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El amor en nuestro mundo

El amor humano en nuestro tiempo suena a inhóspito, a falta de hospitalidad, a hospital e incluso a hospicio. El amor comparece hoy egoísta, sálvese quien pueda. Por su parte, el amor mundano suena a barullo porque vuela y revuela, a menudo aparece como un enfermo contagioso, virulento, como un trastorno pasajero, y siempre como carnavalesco. A veces prende y arrasa, obsesivamente, a veces pretende levantar el vuelo y no puede. El amor es el fenómeno humano más relevante y revelante del hombre y la mujer, que nos eleva o rebaja, que nos inspira y expira o aturde, que nos salva o nos condena, condicionando radicalmente nuestra psicología. El amor es la condición humana en su actuación más significativa, la cual consiste en abrirse al otro u otra. Por eso representa nuestra identidad no recalcitrante sino herida o diferida, lo que podemos llamar “didentidad” o identidad aplazada.

     El amor interhumano nos aborda y desborda, quita y pone, consume y consuma. El amor es el yo y el otro/otra, la otredad redentora o desgarradora, la vida y la muerte, el intersticio entre ambas, entrambas a la vez, consuelo y desolación, conjunción disyuntiva. Estoy dejándome llevar por los amores disparados o disparatados de traca y matraca, por la feria y el circo saltimbanqui de nuestro tiempo, por la marea de tactos y contactos, conexiones y desconexiones, con sus usos y abusos, pero también con su desierto adosado al pecho. Estoy dejándome llevar por el amorío ambiente, por la eclosión de luces de colores que acaban a media luz los dos o bien a oscuras.

     Retengamos un poco este resbaladero del amor folclórico y consignemos que el amor en nuestro tiempo es un amor a destiempo, turbulento por tan poco lento, a menudo chirriante. A veces no sabemos amar porque el amor es asunción y no asumimos, compasión y no compadecemos, debilidad por el otro y no poderío del yo, feminoide más que viriloide, implicativo y no posesivo, abierto y no encerrado, religioso o religador y no irreligioso o irreligado, enamorado y no amoratado, emergente y no meramente detergente. Pero coexiste también el amor como virtud del alma, el amor como bondad de la mutua intimidad.

     El auténtico amor es la virtud íntima del alma, y en esa virtud nos va el gozo precioso. Frente a ello, el desamor es una virtud desalmada, a menudo política, y en ese desamor nos va la penitencia. Nuestra sociedad renquea con el amor, lo cursifica rencorosamente, en nombre del pugilato del fuerte frente al débil, y el amor es débil, incluso enfermizo, enclenque. Triunfa la agresividad entre los contrarios, en lugar del amor de los opuestos, triunfa el extremismo frente a la mediación, la violencia frente a la vía láctea, la dura exigencia frente a la diligencia. La crítica sin autocrítica, la envidia, los celos y recelos, la animadversión frente a la animaversión, lo inflexible frente a lo flexible, la agresión frente a la agregación, la disolución frente a la solución.

     Unos predican la propia matria nacionalista y otros la patria apropiada, mas casi nadie practica o hace fratria intercultural, junción o juntura, implicación o reunión, consentimiento o consenso, cópula o copulación simbólica. Las lenguas lejos de comunicarnos en un interlenguaje, a menudo nos incomunican en una falta o falla de complicidad interhumana. Pero solo el amor, ridiculizado por el poder como cosa de mujeres, es el cemento o argamasa simbólica, el alimento del sentido consentido, lo más sagrado y lo más profano, lo más religioso y lo más secular, lo más de derechas y lo más de izquierdas, lo más masculino y aún más femenino, así pues lo más mediador de los diversos. Sólo el amor es lo más lúcido y lo más lúdico, lo sublime y lo subliminal, lo más terrestre y lo más celeste. La gran mediación, la gran implicación, la gran inclusión, el gran medio y remedio radical de nuestra melopea humana, si lo dignificamos y lo tomamos en serio y ya no en serie.

     Solo se ama lo que no se posee, decía M.Proust. Esta es la clave de las coexistencia humana, el amor no posesivo, la apertura frente a la cerrazón ya que, si no siempre es posible ser amado, siempre es factible amar al otro/otra compasivamente como un pobre mortal. El reformador Lutero identificaba el pecado como la encurvatura del hombre encerrado en sí mismo. En esta cerrazón nos va la penitencia, pero en la virtud del amor nos va su gozo, que no es encurvatura sino apertura radical al otro, el cual es tan pobre hombre como yo mismo; lo cual no quita por cierto, sino que pone o propone, la justicia democrática universal. Y es que el amor configura el sentido no solo de la vida sino también de la muerte. No se puede vivir y morir odiando recalcitrantemente, no se puede vivir y morir enquistado por el rencor belicoso o beligerante, bastante guerra nos da ya el sufrimiento natural al hombre. Al final uno debería perdonar y ser perdonado, para poder alcanzar la paz perpetua tras tanto litigio en este crudo mundo.

