Lo que cura, decía el doctor Rof Carballo, es la realidad. El viejo adagio latino “adequatio intencionalis intelectus cum re”. Cataluña está divida en mitades que ven lo real de muy distinta manera. Esa es la conclusión del examen radiológico del TAC de la jornada electoral de ayer. No hay que lamentarse. Una enmienda a la totalidad al estulto diseño de los señores Casado y Gracia Egea. Un varapalo sin paliativos a la ceguera política de la señora Arrimadas. Un aviso al señor Iglesias a quien VOX ha pasado de largo por delante. Un recordatorio consecuente de la errónea y errática política de los presidentes Rodriguez Zapatero y Rajoy. Un viaje pagado al Hades para los inútiles de libro señores Zoido, Nieto, Pérez de los Cobos a los que hasta el actual presidente de su partido vitupera. Y un aviso al pretendido gobierno de los jueces: con sentencias ad hoc no se hace política. Aquellos polvos traído han, anoche, estos lodos. Con estos lodos hay que fer país. Si us plau.
Confío que “FEM PAÍS” a pesar de los momentos turbulentos, convulsos y de una justicia, que me pregunto si lo es.
Confío que se entiendan, aunque parece difícil, los partidos catalanes de marca identitaria. ¿Será posible? Nos toca continuar observando.
Confío, y esto es casi imposible, que el gobierno comprenda y trate bien a Catalunya.
Y que salga una nueva Catalunya partiendo de la realidad actual, incluyendo no a los enemigos (que se hacen) sino a los adversarios que ayudan a construir.
En Marzo veremos.
Hacer país, fer pais, extraordinario enunciado que no logra desgastarse con el uso, ni lo dramáticas o difíciles que resulten las circunstancias cuando se pronuncie.
Las Sociedades Económicas de Amigos del País fue un invento de unos vascos ilustrados pertenecientes a la nobleza española del siglo XVIII. Fueron implantadas en Puerto Rico y Cuba (Santiago de Cuba y otras sede poco después en La Habana) así como en otras partes de América. Hacían país a su manera.
En Cuba y Puerto Rico fueron sedes de quienes abogaban por el libre comercio con terceros países y luego refugios de quienes no veían otra solución política que la independencia. Se llamaban a sí mismos patriotas.
Pero España tenía establecido un Pacto Colonial y un trato colonial a estas dos “provincias”. La primacía de la industria para la metrópolis y las colonias se veían obligadas a comprar los productos de España. Esto y la esclavitud hizo que se fuera forjando una nueva conciencia de ciudadanía. Los catalanes (Barcelona) hicieron pingües negocios, y se crearon fortunas con el comercio de esclavos y luego con un comercio general. Mientras que se producía este negocio de ultramar, algunos generales-políticos en Las Cortes y en destino se convertían en grandes terratenientes y negociantes en las islas.
La no-nata primera constitución republicana de Pí i Margall ( otro catalán) hacían de Puerto Rico y Cuba, otros dos estados en una España Federal.
Sin estos antecedentes no se comprenden los rumbos erráticos de la isla Borinquen y de la isla de Cuba en todo el siglo XX y hasta ahora.
Desconozco el contexto de lo dicho por Carballo, porque así, sin más, he de decir que la realidad ni cura ni enferma, sino todo lo contrario. La realidad, estresante a veces, puede inducir enfermedad y placentera, en otras circunstancias, provoca salud. En última instancia, desde un enfoque humanista, no hay enfermedad ni bienaventuranzas, solo personas enfermas o venturosas.
Ahora, adecuarse a “la realidad” es complicado porque como decía el Obispo Berkeley “esse est percipi” y las interpretaciones distintas (complementarias, alternativas, excluyentes….) de unos mismos hechos es lo habitual (y deseable). Quizá lo único sensato que nos queda es razonar críticamente a la búsqueda y caza de consensos y acuerdos. O sea, es cuestión de fe y razón, pero sobre todo de actitud y en esto los españoles somos poco aventajados (creo). (Tendrá algo que ver aquello de España, reserva espiritual de Occidente).
Puedo decir sin sospecha alguna por parte de nadie lo mismo que el doctor Rof Carballo que lo que cura es la realidad y en este sentido pienso que la división de la que hablas, Alberto, no tiene que ver con ella sino con la pluralidad de sensibilidades que la constituye. Pasa en Catalunya lo mismo que pasa en toda España. Esto de la adecuación del intelecto con la realidad queda ya un poco atrás, por la cual cosa esta inadecuación podría servirnos para entender lo que está pasando y es que en política no es lo mismo ir juntos que ir unidos.
Un cordial saludo
Un saludo afectuoso Alberto. Me encantó tu reflexión sobre el CERN. La de amigos que uno tiene en ese laboratorio de partículas pesadas. Con especial cariño a Andrew, un cura inglés que del CERN saltó al Ian Ramsey Center, de relación entre ciencia y fe, en Oxford. No entiendo muy bien a dónde quieres ir a parar. Pero intuyo que, como todo lo tuyo, a buen puerto. Dios te oiga y te bendiga. Por cierto, hacía tiempo que nadie citaba a Rof Carballo, asiduo la tercera del ABC verdadero, que diría el “sagaz” Ansón. Con Laín ra el maestro de los médicos humanistas.