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Vida después de la vida

Siempre punzante este Carlos con sus preguntas que parecen ingenuas. Vamos a acoger su reto y contestar con la mayor claridad. Y espero que él acoja también la buena fe de quien le conteste disolviendo su pregunta al colocar el misterio y la fe más allá de donde él los pone. Pero ya expondré lo que creo después de vosotros. AD.

        Conforme a lo que propuse en mi último artículo, cada vez que estoy en un grupo y encuentro la ocasión pregunto a los presentes si creen o no que hay otra vida después de ésta.

        Naturalmente hay personas que contestan sin ambages negativamente. Otras, sin querer posicionarse tan radicalmente, acuden a explicaciones que me parecen bastante chocantes. Por ejemplo, que sigues viviendo mientras alguien se acuerda de ti. En un sentido metafórico podría decirse que Shakespeare sigue viviendo pero no por ejemplo mis bisabuelos, y no alcanzo a ver en qué puede afectar ese recuerdo a los difuntos de que hablamos. Otra persona me dijo que tras la muerte nos integramos en el universo pero no se me alcanza que esa integración vaya más allá de la descomposición de la materia del cadáver. Alguno cree en la reencarnación, que no llego a entender cómo pueda encajarse en las coordenadas de un pensamiento occidental. Algunos, en fin, apoyándose en experiencias de visiones o señales, se quedan en la penumbra de afirmar que algo habrá pero que vaya usted a saber.

        Mi opinión es que no hay sino dos respuestas aceptables: o bien no hay nada después de esta vida o bien se da la resurrección como la ha predicado el cristianismo. Creo que son las únicas afirmaciones que pueden aportar razones convincentes, aunque ciertamente creo que cada una de ellas responde a una toma de postura que tiene en cuenta objeciones de peso, que sin duda existen, pero pasa más allá de ellas. Veamos.

        Las razones para una negativa son la consecuencia de una postura atea o agnóstica. Si no hay Dios, tampoco hay nada tras esta vida. La muerte personal impone su evidencia y no abre otras perspectivas. El cadáver y su descomposición  es un testigo de cargo irrefutable. Claro está que, si esto es así, el hombre, como bien formuló Sartre, no es sino es una pasión inútil y la vida carece de sentido, especialmente para las innumerables víctimas de la historia. Pensando en esas víctimas, demandaba Walter Benjamin, sin creer en ella, algo así como una resurrección de los muertos. En esta posición negativa toman pleno sentido la máxima carpe diem de los romanos o el comamos y bebamos, que mañana moriremos de san Pablo, por lo menos los que tienen algo que comer y beber.

        Pese a todas estas objeciones, pasando por encima de ellas, no carece de lógica que muchos opten por la negativa.

        En el lado contrario está la afirmación cristiana: existe una resurrección de la carne, es decir, de la persona. Quiero destacar esa última palabra puesto que no creo que sea razonable la disolución en el nirvana (o en el universo). Porque ¿de dónde surge esa afirmación? ¿en qué se basa? ¿quién la garantiza? Por el contrario, la propuesta del cristianismo se apoya en las promesas de Cristo y en su propia resurrección. Aunque, naturalmente, quien se adhiere a ella también ha de descartar objeciones importantes.

        Unas hacen referencia al hecho fundacional: ¿Es creíble que Jesús haya resucitado? ¿por qué no se mostró al pueblo que había asistido a su muerte? ¿no se trató de alucinaciones de los discípulos o de una invención para conjurar el fracaso y encontrarle un sentido? Sobre todas estas cuestiones se ha reflexionado y escrito largamente pero el creyente se adhiere sin reservas al hecho de la resurrección.

        Otras objeciones pueden formularse así: ¿es creíble que una persona humana, un grano de arena en la enorme playa de la historia, pueda aspirar a un destino personal? ¿tiene derecho una vida humana, aun la más miserable, la más deleznable, la que apenas ha sido vida, a perpetuarse por siempre? Y la que suele formularse más a menudo: ¿cómo imaginarse esa vida?

        Ciertamente la última pregunta no tiene respuesta, salvo la de que, si se pudiera imaginar, esa vida no sería sino ésta un poco más apañada pero la tradición siempre ha dicho que se trata, con toda la rotundidad del adjetivo de una vida nueva. Las demás cuestiones sólo pueden contestarse afirmativamente si existe un Viviente, a la vez misterio absoluto y existencia personal, si no quiere que nada de lo bueno se pierda y que es capaz de transformar toda vida en Vida eterna. Como la suya.

        Entre la nada y esa oferta de vida, yo opto por la segunda. Me parece razonable.

57 comentarios

  • M.Luisa

    En mi opinión, Santiago y Antonio,  creo que estáis en un error. Pienso  más como  Rodrigo.

    Lo verdaderamente importante  del cristianismo  y como tal con capacidad de universalidad no es la fe en la resurrección sino  la ética de Jesús  ya que de ella, en la vida de todo ser humano, proceda de donde proceda,  puede tener experiencia.

    Entiéndase bien, ética no en sentido normativo, como ya me he pronunciado otras veces,  sino como praxis humana, es decir, aquella  praxis que nos hace ser respectivos  con lo que hacemos. Esta experiencia  sí está al alcance de toda la humanidad.

    Y en este sentido, me viene ahora a la memoria que días atrás, aquí en Montserrat, en el Monasterio,  organizado por los monjes benedictinos hubo unos encuentros destinados solo para agnósticos que han resultado ser  un verdadero éxito.

    La finalidad no estaba ni de lejos  puesta en la creencia,   sino en  la de  compartir  valores mediante la convivencia. Y, en ellos en los valores,  como se vio con posterioridad en un reportaje televisado,  hubo unanimidad de coincidencias, es decir, se vio como los valores de la vida monástica pueden ser útiles en el día a día de las personas agnósticas.

    • Santiago

      Como personas que somos, pues,… nuestro ideal no debe ser quedarnos en un mero agnosticismo…(y con mucho respeto para los suscritos a esa filosofía)…pero no podemos negar “a priori” la apertura de nuestra mente humana…ya que no es un imposible llegar a creer en la realidad que se encuentra por encima de la nuestra y que es trascendente…Los cristianos creemos en Jesús que nos dice:

      “Yo he venido para que tengáis vida y la tengáis abundante” (Juan 10:10b)…Vida en El, la fuente de toda vida….vida alegre, útil, plena, y con un propósito y un destino…

      Preguntado Jesús cual era el primero de todos los mandamientos respondió:

      “El primer mandamiento de todos es: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
      Pero hay un segundo
      “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:28-34)

      Por eso no basta la ética natural para tener “la vida abundante” que Jesús nos vino a dar…Sabía Cristo que el ser humano abandonado a sus propias fuerzas no es capaz de perseverar por mucho tiempo en la consecución del bien…Siempre hemos necesitado de “ayuda” para salir de nuestra desordenadas “tendencias”…de hecho Jesús es “propiciación por los pecados y es también expiación por ellos” (1 Juan 2:2) y “fue entregado por nuestras transgresiones” (Roma 4,25)…No hubiera sino necesaria esta “entrega” de Cristo en la Cruz si el ser humano hubiera sido capaz de acceder sin ninguna ayuda a la “vida verdadera”, a la que todos, tarde o temprano, estamos llamados..sin excepción…

      Es por eso que la Revelación de Cristo es única y es plena, y es la que salva…En la Resurrección Jesús se hace presente para siempre en su Iglesia, porque el crucificado es también el resucitado…La FE en Jesús resucitado es una fe activa, no es decir sólo “Señor, Señor”:
      Por eso existe un balance en Cristo entre la fe, el amor y la ética de la caridad:

      ¨Y este en Su mandamiento, que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros…Y el que observa Sus mandamientos, en El permanece, y El en el” (1 Juan 3, 23,24)…”Si me amáis guardaréis Mis mandamientos” (Juan 14,15-21)

      Por eso, para el cristiano el destino del ser humano es trascendente…no se limita a la vida de este mundo, su fe es activa y real… y va mas allá de lo puramente físico-biológico…porque esa es la promesa del iniciador del cristianismo…y ese es el camino… cuya meta es el mismo Cristo…Por tanto, la fe en El y la praxis de ella son inseparables, no existe fe sin ética de la fe …No se trata solo de evitar el mal, sino realizar el bien,…. no es, por tanto, solamente creer, sino vivir lo que creemos…

      Saludos cordiales

      Santiago Hernández

      • Cuando tenga un ratito, defíname lo que es ser cristiano, por favor.
        Tengo un jaleeeeeeo…
        Buen día.

