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Otra agenda mundial: ¿liberar la vida u otro paradigma civilizatorio?

Nota previa: Se ha organizado un grupo internacional que se propone “otra agenda mundial para liberar la vida”. La primera sesión tuvo lugar el día 5/5/2022. Cada participante (en total unos 20 aunque no todos intervinieron) tenía 10-15 minutos para presentar su visión del tema. El coordinador era un conocido economista italiano, que trabaja en la Comunidad Europea, en Bruselas. El propósito básico es cómo democratizar los conocimientos científicos que refuerzan la búsqueda de una agenda que tenga como objetivo liberar la vida. Expongo aquí mi corta presentación, hecha en francés, con las ideas que he propuesto y defendido en otros escritos. Hasta ahora, por lo visto, la nueva agenda se sitúa todavía dentro del viejo paradigma (la burbuja dominante), sin plantearse la cuestión de la profunda crisis que este paradigma, el de la modernidad científico-técnica, ha provocado, paradigma que está poniendo en peligro el futuro de nuestra vida y de nuestra civilización. De ahí la oportunidad de exponer claramente mi posición crítica, que no cree en las virtualidades de liberar la vida de este paradigma, pues la está destruyendo rápidamente. Lboff

Voy directo al punto: ¿dentro del actual paradigma civilizatorio, de la modernidad, es posible otra Agenda o hemos tocado sus límites insuperables y tenemos que buscar otro paradigma civilizatorio si todavía queremos seguir viviendo sobre este planeta?

Mi respuesta se inspira en tres afirmaciones de gran autoridad.

  • La primera es de la Carta de la Tierra, aprobada por la UNESCO en 2003. Su frase inicial presenta tonos apocalípticos: “Estamos ante un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro… y esa elección es: o formar una alianza global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros, o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y a la destrucción de la diversidad de la vida” (Preámbulo).
  • La segunda afirmación muy seria es del Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti (2020): “estamos en el mismo barco, nadie se salva solo, o nos salvamos todos o no se salva nadie” (n.32).
  • La tercera afirmación es del gran historiador Eric Hobsbawn en su conocida obra La era de los extremos (1994) en su frase final: No sabemos hacia donde estamos yendo. Sin embargo, una cosa es segura: si la humanidad quiere tener un futuro aceptable, no puede ser mediante la prolongación del pasado o del presente. Si intentamos construir el tercer milenio sobre esta base vamos a fracasar. Y el precio del fracaso, o sea la alternativa al cambio de la sociedad, es la oscuridad”(p.562).

En otras palabras: nuestro modo de habitar la Tierra, que nos ha traído innegables beneficios, ha llegado a su agotamiento. Todos los semáforos están en rojo. Hemos construido el principio de autodestrucción, que puede exterminar toda la vida con armas químicas, biológicas y nucleares de muchas formas distintas. La tecnociencia que nos hace llegar a los límites extremos de sostenibilidad del planeta Tierra (The Earth Overshoot) no tiene condiciones por si sola, como la Covid-19 ha mostrado, para salvarnos Podemos limar los dientes al lobo pensando que le quitamos, ilusoriamente, su voracidad. Pero esta no reside en los dientes sino en su naturaleza.

Por lo tanto, tenemos que abandonar nuestro barco e ir más allá de una nueva agenda mundial. Hemos llegado al final del camino. Tenemos que abrir un camino distinto. De lo contrario, como dijo en su última entrevista antes de morir Zygmunt Bauman: “vamos a engrosar el cortejo de aquellos que caminan en dirección a su propia tumba”. Nos vemos forzados, si queremos vivir, a recrearnos y a reinventar un nuevo paradigma de civilización.

