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El programa de Jesús (15)

UNA RELIGIOSIDAD CLANDESTINA

1. Por encima de los Letrados

El desarrollo de la enseñanza de Jesús desde la altura va quedando a la vista. La elevada talla de su Programa ha permitido a la comunidad destinataria del evangelio de Mateo reconocer cómo el Galileo da sobrada satisfacción a un sinfín de soñadas expectativas. Todo pasa necesariamente por la aceptación, el compromiso y una irreprochable lealtad a la Carta Constitucional, la descrita en el Nuevo Pacto (Mt 5,3-10). La fidelidad (δικαιοσύνη) a dicha Alianza de quienes le rodean tendría que superar con creces el formalismo del que hacían gala los líderes de la teología (Letrados) y los rigoristas de la moral de su tiempo (Fariseos). De otro modo, les resultará inviable el acceso a la sociedad alternativa:

“porque os digo que, si vuestra fidelidad (δικαιοσύνη) no se sitúa muy por encima de la de los letrados y fariseos, no entráis en el REINO DE DIOS” (Mt 5,20); (https://www.atrio.org/2022/04/el-programa-de-jesus-7/).

Los letrados, pertenecientes en su gran mayoría al grupo fariseo, eran los respetados y temidos teóricos de la religión. Estos teólogos de alto rango, expertos en el conocimiento de la sagrada Ley, tenían en sus manos el gran poder de ordenar la vida del pueblo en función de su interpretación de los divinos preceptos. Después de muchos años de estudio eran ordenados a los cuarenta años, siendo reconocidos oficialmente desde ese momento como Maestros de la Ley. Formaban parte del Consejo Supremo de la nación, el Sanedrín, que no tomaba ninguna resolución sin antes haber contado con el asesoramiento y la aprobación de estos reputados especialistas.

El Galileo ha expuesto cinco ejemplos de comportamiento a seguir por los suyos en contraposición a lo prescrito y enseñado por las leyes del AT (Mt 5,21-48;

https://www.atrio.org/2022/04/el-programa-de-jesus-8/;
https://www.atrio.org/2022/05/el-programa-de-jesus-9/;
https://www.atrio.org/2022/05/el-programa-de-jesus-10/;
https://www.atrio.org/2022/05/el-programa-de-jesus-11/;
https://www.atrio.org/2022/05/el-programa-de-jesus-12/;
https://www.atrio.org/2022/05/el-programa-de-jesus-y-13/).

        De ese modo explicaba con toda concreción cómo superar la fidelidad (δικαιοσύνη) de la que se enorgullecían los Letrados y por la que eran admirados por el pueblo. Lo esencial de ese flamante e inédito proceder de los comprometidos con el Nuevo Pacto se resume en un amor sin fronteras que incluso abarca a quienes arremeten con violencia contra la sociedad alternativa. Dicha praxis, el amor a los enemigos, sobrepasa la obediencia a supuestos dictados divinos hasta el punto de ser la fórmula ideal que permite asemejarse al BUENO:

“Por consiguiente, sed buenos del todo, como es bueno vuestro Padre del Cielo” (Mt 5, 48).

 

2. Y más allá del manipuleo de los Fariseos

A diferencia de los teóricos Letrados, los fariseos se caracterizaban por ser los prácticos de la religiosidad judía. Estos laicos presumían ante la gente de cumplir a rajatabla la maraña de normas salidas de los enrevesados cerebros de los Letrados. Su enfermiza obsesión por la observancia de los sagrados preceptos obligaba a los fariseos a estar todo el día pendiente de las minucias legales. Marcos ofrece un apunte concreto respecto a su extremada escrupulosidad:

“Es que los fariseos, y los judíos en general, no comen sin lavarse las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores; y, al volver de la plaza, no comen sin antes hacer abluciones; y se aferran a otras muchas cosas que han recibido por tradición, como enjuagar vasos, jarras y ollas” (Mc 7,3-4).

        Pero el verdadero objetivo perseguido por los fariseos consistía en alcanzar cotas de poder ante el pueblo. Por un lado, lo obtenían presentándose como modelos de religiosidad; por otro, mediante el desprecio de la gente, incumplidora de un sinfín de deberes religiosos. La sensación de inferioridad que inculcaban en las masas les proporcionaba a ellos el pavoneo que lucían un día tras otro por todos los rincones de la nación. Jesús planteará ahora a su comunidad cómo superar la fidelidad de que presumen estos fanáticos de la religión. Un aviso general introduce su enseñanza:

  “Cuidado con hacer vuestras obras de piedad (δικαιοσύνη) delante de la gente para llamar la atención: si no, os quedáis sin recompensa de vuestro Padre del cielo” (Mt 6,1).

 

3. Praxis fiduciaria en vez de hacer teatro

Comienza con un imperativo (προσέχετε: ‘atended’) traducido por “Cuidado”. Trata con él de estimular la mente del grupo de discípulos para que concentren su atención (ese es el significado del verbo προσέχω: ‘poner atención’) en lo que les va a manifestar acto seguido. La indicación versa sobre una praxis determinada: “hacer vuestras obras de piedad”. El término griego δικαιοσύνη (‘justicia’, ‘fidelidad’) del texto original de Mateo se ha vertido aquí en la expresión “obras de piedad”. Las versiones tradicionales lo traducen por ‘justicia’: “Cuidado de no practicar vuestra justicia” (Biblia de Jerusalén), siguiendo el latín de la Vulgata (Attendite ne justitiam vestram faciatis). A mi juicio, la instrucción de Jesús persiste en la línea pedagógica iniciada en Mt 5,20, donde él exigía fidelidad: “si vuestra FIDELIDAD (δικαιοσύνη) no se sitúa MUY por encima de la de los letrados y fariseos”. Por tanto, traducido así (δικαιοσύνη = fidelidad), la instrucción cuadra con dicha trayectoria didáctica y con el contexto; de manera que, junto al infinitivo del verbo asociado a este término (ποιέω: ‘hacer’, ‘ejecutar’, ‘representar’), habría que leer:

“Cuidaos de no representar vuestra fidelidad delante de la gente para llamar la atención”.

