José Ignacio es de los pocos jesuitas catedráticos eméritos de Teología que están siempre dispuestos a decir su opinión sobre los acontecimientos discutidos en los medios. Sin coincidir siempre con lo que expresa, le publico lo que envía, no solo por ser amigo desde la infancia, sino porque me gusta siempre leer y publicar lo que escribe. Hoy sobre el sacar los huesos de Franco del lugar de honor que ocupa en una basílica del patrimonio español. Se podrá en ATRIO discutirle con la misma libertad con que él se expresa. AD.
No creo que pueda caber ninguna duda sobre la legitimidad de sacar del Valle de los caídos, los llamados “restos” del dictador. Hay para ello una orden unánime del Congreso, de hace cosa de un año. Y hay un argumento elemental de que el monumento se hizo para albergar a los caídos de la guerra. Y Franco murió 40 años después, por lo que resulta un intruso en ese lugar.
Concedido todo esto, mi pregunta no es si la exhumación es un acto legítimo sino más bien, si en la situación actual, es una medida efectivamente de izquierdas. Mi impresión es que se trata de eso que suelo llamar “izquierdas de plástico” que (como las flores de plástico) tienen un cierto color izquierdoso, pero ningún auténtico aroma de izquierdas.
Comparto en este sentido la opinión de Alfonso Guerra: desenterrar al dictador no es más que luchar contra un fantasma del pasado. Y mi miedo es que esa izquierda de plástico sirva para distraer de otros problemas que son mucho más urgentes y mucho más importantes para la izquierda.
Hay un dato real pero muy doloroso y que, por eso, nos cuesta mucho reconocer a todos los que fuimos antifranquistas: el dictador murió en la cama, siendo aún jefe del gobierno. En cuarenta años no pudimos con él y fuimos derrotados por él. Esta derrota no se la perdonamos. Mucho menos de lo que le perdonamos su dictadura y sus crímenes. Por eso, buscamos resarcirnos con una supuesta victoria final y simbólica, que sería sacarlo de una tumba donde ya no está. Los políticos, a veces, también necesitarían un buen psicoanálisis político.
Nos ayuda a este engaño una falsa concepción de la muerte, que revela otra negativa inconsciente a aceptar lo que la muerte es en realidad: todavía seguimos hablando de restos “mortales” como si aún quedara en ellos algo de vida, buscando dar alguna presencia en esta dimensión a nuestros seres queridos y perdidos. Esa falsa concepción tan universal de la muerte (ridiculizada hace años por la película “Los seres queridos” de T. Richardson) juega ahora a favor del gesto del gobierno, dándole cierta apariencia de que hacemos algo cuando en realidad no hacemos nada. Pero nos engañamos: aquellos huesos de Cuelgamuros ya no son de Franco y no expulsaremos nada suyo sacándolos de allí. Son solo un conjunto de átomos y moléculas inmersos en esa lentísima dialéctica evolutiva de síntesis y descomposición, para la que mil años son como un día.
Por todas esas razones, yo hubiera preferido que, en vez de sacar de sacar a un supuesto Franco del Valle de los caídos, no sacáramos de España precipitadamente a los inmigrantes que saltaron la valla de Ceuta. Me temo que ese gesto conserva algo más de espíritu franquista que los huesos de Cuelgamuros. Y que, dicho brutalmente, sea más bien una nueva victoria del franquismo: como el Cid que ganaba batallas después de muerto.
Si, como dijo la portavoz, entre los que saltaron la valla en Ceuta, había habido violencias, esto quizá justificaba que fueran expulsados solo los autores de ellas, pero no todo el grupo; y que eso se hiciera tras un juicio bien hecho: para algo la ley confiere un plazo de diez días. Pero no justifica una expulsión global, con urgencia y en solo un día, dedicando unos escasos 12 minutos a cada persona… A menos que, en realidad y aunque no nos lo digan, todo este episodio sea fruto de un aviso de la señora Merkel a Pedro Sánchez mientras paseaban por Doñana (algo así como el cambio de la Constitución por ZP). Y lo que abona esta sospecha es que el presidente del gobierno no haya tomado la iniciativa de presentarse él ante el pueblo y explicar ese gesto tan contrario a lo que proponía él mismo como política migratoria.