Dos paradigmas: el del dominus y el del frater

En este momento veo enfrentados dos paradigmas: el paradigma del dominus y el paradigma del frater. Dicho de otra manera: el paradigma de la conquista es expresión de la voluntad de poder como dominación, formulada por los padres fundadores de la modernidad, como Descartes, Newton, Francis Bacon; dominación de todo, de pueblos, como en las Américas, África y Asia, dominación de clases, de la naturaleza, de la vida y dominación de la materia hasta su última expresión energética con el Bosón de Higgs.

El ser humano (maître et possesseur de Descartes) no se siente parte de la naturaleza, sino su dueño y señor (dominus), que en palabras de Francis Bacon “debe torturar a la naturaleza como el torturador hace con su víctima hasta que entregue todos sus secretos”. Él es el fundador del método científico moderno, prevalente hasta el día de hoy.

Ese paradigma entiende la Tierra como mera res extensa y sin propósito, transformada en un baúl de recursos, considerados infinitos y que permiten un crecimiento/desarrollo también infinito. Sucede sin embargo que hoy sabemos científicamente que un planeta finito no soporta un proyecto infinito. Esta es la gran crisis del sistema del capital como modo de producción y del neoliberalismo como su expresión política.

El otro paradigma es el de frater: hermano y hermana de todos los seres humanos entre sí y hermanos y hermanas de todos los demás seres de la naturaleza. Todos los seres vivos tenemos, como Dawson y Crick mostraron en los años 1950, los mismos 20 aminoácidos y las 4 bases nitrogenadas, desde la célula más originaria que surgió hace 3.800 millones de años, pasando por los dinosaurios y llegando hasta nosotros humanos. Por eso dice la Carta de la Tierra y lo enfatiza fuertemente el Papa Francisco en sus dos encíclicas ecológicas, Laudato Si: sobre el cuidado de la Casa Común (2015) y Fratelli tutti (2020): un lazo de fraternidad nos une a todos, “al hermano Sol, la hermana Luna, al hermano río y a la Madre Tierra” (LS n.92; CT preámbulo). El ser humano se siente parte de la naturaleza y tiene el mismo origen que todos los demás seres: “el humus” (la tierra fértil) de donde se deriva homo, como masculino y femenino, hombre y mujer.

Si en el primer paradigma prevalece la conquista y la dominación (paradigma de Alejandro Magno y Hernán Cortés), en el segundo se muestra el cuidado y la corresponsabilidad de todos con todos (paradigma de Francisco de Asís y Madre Teresa de Calcuta).

Representado figurativamente podemos decir: el paradigma del dominus es el puño cerrado que somete y domina. El paradigma del frater es la mano extendida que se entrelaza con otras manos para la caricia esencial y el cuidado de todas las cosas.

El paradigma del dominus es el dominante, está en el origen de nuestras muchas crisis y en todas las áreas. El paradigma del frater está naciendo y representa el mayor anhelo de la humanidad, especialmente de aquellas grandes mayorías dominadas sin piedad, marginalizadas y condenadas a morir antes de tiempo. Pero posee la fuerza de una semilla y, como en toda semilla, en ella están presentes las raíces, el tronco, las ramas, las hojas, las flores y los frutos. Por eso por él pasa la esperanza, como principio más que como virtud, como aquella energía indomable que proyecta siempre nuevos sueños, nuevas utopías y nuevos mundos, es decir, nos hace caminar en dirección a nuevas formas de habitar la Tierra, de producir, de distribuir los frutos de la naturaleza y del trabajo, de consumir y de organizar relaciones fraternales y sororales entre los humanos y con los demás seres de la naturaleza.

 

El paso del paradigma del dominus al paradigma del frater

Sé que aquí se plantea el espinoso problema de la transición de un paradigma a otro. Se hará gradualmente, con un pie en el viejo paradigma del dominus/conquista ya que debemos garantizar nuestra subsistencia y el otro pie en el nuevo paradigma del frater/cuidado para inaugurarlo a partir de abajo. Aquí deben ser discutidos varios supuestos, pero no es el momento de hacer eso. Una cosa podemos adelantar: trabajando el territorio, el biorregionalismo, se podrá implantar regionalmente el nuevo paradigma del frater/cuidado de forma sostenible, pues tiene la capacidad de incluir a todos y crear más igualdad social y equilibrio ambiental.