        Esa era la práctica habitual salida del fanatismo religioso de los fariseos, a quienes los adheridos a la Nueva Constitución deben sobrepasar en fidelidad. Este grupo de devotos tradicionales no perdía ocasión de realizar ostentosas manifestaciones públicas demostrativas de su religiosidad. El aviso del Galileo advierte al colectivo de discípulos que dicha forma de actuar, lejos de responder a la lealtad que él exige a los suyos, aleja del Bueno, el Padre, que no está por la dominación ni el engaño. Y, por consiguiente, tales comportamientos conducen a perder la ciudadanía de la sociedad alternativa, la más grande recompensa a alcanzar por el ser humano: “…si no, os quedáis sin recompensa de vuestro Padre del cielo”.

 

4. Las prácticas religiosas judías: Limosna, Oración y Ayuno

El aleccionamiento de Jesús se ciñe a las tres prácticas características de la religiosidad individual de los judíos: la limosna, la oración y el ayuno (ver el texto de Mt 6,1-18). Hablará de la forma en que los fariseos las realizan. Destaca lo concreto, que desciende hasta el detalle. Mateo ha ordenado la exposición en tres partes bien definidas El esquema ha sido hilvanado mediante términos y afirmaciones que se repiten al pie de la letra en cada una de dichas piezas:

En su comienzo (Mateo 6; vv. 2, 5 y 16),

  • – Una conjunción griega (ὅταν: “cuando”) sirve de entrada a los tres ejemplos señalando cualquier indeterminado momento en que la acción pueda ejecutarse.
  • – Un sustantivo (ὑποκριτής: ‘actor’, ‘comediante’, hipócrita’) en plural (οἱ ὑποκριτοὶ: “los hipócritas”) describe a los fariseos y la falsedad de sus prácticas religiosas. Las identificará como representaciones teatrales.
  • – Una enérgica aseveración (ἀμὴν λέγω ὑμῖν, ἀπεχουσιν τὸν μισθὸν αὐτῶν: “Os aseguro que ya han recibido su recompensa”) indica que han sido ya pagados por completo con el buscado aplauso de la gente que presenciaba su actuación.

Como final (vv. 4, 6, 17):

  • – Una declaración final (καὶ ὁ πατήρ σου ὁ βλέπων ἐν τῷ κρυπτῷ ἀποδώσει σοι:

“y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará”),

asegura la más grandiosa recompensa a la sinceridad de las acciones hechas calladamente: la cercanía y el abrigo del Padre.

Mateo compuso este bloque didáctico sirviéndose de la repetición de esos elementos. Jesús aparece en él empleando una mezcla de recia ironía y un pizco de exageración. Ridiculiza así a quienes manejaban las prácticas religiosas para crecerse engreídos delante de la gente y declara la ineficacia de dichas actuaciones. En oposición a esa manera teatral de actuar, el Galileo hablará a los suyos de la necesidad de superar esa falsa fidelidad si quieren tener la certeza de poder encontrarse con el Padre. El conjunto de esa instrucción quedará coronado por la enseñanza de la oración propia de los adheridos al Proyecto: el Padre Nuestro.

A. LA LIMOSNA

“2 Por tanto, cuando des limosna no lo anuncies a toque de trompeta, como
hacen los hipócritas en las sinagogas y en la calle para que la gente los
alabe. Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro. 3 Tú, en cambio,
cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha,
4 para que tu limosna quede escondida; y tu Padre, que ve lo escondido, trecompensará”

 

5. Limosna como compensación por faltante, no como minucia insignificante

Queda a la vista que el tema en cuestión de que se trata aquí es “la limosna”, una de las prácticas piadosas de la religión judía. Este hecho no tiene discusión, el término ‘limosna’ (ἐλεημοσύνη) se repite por tres veces dando carácter al tema. El problema surge cuando intentamos entender el texto y su asunto principal desde nuestra cultura. El sentido actual del término y la realidad de la acción de dar ‘limosna’ están muy alejados de la manera de entenderlos en el entorno anterior y contemporáneo de Jesús. Por decirlo de una manera gráfica, la palabra ‘limosna’ nos trae a la mente la imagen de alguien que camina por la acera y, al pasar junto a una persona sentada en algún escalón pordioseando, le echa una moneda al pequeño mantel o gorro que quien mendiga mantiene sobre el suelo. La limosna es para nosotros sinónimo de insignificancia. Cuando se paga a alguien un salario injusto por el trabajo realizado, se suele decir que al trabajador se le ha dado una limosna. La limosna equivale en nuestra sociedad a miseria, a minucia. Su realidad es representación de la injusticia.

En el entorno del Galileo, en cambio, la limosna se entiende como contribución individual y puntual al restablecimiento de la justicia. En la lengua hebrea no existía un término que significara ‘limosna’. Cuando se hace la traducción del hebreo del AT a la lengua griega, la versión de los LXX utiliza el término ἐλεημοσύνη (leído: ‘eleemosíne’: ‘compasión’, ‘piedad’) para traducir el hebreo חסד (‘misericordia’, ‘amor’) o צדק y צדקה (‘justicia’):

“el que hace justicia y misericordia alcanzará vida y gloria” (Prov 21,21).

        El sentido del término no tiene dudas:

“Mirad, yo coloco en Sión una piedra probada,
Angular, preciosa, de cimiento: <<quien se apoya no vacila>>.

Usaré la justicia como plomada,
y el derecho (ἐλεημοσύνη: ‘LIMOSNA’) como nivel” (Is 28, 16-17).

        Por tanto, el uso de este término (ἐλεημοσύνη) está referido a la acción que intenta restituir a una situación de dignidad humana. No se reduce, pues, a dar una insignificancia -lo que entendemos en la actualidad por limosna-, sino a ejecutar una acción en favor de quien necesita justicia. En el libro de Tobías, encontramos un breve manual sobre la limosna tal y como se entendía en el AT: “Da limosna de tus bienes y no seas tacaño. Si ves un pobre, no vuelvas el rostro, y Dios no apartará su rostro de ti. Haz limosna en proporción a lo que tengas; si tienes poco, no temas dar limosna conforme a ese poco” (Tob 4, 7-9). La contribución a la reparación de la justicia significa dar culto a Dios:

“El que hace limosna presenta al Altísimo una buena ofrenda” (Tob 4,11).

