Dice el dicho popular (ya se sabe, vox populi, vox Dei) que Dios ara derecho con surcos torcidos. Y el surco torcido hoy es Vox.
Está el universo de los medios llenos de aspavientos y condenas, pero yo creo que es una muy buena noticia los 54 escaños de Vox.
En primer lugar porque es llevar a la política la realidad de la sociedad española, donde el voto de ultraderecha estaba oculto dentro del PP y como no era visible parecía que no existía. El gran mérito de Aznar fue ese, el de meter dentro de la derecha el voto del franquismo residual y el PP ha seguido utilizando esos votos para gobernar muchos años. De ahí su tradicional resistencia a condenar la dictadura. Pero esto que tanto asusta tiene sus efectos beneficiosos, como se verá.
El más llamativo es que si Vox no hubiera existido, el PP hubiera obtenido mayoría absoluta, y eso sí queeraparallorar.
La aparición de Vox va a condicionar y mucho el problema catalán, porque los indepes ya no podrán llamar facha más que a los fachas y espero que tomen conciencia de que son más brutos que ellos. En buena parte, el nacionalismo radical catalán ha despertado al nacionalismo radical españolista y éstos no se andan con tribunales y otras pérdidas de tiempo, porque lo suyo es el paredón, que para eso está la historia, para que se sepa.
Al PP se le pone crudo el futuro, porque Vox aún tiene posibilidad de aumentar sus votos hasta conseguir unos veinte diputados más, lo que hará que laspolíticas duras del PP se ablanden notoriamente.
Y, finalmente, las posibilidades de formar un gobierno casi progresista con cuatro o seis partidos distintos son grandes. Es que, ya se sabe, el miedo guarda la viña.
De lo poco sensato que he leido, un gran placer Juan García ver coincidencia en tus análisis.
¡Felices vosotras y todos aquellos que en estos últimos cuarenta años no habéis sentido el fétido aliento del fascismo en el cogote!
¿Qué no? Yo nací en el 42 y me han hecho tragar y me inocularon fascismos por todas partes. Lo que pasa que, como dice Ortiz en la rebeldía personal, estos últimos cuarenta años, me lo he tenido que currar mucho para salir de semejante lodazal.
Después de mi pesimismo estos días, puedo confesar que el preacuerdo de Sánchez e Iglesias, me ha dado un respiro. A ver qué hacen los otros partidos. Este país necesita un gobierno de forma urgente.
Como dijo, creo, Juan Pablo II en Auswitch, dónde estaba Dios. Dios hizo lo que tenía que hacer que es poner en marcha dentro del cosmos a seres inteligentes y libres.
El problema no es que VOX haya estado camuflado durante décadas en el PP, o que haya sacado 52 escaños, el problema es que haya en España 3.600.000 (votantes de VOX) españoles que odien a los extranjeros pobres y adoren a los ricos, que utilicen niños, los menas, para hacer crear odio contra niños sin nadie que proteja sus derechos y los utilicen en campañas electorales, que nieguen que hay violencia de género con más de 50 mujeres asesinadas este año, que generen odio contra quienes no piensan como ellos, que provoquen violencia contra los homosexuales y emigrantes adultos, que quieran hacer un sinfín de cosas anticonstitucionales, etc. etc. Este es el problema.
El comportamiento de grupos independentistas, alentados por Torra y otras figuras importantes de Cataluña, tienen mucha responsabilidad en fomentar el españolismo como valor absoluto y el enfrentamiento entre los dos extremos.
¿Que va a salir un gobierno progresista con este panorama? ¿O un revuelto de cabezas pensantes en diferentes direcciones? Que si vamos a terceras elecciones será el fin de la izquierda por muchas décadas, me tiene deprimida sólo de pensarlo.
Pedro Sánchez ha reconocido su equivocación, ¡a buenas horas mangas verdes! Que se equivocaba lo vimos muchos millones de personas solamente utilizando el sentido común. Mientras tanto Sánchez ha perdido credibilidad y autoridad por haber sido tan torpe. Y con tanta torpeza, a mí me da poca confianza para que ahora haga las cosas mejor. Ojalá me equivoque.
Los 3.600.000 españoles que han votado a Vox no han salido de la nada, estaban ahí desde antes de la transición, pesando como plomo en toda la política española. Lo sano es que ahora la gente toma conciencia del problema y ya están los listos calentándose la cabeza a ver cómo se les para o se les controla. Y esto me parece mucho mejor que la cansina cantinela de la perfección de la transición, que es verdad que fue perfecta precisamente para los hoy votantes de Vox, pero que fue una “jodienda” para la izquierda y las clases populares en general. Un beso.
Gracias, Juan García, independientemente de dónde hayan salido, el problema es que son demasiada gente por la calle con el odio en las venas.
Por supuesto que estaban dentro, pero contenidos. No es lo mismo un perrazo de esos grandes con bozal que suelto.
De todas maneras creo que ha servido de revulsivo y aquí ya hay un principio de acuerdo.
Uf.
Porque Alá es , a veces, grande y misericordioso.
Pues no sé yo… como soy de las que piensan que dios no escribe , pues estoy superpreocupada. Lo cierto es que lo han votado. Y, uf.
Perdón. No ara. Aramos las personas.
¡Gracias Juan, certero como la vida misma!
Gracias.
¡Vaya! coincidimos hasta en los matices.
Si la legislatura es corta vamos a unas constituyentes.