaguno, que hay que distinguir entre eclesiástico y eclesial, en el caso que estamos tratando, afecta a los dos aspectos; hay que renovar, por supuestísimo, lo eclesiástico, sin dilación, y hay que revisar, volviendo a sus raíces, a las del propio Jesús, lo eclesial, dado que los dogmas han ido suplantando hasta anular el mensaje de los evangelios.
En un artículo publicado el día 12 por Julio Guerrero Moreno, en RD, titulado Juan Pablo II se equivocó, muy recomendable, dice: “Jesús, el Cristo, no podía ser machista, no podía no saber esto y por tanto ser menos que yo en valores humanos, de modo que apelar a ésta diferencia machista-patriarcal de nuestro Maestro en su período histórico fijándose en una acción puntual como la elección de varones en el colegio apostólico y cerrando los ojos a otras evidencias, se acerca más a una herejía que a una novedad o certeza.”
También dice: “La mujer y el hombre son dos aspectos, dos realidades, de lo que llamamos ser humano y que, según el texto más antiguo del Génesis, fueron creados simultáneamente. Basarse en el segundo texto, más reciente, en el que la mujer-Eva sale de la costilla del hombre-Adán, para justificar la supremacía del varón es tanto como decir que la mujer tiene distintos roles sociales que los hombres, en la práctica mayores limitaciones que éstos, porque Jesús seleccionó sólo a varones para ser Apóstoles, olvidándonos de pasajes donde se dice claramente que en Cristo no hay diferencia de sexo o que todos somos constituidos sacerdotes por el bautismo“
Yo añado, la praxis de Jesús fue, justamente, incluir a las mujeres entre su discipulado y nombrar apóstola, es decir, comunicar la buena Nueva a los apóstoles, de que Jesús había resucitado.
En el momento actual el tema de la igualdad en todos los aspectos es evidente teóricamente (no así en la práctica), desde la Declaración Universal de los DDHH, hasta la práctica social de inclusión de la mujer de igual a igual. En los premios Goya, el otro día, una premiada, Susi Sánchez, dijo: antes, “Sólo se no abrían dos puertas, la de la cocina y la del dormitorio”. Yo añado, en la Iglesia sólo se nos han abierto las puertas de limpiar los templos, ser sirvientas de los varones, pero sin acceso a las decisiones. También dijo: en esta tarea de cambio, las mujeres “somos el 50%, el otro 50 % sois vosotros”
Parece que la jerarquía no está por el asunto
jose ramon jimenez, nos recordaba el otro día las palabras de Francisco: “-Papa Francisco advierte a los teólogos: “Pensar que la tradición es lo que ‘siempre se ha hecho así’ nos impide crecer”
El tema del poder, no del servicio, está arraigado en el fondo del alma, casi en su ADN en la jerarquía eclesiástica que, o, será cuestión de conversión personal, o, lo contrario, el cisma está a la vuelta.
Me encanta esa distinción entre tradicones eclesiásticas y tradiciones eclesiales.
Yo parto de la base de que el hecho de que algo sea “tradición” o “tradicional” no aporta mucho más allá del hecho de considerar que “siempre se ha hecho así” (O desde hace algún tiempo, que hay tradiciones como el celibato sacerdotal que apenas tienen 1000 años); pero yo bien se. por mi desempeño profesional, que el que algo se haya hecho siempre así solo justifica a los mediocres que no quieren “ir más allá”.
Si solo hubiéramos hecho lo que “siempre se ha hecho así”, no habríamos descubierto América, no se habría proclamado la Carta de los Derechos Humanos, la Tierra seguirïa “siendo plana” y la peste seguiría matando europeos cada 100 años.
Lo que quiero decir, es que en el contexto en que se promulgaron determinados dogmas, se puede entender (Y yo así lo hago) la buena intención de quienes los promulgaron; pero la Iglesia tiene que vivir en su tiempo, no en los tiempos de Trento o de Nicea y hoy en día, un muchacho de 12 años sabe más del Mundo y la estructura de la materia y el Universo que todos los teólogos del Concilio de Nicea juntos.
Lo preocupante del Sinodo de la Sinodalidad, no es ni su participación ni sus conclusiones sino que ya hay colectivos importantes como los laicos alemanes, por ejemplo, que han decidido no apoyarlo porque no ven reciprocidad a su esfuerzo por parte de la curia.
Y eso son de los más o menos “educados” que hay muchos movimientos que directamente optaron por la Revolución.
Ya ha vivido la Iglesia experiencias “revolucionarias” y no salieron bien, pero cada día parece más evidente que la curia no está por la labor y Francisco depende de la curia (Suponiendo que él estuviera dispuesto a hacerlos).
No obstante, ya hay cambios y habrá más. La vida de la Iglesia no es igual hoy que hace 100 años; pero los humanos tenemos prisa y la Iglesia no.
Tengo claro que la lucha de hoy servirá a nuestros hijos o nietos, pero no a nosotros.
Copio: el sacramento del bautismo es el que nos da a todos por igual la dignidad de hijos e hijas de Dios. Y los que no están bautizados y profesan otras religiones, o son ateos ¿No son hijos de Dios?
Si no cambiamos de forma de pensar y de sentir es muy difícil que podamos llevar el mensaje de Jesús de Nazaret a los demás. Dios hay solo uno y por tanto la humanidad al completo es hija suya, aunque no nos parezca bien a unos predestinados a la salvación por el bautismo.
Yo no se si esto lo tocara la sinodalidad, pero si no caminamos juntos los que tenemos religiones distintas y formas de pensar igualmente distintas, estamos condenados al fracaso.
Un saludo.
Bosch, estoy de acuerdo contigo, decir que sólo son hijos de Dios los bautizados, es como decir que todos los seres humanos antes de Jesús, no tuvieron acceso a la salvación, porque Jesús es el único salvador del mundo.
Uf, tenemos que revisar tantas creencias, tantas afirmaciones teológicas, que no sé en qué siglo se conseguirán. Hay que revisar y mucho a Pablo de Tarso, que, viniendo de su fanatismo judío, conculcó, muchos errores teológicos, entre otros muchos aciertos jesuánicos, obvio. Y todo revuelto y mezclado ha configurado la base de la Iglesia.
Nuestro querido y compañero Gonzalo Hayas, en su libro “LEER LA BIBLIA CON FE ADUTA”, publicado por ediciones fe adulta, dice y argumenta la afirmación de que la “Biblia no es palabra de Dios. Tod@s sabemos que existe la exégesis y hay que echar mano de ella cuando hace falta, para no hacer decir a Jesús y de Jesús cosas que, como dice Julio Guerrero Moreno, ni siquiera nosotr@s decimos ni hacemos.