El término ἐλεημοσύνη, del verbo ἐλεέω (‘compadecer’, ‘tener piedad’) únicamente se encuentra en los Evangelios repetido por tres veces en nuestro texto de Mateo y otras dos veces en el de Lucas. En todos los casos se pone en boca de Jesús. En Lucas está dirigido a dos colectivos:

A los rigoristas de la religión, que, presumiendo de ser observantes de todas las normas de la pureza, se presentaban ante la gente como inmaculados. A ellos, el Galileo les insta a convertir sus propiedades en justicia, indicándoles que eso sí les aportará limpieza a fondo: “En vez de eso, dad lo que tenéis en limosnas y así lo tendréis limpio todo” (Lc 11,41).

Y a los suyos, a quienes exige deshacerse del propio patrimonio en favor de las víctimas de la injusticia como demostración de haber aceptado la única soberanía que enriquece al ser humano: “Vended vuestros bienes y dadlo en limosna; haceos bolsas que no se estropeen, una riqueza inagotable en el cielo” (Lc 12,33).

 

6. Jesús habla aquí de lealtad a su Proyecto.

Lo hace en singular refiriéndose a cada uno de los comprometidos con el Nuevo Pacto, donde la primera e irreemplazable estipulación era la renuncia a la riqueza (“los que eligen ser pobres”). Al hablar de limosna, no alude, como se ha entendido equivocadamente, de echar alguna moneda en la gorra del mendigo. Sugiere soltarse de las amarras del dinero para contribuir de modo individual a la restitución de la justicia. Se refiere, por tanto, a acciones puntuales que refrendan el compromiso y la lealtad al Proyecto del Reino. Su llamada es individual. No afecta al colectivo como tal. Resulta impensable que la sociedad alternativa, donde Dios reina, cuente con un holgado patrimonio. Cualquier comunidad que se autoproclame adscrita al Proyecto de Jesús y disponga de una considerable riqueza patrimonial, podrá caracterizarse por su alta religiosidad, pero estará en una onda muy alejada de la enseñanza y el aviso dado por el Maestro:

–  Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
– Jesús le respondió:
Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 19b-20).

 

7. No teatralizar vanidosamente la contribución a la justicia

La voz griega ἐλεημοσύνη ha sido transliterada a nuestra lengua (‘limosna’) a través del latín: eleemosyna. En el camino fue perdiendo su sentido originario de acción en favor de la justicia y se achicó al máximo hasta quedar como dádiva insignificante, solo útil para tranquilizar conciencias. El verbo que emplea Mateo asociado a ese vocablo (ἐλεημοσύνη) reclama entenderlo en su sentido más genuino: ὅταν ποιῇς ἐλεημοσύνην (“cuando HAGAS limosna”). Toda acción favorable a la justicia forma parte del Programa de Jesús. Lo que el Galileo no acepta y critica en forma acerada es la intencionalidad que pervierte el fin de la acción:

“no lo anuncies a toque de trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en la calle para que la gente los alabe”.

        Los religiosos de turno no buscaban contribuir a la justicia, sino cobrar prestigio como manera de adquirir poder ante el pueblo. Y eso será lo único que obtengan:

“Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro”.

 

8. La aceptación de la Soberanía del Padre del Cielo opuesto al “Mundo este”.

El poder y el prestigio han quedado excluidos por quienes han aceptado una única soberanía, esos “que tienen a Dios por rey”. La fidelidad de quien está comprometido con el Nuevo Pacto se caracteriza por la clandestinidad de sus actuaciones en favor de la justicia. Cuando el fin perseguido es la justicia, no cabe otro. Adulterar dicho objetivo, rompe la lealtad. De ahí que la acción quede protegida en lo más recóndito de la persona, fuera de toda posibilidad de contaminación:

“Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede escondida”.

En ese último rincón personal no pasará desapercibida por quien tiene la Soberanía PARA SERVIR. La aceptación y reconocimiento de esa Soberanía sí concede un verdadero honor y encumbra al ser humano:

“Quien quiera gloriarse, que se gloríe de esto:
de conocer y comprender que soy el Señor, que en la tierra
establece la lealtad, el derecho y la justicia
y se complace en ellas” (Jer 9, 23)

Él fue denominado con anterioridad por el Galileo “vuestro Padre del cielo”. El cielo no indica alejamiento del ser humano, sino oposición al sistema que lo somete, al que el cuarto evangelio denominará: “el Mundo este” (ὁ κόσμος τοῦτο). El Padre se halla en las cercanías, dispuesto a no perder ojo respecto a cómo se va restaurando la justicia en la clandestinidad:

“…y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará”.

La plenitud humana se consigue pareciéndose al Padre. Y esa semejanza, obtenida a través de la tarea por la justicia, resulta un disfrute en una sociedad donde predomina la fraternidad. No hay mayor recompensa que esa.

 

21 comentarios

  • oscar varela

    La ‘génesis’ de un ‘tipo’ como Jesús es bastante conocida por los que pateamos las calles sub-urbanas ¿Quién no la ‘vio’ surgir en algún muchacho de su barriada? Sobre-salen del montón. Líderes ‘natos’. El ‘Parentesco’ es solo una parte –mayor o menor, dado el caso-, pero no tan determinante; eso se confirma cuando hay ‘hermanos’ que no llegan a su altura. La comprensión cabal de estos ‘tipos’ hay que buscarla por otro lado; y ese ‘otro lado’ tiene dos notas básicas: yo y circunstancia.
     