      • M.Luisa

        Hola Santiago!

        La persona en su opción agnóstica revela una actitud de respetable humildad.

        ¿En qué se basa ese respeto?

        Precisamente en ese enfoque que tu le das a la cuestión cuando dices que:

        “no es imposible llegar a creer en la realidad que se encuentra por encima de la nuestra y que es trascendente…”

        Claro!! así es cuando al pensar en lo sobrenatural, es decir, en una realidad que nos sobrepasa, nuestro ideal, ese al que tú te refieres es cuando nuestro pensar se puede desmadrar. Y esto es precisamente lo que ellos, los agnósticos quieren evitar.

        Lo cierto es que todos, creyentes, agnósticos y ateos pisamos la misma realidad, la diferencia estriba en el destino que se le den a los valores que a partir de ella construyamos

        Un cordial saludo

      • Santiago

        Lo que me refiero es a los agnósticos que cierran la puerta a una apertura hacia otra dimensión del conocimiento racional..Es un miedo a estrellarse en un sin sentido, ignorando que la fe es un don sobrenatural capaz de vencer el miedo y donde interviene nuestra razón y nuestra voluntad que se iluminan conforme vamos descubriendo más y más concordancias y coherencias y donde se encuentra la paz en la verdad.

        El hecho que la verdad nos trascienda es obvio y no nos debe amordazar. El creyente ingresa, no en el club de los ingenuos o ignorantes, sino en la confianza del Amor que ha sido capaz de trascender y “bajarse” para dar sentido a nuestra misma vida. La confianza es un sentimiento mucho más positivo y vital, que la duda sistemática..Por eso la fe requiere humildad puesto que para acceder a ella tenemos que salir de nosotros para dejarnos vencer por el encuentro con la Misericordia.

        Saludos cordiales

      • M.Luisa

        Es que, veamos Santiago, se tendría que empezar por reconocer equivoco el hecho de pensar que el objeto del agnosticismo sea el miedo. El miedo no ha de servirle a la razón de estímulo para su puesta en marcha y con ello averiguar qué es esto de la fe. Lo que sucede es que siendo los agnósticos sensibles a la realidad igual como lo son los creyentes, ellos viven esa experiencia como tal, es decir, sin necesidad de trascenderla, la viven en la concreción de las cosas y las circunstancias. En cambio, los creyentes, esa misma experiencia le dan, por la fe, un sentido de trascendencia pero sin necesidad alguna de engañar al entendimiento con el supuesto de lo sobrenatural.

        Un cordial saludo

    • Alberto Revuelta

      Es que el mundo es un espacio igual y unic para increyentes y creyentes. Sus exigencias y limitaciones son idénticas para unos y otros. Lo razonable lo es para ambas personas. Lo contrario de lo razonable es lo irracional. No la increencia o la creencia. Modestamente entiendo que ser persona con fe es tener la inmensa suerte de vivir en el único mundo que existe para todos en la presencia de Dios creador. Y sentirse envuelto en esa presencia. Pero la sed es sed, la enfermedad es enfermedad, las penas son las penas, el miedo es miedo, la alegría es alegria, para creyentes e increyentes. Y Trump, los obispos, el señor Aznar y las estatuas de Botero no difieren para ambos.

      • A mí tampoco me gusta Botero.
        Me parto

      • Román Díaz Ayala

        Ese es el quid de la cuestión, Alberto, que tener fe es algo tan gratuito, que no depende de nosotros mismo, no podemos constituirla en un ente de razón para justificarla aunque sí para explicarla aunque sea de forma balbuciente, como cualquiera otra experiencia de este vida, de este mundo, o “mundana”, como dices tú·
        Gracias por la luz que aportas.

      • Señor Díaz Ayala, bueno, y todos los demás.
        La fe es un sentimiento que en mi cabeza es del mismo tipo que el amor. No sé puede evitar, no depende de ti. Es más fuerte que tú. Por eso a veces se ve desde fuera que una relación es tóxica, que hace daño. A los dos o a uno de los dos. No entiendes como se puede mantener. Pero ellos dos, la pareja lo mantiene.
        No hablo de mantenerse unidos por intereses de algún tipo, económico, hijos en común,miedo a la soledad…no hablo de eso.
        Me refiero a ese amor que canta tan bien la copla española, con la señora Piquer a la cabeza: no debía de quererte, y sin embargo , te quiero.
        Sabina también tiene una canción preciosa sobre esto, creo que se titula ‘ y sin embargo’
        Por eso me interesa leer un artículo que escribió el señor Sánchez Pinzón o algo así sobre el amor. Me gusta cómo piensa ese señor.
        Antonio, si lees esto, si no os viene bien publicarlo por lo que sea, por fa, mándamelo a mi correo
        Gracias.
        Y que no se me entienda mal
        Hay amores que son eternos y te ayudan a construir toda tu vida. Pero esas personas tampoco lo pueden controlar. Cuando el amor se apodera de ti, pues es el que manda .
        El humo entra en tus ojos.
        No quiero molestar a nadie, solamente es una reflexión.

      • Román Díaz Ayala

        hermosa comparación de la fe con el amor de enamoramiento, que destaca su aspecto relacional, la fe como una relación, donde ha tenido respuesta del creyente al Dios que se revela, y distinta en su apreciación a sus aspectos intelectuales; la fe envuelta en doxa ( opinión en griego) que hace exclusivo el razonamiento prescindiendo de la la experiencia, en olvido de la praxis.
        bueno, me retiro, que dentro de poco veremos nuestra casa invadida de niños.
        buen domingo.

  • Santiago

    Coincido contigo Antonio Rejas que la Resurrección de Jesús de Nazaret, como fenómeno único en la historia, es de importancia universal…puesto que el mensaje salvífico de Cristo fue también de índole general y mundial..Jesús vino para salvarnos a todos, siempre llamando a los que no creen…Claro que muchos rechazaron en su época, y rechazarían en el futuro, ese mensaje, y el sacrificio de El en la Cruz…Esto no invalida su importancia para la humanidad..Siempre habrá gente que no crea, a pesar de las razones y las pruebas más contundentes..El misterio de nuestra libertad sólo se desvelará después de nuestra muerte…

    Es por eso que el kerygma principal de la Iglesia primitiva, de los Apóstoles, fue el de la Resurrección..como dices tu mismo, san Pablo lo consideraba crucial para la fe de la Iglesia…De hecho Jesús había predicho varias veces durante su vida pública que iba a morir y a resucitar en el día tercero (Marcos 8: 31-35; Mateo 26: 21-23; y 20: 18-19; Lucas 9:21-24). Y en la tumba Juan y Pedro ven los lienzos y el sudario de Cristo, como si el cuerpo de Cristo se hubiera “esfumado” de su envoltura y mortaja:

    “y agachándose ve (Juan) los lienzos allanados y el sudario, que estuvo sobre la cabeza de El, (el sudario) NO yaciente, sino al contrario enrollado en su propio lugar..” (Juan 20,3-8)

    En el original griego, el sudario, “no allanado como los lienzos” (OU KEIMENON)

    “al contrario” (ALLA JOREIS)….enrollado (o envuelto) (ENTETYLIQUENON)

    “en su propio lugar” (en el mismo lugar) (EIS HENA TOPON)

     

    Cristo resucitado se aparece a María Magdalena, a quien los apóstoles no creyeron,..después a los Once repetidas veces. San Pablo dice que a el también y hasta 500 discípulos a la vez. No son alucinaciones de personas disfuncionales sino apariciones de Cristo glorificado a ordinarios judíos seguidores de Jesús…que pudo ser “visto, oído, tocado” y con el cual sus discípulos pudieron conversar, e interaccionar repetidas veces…en “una experiencia única”, “en otra perspectiva, y en otra e irrepetible visión”…Todos estos testigos de la Resurrección sellaron con su vida y su sangre la FE en este fenómeno de la Iglesia naciente que se iba a perpetuar a través de los siglos hasta el fin de los tiempos..

    Es por eso que éste hecho es trascendente universalmente…porque la Iglesia es también trascendente.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

     

     

  • Pues seré rara.

    No me consideraría engañada por Jesús de Nazareth si resultase que no resucitó. No exactamente por él. No creo que sea justo pedir algo más que la coherencia que demostró con lo que pensaba. Le costó la vida, muriø ajusticiado.

    Otra cosa es lo que sucedió una vez muerto. A ver si el pobre va a ser responsable de lo que se contase. Me parece superinjusto.

    Un saludo cordial.

