El pasado jueves nos llegó la noticia como un terrible desgarrón. Había muerte por la noche Jaume Botey, activista, teólogo, político, profesor y presidente de la asociación ‘Cristianisme al segle XXI’. Desde los años sesenta se había establecido en el barrio de Can Serra de l’Hospitalet, segunda ciudad catalana por número de habitantes, de de la que fue el primer concejal de enseñanza de la democracia (1979-1983) por el PSUC y, posteriormente, concejal en la oposición (1987-1995) en las listas de Iniciativa per Catalunya. Botey fue promotor de las escuelas de adultos, de la Casa de Reconciliación, de la Asociación de Vecinos de Can Serra y del Centro de Estudios de l’Hospitalet.
- Colaboró en varios números de Iglesia Viva, que están accesibles en la página iviva.org de la revista. Por ello, desde hace tiempo y hasta hace poco, mantuve contactos con él. Recomiendo leer la entrevista que le hace a Paco Fernández Buey y sus últimos escritos intentando que en toda España se entienda la profundidad del nacionalismo catalán
- Y quienes tengan tiempo y entiendan catalán no se pierdan este extraordinario relato que se conserva en el Museu de l’Hospitalet: Historia de vida (2009). AD.
Evaristo Villar, en Redes Cristianas, le ha brindado este homenaje poético.
COMO SE QUIERE A UN HERMANO
A Jaume yo lo he querido como se quiere a un hermano;
no me preguntes por qué, nos bastaba solo mirarnos.Compañeros en causas justas, militantes en tantas apuestas.
Cada día en plétora los desafíos, cada persona un manantial de promesas.Mientras la gente gime y llora, ninguna institución es eterna:
hay que transformar este mundo, hay que rehacer esta Iglesia.¡Y tú te vas ahora, hermano, cuando el invierno es más recio!
¡Cuando la semilla aún dormita bajo la nieve y el hielo!Quién nos gritará desde las raíces de este mundo desquiciado?
Quién nos convocará a plantarle cara al maldito imperio del mercado?Cuando volvamos a Redes y ya no te veamos dentro
envidiaremos al cielo que te nos ha robado en secreto.Y tú ahora te vas, Jaume, con el corazón de humanidad lleno
Y a mí me queda la pena esperando un nuevo encuentro.
Sí, tristemente me comunicaron su muerte hace unos días desde Cristianisme al Segle XXI donde periódicamente asisto a las conferencias que organizan en Barcelona en la sede de Cristianisme i Justicia. Valga desde aquí, pues, mi más sentido pésame ya que por mi reciente operación de cataratas no me fue posible acudir al acto de despedida.
Jaume Botey no ha muerto. Se fue, pero que queda. Porque los que aman y luchan por una nueva humanidad de justicia y paz no mueren. Viven en el pueblo y en el corazón de Dios. Jaume fue un soñador y un luchador, siempre con fe en la utopía del Reino que empieza a realizarse aquí en la tierra, aunque su plenitud está en el Misterio Trascendente.
Veo la muerte como una cosa Buena y particularmente deseo que , dadas las circunstancias de escasa protección de la ancianidad para alguien como yo y como tantísimas personas en los EE. UU., preferiría que la mía no tardase demasiado y que si va a ser dificultosa que no sea prolongada.
Es Bueno morir como Botey, con una Buena obra a sus espaldas, cosa que yo no puedo contar, y tener una vida fructífera de lo que tampoco puedo alardear. De cualquier modo, deseo solo morir en la esperanza y agradecido y deseo que Botey haya podido lograr llegar a su meta en esas condiciones.
Agradezco su vida y por todo el bien que haya hecho y deseo que haya tenido oportunidad de subsanar sus errors y metidas de gambas que todo hijo de buen vecino las tiene. Felicito a este foro y a otros que contaron con sus aportes y a las personas que le conocieron y deben agradecer esa oportunidad.
Es verdad luis alberto , la muerte nos espera a todos, pero también es verdad que previamente tenemos la vida.
