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¿Podemos esperar un mundo mejor?

           El pasado 11 de noviembre, en muchas capitales europeas se celebró solemnemente el centenario del final de la Primera Guerra Mundial. La ceremonia más fastuosa, con asistencia de cerca de 70 gobernantes mundiales, tuvo lugar en París bajo al Arco del Triunfo, construido por orden de Napoleón Bonaparte para conmemorar la victoria del imperio francés en la batalla de Austerlitz (1805) contra el imperio austro-húngaro y el imperio ruso. “Volveréis a casa bajo arcos triunfales”, había prometido Napoleón a sus soldados supervivientes. Pobre consuelo, pues también ellos habían sido derrotados. Emperadores, imperios, guerras y más guerras, vencedores y vencidos, los vencedores vencidos. Pobre historia humana.

        En la Primera Guerra Mundial perdieron la vida 10 millones de combatientes y 7 millones de civiles. Todos los Arcos de Triunfo son una farsa, monumentos de la estupidez humana. Las guerras las perdieron todos. Y quienes pensaron que el armisticio significaría la paz se equivocaron. A los 21 años de aquel “cese de armas”, en la misma Europa tan ilustrada se desencadenó otra guerra mucho más mortífera todavía: entre 50 y 100 millones de muertos (nadie sabe ni contarlos). Y luego siguieron muchas más guerras, casi siempre fuera de Europa, pero no sin Europa de por medio.

        La historia de los últimos 100 años parece cerrar toda puerta a la esperanza, al igual que el desolador panorama del mundo actual: África se desangra, Oriente Medio arde, América se extravía, la desigualdad crece, el colapso ecológico está en marcha. La economía se rige por los intereses del 1% de la población mundial, impone su imperio sobre los partidos políticos, pone y depone gobiernos a su gusto, y mata más que ninguna guerra lo hizo jamás. El progreso se acelera, pero también el estrés. ¿Para qué tanto desarrollo? ¿Hacia dónde progresamos? Los grandes patrones del sistema se han propuesto, sin saberlo, desmentir la promesa del Génesis: “Y todo era bueno”. Y se empeñan en hacernos creer que no hay alternativa. Así que otro mundo peor es probable. Si no esperamos un mundo mejor, avanzaremos seguro hacia un mundo peor.

        Y nadie será “culpable”, pero el sufrimiento será inmenso y lo padeceremos todos los vivientes del planeta. Nadie es “culpable” en el sentido tradicional: nadie hace tanto mal consciente y libremente, por maldad, sino por falta de consciencia y libertad. No es culpa, sino una grave ignorancia. Y las penas expiatorias no sirven de nada. Lo que hace falta es despertar la conciencia y la responsabilidad. ¿Cómo lo conseguiremos?

        Las ciencias (biotecnología, neurociencias, inteligencia artificial…) pueden ofrecernos buena parte de la solución, pero solo a condición de que adquiramos la sabiduría previa para saber cómo y en qué y para quién investigar e invertir. De lo contrario, dominada por los intereses del 1%, la ciencia acelerará el antigénesis y creará un monstruo (organismo, ciborg o robot), enemigo de la especie humana y de la vida, que nos hundirá en el abismo. Ése es el mayor desafío de hoy.

        ¿Y las religiones? Las religiones podrían aportarnos su sabiduría, su grito de indignación y de aliento, como hicieron sus profetas y lo siguen haciendo. Pero sus instituciones se estancaron en el pasado, aferradas a códigos y credos que ya no inspiran. Si persisten en ello, ahogarán la esperanza que las animó en su origen.

        Quiero reanimar esa esperanza más allá del optimismo ilusorio sobre el presente y del pesimismo resignado sobre el futuro. Quiero estrenar cada día el Adviento que la liturgia cristiana vuelve a estrenar el próximo domingo, 2 de diciembre. Quiero escuchar de nuevo a Jesús de Nazaret: “Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”. Pero también: “Tened cuidado. Estad despiertos”.

        Marana tha (“Ven, Señor”, “Ven, mundo mejor”), repetían en arameo los primeros cristianos para decir y reavivar su esperanza. Esperar no es pedir ni aguardar que alguien venga o que algo suceda. Es alzar la cabeza y abrir los ojos, levantarse cada día, dejarnos inspirar por el Espíritu que alienta en todo, sembrar y anticipar el mundo mejor necesario y posible, como hizo Jesús. Así sí que debemos y podemos esperar. Y merece la pena aunque fracasemos. Te lo aseguro: esa esperanza nunca fracasa.

