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La religión y el dinero

Parece como si Pepe Castillo, en esta entrada, quisiera seguir el largo hilo de comentarios que suscitó Carlos en Acción y espiritualidad. ¡Ojala que los comentarios de este hilo tengan la misma riqueza y que Castillo también los siga y entre a contestar, como Carlos. Para ello hagamos un esfuerzo de ser más breves y concisos. AD

El conocido historiador de la cultura religiosa de la Antigüedad, el profesor Peter Brown, en su reciente y conocido estudio sobre la riqueza y la construcción del cristianismo en Occidente (Por el ojo de una aguja, Barcelona, Acantilado, 2016), ha estudiado detenidamente y a fondo cómo se produjo el asombroso enriquecimiento de la Iglesia primitiva en los años en los que se vivió más intensamente la transición de la Antigüedad a la Alta Edad Media. Concretando más – a juicio del citado Peter Brown – estamos hablando de los años que transcurrieron desde finales del siglo IV hasta comienzos del siglo VI.

En aquel tiempo se produjo un fenómeno de unas consecuencias inimaginables. Por supuesto, la Iglesia dejó de ser “un ejército de desheredados”, como lo había sido en los siglos II y III (E. R. Dodds). Pero el paso decisivo consistió en que aquella Iglesia, que se enriquecía con notable rapidez, supo armonizar la riqueza económica con la espiritualidad. Es decir, desplazó el cristianismo desde el Evangelio hasta convertirlo en “mera religión” (cf. Max Horkheimer). Como indica el profesor Brown, quizá se pueda decir que así “los budistas y los cristianos tal vez hayan encontrado el modo de llegar a una solución común”.

¿Qué tipo de solución? Tanto los budistas como los cristianos sabían que quienes comían con el diablo de la riqueza necesitaban una cuchara larga. Sin embargo, quizá era precisamente la longitud de la cuchara lo que les daba una ventaja. El ideal de despego de las cosas mundanas dejó a la riqueza sin glamour, pero no la hizo desaparecer; de hecho, reforzó sutilmente la idea de que la riqueza tenía una razón de ser: estaba allí para usarla, para administrarla con eficacia y sensatez en beneficio de la Iglesia.

Así, el “giro decisivo” – en la historia de la Iglesia – no se produjo en el s. XI, en los pontificados de León IX (1049-1054) y Gregorio VII (1073-1081) (Y. Congar), sino mucho antes. Ya, en el s. V, se produjo el “giro determinante”. Porque el cambio, que lo modificó todo, no tuvo su clave en el ejercicio del poder para el gobierno de la Iglesia. Ese cambio estuvo en el desplazamiento del Evangelio a la Religión. Es decir, cuando lo que define a un cristiano no es ya el “seguimiento” de Jesús, sino la “observancia” de lo sagrado (templo, sacerdotes, rituales…). Todo esto, como es lógico, representa tener un personal “profesionalizado”, unos edificios, centros de estudio bien cualificados. Todo esto, además, dotado de un “poder sagrado”, que conlleva y se traduce en una serie de poderes jurídicos, sociopolíticos, económicos, doctrinales, etc., que necesitan mucho dinero, mueven abundante riqueza y justifican manejar importantes capitales.

Las consecuencias, que todo esto ha motivado, legitima y justifica son bien conocidas. La más importante, de esas consecuencias, es que, si se aceptan estos cambios y se consideran intocables, la Iglesia no tiene más remedio que vivir, en cosas muy fundamentales, en contradicción con el Evangelio. Por supuesto, la Iglesia se esfuerza y trabaja incesantemente por estudiar, comprender y explicar el Evangelio. Pero no puede vivir en coherencia con él. Ni puede ser consecuente con lo que el Evangelio enseña.

Concretamente, Jesús prohíbe a los apóstoles llevar dinero para anunciar el Evangelio (Mt 10, 9-10 par). Jesús estaba persuadido de que el dinero, no sólo no es necesario para hacer presente el Evangelio. Además de eso, si Jesús prohibió a los apóstoles llevar dinero, eso nos viene a decir que – a su juicio – el dinero es un impedimento para anunciar su mensaje.

Por lo demás, en la sociedad de todos los tiempos y más aún en la cultura en que vivimos, tener y manejar dinero es un condicionante que lleva consigo estar de acuerdo con los poderosos y adinerados, con el gran capital y con los medios, instituciones y procedimientos que utilizan los ricos y acaudalados para mantener y acrecentar su riqueza. Si la Iglesia es una institución rica y prepotente, ¿cómo va a tener libertad para decir a los ricos y prepotentes lo que les tendría que decir?

Y quede claro que aquí no vale el argumento de la caridad y la limosna, que la Iglesia practica en abundancia y con notable generosidad. Pero no olvidemos nunca que las desigualdades e injusticias, que tanto abundan, no se resuelven con limosnas, sino con la justicia y el derecho. Vivir “de limosna” es una de las cosas más humillantes que hay en la vida. Lo que necesitamos es un mundo más justo e igualitario.

Por todo esto, por lo que estoy diciendo, ¿cómo nos va a sorprender o escandalizar el hecho de que la Iglesia se calle ante tantos escándalos de corrupción como los que estamos viendo y soportando? ¿Quién puede exigir a los demás lo que él mismo no practica? ¿Por qué el actual obispo de Roma, el papa Francisco, está teniendo las más fuertes resistencias, no de parte de las masas populares, de los pobres, de las gentes marginales, sino de los prepotentes de este mundo y, sobre todo, de una notable parte del clero y de la Curia Romana?

Aceptemos, de una vez para siempre, que mientras la Iglesia no se ponga a vivir el Evangelio, de forma que todo el mundo lo vea y lo palpe, esta Iglesia nuestra tendrá buenas relaciones con los poderes públicos y con los más poderosos de este mundo, pero por eso mismo vivirá como una institución religiosa, que difícilmente podrá estar, en este mundo, como lo que realmente tiene que ser, el “recuero peligroso” de Jesús.

39 comentarios

  • Carmen

    Es que…

    Para qué?

    La riqueza de  la iglesia católica acumulada por estar unida al poder durante 16 siglos y ser ella misma un poder político durante unos cuantos ,es que…

    Me dan mucha pena millones de personas honestas que han dedicado su vida a la iglesia a lo largo de los siglos. En realidad son ellos los  que sufren con todo esto, a los de arriba les da lo mismo,salvo excepciones. Supongo.

    Y no sé trata de poner el cascabel al gato. Es que al gato le da lo mismo llevar o no cascabeles. A los ratones se los va a comer igual. Porque más cascabeles que han puesto los de la teología de la liberación, o los curas obreros, o los teólogos que han sido apartados de sus cátedras o señalados como herejes…

    Entonces? Pues no lo sé.

    En fin.

    Un saludo cordial

     

     

     

     

  • Antonio Duato

    Veo que el hilo de comentarios a este artículo de Castillo está aún vivo y lo aprovecho para comentar un ejemplo de hace doce años (muy ligado a ATRIO) que hoy vuelve a ser noticia: el desastroso viaje de Benedicto a Valencia en 2006, con motivo del día de la familia, por cuya gestión económica han sido todavía ahora citados a declarar como imputados el expresidente Francisco Camps y el obispo auxiliar (ver Religión Digital de hoy).

    Me ha impresionado la clarividencia y fuerza con que muchos cristianos (visibilizados en gran parte por ATRIO) levantaron su voz contra es proyecto, desde el principio, cuando aún se había elegido el escenario y la vergonzosa colaboración con las autoridades peperas de Valencia que parece que quisieron en ese viaje experimentar y bautizar su plan de operaciones corruptas.

    Si alguien quiere puede recorrer esas entradas, desde la primer en febrero hasta las últimas, ya consumado el viaje: Encuentro de las familias y corrupción a través de ATRIO. 

  • George R Porta

    No me parece problemático que los profesionales de la religion vivan de su «profesión» u oficio y que sean compensados monetariamente por ello, para ese fin de sobrevivencia, sobre todo si su filiación religiosa les permite cofundar una familia.

    Donde si veo mucho problema es que haya clases sociales entre ellos (parroquias de ingreso, ascenso y término, por ejemplo) y que la remuneración dependa de la afluencia económica de la población a la cual sirven.

    También veo problemas en que los recursos económicos de las religiones en unas partes del mundo dependan de las donaciones de otras más ricas, porque ser «más pobre que» o «más rico que» es problemático a la luz del evangelio jesuánico tal y como lo conocemos, si no escandaloso.

    Si además hay misnistros religiosos que se atreven a medrar en la política (de un signo u otros) y a tratar de influir tendenciosamente las opiniones políticas y la opción política de las personas objetos de su ministerio, la cuestión ya no es problemática, sino francamente intolerable.

    La distribución desigual de las riquezas y los bienes es un escándalo desde el punto de vista del evangelio y por lo tanto, desde ese punto de vista, que haya religiones llenas de riqueza como la Católica Romana o miserable como las de las tribus indígenas de Brasil o del centro de Africa, es escandaloso.