  • Antonio Rejas

    La resurrección (o resucitación) después de la muerte es un asunto de gran importancia para toda la humanidad. Hans Küng, en uno de sus muchos libros, dice “el hombre no es liberado de su corporalidad. Es salvado con y en su corporalidad, ahora glorificada, espiritualizada: es una nueva creación, un hombre nuevo”, o sea, “no hay continuidad del cuerpo, pero sí hay continuidad de la persona” .

    La fe en la resurrección es “una fe en Dios que no se queda a mitad de camino, sino que lo recorre consecuentemente hasta el final. Una fe en la que el hombre, sin pruebas racionales estrictas, pero con confianza perfectamente razonable, confía en que el Dios del principio es también el Dios del fin”….

    “La resurrección es un acto de fe, pero constituye una exigencia de la razón, pues representa la única reparación posible para las víctimas de las incontables matanzas perpetradas por el ser humano”.

    Cada uno tiene sus razones para el no o el sí. Yo tengo esperanza en la resurrección. Es consecuencia de mi fe en la resurrección de Jesús. “Si Jesús no hubiera resucitado, vana es nuestra fe”, (1Corintios, 15:14).

    Si los seguidores de Jesús, con más o menos acierto, no resucitan de la manera que sea, sería para mí un argumento contra la existencia de Dios. Si existe el Padre predicado por Jesús, no puede dejar en la estacada a los que han puesto su confianza en él. Carece de sentido la existencia humana, llena de tanto sufrimiento para una gran mayoría de seres humanos.

    El Dios de Jesús nos crea y después de un tiempo más o menos largo, más o menos doloroso, inmensamente para muchos, pasamos a la nada. ¿Esto sería propio del Dios bondadoso? NO. Mi reflexión va más allá y pienso que no todos resucitarán. ¿Cúales? No conocemos la respuesta. Lo que está claro es que hay seres humanos de una crueldad indescriptible ejercida de múltiples maneras con otros seres humanos y con la creación entera. Nada de infierno porque Dios es la Bondad y no castiga con sufrimiento, pero tampoco son merecedores de una eternidad junto al Padre.

    • Rodrigo Olvera

      Hola Antonio.

      Gracias por compartir tu fe, y por hacerlo de forma dialógica.

      A mi no me causa problema el compartir la fe de cada quien, por el conteario, me parece enriquecedor.

      Lo que si me causa ruido es que se hagan afirmaciones que notoriamente no corresponden a la realidad, tal como se muestra fenomenológicamente. Te pongo un ejemplo: afirmar que la resurreccion en un asunto de gran importancia para toda la humanidad. Sin duda es un asunto de gran importancia para una parte significativa de la humanidad actual; es un asunto importante (pero no muy importante) para otra parte de la humanidad; es algo o poco importante para otro sector, e incluso es nada importante o irrelevante para una parte minoritaria de la humanidad.

      Abrazos y esperanzas

  • Su última frase es definitiva: ‘ con mucho respeto a todas las opiniones, esta es la mía.’

    Pues de eso se trata. Simplemente eso. Nada más que eso. Es mucho pedir?
    Gracias por la paciencia que ha tenido conmigo. Me ha tratado como si fuera una persona , aunque pensará de manera muy distinta. Y eso exactamente es lo que soy. Todos lo somos y en Atrio se nos permite expresarnos. No crea que eso sucede en todos los sitios. Pero cuando se nota arrogancia en el que habla,me entra una irá que no le puedo expresar. Y además cuando se tiene a toda la iglesia detrás, esa postura soberbia, para mí no es un alarde de valentía , sino de cobardía. Es muy fácil nadar con un barco salvavidas al lado.
    En fin.
    Mucha suerte.

    • Santiago

      No hay duda que somos físicamente libres de expresar nuestra opinión y respetar las contrarias. Sin embargo, no todos estamos en la verdad. Esta es una y no es relativa. Algunos pudieron sostener que la tierra era plana pero estaban en el error.
      A lo sumo pues podemos tener la imtención de buscar la verdad con honestidad y sinceridad.

      Saludos cordiales

      Santiago Hernández

      • Nadie tiene la verdad. Al menos no en este tema.
        Efectivamente, se comprobó, se comprobó que la tierra no es plana . Y no ha puesto usted buen ejemplo, solamente le voy a recordar a Giordano Bruno y a Galileo. No al Galileo del señor Santos, sino a Galileo Galilei.
        Y además , diría que esa concepción de la tierra plana era la que imperaba en el tiempo en el que se escribieron los evangelios, y en el tiempo de los padres y doctores de la iglesia, que nos explicaron exactamente cómo es , pues todo. Y fíjese, diría que esa concepción de la tierra y el universo, bueno, y las estrellas, fue determinante a la hora de sus conclusiones.

        Una opinión. Pero ya sabe, nadie tiene la verdad. Otra opinión.
        Buenos días. O noches. No sé por qué parte de esta tierra casi esférica anda.

      • M.Luisa

        Hola Santiago! Qué tal? hace tiempo que no conversamos! Permíteme que ahora me entrometa un poco…verás, pienso que , en efecto, como tú muy bien dices somos libres de expresar nuestras opiniones pero esto sucede también con independencia de que lo estemos físicamente.
        Por otro lado puedo coincidir contigo en decir que la verdad es una y no es relativa. Esto desde el comienzo de Atrio se acepta sin problema alguno, lo que sucede es que la verdad es siempre verdad de realidad no de objetividad por eso no basta con tener intención de búsqueda sino que, para que se produzca el encuentro, es necesario abrirse en lo que plenamente se es.
        Fíjate ya que tú y yo nos hemos referido a veces a Zubiri, déjame que aproveche la circunstancia para aclararte que es a ese momento del encuentro cuando él filosoficamente lo conceptúa con el término de “actualidad”.

        Pues nada, Santiago, un cordial saludo!

      • Santiago

        Muy interesantes vuestros comentarios..porque la
        REALIDAD NO era entonces que la tierra era plana aunque “imperaba” como “creencia” en aquél entonces..aún entre algunos miembros de la Iglesia,no como verdad infalible definida, sino como opinión.
        Por eso, nuestras meras opiniones pueden estar equivocadas..La verdad absoluta está solo en Dios que está más allá del ser y por encima de toda definición, por tanto NO respectivo de nada, ni de nadie.
        Esto no quiere decir que no podamos acceder a esa verdad aunque sea sólo imperfectamente o “en camino” pues todavīa no tenemos la capacidad de la “vision” perfecta sino que solo percibíamos la verdad en fe y esperanza por medio de la caridad de Cristo Jesús que nos da los medios suficientes para creer, y quien ex-profeso rechazó el error en el “establishment” deformativo del Sanedrín.

        Gracias por vuestras estimulantes y didácticas palabras.

        Saludos cordiales

        Santiago Hernández

      • Es usted tremendo. Y menuda sorna tiene.

  • Santiago

    En realidad la FE no es “irrazonable”, ni simplemente “irracional”…No se trata de un “impulso ciego” por el que nos justificamos a nosotros mismos,..(por supuesto que se trata del caso de los creyentes)…En la FE damos un asentimiento con el que consentimos a la predicación de de la fe del Evangelio. La FE pues es pensar con libre consentimiento, pues el acto de fe es enteramente libre….Según el Concilio Vaticano II las dos fuentes reveladas de la fe católica son la Tradición Apostólica y la Escritura…

    Es cierto que sin la gracia del Espíritu no podemos asentir a la verdad revelada, pero le gracia nos ayuda, pero no nos “impone” y tampoco nos “determina” al acto de fe…ya que si nuestro intelecto descubre que lo que creemos no es posible a la razón, si no es aceptado por ella, entonces lo rechazaremos como contrario nosotros mismos y como contrario a la verdad..ya que es mi intelecto el encargado de decidir entre lo que es posiblemente cierto de lo que es falso. La verdad intelectual no se basa en una “imposición” por la fuerza, sino que consiste en una convicción racional.

    EN NUESTRA UNIDAD humana es a través de la razón por la que ordinariamente conocemos nuestra propia realidad y la del Cosmos que nos rodea…Suprimido nuestro intelecto, y por lo tanto la razón, entramos en la irracionalidad, donde no existe conciencia de la realidad y por tanto en un mundo infrahumano donde ya no podremos funcionar como personas, y por tanto, nuestra funcionalidad vital desaparece.

