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Teología para burgueses

Este texto de Carlos, atrevido en la polémica contra nuevas maneras de entender el cristianismo sin intervención milagrosa de Dios, puede ser útil para desentrañar el “dogma” de que María fue concebida sin pecado. ¿Y acaso todos los demás humanos no nacen sin pecado? ¿Es que para ser católico hay que creer, contra el evangelio, que el pecado se trasmite de padres a hijos por la concepción? AD.

        En 1980 Johann Baptist Metz, uno de los pocos grandes teólogos vivos, escribió una obra titulada Más allá de la religión burguesa. Criticaba con este apelativo una teología que había posibilitado el mirar para otro lado cuando se estaba produciendo el holocausto nazi.

        Es mi opinión, que quiero argumentar en estas líneas, que, bajo formas diferentes, vuelve a invadirnos y amenazarnos esa religión burguesa, no de mano de autores conservadores sino de teólogos supuestamente progresistas.

        Decía Metz en una antigua entrevista en El País, que se cultiva entre nosotros una cultura heredada del Renacimiento y la Ilustración, “que dice ser una concepción postreligiosa del hombre. Es una imagen faústico-prometeica, ajena a toda melancolía, dolor y culpa, amor y muerte”.

        Quiero copiar como ejemplo –podría traer muchos semejantes– un texto de fray Marcos, una de las voces más escuchadas en los márgenes de la Iglesia:

“…no necesitaríamos un Ser supremo que nos quite lo que no nos gusta y nos dé todo aquello que creemos necesitar y no tenemos. Tú lo eres todo. Estás ya en la plenitud de ser y puedes vivir lo absoluto que hay en ti.

        No tienes que esperar ninguna salvación que te venga de fuera, porque ahora mismo estás absolutamente salvado. La plenitud está en ti y estás ya totalmente en ella. Solo tienes que tomar conciencia de lo que eres y vivirlo. Todo está en ti en el momento presente. Nadie te puede añadir nada ni quitar nada de lo que te es esencial. En ningún momento futuro tendrás más posibilidades de ser tú mismo que en este precioso instante. Eres ya uno con todo en el instante presente y no hay ningún otro instante que pueda añadir nada a lo que ya eres”.

        En la misma línea va la convicción, muchas veces repetida en esa teología, de que no tiene ninguna importancia que Jesús haya o no resucitado. Nos basta con su vida y su espíritu.

“Sabemos que la verdadera Vida de Jesús no puede ser afectada por la muerte y por lo tanto, no cabe en ella ninguna resurrección. Pero con relación a la muerte biológica, no tiene sentido la resurrección, porque no añadiría nada al ser de Jesús”.

        Muchas veces me he preguntado cómo es posible que se siga evocando la figura de Napoleón como una de las señeras el siglo XIX y nadie tenga un recuerdo para los cuatro millones de muertes que causaron sus sueños megalómanos. Cómo es posible que todos los visitantes admiren los Inválidos sin dedicar un sólo pensamiento a los desgraciados que dieron nombre al monumento.

        Pues pasando de la historia a la teología que critico, me parece inaudito que nunca en ella se haga mención de las víctimas. Es una teología para gente de clase media, con un buen pasar, satisfecha de sí misma. ¿Valen de igual modo los textos citados para una prostituta en manos de la mafia, para un niño vendido como esclavo, para un deficiente profundo, para la madre de quien sufre una enfermedad rara y sin salida, para el que lleva años esperando en la valla de cualquier frontera, para quien vive, sin futuro alguno, en un campo de refugiados…? Metz apunta con toda razón que esa teología burguesa es de nuevo el opio del pueblo, pero ahora de un pueblo con dinero y sin problemas.

        No es éste el lugar de hacer un repaso a los textos de Pablo, a su convicción de que en la fe estamos salvados, pero a la vez su experiencia de que lo estamos en esperanza, de que llevamos ese tesoro en vasos de barro y de que si Jesús no ha resucitado somos los más desgraciados de los hombres. Ese repaso podría hacerse, pero en el contexto en que escribo me basta con señalar y lamentar la ausencia de las víctimas en el discurso de esta teología que es, para mí, una teología burguesa.

        Retomando un camino que abrió Walter Benjamin, las diferentes teologías políticas se han colocado en el punto de vista de las víctimas, del sufrimiento. Piénsese en la “Memoria passionis” del ya citado Metz y su convencimiento que toda otra perspectiva carece de interés salvo para sus usuarios.

        Es una teología tan satisfecha que ni siquiera necesita un Dios. Ya fray Marcos repite una y otra vez que si pensamos en uno fuera de nosotros nos estamos refiriendo a un ídolo. Qué lejos de la última reflexión en la vida de alguien ten poco creyente como Heidegger, para quien, finalmente, “sólo un Dios puede salvarnos”. Claro está, si es que estamos necesitados de salvación.