    La recomendación de que quien se compromete a ministrar religiosamente no lleve más que el vestido puesto, las sandalias y un callado (en el mejor de los casos), que coma lo que se come allí donde vaya (asumiendo que no escoja ir solo a los palacios) es una recomendación saludable y garantiza la necesaria autonomía del ministerio y del ministro, su rol profético.

  • M.Luisa

    Sigo con mi comentario anterior con esta breve reflexión.

    Por tanto,  la efectividad real que  hubiera tenido  la riqueza material del mundo en su función trascendental dada en la experiencia humana, se frustró al hacer el hombre religioso  la experiencia de aquel cambio en el que, sin atender  a la idoneidad de aquella experiencia,  prevaleció  la sacralidad al Evangelio por lo que algo que ya de por sí  llevaba inmersa aquella posibilidad real de hacer  expansiva la riqueza para alcanzar a todos los rincones de la tierra hubo que sustituirse   por un sistemas de parches caritativos  al servicio  de una moralidad  que obedece no a la culminación espiritual por realización en virtud de nuestra propia estructura moral  como personas, sino a una moralidad clerical  desgajada totalmente de ella.

  • oscar varela

    ¿Por qué hay Patrones y Piones, no?
    TABACALERA
    https://www.youtube.com/watch?v=ALLpiwQ2RBc

    Amargo como el sabor de la planta del tabaco
    así es mi vida patrón, pero la endulza mi canto,
    así es mi vida patrón, pero la endulza mi canto.

    Mi canto de labrador, riega la tierra fecunda
    sembrando ilusiones voy, en las hoyadas profundas,
    sembrando ilusiones voy, en las hoyadas profundas.

    Después cosecho gavilla de tabaco de mi flor
    la tierra da maravillas y aunque hecho yo la semilla
    tengo que fumar del pior.

    Desde que ha salido el sol, siempre pegao a la tierra
    me alegra y me da dolor, mi tierra tabacalera
    me alegra y me da dolor, mi tierra tabacalera.

    Que triste jornadas son las de los pobres labriegos
    de cuando en cuando un tizón de amargo tabaco negro
    de cuando en cuando un tizón de amargo tabaco negro.

    Y así sembrando esperanzas por los tabacales voy
    y en esta eterna labranza otros llevan la ganancia
    y yo cosecho dolor

    Amargo como el sabor de la planta de tabaco
    así es mi vida patrón pero la endulza mi canto
    así es mi vida patrón pero la endulza mi canto.

    Mi canto de labrador, riega la tierra fecunda
    sembrando ilusiones voy, en las hoyadas profundas,
    sembrando ilusiones voy, en las hoyadas profundas.

    Después cosecho gavilla de tabaco de mi flor
    la tierra da maravillas y aunque hecho yo la semilla
    tengo que fumar del pior,
    y aunque eche yo la semilla
    tengo que fumar del pior.
    ……………….

  • M.Luisa

    Todos por más humilde que sea nuestro entorno hemos experimentado alguna vez   aquel sentimiento de bien estar, de satisfacción cuando  sin tener nada que ver todavía con ningún objeto de deseo,   hemos tenido en nuestras manos algo que lo  despertara, no al deseo me refiero, sino  aquel legítimo sentimiento.

    El cambio del que nos habla el artículo, como todo cambio produjo sus  efectos, sin embargo  como también habla de desplazamiento a mi entender este desplazar a Jesús del Evangelio al ámbito de lo sagrado en el que la compuerta de la riqueza y el lujo  se abrió sin  freno,   fue en mi opinión,    no necesariamente,  como consecuencia  directa de aquel sentimiento que está  al abasto de todos, como decía al comienzo, sino que lo determinante de aquel desplazamiento hay que buscarlo, pienso,  precisamente en el  hecho de haber omitido  en aquella experiencia ( de la riqueza) como en todas las experiencias humanas  la alternancia ofrecida  en el seno mismo de  cualquiera de ellas.

    Esa alteridad  en toda experiencia humana se puede concebir,  con respecto al cambio (conversión) enunciado por la Buena Noticia,    como aquel momento  que hace del cambio no algo que pudiera presentar arbitrariedad, es decir, que lo cambiante tanto pudiera ir hacia delante como hacia atrás  sino    que en  su propia irreductibilidad lo hace trascender.

    Por tanto la experiencia de la riqueza material  en el mundo más allá de su mera objetividad efectiva para unos pocos tiene su efectividad real, es decir, también espiritual   al hacerla extensiva para el bien de toda la humanidad.

    Este punto de vista se ha de considerar en coherencia  con lo que expresé anteriormente en este hilo.

  • George R Porta

    Me pregunto si es posible separar la religion, tal y como es conocida, del dinero. La respuesta es que no y por esa razón ya se puede comprender que pueda y tenga que ser corrupta.

    Si la atribución de la narraciones evangélicas al Galileo de haber sugerido que hubiera que dar al César lo que le pertenece (Mc 12, 17) es claro que la religion no ha respondido a la sugerencia del lado que debía. Tampoco sé si la religion pudiera dar algo a Dios. Para comenzar, no le puede ofrecer los sacrificios expiatorios que no desea recibir.

    El tema no debiera ser complejo. La pobreza parece que haya elegirla a base de intentar ser lo más pobre posible en cada momento, no en hacer compromisos a largo plazo, ni a corto tampoco. Me parece que se trate de elegir u oprtar por ser lo más pobre posible en cada día, cada vez.

  • oscar varela

    Marcha a Lago Escondido
    Por Francisco “Paco” Olveira (Cura en opción por los pobres)
    https://www.pagina12.com.ar/96541-marcha-a-lago-escondido
    El Evangelio de Lucas cuenta la parábola de un hombre muy, muy  rico que amontonaba y amontonaba. Había tenido una gran cosecha y ya estaba organizando la construcción de un nuevo granero así podría vivir tranquilo muchos años. Pero Dios le dijo: “¡Insensato! Esta misma noche te van a reclamar tu alma…Esto vale para toda persona que acumula para sí misma, y no es rico a los ojos de Dios” termina diciendo el texto (Lucas 12, 13-21)

    • ELOY

      Hola Oscar.

      Siempre sigo con interés tus comentarios. Siempre aprendo algo.

      Felicito a los caminantes al “lago escondido”. Siempre es indignante que lo que es público se utilice privativamente por personas poderosas y abusadoras de su posición, que deduzco del relato que eso es lo que está sucediendo en ese caso.

      • oscar varela

        Gracias ELOY!
        Creo, al mismo tiempo, que eres tú quien ha trabajado en Atrio el “Aparato ortopédico-REGULATIVO” de la DISTRIBUCIÓN de lo ACUMULADO.
        Me refiero a “las Cosas Públicas = RE-PÚBLICA”. En el caso de España.
        (Todo el Libro de Thomas Piketty pone su centro en eso: LA DISTRIBUCIÓN EQUITATIVA.)
        Y esto no lo pueden hacer hoy sino esos Aparatos inventados con tanto esfuerzo en las Sociedades históricas.
        En las historias de algunos Países se los llama Estados.
        También Román aporta y sigue.
        ¡Vamos todavía!

    • m. pilar

      ¡Gracias Oscar! Hermosa lucha,les deseo de corazón, que puedan conseguirlo.
      Esas “cosas” tienen los poderosos… se sienten dueños de cuanto les apetece…¡A cualquier precio!
      Abrazos.
      pili

  • Isidoro García

    Amigo Oscar: No son ganas de escurrir el bulto. Es que muchas veces en las discusiones cuerpo a cuerpo, nos perdemos en detalles, y se nos escapa lo fundamental. Y ya me alargo siempre demasiado, y hay que limitarse, y poner cada tema en su auténtica importancia.

    Pero como insistes, te diré, sobre 18 febrero 2018, 2:15 am:

    Lo primero, es que creo que no es del todo cierto la equivalencia de “Riqueza acumulada individualmente = Fraude”.

    Eso es un apriorismo antropológico ideológico. La acumulación de riqueza puede tener como origen el fraude y el latrocinio, (y contra ello están la Ley civil y sus servidores), pero también puede tener origen en el trabajo duro, inteligente y serio.

    Hay que partir de la base de que nos guste o no, existe la “injusticia” de la naturaleza. Realmente la naturaleza no es justa ni injusta, simplemente ES. Y dentro de la dinámica de la naturaleza, unos reciben mas “dones” que otros.

    Unos átomos de carbono, se convierten en diamante y están engarzados en oro en el dedo de una rubia, y otros son un trozo de carbón sucio y negro, que van a parar a la lumbre.

    Unos nacen sanos, inteligente, en buen ambiente cultural y social, y otros nacen enfermos o con la muerte temprana en su destino, y/o sin posibilidades de promoción social, cultural  económica alguna. Otras veces es la fortuna ciega: me toca la lotería, me encuentro un tesoro, se me ocurre una idea genial, etc..

