Sabes, a tierra y a sal,
a agua de lluvia,
al rocío que endulza
al tronco que te dará
su savía.
Sabes, a miel de las noches
festejadas en tus ramas,
sabes a esa luz de las estrellas
que penden en el brillo
de tus verdes hojas.
Sabes, al sol que hace madurar
tu dulzor, al núcleo de la tierra
sabes, al trabajo matutino
del día a día.
Sabes, a ese abrazo de la mirada
que te sujeta a la rama,
y que hilada te deja cual
peonza para danzar entre
el viento, el sol y la noche
Sabes, a todos y cada uno
de los sabores de mi Tierra,
a ese Jerte que te riega,
a ese valle que de ti solo
saber dijeran…
El nombre del cual nadie más
que tú sabor tuviera.
Sabes, al fruto del árbol
del Cerezo, a la flor
que la abeja fertilizada
y preñada de su sabor
te deja.
¡Sabes a Cerezas del Jerte,
La mejor cereza!
Apetece subir por ese tronco …. los años.
Tengo que subir al árbol , tengo que coger la …..
Carmen, te salió redondo . Como una buena guinda para poner fin a una tarea y que a la vez sea inicio de otra.
Sea cerezo o sea guindo , la verdad es que la disposición del tronco me recuerda a la de l único camelio de mi cole. Habíamos terminado por establecer turnos en el recreo para posarnos entre sus ramas como los pájaros.
Saludos.
Hay pócimas para el alma,
hay lamentos que del miedo
huyen, hay imágenes
para no perder ese recuerdo,
y que así perdura
la frescura de la niña.
Del viento asentado
en el calor soporífero
olvidado en la memoria,
las que a regañadientes
pisa mi umbral,
nacidas de ese guante
invitador, de la llave
de la despensa sonora
de este destino que nos une,
para dejar de ser una perfecta
marioneta del olvido ingrato.
Arroyo, retozón y serpentino
del mi pulso, acongojados
recuerdos de aquellos olvidados
años, de las recorridas y amables
veredas acomodándose a la niña
y sus huellas,
del aplauso de las florestas
de mi valle,
incendiado todos ellos de la carmesí
obra, de los frutos henchidos
del rubor de la noble tierra
perdurada en la cimbre
de sus ramas,
de las tímidas hojas verdes
de los pequeños
y tupidos árboles, que adorna
en cascadas el valle.
Cierro los ojos y descubro
las nevadas en flor, el blanco
inmaculado del todo él,
del esparcido aroma,
de la blanca ambrosía para las reinas
de los colmenares.
Mis presencia está anegada
en el rumor del agua,
que empapada transciende
en la tuitiva danza
de agua y piedra, en las secuelas
envolventes y agreste,
que va trazando ese
lecho en el escudo insigne,
que le da nombre ¡ Valle Jerte!
Arroyo retozón, que germinas
en la tierra perpendicular
de la memoria hoy asomada
nuevamente al espejo
plateado del ayer,
descubro aquellos zarcillos
de Navalinda rubí descansando
en mis hombros…
Alzo la voz sobre ellos, y pregunto
¿Quién eres tú, hay alguien
detrás de ti?
Silencio…solo el tintinear
de las cerezas rozan
mi escucha, en unos carmesíes
besos…
La niña sigue mirándose
en aquel lustrado espejo,
interrogado quedó para siempre
aquel arquetipo reflejo de aquella
otra inocencia,
Asomada a la balaustrada
sigue las picotas rojas,
descansadas quedadas
sobre el lecho blanco
de mis hombros, del valle
regado por ese río de la memoria
que no quiere ser muerta.
Kaláa, te adelantaste en los pendientes y el rubí de las cerezas ¿Brujas, intuiciones Ruah… qué será?
Cuando leí esta imagen, recorde aquellas viviencias donde mis primeros pendientes largo fueron unos zarcillos de Cerezas…
Sueños y recuerdos, vivos y con ese sabor agridulce de las Picotas de mi tierra Extremeña.
Ya verás y dirás si te gusta, algo hay en mente y no sé como saldrá
abracitos
SABOR…
Sabes, a tierra y a sal,
a agua de lluvia,
al rocío que endulza
al tronco que te dará
su savía.
Sabes, a miel de las noches
festejadas en tus ramas,
sabes a esa luz de las estrellas
que penden en el brillo
de tus verdes hojas.