    1) yo: contrariamente a la refutada norma biológica que dice “Natura non facit saltum”, la evolución muestra un altísimo componente de ‘saltos’ en la creación de esos seres ‘de punta’: son los ‘TIPOS RAROS’ (corrobórese en el acierto de lo dicho en la Novela):
     
    – El Gúmer pasa con Cristóbal las horas muertas. Da gusto ha­blar con ese hombre… Es todo un personaje. LA GENTE LO TIENE POR RARO, PORQUE NO SIGUE LA PAUTA DE LOS DEMÁS, ¿sabes? Y es que éL TIENE SU PROPIA MANERA DE VER LAS COSAS. Posee una inteligencia fuera de lo corriente a pesar de no haber estudiado. Gúmer está convencido de que SU PENSAMIENTO ES TAN ORIGINAL precisamente por eso. O quizá sea, digo yo, porque lee por los codos.– Precisamente -comenté– estaba leyendo un librito. Se titulaba: Ganarás el pan con el sudor del de enfrente.
     
    2) circunstancia: todo ‘pibe’ (muchacho) es ‘e-ducado’ (conducido) por las fuerzas dinámicas vigentes en su ‘entorno’, e.d., su sociedad. Tan solo dentro de ese ámbito se encuentran instaladas las instituidas ‘familia’ y ‘escuela’ (la finalidad del ‘hogar’ donde se hace la comida cobra sentido en la mesa comunitaria)
    ………………………………………………..

    • oscar varela

      Bueno sería que se vaya pensando un poquito

      en ‘otrAs y otrOs’ TIPAS/TIPOS RAROS;

      por ejemplo (manteniéndome en este ‘nicho’ religioso:

      María la de Magdala, y

      Paulo de Tarso;

      ‘creadores’ de altísimo liderazgo,

      que dieron ‘futuro’ al otro grande. Jesús de Nazaret

       

      • oscar varela

        TIPOS RAROS hay en ‘todos los rubros’

        Por ejemplo, a este también lo consideran DIOS:

  • carmen

    Y dónde aprendió Jesús cosas sobre la Escritura? En las sinagogas? Se leían y él se quedó con otra copla? Porque la copla que cantaba él no era la que entendían todos, o al menos la mayoría. O había ya grupos que pensaban como él? Fue entonces un proceso evolutivo de pensamiento o algo que a él no le cuadraba? Bueno, algo es un decir… A lo mejor es de todo un poco. No sé. A lo mejor es que ya se empezaba a no entender nada. Como ahora….

     

    Es que soy una máquina de hacer preguntas. Sorry. Cuanto más leo sobre algo, uf. Más jaleo me hago.

    • salvador santos

      Algunos datos para dar respuesta a tus preguntas
       
      1.    El término ‘sinagoga’ fue elegido por los judíos para designar a sus asambleas. Por extensión se llamó ‘sinagoga’ al lugar donde se celebraban esas asambleas. Como en otros pequeños lugares, en Nazaret no había un edificio religioso para hacer tales reuniones. No había sinagoga. Las reuniones se celebraban en alguno de los patios domésticos.
      2.    Como también ahora, existía un interés enfermizo por sembrar creencias en los niños desde edades muy tempranas. Las instituciones religiosas consideran la educación religiosa de los niños de vital importancia para asegurarse el futuro. Esa instrucción se hacía en las sinagogas, pero el padre era el principal responsable de que los hijos fueran receptores de tal enseñanza.
      3.    El deber sagrado del padre consistía en que sus hijos mantuvieran con firmeza las creencias de las que él era depositario. De esa forma garantizaban la continuidad de la tradición El padre era el principal maestro y modelo al que los hijos debían parecerse. Se servían de los textos del AT como el manual por excelencia desde el que enseñar a los hijos.
      4.    Para los aldeanos de Nazaret Jesús no tenía un padre conocido. Según el texto de Marcos (Mc 6,1-6), Jesús fue considerado un bastardo (https://www.atrio.org/2012/10/leyendo-a-marcos-22/). Un bastardo estaba excluido de la asamblea (‘sinagoga) del pueblo por estar declarado impuro, una razón incontestable para que ninguna familia quisiera casar a alguna de sus hijas con él.
      5.    Jesús no tuvo un padre que le exigiera seguir a rajatabla la tradición. Lo que fue oyendo del AT lo fue interpretando desde el desprecio que sufrió por sanción legal de la Ley divina. Se daría cuenta muy pronto que La Ley tenía poco de divina y que él era mirado con malos ojos desde la tradición del AT. De modo que fue entendiendo los textos sagrados desde las alcantarillas; de abajo-arriba y no de arriba-abajo. Su inferioridad se convirtió en su gran ventaja.
       
      Es muy valioso, a mi juicio, que te atrevas a hacer estas preguntas ante las que mucha gente se retrae. Preguntar demuestra en muchos casos valor e inteligencia.    

    • Antonio Llaguno

      Jesús, como todo varón judío, antes de su Bar Mitzvah arendía sobre la ley y las escrituras y después, pudo fácilmente asistir a alguna escuela de la Torah. A fin de cuentas si era hijo de carpintero, es decir de un artesano industrial de la época, no sería pobre (y la túnica que dicen los Evangelios que llevaba lo confirma).

      Paul Johnson en su libro “Historia de los Judíos”, afirma que probablemente acudió a una escuela farisea y concretamente de la corriente teológica de Hilel el Viejo (o el Sabio).

      También es posible que pasara algún tiempo con alguna comunidad esenia (es en el seno de las ruinas de una comunidad esenia donde se encontraron los manuscritos de Qumram) puesto que parte de su forma de vivir y sus enseñanzas son de origen esenio.

      Pero ciertamente pudo superar ambas corrientes (esenia y farisea) y crear una “teología” propia diferente de ambas.

      Eso, independientemente de que fuera Dios o no, que para muchos es justificación para no tener que responder ninguna pregunta lógica, parece demostrado.

  • oscar varela

    Salvador anda por Cataluña y, con tiempo escaso, responde a preguntas de Carmen. Sin embargo, se hubo tomado ¡vaya a saber cuánto tiempo! para dejar aclaradas sus respuestas en algunos personajes de su Novela “Un paso un mundo”. Si no me equivoco, en este caso el tal lo representa uno que llama Cristóbal el Boina. Si así fuere, tal vez podría contarnos un poquito del tal Sujeto, por el que, parece, haber tenido un particular aprecio.
     