    Es verdad que en el curso de nuestro avance y evolución, debemos ir dominando poco a poco la naturaleza, para minimizar el factor aleatorio. Pero mientras tanto ¿qué haremos los que no nos morimos de cáncer, suicidarnos en solidaridad con los desgraciados a los que les toca?.

    Los humanos que todo lo antropomorfizamos, enseguida juzgamos al “Cielo” y a todo bicho viviente. Por decirlo así, constantemente le estamos diciendo a “Dios”, al “Universo” o al lucero del alba, cómo debían de haber diseñado el Universo. Parece un chiste pero es así.

     

    Y no  te contesté a lo de “Se trata de la DISTRIBUCIÓN de la Riqueza acumulada. Lo acumulado es un BIEN COMÚN. Esto está clarito en Hechos (de Lucas)”.

    Primero porque yo no creo que lo acumulado necesariamente sea un buen común, que deba ser administrado comunalmente. (Otro tema es la natural y legítima intervención del Estado vía impuestos y legislación social moderadora de la propiedad privada y la herencia).

    Y lo de apoyarse en los Hechos de Lucas, (en la vergonzante anécdota de la pareja que sisó a la Iglesia), yo veo que aquí lo que estaban defendiendo no era poner la riqueza en manos de todos “cooperativamente”, sino de la “Organización”, donde el mando no es cooperativo, y por eso creo que no sea un buen ejemplo.

    En los Hechos, ya se estaba incubando la idea orgánica de que el patrimonio de la Iglesia era el patrimonio de los pobres. (Ya decía yo antes lo equívoco de esa palabra “pobres” en la literatura evangélica de final del I y principio del II).

    En http://blogs.periodistadigital.com/antoniopinero.php/2018/02/18/el-obispo-administrador-la-riqueza-la-ca, de Antonio Piñero, sobre el libro de Brown, se ve como poco a poco se fue incubando esa idea que acabó cristalizando, Juliano Pomerio, discípulo de Agustín.

    Todos sabemos, y tú con tu experiencia más aún, que no se pide para los pobres directamente, sino que el dinero pasa previamente por la Iglesia, y en el camino, “siempre algo se queda”. Me imagino que no te engañas y que eres consciente de que tus costosos estudios universitarios en Roma, fueron sufragados con “dinero de los pobres”. (Al fin al cabo, todos somos pobres).

    Al matrimonio rico que se quedó con parte, si se le castigó solo fue por sisarles los cuartos a los obispos. Y si se colocó en el libro, fue para escarmiento de futuros avisados y para aviso de escarmentados. Chantaje moral puro y duro. ¡Vaya lección moral!.

    Y de ahí venía el plantear que los escritos evangélicos y asociados, hay que leerlos con una visión del contexto histórico en el que fueron formulados, y no como lección moral general.

     

    Mateos y Schokel, traducen los textos, (me imagino que muy bien), y respecto a lo del amigo Salvador, creo que lo que hace es una espléndida exégesis personal… de los mismos escritos evangélicos textuales. Y me parecen muy bien, solo que yo hago una enmienda de base sobre los textos, y los relativizo plenamente. Con lo cual toda exégesis sobre ellos, solo es válida para creyentes fundamentalista de los textos.

    Para los demás, se reducen a escribir sobre agua.  O sobre arena que se la lleva el viento.

    Pero solo es una opinión personal y puedo estar equivocado.

  • Salvador Santos

    A Ana Rodrigo
     
    He leído tu comentario del 17/02 a las 14:07. Mi felicitación. Demuestras inteligencia. No es común reconocer la dificultad en entender algo y solicitar ayuda.
     
    Es complicado entender eso de los ‘pobres felices’ de la primera bienaventuranza debido a la cantidad de tonterías que se han dicho y se siguen diciendo respecto al tema.
     
    La explicación a tus dudas te la ofrece el mismo Mateo en 6,19-34.
     
    Te aporto algunos datos complementarios:
     
    1. La mayoría de las biblias traducen siguiendo el latín de la Vulgata y escriben: “pobres de espíritu”. ¡Gran error! Como sabemos, el latín no tiene artículos. En el texto original griego el término ‘espíritu está precedido de artículo: “el espíritu”. Por tanto, incluso una mala traducción literal del texto original sería: “pobres DEL espíritu”, pero nunca “de espíritu”.
     
    2. El vocablo ‘espíritu’ en la cultura bíblica hace referencia a la interioridad del ser humano. Cuando en esa cultura se habla de una interioridad estática (convicciones, sentimientos) se emplea el término ‘corazón’. Si se trata de una interioridad dinámica (decisiones, opciones) se usa la palabra ‘espíritu’.
     
    3. De ahí que en la traducción de Juan Mateos se lea:
     
    “Dichosos los que eligen ser pobres,
    porque esos tienen a Dios por Rey”.
     
    Los felices no son los pobres. A los pobres les ha caído toda la desgracia encima. Resulta evidente. Lo son, y desgraciados, a causa de la acumulación de los ricos. La primera bienaventuranza no habla de la pobreza sociológica, sino de aquellos que renuncian a la ambición de ser ricos y toman partido por la sociedad alternativa, el llamado: reinado de Dios.
     
    “Los que eligen ser pobres” son felices en cada comunidad de seguidores. Ahí hay dicha, pero no hay ricos. Hay dicha porque la generosidad compartida y la igualdad generan abundancia. Se habló de este tema en el artículo de hace unas semanas: EL GALILEO ESTA QUE TRINA, cuando el Galileo responde a la réplica de Pedro:
     
    “Pues mira, nosotros ya lo hemos dejado todo y te hemos seguido”.(Mc 10,28-29).
     
    4. En la explicación de “los que eligen ser pobres” que ofrece Mateo, se puede leer:
     
    “No podéis servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24).
     
    La ambición de la riqueza supone la opción por el dinero. “Los que eligen ser pobres” son los que han dicho no al dinero como Señor y “tienen a Dios por Rey”
     
    Solo la primera y la última bienaventuranza (las otras, no) tienen el verbo en presente y terminan del mismo modo: “porque esos tienen a Dios por Rey”. Son dos condiciones indispensables para quienes deseen formar parte de esa sociedad alternativa (el reinado de Dios): Renuncia a la ambición del dinero y aceptación del rechazo y la condena del sistema (Mc 8,34).
    Espero que estos apuntes te sea útiles.
     
    Un abrazo entrañable.

  • M.Luisa

    Ayer te leí, Miren, pero no pude entrar, me di cuenta  que insistías  en el enfoque que propuse días atrás sobre la filosofía del “Estar” como previa, decía allí, a la del Ser, según la cual a partir de la física cuántica ayuda enormemente a interpretar, actualizándola, muchas de las cuestiones teologicas.

    A mí no me importa dejarlo, si quieres, no tengo ningún empeño en darle más vueltas al tema, pero como después de haberlo intentado aquí varias veces, sobre todo cuando se ha tocado el tema de la laicidad,  tú has sido la única que me has interpelado sobre tal cuestión,  por esto aunque sea sólo por respeto   es por lo que me dirijo a ti  sin que por ello   haya ningún atisbo   de pretender entrar en algún tipo de convencimiento.

    Unos pocos trazos nada más.

    Interpreto que le das a ese “estar” un sentido muy restrictivo cuando desde la física cuántica ese estar nos sitúa en el campo de realidad mismo o en la realidad campal, como se quiera decir.

    Entonces si esto es así, la frase con la que empiezas tu comentario del pasado 167F a las 15h.47´  “Si no se es cristiano coherente difícilmente se puede estar” habría que leerse a la inversa justo  porque los humanos  por nuestra inteligencia nos encontramos y vivimos no en un medio de estímulos meramente sensibles sino en un campo lleno de posibilidades reales,  precisa y llanamente, para poder llegar a ser.

    Permíteme que en aras a la claridad yo que no estoy muy dada a citar  de buenas a primeras  frases evangélicas ahora, en cambio,   recurra a aquella que dice más o menos  “En Él somos, nos movemos y existimos”   este plano es para que nos entandamos el originario, el de nuestra situación.

    También ayuda a la comprensión de un tema no poco complejo, la lectura del artículo “Los profetas” de Salvador Santos que dentro de su magnífica comprensión global, destacaré para nuestros  efectos, el punto donde dice:

    “Profetas analistas de la realidad”

    (…)Los profetas se caracterizaban por ser agudos analistas de la realidad en la que estaban inmersos. La mayoría de los libros que recoge la actividad de los profetas comienzan declarando con extremado detalle el marco espacio –  temporal en el que actuaron estos inconfundibles personajes”.

    Pues bien, es en ese marco triádico, materia- espacio-tiempo,   donde hay que situar la filosofía del “estar”  o de la realidad de la cual hemos de partir si queremos repensar la religión para que el cristianismo no  muera.

