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La esperanza ignorada de Dios Carlos Díaz, 06-octubre-2021
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- La persona desesperada lo está porque no encuentra sentido ni esperanza a la vida, ya sea dentro o fuera de la misma. Dios podría alzarse como la última esperanza, un Dios capaz de salvarnos de toda desesperanza o/y de dar sentido a las desesperanzas. Y tiene que serlo, porque de lo contrario no sería Dios.
- Ningún ateo en su sano juicio rechazaría la existencia de un Dios que pudiera dar sentido a su vida y al propio tiempo evitarle las peores amarguras y desesperanzas. Nunca sentimos tanta necesidad de que Dios exista como cuando algún ser humano a quien queremos necesita salir con éxito o sin horror del gran atolladero. Eso lo comprobamos en nosotros mismos: incluso a los más tibios de entre nosotros mismos nos viene a la boca el “¡Dios mío, ven en mi auxilio, socórreme!” Al propio Jesucristo también se le llenaron sus labios de hiel con el salmo del justo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
- Aunque la gente que ha oído hablar de Dios se limite a decir su Nombre en la noche triste, para los mejores creyentes, que no siempre son los más buenos, sino los que más necesitan a Dios, éste está presente no solamente en el ocaso, sino también en las duras y en las maduras: Dios es su presencia y su ausencia, su todo y su nada, lo visible y lo invisible para él, pues se mueve existe y es en presencia del Señor todos los días de su vida.
- La presencia de Dios, ignorada o no (pues ante Dios todos somos ignorantes, tanto los que se sienten ignorados y lo ignoran, como quienes se sienten amados por Él y lo aman) se ejerce según la identidad de cada persona. Unos necesitan un Dios que satisfaga su egoísmo, otros apelan a un Dios-Providencia que se parece a Santa Bárbara para que les libre de los truenos, mientras siguen remando egocéntricamente. La gente superficial no puede amar a Dios a quien no ve, porque su horizonte de percepción no va más allá de lo inmanente hedonista, un Dios con el formato de Centro comercial donde depositar sus cenizas de consumidores.
- Aquello de “aunque no hubiera cielo yo te amara, aunque no hubiera cielo te temiera”, amor a Dios en sí mismo, sin recompensa ni castigo, es una experiencia extraña, que a los místicos les parece sin embargo la máxima certeza: ven a Dios entre los pucheros. En él aman al prójimo como a sí mismos en la unidad de quien les amó primero. De este modo el tú forma parte de su yo, y ambos forman un nosotros incluyente desde el Amor fundamento. No hay sacramento que no enraíce en el amor divino,
- Hay también, aunque en un sentido completamente contrario a los santos, los cuales dan la vida en lugar de quitarla, sicarios “muy creyentes” (según propia confesión) que dan gracias a su virgencita a la que guardan devociones telúricas, o al “Cristo de la buena muerte”, porque les ha salido bien el homicidio que acaban de perpetrar. Esto ocurre también a los individuos y a las “civilizaciones” de mercachifle que pasan por devotas, y hasta por devotísimas, algo que se remonta a las guerras de religión con su comisión hasta el extremo (que no al límite -límite es más que extremo-) de matanzas nefandas.
- Dicho esto, ¿cómo hemos de entender el “perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen?” A algunos nos resulta extraordinariamente difícil pensar que pueda existir gentes que no sepan lo que hacen ni siquiera cuando perpetra crímenes, violaciones, masacres y aberraciones contra la entera humanidad, aunque parece que las hay por haber caído en un grado máximo de degradación, embotados moral e intelectualmente. Cuando un verdugo quebranta y taladra todos los huesos de las manos y de los pies de sus víctimas inocentes ¿no está sabiendo lo que hace? ¿Es que son bestias en la selva, homines homini lupi? ¿es eso el misterio de iniquidad. Si no lo son, ¿serán capaces de redención por sí mismos? Todo ello constituye una enorme perplejidad para algunos de nosotros, que no podemos hablar ni pensar en un Dios ignorante.