    Si las ciencias del conocimiento, en general, dependen de la razón aunque son incapaces de abarcar todo el “misterio del Cosmos y de la vida en él”…¿por qué privar a la ciencia teológica, como a la filosofía y al saber filosófico, de su mas preciado instrumento que es el intelecto, y reducir su aplicación solamente a la ciencia experimental?…pero la razón es el medio ordinario para poder desarrollar y avanzar todo conocimiento..¿No es esta privación de nuestra facultad NO hacer justicia a la capacidad humana real?

    PERO que “lo más razonable” es también “lo mas probable”, en nuestra mera certeza humana..Es cierto que las verdades “eternas” superan nuestra total comprensión…pero no ellas no anulan nuestra condición racional de personas humanas creadas…La gracia de la fe ilumina la razón para que podamos asentir…La razón sin la fe nos llevaría al absurdo…Y la fe sin la razón nos reduciría hasta la posibilidad de un fanatismo fideísta supersticioso…Razón y fe NO son antagónicas sino complementarias…Para aproximarnos a la verdad necesitamos de las dos…

    Con mucho respeto para todas las opiniones, ésta es la mía

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • A veces siento una impotencia tan grande que me entran ganas de llorar. Y es que es como luchar contra los molinos de viento. Igual. Demasiado ya.

    Si Cervantes se rindió e hizo recuperar la cordura a don Quijote, no sé por qué no me puedo rendir .

    Es demasiado para las personas normales, las que no existimos. Es demasiado. La iglesia siempre ganará. Y algunos y algunas quedaremos como versos sueltos . Porque eso es lo que somos, versos sueltos.

  • Es tan, tan difícil entender lo que otras  personas piensan? Tienen algunos de ustedes la verdad absoluta? Basándose exactamente en qué? En unos textos escritos de hace como poco mil novecientos años? Han tenido quizás acceso a los textos originales? Los sabrían traducir correctamente? Y si así fuese, sabrían contextualizarlos? Acaso conocen algunos de ustedes el estilo en el que se escribía? Conocen las costumbres de esa sociedad de Galilea? Acaso creen que están escritos como hechos históricos? Pues si así lo consideran, recuerde que la historia siempre es de parte. Jamás es objetiva

    Y además, los textos están escritos por hombres, hombres. No por el mismo dios.

    Estamos en el siglo XXI. Desde finales del XIX hay personas , profesionales de diferentes disciplinas que han y están dedicando todo su tiempo a tratar de dar explicaciones más coherentes a algo tan importante para los cristianos como los evangelios. Tenemos que obviar ese trabajo? Tenemos que seguir pensando como los padres de la iglesia y los doctores de la iglesia pensaban hace XVI siglos?

    Y aún se preguntan por qué la gente no cree ya una sola palabra? Por qué no se escucha ni un solo sermón de esos de la misa, cuando alguien asiste? Sencillamente se dormita.

    Miren a su alrededor y observen la edad media de las personas que, sin pertenecer a una comunidad de esas que han florecido en los últimos treinta años, asisten a algo relacionado con la iglesia. Vamos para las fiestas, porque eso no hay nada en el mundo mundial que nos las quité. Queremos disfrutar de la vida.

    Y lo que venga después, no lo sabe absolutamente nadie. Así que déjennos que cada uno de nosotros, según su cultura, según su religión, sobrellevar como pueda algo tan terrible que todos tenemos que afrontar: la muerte.

    Y no metan a Jesús en esto. Me parece que el muchacho dio la talla. La afrontø de cara, como los valientes

    Un saludo cordial.

  • José Arregi Olaizola

    Amigo Carlos, con todo respeto:

    1. Permíteme que me sienta fuera de la disyuntiva que planteas: ” o bien no hay nada después de esta vida o bien se da la resurrección como la ha predicado el cristianismo”. Las disyuntivas son constructos mentales, al igual que lo son las imágenes de la nada y de la resurrección.

    2. La nada no existe, ni conozco a nadie que diga que al morirnos nos convertimos en nada. Otra cosa muy distinta es que piensen que no seremos tal como ahora somos ni tal como se imaginan que serán quienes creen en la “resurrección”. Creo que en eso creo tienen razón.

    3. La “resurrección” tampoco deja de ser una imagen de una realidad, LA VIDA o EL SER o “Dios”, que excede toda imaginación. “Vivir en la memoria”, “integrarse en el Universo”, “diluirse en el Nirvana” (¿podrías explicar en qué consiste? Pues ten por seguro que un budista no aceptaría tu explicación), “reencarnación”…  ¿por qué no tomarlas como imágenes parciales de esa “forma de seguir siendo” que no podemos pensar? ¿Por qué no tomarlas, con espíritu crítico y humilde, como “equivalencias homeomórficas” de la “resurrección”, es decir, como imágenes distintas que en el fondo se refieren a algo similar y que, hablando distintos lenguajes, desempeñan una función análoga en la vida?

    4. Por otra parte, tú y todos nosotros conocemos mucha gente en el pasado y hoy en nuestro entorno que no creen “en la resurrección tal como la predica e imagina el cristianismo”, pero que de ningún modo adoptan por ello el “carpe diem” como criterio de vida, sino que viven y mueren BIEN, en paz, con bondad, en la duda y la fragilidad, humanamente, solidariamente. Pues bien, en eso consiste, diría Jesús, la “vida eterna” que no nace ni muere pero se transforma sin cesar. La “vida eterna” no tiene nada que ver, diría yo, ni con el antes ni con el después ni con las categorías espacio-temporales en las que decimos vivir. “Vida eterna” o plena es la vida que se da, ni más ni menos. Y morir ¿no será acabar de morir a la individualidad separada del ego y a todas sus pretensiones e imaginaciones, más allá de nuestras imágenes y construcciones, “resurrección” incluida, para simplemente VIVIR en la MEMORIA o el CORAZÓN de cuanto es, en la COMUNIÓN universal de la Vida que no sabemos cómo llamar?

    Paz y Bien.

     

    • Gracias
      Un abrazo
      Gracias otra vez

    • Alberto Revuelta Lucerga

      Si no recuerdo mal, voy todavía con toga a estas horas, la lápida sepulcral del cardenal Portocarre ro, primado de España y arzobispo de Toledo, por orden expresa suya reza: pulvis, cines, nihil. La nada, pues, existía para su eminencia reverendísima.

  • Con todos mis respetos.

    Me imagino un sínodo de obispos, si es que es sínodo la palabra correcta. Una reunión de jefes de dicasterios , seguro que ese no es el término. Un cónclave, que no sé exactamente qué es. Un concilio…en fin, reuniones de esas de personas importantes de la iglesia. Teólogos partidarios de una tendencia ,de otra. Progresistas, moderados, conservadores… Todos ellos bajo la autoridad del Papa, que no puedo ni pensar cómo tendrá la cabeza.

    Entonces entiendo mejor el enorme problema que tiene la iglesia. No es la pederastia, qué va. Eso se puede combatir y de hecho quiero creer que se está haciendo ya. Las personas, sean o no funcionarios de la iglesia, no son tontas y saben que la impunidad ya no funciona en este tema.

    El problema es otro. No se aclaran entre ellos. Hay una lucha por el poder inmensa . Y mientras, las iglesias se vacían. La gente pasa del tema. Entonces se nos culpa pues, depende, cada uno y digo uno y no una porque en estas cosas las mujeres no cuentan, cada uno encuentra un motivo para culpar al que no va a la iglesia, según la postura que defienda.

    Pero siempre hay algún ingenuo, en este caso ingenua, que trata de encontrar respuestas  por su cuenta. Menuda osadía. Pero cómo se atreve? En qué doctrina se apoya?

    Y mientras, las iglesias se vacian. La gente desconfia de todo lo que huele a iglesia, salvo en las procesiones porque ahi si sienten algo que los une , quizå la añoranza de la fe pérdida;  las bodas, los bautizos, las primeras comuniones, en fin, todo lo que sabe a fiesta.

    Es una cosa que de repente me ha venido a la cabeza.

    Y sin embargo, estoy convencida de que los ingenuos e ingenuas que en el mundo han sido y serán, entendemos mucho mejor que todos estos señores el auténtico mensaje de Jesús. Sobre todo desde que las lecturas en las iglesias no son en latín, lengua culta donde las haya.

    En fin.

    Ustedes sabrán.

     

     

  • Pedro Bosch

    Creer en otra vida solo puede hacerse, en mi opinión, aceptando unas ideas que, precisamente, nos manifiesta, no el cristianismo, sino la esperanza en Dios. Un el único, pertenezcas  a la religión que sea.