23 comentarios

  • M. Luisa

    Si hablamos del amor humano no creo que su esencia   pueda aprehenderse  mejor  más que en la diversidad de formas   que lo puedan contener y  le den vivencia. Una de las cuales, por ejemplo,  es la relatada por Rodrigo con el taxista.   Pero hay multitud de formas.

    Si algo nos suena inhóspito puede ser todo menos amor. Por eso no creo que deba presentarse el amor negativamente.  Pienso que esta diversidad de formas con que el amor se nos presenta vienen  precisamente dadas por el mundo en el cual estamos y  vivimos.

    El mundo humano que como tal, en cuanto humano,  está siempre en proceso de humanización,  si en lugar de nuestro mundo visión en la que no queda excluida la parte egolátrica  de nuestra naturaleza,  lo vemos a la inversa, no como nuestro mundo sino  como mundo nuestro, no tendremos más remedio que echar mano de toda nuestra capacidad humana.

    Aunque no vayamos a pensar  que de este modo aquella parte quede excluida, la anulemos, no, no, esta parte egoica  sigue estando ahí pero transformada, es decir, otorgándole  su propia razón de ser, de servir de puente  para producir la plenitud del acto humano por excelencia, el amor.

  • Rodrigo Olvera

    Espero no abusar de la generosidad de Antonio, el transcribir aquí una entrada que hice en mi blog personal en octubre de 2012. Pero creo que tiene que ver con el amor concreto, y con que no se requieren actos extraordinariamente heroicos sino que cada quien puede hacer mucho si hace lo que puede hacer (si se me indulge el juego de palabras).

     

    Abrazos y esperanzas

     

     

     
    De conversaciones y gratitudes

    No es fácil mantener la esperanza en estos días de reforma laboral, fraude electoral y violencia policial. Esta semana que empieza apunta a ser todavía más complicada que la que acabamos de concluir.

    La ciudad de México me recibe a media luz, con su cielo ennegrecido y sus calles húmedas atestiguando la más reciente tromba. Tomo un taxi desde la Central del Norte hacia Tlalplan. El chofer toma por la calle de Guerrero.

    Mientras avanzamos hacia Puente de Alvarado noto sobre la acera un grupo de casas de campaña afuera de un edificio, con una manta encima. Debido a la oscuridad y la velocidad, no alcanzo a leer su reclamo; pero se me retuercen las entrañas de pensar en lo que estarán viviendo las personas que ocupan esas casas de campañas, viviendo en la calle en una noche de lluvia del último día de septiembre.

    – No había visto a esas personas viviendo en la calle – se me escapa la voz sin pensarlo – ¿tienen mucho ahí?

    – No mucho, unos tres meses, creo que con el temblor – me responde el taxista.

    – Tres meses!!! Hace mucho que no paso por aquí. Qué terrible!

    El taxista me explica que esas personas eran los habitantes del edificio frente al cual están viviendo en la calle. Debido al temblor y por razones de inseguridad, fueron desalojadas del edificio por la fuerza pública. El dueño del edificio piensa venderlo; y sus antiguos inquilinos ofrecieron comprarlo, para no perder su vivienda. Pero el dueño se ha negado a venderlo a sus inquilinos; y así llevan 3 meses.

    – Yo creo que tienen derecho a que se los vendan. El gobierno debería hacer algo, que les vendan el edificio y a través del INVI (instituto gubernamental para la vivienda en la Ciudad de México) ayudarles a que lo reparen. Incluso, si está muy mal, que lo tiren de plano y el INVI les ayude a construir uno nuevo. Eso debería hacer Marcelo (Jefe de Gobierno del Distrito Federal), en vez de estar pensando en como ser Presidente. Si quiere ser Presidente, que ayude a la gente ahora.

    Comenzamos a platicar en las distintas formas en que se podría solucionar esta situación, respetando el derecho de las personas a tener una vivienda. El taxista me dice: yo no veo mal que se manifiesten, y que luchen. Es su derecho y su patrimonio para sus familias. Pero estos gobiernos sólo piensan en puestos.

    Le pregunto si sabe de los 10 bomberos en huelga de hambre, que estaban en el Zócalo y ahora están en el monumento a la Revolución. Me dice que algo escuchó de que están en huelga de hambre, pero no sabe bien por qué. Le explico que son hombres con más de 20 años de antigüedad, que han recibido varios reconocimientos a su heroísmo, pero que fueron despedidos por atreverse a realizar una marcha mostrando el mal estado en que está su equipo de trabajo.

    La conversación fue avanzando. El trabajador del volante se indigna. Dice que siempre ha respetado a los bomberos, le parece que son de las personas más valiosas de la sociedad. Me cuenta -y creo absolutamente en la veracidad de lo que me dice – que más de una vez ha tenido que llevar a bomberos a alguna de las estaciones. Cuando eso ocurre, y le preguntan cuanto deben pagar por la dejada, su respuesta es “Nada, eres bombero. Quizá algún día me salves a mí o a los míos“.  Y agrega “yo sé que no es mucho lo que hago al no cobrarles, pero al menos que sepan que se les valora“.