- Así las cosas, aquello que se denomina presencia ignorada de Dios desde el primer siglo del cristianismo ¿no podría denominarse presencia de Dios ignorante, de un Dios que cegado por su amor no puede procesar el consorcio maldad-inteligencia de sus criaturas? Si así fuera, todo intento de objetivar racionalmente el problema culminaría con una grandísima derrota.
- Si son todas ellas cuestiones teológicas demasiado elementales, reconozco humildemente mi limitación, tal vez porque no ser capaz ni de entender el amor de Dios y ni siquiera el odio de los seres humanos entre sí, ni ambas cosas juntas, que suelen concitarse.
- No dando más de mí, llevemos la cuestión al terreno de la presencia ignorada de Dios entre las personas esperanzadas/desesperanzadas.
7 comentarios
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Carlos Díaz en un breve escrito ha conseguido que hablar de Dios sea hablar de nosotros mismos frente al misterio que se abre junto a la Cruz. En ella, Dios nos da el sentido tan buscado a nuestra vida, la llena de esperanza.
Antes podíamos decir que a Dios nadie le ha visto jamás. Después del Calvario, tenemos con nosotros, uno de los nuestros, quien nos lo ha dado a conocer. Nadie puede ver, ni puede amar, ni confiar, ni esperar, a quien no conoce. Sólo alcanza a elucubrar en la desesperanza. Nunca sentimos con más fuerza la necesidad de que Dios exista como cuando nos vemos cerca de los límites finales de la vida, la nuestra o la de persona muy cercana y querida. Jesús, siendo levantado se convirtió en el Autor de nuestra fe.
La oración que Jesús hace a su Padre Dios resultan de tal naturaleza para el oído humano que este versículo ha sido suprimido en algunos códices. Hay creyentes quienes escandalizados no pueden concebir su sentido de expiación por el pecado y sus efectos de salud regenerativa para el género humano.
Ya Isaías en el Cuarto canto del Siervo adelantaba con el tema del sufrimiento, su opresión y humillación, que sería de gran escándalo, pero que estaba en su misión de intercesión y de expiación por los pecados. Hechos 13,27: Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado”. Igual que Jesús Esteban siendo apedreado y en el momento de morir: ” Señor, no les tengas en cuenta este pecado”.
Jesús, tras el velo de su cuerpo, nos dice también a nosotras, personas de este siglo, que viene de arriba, de nuestro “toque divino”, ese anhelo nuestro, ese querer sobrevivir para borrar todas las sombras, que tiene que ser verdad que tenemos algo en nuestro interior que sobrevive. Nos lo dijo quien colgaba de un madero.
En cuanto al 7.Si un hombre común en plena agonía infligida injustamente dice “perdónales Padre porque no saben lo que hacen”,o bien lo tomaríamos por un chalado o bien por un masoquista o bien por un blando o bien por un soberbio porque denota una cierta superioridad cognitiva o bien ,en sentido vulgar, sería el “no sabe con quién está UD hablando….”…. Nosotros ya sabemos el sentido que tiene porque presuponemos que Jesús tenía una relación muy especial con Dios al que llamaba nada menos que Padre….Por tanto,si omitimos este presupuesto,la frase es desquiciada….Dicho esto si Jesús nos muestra como es Dios,hay que suponer que Dios lo conoce todo y sabe todas las razones internas de todos y por eso muestra esta extraordinaria predisposición a la misericordia….Yo que voy mucho a juicios como abogado,os he de decir que no veo cosa más chocante que la imagen de Dios como juez…No porque tenga mala opinión de todos los jueces sino porque un juicio consiste en una visión muy limitada de la verdad;en los juicios se accede muy limitadamente a la verdad e incluso hay normas procesales que regulan que es lo que se da por probado (ergo verdadero)…No me gusta la idea del juicio final y me parece contradictorio con aquello de “no juzgues y no seréis juzgados” ….Porque nos dicen no juzguéis,si luego nos van a juzgar….Un sindiós…Es mejor que sea un examen(nos examinarán en el amor) con la