    Si Dios nos crea por amor ¿que objeto tiene estar padeciendo en este mundo, como lo hacen millones de personas? Esto nos puede dar idea de que el Creador tiene reservado El Paraíso para todos sus hijos.

    Lo que no se puede es estar viviendo en espera de la otra vida, porque a lo peor no nos llega.

    La resurrección solo se produce aquí, en la tierra. Cuando Jesús de Nazaret muere en la cruz, hacía mucho tiempo que había resucitado. Ese hecho hizo que sus discípulos comprendieran la Resurrección y poco a poco ellos mismos fueron resucitando. Pero si los efectos de la resurrección no se notan aquí, en nuestro mundo, a nuestro alrededor es que no ha habido resurrección.

    A Jesús lo debieron tirar en la fosa común en que echaban los cadáveres de los crucificados, pero el hacerse presente en el corazón de sus amigos, hace posible que al cabo de dos mil años estemos dilucidando si habrá otra vida o no.

    Esa resurrección, en la que unos creemos y otros no, sin menoscabo de su derecho a recibirla, es un premio por haber nacido, no nos la podemos ganar, pero si hacer muchas de las cosas que pueden mejorar la vida de muchos. Y si después nos encontramos otra vida, pues mira que bien.

    Un saludo.

  • ROMAN DIAZ AYALA

    Yo no pierdo de vista que tanto en este artículo como en alguno otro anterior Carlos nos introduce a un grupo que tiene que ser necesariamente otro distinto al de los comentarios de Atrio.
    Allí se da el muestreo de las distintas respuestas ante lo trascendente. Tiene mucho valor, porque se adivina no un grupo selectivo o acotado como seria éste, el de Atrio. Son gente que respira emanando lo que se ha convertido en convencional: que ya no se ve claro lo que entendíamos por postrimeria, igual que la escatologia universal se ve oscurecida.
    ? Falta de fe o abandono de las creencias de nuestra herencia judeocristiana. ???

    Creo que ese abandono ha evidenciado la ausencia de una fe auténtica. La ausencia también actual de presión social ha provocado que mucha gente haya descubierto que consideraba “fe” a lo que simplemente eran creencias.

    • Santiago

      Román, de acuerdo contigo sobre lo que dices del abandono y el enfriamiento de la fe auténtica..En el Evangelio está más claro que nuestras conjeturas del siglo XXI pues se centra en la pregunta clave sobre la identidad real de Jesús de Nazaret:

      Ante la confusión reinante entonces (como hoy) Jesús sólo hace 2 preguntas, y la segunda la responde Simón Pedro en nombre de los 12:

      “Y vosotros ¿quién decís que soy Yo? – Tu eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo” (Mateo 16, 15-16)

      Como dices no se trata solamente de “creer” en algo, sino de tener fe, de estudiar la fe, de volver a ella,si se enfrió o la perdimos, y de vivirla. Se trata de ¿cómo? hacerlo.

      Abrazos

      Santiago Hernández

    • La pregunta no es cómo, es por qué. Si no se analiza el porqué,es imposible encontrar el cómo.

      La respuesta, amigo mío,
      Está flotando en el aire,
      La respuesta flota en el viento.

      Bob Dylan. Premios Nobel de literatura,

      ( Muy contestado por los que se consideran auténticos literatos)

    • m. pilar

      Esto si que es triste… ¿Por qué tinen que enjuiciar, como viven la fe otras personas?

      ¡No juzguen… y no serán juzgados!

      ¿Quién creen que son?

      ¡Por favor!

      m* pilar

    • Rodrigo Olvera

      De verdad que eres impresionante, Román

      Por más que el Proyecto ATRIO es muy claro en decir que ATRIO no es un espacio confesional; por más que una y otra y otra y otra vez se te repite que ATRIO no es un espacio confesional (y yo personalmente te he pedido que respetes el hecho de que en ATRIO no sólo hay personas “de fe”), sigues actuando como si ATRIO fuera un espacio confesional en el que sólo tienen cabida personas “de fe”.

      Cuando dices que el artículo introduce a un grupo distinto al de los comentarios de ATRIO, y que ATRIO es un espacio selectivo o acotado; y añades que ese grupo distinto a ATRIO respira emanando que ya no es claro lo que “entendíamos” (ésta es otra, por más que se te repite una y otra vez sobre tu uso de la primera persona del plural cuando hablas de tus convicciones personales, que corresponden a la primera persona del singular) por postrimería; cuando haces todo ésto junto, estás mandando el mensaje de que sólo pertenece a ATRIO quien confesionalmente sigue entendiendo las postrimerías como tú las entendías. Porque, según lo que escribiste, quien ya no tenga claro ese tema, pertenece a ese otro grupo que es distinto al “selectivo” grupo que consideras que es ATRIO.

      Añades que el abandono de las creencias de la herencia judeocristiana (nuestra, dices tú, lanzando un mensaje que excluye a cualquier persona de herencia musulmana que se acerque a leer por primera vez ATRIO y lo que le toque leer sea tu comentario), ese abandono afirmas que es evidencia de ausencia de fe auténtica. Esto sólo puede afirmarse si se considera que tales creencias son esenciales a la fe auténtica. Completamente fuera de realidad (además de incompatible con la orientación del proyecto ATRIO).

      He perdido la expectativa de que alguna vez te descabalgues de la actitud de que toda persona que no cree de la manera en que lo haces tú es deficiente en su fe. Pero, por esta vez, he de volver a señalar tal actitud.

  • Carlos F. Barberá

    Cuando unas personas tienen la amabilidad de leer un artículo tuyo y comentarlo es necesario leer esos comentarios y tomarlos en serio. Eso no quiere decir compartirlos. Se me ocurren algunas cosas:

    -el que haya gentes que dicen cosas distintas a las tuyas obliga a tolerarlas pero pero no a respetarlas. Me parece que hay ahora una falsa tolerancia en la que todo vale. El que una religión o una filosofía afirme algo no significa que sea respetable.

    -Hasta donde se me alcanza, Sócrates no fue partidario de la reencarnación.

    – Cuando hablo de pensamiento occidental me refiero a la actualidad y al convencimiento a que se ha llegado de que el alma es corpórea y el cuerpo animado. No son dos cosas separadas sino un conjunto que hace a la persona. Por eso creo que un occidental no puede entender que si mi “alma” se mete en otro cuerpo -con otro sexo, otra cultura, otras capacidades- el resultado vaya a ser yo.

    – Creo que en todo este tema hay que tener muy presentes a las víctimas, a los que no han tenido ocasión d disfrutar de nada ni de desarrollar valores ni de tener una vida humana. Ese es un gran interrogante

    – inmanente: todo el que escribe un artículo expone sus ideas. ¿Se convierte por ello en un apologeta? Si es así ATRIO es la web de los apologetas, no sólo yo.

    • Alberto Revuelta

      Apologeta es, según el diccionario, el que defiende una doctrina. Desde ese punto de vista en Atrio todos, o casi todos, somos apologetas. Carlos lleva razón.

      • Santiago

        Yo también creo que todos los que escribimos estamos defendiendo nuestra opinión o nuestra tesis..etc En un sentido amplio, pues, somos apologistas. Yo consideré que los autores del NT fueron verdaderos apologistas defendiendo la FE. Sin embargo, existen y han existido autores que son especialistas en defender una doctrina de una forma excepcional, en particular apologistas católicos..Creo que este era el sentido que nuestro amigo Rodrigo quiso darle al tema desarrollado por Carlos y que estamos discutiendo.

        Saludos cordiales

        Santiago Hernández

      • Rodrigo Olvera

        Querido Alberto

        Cuando se trata de conceptos filosóficos, los diccionarios no son el mejor punto de referencia. Si se partirá de una definición de diccionario, conviene que al menos sea un diccionario filosófico.

        Te comparto un vínculo que muestra la evolución de la entrada “apologética” en las 5 versiones del “Diccionario filosófico” que se editaba en la hoy extinta Unión Soviética. Es muy interesante comparar las distintas ediciones, porque muestra entre otras cosas que las definiciones de diccionarios cambian conforme cambian las sociedades en que se editan. Por supuesto, soy consciente que otros diccionarios filosóficos son menos críticos al proyecto apologético.
        http://www.filosofia.org/enc/ros/apolog.htm

        Nótese como afirma, con razón, que la apologética es aceptada en las teologías católica y ortodoxa pero es rechazada en la teología protestante. Una evidencia más de que el cristianismo no es esencialmente apologético, puesto que hay una rama del cristianismo que rechaza la apologética. También hay que notar que sólo en sentido figurado se puede denominar apologética a cualquier defensa de cualquier idea o persona (que es este sentido figurado el que aparece con frecuencia referido en los diccionarios genéricos, cono el de la RAE).