Nuestro gran desafío es este: cómo pasar de una sociedad capitalista de superproducción de bienes materiales a una sociedad de sostenimiento de toda la vida, con valores humano-espirituales intangibles como el amor, la solidaridad, la compasión, la justa medida, el respeto y el cuidado especialmente de los más vulnerables.

 

El adviento de una biocivilización

Esta nueva civilización tiene un nombre: es una biocivilización, cuya centralidad es la vida en toda su diversidad, pero especialmente la vida huma personal y colectiva. La economía, la política y la cultura están al servicio del mantenimiento y de la expansión de las virtualidades presentes en todas las formas de vida.

El futuro de la vida en la Tierra y el destino de nuestra civilización están en nuestras manos. Tenemos poco tiempo para hacer las trasformaciones necesarias, pues ya hemos entrado en la nueva fase de la Tierra, su calentamiento creciente. Falta la suficiente conciencia en los jefes de estado sobre las emergencias ecológicas y es todavía muy escasa en el conjunto de la humanidad.

 

Leonardo Boff, teólogo, filósofo y ha escrito: Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres, 1999/2018; Habitar la Tierra: ¿cuál es el camino para la fraternidad universal? Vozes 2022.

Traducción de Mª José Gavito Milano

5 comentarios

  • Juan A. Vinagre

    Es necesario y urgente un nuevo paradigma que nos permita convivir al menos en cierta armonía. Y sin embargo, cabe la pregunta: ¿YA  o  es muy pronto? ¿Estamos preparados? Aunque sea a veces redundante, voy a seguir la línea de L. Boff.  La redundancia puede reforzar nuestros sueños de cambio a mejor, y hasta servir de fermento…  Así, pues:

    -Hay que sustituir el paradigma del  “DOMINUS”= voracidad del poder y del dinero  -que además de ídolo muy viejo (aunque se revista de palabras nuevas),  es pura inmadurez moral y psicológica-,   por el paradigma “FRATRIA” = capacidad de convivencia en cierta armonía-madurez.  Lo que requiere “meta-noia” = cambio en el modo de pensar y de vivir con egos más sanos y más sapiens…

    -La tierra (y cuanto conlleva) con el ser humano como referente, no pueden ser explotados ni torturados, sino tratados con respeto. Ningún éxito económico, político o militar pueden llamarse “éxito”, si se consigue a costa de privaciones o sufrimientos. Ese 1%, dominador inmoral -también político-, debe madurar más y aprender a ver que con su neoliberalismo o patriotismo desvocados está adorando un ídolo voraz, caníbal, que en vez de engrandecerlo, lo rebaja e inferioriza como ser humano.  La tierra no es mina -res- a poseer o explotar, sino casa, nodriza acogedora que nos alimenta y enseña y hermana…

    -Para saber convivir y madurar los afectos, la mente y la conducta, es preciso EDUCAR EN VALORES. No somos cosas, no somos ribales, sino familia con un origen común, con genes comunes. Educar en valores es aprender a convivir y a buscar respuestas positivas a nuestras diferencias o conflictos.   Es fomentar encuentros. La historia nos enseña que nuestro comportamiento es más propio de tribus grandes que se confrontan, por su territorio (y lo que conlleva), y aún apenas sabemos buscar encuentros estables y positivos para todos. Lo que refleja nuestro nivel real de desarrollo-madurez humano. Y aunque la historia relativiza y cuestiona muchos de nuestros valores, el homo sapiens persiste -por inmadurez- en sus modelos tradicionales, sobre todo si son más rentables…  El ejemplo del 1% es aplicable a otras escalas…, también políticas, reitero.