Así podríamos seguir: mucho más urgente que expulsar un fantasma de Franco es acabar con la ley mordaza y modificar la mal llamada ley de “reforma laboral”. Mientras estemos sometidos a ellas seguiremos soportando algo de franquismo: mucho más que si aquellos huesos están en un sitio o en otro.
¿Qué esas otras demandas requieren mucho más tiempo y más esfuerzo? Pues razón de más para no perder tiempo y energías con puras apariencias tranquilizadoras de conciencia. Y si eso no es posible “por causa de Europa”, entonces no pongamos a Europa como modelo de expulsión de dictadores porque todavía se mueven por Europa varios restos no mortales del “Franco-Hitler-Mussolini”.
Y repito: la exhumación en sí es perfectamente legítima y nadie puede objetarle nada. Pero así como hemos aprendido que no todo aquello que es legal es, eo ipso, moral, hemos de aprender también que no todo aquello que es legítimo es ya, por eso mismo, de izquierdas. Y que darnos “Franco por izquierda” es como dar “gato por liebre”.
https://w2.vatican.va/content/john-xxiii/es/apost_letters/1960/documents/hf_j-xxiii_apl_19600407_salutiferae-crucis.html Ahí va el Breve
La Iglesia tb debería hacer autocrítica porque si uno lee el Breve Pontificio de 7 de abril de 1960 firmado por Tardini,en el pontificado de Juan XXIII,sobre la declaración de basílica menor del Valle de los Caídos,da vergüenza ajena.Vergüenza ajena porque no soy católico.Vergüenza propia porque lo he leído hace pocos meses.Tampoco tengo yo edad para juzgar lo que los católicos y no católicos hicieron en 1960.Advierto que a mi algunos comunistas ateos y con una militancia comunista antifranquista bastante sólida me hablaron de la admiración que ellos tuvieron por la Pacem in terris y por algunas cosas de Juan XXIII.La iglesia debería hacerse cargo de que,desde luego,el Valle de los Caídos y esa cruz no es el “monumento glorioso” que describe el Breve pontificio.
Hasta hace pocos meses,quise decir.
Amigo Faus: Franco es el mojón que marca el fin de la España que rompía con su pasado inquisitorial ultracatólico, de relevo entre conservadores y liberales merced a la compra de votos y el pucherazo, que asumía aquella feliz edad de plata de su literatura y se abría a una democracia moderna. Con Franco tiene que desaparecer aquella España resucitada por Fraga, el Valle de los Caídos y los fusilamientos al estilo del cuadro aquel de Goya, y aupada sobre los hombros de un tal Casado y unos autodenominados “Ciudadanos” y sostenida por un sistema electoral muy “sui generis”.
¿Usted quiere decir que “hemos empezado por el tejado”? Por favor, hay que empezar por algún lado, señor Faus, y por supuesto hay que seguir por lo que usted dice y por eso otro que usted no dice y que yo intento añadir…Hay que volver a aquella democracia que nos arrebató la guerra “incivil” y nos negaron los vencedores de la Guerra del 40. Porque desde aquel dichoso 1940 todo el mundo parece estar contra lo que se propuso el pueblo español en aquella edad de plata de los Alberti, García Lorca, Falla, Azaña y tantos que siguen enterrados en las cunetas. A Washington, a Londres, a Berlín, a Moscú les gusta mucho la España que nos han parido los prohombres de la Transición y sus seguidores de la derecha ultraderecha española…
Opino, y puedo estar haciendo una lectura errada en un asunto tan vidriosamente apasionado, que José Ignacio González Faus no sólo está de acuerdo con sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos, sino que desea que la fuerza de la prueba no descanse en otra argumentación que el mandato dictado por el Congreso en 2017 que encontró la unanimidad de la Cámara.
Pero la discusión y el debate se ha encrespando y marchando por otros derroteros, lo cual pone en evidencia un sinfín de cosas, entre ellas, la debilidad del Partido del gobierno en las camaras, pero especialmente la bipolaridad que sufre en estos momentos la población, de izquierda-derecha, centralistas-periféricos, constitucionalistas-independentistas…
¿Por qué la exhumación de los restos se ha convertido en una reivindicación de la izquierda, y no un asunto a tratar en otros aspectos? ¿Cuáles son las auténticas iniciativas que se definen como de la izquierda?
