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El futuro próximo

      Alex Pentland, Director del Human Dynamics Lab del MIT, asesor del Foro Económico Mundial, del programa de Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y de numerosas empresas de primera fila mundial, receptor de financiación de muchas de ellas, colaborador en líneas de producción con algunas y difundido en España por el portal de divulgación científica Open Mind de BBVA y por la Fundación Telefónica afirma tener la solución de todos nuestros males mediante la modificación inconsciente de las conductas.

      Su formulación alquímica de una nueva ciencia de la sociedad, una ciencia social computacional, se basa en las matemáticas, en el big data y en la inteligencia artificial, que, rememorando a Auguste Comte, ha llamado Física Social, título también de su libro más destacado, Una ciencia tal, gracias a la información que suministran las múltiples fuentes de captación de datos personales ya existentes –teléfonos móviles, redes sociales, correo electrónico, tarjetas de crédito, Internet–, permitiría no sólo un conocimiento mucho más completo y fidedigno de los comportamientos humanos y sociales que el de las actuales redes, también sería la nueva sociología del conocimiento ideada por Max Scheler, ahora entendida como minería de la realidad que posibilita detectar estadísticamente pautas de comportamiento de sorprendente exactitud,

      Dando un nuevo giro copernicano, el principio de la influencia social permitirá saber por qué los individuos toman decisiones no tanto por interés racional, persuasión o coacción, sino fundamentalmente por la mímesis de imitación de las demás personas, que –más que la educación, la reflexión o el diálogo– será la base fundamental del aprendizaje social significativo. Así pues, conforme a una vaga epistemología conductista, se logrará por la presión y el manejo de estímulos de cambio que los individuos desarrollen normas de conducta útiles según los incentivos para ellos preprogramados, altamente predecibles y controlables. Un lavado de cerebro en toda regla para que las personas cambien conscientemente de valores y de prioridades, cosa no tan difícil en una sociedad descerebrada, en la que rige el castizo principio de que “donde no hay mata no hay patata”. Los nuevos demiurgos cibernéticos tienen ya, al parecer, muy avanzado el procedimiento para orientar las conductas deseadas de las masas hacia objetivos “adecuados”, todo lo cual constituye además un proyecto tan lírico, que Pentland lo llama afinar la red, más becqueriano que afinar el arpa. Los pajaritos caerán en la liga sin la menor dificultad, dejarán saciados a Gargantua y Pantagruel, y a vivir que son dos días. Ya lo hacía con los tiernos niños el flautista mágico de Hamelín.

      Efectivamente, sobrecoge el afán altruista de ayudar a la humanidad a actuar correctamente por parte de los abnegados apóstoles de la nueva Física Social. Heme aquí, tan conmovido por la tembladera tan agudamente, que las gozosas lágrimas brotan como venas de mi rostro, por decirlo con Fray Luis de León, sobre todo porque creo firmemente que la “instrumentación sin precedentes” de Pentland responde únicamente al objetivo científicamente determinado de acelerar al máximo el camino a la mejor situación posible para la humanidad: paz, estabilidad, orden, seguridad, progreso en todos los aspectos, bienestar general, todo lo cual caerá por sí solo como resultado de la optimización de la eficiencia social.

      Es el tipo de discurso que cabe esperar de una sociedad de postántropos y de metántropos, que posthumanamente renuncia al humano actual con la esperanza de que nos salve el no humano que no hay. Tales planteamientos, que hacen las delicias de los ejecutivos de medio pelo en los aeropuertos y que a la vez son globos sonda por si cuelan, dan fe de lo que piensan de nosotros los nuevos sabios: que somos más tontos que los bobos víctimas del tocomocho, y que pueden vendernos la torre Eiffel a cambio de un cheque de hule grasiento. Ta barato dame dos paraísos en la tierra por el pago de uno. Qué casualidad, mire usted por dónde, que esta burla e indecente charlatanería de quincalla para comerte mejor, Caperucita, cuente con la más calurosa acogida por parte de muchas grandes empresas tecnológicas. Era lo que nos faltaba.

      En realidad sí, lo confieso paladinamente: yo soy el bobo de Coria, o sea, Juan Martín Martín (Juan Calabacillas) uno de los batueco–jurdanos con deformidades, enano, bizco muy gracioso y simpático, auténtico cretino natural de Calabazas, una alquería perteneciente a Caminomorisco que terminé de bufón en el palacio coriano del duque de Alba –también marqués de Coria–, donde fui tratado como auténtico animal a cambio de alojamiento, vestido y en ocasiones con restos de comida. Mi fama, la del Bobo de Coria fue tal, que el duque de Alba me regaló a Felipe IV, siendo descrito por Lope de Vega, Quevedo y Góngora entre otros. Ya al servicio de la monarquía alcancé todos los privilegios posibles, pues tenía sueldo, una mula para moverme, estaba autorizado para dar órdenes al resto de los enanos y bufones, y para deambular libremente por palacio. Yo, Juan Calabacillas, quedé retratado en un lienzo de Velázquez, y mi memoria se recuerda en una estatua decorativa en granito erigida en la puerta de Poniente de la catedral de Coria sobre una pilastra de la balaustrada, a la cual se sigue llamando El Bobo. No me hago el bobo, lo soy.

      Estoy dispuesto a ponerme un acento circunflejo como las cejas de Zapatero o un tricornio de la benemérita guardia civil. He escrito más de trescientos manuales del perfecto idiota, que es a la vez el arte del autorretrato con gloriosas e insuperables ocurrencias.

6 comentarios

  • mª pilar

    No es que pase desapercibido este interesante art.

    Es que personalmente no estoy preparada para opinar en este…y en tantos otros…campos.