    El responsable del “Destilado” del Libro-Novela reconoce lo carnicera que ha sido su tarea de andar ‘descuartizando’ personajes hasta el colmo de desaparecerlos. Vaya como mínimo resarcimiento parte del texto con que se inicia el Capítulo 26 “LOS TRAPOS SUCIOS”, a la vez que una invitación a acudir a la Lectura completa de la más que interesante Novela-Exégesis.
    ………………………….
     
    “Abrí los ojos. No había amanecido. Pese a las pocas horas de sueño, me encontraba descansado y con ganas de no desperdiciar ni un minuto de vida. Era jueves.
    Al subirme al coche vi el hueco donde había estado aparcado el de Gúmer. Carretera arriba divisé a lo lejos la luz de sus faros cerca ya del cruce. Giró hacia Ronda. Aprecié tanto más su amistad cuanto más se alejaba.
     
    En Gaucín, camino de Sabinillas, doblé a la izquierda y entré por el centro hasta la placeta donde estaba situado el bar de Cris­tóbal el Boina. Aparqué casi en la puerta. Desde la calle, todavía oscurecida, se veía iluminado el interior. Abrí la puerta y sonó la campanilla. Allí estaba él sentado en su taburete y leyendo sobre el mostrador. Se le notaba complacido. Lo manifestó con el brillo de sus ojillos inquietos mirando por encima de las gafas de cerca. Lo confirmaron también sus gratas palabras de saludo:
     
    – ¡Buenos días, amigo! Me alegra mucho volver a verte.
    – A mí también, Cristóbal.
    – ¿Y Gúmer? – preguntó de inmediato.
    – No he visto a Gúmer esta mañana. Él ha salido más temprano que yo, pero en otra dirección, – le dije estrechándole la mano.
    – Si te soy sincero, mi olfato me decía que vendrías – me con­fesó.
    – Pues es casualidad, porque el motivo que me ha impulsado a regresar hoy está relacionado de alguna manera con tu olfato – le declaré.
    – ¿Cómo es eso? – me preguntó con curiosidad.
    – Verás. Ayer, cuando nos conocimos, vi algo en tu cara que me recordaba a alguien familiar. Anoche en la cama caí en la cuenta de que el parecido estaba en tu nariz. Es clavada a la de un anti­guo amigo.
    – No imaginaba que alguien pudiera tener un narizón como el mío.
    – Era mayor aún. La anchura de su nariz casi superaba la de su sonrisa, ¡que ya era amplia! Y con las señales de la viruela, parecía estar inflada a causa de una perdigonada… Su nariz hipnotizaba, Cristóbal… Como, además, tenía ojos pequeños daba la impresión de ocupar casi toda su cara. Le llamábamos el Chato.
    – ¿Vive todavía?
    – ¡Qué va! Te hablo de hace más de treinta años. Él tenía enton­ces más de ochenta y yo…, no llegaba a los treinta. Charlábamos a menudo sentados en un largo poyete del jardín del antiguo asilo de Algeciras. Allí pasó no muy bien sus últimos años. Después de morir la Bella, su compañera, ya no fue el mismo. Con ella perdió también su alegría y sus ganas de vivir. Los dos habían pasado la vida achispados, llevando encargos de un lado a otro en un destar­talado carro de mano. Se querían. La Bella era alta y delgada. Tenía un ligero parecido a la novia de Popeye. El Chato era más bajito y fuerte; con cara ele payaso. Los dos reían de continuo; jugaban todo el día. Mucha gente los miraba con desprecio. Eran tiempos de tristeza y cabreo, tú sabes. Entonces estaba mal vista la alegría desatada, como todo lo que huía de la mediocridad. Pero el Chato no se ofendía por la actitud de los demás. Los superaba en inteli­gencia y les devolvía la mirada con lástima. En aquella época no supieron entender su libertad. Él tampoco aprendió a doblegarse… ¡Qué gran hombre!… El Chato… ¿Has desayunado?
    – No. Esperaba algún amigo para hacerlo juntos. Solo no sabe igual. Ya tengo ahí el pan. ¿Lo tomamos como ayer?
    – Venga.
     
    Cristóbal comenzó la liturgia del café y las tostadas. Previamen­te había retirado del mostrador su pequeño y desvencijado libro. Lo colocó con mimo sobre la encimera de atrás, abierto, tal como estaba. Tenía las páginas de un color amarillento, característico del paso del tiempo, y los bordes tan oscuros como las hojas caídas de los castaños.
     
    – ¿Qué lees? – le pregunté.
    – Es una pequeña pieza de teatro que he releído muchas veces. Me acordé de ella ayer, a raíz de que me preguntaras si yo pensaba que este mundo injusto tenía solución. Esta mañana me he puesto de nuevo con ella. La termino en un rato. Se titula: Ganarás el pan con el sudor del de enfrente.
    – Es ingenioso el título y da una idea de qué va.
    – Explica de una manera muy sencilla cómo está organizado el tinglado. A partir de ahí, ofrece pistas sobre cuál sería la manera de encontrar una fórmula equitativa de organización humana… ¿Te gusta muy tostado?
    – Así está bien… Pero Cristóbal, ¿tú crees que podemos conse­guir una sociedad justa? Porque ayer, cuando me hablabas de la camaradería, de los amigos, de superar las fronteras que marca el dinero, entendí que te referías a una solución a pequeña escala.
    – ¿Es que piensas que puede ser de otra forma? Ni hay tiempo ni el sistema lo permite. A nivel global es imposible. Y no ya alcanzar una sociedad justa. Ni siquiera, una sociedad. No nos engañemos. No hay sociedad, sino amalgama. Las leyes, las normas, las etapas siempre repetidas del calendario, los políticos con sus discursos infundados y estériles representan en el escenario del mundo el juego de la sociedad. Pero no hay más que grandes imperios económicos, gente servil afanada en obtener beneficios por su fidelidad al engorde de esos imperios, y la gran masa de sumisos y desgraciados bailando al son que les tocan… ¿Lo prefieres bien caliente?
    – Sí. Así me dura más.
     