Y en la vida nos ayuda el tener referentes de los que nos han precedido. Esas son las personas a las que debemos homenaje.
Es bueno agradecer su esfuerzo y su ejemplo, aún sabiendo, que la imperfección es consustancial a todos.
Un saludo
La entrevista a Fernández Buey , de la que se nos facilita enlace en este artículo, es muy enriquecedora.
Destaco la siguiente respuesta ( pág. 76) de Fernández Buey: :
<< “(…) ¿y usted qué hace cuando se encuentra a la entrada del metro de Madrid o de Barcelona una multitud de pobres que piden?, ¿qué hace usted?”. Para mí, la respuesta a «¿qué hace usted?» es mucho más importante que la manifestación teórica de los principios ideológicos. Es decir, ¿qué hace un marxista ante esto? Pues puede hacer dos cosas, la primera, si es un leninista estricto, puede hacer lo que hizo el Lenin joven: “nada de dedicarse a la alfabetización de los campesinos, porque lo que nos interesa es profundizar las contradicciones ». La conclusión de eso hace tiempo que la sé, y Lenin cuando se estaba muriendo también: empezar a alfabetizar a la gente 20 años después, en condiciones mucho peores que las de 20 años antes y diciendo que no puede haber socialismo con analfabetos. >>
<<
Mi punto de vista es que no hay cultura laica que dé respuesta a los grandes problemas de la humanidad, la pobreza, la droga, la emigración, etcétera. ¿A dónde lleva una reflexión como esta?, pues a una consideración sobre los movimientos religiosos de hoy día: ¿por qué la religión, a pesar del momento tan reaccionario como el que hay, presenta tanto atractivo para tanta gente pobre?, pues porque por lo menos atiende los problemas verdaderamente graves para una parte importante de la humanidad. Igual desde la otra perspectiva, ¿por qué hay tanto fundamentalismo en el mundo? Pues porque el fundamentalismo religioso es, si queremos lo podríamos llamar como lo llamaba Marx: «el suspiro de la criatura oprimida», de acuerdo! Pero hay momentos en los que atender el suspiro de la criatura oprimida es más importante que la duda eterna y evidentemente más que el poder establecido. >>
Y seguidamente, a otra pregunta, contesta Fernández Buey:
<< El diálogo cristiano-marxista o el encuentro con Garaudy y otros que en el momento de la crispación representaban la corriente más dialogante, para mi no era un diálogo teórico, siempre fue como un diálogo práctico, ético-político. Así lo veía también Manolo Sacristán. El diálogo es fundamental en el momento en que te estás encontrando cotidianamente con gente que tienen otras perspectivas y que a pesar de eso los sientes como hermanos. No se trata tanto de buscar argumentos para saber qué tenemos que criticar o como tenéis que defender la religión, sino de buscar formas para trabajar juntos. (…) >>
Todos nos estamos acercando a la muerte, hoy él, mañana nosotros.
Muy emotivo, bello y reivindicativo el texto de Evaristo Villar en recuerdo de Jaume Botey.
Muy interesante la entrevista a Francisco Fernández Buey .
Fernández Buey participó con un artículo titulado “La influencia del pensamiento marxista en los militantes cristianos” en el libro “De la dictadura a la Democracia. La acción de los cristianos en España (1939 – 1973)” publicado por Desclée de Brouwer, Bilbao 2005.
En dicho artículo, comentando las circunstancias de “los marxismos” (así lo decía él) en los militantes cristianos , decía F. Buey (pág. 90):
<< La coincidencia práctica de marxistas y cristianos militantes (HOAC, JOC, JEC)en las luchas obreras y estudiantiles antifranquistas que se concretan, mediada la década, en la creación de las primeras Comisiones Obreras y de los Sindicatos Democráticos de Estudiantes (…) Esta aproximación, que no siempre significa coincidencia , está suficientemente documentada para los casos de Asturias, Andalucía, Madrid y Cataluña, tanto en lo que hace a las luchas obreras como a las luchas estudiantiles >>