(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS el 25 de noviembre de 2018)

32 comentarios

  • oscar varela

    ¿Podemos esperar un mundo mejor?
    ………………
    Bueno, ¡sí!
    Al menos con un poco menos de GLIFOSATO.
    http://piensachile.com/2018/12/solicitamos-a-ud-como-director-del-sag-realice-planes-para-una-efectiva-prohibicion-del-herbicida-glifosato/

  • oscar varela

    Hola!
    “¿Podemos esperar un mundo mejor?”
    ………………….
    Veamos:
     
    1- Argentina: Legalizar el gatillo fácil de la policía
    Para meter bala a lo largo y a lo ancho del país
    https://www.pagina12.com.ar/160009-para-meter-bala-a-lo-largo-y-a-lo-ancho-del-pais
     
    2- Chile: El sargento que disparó a Catrillanca:
    -“Me basta decir que Dios está conmigo…”-
    http://piensachile.com/2018/12/el-sargento-que-disparo-a-catrillanca-me-basta-decir-que-dios-esta-conmigo/
     
    3- “Vidriera en preparación”

    • Ooooooscar.
      Estamos retrocedieeeeeendo. Es cierto.
      Al menos eso España. No me llega la camisa al cuerpo. Pienso egoístamente en la que les puede caer a las personas homosexuales, como mi hijo. Y me río yo de Pancho.
      Pero…
      Volveremos a avanzar. Solamente puedo verlo ya en clave de especie. Y contra esa idea no puede nada, ni nadie.
      Un abrazo.

  • oscar varela

  • Y saben qué?

    Estamos retrocediendo, es cierto. Pero recuerden que la historia avanza en zigzag. No podemos permitir que nos roben la esperanza, porque es lo que quieren. Y porque sabemos que no es cierto que el retroceso sea para siempre. Recuerdan aquel libro: Yo creo en la esperanza? Lo escribió aquel señor que se definía a sí mismo como un jesuita sin papeles.

    Pues también creo en ella

    • óscar varela

      Carmen!
      A que no sabes
      ¿Cuál es la menor distancia entre dos puntos?

      • Alberto Revuelta

        Cité hace unos días a un escribidor magnífico, compatriota de Oscar que murió el pasado año, Ricardo Piglia. Uno de sus personajes afirma “Porque la cuestión no es lo que el mundo hace con uno, sino cómo uno es capaz de enfrentar el horror y el horror y el horror del mundo, sin capitular”. Pese al River y al Boca, eso dicho a pecho, como el tabaco de pipa negro picado de Tabacalera, salva a Argentina admirable.

      • óscar varela

        Así es Alberto!
        Cabría agregar que la gran capitulación
        es la IN-DIFERENCIA:
        es cuando se es:
        1- “cuchara” (ni corta ni pincha)
        2- “fe-fi-fo” (ni “fu ni fa”)
        Gracias!

      • Óscar. Si te sirve de consuelo, el mismo día del jaleo de tu pueblo, salió una noticia en tooooooooodas las televisiones habidas y por haber en España.
        A saber:
        En un pueblecico muy cerca de Murcia, durante un partido entre niños, los padres se liaron a guantazo limpio porque, no sé por qué exactamente. Algo del árbitro, supongo.
        Aaaaaaayyyyyyyyy.
        Mi querida Murcia, siempre, siempre salimos por lo mismo en las noticias.
        Aaaaaaayyyyyyyyy.
        Con lo hermosa que es .
        Digan lo que digan los cartageneros…
        En fin

      • oscar varela

        POR QUÉ LAS MASAS INTERVIENEN EN TODO Y
        POR QUÉ SÓLO INTERVIENEN VIOLENTAMENTE

        * De puro mostrarse abiertos mundo y vida al hombre mediocre,
        se le ha cerrado a éste el alma.
        – En esa obliteración de las almas medias consiste la rebeldía de las masas

        1- Mecanismo de la obliteración
        La persona que se encuentra con un repertorio de ideas dentro de sí,
        – decide contentarse con ellas y
        – no echar de menos nada fuera de sí,
        – se instala definitivamente en aquel repertorio.
        – no se le ocurre dudar de su propia plenitud,
        – El hermetismo nato de su alma le impide
        – salir un rato de sí mismo y trasladarse al prójimo,
        – el alma mediocre es incapaz de transmigraciones—deporte supremo.
        ……………………
        2- ¿Dónde viven las “ideas”?
        El hombre-medio se encuentra con “ideas” dentro de sí,
        – ni sospecha siquiera cuál es el elemento sutilísimo en que las ideas viven.
        – Quiere opinar,
        – pero no quiere aceptar las condiciones y supuestos de todo opinar.
        – sus “ideas” son apetitos con palabras.
        ……………………
        3- Que es una “idea
        Tener una idea es
        – creer que se poseen las razones de ella,
        – creer que existe una razón,
        – un orbe de verdades inteligibles.
        ……………………
        4- Qué es “opinar”
        Idear, opinar, es una misma cosa con
        – apelar a tal instancia,
        – supeditarse a ella,
        – aceptar su código y su sentencia,
        – creer que la forma superior de la convivencia es el diálogo
        – en que se discuten las razones de nuestras ideas.
        ……………………
        5- La “idea” como “mazazo”
        * El hermetismo del alma,
        – que empuja a la masa a intervenir en toda la vida pública,
        – la lleva también, inexorablemente, a un procedimiento único de intervención:
        – la acción directa.
        ……………………
        6- La “acción directa”
        * La “acción directa” consiste en
        – proclamar la violencia como prima ratio;
        – en rigor, como única razón.
        – Es la Charta Magna de la barbarie.

