1. ALGO QUE ESTA AHÍ, PERO NO LO ENTENDEMOS
Nuestra palabra ‘misterio’ proviene de la latina ‘mysterium’ (‘cosa secreta’) y esta a su vez del griego μυστήριον (‘secreto’), que tiene su origen en la raíz verbal μύω (‘cerrar’, ‘cerrar los ojos’, ‘estar cerrado’). El término ‘misterio’ alude a una realidad, hecho o circunstancia clausurados y solamente cognoscibles por su depositario y por aquellas personas a quienes este haya querido transmitir el contenido del asunto reservado. El misterio tiene, pues, una estrecha relación con el conocimiento. El misterio solo es misterio para quienes lo ignoran y deja de serlo para aquellas personas que ya lo conocen.
Desde las épocas más tempranas del pensamiento nuestros antepasados vivieron probablemente sobrecogidos ante relámpagos, rayos, truenos y una diversidad de violentos fenómenos naturales. No es de extrañar que imaginaran a un ser misterioso y con muy malas pulgas que, ansioso por demostrar su existencia y superioridad, desplegaba imponentes prodigios de luz, fuego, tierra, agua y sonido que dejaban boquiabierto y metían el miedo en el cuerpo a todo bicho viviente. Aquella larga etapa para un ser humano encogido ante lo oculto a su entendimiento se extendió hasta convertirse en ancho umbral de lo que las religiones llamaron muchos siglos más tarde: el Misterio.
El Misterio cobró originariamente entidad desde el miedo y la ignorancia. Aunque el progreso del conocimiento le fue restando influencia, nunca ha logrado disiparlo por completo. Las religiones, a pesar del considerable avance de la ciencia, continúan atribuyendo al Misterio una última y oculta voluntad sobre los acontecimientos. Los sectores religiosos más anclados en la tradición manejan como argumentos irrebatibles la supuesta impenetrabilidad del Misterio y su propiedad en exclusiva de un futuro velado tras el final de la vida. Estando a sus expensas, al Misterio se le carga con el muerto. Y ocurra lo que ocurra, cada vez queda el Misterio más encumbrado. El ser humano, en cambio, prosigue arrastrándose por las bajuras aplastado por las decisiones y leyes injustas de un orden global envuelto también en una gruesa capa de misterio.
2. EL MISTERIO Y LAS RELIGIONES
A religiones y personas de alta religiosidad se les llena la boca hablando del Misterio. A las preguntas: ¿De dónde venimos? y ¿adónde vamos? su respuesta recurre siempre al Misterio. Acuden a él tras alcanzar el límite de sus explicaciones respecto a la realidad, al origen y el sentido de la vida. Una creciente endeblez de argumentos se corresponde con mayor fortaleza del Misterio, en quien se deposita la solidez de la prueba. Ante tan insondable e indescifrable incógnita solo cabe la creencia. La creencia cobra así tal brío que hay quienes llegan a pensar que creer en el Misterio concede el visado para atravesar la última frontera con seguridad de llegar a descubrirlo. El culmen del conocimiento se pospone para entonces y la creencia se mantiene aliada devota e incondicional del individualismo.
Las religiones autodenominadas cristianas no han escapado de esta irresistible fuerza gravitatoria del Misterio. Ni siquiera se han conformado con ceñirse a él. Les ha parecido poco y lo han desglosado en un cúmulo de supuestos y enigmáticos satélites: El Misterio de la Creación; el Misterio de la Encarnación; el Misterio de la Santísima Trinidad; el Misterio de la Salvación; el Misterio Pascual; el Misterio de la Muerte y Resurrección; el Misterio Eucarístico… Defienden incluso la existencia del Misterio de la Revelación, cuando quizás habrían acertado de haber hablado de la revelación del Misterio.
3. EL MISTERIO NO ES DIOS, SINO EL PROYECTO
Porque resulta cuando menos curioso que frente a tanta inflación de misterios Jesús el Galileo solo pronunciara UNA SOLA VEZ esa palabra: ‘misterio’. ¡EN NINGUNA OTRA PARTE DE LOS EVANGELIOS SE HACE USO DE ESTE TÉRMINO!