    Le comparto que cuando yo le digo a las personas lo que están viviendo estos diez bomberos en huelga de hambre, la reacción es la misma “no mames, pinche gobierno“. Me responde: “Si, todos podemos decir no mames, pero  nadie hacemos nada.  Mañana no puedo, porque tengo un sepelio; pero a ver si el miércoles paso a verlos y llevarles una caja de botellas de agua por lo menos. Es poco, pero al menos llevarles agua“. Le respondo que me ha tocado acompañar situaciones así más de una vez, y por éso sé que más allá de lo que puedan recibir (agua, comida, cobijas), el sólo hecho de visitarles y dedicarles tiempo para platicar y conocer su causa es importante. A veces más importante que cualquier cosa.  Y empezamos a platicar de cuántas historias de sufrimiento y de lucha han de haber en la ciudad, sin que las conozcamos.

    La conversación se diluye conforme el chofer tiene que concentrarse en el tráfico de Calzada Tlalpan y yo regreso a mi estado casi catatónico por el cansancio acumulado. Cuando finalmente llegamos a mi destino, junto con el pago por el servicio, me despido con el deseo con que siempre me despido de los taxistas: “gracias, que tengas buena noche y que encuentres buenos pasajes“. Me responde como casi siempre me responden los taxistas “gracias!!!, ojalá que sí“.  Pero cuando estoy casi por cerrar la puerta del auto, contorsionándose para que le vea,  agregó el toque final para conmover mis entrañas y mi esperanza: “gracias por informarme lo que pasa con los bomberos, iré a verles“.

    GRACIAS POR INFORMARME. No es común que ese sea el colofón cuando denuncio una situación de injusticia: Gracias por informarme, porque podré hacer algo por ayudar.

    Todo el cansancio físico, toda la pesadez emocional, toda la frustración acumulada, todo se diluyó con la nobleza de corazón de este hombre, trabajador del volante, dispuesto no sólo a enterarse sino a actuar. Bendita plática que refresca mi camino.  Es posible seguir andando.

    • Asun Poudereux

      Es posible, Rodrigo, con tesón y paciencia…confianza y cuidado. Muchas Gracias. Bendito eres.

  • Alberto Revuelta

    Como es miércoles he pasado la jornada recibiendo personas en la abogacía pro bono en las 3000 viviendas. Una mujer, entre ellas, abatida, con el rostro demudado y con la mirada en otro lugar, en otra hora, en otras gentes. Me muestra papeles municipales de r3clamo de una deuda impositiva. Leo, comentamos, le ofrezco salida de recurso, y me guardo los documentos para estudiar y confeccionar la alzada. Hemos terminado. Me mira para levantarse….le devuelvo la mirada. Se cubre la cara con las dos manos y llora sin consuelo cinco o seis minutos. ¿Me escucha un poco?. Lo que quiera. En paro,  cuatro hijos, el padre ha desaparecido de la casa y la ciudad después de quince años (“lo entiendo, lo entiendo…aburrido, desesperado, sin dinero, sin trabajo, con los hijos y sus vaivenes y yo dándole la vara con lo que falta y lo que no trae….”). Y ahora al mayor lo han detenido en Ceuta con dos kilos de resina y va a ir a juicio y a prision. Llora, llora….. Le digo “cuando venga lo coge usted de una oreja a él y con la otra mano los papeles del juzgado y me lo trae…..ya haremos algo….”. No sabe usted lo oscura que tengo la vida…..

     

    • Rodrigo Olvera

      Querido amigo

      Gracias por compartimos este amor práxico que es el ejercicio de tu vocación.

      Recibe un gran abrazo, desde México.

    • ana rodrigo

      Esto que relatas es amor, punto. Lo tuyo y lo de una madre por su hijo.

  • Rodrigo Olvera

    Les comparto dos pequeños videos, con todo mi amor por ustedes, amigas atrieras a quienes tanto quiero. Sé que el hecho de que quien convoca se haya organizado en una organización militar es fuerte y puede causar rechazo. Sé que es fácil desde España proyectar sobre la imagen de mujeres con pasamontañas la mala experiencia de ETA y otras organizaciones guerrilleras. Pero recuerden que un pueblo armado se detuvo en su acción militar a los 12 días de iniciada su campaña, ante la petición de paz peor parte de la sociedad civil, prometió y ha cumplido dar oportunidad a qué demostremos que se puede cambiar el sistema por vías pacíficas. Y desde entonces, en 1994, no han disparado un tiro, sino convocado una y otra vez a encuentros para invitar a organizarnos.

     

    “Somos la dignidad rebelde hecha mujer, hecha vida, sonriéndole al futuro, pariendo libertad”

     

    Noten la diversidad de idiomas, de orígenes, de edades. Concuerdo con Ana, en cada generación hay quien ama y quién no ama, ninguna generación es mejor o peor. Lo que nos define no es nuestra edad (si somos de los tiempos de antes o de el mundo de ahora…si estamos con vida de hoy, somos del mundo de hoy) sino donde nos ponemos ante el sufrimiento, y que estamos con disposición de hacer para enfrentarlo.

