— La vida tiene un sentido: acribillado por el sinsentido.
— La muerte como verdad conocida in extremis: demasiado tarde.
— Amigo cuídate: es una forma de cuidarme.
— Yo creo en el amor: porque nos hace sensibles, abiertos y felices, porque nos hace humanos o humaniza.
— La idea de que el amor crea el alma: porque el alma es aferencia de sentido.
— Viva la muerte puede ser un mal grito fascista o fascistoide: pero puede ser un buen grito místico o misticoide.
— Viva la muerte: como trascendencia inmanente.
— El temor de la existencia a su dexistencia: el temblor de morir malamente.
— La misma vida que se sacraliza lo va desacralizando todo a su paso abrupto: la misma vida que se sacraliza se va desacralizando mundanalmente.
— He visto en la vida cosas espeluznantes: que me atañen tanto a mi como a otros.
— Todos nuestros famosos sonriendo alegres ante las cámaras de la televida: y llorando detrás si son normales, es decir, mortales.
— (Antiamén) Así es pero que no sea: nuestra realidad.
— Los amigos son tan viejos como yo: nadie sabe ya qué hacer con su alma en pena y su cuerpo penalizado.
— En la vejez te ves rodeado de vejez, decrepitud y enfermedad: decadencia de todos y de todo.
— De viejo vivo y escribo decadente: en parte reactivo, en parte divertido, en parte partido.
— Ando debatiéndome enfermizamente: encarecida y encarnozadamente.
— Cuidado con eufemizar la realidad en plan mejorativo o meliorativo ideal: prefiero simbolizarla cautamente.
— La vida es trama, la vida es drama, la vida es trauma: pero aún hay gente que no lo sabe, y se enfada si se lo dices.
— O tempora, o mores: hemos perdido el tiempo y los modos.
— Antes de que la vida se me vaya: quiero venir a verte, amor lejano.
— El español parece dominado por la vocal o, el francés por la e, el italiano por la i y el portugués por la u: el alemán suena consonante en a, mientras el inglés suena gutural sin más.
— El inglés como idioma global abstractoide: el español como idioma comunitario hispanoamericano.
— Jaime Rhodes ve en España un sentimiento comunitario ausente en otras partes.
— Yo solo soy yo cuando estoy solo, decía M.Hernández: pero para cambiar y ser también otro hay que estar con otro.
— El consistorio consiste en ajuntarse o ayuntarse en el ajuntamiento o ayuntamiento.
— Estamos en verano, para que no se ofendan: este es un país de melones, perdón, y sandías.
— Desbancar a los bancos y banqueros: repugnantes y crueles, insolidarios.
— Ironías de la vida: los iraníes islámicos prosiguen con el programa nuclear del Shah de Persia, inspirado por Estados Unidos.
— El amor lo es casi todo: a pesar de casi todo.
— La gracia la de Dios cuando la da o la hay: la nuestra poca y dura poco.
— Goethe el presunto feliz: resulta que lo fue escasamente.
— El amor se paga con su propio dolor: como el parto pro-creador.
— No quiero escribir, pero me sale del alma con amor y cierto dolor: quizás lo paga el lector, pero hoy apenas si se lee, así que es un acto de libertad, liberación y cierto libertinaje siquiera camuflado.
— He tenido que nadar y guardar la ropa, claro, de lo contrario no me hubiera hundido, pero me hubieran hundido: de esta guisa refloto entre los hunos y los hotros en un espacio ingrávido.
— (Desahuciado) Si Dios existiera, otro gallo nos cantaría.
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Vivir la vida en la vejez y en la cercanía de la propia muerte y la de los próximos, puede llevar a verlo todo con lentes pesimistas. Ver el mundo y las personas que rodean la vejez, todo y todos en decrepitud y decadencia, el amor como dolor, la vida como trauma y drama, la muerte cercana como fracaso rotundo y definitivo final, sin salida, … Pero esta visión pesimista es colocar todo el peso en un plato de la balanza y sin nada que lo contrarreste, con lo cual se pierde el equilibrio, la armonía y la paz, tan necesarias para vivir una vida valiosa, también en la vejez. No hablo de enfermedad y sufrimiento físico o psíquico que la acompaña, que es otro tema, pues puede darse y se da también en cualquier otro momento de la vida, sino de una vejez sana y activa.