  • Isidoro García

    Lo que yo quiero decir en mi crítica de la moral evangélica, es tres cosas:

     

    1.Jesús no escribió ningún tratado moral, que expusiese claramente su doctrina. Los evangelios, son un conjunto de sucesos y frases recordadas de Jesús, (y no todas son de su procedencia), dichas en un contexto variado, muy distinto del contexto en el que se escribieron 40-60 años después, y desde luego muy distinto del actual.

    Por otra parte como señalaba ayer, muy posiblemente Jesús, en plena aventura mesiánica, (en lo que él creía, el fin de los tiempos, previo al gran acontecimiento cósmico de la instauración del reino de Dios, con la intervención directa del mismo Dios), lo que solicitaba a los ricos, no era ayuda para los pobres, sino ayuda a su causa mesiánica.

    Cuando se escribieron los evangelios, con otro contexto totalmente distinto, se cambió el significado de sus palabras.

    Ese sacar las frases de su contexto original, las hace muy equívocas y dudosas. La misma significación de la palabra “pobres”, es un ejemplo. Cuando se habla de los pobres, (escrito ya en los años 70-90), posiblemente no tiene el mismo significado genérico que hoy día. Se asocia a la comunidad de creyentes cristianos.

    Pablo organizó una colecta para los pobres de los cristianos de Jerusalén. ¿No había pobres en la Diáspora fuera de Jerusalén? ¿No existían pobres entre los no cristianos?.

     

    2. No hay que caer en la mixtificación cultural cristiana de suponer el cristianismo como una enorme luz sobre una obscuridad moral total. En su época existían escuelas morales como los estoicos y los epicúreos, (que sufrieron una gran labor de difamación), y cuatrocientos años antes, habían existido toda la filosofía griega impregnada de humanismo.

    Jesús no inventó la excelsa frase del “no hagáis a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.

    El “O nosotros o el caos”, es una tergiversación que se ha realizado durante muchos siglos, pero hoy ya no cuela.

     

    3. Con todo lo que hemos aprendido en estos dos mil años sobre la naturaleza humana y sobre todas las nuevas rúbricas de la historia y la antropología humanas, es algo primitivo, ignorar todo ese avance en el conocimiento, y poner su guía en unos escritos, equívocos y descontextualizados.

    Hacer eso, (como siempre que uno se aleja de la ciencia y del conocimiento y del contexto psicológico humano), significa caer en la idolatrización de los textos y las palabras, lo que conlleva el fundamentalismo, y el integrismo textual, de unas palabras que ya no tienen el significado que quizás un día tuvieron.

     

    El traducir los escritos evangélicos, con la mentalidad cultural actual, es una actitud procedente, pero siempre que no nos engañemos a nosotros mismos, y seamos conscientes de que no estamos siendo auténticos seguidores del Jesús histórico del siglo I, (que es imposible conocer de verdad), sino que utilizamos la imagen que cada uno se ha hecho en su mente de Jesús, para apoyar nuestras propias ideas sobre todo estos temas. Una especie de trampa en el solitario que todos tendemos a hacer: si las cartas no casan, las hago casar y ya está.

    Es una especie de auto refuerzo psicológico que todos necesitamos.

    • ana rodrigo

      Qué importante y necesaria es la reflexión que haces, Isidoro. Se dice y parece que está claro que las escrituras, llamadas sagradas, fueron escritas en y para un tiempo y un contexto determinado, pero no acabamos de creérnoslo.

      Los estudiosos del tema afirman que las palabras de Jesús en los evangelios son escasísimas, pero si repetidamente y durante siglos se dice ” en aquel tiempo Jesús dijo”, se va creando la idea, y se da como cierta, que todo o casi todo lo que dicen los evangelios lo dijo Jesús, literalmente. Si, además, como tú recuerdas, el cristianismo ha significado el “yo o el caos”, llegamos a la conclusión de que existe un fundamentalismo camuflado de buena voluntad y de buenos mensajes, pero, queda muchas veces en “músicas celestiales”.

      Por eso van muy bien estos diálogos a muchos niveles para no devaluar el mensaje evangélico pero tampoco llevarlo, por inesactitud, hasta su inutilidad en la sociedad actual.

    • oscar varela

      Hola don “escurridizo”!
      1- me pediste aclaración “datada” de mi interpretación sobre el Proyecto de Jesús sobre “dinero-riqueza”.
      2- te la di.
      3- ahora te “escabuyes” detrás de una “cortina de humo” proponiéndo(me) una enseñanza tan requeteconocida y etérea:
      1. Que Jesús no escribió ningún tratado moral,
      2. Que no caiga en la mixtificación cultural cristiana, y
      3. Que es algo primitivo:
      – ignorar todo el avance en el conocimiento, y
      – poner su guía en unos escritos, equívocos y descontextualizados.
      …………………..
      4- Concluyendo:
      Pareciera que para ti, los Estudios de Juan Mateos – Luis Alonso Schökel y Salvador Santos son ignorancias de primitivos; e.d. (dicho en directo: hablaron al pedo).
      Nota: tal vez, no casualmente, es lo que ha venido opinando el Episcopado español mediante “secuestro” de la Traducción bíblica

  • ana rodrigo

     
    El dinero, la riqueza, la desigualdad social, las religiones, como la cristiana, que condenan la riqueza y defienden a los pobres y, no obstante, es la Institución mundial más rica en bienes materiales que ha existido jamás en el mundo, eterno problema. Es cierto que el patrimonio histórico artístico y todas las obras de arte que posee la Iglesia tienen un valor material (no siempre monetario) inconmensurable, es cierto que vendiéndolo pasarían a otras manos y que el dinero obtenido, a nivel estructural, tampoco resolvería la pobreza en el mundo, si bien resolvería muchos problemas personales, pero la estructura político-económica sería intacta, etc. etc.
     
    A partir de aquí consideremos unas cuestiones: una, y, a pesar de lo dicho anteriormente, no deja de ser un escándalo cristiano monumental que nada tiene que ver con la vida, ejemplo y mensaje de Jesús.
     
    Dos, cuando se trata de este tema solemos ir a lo personal, a personas individuales que considerándose cristianas, poseen enormes riquezas. Allá con su conciencia, pero no dejan de ser colaboradores necesarios de una sociedad injusta, al igual que es colaboradora la Iglesia con toda su inmensa riqueza. En cuyo caso cargar todo el peso sobre conciencias individuales no resuelve el problema estructural.
     
    Confieso que por más que estudio y reflexiono sobre las bienaventuranzas, nunca las he llegado a comprender. Yo no conozco a ninguna persona pobre, que no tiene techo, ni trabajo ni comida y vestido para sus hijos e hijas ni para ellos mismos, que no tienen acceso a la educación, a la medicina, a la protección social, etc. etc. que sean felices en su vida, porque la promesa que se le hace en las bienaventuranzas para no sé qué futuro, no les resuelve el presente. No sé si alguien me lo puede explicar.
     
    Quienes optan por la pobreza, como las órdenes religiosas, desde mi punto de vista, tiene una enorme trampa. Quizá no puedan disponer de dinero, pero no les falta de nada, ni alimentos, ni vestidos, ni techo, ni medicina, etc. y, lo más importante de la riqueza, es que tienen el futuro asegurado puesto que la orden religiosa correspondiente siempre estará ahí para resolverle todos sus problemas materiales.
     
    Riqueza-pobreza, ricos-pobres, dilema eterno. Como dice el evangelio, “siempre habrá pobres con vosotros”, ¿intuía Jesús que la pobreza es el resultado de la injusticia estructural y no de la mujer que derramó aquel perfume tan caro sobre sus pies?
    Creo que nos hemos pasado siglos dando vueltas a la noria y echando el agua siempre sobre el mismo canal, quizá haya que abrir otros canales sin miedo y plantarle cara a la incoherencia de una Iglesia hablando constantemente de los pobres, mientras no resuelve su situación escandalosa de riqueza.

     

  • Isidoro García

    El tema del dinero y la moral personal, (uno de cuyos corolarios es el del dinero y la I.C.), es uno de esos temas que dejan con el culo al aire al moralismo general que flota en muchos ambientes neoinquisitoriales que siguen floreciendo por doquier.

    Escandalizarse, indignarse, admonizar, demonizar y lanzar improperios descalificadores son actividades que nos aportan una buena dosis de energía psíquica, que tanto precisamos especialmente de mayores.

    Hay mensajes que suenan bien, especialmente si van en la corriente religiosa o política hegemónica en el sector. Y es muy poderosa la tentación de decir a la gente lo que quiere oír, y nunca lo que debería saber… Es la renuncia a la ilustración, como dice Savater, hoy, a propósito de las drogas.

    La visión evangélica sobre el dinero, es muy equívoca.

    Esta idea no gustará a aquellos que piensan que han hecho de los cuatro evangelio su guía moral, cuando en realidad, ellos se han construido, (como todos), su universo moral propio, y luego lo intentan justificar con aquellos pasajes evangélicos que apoyan su criterio personal.

    Jesús durante su vida pública, estaba embarcado en una gran conspiración política contra el invencible Imperio romano: la toma del poder político por el Mesías de Dios: Él.