        Destaco dos afirmaciones que, aunque yo no soy marxista y mucho menos stalinista, me parecen siguen teniendo validez:
        a) La tara interna de la apologética estriba en que al dirigirse a la razón afirma que resultan inaccesibles para ella los dogmas religiosos fundamentales, es decir, en que la apologética, racionalista por su forma, es irracionalista por su contenido. (edición de 1965)
        b) La inconsistencia interna de la apologética reside en que ésta, apelando a la razón, afirma, al mismo tiempo, que los principales dogmas religiosos no pueden ser conocidos por la razón, o sea, siendo racionalista por su forma, la apologética es irracionalista por su contenido (edición de 1984).
        Realmente es la misma afirmación, pero se cambió el “tara” de 1965 por “inconsistencia” en 1984. Lo que refleja una actitud antirreligiosa menos agresiva en 84 que en 65.

        Abrazos y esperanzas

    • Para mí, que no soy filósofa, ni teóloga, sino una modesta maestra que intenta ser cristiana, todas las religiones son respetsbles. Todas.
      Y hasta que algo tan sencillo no se entienda, nos seguirá manejando el Poder a todos. Sea cual sea nuestra religión.
      Solamente hay que leer los periódicos. Hablo en plural. Periódicos.

      • Rodrigo Olvera

        Querida Carmen

        Completamente de acuerdo con el riesgo de que nos maneje el Poder manipulando las discusiones religiosas.

        Espero que tu recuperación vaya bien. Yo andaré por Murcia del 12 al 14 de diciembre. Sé que no son los mejores días para visitas, pero la vida ha sido tan generosa conmigo recientemente que quizá me de el regalo de darte un abrazo en vivo.

        Por lo pronto, sigo disfrutando de tus comentarios.

      • Pues avíseme y nos vemos.
        Eso está hecho.

    • Rodrigo Olvera

      Respondo a tus “ocurrencias”, Carlos

      – Estoy de acuerdo contigo en que el que una religión o una filosofía afirme algo, no significa que sea respetable. Justo es lo que opino de este artículo.

      – Va de nuevo. Ni siquiera es posible hablar de “un pensamiento occidental” actualmente. El posmodernismo lo ha liquidado (en el sentido de dar por terminado, pero también en el sentido de volver “líquido”). Ahora, si tu aclaras que por pensamiento occidental te refieres a la actualidad, aquí agregas una falacia más: si mi creencia se contrapone a la realidad fenomenológica, peor para la realidad. Por que de hecho, en la actualidad la pluralidad de pensamientos en Occidente es tan amplia, que fenomenológicamente existen personas occidentales que no comparten el convencimiento del cuerpo animado y alma corporal. ¿Te das cuenta? Descalificas la creencia de tales personas occidentales (que fenomenológicamente existen) con tu creencia subjetiva de que no pueden existir.

      – Y vuelve la mula al trigo, con lo de víctimas. El que el judaísmo tardío haya cedido a aceptar el concepto helénico de resurrección durante el proceso de subordinación cultural llamado helenización bajo el argumento de la justicia en la otra vida para las víctimas, no significa
      a) que es evidencia de que sí existe la resurrección (falacia de falsa necesidad, donde se pretende que un argumento es cierto porque se necesita para la validez de otro reconocido, pero realmente no existe tal necesidad; en el caso, la resurrección es cierta porque es necesaria para la justicia de las víctimas que murieron sin tener tal justicia)
      b) que todas las personas que creen en la resurrección cristiana se preocupen por las víctimas; ahí tienes a Pinochet y a Wojtila respecto de las víctimas de la dictadura chilena, por ejemplo
      c) que sólo quienes creen en la resurrección cristiana se preocupan por las víctimas, ahi tienes a Gandhi, por ejemplo

      – Yo no sé cual sea tu trayectoria vital. Por ello, no me atrevería a insinuar si tienes o no compromiso con las víctimas. No sé, por ejemplo, cuántas veces hayas tenido que exiliarte de tu país de origen como consecuencia de tu defensa de víctimas; pero sí sé cuántas veces lo he tenido que hacer yo. Así que te pido que no vuelvas a insinuar siquiera que el que tú creas en la resurrección cristiana significa que tienes presentes a las víctimas de una forma en que que yo no las tendría presentes por no compartir tal creencia. Es insultante.

      – Preguntas si exponer una idea es ser apologeta. No, no es así. Apologeta es quien pretende defender creencias religiosas con argumentos racionales. Mira por ejemplo a Pili o a Carmen o a Alberto en este hilo: han compartido sus convicciones personales sobre este tema religioso, pero sin pretender defenderlo con argumentos racionales. Por tanto, su comunicación no es apologética sino dialógica (compartir su experiencia/creencia, no defenderla argumentativamente). Te dará cuenta que entonces, no, ATRIO no es “la web de los apologetas”.

      – En este sentido, cuando Santiago afirma que el cristianismo siempre ha sido apologético, es una mentira más de Santiago. La apologética cristiana sólo nace con la inculturación del cristianismo en las comunidades grecorromanas, con el sentimiento de inferioridad frente a la paideia helénica: necesitaban demostrar que su religión no era inferior filosóficamente, y de ahí el defenderla con argumentos racionales. Esta actitud apologética no se desarrolló en los cristianismos que permanecieron en ambientes no grecorromanos, sea en Palestian, en Medio Oriente e incluso en Extremo Oriente (comunidades incorrectamente denominadas nestorianas, tanto en China como en India). Si miramos el evangelio, las advertencias de Jesús contra la levadura de los escribas y fariseos, la denuncia de que tales escribas y fariseos “cuelan el mosquito y tragan el camello” y toda la denuncia sobre la manipulación del “korbán” en que usan tradiciones humanas para no cumplir el mandamiento de Dios pueden entenderse como una denuncia de la actitud apologética saducea y farisea de su tiempo. En un calendario y geografía más cercanos, las iglesias ortodoxas dieron el título de “Defensor de la ortodoxia” a San Gregorio Palamás, justamente por su denuncia de un cristianismo meramente apologético (justificación racional de la fe) y su impulso de equilibrar la apologética con la mística (justificación por la experiencia de teósis). Mucho más cercano en tiempo y lugar, cuando se afirma que “el cristianismo será místico o no será”, entre otras cosas, se denuncia la limitación ( y efecto contraproducente en la sociedad contemporánea) de un cristianismo apologético.

      Vale. Lo dejo.

      • Santiago

        Sin embargo no es mentira Rodrigo que Jesús defiende siempre la doctrina de Su Padre no solo con su ejemplo sino con argumentos razonables y racionales con sus discípulos, en el diálogo con Nicodemo, con la samaritana en el pozo de Sicar, en su extenso diálogo con los judíos donde usaba autoritariamente la frase “En verdad, en verdad os digo”

        “En verdad, en verdad os digo, si uno guardare Mi palabra no verá la muerte eterna” Y los judíos ¿Quien presumes ser? Y Jesús…Mi Padre es quien me glorifica, el que vosotros decís ser vuestro Dios, y no le habéis conocido, más Yo le conozco. Y si dijere que no le conozco, seré mentiroso como vosotros; pero yo le conozco y guardó Su palabra..¿Y has visto a Abrahán”…Y Jesús “En verdad, en verdad os digo: Antes que Abrahán existiese, existo Yo” (Juan 8, 51-59)
        Esa defensa apologética de Jesus es una reacción contra sus enemigos de la época, claro está, los que deformaban el mandato escrito del Padre y los que acabaron crucificando a Jesús que venía a salvarnos. Pero esa lucha no terminó en la Cruz sino que se ha repetido en todos los siglos del cristianismo. Y ahora más que nunca. Por tanto, Jesus nos manda a exponer no solamente la mística, y lo sacramental sino la doctrina que El vino a restaurar, a rectificar y a cumplir. Su lucha sigue siendo la nuestra como la de los primeros cristianos

        Un saludo cordial

        Santiago Hernández

  • Es que estoy segura de que existen un montonazo de cosas en nuestro universo de las que no tenemos ni idea. Empezando por si es o no el único que existe. O si es es ‘ oscilante’ se crea, se destruye… Si hay una sola realidad o hay universos entremezclados con el nuestro…

    Anda que no tengo cosas por conocer. Me va a faltar eternidad, con lo lenta que soy…

     

  • Gonzalo Haya

    Sobre una vida propia más allá de nuestra muerte solo podemos tener creencias, más o menos razonables. No podemos tener experiencia, ni razonar ni siquiera imaginar, sobre algo que esté fuera del tiempo y del espacio. No sabemos en qué consiste ese yo que vivimos ahora y sobre el que nos preguntamos después la muerte corporal. A pesar de ésta y otras incógnitas, no podemos eludir la pregunta sobre algo que nos afecta profundamente, aunque la respuesta sea más o menos convincente o difusa. Yo creo que hay algo, y creo que esta creencia es razonable, aunque no podamos explicar qué ni cómo.