     

     

     

    • Carmen

      Me considero una luchadora . Estoy convencida. Lo soy.
      Pero lucho de otra manera. Quizás porque no soy tan valiente. Ni una heroína. Ni nada especial.
      Pero desde la vida que me ha tocado vivir o he elegido vivir, también se puede luchar. Con tu manera de actuar en la vida. Para que las niñas y niños aprendan que las cosas pueden ser de otra manera.
      No pasaremos a la historia mujeres como la que está escribiendo, pero somos las que hemos hecho posible que la generación de mujeres jóvenes se sientan exactamente de igual valía que los hombres. Ni mejores, ni por supuesto , peores. Sencillamente iguales. Digo que se sientan, no que se haya alcanzado la igualdad.

      Eso no se tendrá en cuenta. Siempre saldrán las de primera línea, pero una batalla no se gana con los generales sino con los soldados que dan la vida en la batalla. Eso sí, necesitamos guías. Por supuesto. Como todos. Como en todo.
      Pero que no se olvide los millones de soldados anónimos que con sus acciones deciden la suerte de una batalla. Entre ellas me encuentro. Nos encontramos la inmensa mayoría de las mujeres. Nosotras estamos en otro frente. Y creo, opino, pienso que la primera batalla la hemos ganado, al menos en Europa, el continente al que pertenezco.
      Eso pienso cada día. Sobre todo cada ocho de marzo.

      Paz y bien.

      • Rodrigo Olvera

        Es falso Carmen que no se tenga en cuenta tu lucha, y la lucha anónima de tantas mujeres; que sólo salgan las de primer línea. Justo es lo que dicen tantos los textos como los encuentros que he compartido: no hay una sola forma de luchar, cada quien lucha en su lugar, de la forma que puede, haciendo lo que cree y decide. Ninguna puede decir a otra persona que es menos valiosa su lucha por ser diferente. Y justo lo que se dice es que es un solo frente. Lo que dices aquí es justo el mensaje central de los encuentros y los textos, pero tú decides descalificarlo como no representativo de ti, cuando dicen lo mismo que tú dices.

        No es la primera vez. Si se analiza tu discurso en Atrio, es recurrente tu mensaje “soy tan distinta, no me pueden entender, no pertenezco”. Y no lo crítico. Sólo puede suponer (sin afirmar que lo sé) la cantidad de experiencias que hay detrás de esas expresiones. Experiencias además no raras o exclusivas, sino ampliamente generalizada. Y las imagino y lamento tanto que tú y tantas personas hayamos tenido esas experiencias, cada quien en nuestros propios contextos. Pero te invito a qué te des la oportunidad de distinguir que no todos los espacios se configuran de esa manera. Que aquí en Atrio, y en iniciativas como las de literalmente 5000 mujeres de 42 países distintos que se compartieron en ese encuentro de diciembre de 2019, perteneces y eres valorada, y piensas como otras muchas piensan.

        Un abrazo desde México

      • Asun Poudereux

        Os agradezco a los dos, Carmen y Rodrigo, vuestra espontaneidad y franqueza. Cada cual vive y hace lo que sabe, le mueve y puede, nadie es más que nadie, ni menos, y creo que se equivoca si así lo cree.
        Me gusta que seas tan comprensivo, Rodrigo, te es fácil ponerte en la piel de los demás. Gracias por tu ánimo y confianza. Dudas tenemos todos. Lo contrario, es más temible. Ser fiel a uno/a mismo/a abre caminos.
        Besos, amigos. Abrazos y esperanzas.

      • Carmen

        Querido y recobrado amigo. Todos somos diferentes. Pero , me da risa cuando me acuerdo, estoy diagnosticada por un psicoanalista como persona extraña. Oiga, le dije. No, no, me contestó, noooooo, poco frecuente. Doscientos euros me costó la broma. Cincuenta por sesión. Menos mal que agosto solamente tuvo cuatro semanas y me volví a mí casa. Mi hermana se empeñó, estás pasando una época horrible, me dijo, no te va a hacer daño y así hablas un rato, me dijo.
        Me muero de la risa. El señor me caló a la primera de cambio.

        Es cierto. Soy extraña y desde entonces entiendo que no es malo mi bueno, sencillamente es así

        Creo muchísimo en el grupo
        Sé que una persona sola nada puede. Me entrego al grupo,trato de moverlo y a veces lo consigo, pero no me siento parte de él
        No lo se explicar mejor. Siempre hay cosas que me hacen sentir que no pertenezco a ninguno. Pero ni uno. Imposible
        Mi cabeza no me deja comulgar con lo que supone pertenecer a un grupo y sin embargo creo que no hay otra manera de construir nada, de luchar por nada. Lo sé, pero no puedo. Aunque luche y trate de moverlo se que no soy parte de él.
        Me hace gracia. Usted también se ha dado cuenta. A lo mejor porque no paro de decirlo.
        Pero le digo una cosa. Quién en realidad comparte todas las directrices de un grupo?
        Quizás mi problema sea el que me dijo este señor que le digo: no eres persona, te falta la máscara. Aprende a ponértela.
        Pero ya tenía 57 años y…

        Buenas noches.