    Puso los cafés en vaso grande, las rebanadas de pan tostado so­bre un plato, acercó la aceitera de cristal y se sentó en su taburete.
     
    – Dame otro azúcar, por favor – le pedí.
     
    Colocó un cuenco lleno con sobrecitos de azúcar sobre el mos­trador. Con todo a punto, continuó:
     
    – Hemos situado en vías muertas la cultura y el pensamien­to. Los manipuladores de nuestros cerebros trabajan a su antojo. Hoy, casi todo el mundo usa el mismo esquema mental. Nos han acostumbrado a un ritmo que responde a unos hábitos impuestos desde el exterior de nuestra naturaleza. Si te fijas, realizamos cícli­camente las mismas cosas. Hemos sido transformados en autóma­tas. Desde luego, no hay otro método tan eficaz para lograr que la humanidad actúe según interesa a quienes manejan los hilos.
    Estamos embarcados en un viaje sin retorno… Aunque el plane­ta está condenado a entrar en una crisis de subsistencia, ni siquiera así aprendemos. Como ha ocurrido siempre, a pesar de los desas­tres que la idiotez humana ha ocasionado, seguimos confiando en el mismo camino que conduce inexorablemente al mundo a una situación de diaplejía.
    – ¿Qué es eso?
    – Una palabreja de los médicos. Se la oí decir a uno refiriéndose a una tía mía que sufrió una parálisis general. De vez en cuando la suelto para que no se me olvide ni la palabra ni la situación en que nos encontramos.
    Como te iba diciendo, no puede haber reacción de la sociedad porque la sociedad no existe. Le he dado vueltas y vueltas a esa idea. Estoy convencido de que la alternativa hay que llevarla a cabo a niveles modestos.
    – ¡Vaya si está rico este pan con el aceite, Cristóbal!
    – Y el cafelito caliente…, lo bien que entra por la mañana; arre­gla el cuerpo.
    – Oye Cristóbal, ¿y cómo se hace eso?
    – Con dos cojones, sin dinero y poniendo talento en el empe­ño… Los cojones porque son la base del empuje. Lo sexual mueve el mundo; da la vida, no te olvides, El dinero…, el dinero no lo puedes meter; es como las moscas, estropea todo lo que toca. El dinero carece de sustancia. No puede entrar a formar parte constituyente de un proyecto como ése, porque lo desvirtúa. Los proyectos que empiezan con dinero, terminan ahí, en dinero; no pasan de ese corto límite… ¿Que luego se necesita? Es normal, no podemos evadirnos del sistema. Se busca y se aporta. También se necesitará un lápiz y no hay por qué concederle un carácter fundamental… Y el talento… ¡Ay, el talento…! Ese sí que no puede faltar. Es imprescindible para garantizar que el proyecto funcione y evitar que el sistema se lo meriende.
     
    Se tomó el último sorbo de café, le dio tiempo al gustillo de saborearlo, y me preguntó:
     
    – ¿Qué te parece?
    – Estoy de acuerdo contigo. Pero la dificultad está en arrancar. ¿Quién lo hace?
    – Uno cualquiera. No hace falta esperar a nadie para dar el paso. En cuanto uno abre brecha surge al instante otro que corre a su lado. Hay muchos aguardando a ver si alguien se mueve para ir detrás… Si muchas veces no caminamos porque no vemos a otro delante…
    – Las mujeres tomarán la iniciativa.
    – No lo dudes. Una vez decididos a salir del túnel, ellas tienen más talento, menos dinero y la huevera…, la huevera escondida, pero muy bien puesta.
    – Joder, Cristóbal, cómo se me ha pasado el tiempo. Tengo que marcharme.
    – Bueno. Ya habrá ocasiones.
     
    Hice ademán de sacar la cartera para pagar, pero me dijo.
     
    – Anda, anda, que se te hace tarde. Ya me encargo yo de abonar los desayunos. Pagar es lo de menos, lo importante es invitar.
     
    Le estreché la mano y me dirigí a la puerta. En el momento de salir me preguntó alzando la voz:
     
    -Oye, Pepe, una pregunta… ¿tú has leído a Marcos?
    – Estoy en ello… Es tremendo… Ni te lo imaginas – le contesté.
    ……………………
     
    – ¿Para qué te has levantado tan temprano esta mañana? – se interesó Lucía.
    – Quería actualizar la burocracia y desayunar en un bar de Gaucín adonde estuve ayer con Gúmer.
    – ¿Al de Cristóbal el Boina…? – insinuó Tere casi asegurándolo.
     
    Hice un gesto afirmativo y ella puntualizó:
     
    – El Gúmer pasa con Cristóbal las horas muertas. Da gusto ha­blar con ese hombre… Es todo un personaje. La gente lo tiene por raro, porque no sigue la pauta de los demás, ¿sabes? Y es que él tiene su propia manera de ver las cosas. Posee una inteligencia fuera de lo corriente a pesar de no haber estudiado. Gúmer está convencido de que su pensamiento es tan original precisamente por eso. O quizá sea, digo yo, porque lee por los codos.
    – Precisamente -comenté– estaba leyendo un librito. Se titulaba: Ganarás el pan con el sudor del de enfrente.
    – Pues ese tal Cristóbal debe ser inteligente -afirmó Desta– Ese pequeño libro merece la pena.

    • salvador santos

      Un apunte a la cuestión sobre “el Boina”, por si sirviera:
      Los personajes incorporados a esa exégesis de Marcos sirvieron para plantear algunas de las múltiples preguntas y dudas suscitadas en una lectura de los evangelios. Son personajes colectivos o individuales con carácter representativos. Los más destacados:
      –       Quien explica a Marcos es una mujer negra nacida en África. Representa la subversión de los valores tenidos por verdades intocables. La periferia enseñando al considerado equivocadamente centro del mundo. La certera lectura del evangelio hecha con inteligencia de sur a norte. La voz negra ayudando a escuchar y entender a oídos blancos. El valor femenino generando círculos de igualdad.
       