    Creo que es razonable la existencia objetiva de valores como la justicia, el amor, la dignidad humana… Son percibidos por una experiencia interna, aunque no sean demostrables ni con experimentos ni con argumentos. En esta misma línea estaría la creencia en Dios, o en un ser trascendente. Existe, pues, lo que podríamos llamar una esfera de valores, independientes de la experiencia física (aunque insertos en ella), a la que podría pertenecer nuestro verdadero yo (y que antes llamábamos alma humana). Ese yo es el que permanecería después de la muerte corporal.

    En esta línea estarían las diversas creencias humanas sobre la resurrección o las diversas formas de pervivencia. No creo necesaria una resurrección de los cuerpos, pero sí nuestra pervivencia. La idea de la resurrección entró en el judaísmo por el martirio de los hermanos Macabeos, y nos afecta actualmente como justicia ante el sufrimiento de las víctimas. El argumento que dio Jesús parece basado en su experiencia mística, que percibió a Dios como un Dios vivo, y un Dios de vivos y no de muertos. Igualmente la experiencia de los místicos, de todo tiempo y cultura, confirma la experiencia de otra esfera más real aún que la realidad que experimentamos físicamente.

    Esto me parece más razonable que el rechazo de la objetividad de los valores, o el rechazo a una realidad suprema que fundamente tanto el mundo físico como el espiritual.

     

  • Yo también lo fotocopio. Y aunque tengo la esperanza de perdurar no como el yo que ahora soy, pienso que  la muerte es un. suceso natural donde no todo lo que soy se queda en el cadáver que seré, y lo mismo que el aliento que me dio vida, no morirá con él.Si a ese aliento,le doy el nombre de espíritu puede que se entienda mejor. En Bergson lo denomina “elan vital”.

    Cuando yo nací era ya la guerra civil. Mi madre estaba sóla porque mi padre,guardia civil, había sido concentrado, en León. Y hablo de Valencia de Don Juán. Así pues, mi vida dependió de que alguien acudiese a la voz de socorro que pedía mi madre.Un vecina la oyó e hizo que el aliento entrara en mis pulmones, porque ya estaba amoratado, más que cianótico. Contado esto por mi madre, después de muchos años me dio que pensar. Si ese “aire” no hubiera entrado en mis pulmones hubiera muerto.Seguro.Después de haber “nacido”.

    A la inversa, la prueba de la muerte es un espejo que no se empaña.No hay aliento. No hay vida. Desde luego no se puede comparar,el paso del tiempo y el espacio, a la eternidad, donde no hay espacio ni tiempo.Pero, ¿no será el espacio y el tiempo, como una burbuja, dentro de la eternidad?

    ¿Y por qué el paso, desde donde venimos y hacia donde vamos —la vida– ha de ser una discontinuidad?. Si sabemos que un “encuentro” de dos células reproductoras dio lugar a un cuerpo, la vida vino desde fuera y ese “fuera” no ha muerto, -con los restos mortales- donde está?.

  • Pues yo no sé nada sobre eso.

    Me gusta esa idea de que sigues vivo mientras te recuerdan. De hecho muchas personas quieren hacer cosas para pasar a la historia y que su memoria no muera. Hay personas que siguen vivas en mí. Una forma de hablar. Todos tienen su certificado de defunción. Y si alguna vez han tenido que presenciar una exhumación, pues no cabe duda de que , en fin.

    No creo en la resurrección de los muertos.

    Pero si me preguntan qué me gustaría que sucediera, ya la he dicho mil veces. Permanecer en un lugar al que me gusta llamar mi estrella y  algo me diese respuesta a todas las preguntas que tengo en la cabeza. Y cuando me canse ,porque la eternidad es mucho tiempo, volver al lugar de donde procedemos, que dice mi amiga Virginia, que para mi es un universo magnífico y desconocido y disolverme en él como Lágrima en la lluvia, que decía Shakespeare.

    Hoy tengo el día poético.

    La verdad, no es un asunto que me preocupe.

    Veremos qué pasa después de la muerte, si es que pasa algo.

    Un saludo cordial.

  • Alberto Revuelta Lucerga

    Si vivir lo mundano, el mundo, la mundanidad que es lo que tenemos  y gozamos o padecemos, con la convicción de que existe un Creador de esa realidad en cuya presencia vivimos, exactamente igual que todos los seres que en el mundo somos, es vivir con confianza en el Eterno y por tanto con fe, puedo confiar, y confío a pies juntillas, en que mi vida, como la energía, no se destruye, se transforma. ¿Cómo?. Ni idea. Me encanta el vita mutatur, non tolitur et disoluta terrestis huius incolatus domo aeterna in coelis habitatio comparatur. Y en latín cantado en gregoriano. Poesía?. Si. Igual que la reencarnación y los jainitas que, por cierto acogieron al lama de Kim, como cuenta Ruayard Kipling. Es que sin poesía no se puede vivir. Por eso Oscar canta tangos y nos los envuelve en audios.

    • oscar varela

      Cuando recuerdo
      Soy arena esparcida
      Por todos los lugares que pisé
      Astul Urquiaga (h)
      ………………….

      UN INSTANTE

      Efímera
      la flor abre su ciclo
      vibra

      sobre los espléndidos labios de la siesta
      avanzan
      giran, teñidas de tiempo
      las horas del ocaso
      giran
      se ciernen
      y acosan al remolino de colores
      en un eclipse nunca demorado

      La mano de la noche
      en agonía
      cerrará su milagro.

      (Marta Ruffini)

      • Alberto Revuelta

        Cerrará su milagro en esta noche
        agónica
        Y en gris un guiño
        palido azul
        asombrara muy luego
        espléndido amanecer
        en la galaxia

        (servidor)

  • Santiago

    La Revelación de Jesucristo se realizó dentro de la fe y dentro de la libertad otorgada al ser humano desde la Creación…Por tanto, tampoco tenía Jesús porque aparecer resucitado a todo el mundo…La obra de Jesús iba a realizarse a través de los actos de los humanos e iba a durar hasta “el final de los tiempos”…y consiste precisamente en “creer” en la Persona de Cristo…el Mesías…Quitando esta premisa…pensando en Cristo como un “mesías temporal”…o como un profeta mas…o un filántropo judío…etc. etc….. entonces el cristianismo se convierte en algo distinto de lo que pasó en el siglo I, en la Iglesia primitiva, de los “primeros cristianos” que murieron unánimamente defendiendo lo que creyeron, “lo que era desde el principio; lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y nuestras manos tocaron acerca del Verbo de la vida…y la vida se manifestó, y la hemos visto, y damos testimonio, y os anunciamos la vida eterna, la que está junto al Padre y se manifestó a nosotros, lo que hemos visto y oído os lo anunciamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Y estas cosas escribimos para que nuestro gozo sea cumplido” (1 Juan 1,1-4) (Las negritas son mías)

    Estoy de acuerdo con Rodrigo en que no debemos descalificar a nadie…pues cada uno de nosotros tiene derecho a expresar su opinión. Sin embargo, el cristianismo siempre ha sido apologético…pues los cristianos siempre tuvieron y tienen todavía que luchar contra los enemigos de Cristo que desde el principio han querido encarnizadamente borrarlo de la faz de la tierra…y descalificar su doctrina, sin todavía poder conseguirlo en el siglo XXI…a pesar de la lucha….Por eso los Apóstoles fueron al martirio, y los Evangelistas dieron su testimonio, los Padres Apostólicos escribieron…y San Pablo realiza una tremenda apología de Cristo en sus “cartas” empezando por los Corintios:

    “..en tanto que aguardáis la revelación de NS Jesucristo; el cual también os mantendrá firmes hasta el fin…Fiel es Dios, por quien fuisteis llamados a la comunión de su Hijo, Jesucristo, Señor Nuestro” (1 Cor. 1,8-9)

    A las otras preguntas pues yo si creo que vale la pena apostar por el cristianismo…En el existe coherencia y credibilidad y testimonios históricos reales, a pesar de los aportes negativos de los no creyentes…Mucha mas probabilidad de acercarnos a la verdad…cuando tenemos alguna noción de lo absoluto…Y con esto no es mi intención “descalificar” a nadie, sino expresar lo que creo, por supuesto…Por lo demás, no es que la vida pierda su sentido total si no somos creyentes, pero es mas difícil pensar en un mundo con sentido de realidad donde pasamos vertiginosamente para ser olvidados intrascendentemente al cabo de poco tiempo…en un mundo que también está pasando, donde la vida es breve y perece irremisiblemente en el naufragio total de la muerte..Jesús vino a decirnos lo contrario…que en El existe la vida y la felicidad perdurable…que la vida terrestre no puede darnos completamente…En el se realizan todos nuestros anhelos..en la FE activa en El.