La única ocasión en que Jesús utilizó dicho vocablo lo hizo en el contexto de las parábolas. El hecho posee especial relevancia. Está recogido por los tres sinópticos:
“A vosotros se os ha comunicado el secreto (μυστήριον) del reino de Dios” (Mc 4,11).
“A vosotros se os han dado a conocer los secretos (en plural: μυστήρια) del reinado de Dios” (Mt 13,11).
“A vosotros se os ha concedido conocer los secretos (μυστήρια) del reino de Dios” (Lc 8,10).
El secreto o misterio en ninguno de los tres casos está referido a Dios. El término μυστήριον nunca se aplica a Dios en los evangelios, como puede deducirse de lo indicado más arriba. El secreto alude aquí directamente a la sociedad alternativa puesta en marcha por el Galileo y denominada por él con la fórmula característica exclusiva en aquel entorno para definir esa etapa definitiva: el Reino de Dios.
La mencionada declaración de Jesús recogida por los tres sinópticos responde a una pregunta anterior de la totalidad de los discípulos relacionada con su empleo de parábolas y ejemplos para explicar el Proyecto a la multitud:
“Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él le preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas” (Mc 4, 10).
4. LOS EVANGELIOS SON PEDAGOGÍAS. EXPLICAN; NO OCULTAN
Los evangelios son pedagogías. Explican; no ocultan. Esta afirmación rotunda de Jesús usando el término ‘misterio’ está tan preñada de lógica como de intereses ocultos la pregunta de los discípulos. Llegar a comprender en profundidad pregunta y respuesta exige ir leyendo el texto escoltados de la mano de sus autores para no perder el hilo de su línea argumental. Elegimos el texto base de Marcos siguiendo la secuencia de los hechos, unas actuaciones que despertaron un inusitado interés en la gente y agrandaron el atractivo popular del Galileo:
- A. La praxis del Galileo rompe moldes. Ha superado las fronteras de la constreñida ideología religiosa y nacionalista judía. Su novedosa y rebelde manera de actuar ha dibujado líneas fundamentales de su Proyecto sacando a relucir los objetivos que pretende conseguir con él:
A1. No enseña como los letrados, que utilizaban en sus pláticas continuas citas de afamados maestros para aparentar sabiduría. La autoridad de otros le resulta innecesaria. La fuente de su discurso mana de su reflexión. Su valor radica en su fuerza social transformadora de la realidad. Está lejos de repetir las palabras o sentencias de antiguos profesionales de la institución. Su mensaje se enmarca fuera de los modelos tradicionales y se caracteriza por una especial energía liberadora:
“…se preguntaban unos a otros:
¿qué significa esto? ¡Un nuevo modo de enseñar con autoridad; incluso da órdenes a los espíritus inmundos y le obedecen!” (Mc 1,27).
A2. Su MENSAJE pregona la llegada de una sociedad que acaba con la marginación. Así lo entienden los marginados y le piden comprobarlo en sus vidas. Él no se quedará atrás. Su proximidad y compromiso con los descartados es total. Y los excluidos de libertad y de una vida social digna gritarán la gran novedad a los cuatro vientos:
“Se le acercó un leproso y le suplicó de rodillas:
– Si quieres, puedes limpiarme.
Conmovido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
– Quiero, queda limpio.
…él (el marginado), al salir, se puso a proclamar y a divulgar EL MENSAJE a más y mejor” (Mc 1, 40-41.45).
A3. Este mensaje posee carácter universal. Los cuatro portadores de un ser humano derribado (el paralítico), sin pronunciar palabra, han superado todas las dificultades para colocarse en el círculo más próximo a Jesús. Este muestra que la reparación de la injusticia -llamada pecado en el ámbito religioso- no es cosa de Dios, sino tarea humana. Su propuesta no deja campo a la injusticia. La adhesión a su Proyecto (FE; la demostrada por los cuatro con el paralítico y reconocida por Jesús) la deja atrás. Los religiosos se escandalizan. Él demuestra la plena autoridad humana invitando al hombre abatido a recobrar su dignidad, su grandeza y su autonomía:
“VIENDO Jesús LA FE que tenían, le dice al paralítico:
– Hijo se te perdonan tus pecados.