    -Se dice que aprendemos más con nuestros numerosos errores y fracasos que con nuestros aciertos (más escasos); pero lo más importante del aprender es aprender a madurar como personas, de modo que seamos capaces de transformar nuestra convivencia en más positiva, y también seamos capaces de desmitificar mitos, etnias, lenguas, fronteras, patrias… y sepamos crear fratrias más grandes… Educar en valores  es ayudar a ver a los que no ven o no quieren ver…

    -En suma, el paradigma FRATRIA requiere más madurez humana que la que hoy, como sociedades, tenemos… Por eso la interrogación inicial… Aún no estamos maduros para convivir en esa fratria -puro evangelio-. La fratria es una cuestión pendiente…  ¿El retraso en la implantación de este nuevo paradigma se debe también a que los que deberíamos haber sido y ser fermento no lo hemos sido? ¿Por eso tanta banalización del mal que vemos cada día? Pese a todo, espero que ese paradigma FRATRIA sea nuestra utopía y no tarde… Esta es nuestra espera, nuestro adviento. Tenemos que renacer…

  • carmen

    Pues sí. A los señores importantes y a alguna señora que ha logrado colarse entre los señores importantes, les interesa cambiar  todo para que todo siga igual.

    O quizás cambiar lo suficientemente las cosas para conservar el mayor número posible. Lo saben. Lo harán. De hecho hace tiempo que se oyen voces en ese sentido. Y luego el cambio lo realizarán los de siempre. Los que convencen para que logren cambiar las cosas lo suficiente para que todo siga lo más parecido a lo de siempre.

    Gran libro El Gatopardo. Porque no sabré de teología ni de filosofía ni de mil cosas concretas, pero de novela… y, créanme, se aprende muchísimo con la novela. Porque como los problemas son siempre los mismos, cuando tropiezas con un novelista de esos mágicos, que los hay, cuando has leído varias novelas, no sé, como quince o veinte que son auténticas obras de arte y además has leído todo tipo de géneros, sin menospreciar a ninguno, poco a poco vas entendiendo de qué va el juego. Si a eso le añades lo mismo pero con el cine, pues no veas lo que aprendes sin leer a grandes filósofos ni grandes teølogos. Porque los novelistas y directores de películas escriben y dirigen para nosotros, para nosotras, para el gran público. Claro, si no venden pues no hay ni novela ni película. Y logras entender muchas cosas que quizás leyendo otro tipo de texto ni te enteras, entre otras cosas porque te aburres y no sigues leyendo. Me refiero a las personas como yo, de a pie. No a los especialistas o a los grandes pensadores. O considerados como tal.

    Y, es curioso, llegamos a conclusiones parecidas.

    Sí. Hay que cambiar muchas cosas para que las que interesan a los grandes sigan igual.

    Buena tarde.

     

  • Carlos alejos

    Creo que es importante empezar a cambiar Ya. Cambios desde lo personal hasta lo social-estructural.

  • Nacho Dueñas

    Buena pregunta, Gonzalo.

    Yo diría que las “minorías abrahámicas” (Helder Camara), los “pocos sabios que en el mundo han sido (Fray Luis de León), las minorías contraculturales (desde los taoistas hasta los ecoaldeanos de hoy), las “minorias creativas” (Toynbee).

    ahora, ese paradigma al que Boff se refiere, ya, al menos embionariamente, existe: los novedosos paradigmas, la transmodernidad, el post-teismo, la eco-espiritualidad, el eco-feminismo, el eco-socialismo, la contracultura, el sumak-kawsay, la decolonialidad…

  • Gonzalo Haya

    El problema es el de siempre “¿Quién le pone el cascabel al gato?”. El problema no es sólo ese 1% de la humanidad que acapara todo el poder, sino también el 20 ó 30 % que nos beneficiamos de ese desorden establecido y que podríamos organizar la fuerza suficiente para provocar el cambio. ¡Cuando comience a irnos mal, ya cambiaremos!