14 comentarios

  • Es que a lo mejor no entiendo bien esto del cristianismo.

    Para mí manera de ver, Jesús llama a la justicia social básicamente. Pero se da la circunstancia de que era una persona profundamente religiosa. Por aquel entonces, me da la sensación, todo se relacionaba con la religión y con un dios. Los romanos tenían los suyos , el emperador tenia un trato similar a un dios, en fin. Y los judíos tenían el suyo. Además, toda su actividad giraba alrededor de la religión. Me refiero a los judíos, que no a los romanos.

    Y aparece Jesús. Hombre de su época. Profundamente religioso, supongo que no podía ser de otra forma. Y para mí que era un hombre reflexivo y observador. Con un carácter  digamos fuerte, y con unas circunstancias personales , pues no fáciles. Ya mayor parece ser que conoce a Juan Bautista , se juntan muchas cosas en su cabeza y al final toma una decisión: esto tiene que cambiar, podemos hacerlo. Dios está de nuestra parte. Le tenemos que perder el miedo . No es cierto ese dios que nos dicen. Dios no se dedica a castigar y a apuntar todo lo malo . Dios es como debería de ser un padre. Un padre amoroso. No puede ser de otra forma. El mio, desde luego no lo es. Está en contra de la injusticia, de todo tipo de injusticia. Pero tenemos que ser nosotros los que cambiemos este desastre. Nosotros. Dios nos ayudará.

    Y…

    Así concibo el movimiento de Jesús.

    Mi dios es el suyo? Pues no . Veinte siglos después es imposible tener la misma idea. Ha habido muchos descubrimientos, muchas investigaciones. Nuestra idea del cosmos ha cambiado. Ahora le llamamos universo. Dios ya no puede estar arriba, en el cielo, porque no hay arriba ni abajo. La tierra ha resultado ser prácticamente esférica.

    Eso anula el movimiento de Jesús? En absoluto. Su mensaje será eterno. Es una de esas personas que de repente da la historia y que nos hace avanzar. Es que lo adoro.

    Pero mi dios no coincide con el suyo.

    Soy por ello una burguesa dicho en la peor acepción de la palabra? Pues miren ustedes, no sé cómo decirles. Respecto profundamente las creencias de cada persona. Profundamente. Me gustaría que se respetasen las mias. Pero vamos, tampoco es algo que me quite el sueño. Si algo he aprendido es que la verdad en cuanto a eso que llamamos Dios, no la tiene nadie

    Y que no me consideren auténtica cristiana, eso ya …

    En fin . Mi visión íntima y personal, como la película.

    Buen dia a todos, especialmente a los burgueses como yo, satisfechos de ellos mismos.

     

     

     

  • ana rodrigo

     
    En cuestiones teológicas solemos encontrarnos con el problema de hablar distintos lenguajes, utilizar distintos conceptos y tener diferentes creencias. Por ejemplo, la palabra Dios puede significar para según quien un Padre, un ser todopoderoso y misericordioso a la vez, omnipresente, un ente masculino, o masculino y femenino a la vez, al igual que tres personas en una, que decide desde fuera de nosotros, que nos juzga, que nos salva o nos condena eternamente, nos ayuda en lo que nos sale bien, pero no se sabe quien permite el sufrimiento, etc. etc. Para otros es lo que sostiene la esencia de lo existente, “lo” impulsor o creador del cosmos, etc.
     
    Si hablamos de salvación, nos ocurre lo mismo; salvación del pecado, ¿de qué pecado?, ¿nos da una vida eterna feliz?, ¿nos libra del mal? ¿Nos libra del sufrimiento?
     
    Después está la religión, el Cristianismo, que ha moldeado el mensaje de Jesús pensado para los marginados y pobres, para adaptarlo a quienes ante todo creen en un Dios que los ha bendecido porque tienen todo lo que necesitan, o para los resignados que creen que Dios los va a premiar en la otra vida.
     
    Eso sí, desde el Vaticano, el almacén más grande del mundo de riqueza (el arte acumulado en sus museos no se puede valorar monetariamente), y la mayor exhibición de boato y  desde donde todos los Papas hablan mucho de los pobres y de las víctimas, pero…., la teología no está hecha pensando en ellos, ni la Iglesia se desprende de tanta riqueza acumulada en cada templo del mundo para ser pobre.
     
    Estoy de acuerdo con Carlos, pero desde otra perspectiva.
     

  • M.Luisa

    La terra es torna cel quan es perd la por!

    La tierra se vuelve cielo cuando se pierde el miedo!

    Pau Casals

  • Madre mía.

    Soy una burguesa a tope.