Pero estaban sentados allí unos letrados y empezaron a razonar en su interior:
–¿Cómo habla este así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios solo?…
…Pues para que veáis que el Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados… le dice al paralítico:
–A ti te digo: Levántate, carga con tu camilla y márchate a tu casa” (Mc 2, 5-7.10-11).
A4. Su Proyecto acaba con la discriminación religiosa. La igualdad queda en primer plano. Mientras él come con descreídos y pecadores, los representantes de la religión se quedan fuera. No les entra en la cabeza la llegada de una nueva sociedad de puertas abiertas a la que todos pueden acceder:
“Los recaudadores decían a los discípulos:
– ¿Por qué come con los recaudadores y descreídos? (Mc 2,16).
A5. Las antiguas instituciones, leyes y tradiciones han perdido vigencia. Son inservibles; no tienen arreglo. La reforma de las antiguas estructuras conlleva males mayores. La sociedad alternativa requiere nueva organización:
“Nadie le cose una pieza de paño sin estrenar a un manto pasado; si no, el remiendo tira del manto –lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos; si no, el vino reventará los odres y se pierden el vino y los odres; no, a vino nuevo, odres nuevos” (Mc 2,21-22).
A6. Las leyes, incluso las divinas, han de estar al servicio del ser humano. La sociedad alternativa declara el señorío de cada persona por encima de leyes y preceptos:
“Y les dijo:
– El precepto existió por el hombre, no el hombre por el precepto; luego señor es el Hombre también del precepto” (Mc 2,27-28).
A7. Al ser humano le pertenece el espacio central. La humanidad vive atrofiada por la presión del orden establecido. La divinización de la Ley le relega a un lugar secundario. El Proyecto del Galileo recupera para el ser humano la dignidad y el lugar que le corresponde:
“Le dijo al hombre del brazo atrofiado:
–LEVÁNTATE Y PONTE EN MEDIO” (Mc 3,3).
- B. La grandiosa novedad del mensaje del Galileo llega así a la gente. La autoridad con que enseña, su forma innovadora de actuar y su praxis liberadora captan la atención. Aquel hombre de Nazaret cautiva y convoca multitudes:
“Una enorme muchedumbre procedente de Galilea, de Judea y de Jerusalén, de Idumea, Transjordania y las comarcas de Tiro y Sidón, una muchedumbre enorme que SE HABÍA ENTERADO DE TODO LO QUE HACÍA, acudió a él” (Mc 3,7b-8).
A las gentes les atrae el Galileo. Se interesan por su actividad y su discurso, sin embargo no se comprometen con su programa. Sin compromiso individual, los movimientos masivos asfixian el Proyecto. Frente a la avalancha de la muchedumbre será preciso dar visibilidad a su propuesta dejando a la vista su realidad social. La BARCA, figura representativa de la humilde sociedad alternativa, aún sin constituir, será llamada todavía aquí con el diminutivo: “barquilla”:
“Dijo a sus discípulos que le tuvieran preparada una BARQUILLA por causa de la gente, para que no le oprimieran” (Mc 3, 9).
- C.Jesús dejará incompleta su enseñanza junto al mar. El Proyecto necesita antes avanzar un paso decisivo en su desarrollo. Del mar se pasa al monte, un lugar propio para las resoluciones definitivas. El Galileo constituye la sociedad alternativa, a la que en los evangelios se denominará como: los Doce. El Proyecto, aunque en su mínima expresión (“se parece a un grano de mostaza”) está ya a la vista de todos:
“Subió al monte, convocó a los que él quería y se acercaron a él. Entonces constituyó a doce” (Mc 3, 13-14a).