      –       El primer grupo, formado por tres parejas, representa a la colectividad que fue educada en el nacional-catolicismo y ha renunciado a toda actividad religiosa.
       
      –       El segundo grupo, constituido por dos parejas, representan a aquellos que recibieron esa misma educación, pero se mantienen fieles a esa instrucción recibida.
       
      –       El cura, desencajado de la explicación, representa a la institución defensora de la tradición.
       
      –       Los hijos que llegan a última hora son los jóvenes que han desarrollado su existencia al margen de toda cultura religiosa.
       
      –       El Boina, que nunca pisó una iglesia y sufrió la violencia desde niño solo por haber mamado de la libertad y las ideas solidarias, representa a quienes piensan por sí mismos, rechazan los valores del sistema injusto y se desviven por la amistad. Sin haber escuchado las explicaciones sobre Marcos, es quien más cerca se halla del Proyecto de Jesús transmitido por este evangelista. Su talento se desborda en humanidad. Por eso su bar no tiene rótulos ni luces exteriores. Él es el faro. Su figura humana ilumina desde dentro del local hacia afuera.

      • oscar varela

        Ok!
        Como se puede apreciar, entonces,

        la exégesis que nos ofrece Salvador en sus Artículos (>100)

        es in-separable y de absoluta necesidad complementaria

        de esta otra exégesis (Interpretación) de las Comunidades

        en ‘hacemos nuestra vida’

      • Isidoro García

        Leyendo el trozo de la novela-exégesis, que nos ha puesto Oscar, y a propósito del análisis de la humanidad, en palabras del personaje del Boinas”, dividida entre personas que intentan pensar por su cuenta, y personas, que están alienados y siguen la corriente, me acordaba de la una frase, que dice: Muchas personas no quieren ser libres, lo que buscan es un buen amo.

        En el fondo es el tema ya archirrepetido de la búsqueda de la maduración personal.

        Hasta los veinte años, (mas o menos), absorbemos todo lo que la sociedad nos enseña, padres, colegios, amigos, TV, sociedad. Y a partir de la veintena, nos tenemos que lanzar a incorporarnos a la sociedad, trabajo, pareja, familia, etc., y ya tenemos bastante tajo por delante.

        Es a partir de la cuarentena, mas o menos, cuando nos empezamos a enfrentar a una comezón interna que nos empuja inconscientemente a encontrar sentido a la vida, buscando significados de la realidad.

               (“Les haremos ver nuestros signos en el universo y en ellos mismos, hasta que reconozcan, qué es la Realidad”. (Corán, 55, 29).

        Pero en esta dinámica humana, siempre hay excepciones en personas que desde muy jóvenes, tienen una madurez impropia de su edad, y son los autorrealizados, que inconscientemente mantienen una conexión con el “Universo”, y disfrutan de la alegría, y felicidad naturales, del que camina en la corriente cósmica.

        Es una gran suerte encontrase con personas de ese tipo, pues son muy escasos, y los reconoceréis por su alegría y su bonhomía naturales. Son gente sin el colmillo retorcido que gastamos casi todos, y con una curiosidad y una candidez portentosas, (sin que sean unos lilas).

        Ellos son el faro y las columnas de la humanidad, y son sabios, sin que tengan por ser letrados.

  • carmen

    Ok.

    Creía que había entendido el concepto de limosna entre los judíos, pero no. En absoluto. Tengo la cabeza bastante dura.

    He entendido todo lo que me has dicho. Creo. Tampoco sabía que Jesús se refería a sí mismo como éste hijo de hombre. Me ha encantado. Hijo de hombre. Menuda tengo liada con que no se decía a sí mismo Hijo de Dios. Ya te lo pregunté una vez. Recuerdo tu respuesta.

    Y es que he entendido a mí aire porque no entendía muchas cosas y como no atranco…eso no puede ser, pensaba y me inventaba lo que me gustaba. En fin. Una historia preciosa por cierto, pero…

    Y es que cualquiera podía imaginar todo esto.

    Gracias.

  • Antonio Llaguno

    Hermoso articulo.

    Hay mucho para meditar en él.

    Trataré de hacerlo, gracias

  • mª pilar

    Hola Salvador. Lo tengo bien guardado para cuando esté en condiciones…que ahora no estoy…paciencia llegará ese día que gozaré con la lectura y como siempre servirá como alimento para mi espíritu.

    Un gran abrazo entrañable.

    • ana rodrigo

      Querida Mª Pilar, te deseo que te recuperes pronto y te mando un fuerte y entrañable abrazo.

  • carmen

    Perdona Salvador. Una pregunta.

    Estoy leyendo y tratando de entender. Hay cosas que veo a la primera. Creo. Otras me cuestan. No entiendo lo de dar en limosna todo lo que tienes. He entendido lo que significaba limosna para los judíos de entonces. Creo.

    No entiendo bien. Para Jesús o todo o nada? Porque no es lo mismo no servir Al Dinero y otra cosa da en limosna todo lo que tienes. Para mí no es lo mismo.

    Qué quiere decir exactamente, bueno, qué quiere decir con esa frase de que el Hombre no tiene dónde resguardarse? Por qué? Tampoco lo entiendo. Creo que están relacionadas. Todo lo das hasta el punto de no tener donde resguardarte. Es así?

    Y por último. A ver si logro hacer la pregunta de una forma clara. Estoy leyendo y veo que hay muchas citas del antiguo testamento, de profetas y tal. Jesús tenían tantos conocimiento sobre los textos sagrados de su religión, o es una construcción del evangelista o del grupo que escribiese el texto del evangelio? Es que no es lo mismo. En el segundo caso habría una intencionalidad de  ?convencer?  a los judíos de que en realidad es el que esperaban porque cumple con lo profetizado. No sé si la pregunta está clara. Al menos eso me parece.