    Pero tengo que añadir algo. Dios, el mío al menos, está dentro de mí. Y fuera. Está presente en cada rincón del universo y se da la circunstancia de que soy un rinconcico pequeeeeeeeño del universo.

    Y no me puede salvar, me tengo que salvar yo misma, con la ayuda de todos ustedes, con la de mis amigos, con la de la sociedad entera. Porque como entremos en ese dios Salvador que me han trasmitido, es que me hago atea.

    Y sí se dedican momentos a pensar en las víctimas.

    Y no quiero seguir hablando.

    Es que no lo he tenido que leer. Es que lo sabía

     

  • Juan García Caselles

    La teología burguesa es posible porque parte de una herejía que está presente en nuestras sociedades. Me refiero al deismo, a la creencia en un dios lejano, que anda por allá arriba y que, a lo mejor, creó el mundo, pero que lo deja ir a su aire, lo que es imprescindible para que el capitalismo funcione adecuadamente, de forma que somos los humanos los que hacemos (y tenemos el deber de hacer) la historia.

    Y es herejía porque es radicalmente opuesta al Padre amoroso de Jesús el nazareno.

    Con un Padre inexistente o inoperante  (al menos en la práctica) los poderosos pueden imponer su moral de triunfadores, soltarnos aquello de que una cosa es predicar y otra dar trigo, y que su trigo es lo importante, le cueste lo que les cueste a los desheredados del mundo.

    Pero yo sé que los que cambian el mundo son los que necesitan cambiarlo, y, por ejemplo, las dos cosas que en nuestra presencia están cambiando todo no son la técnica y el poder, sino la emigración y el feminismo. Y por ahí, en presencia del espíritu, va avanzando la historia, no en progreso, sino en justicia y en verdad. Así Dios me oiga.

  • Alberto Revuelta

    Pues servidor piensa como Carlos. O la reflexión sobre el Eterno se hace con las entrañas nuestras arañadas por los sufridores de la historia humana o hay que irse con Spinoza a una naturaleza ciega que le importa todo nada. Pero ex nihilo nihil fit (perdón Carmen, es sin mala uva). Lo he escrito ya, y lo repito ahora: adoro, en silencio eso sí, a Jesús muerto en la cruz y le vivo viviente en mi vida y en la sociedad en que trabajo. ¿Suerte?. Ya lo escribió Bernanos, “Todo es gracia”.

    • Me da lo mismo. Sé que es usted cartagenero… No se preocupe. Me encanta las anchoas y los boquerones.
      Pero a mí me gusta Spinoza.
      De todo tiene que haber. No?
      Un saludo cordial a todos.

      • Alberto Revuelta

        Perdón, Carmen. Mi madre que en gloria éste decía que nosotros somos de La Unión, no cartageneros. Buen día de la Inmaculada.

      • Lo siento, estaba convencida de que la Unión era de Cartagena.
        A lo mejor es de la comunidad valenciana
        Ayer oí su presidente decir que Miguel Hernández era un poeta enooooooooorme que había dado esa comunidad. Me sentó fatal. Para los mí que Orihuela es pura Murcia. Pues resulta que no.
        La verdad, no sé quién me enseñó geografía.
        O cómo la aprendí, que todo puede pasar.
        Pero que es pura huerta murciana, eso va a misa.

  • Gonzalo Haya

    La teología, o más bien la pastoral de fray Marcos es solamente una tendencia minoritaria que quiere destacar el amor de Dios como reacción a la angustia de muchas personas de cierta edad por la tremendista formación en su época. Por el contrario, la tendencia mayoritaria en las teologías progresistas se centra en los crucificados de la historia. La referencia a un Dios interno no niega a un Dios  que nos excede; la trascendencia no niega la inmanencia.

  • Uf, el título del artículo me quitan las ganas de leerlo. Si lo hubiera puesto en latín como el señor Revuelta hace a veces, o en griego, o en arameo o en sánscrito… Pues lo habría leído. Suelo leer lo que publican en Atrio todas las mañanas.

    Pero prefiero irme a pasear. No vean el día que hace en mi playa.

    Feliz día a todos.

  • Antonio Rejas

    “solo un Dios puede salvarnos”, palabras de Heidegger citadas en el último párrafo. Y seguidamente el autor del artículo añade “claro está, si es que estamos necesitados de salvación”.  Entiendo que esta oración condicional pone en duda nuestra necesidad de salvación. No quiero opinar sobre esta cuestión por carecer de formación teológica para ello. No obstante, pienso que si no estamos necesitados de salvación es porque estamos salvados o es innecesaria tal salvación.

    No sé si esto es aplicable a todos los seres humanos en general. Si fuera así, tendría que admitir mi error en la interpretación que yo hago de los conceptos salvación y condenación.