- D. La constitución de la sociedad alternativa, los Doce, suponía hacer visible el Proyecto. La Buena Noticia tan esperada ha cobrado cuerpo; puede contemplarse. Ahora es una referencia de primer orden. La constitución de los Doce se comprendió como un hecho de importancia mayúscula. Al generar un nuevo núcleo social independiente del nacionalismo y la religión oficial, representaba una ruptura con el orden establecido.
Sus familiares se dieron cuenta de la trascendencia de la medida que había tomado y pensaron, como aún hoy día se sigue haciendo, que esa actuación era una auténtica locura. De manera que dieron los pasos para abortar la operación y llevar al Galileo a su cauce habitual:
“Al enterarse los suyos se pusieron en camino para echarle mano, pues decían que había perdido el juicio” (Mc 3,21).
- E. Los reconocidos maestros de las Escrituras y máximos representantes de la ideología oficial se percataron también de la peligrosidad de la decisión adoptada por el Galileo. No era cosa de bromas. La repercusión social de aquel hecho entrañaba un menoscabo de la autoridad oficial, debilitaba gravemente a las instituciones civiles y religiosas y acarreaba impredecibles consecuencias sociales difíciles de tener bajo control. De ahí que optaran por salir desde la capital lanzando a los cuatro vientos comunicados y anuncios publicitarios en contra del mensaje y la praxis liberadora de aquél atrevido hombre salido de Nazaret:
“Los letrados que habían bajado de Jerusalén iban diciendo:
– Tiene dentro a Belcebú.
Y también:
– Expulsa los demonios con poder del jefe de los demonios” (Mc 3,22).
- F. Su madre y sus hermanos llegaron al lugar donde él estaba con el fin de hacerle renunciar a sus locuras y llevarlo a casa. Aunque no se atrevieron a entrar al sitio y situarse a su vera (como hicieron los porteadores de la camilla con el paralítico). Ni pudieron escuchar su propuesta ni supieron de sus argumentos. Así pues, estaban incapacitados para reflexionar sobre la lógica aplastante de su discurso. Tenían el dogma y la ideología religiosa metida en las entrañas. Desengancharse del orden establecido avalado por Dios era de locos. Y se quedaron FUERA:
“Llegó su madre con sus hermanos y, QUEDÁNDOSE FUERA, lo mandaron llamar” (Mc 3,31).
El Proyecto no es asunto de individuos aislados. Se trata de una visible realidad social con un cometido universal. La nueva familia se construye en pequeñas células comunitarias mediante la libertad, la decisión y el compromiso. Quedarse FUERA implica renunciar a formar parte del Proyecto de sociedad alternativa: Los suyos serían a partir de entonces quienes se sientan en corro en torno a él:
“Y paseando la mirada por los que estaban sentados en corro en torno a él, añadió:
– Mirad a mi madre y a mis hermanos” (Mc 3,34).
- G. Los curiosos, admiradores y simpatizantes del Galileo cuentan con un punto de referencia físico y social al tener ya a la vista la sociedad alternativa constituida por un humilde colectivo de seguidores. El escenario ha cambiado; los actores también. Se configura una nueva disposición de quienes intervienen. Los movimientos incontrolables de las masas se detienen ahora ante una realidad tan incontestable. Con el grupo de los discípulos en torno a Jesús, este regresa DE NUEVO a la orilla del mar para enseñar a la gran multitud. Ahora hay UNA BARCA, figura de la sociedad alternativa. El volumen de curiosos y simpatizantes quedará en tierra frente a ella. La pueden ver con claridad. Aquel hombre de Nazaret comenzará a enseñar a la gente siguiendo su método acostumbrado: Ejemplos, comparaciones y parábolas. La actitud que únicamente solicita a los allí reunidos es LA ESCUCHA. Prestar oídos abre la posibilidad de comprender, aceptar, adherirse al Proyecto… ¡y producir! La resistencia al mensaje, la acogida superficial o la aceptación a medias frustran la adhesión. La aceptación y adhesión al Proyecto provoca una vida productiva:
“DE NUEVO empezó a enseñar junto al mar. Se congregó alrededor de él una multitud grandísima; él entonces se subió a una BARCA y se quedó sentado, dentro del mar. Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar, y se puso a enseñarles muchas cosas CON PARÁBOLAS. En su enseñanza les dijo:
–¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar…” (Mc, 4,1-3).
