Allá donde los presos de crímenes horrendos, de robos incruentos, de torturas sin cuento, allá donde los cuerpos sin libertad ni hazañas, sin ver el firmamento, sin esperanza cierta, con la pared por horizonte abierto, allá ¡nessun dorma!
Allá donde un niño con el cáncer por compañero de juegos pierda su vida, donde un gotero desgrane su rosario y una vía abra una puerta al amanecer, donde el silencio del miedo a la nada se aferra al silencio que nada tiene, allá ¡nessun dorma!
Porque sólo tenemos un cirio y un fuego y muchas penas y muchos quereres rotos y mucha gente que no tenemos ya más que en el puro recuerdo y se nos parte el alma de tanto como sabemos que no es cierto. ¡Nessun dorma!
Porque solo nos queda vigilar esa puerta, por si llama a deshora el que nos roba el alma. Por eso, con el cirio y el fuego ¡nessun dorma!
¿Pero hay algo en el Antiguo Testamento que no sea una historia inventada?. Probado está que se escribió a la vuelta de Babilonia de Josías, su Sumo Sacerdote Helcías, y el escribano Safán. La arqueología ha levantado toda esa fabulación y la puesto en su sitio: Proyecciones de grandeza de un pueblo y supuesta elección por una divinidad verdaderamente terrorífica. ¿Como extrañarnos que la iglesia tenía prohibido su lectura precisamente por esa razón?. Lutero la tradujo al alemán y puso en conocimiento tales monstruosidades, y con la Reforma acabó de llevarla definitivamente a su común conocimiento, sembrando todo ello el camino al protestantismo. En España su lectura estuvo prohibida hasta el año l944 ante las traducciones de la misma, pero con lecturas debidamente autorizadas por los rectores del nacionalcatolicismo. Era EL LIBRO NEGRO. El conocimiento de la Biblia era una de las características de los cristianos protestantes. La verdad es que el cristianismo desde su fundación por Saulo el converso, fue la “pieza” más deseada por los católicos, a quien Nietszche les reprochaba la interpretación buscando en ella la apoyatura del Nuevo Testamento, viendo en todo signo, hasta Moises con los brazos extendidos, premonición de la cruz de Cristo en el futuro. Para él era el colmo de la deshonestidad de la religión cristiana. y sus intérpretes.
Es curioso que ahora, cuando se hallan tantos descubrimientos poniendo en claro tanto cuento y tanta fábula acerca de esos relatos, la lucha del cristianismo por desplazar a aquel que se llamó a sí miso “Pueblo Elegido”, el judío, el cristianismo se ha quedado como aquel pintor que le quitan la escalera: COLGADO DE LA BROCHA por quedarse con el relato de “Pueblo Elegido”. Sicut transit…..
“Derrama tu furia”
por Ury Avnery (Tel Aviv, Israel)
Ya no hay duda de que
* el éxodo de Egipto nunca tuvo lugar,
* ni la conquista de Canaán. – Los egipcios eran cronistas obsesivos.
– Se han descifrado ya muchas decenas de miles de tablillas.
– Habría sido imposible que un evento como el éxodo hubiera ocurrido sin ser registrado detalladamente.
– No, si 600.000 personas abandonaban el país, como dice la Biblia,
– ni si eran 60.000 o incluso 6.000.
– Especialmente, si durante la huida todo un contingente del Ejército egipcio se ahogó, junto a sus carros de combate.
El tango “Silencio” y un contexto trágico
http://www.todotango.com/historias/cronica/458/El-tango-Silencio-y-un-contexto-tragico/
https://www.youtube.com/watch?v=fiPcRgGhkvA
Vaya un tango preciosisimo. Me recuerdan a mi padre, le encantaban.
Todos tenemos pérdidas, alguna que otra sin entender.
En fin.
Un saludo cordial.
El de volver es increíble. Pero no sé yo si es bueno volver. Lo mejor es seguir adelante . Nunca encuentras lo que esperas cuando vuelves, porque las cosas cambian.
Se ha ausentado por ignotos vericuetos el primer párrafo de la columna que dice así:
Allá donde se encienda un cirio, y a su vera arda un fuego, allá donde la noche espesa se rompa en el silencio con cantos de esperanza, cantos viejos, rodados por miles de gargantas por siglos de milenios, de niños ya dormidos, de mujeres que lloran penas de opresiones sentidas y nunca confesadas, de mocetones recios que ansían gozar del vivir del mañana, de hombres que aprendieron que todo es nada, allá ¡nessun dorma!