        * Cuando la intervención directora de las masas en la vida pública
        – ha pasado de casual e infrecuente
        – a ser lo normal, aparece la “acción directa”
        – oficialmente como norma reconocida.

    • Lo sé.
      Pero esto es lo que hay.

  • óscar varela

    Hola!

    Lo de Salvador Santos termina así:

    – “La sentencia de Jesús sobre los primeros y los últimos no es una promesa, sino un encargo que marca camino a la andadura de la comunidad. Esa hoja de ruta apunta:
    Hacia dentro: exigiendo la eliminación de las grandes desigualdades económicas.
    Hacia fuera: reclamando una praxis comprometida con los últimos como demostración de que, más que posible, otro mundo es ya real.
    El Galileo propuso la igualdad como quehacer básico de la comunidad. Ella representa el triunfo de los últimos.”-

    • m. pilar

      Como siempre ¡Genial el art. de Salvador Santos!

      Y la dificultad de los que se sienten “primeros” en el seguimiento del Mensaje del Galileo.
      Tienen que adaptarlo a sus personales prioridades… porque par ellos,es más importante su poder y suposeer.
      pili

  • La economía se rige por los intereses del 1% de la población mundial

    Es decir, unos 75 millones de personas imponen su imperio a los más o menos 7.425 millones restantes. ¿Será posible que nos tengan a tanta gente medio…aborregada?.

    No puede ser. Al menos a medio y largo plazo seguro que las cosas irán a mejor. El TU PUEDES, que con tanto entusiasmo resalta Izaskun, irá cambiando la realidad. Sumando granitos de arena se acabará construyendo el granero que señala Ana.

    Reconozco que son palabras de alguien relativamente privilegiado, resucitado varias veces por los avances de la medicina y viviendo en unas condiciones que siempre hacen más llevadera la espera.

     

  • Asun Poudereux

    Gracias por todas vuestras aportaciones, luchadores en diferentes frentes. Enhorabuena.

    Queda claro. Despertar y dejar de ser esclavos de nosotros mismos. Aún sintiéndose una persona efímera, limitada y en muchas ocasiones solitaria, confiar y actuar es ya liberación, la propia y la ajena.

    Pues a seguir caminando, confiando, trabajando en consciencia-conciencia para los siguientes, de ahora y siempre, guste o no lo que ocurra de inmediato.

    Un abrazo atriero.

  • ana rodrigo

     

    Como no sé poner aquí la canción, pongo la letra de la canción de Labordeta

     
    “Canto a la libertad” de José Antonio Labordeta
     
     
     
    Habrá un día que todos al levantar la vista veremos una
    tierra que ponga libertad
     
     
     
    Hermano aquí mi mano será tuya mi frente y tu gesto de siempre caerá sin levantar
    huracanes de miedo ante la libertad
     
    Haremos el camino en un mismo trazado
    uniendo nuestros hombros para así levantar a aquellos que cayeron gritando libertad
     
     
     
    Sonarán las campanas desde los campanarios
    y los campos desiertos volverán a granar
    unas espigas altas dispuestas para el pan
     
    Para un pan que en los siglos nunca fue
    repartido entre todos aquellos que hicieron lo posible para empujar la historia
    hacia la libertad
     
     
     
    También será posible que esa hermosa mañana
    ni tú, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver, pero habrá que empujarla para que pueda ser

     
    Que sea
    como un viento que arranque los matojos surgiendo la verdad y limpie los
    caminos de siglos de destrozos contra la
    libertad
     
    Habrá
    un día que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad……
     

    • Bruce Springsteen tiene una canción preciosísima que habla de las campanas de la libertad. Preciosa. Creo, creo que era de Bob Dylan. Cuando tengas un ratito búscala, yo la pongo con subtítulos, pero a lo mejor a ti no te hacen falta.
      Vamos todavía!

