Artículo publicado por Juan Masiá, en su blog de Religión Digital
Navidad y Año Nuevo se abrazan: son Pascuas. Una universitaria japonesa -bautizada católica en el último curso de su bachillerato en colegio rellgioso- pregunta : – ¿Cómo sabemos que el 25 de diciembre es el cumpleaños del Niño Jesús? (Si se hubiera educado en el parvulario budista quizás preguntaría si el 8 de abril es el cumpleaños de Buda)
Aclarémonos, no celebramos una fecha de cumpleaños, sino un sentido admirable de nacer y vivir para dar vida. La alumna que buscaba pruebas de una fecha conocía las genealogías de Mateo y Lucas, pero le faltaba hermenéutica. Para empeorar la cuestión oyó decir a un predicador fundamentalista que “Navidad es cristiana, Año Nuevo sintoista, Abril budista y fiestas de invierno a primavera son para el mundo laico del consumo”…
Por eso preguntó, fingiendo ingenuidad: ¿Cómo debo felicitar mejor las fiestas, con christmas navideños o con las postales japonesas (nenga) ?
-Pues precisamente ayudan los nenga a recordar el abrazo de la Navidad con el Año Nuevo, porque el Año Nuevo oriental ayuda a redescubrir raíces pre-cristianas de la Pascua. Se quejaban algunos por la pérdida de símbolos visibles navideños y protestaban otros por el árbol de Noel en el Vaticano. Pero la historia recuerda orígenes ancestrales de solemnidades religiosas en festivales autóctonos. La Navidad “bautizó” las fiestas del solsticio de invierno -paso de tinieblas a luz- y la Pascua las de primavera: de muerte a vida.
En japonés, el uno de enero es Shin-shun, que significa”Nueva Primavera”. Ya en diciembre, la caída de las últimas hojas del cerezo se solapa con la aparición de los primeros botones que luego, en abril,se abrirán en floración, deslumbrando por su blancura. Empieza el tránsito, pascua o paso de invierno a primavera justamente esos días de fin y comienzo de año.
El Año Nuevo oriental nos recuerda que Navidad y Resurrección concuerdan como Pascuas de Primavera para celebrar el nacer y renacer que transforma vida en eternidad,
Navidad y Año Nuevo son Epifanía de la Vida. “La buena noticia es que hay Vida desde siempre en la Fuente de la Vida; os anunciamos la vida que se manifestó en Jesús” ( 1Jn 1-4)… Esa Fuente de Vida no la ha visto nadie, pero Jesús nos mostró su rostro y la interpretó (Jn 1, 18); os lo contamos para que os fiéis de Él y os dejéis dar vida (Jn 20, 31).
Tiene mucho sentido decir en español “felices Pascuas” y llamar Pascuas a esta temporada de Navidad y Epifanía, comienzo primaveral que culminará en abril con una explosión de vida. De las Pascuas a la Pascua, el tema central la Epifanía de la Vida.
Esta fue la solemnidad cristiana más antigua; ya en el siglo II, era el Bautismo de Jesús en el Jordán, manifestación de la Vida; siguió el recuerdo de los peregrinos de Oriente: unos caminantes capaces de andar a oscuras siguiendo una estrella.
Fiestas de primavera o de otoño; las religiones interpretan y socializan, con su propio lenguaje, el curso natural de la vida. Vida y muerte, bien y mal, amor y egoísmo; esta es la amalgama que encuentra nuestra libertad para moldear nuestra imagen.
Pues me la voy a cargar por esto. Pero desde que lei su artículo…no lo puedo resistir. Y me quedo tranquila. Punto.
Si es usted quién creo que es, la casa de mis padres, en la alberca, estaba a unos cinco metros, como mucho, de la de un primo o prima suya.Nunca lo supe. Esquina turbintos con calle de la paz. Si es quien creo que es, sabe de lo que le hablo . Mi casa se tuvo que retranquear para que el autobûs pudiese tomar la curva. Y si no, pues estoy equivocada. No será la primera vez.
Precioso lugar.
Hace muuuuuucho tiempo que le quiero decir una cosa. Y me lo ha puesto muy fácil. Atrio es como mi casa, hasta que Antonio Duato me ponga límites.
Le echo de menos. A usted y a otros como usted. Como al señor Castillo. No puedo entender qué les ha sucedido. O si.
Quiero que sepa que cuando aquel libro que presento y el presentador hizo una presentación impresentada tuvo usted todo mi insignificante apoyo. Todo.
Pero las cosas han cambiado mucho.
Les echo de menos. Siguen escribiendo, pero ya no son los mismos. Neruda tenía razón.
Que le vaya muy bien en Japøn. Por aquí, en Europa, seguimos igual, pero con otro collares.
Me ha hecho ilusión leer que el nacimiento de Buda es el ocho de abril. También nací ese día. A lo mejor es una señal para que piense en el budismo más en serio. Pero no creo, nacį una día del entierro de la sardina, poco me han tomado el pelo mis hermanos diciéndome que me tiraron desde una carroza a mi casa y mis padres me recogieron. Más murcianica no se puede ser. De los de antes.
Si es usted quién creo que es, entenderá todo el texto. Y si no lo es, quédese con la idea principal. Echo de menos determinadas voces en la iglesia.
Pero bueno, las cosas cambian.
Un saludo cordial.