    Y lógicamente una gran conspiración, exige muchas complicidades y colaboraciones, y mucho dinero, para llevarlo a cabo. Por ello las imprecaciones y amenazas a aquellos que no aflojaban la tela, eran de rigor. Me imagino que Judas, no solo se ocupaba de cargar con la bolsa y de contratar comida y techo con mesoneros. Sería el encargado de recaudar y de ablandar a los remisos, con amenazas más o menos explícitas.

    Aquellos que hacen de la predicación de Jesús una protorevolución social y moral, no deben olvidar, que aparte de proclamar la lógica ilicitud del robo a los demás, (que era algo de la moral ancestral tradicional –sobre todo de los asnos de las viudas, que debían de ser una tentación irresistible para los chorizos de la época), Jesús, ni Pablo, ni nadie posterior, habló en contra de la esclavitud, ni predicó ninguna revuelta de la estructura social de la época.

    Jesús, no fue solo un maestro moral teórico, y no enseñaba en ninguna cátedra universitaria, era un hombre con un destino: la asunción del puesto de Mesías, con todo lo que ellos supone. Sería algo así como una mezcla de Espartaco y de Sócrates, por poner figuras de la antigüedad.

    Y lo que sabemos de él, se empezó a escribir 40-60 años después de muerto, cuando ya se sabía no solo su fracaso personal, sino el gran fracaso desastroso de la guerra mesiánica del 66-70.

    Todo eso hace que resulte muy difícil poder guiarse moralmente solo a base de las frases evangélicas, que además sabemos que en un alto porcentaje de ellas, no corresponden literalmente a lo dicho por Jesús. Y además expresadas en un momento histórico prerevolucionario previo al fin del mundo, (como se conocía en ese momento).

    Por eso el sociólogo de la religión americano Peter L. Berger, decía sobre el sermón por antonomasia, el Sermón de la Montaña: “Es un conjunto de enseñanzas, escritas para solteros (porque nadie con obligaciones familiares podría vivirlas), sobre cómo pasar la última semana, antes del fin del mundo”.

    Todo ello hace que deberíamos empezar a pensar por nuestra cuenta, a la luz de la “revelación interior” que todos portamos, y del conocimiento, la lógica y la razón, y sin apriorismos evangélicos, aunque estos nos pueden servir un poco como una referencia más.

    Hay una frase maligna, que le dijo un editor a un aspirante a escritor sobre su obra al rechazarla: “Su obra es en parte buena y original. Lo que pasa es que lo original no es bueno, y lo bueno no es original”.

    Pues algo similar podría decirse de la moral evangélica: Lo que es válido, es la música general, muy indefinida, (la moral estoica de la época: no hagamos a los demás lo que no queremos para nosotros).

    Pero lo concreto, (la letra literal), muchas veces no es compatible con un mínimo de realismo. Y la prueba es que los que quisieron vivirla literalmente, tenían que aislarse del mundo y echarse al monte.

    La conclusión es la de siempre: hay que repensar todo de nuevo, pensamiento base cero, adaptándolo todo a nuestros conocimientos actuales.

    La generación actual y las futuras tenemos una enorme responsabilidad. Se no han dado muchos talentos, (en forma de una enorme catarata de conocimientos), y se no exigirá sacar conclusiones acertadas sobre ellos.

    Ya que el amigo Oscar ha citado a Séneca, yo no quiero ser menos, y cierro el comentario con una visión profética suya, que nos debería hacer reflexionar sobre nuestro papel y nuestra responsabilidad en estos tiempos.

         “Llegará una época en la que una investigación diligente y prolongada sacará a la luz cosas que hoy están ocultas.

           La vida de una sola persona, aunque estuviera toda ella dedicada al cielo, sería insuficiente para investigar una materia tan vasta… Por lo tanto este conocimiento sólo se podrá desarrollar a lo largo de sucesivas edades”.

           “Llegará una época en la que nuestros descendientes se asombrarán de que ignoráramos cosas que para ellos son tan claras… 

            Muchos son los descubrimientos reservados para las épocas futuras cuando se haya borrado nuestro recuerdo”. 

    (SÉNECA, Cuestiones naturales, Libro 7, Siglo I).

    ¿De algo deberán servir todos esos conocimientos recibidos, o no?.

    • oscar varela

      Te leo:
      – “La visión evangélica sobre el dinero, es muy equívoca”
      Ya se lo comenté (más abajo) a Juan:
      – “Pienso que Jesús no se refiere tanto al “tener bienes (riqueza-dinero)”, sino a cómo se los ob-tiene y administra.
      Jesús, lo que no acepta en su Sociedad Alternativa es
      1- la “OBTENCIÓN FRAUDULENTA”.
      2- La “ADMINISTRACIÓN CORPORATIVA” (NO-COOPERATIVA)”-
      ……………….
      Esto no es nada equívoco ¿no?

      • Isidoro García

        Yo seguro que no conozco tan bien como tú, Oscar, los escritos evangélicos, pero no se me alcanza donde se habla en ellos, contra la administración corporativa y no cooperativa de la riqueza.
        En todas las parábolas, el dueño de la viña era el dueño, y no se habla nunca de que debería haber un consejo de administración paritario de la viña.
        Mas bien eso de la administración cooperativa en esos tiempos, era algo inaudito e impensable, algo fuera de la época.
        ¿No te podrá el deseo ideológico, en esa interpretación tan suigéneris?.
        Pero admito información al respecto.

      • oscar varela

        1- Cooperativa (NO corporativa).
        Se trata de la DISTRIBUCIÓN de la Riqueza acumulada.
        Lo acumulado es un BIEN COMÚN
        Esto está clarito en Hechos (de Lucas)
        Hay un matrimonio que estiró las patas por guardarse un poquito.
        En las Bases de toda Cooperativa todos son IGUALES (una participante = un voto)
        2- Riqueza acumulada individualmente = Fraude.
        ¿No leíste las cosas de Salvador Santos?:
        ……………….
        UN PASO, UN MUNDO – Salvador Santos – Fascículo 26 – PROMETIENDO SEGUIR

        Todo el relato de Marcos está sembrado de hechos y conversaciones conteniendo el aleccionamiento del Galileo al grupo de seguidores. En ellos define las líneas maestras que deben caracterizar la vida de la nueva sociedad. Vamos a leer una de las escenas que querían comentar. De ella extraeremos algunas ideas.

        “Mientras salía de camino se le acercó uno corriendo y, arrodillándose ante él, le preguntó:
        – Maestro insigne, ¿qué tengo que hacer para heredar vida definitiva?
        Jesús le contestó:
        – ¿Por qué me llamas insigne? Insigne como Dios, ninguno. Ya sabes los mandamientos; no mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, sustenta a tu padre y a tu madre.
        Él le declaró:
        – Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.
        Jesús se le quedó mirando y le mostró su amor diciéndole:
        – Una cosa te falta: ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres, que tendrás en Dios tu riqueza; y anda, ven y sígueme.
        A estas palabras, el otro frunció el ceño y se marchó entristecido, pues tenía muchas posesiones” (Marcos 10, 17-22)

        Presten atención a la entrada del personaje. Irrumpe a toda prisa (“corriendo”), rinde al Galileo máximos honores (“arrodillándose ante él”) y le adjudica un título fuera de lo corriente (“maestro insigne”). Aparece dando la impresión de que se trata de un asunto de vida o muerte. La pregunta del hombre lo corrobora. A él no le preocupa lo de aquí. Tiene las espaldas bien cubiertas. Quiere asegurarse el más allá cuanto antes. Sabe que con dinero no puede conseguirlo y la maraña de leyes judías le crea confusión. Considera que el Galileo le proporcionará la fórmula más sencilla.

        El hombre no se equivoca. Nuestro protagonista acude al formato más elemental, a la esencia de la religión: los mandamientos. Pero hay dos detalles curiosos en su manera de plantearlos. No menciona todos los mandamientos. No dice nada de los que tienen que ver con Dios: los cuatro primeros. Únicamente menciona los seis que atañen a la relación con los demás. Es decir, en principio, según él, la vida del más allá depende en exclusiva de la vida ordinaria, la del más acá. Para conseguirla no hace falta ser religioso, Pero, ¡amigo!, ¡eso sí!, la justicia social ha debido observarse con rigurosidad en todos los órdenes.

        Si aplicamos el zoom a nuestro texto para verlo más de cerca observamos algo extraordinariamente curioso en su respuesta. Citó escrupulosamente los seis últimos mandamientos del decálogo… ¡menos uno! El décimo no lo nombra. Vamos a leerlo. Dice así: “No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él” (Ex 20, 17).

        En su lugar, usa otro que no está en el decálogo – siguió hablando Teófila-. Lo entresaca de otras leyes sociales. Nuestro hombre no tuvo reparo en introducir ese cambio en un texto tan sagrado. Con su movimiento sacrílego tenía la intención de acomodarse al personaje que tenía delante y matizar, en su caso, el sentido de los mínimos a cumplir para obtener el objetivo que él pretendía. Nuestra traducción escribe: “no defraudes”. Pero será interesante leer el precepto completo en el Antiguo Testamento.