  • ana rodrigo

    Ya sabéis que he asistido a la XIX semana andaluza de teología en Torrox (Málaga) sobre “Misericordia y justicia ante la desigualdad global” y allí me he encontrado con muchos amigos y amigas  mías de cuando yo viví en Almería los años 70 y 80, que me siguen llamando “Ana Utopía”. Y tengo una vaga idea de que en aquellos años había lugar para la esperanza y para la utopía, y es cierto que yo era una combativa y entusiasta activista en determinadas cuestiones, en concreto sobre ecología y feminismo. Y, aunque parece un fracaso, la concienciación que hay ahora sobre estos problemas, entonces no la había. Algo hemos conseguido.

    No es menos cierto que llevo unos años que, sin dejar la lucha, mi esperanza se tambalea aunque mi utopía sigue en pie, porque como dice una frase divulgada por ahí: ante esta realidad es más creíble la utopía

    Personalmente, la experiencia que he vivido este fin de semana junto a 180 asistentes militantes en todas las causas justas por las que hay que luchas, me han oxigenado bastante la esperanza.

    Es cierto que la cantidad de ongs  y asociaciones  o personas individuales (solas pero no en solitario como se dice más arriba) somos como pequeñas hormiguitas aportando un pequeño granito que, al lado de los gigantes del capitalismo, los Trump de turno, el negocio de la fabricación de armas, los oídos sordos ante el cambio climático, etc. etc., es poca cosa, pero también se dice que un grano no es un granero pero ayuda a serlo.

    Pero no podemos echarnos a tierra para que pasen por encima de tantos anhelos y esfuerzos las implacables máquinas del desánimo.

    • ana rodrigo

      Corrección: “es más fácil creer en la utopía”

    • m. pilar

      Como te comprendo Ana… aquéllos años fueron muy fecundos e ilusionantes… pero llegaron los “populismos” papales… y volvimos a casi las cavernas, y ahora la propia iglesia poder, se ahoga en su inmovilidad.

      Que nunca nos falte la esperanza, en un nuevo resurgir.
      Un abrazo entrañable.
      m* pilar

  • Me encanta leerles

    Un abrazo

  • Rodrigo Olvera

    Leo el título de la entrada y aun sin leer el contenido, pienso en que distinto de leería “¿Intentamos construir un mundo mejor?”

     

    Muchas personas están  en ello, con o sin “gracia”, con o sin “espíritu”, con o sin divinidad. Lo importante es estar en ello.

    • Mª Pilar

      Comparto contigo Rodrigo, amigo.

      Sin pensar… el precio que puede llevar consigo, el trabajo de luchar por esa causa de verdad urgente.

      Abrazos lleno de esperanza.
      pili

  • Izaskun Alberdi

    Alcemos la cabeza. Abramos los ojos. Levantémonos cada día y dejémomos inspirar por el Espíritu.

    Yo también pienso que ése es el camino. Aunque nos traten de inocentes e ilusos

    Vamos a intentarlo!!!!

    Como Dios le dijo  a Caín cuando lo de: “soy yo acaso el guardián de mi hermano”

    TU PUEDES sólo le dijo/nos dijo éso.

    LA responsabilidad es gorda pero si queremos que nuestros nietos tengan un mundo vivible, algo tendremos que hacer…   TU PUEDES

    • Equipo Atrio

      ¡Brava Izaskun! Has encontrado una de las fórmulas para ese Proyecto ATRIO para los años veinte persigo como caminante solo, pero no solitario, sino acompañado de muchas personas que en la soledad profunda de su espíritu conciben el mismo pensamiento y renuevan la esperanza: si queremos que nuestros nietos (e hijos)) tengan un mundo vivible, algo tendremos que hacer.

  • Sí. Podemos luchar por un mundo mejor. Luego podemos esperarlo. Lo veremos? Pues depende de lo que cada uno espere. Si hablamos de un futuro que posiblemente no veamos nosotros, quiero pensar que mis nietos y sus hijos lo verán.

    Pero desde luego, las religiones poco van a contribuir a mejorar las cosas. No me importa. Nosotros, las personas, estamos por encima de ellas. Al menos esa es mi opinión.

    Por muy en desacuerdo que esté con los que mandan en la que ha sido mi religión, no me van a quitar de la cabeza la idea de que un mundo mejor, es posible. Otra cosa es que cuente con ella.

    Un saludo cordial.

  • Juan García Caselles

    Nadie es culpable, pero todos somos egoístas. Solo si somos capaces de empezar a condenar el egoísmo como el más grave pecado contra toda la especie humana podríamos fundamentar la esperanza. si contásemos únicamente con nuestras fuerzas.

    Pero si contamos con el espíritu, con la providencia y somos capaces de alejarnos del deismo capitalista, si contamos con que el Señor interviene en la historia (¿quién nos sacó de las cavernas?) tendremos asegurada la esperanza. Yo no olvido que estamos en buenas manos, que hemos sido salvados.