      • Carmen

        Oye, por qué dices que lo descalifico?
        Estoy releyendo y no me ha gustado un pelo . No descalifico nada de nada.
        Hace unos días, nuestra flamante ministra de igualdad, una chica joven que vale un montonazo y llegará a ser una política de primera línea, hizo un discurso superbonito. Pero superbonito. Y eché de menos que no se nombrara a las mujeres de a pie.
        A lo mejor eso me bullía en la cabeza y me salió ayer. Digo yo, no sé. No se cómo funcionan las cabezas. Vaya usted a saber.

        Pero quiero dejar claro que descalificación, vamos, nada de nada.
        Y por supuesto no me siento mejor que nadie. Ni peor. Eso de la igualdad lo tengo clarísimo. Mi trabajo me ha costado entenderlo . El hecho de estar con la mayoría no te hace mejor ni peor. Pero el hecho de discrepar, tampoco.
        Eso sí, reconozco que soy puñeterica. Pero me va la discusión. Ya se habrá dado cuenta. Sorry.

        Paz y bien.

    • ana rodrigo

      Cuántas maravillas conviven entre nosotros@s, la revolución de las mujeres ha sido una de ellas. Queda mucho por conseguir, pero hemos avanzado mucho.

      Cada cual luchamos por un mundo mejor desde nuestras posibilidades, pero es alentador ver ejemplos como los que hoy nos han dado Alberto y Rodrigo.

      Yo soy testigo (y partícipe, cuando puedo) de la cantidad de organizaciones sociales que luchan por distintos objetivos, cada cual mejor. En el movimiento NoMeDejesEnlaCalle, ya somos 64 entidades en Granada. Mañana nos reunimos en el ayuntamiento la Plataforma Espiritualidad y Religiones por la ecología para leer un comunicado por la sostenibilidad. Y así todos los días.

      Ánimo y esperanza. El mal hace mucho daño y mucho ruido, el bien es menos ruidoso pero hace mucho bien.

  • Carmen

    Me gusta un montonazo ese trocito de carta de  Pablo de Tarso donde describe el amor. Tanto es así que le hice una adaptación preciosa para que se la leyeran a mí hijo en su boda en el ayuntamiento. Pero se enteró que era de San Pablo y se negó en rotundo. Eso se llama prejuicios, le dije

    Inútil.

    Pero yo entiendo lo que dice referido al amor mutuo. No unidireccional, sino bidireccional. Porque el el verdadero amor todo lo soporta, nada pide, no es egoísta…

    Siempre he dicho, le faltó decir el amor mutuo. Entre dos personas.

    Porque cuando una falla, cuando no es recíproco, entonces es cuando comienza el proceso de desamor.

    Lean ese texto con esta visión. Es superbonito.

    Pero claro, si es unidireccional , pues ya saben . Hasta a asesinar llegan porque no aguantas. Y es que hay que aceptar que existe el desamor.

    En fin.

  • Carmen

    Realmente, no entiendo el artículo. Y si hay alguien que a lo largo de su vida no ha sufrido un proceso de desamor me pregunto si ha amado alguna vez de verdad. O tal vez vive en un mundo ideal, como en el de los gases perfectos, en el que el amor es eterno y bidireccional.

    Y no hay que confundir el amor con las relaciones sociales o sexuales. El amor es otra historia. Cada época tiene sus costumbres. Te podrán gustar más o menos. Las podrás entender mejor o peor. Pero el Amor siempre será Amor. Y el Desamor,  Desamor.

    Y los dos existen.

    Al menos así pienso. No se.

  • Rodrigo Olvera

    Comparto, para quien quiera leer, una visión muy distinta del amor en nuestros tiempos. Los mensajes finales de las mujeres zapatistas en los dos  encuentros mundiales de mujeres que luchan.

     

    Mensaje final de de las mujeres zapatistas en el primer encuentro de mujeres que luchan, 10 de marzo de 2018

    http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2018/03/10/palabras-de-las-mujeres-zapatistas-en-la-clausura-del-primer-encuentro-internacional/

     

    Mensaje final de las mujeres zapatistas en el segundo encuentro de mujeres que luchan, 31 de diciembre de 2019

    https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2019/12/31/palabras-de-las-mujeres-zapatistas-en-la-clausura-del-segundo-encuentro-internacional-de-mujeres-que-luchan/

     

     

    • mª pilar

      Gracias Rodrigo:

      Impresiona esta fuerza que muestran, su lucha, su valor, por encima de todas las dificultades; me conmueve esa capacidad de sentirse parte de todas las mujeres, estén donde estén.