    Por lo demás, pues, podemos aceptar el Dios revelado a Abrahán, Jacob y Moisés como el que ES y ESTÁ con nosotros en el amor…Podemos pensarle ya que la materia-energía física no puede pensarse, y menos, entenderse a sí misma. No puede, por tanto, la materia per se ser la “última realidad”..Podemos pensar a Dios como una conciencia creadora libre y que esa conciencia es la que sostiene y fundamenta todas las cosas que ha dado lugar…libremente…creando en libertad y con libertad..

    Por eso si vale la pena la vida, o sea, podemos tener en Dios un destino personal…En Dios existe la primacía de lo particular contra lo universal…primacía de la libertad….una conciencia pensante capaz de amar y de infundir amor en su Creación…Este Ser que piensa y conoce a los seres creados distintos a El, los ama y además los sostiene. …ES libertad y amor…Por eso ES el factor principal del Universo…no es el determinismo cósmico…sino la pura libertad…Es esta libertad lo necesario…y los que nos permite acceder a la FE…base del cristianismo..

    Gracias Carlos por tu reflexión. Es importante tu esfuerzo para todos

    Un saludo en la amistad, Rodrigo…

    Santiago Hernández.

     

  • oscar varela

    Hola (de nuevo)

    De todas maneras al Cumpa Carlos (Atención “Redacción Atrio”)

    (no confundir con cualquier otro Carlos que apareciese)

    a Carlos le espera el Cielo prometido para después de la muerte,

    porque está siendo “perseguido en nombre de Cristo”

    por nosotros los malvados!

  • oscar varela

    Hola!
    Leo
    – “Entre la nada y esa oferta de vida, yo opto por la segunda.”-
     
    * Se trata, por lo tanto, de “optar”.
    * Se trata, por lo tanto, de “elegir”.
    Y como lo único en la vida humana
                – que no se puede elegir
                – es el mundo en que vives
    * se trata, por lo tanto, de “elegir-BIEN”.
    Y eso es lo que significamos con el vocablo “int-eligencia
     
    Inteligente” es
                – quien ha elegido bien,
                – quien se comporta de acuerdo a su circunstancia,
                – ese es un tipo “elegante”,
                            – nada en él está “fuera de lugar”
                            – la vestimenta, p.e., no le “chinga”.
    ……………..
    El ser humano está “obligado” a “elegir”, a “optar”.
                – ahí no tiene otra opción.
    ……………..
    En cuanto a la aludida y final frasecita de “todo o nada”,
    convendría, tal vez, tener en cuenta
                – lo que pasa en la Ruleta:
                            – El “0” es de la Banca,
                            – contra “36” opciones del Jugador.
                            – pero: al final de la noche ¡ganó la Banca!

  • Rodrigo Olvera

    Lo siento, no veo yo nada de punzante en este artículo, sólo descalificación de todo lo que no sea catolicismo europeo. Y varias descalificaciones, además, parten de falacias bastantes burdas.

     

    1.- Por ejemplo,  afirmar que no se ve como la reencarnación pueda encajar en las coordenadas de un pensamiento occidental. Doble falacia:

    a) considerar que lo que no encaje en el pensamiento occidental es descartable, en otras palabras, sólo el válido el pensamiento occidental (y ni siquiera entro a problematizar si existe, y en caso de que exista qué comprende el “pensamiento occidental”)

    b) en caso de existir algo identificable como “pensamiento occidental”, y que la reencarnación no tenga encaje en tal, se tendrá que excluir de entre los pensadores del pensamiento occidental a Sócrates y Platón, ambos partidarios de la metempsicosis. Dicho al contrario, el que dos pilares del origen de lo que pudiera llamarse “pensamiento occidental” fueran partidarios de la metempsicosis demuestra que algún encaje sí que puede tener tal perspectiva en el “pensamiento occidental”.

     

    2.- La descalificación de quienes aducen experiencias de visiones es que se quedan en penumbra de afirmar que algo habrá pero vaya usted a saber qué. Y sin embargo, respecto del cristianismo, que considera razonable seguir, reconoce que no tiene respuesta la pregunta por cómo será esa vida y sólo queda “imaginar”. Es decir, un flagrante doble vínculo o doble vara de medir, en que lo mismo que no es válido para una proposición (quienes aducen experiencias de visiones) sí se acepta como válida para otra (la visión cristiana).

     

    3.- Afirma de manera categórica que si no existe Dios no hay nada tras esta vida. Siendo que el jainismo se niega a reconocer existencia de dioses y al mismo tiempo afirma la supervivencia del alma a la muerte del cuerpo

     

    4.- De igual forma, es una proposición indemostrada e indemostrada que si no hay vida después de la muerte, la vida no tiene sentido; La experiencia real muestra que muchas personas que no creen en vida después de la muerte no adoptan el “todo vale”, ni el “carpe diem” sino viven profundas vidas llenas de sentido, compasión, compromiso por el bien común. Ese discursito que sin decirlo explícitamente insinúa que si no crees en Dios careces de valores es tan rancio que me sorprende que se le siga dando espacio en pleno 2018.

     

    5.- Por supuesto, descalificar la intrepretación de disolución en el nirvana (deformada de porque ¿quién la garantiza? mientras que la intrepretación cristiana está garantizada por las promesas de Cristo es  por una parte una tautología burda (la garantía de la interpretación cristiana es la doctrina cristiana) y por otra, un argumento de autoridad flagrante. Recuerdo que hubo una época en que al poner las reglas del proyecto ATRIO, una de ellas era no incurrir en argumentos de autoridad. Acá se coló uno enorme.

     

    6.- Por supuesto, cuando se trata de las objeciones a la interpretación cristiana abandona el ámbito de los argumentos en que se había colocado a las interpretaciones distintas a la cristiana, para colocarse en el ámbito de la “fe”. Algo chapucero el cambio de tercio.  A todas las objeciones que hizo a las interpretaciones no cristians bien pudo contestarse que quienes las suscriben “se adhieren a ellas sin reservas”. Una vez más, lo que vale para una proposición (la fe como respuesta a objeciones argumentativas) no vale para las otras.

     

    Lo siento. Estoy convencido de la honestidad y buena intención de Carlos al intentar lo que el mismo reconoce es su objetivo: crear una nueva apología católica. No me parece que la mejor forma de compartir la propia fe sea la apologética, pero si además se hace apologética con tantas falacias, más que acercar a las demás personas a su fe, provoca un efecto contrario. Y ya Pablo hace muchos siglos advertía de caer en aquella situación en que “por culpa de ustedes el nombre de Cristo es despreciado entre los gentiles”.

     

    Abrazos y esperanzas

     

     

    • oscar varela

      Fotocopio lo de Rodrigo!

    • Mª Pilar

      Rodrigo amigo; Comparto cuanto dices; y mi respuesta sería la siguiente:

      No sé, que hay después, pero hay algo en mí, que me inclina a pensar, que esa fuerza inmensa que he recibido por la gracia de haber nacido… volverá al seno de donde vino.

      ¿Por qué? Porque fue acogida, descubierta, dándole forma para el bien, desde el hermoso Proyecto de Vida de Jesús; y otras personas, pueden encontrarla en otras muchas experiencias.

      No espero nada de nada, pero siento, que esa fuerza que me fue dada, tiene un fin, quizá solo para este mundo, o quizá, vuelva a su lugar, para completar el mapa de algo que trabaja en favor de la humanidad… si esta lo acoge y lo utiliza, para que esta humanidad… sea:

      ¡Humana en plenitud!

      ¿Cómo? Eso no es de mi incumbencia, eso es, parte del Misterio de la Vida, que muchas personas sienten en la suya propia… O como nos dice muchas veces Oscar:

      “O quizá no”
      Un abrazo entrañable.
      pili