    Y me pregunto. Jesús de Nazaret o de Galilea, como le quieras llamar, en realidad tuvo seguidores o ahí cada uno entendió a su manera y…pues aquí está la Iglesia. No sé. Pregunto. Y no voy por una crítica a la iglesia. Sobre eso ya me he manifestado suficientemente claro. Y que cada cual resuelva. Mi pregunta es otra: se entendió en algún momento? Porque cuanto más te leo  más consciente soy de que he entendido a mí aire. Eso es lo que me pregunto. Cada uno o una entiende a su aire? Habría quizás que, bueno, lo que estás haciendo juntamente con otros. Reintepretarlo todo. Me pregunto si no es demasiado tarde. Dos mil años son muchos años. A mí me encanta. Pero entonces Jesús de Nazaret pasaría a ser un Maestro, como lo denomina Jaume, El Maestro de Nazaret. Eso es justo lo que es para mí. Tampoco lo sigo al pie de la letra, claro.

    No sé. Es todo muy complejo.

    Un abrazo.

    • Antonio Llaguno

      En mi modesta opinión, Carmen, efectivamente cada quien lo entiende a su aire… porque es la única manera de entender las cosas, al aire de cada quién.

    • Salvador Santos

      Hola Carmen
      Aunque con el tiempo escaso aquí en Cataluña, trataré de responder en un solo bloque a las cuestiones que planteas.
      La lectura literal del evangelio resulta muy útil para establecer un sistema de creencias y alimentarlo. Sin embargo, los evangelios no son manuales de creencias, sino pedagogías de una experiencia, la de haber puesto en marcha una alternativa de sociedad: el llamado “reinado de Dios”.
      El verbo griego asociado al término limosna es ‘hacer’: HACER limosna. Hacer justicia (limosna) supone haber optado por la ruptura con los valores del sistema injusto y colocar lo acumulado (los bienes) en su sitio: en las estanterías vacías de los que más han sufrido la injusticia de la que hemos sido partícipes o ante la que nos hemos cruzado de brazos.
      La fórmula que más utilizó Jesús para hablar de sí mismo fue “este hombre” (“hijo de Hombre” significa “hombre”). En la afirmación “Este hombre no tiene donde reclinar la cabeza” Jesús habla de sí mismo e indica a su interlocutor que si pretende asociarse a su Proyecto necesita renunciar a la ambición de tener.
      Jesús conocía el AT y lo usó con lógica y hasta con irreverencia, alejándose de la interpretación tradicional de esos escritos. En algunos artículos ya publicados en ATRIO se puede comprobar su manera de hacerlo (https://www.atrio.org/2021/05/la-vida-eterna-1/). Los autores de los evangelios también utilizaron en sus escritos el AT con diversas finalidades pedagógicas. Se requiere el análisis a fondo de cada caso.
      El núcleo duro del colectivo que acompañó a Jesús hasta que le prendieron iban con intenciones ajenas a su Proyecto. Su plan era tan ambicioso y herético que hasta su propia familia -como ya se explicó- pensó que no estaba en sus cabales. Fue tras su ejecución cuando el grupo de discípulos empezó a entender la importancia de remprender ese Proyecto. No hay diferentes modos de entenderlo, aunque en cada época habrá de aplicarse en función de las circunstancias. El objetivo de ese Proyecto es social y no un recetario individual. La expresión “reinado de Dios” aparece en los evangelios 118 veces; el término iglesia, dos, y en ambas ha de traducirse por “COMUNIDAD”.
      Te mando un abrazo

  • ana rodrigo

    Mientras leía este magnífico estudio de Salvador se me iban ocurriendo distintas reflexiones:

    *¿Qué pensaría Jesús cuando ve a los y las pobres (la mayoría son mujeres) pidiendo en la puerta de un templo, normalmente un templo monumental, lleno de oro y plata en sus retablos y sus vírgenes que no pueden con las distintas coronas de metales preciosos y piedras preciosas?

    *Una pequeña limosna a estas personas de la puerta, ¿resuelven el tema de la justicia para esas familias?

    * En nuestro tiempo ¿podemos resolver las injustas desigualdades sociales a título individual (ayudas), o es cuestión de las instituciones nacionales, supranacionales estructurales?

    *¿Nuestras insignificantes limosnas sirven para tranquilizar las conciencias a título individual? ¿Para que Dios Padre nos premie, como insisten las citas evangélicas?

    Faus ha publicado en religión Digital un artículo titulado ”
    Faus: “El objeto del amor de Dios es el mundo, no la Iglesia” Y lo aclara: ““Dios ama tanto a este mundo que le envió a su Hijo no para condenar al mundo sino para salvarlo” (Jn 3). 
    El domingo pasado se celebró en Granada la fiesta de su patrona, la Virgen de las Angustias y, como en tantas localidades, eso fue una locura semejante a los funerales de Isabel II, sólo que con vítores de alegría dignos de cualquier acto colectivo de los fariseos. La fachada de la basílica en días anteriores se cubrió de miles y miles de ramos de flores. También había un apartado de donaciones para los pobres. ¿Con esto e infinidad de celebraciones y ritos de esta índole, se resuelve la injusticia social estructural, o se queda en las migajas limosneras para que Dios tenga en cuenta nuestras bondades?

    *¿Tiene la Iglesia como institución y el Vaticano como Estado alguna responsabilidad en este mundo tan injusto? ¿Es suficiente con las palabras tan dignas del Papa Francisco? ¿Tendría la Iglesia que dar algún giro radical en esta sociedad junto a tantos ritos y devociones a todo tipo de Vírgenes y Cristos? ¿Es una religión para la salvación individual en este mundo y en otro mundo?

  • Gonzalo Hayag

    Salvador nos da un buen ejemplo de la desviación (la “traición”) que sufren algunas palabras al ser traducidas a otro idioma; y más aún a otra cultura. “Traduttore, taditore” dicen los italianos. Por eso no podemos atenernos a una lectura literalista de los evangelios, sino al fondo que transmiten y al eco que suscitan en nuestra conciencia. Gracias, Salvador.