Sabes, al sol que hace madurar
tu dulzor, al núcleo de la tierra
sabes, al trabajo matutino
del día a día.
Sabes, a ese abrazo de la mirada
que te sujeta a la rama,
y que hilada te deja cual
peonza para danzar entre
el viento, el sol y la noche
Sabes, a todos y cada uno
de los sabores de mi Tierra,
a ese Jerte que te riega,
a ese valle que de ti solo
saber dijeran…
El nombre del cual nadie más
que tú sabor tuviera.
Sabes, al fruto del árbol
del Cerezo, a la flor
que la abeja fertilizada
y preñada de su sabor
te deja.
¡Sabes a Cerezas del Jerte,
La mejor cereza!
Apetece subir por ese tronco …. los años.
Tengo que subir al árbol , tengo que coger la …..
Carmen, te salió redondo . Como una buena guinda para poner fin a una tarea y que a la vez sea inicio de otra.
Sea cerezo o sea guindo , la verdad es que la disposición del tronco me recuerda a la de l único camelio de mi cole. Habíamos terminado por establecer turnos en el recreo para posarnos entre sus ramas como los pájaros.
Saludos.
Sabores inmejorables, que nos regala la Madre Tierra.
Hermosas a la vez que apetitosas.
También los lucí como pendientes je je je…
mª pilar
RECUERDOS, DEL VALLE
Hay pócimas para el alma,
hay lamentos que del miedo
huyen, hay imágenes
para no perder ese recuerdo,
y que así perdura
la frescura de la niña.
Del viento asentado
en el calor soporífero
olvidado en la memoria,
las que a regañadientes
pisa mi umbral,
nacidas de ese guante
invitador, de la llave
de la despensa sonora
de este destino que nos une,
para dejar de ser una perfecta
marioneta del olvido ingrato.
Arroyo, retozón y serpentino
del mi pulso, acongojados
recuerdos de aquellos olvidados
años, de las recorridas y amables
veredas acomodándose a la niña
y sus huellas,
del aplauso de las florestas
de mi valle,
incendiado todos ellos de la carmesí
obra, de los frutos henchidos
del rubor de la noble tierra
perdurada en la cimbre
de sus ramas,
de las tímidas hojas verdes
de los pequeños
y tupidos árboles, que adorna
en cascadas el valle.
Cierro los ojos y descubro
las nevadas en flor, el blanco
inmaculado del todo él,
del esparcido aroma,
de la blanca ambrosía para las reinas
de los colmenares.
Mis presencia está anegada
en el rumor del agua,
que empapada transciende
en la tuitiva danza
de agua y piedra, en las secuelas
envolventes y agreste,
que va trazando ese
lecho en el escudo insigne,
que le da nombre ¡ Valle Jerte!
Arroyo retozón, que germinas
en la tierra perpendicular
de la memoria hoy asomada
nuevamente al espejo
plateado del ayer,
descubro aquellos zarcillos
de Navalinda rubí descansando
en mis hombros…
Alzo la voz sobre ellos, y pregunto
¿Quién eres tú, hay alguien
detrás de ti?
Silencio…solo el tintinear
de las cerezas rozan
mi escucha, en unos carmesíes
besos…
La niña sigue mirándose
en aquel lustrado espejo,
interrogado quedó para siempre
aquel arquetipo reflejo de aquella
otra inocencia,
Asomada a la balaustrada
sigue las picotas rojas,
descansadas quedadas
sobre el lecho blanco
de mis hombros, del valle
regado por ese río de la memoria
que no quiere ser muerta.
Gracias Atrio, ¡María…!
Kaláa, te adelantaste en los pendientes y el rubí de las cerezas ¿Brujas, intuiciones Ruah… qué será?
Cuando leí esta imagen, recorde aquellas viviencias donde mis primeros pendientes largo fueron unos zarcillos de Cerezas…
Sueños y recuerdos, vivos y con ese sabor agridulce de las Picotas de mi tierra Extremeña.
Ya verás y dirás si te gusta, algo hay en mente y no sé como saldrá
abracitos
Metamorfosis…..
Mis primeros pendientes de oro y piedras de rubí .
Saludos.
Las cosas simples y cotidianas, estan llena de la unica y verdadera belleza, además, en este caso, nos afiliamos a un morisco…Gabriel