      Gracias amigo, por hacernos partícipes de esta lucha, que las mujeres zapatistas llevan adelante; de ese abrazo profundo, fuerte, fiel, que nos envían a todas las partes de este dolorido mundo… y yo lo recibo de todo corazón; y estaré atenta, para “escuchar” a las mujeres que necesiten ser escuchadas, queridas y comprendidas, para en lo posible, hacer que vaya desapareciendo tanto dolor injusto..:

      Por el hecho de ser…¡¡¡Mujeres!!!

      Mi abrazo entrañable, lleno de esperanzas.

  • Rodrigo Olvera

    Leo

    “El amor humano en nuestro tiempo suena a inhóspito, a falta de hospitalidad, a hospital e incluso a hospicio. El amor comparece hoy egoísta, sálvese quien pueda”.

     

    Esto disuena tan radicalmente con mi experiencia personal, con las experiencia de los colectivos en que participo, con la experiencia de las comunidades y pueblos con quienes me juego el pellejo. Suena tanto a la típica efebofobia que se ha documentando desde la época sumeria) que suena un poco a burla el decir que de quiere involucrar a jóvenes en ATRIO y publicar reiteradas descalificaciones de la juventud actual.

     

    Y, sinceramente, dejé de leer a partir de esa frase.

    • mª pilar

      Aimo amigo y… ¡Adelante!
      Como tú siempre nos dices:

      ¡Abrazos y esperanzas… de corazón!

  • oscar varela

    Hola!
    “LO ANTEDICHO” con que comenzaba la GEOMETRÍA SENTIMENTAL:
    …………………………………………..
     
    EL ALMA COMO EXCENTRICIDAD
     
    1- Contemplemos la vida del niño.
    – Su alma apenas si ha comenzado a formarse y su espíritu no ha despertado aún. Las acciones que le vemos ejecutar, su existencia toda, están dominadas casi exclusivamente por el alma corporal.
    – Si le comparamos con el adulto, nos parece muy próximo al animal, y, como éste, sin plena individualidad.
    – ¿De qué centro emanan sus actos?
    – En el niño, como en el animal, tenderíamos a no hablar de centro alguno, y juzgaríamos más adecuado decir que son meramente periferia.
    – El niño va de acto en acto, como empujado por una fuerza externa a él. Estos actos se suceden y enlazan como los eslabones de una cadena, en que una pieza arrastra la otra; pero no emanan de un centro interior a él.
    – El niño, como el animal, no se siente «frente» al cosmos, sino que es trozo del cosmos. No tiene cámara ni «recámara». Por esta razón, su existencia parece exenta de centro radiante.
    – En realidad, niño y animal viven cósmicamente, y su centro es el mismo del cosmos, con quien maravillosamente coinciden.
    – Tal coincidencia del centro animal e infantil con el de la Naturaleza es el hecho biológico en que se realiza nuestra idea de «inocencia».
     
     
    2-  Opongamos a esta imagen de la vida pueril la del sabio tradicional
    – absorto en su elucubración. El «sabio» es casi espíritu puro. Piensa. Y su existencia meditabunda tampoco está en su mano. La persona del gran matemático —recuérdese la leyenda de Arquímedes— tiene algo de fenómeno elemental, ajeno a la individuación e «irresponsable» como lo son el fuego y el viento.
    – El sabio tampoco tiene en sí su propio centro de vida; también coincide con un centro sobreindividual: la Razón del Universo. El «sabio» es también inocente. El juego del niño y la tabla de logaritmos son igualmente «inocencias».
     
    3- Sólo el hombre en quien el alma se ha formado plenamente
    – posee un centro aparte y suyo, desde el cual vive sin coincidir con el cosmos.
    – ¡Dualidad terrible, antagonismo delicioso!
    – Ahí, el mundo que existe y opera desde su centro metafísico.
    – Aquí, yo, encerrado en el reducto de mi alma, «fuera del Universo», manando sentires y anhelos desde un centro que soy yo y no es del Universo.
    – Nos sentimos individuales merced a esta misteriosa excentricidad de nuestra alma.
    – Porque frente a la naturaleza y espíritu, alma es eso: vida excéntrica.
     
    4- Con el nacimiento del alma, alumbra el mágico hontanar
    – de los grandes deleites y las grandes angustias.
    – El mundo se hace incomparablemente sabroso sentido bajo esta nueva e individualísima perspectiva del yo excéntrico.
    – Porque el mundo del cuerpo y el del espíritu son relativamente abstractos y genéricos.
    – Pero los amores y odios dotan al cosmos de una topografía afectiva y le proporcionan modelado.
    (¿Se ha advertido la geometría sentimental que actúa en el hombre enamorado?)
    . El mundo mostrenco, igual para todos, se hace entonces «mi» mundo privado.
     
