San Ambrosio, doctor de la Iglesia y obispo de Milán, escribió en su De los oficios de los ministros (I, 84; PL 16,84) sobre el diácono Lorenzo, cuya fiesta celebramos hoy, a raíz de la detención y martirio del papa Sixto, al cual ministraba: “Tres días después Lorenzo fue arrestado. Se le pide que traiga los bienes y los tesoros de la Iglesia. Y promete obedecer. Al día siguiente lleva consigo a los pobres. Le preguntan dónde están los tesoros que debía llevarles. Les enseña los pobres diciendo: «Aquí tenéis los tesoros de la Iglesia. ¿Qué mejores tesoros tendría Cristo sino aquellos de quien dijo: ‘Lo que hagáis a uno de estos pequeños, me lo hacéis a mí’?» (Mt 25,40). Lorenzo mostró estos tesoros y venció porque el perseguidor no tenía ningún deseo de quitárselos. Pero, furioso, lo hizo quemar vivo.”
El cardenal Tarsicio Bertone, secretario de Estado de la santidad de Benedicto XVI no debió leer ni meditar sobre el texto de Ambrosio cuando estudio patristica en la Gregoriana, dado el faraónico coste de su apartamento de retiro vaticano y de la financiación del mismo con fondos del Bambino Gesú, obra benéfica de la Iglesia romana, que de nuevo es objeto de investigación.
Estos días del ferragosto romano ha visto la despedida y cierre de la prefectura en el antiguo Santo Oficio, del cardenal Gerhard-Ludwig Müller, nombrado para tal puesto también por la santidad de Benedicto XVI. A los pocos días de que el actual pontífice le comunicara su cese se ha publicado un informe de 450 páginas realizado por el abogado Ulrich Weber sobre lo ocurrido en el Coro de la catedral de Ratisbona que es demoledor para la gestión episcopal de Müller en el asunto que aborda el dicho informe y que no es otro que los malos tratos físicos y psíquicos, así como abusos sexuales y violaciones que a lo largo de varios años hasta los noventa del siglo pasado sufrieron 500 niños y adolescentes, cantores del coro catedralicio y alumnos de su colegio anejo.
En 2010 el director y compositor Franz Wittembriak desveló esos abusos en un programa televisivo. Castigos corporales sufridos por unos 500 niños cantores y 67 de los cuales abusos sexuales, incluidas violaciones. En esa época era obispo de Ratisbona Gerhard-Ludwig Müller el cual se enfrentó con la obligación de iniciar la investigación pertinente, con las habituales cautelas que, según el abogado Weber intentaron oponerse y evitar por todos los medios la realización de una investigación a fondo.
En 2012 el obispo Müller fue llamado a Roma por el papa Benedicto XVI para ser designado nada menos que prefecto de la congregación de a Doctrina de la Fe, de la cual dependen los casos de pedofilia y pederastia del clero católico romano.
Entre 1964 y 1994 el director del coro catedralicio ratisbonense fue el canónigo Georg Ratzinger, hermano del pontífice responsable del nombramiento del prefecto del ex Santo Oficio en 2012.
El caso adquirió tal volumen y resonancia que el obispo sucesor de Müller ha dedicado otros cinco años a la investigación encomendada a Weber de la cual ha resultado el informe ahora publicado. 49 de los presuntos autores de violencias y abusos sexuales no podrán ser juzgados al haber prescrito los posibles delitos de los que podrían ser acusados.
Mientras tanto espera en Australia a comparecer ante un tribunal civil el cardenal Pell, hasta hace unos días tercero en la escala vaticana de poder. En este caso máxima autoridad económica y nombrado por el actual pontífice.
Poco a poco se conocerán las verdaderas razones de hechos importantes sucedidos en la cúpula de poder de los eclesiásticos que controlan les estructuras de la Iglesia católica romana. Ya dice Jesús en el evangelio que nada hay oculto que no vaya a ser conocido. Parece que como le ocurre al cardenal Bertone con san Ambrosio y su relato sobre los tesoros de Lorenzo, tampoco otros cardenales y quizá algún papa que lo fue han leído esas palabras evangélicas porque, quizás, no tenían oídos para oír.
Ovidio en el libro XV de la Metamorfosis advirtió “Todo lo que existe debajo del cielo y todo lo que hay sobre la tierra, mudó de forma”.
Alberto Revuelta
Felicito a Atrio.org por insertar este artículo que creo muy pertinente. En Suiza 294 han denunciado, en este año, a las auroridades eclesiásticas casos de abusos entre 1950 y 2015. La mitad fueron cometidos a niños menores de 12 años. Un caso que conocerán es el de Daniel Pittet que fue violado por un cura capuchino entre los 9 y los 13 años. Ha escrito un libro relatando su experiencia,”Le perdono, padre“. El capuchino, que también dirigía un coro como en el caso de este hilo, Joël Allaz continuó su doctrina ritual de destrucción de menores a su cargo, incluso minusválidos, se calcula que pudo abusar de unos 150 niños, este monstruo hoy reside cómodamente en una residencia.