        “No explotarás al jornalero, pobre y necesitado, sea hermano tuyo o emigrante que vive en tu tierra, en tu ciudad; cada jornada le darás su jornal, antes que el sol se ponga, porque pasa necesidad y está pendiente del salario. Si no, apelará al Señor, y tú serás culpable” (Dt 24, 14).

        El verbo hebreo al que la Biblia griega y el texto de Marcos traducen significa explotar, defraudar, estafar en el sentido de robar lo debido al jornalero, al emigrante.

        Han podido apreciar muy bien que el Galileo le daba pistas al rico para que analizara la procedencia de su riqueza. Pero se ve que él, como ocurre con los que tienen el dinero, se muestra incapaz de comprender que su acumulación está relacionada con la carestía de otros muchos. Así pues, no se quedó muy conforme con que esa interpretación del Galileo y se refugió en la suya…, algo más… permisiva: “todo eso lo he cumplido desde joven”.

        El Galileo no se enfrentó al rico. Sí, al sistema que produce la riqueza. Por eso echa mano de la praxis para hacérselo ver mejor y le propone apostar directamente por la justicia: “una cosa te falta: ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres”. Le apunta la posición desde donde se accede a la sociedad alternativa: “anda, ven y sígueme”.

        El proyecto del hombre de Nazaret no admite la injusticia. El otro no consintió; se marchó con su riqueza y su tristeza. Ahora fijaos en este detalle. Una cosa es lo que pretende el rico, una vida definitiva para después de su muerte, y otra muy distinta lo que le plantea nuestro protagonista: una vida definitiva… ahora. Esa es la razón por la que lo invita a adherirse al grupo. Ante su negativa, el Galileo dice a los discípulos: ¡Con qué dificultad van a entrar en el reino de Dios los que tienen el dinero! (10, 23).

        El proyecto del Reino comienza aquí. La sociedad alternativa lo hace visible. Con él arranca la vida definitiva. El grupo de seguidores sí participaba de ese criterio centrado en el presente. A ellos les interesaba lo real, la historia…

        Seguían viendo las cosas a su manera. Tan es así, que cuando comprobaron que el Galileo exigía al rico entregar todo lo suyo a sus auténticos dueños (“los pobres”) antes de incorporarse a su proyecto, recelaron de ese esquema económico planteado por él. Su manera de pensar no contemplaba como obstáculo convivir con la injusticia. Prescindir tan alegremente de abundantes ingresos como los del rico cerraba el camino a sus propósitos.

        Marcos comenta:

        “Los discípulos quedaron desconcertados ante esas palabras suyas” (10, 24).

        Pero el Galileo no cedió; les largó una indirecta. Hablará de la casi imposibilidad de participar en la nueva sociedad si se pone la confianza en el dinero:

        “Hijos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios para los que confían en la riqueza!”

        La frase incluye a los discípulos. Ellos vivían aún amarrados a su ambición. Con esa mentalidad resultaba muy difícil aceptar la sociedad alternativa basada en la solidaridad total.

        Los discípulos se encuentran en otra onda. Para ellos ningún planteamiento es viable sin inyecciones económicas. El modelo del Galileo no les entra. Por eso dudan de su porvenir:

        “Entonces, ¿Quién puede .subsistir?” (10, 26).

        El grupo razona desde las categorías del sistema. Persisten en el pensamiento individualista. Ellos confían en la ambición que divide…

        “Les aseguro: No hay ninguno que deje casa, hermanos o hermanas, madre o padre, hijos o tierras, por causa mía y por causa de la buena noticia, que no reciba cien veces más: ahora, en este tiempo, casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y tierras – entre persecuciones – y, en la edad futura, vida definitiva. Pero todos, aunque sean primeros, han de ser últimos, y esos últimos serán primeros” (10, 29-31).

        Como ven, el Galileo no se quedó corto al refrendar que la nueva sociedad no se caracteriza por la escasez, sino por la abundancia procedente de la hermandad. Se trata de la auténtica sociedad del bienestar. Lo afirma con realismo; fíjense que no esconde que resulta ineludible la enemistad del sistema. Y, por encima de todo, asegura que esa vida iniciada aquí es definitiva. Supera a la misma muerte.

        Lo que quiso decir con lo de los primeros y los últimos, sencillamente, que para tener el privilegio de pertenecer a la nueva sociedad hay que dejar en la puerta el poder, el prestigio, el dinero; es decir, hay que optar por la igualdad. La igualdad es uno de los rasgos característicos de la sociedad alternativa. No hay dominio ni poder en ella; dense cuenta que excluye el término padre. De otro modo no sería alternativa. Esta idea tardó en ser asumida por el grupo.

        La pretensión de conquistar tal nivel de igualdad en nuestra sociedad es ilusoria. El sistema propone la igualdad como meta, como posibilidad frustrada incesantemente, porque nunca se alcanza. Así planteada, defrauda. La igualdad de la que habla el Galileo comienza por los últimos. El objetivo es que recobren la ilusión, sacarles de la miseria, revitalizarlos, que sean primeros. El servicio de la sociedad alternativa a los insignificantes, igualándose con ellos para que recuperen su dignidad humana, hace fértil la vida.

      • Santiago

        Oscar, de acuerdo contigo que en el contexto de la Escritura lo que realmente se condena es el uso que le damos a nuestros bienes y nuestra intención personal. Jesus alaba a la viuda que depositó en el óbolo del templo, no de lo que le sobraba, sino de lo que a ella le era necesario. Puedo ser pobre y ser avaro con lo poco que poseo y puedo ser un rico filántropo que me dedique a la justicia social en el mundo.

        Por otro lado Mateo se lee un poco más claro en cuanto a la pregunta de nuestra entrada en la vida eterna:
        “Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos? Dícele ¿cuáles? Jesus cita los que se refieren al prójimo por justicia y caridad porque son más costosos y porque sabía que aquel joven era un devoto de la Ley De Dios. Por eso dice Mateo que Jesús dijo a la pregunta ¿cuales?: “Lo de “no matarás etc” y Mateo da, en su Evangelio, las citas completas del Decálogo en Éxodo 20,12-16; Levítico 19,18 y Deuteronomio 5, 16-20) queriendo decir que el Decálogo es universal y obliga en conciencia en su totalidad.
        Por eso el joven responde: “Todo esto lo guardé” porque estrictamente en la Ley del Amor De Dios impresa en sus mandamientos, están ya los elementos de salvación universal.
        “¿Que más me falta?” Dijole Jesus: “Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que posees, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; ven y sígueme” (Mateo 19, 16-22)
        Porque el seguir “más de cerca” a Cristo no es una estricta obligación sino un camino mejor en el amor a Dios.
        Jesus vino a salvarnos a todos y cada uno. Su mensaje va dirigido a la fe en El, una fe que nos conduce a la esperanza y a la acción en el amor, sin coerción sino libremente aceptada y practicada.
        Un saludo cordial

        Santiago Hernández

  • Santiago

    La frase célebre de S Lucas “¡ay de vosotros los ricos!” tenemos que situarla en su verdadero contexto original exegético con respecto a la intencionalidad de Jesús.

    A los “bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de los cielos” Lucas contrapone “ay de vosotros los ricos, porque habéis recibido vuestro consuelo”. Porque los ricos que se consuelan solo con sus riquezas han hecho del dinero un  dios, al cual idolatran “sobre todas las cosas” y desde este punto de vista esta verdadera “idolatría” al dinero es condenable. Como “bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis hartos” Lucas contrasta con “ay de vosotros los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! Porque los que se “hartan” de los placeres inordinados en esta vida, tendrán “hambre” en la eterna…y a “los bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis”..sigue “ay de vosotros los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis” y a “los bienaventurados cuando los hombres os maldigan..por amor al Hijo del Hombre” contrasta con “¡ay cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros, porque así hicieron sus padres con los falsos profetas! (Lucas 6, 20-25)

    Jesus no condena las riquezas en si, ni el alimento, ni la alegría al reír, ni la honra…sino lo importante es el uso de los bienes que hemos recibido, puesto que podemos dirigirlo tanto al bien como al mal.

    Ignacio de Loyola nos dice que todos los bienes incluyendo riqueza p pobreza no son FINES sino medios y tanto debemos usar de ellos cuanto nos acerquen para el FIN que hemos sido creados y tanto debemos apartarnos de ellos, cuanto ellos nos alejen de la finalidad última de nuestra existencia.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

  • Antonio Toston De la Calle

    Un día, hace ya muchos años, una campaña contra Vicente Ferrer en la India, quisieron echarle del  pais, porque aducían que estaba introduciendo una religión que no respetaba la que ya tenían los propios hindúes. Lo llevaron a juicio. Vicente Ferrer les dijo a los jueces: -Si encuentran ustedes a “uno solo que haya sido bautizado por mi, me iré. No lo encontraron. Hoy la fundación de este hombre en Anantapur, ha dejado una obra que no tiene problemas de magia ni de religión, y sin embargo nadie quiere echar a su mujer y a su hijo que siguen por el camino que él inició.Un camino digo yo, jesuánico.