    5- Mas, por otra parte, cae el hombre prisionero de su alma.
    – La ciudadela, el hogar, son a la vez prisión y mazmorra. Quiéralo o no, tengo que ser yo, y sólo yo. Me siento desterrado del resto de las cosas y en una trágica secesión de la existencia unánime del Universo.
    – ¿Soy un tránsfuga del mundo o un arrojado de él? ¿No es el alma —en el sentido que aquí doy al término— el auténtico pecado original de que habla el Cristianismo?
    – Antes sólo había Paraíso, cuerpo y espíritu —coincidencia con el paisaje, que es por esto jardín, aunque sólo fuera campo—, coincidencia con los animales y hermandad con los astros: inocencia, en suma.
    – Mas, después del pecado. Adán y Eva hacen un gesto que para un psicólogo es inequívoco: se cubren. Como todo gesto tiene un origen simbólico y representa en figuras de espacio lo psíquico, cubrir el cuerpo equivale a separarlo del contorno, cerrarlo, prestarle intimidad.
    – A la intimidad y recinto excéntrico que es el alma corresponde ese gesto pudoroso. El hombre que siente la delicia de ser él mismo, siente a la vez que con ello comete un pecado y recibe un castigo.
    – Diríase que esa porción de realidad que es su alma, y que ha acotado irremediablemente para sí, la ha sustraído de modo fraudulento a la inmensa publicidad de natura y espíritu.
    – Queda así condenado, como Ugolino, a pesar eternamente sobre su presa, que es él mismo, y morderle sin descanso la cerviz.
     
    6- Todo hombre o mujer que llega a madurez
    – sintió en una hora ese gigante cansancio de vivir sobre sí mismo, de mantenerse a pulso sobre la existencia, parecido al odium professionis que acomete a los monjes en los cenobios.
    – Es como si al alma se le fatigasen los propios músculos y ambicionase reposar sobre algo que no sea ella misma, abandonarse, como una carga penosa al borde del camino.
    – No hay remedio, hay que seguir ruta adelante, hay que seguir siendo el que se es…
     
    – PERO SÍ, UN REMEDIO EXISTE, SÓLO UNO, PARA QUE EL ALMA DESCANSE: UN AMOR FERVIENTE A OTRA ALMA.
     
    – La mujer conoce mejor que el varón este maravilloso descanso, que consiste en ser arrebatada por otro ser. También aquí la imagen plástica de arrebato, de rapto, deja rezumar el sentido de la oculta realidad psicológica.
    – En el rapto, la ninfa galopa sobre el lomo del centauro; sus pies delicados no pisan el suelo, no se lleva a sí misma, va en otro.
    – Del mismo modo, el alma enamorada realiza la mágica empresa de transferir a otra alma su centro de gravedad, y esto, sin dejar de ser alma. Entonces reposa.
     
    – LA EXCENTRICIDAD ESENCIAL QUEDA EN UN PUNTO CORREGIDA:
    – hay, por lo menos, otro ser con cuyo centro coincide el nuestro.
    – Pues
     
    * ¿QUÉ ES AMOR SINO HACER DE OTRO NUESTRO CENTRO
    – Y FUNDIR NUESTRA PERSPECTIVA CON LA SUYA?

  • oscar varela

    GEOMETRÍA SENTIMENTAL
     
    Entre los muchos recuerdos y papeles que conservo de mi amigo A…, hallo éste, donde se alude a la geometría sentimental y puede corroborar lo antedicho a guisa de documento o corolario:
     
    1- «Hoy me he enterado de que Soledad se fue ayer de Madrid para una ausencia de varios días.
    – He tenido al punto la sensación de que Madrid se quedaba vacío y como exangüe. ¡Una impresión que han sentido todos los enamorados del mundo, pero no por eso menos extraña!
    – Madrid sigue igual, con sus mismas plazas y calles, el mismo rumor de tranvías y bocinas, la misma gente y el mismo tráfago; los mismos árboles en los jardines, y sobre los tejados, el mismo tránsito de nubes blancas y redondas que ayer y anteayer.
    – Sin embargo, todo eso parece haberse vaciado de sí mismo y conservar sólo su exterior, su careta. Lo que han perdido es una peculiar dimensión de realidad: perduran ante mis ojos y oídos; pero han dejado de existir para mi interés.
     
    2- »Ahora noto hasta qué punto mi amor a Soledad
    – irradiaba sobre toda la ciudad y toda mi vida en ella. Ahora advierto que aun las cosas más remotas, que menos parecían tener que ver con Soledad, habían adquirido una cualidad suplementaria en relación con ella, y que esa cualidad era para mí lo decisivo en cada una.
     
    3- »Los mismos atributos geométricos, topográficos, de Madrid han perdido toda vigencia.
    – Y es que hasta la geometría sólo es real cuando es sentimental. Antes tenía para mí esta ciudad un centro y una periferia.
    – El centro era la casa de Soledad; la periferia, todos aquellos sitios donde Soledad nunca aparecía, vago confín casi inexistente, como lo fue para los griegos la región sobre el Cáucaso que medrosamente titulaban “tierra de los Hiperbóreos“.
    – Unas cosas estaban cerca y otras lejos, según su distancia del lugar donde yo esperaba ver a la dulce criatura. A veces estas medidas parecían inversas de las que un agrimensor hubiera abstractamente calculado.
    – Cuando yo estaba seguro de que iba a hallar en algún punto a Soledad,
    – un camino largo hasta ella era para mí la más corta distancia, y en cambio, un breve trecho recorrido sin la esperanza de hallar a su cabo la suave piel mate de Soledad era una distancia interplanetaria.
     