5. ¿Y LOS DISCÍPULOS, QUÉ? DESCONCIERTO Y BRONCA
Es ante este procedimiento de las parábolas empleado por Jesús en su enseñanza al gentío cuando, una vez solos, intervienen los discípulos con su interrogante (literalmente: “Le preguntaron por las parábolas”):
“Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él le preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas” (Mc 4, 10).
Más que una pregunta, se trataba de un cuestionamiento. El interrogante manifiesta asombro y oposición. Asombro por el método elegido para la enseñanza, un formato que exigía reflexión y decisión individual. Oposición, porque para los discípulos resulta lento. Ellos tienen prisa. Conocen la dura realidad padecida por el pueblo y saben que la multitud estaría por la labor de lanzarse a un movimiento rebelde para obtener el poder y zafarse de la ocupación romana. Una convocatoria general del Galileo solicitando unirse a un movimiento liderado por él para constituir el Reino de Dios tendría respuesta positiva inmediata por parte de la multitud. Era lo esperado por todos. Además un reinado de Dios a través de la hegemonía política de Israel estaba prometido y garantizado por el mismo Dios en el AT. Presentar la realidad esplendorosa del reino de Dios comparándolo con un grano de mostaza no tenía ni pies ni cabeza. De manera que el interés que los discípulos manifestaron al preguntarle por su método de enseñanza (“las parábolas”) acabó en un duro enfrentamiento entre el Galileo y los suyos. Marcos lo describió bajo el relato figurado de una tormenta sobre LA BARCA (Mc 4,35-41):
“Sobrevino un fuerte torbellino de viento; las olas se abalanzaban contra la barca, y la barca empezaba ya a llenarse” (Mc 4, 37).
6. ACTITUD Y RESPUESTA DE JESÚS
La respuesta de Jesús a esta interpelación del colectivo de discípulos consta de dos partes: una referida al grupo y otra, a quienes no están adheridos a su Proyecto y a los que dirige su enseñanza usando ejemplos. A los suyos, en cambio, les declara:
“A vosotros se os ha comunicado el secreto del reino de Dios”.
El verbo griego δίδωμι (‘dar’, ‘conceder’, ‘otorgar’) en perfecto pasivo (δέδοται: “se os ha dado”; traducido: “se os ha comunicado”) implica conocimiento y posesión. Los discípulos han recibido el misterio. Les pertenece en propiedad. Lo poseen y lo conocen. Se trata de la experiencia de la sociedad alternativa, el llamado reino de Dios. Perciben la realidad de ese misterio en sus propias carnes. Al conocerlo, ha dejado de ser misterio para ellos. Para quienes no se han adherido a ese Proyecto, “los de FUERA” (su familia se quedó “FUERA”), sigue siendo un misterio; desconocen su realidad. Les falta la experiencia. Se les irá proponiendo mediante sencillos ejemplos: Las parábolas:
“…ellos, los de fuera, todo eso lo van teniendo en parábolas…” (Mc 4,11b).
7. DIOS NO ES UN MISTERIO, SINO UN PADRE
Llegados a este punto parece lógico preguntar ¿Y dónde queda Dios? ¿No es un misterio? ¿No es el Misterio, el Gran Misterio? Como dijimos con anterioridad, nunca en los evangelios se utiliza el término griego μυστήριον referido a Dios. Para nombrarlo se usa un vocablo con sentido opuesto a ‘misterio’. Se le llama “el Padre”, una figura familiar abierta al conocimiento desde el inicio de la propia existencia. Esta forma de llamarlo está lejos de ser puramente nominal. Para denominarle así Jesús arranca de su experiencia vital. Él no tuvo un padre. El que deseó fue muy distinto al dominador característico de aquella cultura. Imaginó al Padre al que cualquiera desearía parecerse.