    • Mª Pilar

      ¡Gracias Antonio, por esta hermoso reconocimiento a una gran obra realizada sin bombo ni platillos, sino con un incansable deseo de que una pequeña parte de la India, quizá la más abandonada… pudiese .

      ¡¡¡Tener Vida!!!

      Y es hermoso todo lo que siguen haciendo sin armar ningún “lío” solo no dejando nunca de caminar… junto a ellos, con ellos, para y por ellos y en especial:

      ¡¡¡Por las mujeres!!! Como siempre… las que más sufren.
      Gracias, un abrazo entrañable.
      mª pilar

  • Antonio Toston De la Calle

    “El pensamiento mágico nace incrustado dentro del sentido religioso de todos los tiempos.Es como el gusano de la carcoma que avanza insidiosamente y para cuando se deja notar , ya ha consumido miles de galerías que han vaciado la madera y fragilizado el edificio hasta hacerlo caer.La entera edificación de las iglesias cristianas , su entramado de dogmas, sacramentos, , leyes y estructuras están corroídos por la carcoma de la magia y no tienen futuro.” JUAN LUIS HERRERO DEL POZO, en su libro “Religión sin magia”.                                         Gracias, amigo mio.

  • Isidoro García

    (Antes que nada, el que quiera saber más sobre el libro de Peter Brown, sobre el que Castillo escribe su artículo, puede leer una serie de 10 entradas (por ahora), del blog de Antonio Piñero).

     

    El problema del papel del valor instrumental que es el vil dinero, en un proyecto vital como el que propone Jesús, es fuente de muchos apriorismos ideológicos, demonizaciones morales, y en general a múltiples contradicciones internas.

    Jesús, ¿no pagaba los gastos de la gente que iba con él?, ¿iba de viaje sin dinero?. No, sabemos que tenía un tesorero, (que justo era el malvado Judas, del que se dice que robaba).

    ¿Y lo de la florecillas del campo?. ¿Se lo contaba Jesús a los mesoneros?. ¿Y colaba o no colaba?.

     

    Aparte de bromas, el problema del uso del dinero en cualquier organización, el tema de las Iglesias gira en el problema-eje, del auténtico papel  de la gracia, y del Espíritu, en la vida humana. Y ese papel teológico está muy unido al postulado filosófico sobre la naturaleza humana.

    Ya dije hace días, que Pablo, necesitado de encontrar un argumento que justificase el sacrificio humano de la ejecución y muerte de un Jesús, Mesías, muy lejano de su papel triunfal esperado, se agarra al episodio mitológico del pecado de Adán, para explicarlo.

    Pablo, naturalmente, no conocía la existencia de una parte de nuestra mente, la mente subconsciente, que nos genera un contínuo enfrentamiento interno. Pero era conocedor de los efectos de dicho enfrentamiento.

    Él mismo clama: “Hago lo que no quiero, y lo que quiero hacer no lo hago”.

    Y de ahí dedujo, que el pecado de Adan, había capitidisminuído la naturaleza humana, inhabilitándola para el bien. De ahí que precisáramos de la asistencia continua de la gracia divina, sin la cual no podemos hacer nada.

    Agustín, en su controversia con Pelagio, apoyó ese argumento paulino, y su triunfo, lanzó a la I. C. hacia una espiritualidad “graciana”, basada en el sacramentalismo.

    Con los avances de la moderna psicología, las intuiciones pelagianias, al final, lejos de ser “voluntaristas”, permiten comprender, que la gracia activa es innecesaria e inexistente, porque ya se nos ha dotado en nuestra naturaleza profunda, (mente arquetipal), de un depósito de gracia pasiva, de que disponemos todos los humanos, con la voz de Dios, dentro de nosotros: el maestro interior, el daimon, ángel de la guarda, Cristo interior, etc.

    Pelagio ya “olió” algo así, y se refiere a un tipo de gracia interior, algo así como una iluminación de la mente, con lo que tuvo la preintuición de un “algo”, (una luz), que iluminaba la mente. Y muy lúcidamente advertía que esta “gracia interior” no sirve para que ella haga obras que salven, sino sólo para facilitar su realización.

    Y el pelagianismo es un concepto muy moderno, porque el providencialismo agustiniano de la gracia activa, en realidad es la continuación de la religión primitiva de la relación directa Dios proveedor-humano necesitado de apoyo.

     

    Pues la controversia del dinero es de tipo similar. Del dinero se puede abusar, se puede apoderar de nosotros, y hacernos sus esclavos. Pero lo mismo se puede decir de los pasteles para los golosos, o del vino para los bebedores. Cualquier cosa buena, se puede utilizar mal.

    He sentido curiosidad por la frase de Castillo, sobre la cuchara larga que es necesaria para comer del plato del demonio. Se supone que es porque la cercanía a él, supone peligro de caer prisionero de él.

    La realidad es que cualquier cosa buena a la que nos dediquemos, es al mismo tiempo un riesgo, si no lo hacemos adecuadamente. Decía Henry Michaux que todo es droga para  quien elige vivir al otro lado. “De nada, demasiado”, era la 2ª inscripción en Delfos.

    Y esto se aplica hasta las magdalenas o los cacahuetes. Y es que cuando hemos encontrado algo que nos satisface, incluso que nos da cierto sentido a nuestra vida, tendemos a repetir y repetir. Si es bueno una tacita de caldo, mejor aún serán cinco litros. (Es el mismo mecanismo de las palomas “supersticiosas”).

    Y si un niño o un mayor se enganchan al Whasapp o al Twiter, o a otra cosa, será porque tiene una serie de carencias emocionales, y/o una mala estructuración cultural-mental, que le provoca esa ansiedad.

     

    En resumidas cuentas, ¿creemos en el providencialismo divino, la mano firme del Espíritu que guía certeramente la barca de la Iglesia, independientemente del mérito y trabajo de sus dirigentes? ¿o no confiamos del todo en esa asistencia prometida?.

    Porque lo de “a Dios rogando y con el mazo dando”, a mí me suena a un bienintencionado intento de disimular una fuerte duda en la providencia divina.

    ¿Será verdad que los mejores Papas son los que no creen en Dios, y por ello se esfuerzan y trabajan duramente?.

  • Miren Josune

    Si no se ES cristiano coherente, difícilmente se puede “estar”.

    Desligar lo Sagrado impreso en nuestra fe, conduce a dar “palos de ciego”, sin un por qué, sin la esencia que sostiene y da pleno sentido a nuestro obrar. El Amor de Jesús no se basó únicamente en la experiencia del sentir, sino en hacer creíble la voluntad del Padre, su obra de Amor y Salvación.

    En mi dilatada experiencia como enfermera, he podido constatar, la profunda necesidad que tiene el enfermo creyente, de personas que compartan con él, el espacio sagrado de su fe religiosa y el deseo de ser atendido y recibir los sacramentos. He escuchado decir agradecidos: la Eucaristía recibida, es la mejor medicina, sin ella, mi enfermedad no sería vivida de igual manera. Luego separar lo Sagrado de lo humano, a quien tiene fe, es convertirle en simple “ficha de laboratorio”. Ese “estar” a mí y a multitud no nos sirve, si la vivencIa de los Sacramentos está ausente. Ese “matrimonio mal avenido”, sólo “está” cuando lo físico demanda “la necesidad”. Yo soy un SER cuerpo y espíritu, no animal sensitivo, no quiero la “economía” que merma y niega en mí,la realidad profunda de: NO SÓLO DE PAN VIVE EL HOMBRE.

    En la cultura del acaparar y el tener, la codicia por el dinero, el “estar” se vuelve estático, sin substancia, le falta el SER del Amor de Dios, dinamizador, que impulsa a través del Espíritu, a la acción veraz del obrar humano.

    La peor pobreza que tiene un ser humano es la falta de AMOR, que le vuelve inmisericordie para los otros, fruto de la indiferencia paralizante, que ignora y pasa de largo. La urgencia de la Iglesia, es vivir esa espiritualidad que Jesús nos enseñó a través del AMOR, en el compromiso de una activa y coherente respuesta.
    Es necesario convertirnos en “samaritanos”, capaces de SER presencia cercana al otro, mirar su realidad sufriente, asumir que está esperando una respuesta.

    Dinero sin Misericordia, dando la imagen falsa de apariencia, dinero codiciado, fruto de la envidia, el deseo de emular, los complejos alienantes de clase, no superados. Pobreza enferma de honesta Verdad, corrompe y trafica con el sufrimiento ajeno.

    SI Jesús sentía en su SER, las entrañas estremecérsele, ante el sufrimiento y carencia humanas, no era tanto, fruto de un afecto sensible, sino el AMOR de Dios que habitaba en su propio SER: “El Padre y yo somos uno, como el Padre me ama, así os amo yo, permaneced en mi Amor”. Separar esta Verdad, conduce a “oír sin escuchar” “ver sin mirar” y “estar sin acercarse”.