paciencia de un buen maestro….Examen ,no oposición eh…A lo que iba que me enredo de puro cachondeo que me traigo,yo creo que la frase del punto 7 revela un profundo conocimiento de las causas incluso del mal en su grado más sumo(que a Jesús le estaban ajusticiando)….”No saben lo que hacen”….Entonces aquel profundo despropósito tenía un sentido…. Claro se nos escapa…. Además no es que,por ejemplo,a Jesús le estuvieran matando a un ser querido y dijera yo perdono…Póngamos la película Maixabel(en la que me eché una de llorar) y su protagonista real que le mataron el marido y perdona al asesino del marido…El otro día esta mujer admirable decía que ella es agnóstica en una entrevista en el diario.es….Yo creo que a veces perdonar una tan notoria injusticia ,cuando el victimario está realmente arrepentido,es lo más sabio desde el punto de vista psicológico sin quitarle un ápice de mérito al asunto porque yo no tengo nada claro si sería capaz de perdonar algo así (pienso si la pasara algo así a mi hija ….se me hiela la sangre).A lo mejor era eso lo que quería decir “perdónales Padre porque no saben lo que hacen”,temeroso de que como Dios era su Padre,la emprendiera con los que le asesinaban….A lo que iba,que desparramo, Jesús no le estaban matando a un familiar,le estaban matando a él…. Aunque ya os digo que para mí,y creo que para muchos hombres y mujeres,es más duro que maten injustamente a un ser querido (por ejemplo,un hijo) que a nosotros mismos…En fin,perdonadme esta perorata que es un completo galimatías…
Aunque reconozco que la imagen de Dios juez tomando partido por las víctimas y los crucificados de la historia es muy potente…Pero eso ya es otro tipo de juicio…A veces terreno,a veces ultraterreno…a veces extraterrestre…
Me pregunto:
¿Y si dejáramos ha Dios tranquilo?
Sin pensar que hará en tal o cual ocasión.
¿No sería honestamente más claro caminar por la vida?
Existe algo en nuestra entraña que nos impulsa…y no todas las personas lo acogen…pero aquellas que lo experimentan y lo acogen:
¿No sería más natural, entregarse a ello, con todas sus capacidades, porque todas ellas están en nuestro ser como regalo?
Si Dios ¡Es! solo Él sabrá como actuar ante el mal del mundo, porque Él, conocerá nuestro interior; y aquellas personas que les quede un rayo de humanismo, después de sembrar el mal a manos llenas; quizá exista alguna manera de recomponer tanto mal.
Aquellas personas, que libremente se han hecho “dioses” nunca lograrán entrar…en su reinado de paz y amor…y desaparecerán en la nada…dado que se piensa…en otra vida posible.
¿Y si no la hay? ¿Y si en está se deriva todo nuestro caminar?
¿Ha que he dedicado mi vida…no exenta de errores y caídas…pero con una firme convicción, de hacer en todo lo que ocurre en nuestro caminar, todo aquello que posibilita que otras personas que pasan ha nuestro alrededor, se sientan mejor, en todos los sentidos?
Depende de nuestra mirada y nuestra manera de caminar.
Así lo veo y lo experimento.
La vida, nos va dando luces para comportarnos ante lo que ocurre a nuestro alrededor; como lo haga cada cual, será la medida de nuestra entrega.
De acuerdo contigo, Mª Pilar. ¿por qué no dejamos a Dios en paz y, de paso, vivimos desde dentro nuestra capacidad de vivir en paz, reconociendo nuestras limitaciones y nuestras capacidades para hacer el bien?
Si a Dios nadie lo ha visto, ni lo verá, ¿por qué nos pasamos la vida haciendo tantas elucubraciones para definirlo y adjudicarle tareas que nos corresponden a nosotros y a nosotras?
Todos tenemos más preguntas que respuestas, porque somos inteligencias limitadas abiertas hacia el infinito. La mente racional sólo llega a descubrir el rastro de Dios. Solamente podemos comprender a Dios sólo con la inteligencia sentiente, con el corazón.
Hola
Diría que con la inteligencia sentirte, con suerte, podemos sentir a dios , y a ratitos.
Desde luego entender, entender, es que no hay manera, mi cabeza no puede. Ni tampoco lo necesita.
No sé.
Supongo que va en personas.