Y digo esto porque a pesar de que la Iglesia católica suiza ha creado una comisión y cuantijficado las indemnizaciones, aún es remisa al admitir y valorar los numerosos casos que le llegan, las diócesis suizas mantienen una muy cerrada política informativa.
Comparto lo escrito por Antonio. Y aprovecho para manifestar mi agradecimiento a los atrieros y atrieras que tanto nos aportan.
Es absolutamente necesario saber, conocer y, en su caso, condenar todo aquello que es corrupción en el más alto grado, en este caso sagrado, en manos de quienes se creen que su cargo les da licencia para todo tipo de aberraciones, eso sí, en nombre de Dios, ya que es “la voluntad de Dios” por vía directa a través de determinados Papas “representantes de Cristo en la Tierra, etc. etc.
Hay demasiada basura (merde) debajo de las alfombras vaticanas, tanta prepotencia y tan poca vergüenza, da como resultado, no sólo la ausencia de actitudes y conductas evangélicas, sino la ausencia de una ética universal y elemental. Blanco sobre negro, no hay matices.
Buenos días!
A Alberto no necesito manifestar mi agradecimiento por haber elegido ATRIO para publicar estas columnas suyas, siempre exquisitas en fondo y forma. Desde hace años coincido con su manera de pensar y querer, y me alegro que se le haya reavivado su vena de escritor.
Pero de una manera especial quiero agradecer a George que nos vaya comunicando sus inmensos conocimientos y arte de investigación en casi todas las materias. Este recuerdo del caso de Bernard Shaw, que está en el origen de la implicación de la jerarquía al utilizar bienes eclesiásticos para tapar el escándalo de la pederastia, es muy oportuno. Como la utilización por los papas de la ciudadanía vaticana para defender a personas penalmente perseguidas. El recuerdo de Marcinkus es apropiado y lo que cuentas del atasco ratzingeriano a la beatificación de Romero, sencillamente oportunísimo.
En el Tablón de ATRIO hay una entrevista subida por Oscar que muestra cómo el tema de las beatificaciones sigue siendo arma ideológica de la derecha, que cuela a veces a Francisco señales claramente contrarias a su línea pastoral
La maniobra de llevarse a Bernard Law de Boston a S. María Maggiore en Roma, fue la solución que A. Sodano, entonces Secretario de Estado y Ratzinger , cuando JP II estaba inútil, para que quedara protegido de toda responsabilidad judicial por encubrimiento de literalmente decenas de crímenes contra menores y de malversación de fondos de la arquidiócesis.
Ratzinger tiene una historia obscura por sus maniobras tras de la figura de JP II. Hace tiempo hice una pequeña investigación sobre el sabotaje al proceso de virtudes heroicas de Óscar Romero (El Salvador) y Resulta que Ratzinger le dio el tiro de gracia en sincronía con los colombianos Alfonso López Trujillo (Prefecto de la C. para la Familia) y Darío Castrillón Hoyos (Prefecto de la C. para los presbíteros) y con el chileno Jorge Medina Estévez (Prefecto de la C. para la Liturgia) que se sentaban todos, con Ratzinger y Sodano en el consejo consultor de la C. para las Causas de los Santos y en la Comisión Pontificia para América Latina.
Se sirvieron de un truco viejo. Primero la detuvieron por la duda sobre la legitimidad de su condición de mártir de la caridad (causa que JP II utilizó, sin precedente, para canonizar a Maximiliano Kolbe). Cuando ya estaba resuelto ese asunto los latinoamericanos con el apoyo del cardenal de Perú y de varios obispos salvadoreños, solicitaron más investigaciones y, en este punto, Ratzinger hizo que la archivaran indefinidamente. La cosa es que hay una ley no escrita por la que, si una causa se obstaculiza dos veces, la segunda vez se pospone y archiva indefinidamente. Todo esto salió a relucir porque fue hecho público por Orden de Francisco a fin de que recomenzara la causa de beatificación.
Imagino que quizás Benedicto se las haya arreglado con Bertone, entonces S. de Estado de éste, para que Müller reemplazara a Levada y quedara protegido de los cargos judiciales por encubrimiento. Law ni Müller, que escaparon a la justicia de sus respectivos países y están retirados, como Paul Marcĭnckus, han permanecido en Roma donde están en libertad. Marcinkus obtuvo un indulto para salir del Vaticano y regresar a EE. UU, en 2006 para morir en Sun City.
Hola Alberto!
Bien escrito lo que has escrito.
Inteligente y proplijo.
Gracias!
Nota: me hubo quedado una imagen tuya, como que te sentías apesadumbrado. Tal vez sea bueno que nos cuentes otras cosas que nos des-apesadumbren de la MALA SUERTE (tanguito imprescindible), donde se canta: -“y tranqueando despacito, me fui al Bar que está en la Esquina, par’ahogar con cuatro tragos lo que pudo ser tu amor”-