Andrés Ortiz termina esta entrega con: “Si Dios existiese otro gallo nos cantaría” y Oscar Varela apostilla: “¿cuál?” No sé si Andrés Ortiz nos dirá en una nueva entrega qué es lo que el gallo cantaría … Yo creo que si Dios existiese podría contrarrestar con exceso el peso del pesimismo en la vejez en el otro plato de la balanza. Yo no sé ni creo que pueda saber si Dios existe o no, pero sí puedo apostar por su existencia, porque me vale la pena vivir una vejez cercana (tengo 72 años y para nada me considero viejo) en paz y armonía, compensando con optimismo el posible pesimismo con el que muchos la afrontan. Y es que en realidad el haber llegado a la vejez es una victoria de la vida, pues son muchos los que no llegan a ella. Sea como fuere los viejos y viejas “han sabido” conservar su vida y tirar “palante”. ¿Por qué no en la vejez? quizás dependiendo de cómo se plantee puede ser una vida muy interesante y valiosa, dando mucho de sí y a menudo más y mejor que la de muchos jóvenes. Mi vida de jubilado es más intensa y mejor que la laboral de antes, y pienso seguirla intensificando hasta que el cuerpo aguante.
Y es que apostando por Dios se llena la vida de fe y confianza, se abre el futuro todo el futuro a la esperanza, y también impulsa a no quedar aislado ensimismado en los problemas propios supuestamente producidos por la vejez, sino a la apertura hacia los demás y al amor, pues el amor a Dios es amor al prójimo. ¿Por qué perder la ilusión, los proyectos de vida? Si el tiempo apremia como es el caso, pues las cosas hay que hacerlas ya o se quedarán sin hacer. Y es una lástima que los demás se pierdan lo que les podemos aportar los mayores, sea lo que sea.
“No quiero escribir, pero me sale del alma con amor y cierto dolor: quizás lo paga el lector, pero hoy apenas si se lee, así que es un acto de libertad, liberación y cierto libertinaje siquiera camuflado”.
La libertad en la liberación se tornan una sola cosa, se dejan flexibilizar al máximo, depende de cada quien, y algo de ello asoman al intuirse y realizarse en infinidad de formas.
Muchas grcias, Andrés.
EL BUEN CONSEJO
En aquel buen tiempo de los consejos paternos, decíale la madre al hijo mozo:
—… y
cuando elijas mujer, no te fijes tanto en que sea linda, porque la belleza dura
poco … .
Y
respondió el muchacho:
—De acuerdo, madre. Pero la fealdad, no se acaba nunca.
AVISO
Un gran obstáculo para la dicha es
esperarla demasiado grande.
PRINCIPIO Y FIN
La protagonista de cierta encantadora comedia –“Una visita de bodas”– explica así el principio y el fin de su amor:
-“Me aburría, por eso empezó”-
Y, luego …
“me aburría: por eso terminó”.
DEFINICIÓN DEL PIROPO
El buen piropo es un bombón
que se come con el oído.
VIEJOS REFRANES
El soltero es un león,
el novio un pavo y
el marido un asno.
No soy hombre
Soy un logaritmo no resuelto,
una hipótesis sin consecuencia{
una cantidad sin vuelto,
un ente sin esencia.
En el proceso de la Creación,
un problema sin solución.
Y aunque pienso, como y visto,
no me hables ni me escuches:
Yo no existo.
— (Desahuciado) Si Dios existiera, otro gallo nos cantaría.
¿Cuál?
https://www.youtube.com/watch?v=DK4wD6vi5xs