El reconocimiento de un padre parte de la seguridad de sentirse y reconocerse hijo/a suyo. Ser hijo/a representa la salida a la vida. En los evangelios se considera la Creación como incompleta. La Creación no está acabada con el ser humano como imagen de Dios. Alcanza su plenitud cuando este llega a conseguir la máxima categoría, la de hijo/a.
En la mentalidad del Antiguo y Nuevo Testamento se conocen a los hijos auténticos por el parecido a su padre. Y esa semejanza la da su manera de actuar. De tal manera, que se conoce y se reconoce al Padre por el comportamiento de los hijos. En el texto hebreo de Eclo 11,28, se lee:
“…en el desenlace se conoce el hombre”.
La versión griega de los LXX traduce este verso del siguiente modo: ἐν τέκνοις αὐτοῦ γνωσθήσεται ἀνήρ:
“…por sus hijos se conoce un hombre”.
El conocimiento del Padre se obtiene a partir del conocimiento de sus hijos. Ese es el criterio que encontramos tras la afirmación de Mateo 11,27:
“Al Hijo lo conoce solo el Padre y al Padre lo conoce solo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (ver también en Lc 10,22).
8. CONOCER AL PADRE ES TRABAJAR POR LA PAZ
De aquí surge la siguiente cuestión: ¿Y cómo se reconoce a quienes actúan como el Padre? ¿Por qué comportamiento tan especial se les descubre? En las llamadas bienaventuranzas de Mateo encontramos la respuesta:
“Dichosos LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ,
Porque a esos los va a llamar Dios HIJOS SUYOS” (Mt 5,9).
Los hijos se reconocen por su actividad en favor de la paz. Los constructores de paz no deben confundirse con personas pacíficas, sosegadas, tranquilas, que evitan entrar en conflictos. Se parecen al Padre quienes construyen las condiciones para hacer inviables los conflictos.
En la mentalidad del NT, la paz significa que todas las cosas están en su sitio; de manera que hay paz cuando nadie carece de bienestar, dignidad y alegría. La paz se opone por tanto a la falsedad, el crimen, la injusticia, la maldad, la esclavitud, la violencia y todo cuanto signifique maltrato a cualquier ser viviente. Participar de algún modo en el sistema injusto impide conocen la paz. Quienes colaboran activa, pasiva o desde la neutralidad con la injusticia están por tanto incapacitados para adquirir la condición que hace libres: la de hijos. Ya lo adelantaba Isaías en el AT:
“No conocen el camino de la paz,
No existe el derecho en sus senderos;
Se abren sendas tortuosas
Quien las sigue no conoce la paz” (Is 59)
Ser constructor de paz no es tarea para pusilánimes. Conlleva sus riesgos. A los integrantes de la sociedad alternativa (esos que tienen a Dios por rey), los leales a esa tarea constructiva, les acechan peligros provenientes del sistema injusto. Mateo escribe a continuación en la siguiente bienaventuranza el dato que lo certifica:
“Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad,
Porque esos tienen a Dios por rey” (Mt 5, 10).
9. RIESGOS Y PELIGROS DE TRABAJAR POR LA PAZ
Así pues, el comportamiento de hijos se reconoce también por sus riesgos. El sistema injusto no admite a Dios por rey. Él tiene ya el suyo: el dinero. Los hijos, actuando como el Padre, son un estorbo. Entorpecen el negocio. El trabajo por la paz conlleva la oposición radical a la injusticia. No basta la indignación ni la protesta. Supone dar la cara comprometiéndose con los damnificados. Lo que no implica odio, rencor o violencia contra el injusto. Los trabajadores de la paz, los hijos, usan como arma el amor y el perdón al autor de la injusticia, un valor único excluido de las enseñanzas tradicionales. Mateo lo explicó a una comunidad de judíos acudiendo a citas del AT que conocían sobradamente y usando una terminología (“Padre del cielo”) que les era familiar:
“Os han enseñado que se mandó: <<Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo>>. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, PARA SER HIJOS DE VUESTRO PADRE DEL CIELO, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mt 5,43-45).