Román, tienes razón que en este momento la sociedad española está excesivamente polarizada, y Franco y su exhumación ha evidenciado que estos extremismos estaban camuflados en otros partidos que no se manifestaban como extremistas.
Yo siempre he pensado que el PP ha asimilado a la extrema derecha que en otros países se ha convertido en fuerza política importante, y que ha llegado al gobierno, mientras aquí ha quedado en segundo término. Ahora parece que están dando la cara.
Pienso que desde la transición no ha habido extrema izquierda en España, a no ser que haya quien así califique a Podemos, o bien que los partidos de derecha les interese exagerar el izquierdismo de PSOE al asociarlo a Podemos e independentistas.
Es que quién piense que la exhumación de Franco no es un asunto político se equivoca. Efectivamente, por fin leo que se aprobó en 2017, pero no sé concretø.
No es un tema fácil. Demasiado poco está pasando. La ultraderecha está avanzando en Europa de tal manera que da miedo . A mí por lo menos me asusta.
Lo que no es de recibo es que un dictador tenga una tumba de estado en una sociedad democrática. Eso hay que arreglarlo. Pero es imposible que sea fácil. Estuvo cuarenta años en el poder. Se construyó un tejido fascista de mucho cuidado. Su ministro del interior fundó un partido político que ha alternado en el poder con el PSOE desde el 96, creo que fue en ese año cuando llegó Aznar a la Moncloa.
El PP jamás exhumará a Franco. Imposible.
Luego tiene que ser el PSOE. No hay otra.
La derecha esgrime sus argumentos, claro está, tendrá que arañar votos de donde sea.
Y además ha dado un vuelco a la derecha con Casado, porque el chaval se ha dado cuenta que en Europa eso mola.
Pero lo que es un disparate es que personas como Alfonso Guerra, dijese lo que dijo. El PSOE está en guerra. Lo vimos hace poco. Pero guerra abierta. El señor Guerra desde que perdió poder en el PSOE, se ha dedicado Soto voce a manejar hilos. Esto viene desde tiempos de Felipe González. Los guerristas perdieron , Felipe González es mucho Felipe González.
Está claro que Guerra prefiere a la señora andaluza , tan claro como que no sabe perder.
Personalmente lo haría al revés, sacaría a todos menos a Franco. Lo dejaría allí.
Pero eso no es factible. Quiero decir que es un tema que lo veo tan obvio y tan que la historia lo ha jugado , que no me quita el sueño. Pero entiendo que a mucha gente se le revuelva el alma con todo esto.
Cuanto antes lo hagan, mejor. Se tenía que haber hecho hace muchos, muchos años.
Y el señor Guerra lo sabe. Mucho mejor que la que escribe. Desde luego no le voy a seguir el juego.
Detesto la política. El mejor político es aquel que mejor engaña. Paso.
Un saludo cordial.
Por otra parte comprendo al señor Faus. Se llama nostalgia.
Es un señor valenciano que se afincó en Catalunya y creyó en ella. Y en Pujol. Como muchos. Fue lo suficientemente inteligente para ser crítico y progresista, pero jugando en la frontera, como buen jesuita, y no perder la cátedra.
Pero ahora las fronteras se han redefinido.
Cada uno somos producto de nuestras circunstancias y de la época histórica que nos ha tocado vivir.
Estoy orgullosa de la transición. Seguramente sí fuese catalana también hubiese sído pujolista. De hecho me gustaba, lo veía entrañable.identico a Yoda
Pero luego pasan muchas cosas, los tiempos cambian y te enteras de cosas que eran impensables.
Y a veces gana la nostalgia. Y Alfonso Guerra la sabe.
En fin.
González Faus suele dar una de cal y otra y otra de arena. Yo voy a dar unos argumentos en contra de casi todo lo que dice.
1-Da igual que sea la izquierda o la derecha quien tome la decisión, porque fue el Parlamento el que dio la aprobación de exhumar los restos mortales de Franco en 2017. Y es el Parlamento el que representa al pueblo español. El que algunos partidos ahora pongan la excusa de no apoyar esta decisión es por razones claramente electorales.
2- La historia de los pueblos se debe escribir con la sangre de las víctimas, no con las pesadas losas de los criminales. 43 años sin explicar la otra parte de la historia opuesta a Franco, ha dado como resultado el que la historia tenga que ser la de los vencedores para siempre jamás.