    Sin embargo, Jesús fue mucho más allá de las desigualdades y miserias, luchó hasta el extremo, denunciando ante pobres y ricos, los pecados, raíz y consecuencia de todo mal, sin dejar aparcados su Amor y Misericordia.

    Alguien dijo: “dime cómo es tu Misericordia y te diré quién ES el Dios que te habita. En efecto, no basta tener hambre, sed, carecer de bienes; si no acudimos a la fuente del Amor y nos dejamos habitar de su presencia, ricos y pobres serán “los mendinguitos pordioseros”, en busca de las migajas insaciables.

    Ahora sí, salgo al SILENCIO de mi propio “desierto”, espero que el “maligno” no me tiente a entrar en ATRIO y seguir con palabras del Papa Francisco: ¡ARMANDO LÍO!.

    Un “canto de pajarillos” para todos y todas.

    Miren Josune.

    Miren Josune

  • oscar varela

    Un aporte al archivo de Frases del Cumpa Isidoro:

    “La RELIGIÓN es:

    – VERDAD  para la Gente Común

    – FALSA para los Sabios

    – ÚTIL para los Poderosos”

    (Séneca)

  • M.Luisa

    Las consecuencias   de este  desplazamiento del cristianismo evangélico  original hasta convertirlo en mera religión han sido objeto de  estudio   como bien lo pone de manifiesto el artículo  pero también, como se sabe, la filosofía  ha contribuido  al   esclarecimiento de sus  causas.

    Sin duda que existe una relación entre lo que se denuncia en este artículo de Castillo y lo que obstaculiza la espiritualidad  en el articulo de C. Barberá.

    Precisamente allí este aporte filosófico lo expresé   pensando  en  esta diferenciación  entre el seguimiento de Jesús  y la observancia de lo sagrado, en la cual   si bien en el primer caso, es decir, en el seguimiento de Jesús le corresponde la filosofía del “estar” en el segundo, en la “observancia de lo sagrado” le corresponde la filosofía del “ser” que es la que ha prevalecido y de la que se ha servido la religión en su predicación.  La observancia de lo sagrado se refugia en lo meramente mental, no en lo que nos está presente que por estarlo constantemente puede actualizarse,   sino lo que se nos dice  de su  forma presencial.

    No así sucede en el seguimiento a Jesús  porque en él  lo físico, se impone, su fluencia sentida físicamente  es previa a lo mental que supone la presencia como ente de  cognicción.

    Es un estarnos presente  que motiva nuestro seguimiento en el que sentimos  su realidad proyectiva que no estática, o sea  un estar sabiendo sin saber de ella,  precaviéndonos  de logificarla en forma de juicio  afirmativo  y placentero para nuestra mente,  porque entonces con esta restricción, con esta cerrazón  aquella proyección queda  inexorablemente truncada.

    Ahora no me puedo entretener más, podría alargarme con el asunto de la riqueza  y establecer una relación con este  aspecto  más filosófico que he destacado del problema pero lo dejaré para otra ocasión. Creo que de momento  con estas pocas pinceladas  puede intuirse, al menos tal como yo lo veo,  aquel elemento  encubridor  que ha servido  para frenar, parapetar,    el paso de la espiritualidad como meta última de lo humano.

  • Lo difícil parece que es el ponerle el cascabel al gato. Y da la impresión que el papa Francisco tampoco lo va a conseguir.

    En estos tiempos el tirón del dinero es enorme y hace que la pobreza esté mal vista. Sin embargo, hay momentos en que la miseria agónica es capaz de generar torrenteras de solidaridad generosa, con un poder de fascinación irresistible. ¿Y si resultara que los pobres y desheredados de la Tierra no son tan pobres?. ¿Tendrá algo que ver con el tuve hambre y me diste de comer…, del Galileo? ¿ Tratar de relacionar pobreza y alegría no deja de ser de una especie de autosugestión mística?.

    El caso es que a quienes habitualmente comemos y dormimos bien, siempre bajo un buen techo, nos cuesta liberamos del siempre me falta algo. Y resulta que, de vez en cuando, se nos aparece alguien que, careciendo de casi todo, es capaz de sobrevivir hasta con alegría. ¿Pueden las innumerables víctimas de la insolidaridad humana ser millonarias en algo que a mi  se me escapa?. ¿Será posible que estos crucificados en vida, con su fascinadora capacidad de sonreir en las peores condiciones, tegan algo que decirnos?. ¿Muestran, quizá, que los mismos clavos con los que les torturamos, les subsumen en otra realidad imposible de percibir, desde el abismo en el que nos sumerge la opulencia?.     ¿También autosugestión?.

    ¿Que podemos esperar de una iglesia que nos habla de los lirios del campo, de los pajarillos, de una providencia omnipresente que controla hasta el pelín que se nos cae,  cuando resulta que ella no actúa en consecuencia? Así, con su insaciable ansia de acumular patrimonio, por ejemplo, nos está enseñando a rezar como lo hacía un aldeano de mi pueblo…la salvasión y los diñeros, dame dos.

  • Juan García Caselles

    ¿Cómo puedo pedir a la iglesia que viva sin dinero, si yo no sé o no puedo vivir sin él?

    ¿Cómo sigo hablando de la “Santa” Madre Iglesia si es rica y está llena de ricos, se relaciona con los grandes poderes del mundo y hace ostentación de boato?

    ¿Cuando empezaremos a darnos cuenta de que no hay forma de salir del pecado de vivir al mismo tiempo agarrados al dinero y aspirando a ser discípulos de Jesús?

    Personalmente solo puedo soportarlo y soportarme porque tengo la esperanza de ser salvado por la infinita y pertinaz misericordia del Padre.

    • oscar varela

      Tu planteo, Juan, es honesto.
      La posesión de bienes (riqueza-dinero) la declinas hacia “pecado-culpabilidad”.
      Tal perspectiva ¿no es un “callejón sin salida”?
      …………………
      Pienso que Jesús no se refiere tanto al “tener bienes (riqueza-dinero)”, sino a cómo se los ob-tiene y administra.
      Jesús, lo que no acepta en su Sociedad Alternativa es
      1- la “OBTENCIÓN FRAUDULENTA”.
      2- La “ADMINISTRACIÓN CORPORATIVA” (NO-COOPERATIVA)

  • Miren Josune

    Completamente de acuerdo en todos sus planteamientos. Con todo mi respeto, me permito hacer sólo una observación, que quiere ser interpelación al mismo tiempo: Si el dinero que entra en las arcas de la Iglesia por cauces diferentes, es en muchos casos, producto de la riqueza de muchos ricos, que con gran solidaridad, se desprenden y colaboran en todo tipo de iniciativas, cuyos destinatarios principales son los necesitados, creo que su actitud puede claramente considerarse evangélica. Otra pregunta: He conocido a una gran mujer, que costeó la formación y estudiós teológicos, de varios sacerdotes, ¿es evangélica esta actitud?
    La pregunta que me hago es: ¿es malo el dinero o el uso que hagamos del mismo?

    Jesús tenía amigos ricos, hombres y mujeres que le ayudaban en sus necesidades.

    No puedo ignorar, que existe también la ávara codicia de los pobres,aquellos-as que viven poniendo su mira en los bienes ajenos.

    Creo que Jesús nos pide una pobreza de espíritu profunda, la que nos vuelve desprendidos de toda atadura y exclavitud, incluído el dinero.

    No tengo más que decir, gracias.

    Miren Josune

    • Mª Pilar

      También dijo Jesús, sin acritud, sin deseo de juzgar, solo expuso una realidad:

      ¡Que difícil es, que un rico entre en el Reino!

      Y no estamos hablando de “salvación” a costa de dar limosnas…

      He visto con mis propios ojos, tratar a su perro, hermoso, de raza… muchísimo mejor, que a las personas que hacia de su vida, un lugar extraordinario.

      Y pagar dos torres de una catedral, con la condición de ser enterrados en su cripta, y ahí están.
      mª pilar

      • Asun Poudereux

        Ciertamente, Pilar, el ego religioso puede hacer mucho daño levantando fronteras en torno suyo inflándose y re-inflándose sin sentir, conocer y vivir a Jesús a lo largo del camino de la vida, no mirándose en el otro, sino despreciándolo, sabedor de su propia “verdad”, concebida a la medida de su ignorancia.

        No sabe cuál es su verdadera identidad. No son las riquezas, ni los conocimientos, ni los títulos, ni las propiedades, ni las voluntades, que se proclama para sí.

        Un abrazo grande.

  • Muchas gracias por este excelente articulo y con el cual estoy completamente de acuerdo. La Iglesia “religion” es una nube que impide testimoniar de verdad y con credibilidad del Evangelio. Para seguir Jesus hay que creer en Él y en su palabra. Hay que dejar todo y seguirlo. Lo que no es el caso de la Iglesia institución.