10. CONCLUYENDO
Los autores de cada uno de los evangelios se acomodaron a las comunidades de su tiempo y entorno a las que dirigieron sus escritos tratando de exponer a las claras el Proyecto del Galileo. Sus textos arrojan luz; no envuelven en enigmas. En las religiones prevalece el Misterio, dominador e inalcanzable. El evangelio pone el Misterio al alcance de la mano. No es complicado conocerlo. Está a un paso. ¡Basta cruzar la fina línea entre la orilla y LA BARCA!
“Bailamos de aquí para allá en el corro, y suponemos, pero el Secreto se sienta inmóvil en el centro, y sabe”. (Robert Frost)
¿Quién escribió los evangelios?. Misterio…
Y sobre un misterio, el autor del post hace lo que yo denomino “encaje de bolillos” para “llevar el agua a su molino”.
Ahora resulta que Dios no es un misterio, porque lo dicen unos misteriosos escritos. Si le vale al autor, vale… vale… y palmadita en el hombro…
Al torero el “guerra” le presentaron a Ortega y Gaset y le dijeron que se dedicaba a pensar y escribir. Yo digo como respondió el guerra. “Hay gente pa to…”
¡Magnifico Salvador!
Y a la vez:
Que triste es la realidad que nos rodea.
Allá donde se expande la:
“La Nueva alternativa”
Tal como el Galileo la proclamó, los enemigos (vamos, como lo sufrió Él) crecen de manera sibilina; atacan con sus armas, que ya conocemos muchas personas cuales son; si es necesario…hasta la muerte…o hacer la vida tan dura, que de alguna manera lleve a ella, a quienes intentan poner en marcha su hermoso Proyecto de:
¡¡¡Vida!!!
Pero Salvador nos repite constantemente..:
¡Que es una opción personal!
Esta opción, nos puede llevar a límites extremos; también los henos conocido y de alguna manera… vivido…en persona, no graves, como otras padecen y sufren.
Las religiones nos dan cada día, imagen de lo que son capaces de llevar a cabo, por defender:
¡Todo lo contrario a lo que proclamó el Galileo!
No es necesario “oler a oveja” sino vivir:
¡No para poseer “yo”!…cuanto más riqueza y poder, sin mirar el daño que ese principio encierra…sino:
Que todas las personas en las que se pueda influir de mil maneras:
¡Se sientan liberadas de toda atadura, esclavitud, miseria!
No es cumplir unos ritos, unos dogmas, unos “sacramentos”; es vivir de tal manera, que nadie salga perjudicado por nuestra manera de proceder.
Que mi vida sea, un servicio…no cantado a voz en grito…sino como piedra angular de mí vivir.
Gracias una vez más Salvador, por tu manera de actuar; no intentas “deshacer nada” solo explicas el auténtico significado de los escritos que dan voz al Proyecto de Vida que el Galileo proclamó, y por eso lo mataron…era molesto para sus fines…
Una vez, escuché a un gran hombre cuando visitó el Vaticano, ante nuestra pregunta de:
¿Cómo fue su visita?
Y respondió:
¡No encontrarán a Jesús paseándose por sus pasillos!
Un gran abrazo muy, muy entrañable y agradecido Salvador.
Antes que acabe el día, Pilar, ¡¡FELICIDADES!!
Por tu fiesta onomástica y por tu patrona regional, la Pilarica.
Con mi familia consorte, que son lindantes con Aragón, valencianos pero churros, celebramos mucho esta fiesta y hemos estado cantando jotas. Nos hemos asomado a la plaza por la tele de Aragón… Más autentico esto que es del pueblo que las realezas y desfiles madrileños con tanto de hispanidad…
¡¡¡Muchas gracias por tu recuerdo, gracias de corazón!!!
Un abrazo entrañable y agradecido.
A punto de acabar el día, querida Pilar, mi fuerte abrazo y mis mejores deseos.
¡Gracias cielo un abrazo grande y entrañable! Gracias y adelante siempre amiga.
Hola Salvador
Me encanta leerte.
Un abrazo fuerte.