3- No tiene sentido ninguno el que verdugo y las víctimas estén compartiendo techo, eso sí, los vencidos hechos un revoltijo de huesos en la miseria más escandalosa y el verdugo, en un monumento faraónico para culto y veneración de grupos fascistas (con lo que conlleva esta ideología).
4- Mayor vergüenza, si cabe, es que García Lorca, por ejemplo, siga en una cuneta o un descampado inindetificable, como, se calcula, 150.000 asesinados más, tirados como perros por toda la geografía española, mientras a su asesino se le rinden honores a lo grande. Vergüenza de país.
5- Franco no es un fantasma, si lo fuera no se habría armado el alboroto que se está armando. Está vivo en sus admiradores y está aún más vivo en sus víctimas, los familiares de quienes mantienen vivo tanto dolor, que recuerdan con resignación, pero pidiendo justicia.
En Canal Sur Andalucía se emite todos los domingos por la noche (por lo menos así ha sido este verano) un programa de la memoria de las víctimas, con testimonios grabados cuando vivían y con investigadores que manejan documentos sobre muchos de los hechos de la represión franquista, y, la verdad es que se te encoge el alma ante tanta crueldad y barbarie, que no se quiere dar a conocer porque echándole tierra encima, piensan que desaparecerán los hechos.
6- Los soldados muertos sublevados han sido recompensados con sus nombres en todas las iglesias de España y todo tipo de honores, mientras que los soldados muertos que defendieron la legalidad republicana, están en el olvido, fueron lo peor de lo peor, se les trata como escoria desechable y como basura histórica
7- Eso en lo que respecta a los soldados durante la guerra, pero el segundo gran delito de Franco, después del golpe de estado, fue la represión del vencedor una vez terminada la guerra. Y este capítulo es tan largo que vale la pena saber que existe.
8- Y, finalmente, el que haya otros problemas que arreglar en España no es incompatible con resolver éste, por dignidad y por justicia. Porque con este argumento cada gobierno tendría que dedicarse a un sólo problema, el más urgente, porque más de uno sería imposible.
Lo siento, Faus, pero creo que tu artículo es bastante desafortunado.
(Uf, me han resuelto el problema del teclado)
Bravo Ana. Suscribo todo lo que dices. Cuando hay un corazón limpio izquierda y derecha forzosamente se han de encontrar y coincidir.
Ya Don Quijote lo decía. “Con la Iglesia hemos topado”. Falacia sibilina y perversa. Todavía pretenden “opinar”, sacar la cabeza. Cuando se tendrían que meter debajo de las piedras.
El articulo desprende un “tufo” que no me gusta.
Si pero no y ademas todo lo contrario.
Lo típico del clero, mayoritariamente radicado en lo pútridamente conservador.
Son correosos la mayoría de clérigos. Su brújula proclaman que señala el Norte, pero no, señala exactamente una desviación hacia la derecha, hacia lo putridamente conservador.
Porque ellos mismos o son conservadores o simplemente desaparecen. Defienden su espacio, y lo que sale de ellos siempre es defendiendo su espacio. Ahora eso si. Hacen malabarismos y es difícil encontrarle el truco. Correosos…
“Dios escribe derecho con renglones torcidos”. Bien venida sea la restitución de la verdad que nos dice nuestro sentido común. Demasiado se ha tardado para acometer el tema de esto que hemos venido a llamar “de la memoria histórica”. Hay problemas acuciantes sociales, como siempre. Pero sea como sea, no podemos tolerar por mas tiempo, símbolos del poder “nacionalcatolico” que pesó sobre el pueblo español como una losa mayor que la que tapa la fosa del cadáver del dictador criminal.
Los clérigos católicos. si no es para alentar la restitución de la respetabilidad histórica a quienes si se lo merecen. Que se estén calladitos, que están mas guapos.
Se ha mandado solo.
Quería decir Pedro el guapo, como él lo llama.
A mí me encantaba el tándem Felipe-Guerra. Pero se pelearon entre ellos. Agua pasada. Los dos.
Pero oír al señor Guerra decir que es un asunto del pasado es indignante. Es un asunto que la transición , en la que participó activamente, dejó sin resolver.
Un saludo cordial.
Alucinante.
Pero alucinante.
Lo que sucede con Alfonso guerra es que no soporta a Pedro el gua