    Copio la llamada de atención ante lo que definitivamente se perderá sino caemos en la cuenta.

    …Un lavado de cerebro en toda regla para que las personas cambien conscientemente de valores y de prioridades…

    Esto parece ser el futuro…si perdemos la libertad interior, esa mirada, que no se queda en la persona, sino que salta para luchar, por aquella mayoría de ninguneados que pueblan este dolorido mundo.

    Gracias Carlos Díaz por llamar nuestra atención ante lo que parece venir…sino se remedia.

  • Nacho Dueñas

    Queridos amigos, me parece que este artículo de Carlos Díaz ha pasado injustamente desapercibido. Y no solo por el hecho de que se intensifique este sistema de control total ejercido gracias a las “big data”, lo cual no parece despertar especial preocupación.

    Hay un hecho peor: la humanidad se va a extinguir en dos generaciones, a causa del nulo pensamiento crítico acerca de las TICs y la tecnología en general.

    Harari sostiene que en un par de generaciones, la “inteligencia” artificial habra superado a la humana. Y, entonces, sálvese quien pueda.

    A su vez, en dos generaciones, el transhumanismo estará aquí, instalado. La diferencia entre la especie y el robot se habrá difuminado, y nuestras características humano-animales (la emocionalidad y la instintividad (si es que este palabro existe) habrán desaparecido, o reducidos a la mínima expresión. Y con ello, el fin del arte, la creatividad, el entusiasmo y la creatividad, elementos cuyo desarrollo nos hacen felices.

    Además, esta caja de Pandora irá a más y más, de modo aleatorio, y saldrá al cosmos, y éste deberá buscar modos de neutralizar esto.

    Recuérdese lo que avisó McLuhan acerca de la tecnología como brazo virtual del ser humano. Y de sus consecuencias.

    ¿Y por qué no hay conciencia de esto? Creo que por las maravillas que la tecnología ofrece al corto plazo. Pero las desventajas se nos cuelan de modo sutil y a la larga.

    Creo firmemente que o cambiamos de actitud o sencillamente, es nuestro fin, por mutación cualitativa que altere nuestras esencias identitarias (el instinto, la emocion y, en buena parte, la corporeidad). Y es verdad que no es la única amenaza a la especie, pero las demás (el hambre, la pobreza, la guerra nuclear o no, el cambio climatico…) ya hay una cierta conciencia, y unas luchas, más o menos efectivas.

    Sucede que contra la pobreza surgió un Marx

    Contra el machismo una Beouvoir

    Contra el cambio climático una Vandana Shiva.

    Ya está tardando una reflexión que plantee el debate y la búsqueda de soluciones. Y cuando llegue, pasará como con las primeras feministas y ecologistas, que sufrieron burlas y persecuciones, hasta que, tarde y mal, se les da la razón, al menos en teoría.

    Y la reflexión no va en dirección a combatir la tecnología (como el feminismo tampoco combate al varón en cuanto tal), sino resituarlo. ¿Cómo? Volviendolo de facto a ser un mero complemento, y no el sustituto de nuestras capacidades fisiológicas, dejando de confundir al respecto medios y fines.

    Es decir, integrarla en la trama de la vida como un elemento tangencial y complementario, sabiendo cuándo, cómo y por qué se usa, y cuándo, cómo y por qué se prescinde de su uso, en el marco de ese ecosistema auto-poiético, holoárquico y aparentemente caótico que es la vida, donde ningún elemento, y por tanto tampoco la tecnología, debe ostentar la supremacía, si quiera de facto.

    Es decir, urge como el comer, vamos tarde, la reflexión teórico-practica de una ECO-TECNOLOGÍA.

    • oscar varela

      Hola Nacho!

      Te leo:
      -“me parece que este artículo de Carlos Díaz ha pasado injustamente desapercibido”-
      —————–
      Comprendo que todo “des-apercibimiento” comporte algo de “in-justo”;
      más aún y sobre todo para el “interesado” en el “asunto” de que se trate.

      Dicho eso, te recuerdo que hace 88 años, en la Universidad de Verano de Santander, se inició un Curso con estas palabras:

      -“Uno de los temas que en los próximos años se va a debatir con mayor brío es el del sentido, ventajas, daños y límites de la técnica”.

      Te recuerdo, además, que el próximo 5 de mayo va a hacer un año que esas mismas palabras fueron escritas en ATRIO.

      Abrazo!

      • Nacho Dueñas

        Cierto, amigo Óscar.
        Y desde hace 88 años, y 12 meses el próximo 5 de mayo, poco se ha tratado sobre este asunto, en proporcion a la magnitud de la problematica, no menor a la del hambre, el patriarcado y el colapso ecológico.
        Y vamos tarde…urge la eco-tecnología…

  • Carmen

    Madre mía y madre mía.

    Por cierto, Isaac Asimov en su trilogía las fundaciones, creo que de los años sesenta, el sesenta y cuatro o por ahí, aunque las leí en los ochenta, ya planteaba de alguna manera esta cuestión, con su idea de la psicociencia, de la psicohistoria. Una trilogía que tiene el premio Hugo al mejor libro de ciencia ficción de todos los tiempos. Asimov era un físico , además de divulgador y escritor de ciencia ficción. Algo así como Karl Sagán, pero anterior a él . A mí me encanta.

    Creo que es una idea que siempre ha estado en la cabeza de todos los reyes , dictadores de todo tipo y hasta algún demente con poder en la actualidad. A ver si no el porqué de la unión poder religioso con poder político.

    A mí no me asusta. Yo puestos a elucubrar el futuro, prefiero las utopías a las distopias. Soy también un poco tontica, ya saben.

    Buen día.