    4- »Asimismo, las personas se me presentaban con un perfil minuciosamente diferenciado, consistente en una línea expresiva de su relación con Soledad. Este era su amigo, y acaso venía de verla, lo cual le dotaba a mis ojos de un divino prestigio, que casi se concretaba en una extraña aura o luz dorada en torno a su persona.
    – (Lo mismo he notado en los paisajes donde ha vivido Soledad: se impregnaban siempre de una mágica sonrisa dorada, como de sol poniente en estío, suave fotosfera que parecía emanar deliciosamente de todas las cosas).
    – Aquél me ha hablado una vez de ella; por tanto, existe en él su imagen, y le veo pasar siempre como un ser ungido, como un bajel que llevase en la bodega una reliquia irradiando taumaturgia. Esta mujer es la que encuentro en tal calle cuando voy a ver a Soledad, y aquélla veranea en la misma población o tiene un sombrero parecido. ¡Este dulce drama, de circuito corto, que nos proporcionan las mujeres parecidas, sobre todo de espaldas, a la mujer que amamos!
    – “¡Parece que es ella!”, y nuestro corazón, da un brinco, concentrando sus fluidos de emoción para lanzarlos como gases asfixiantes hacia Soledad y formar bajo sus pies la nube donde caminan los dioses de Hornero y las mujeres amadas.
    – Pero no; fue un error, es otra, y hay que ir dando salida poco a poco, en pura pérdida, a la fluencia sentimental que habíamos acumulado, como hace el freno de vapor en los trenes.
     
    5- »Imposible enumerar la variadísima cantidad de notas, matices y emblemas
    – que sobre personas innumerables arroja como reflejos el solo ser de Soledad.
    – Ahora percibo hasta qué punto era el centro auténtico de gravitación a que todas las cosas se inclinaban, el centro de su realidad para mí.
    – Y yo me orientaba materialmente, sin necesidad de señales externas, por un más o menos de tensión íntima que en mí hallaba.
    – Al andar sabía si mis pasos me llevaban hacia ella o me alejaban, como la piedra, sin ojos, debe de sentir en el aire su curva trayectoria al sentir la atracción de la tierra que tira más o menos de su materia.
     
    6- »Viceversa: la ciudad donde sé que está ahora —ayer indiferente—
    – comienza a adquirir el más sugestivo modelado. Es un esquema cuyas líneas comenzasen a palpitar. Es una estatua de sal que volviese a ser de carne. Todo, en fin, parece trastrocar su ordenación e irse articulando en el sentido y bajo el influjo del nuevo centro geométrico de atracción sentimental…»

  • ana rodrigo

    Discrepo en dos cosas: una que en nuestro mundo o nuestro tiempo, hay amor y lo contrario igual que en todos los tiempos, no somos ni mejores ni peores. Cierto es que las posibilidades de comunicación y de organizaciones sociales, dan como resultado, desde organizaciones delictivas, hasta una inmensidad de organizaciones solidarias y entrega, luchando por un mundo mejor, como nunca se han dado en la historia, que solamente existían las religiones y…, no siempre han estado a la altura de lo que predicaban.

    Y dos, el amor es el amor y lo contrario, no es amor.

    Ahora bien, si hablamos de relaciones interpersonales, convivencia o coexistencia, sí se puede producir lo uno y lo contrario alternativamente, no simultáneamente, puede haber momentos de amor de verdad y pueden vivirse situaciones y relaciones en los que el amor brilla por su ausencia.

    No es menos cierto que en ocasiones llamamos amor a lo que no es otra cosa que egoísmo o intereses personales o enamoramiento, por mera confusión y que puede hacer mucho daño autoengañándonos.

    Pablo de Tarso nos lo define bastante bien en la Primera carta a los Corintios, aunque la sicología matizaría bastantes cosas especialmente en la vida de pareja. Por ejemplo, muchas mujeres han sido asesinadas por sus parejas por  vivir aspectos de lo que dice Pablo. de que el amor todo lo aguanta y todo lo soporta, y por compasión, por pena aguantan y aguantan, por bondad, porque creen que eso es amar y, posiblemente lo sea, pero…. Hoy conocemos la cuarta mujer asesinada en menos de un sólo mes del año, y no había denunciado.

    El amor es la mejor experiencia del ser humano, pero, como es relación con el otro o la otra, no es una cuestión simple, es tan compleja como lo somos los seres humanos, pero siempre situando cada cosa en su sitio sin confundir amor bueno y amor malo, porque si es malo, no es amor.