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¿Todavía esperando al Gandhi palestino? Ella/él ya está aquí

Invito a todos los lectores de Atrio a no olvidar la realidad silenciada del Pueblo palestino que sufre terrible apartheid y expolio desde hace setenta años, con este artículo de Zaha Hassan* que he publicado en mi blog Palestina en el corazón. 

La segunda pregunta más común que se le hace a una persona palestino-americana (después de “¿Dónde está Palestina?”) es: ¿Dónde está el Gandhi palestino?”.

Los estadounidenses quieren saber por qué los palestinos no emplean tácticas no violentas para poner fin a tantas décadas de opresión y colonización de su tierra.

Por supuesto, implícita en esta pregunta está la suposición −cultivada por las representaciones del “árabe enojado” y el musulmán nihilista en los medios masivos (así como por campañas de incidencia bien financiadas por grupos de presión y sus “think tanks”), que presentan a todo el Medio Oriente como un hervidero de odio contra el Occidente cristiano− de que los palestinos están genéticamente predispuestos a la violencia.

La verdad es que si alguna vez se le diera el Premio Nobel de la Paz a un pueblo entero por la moderación que ha demostrado y la obstinada determinación de sobrevivir, perseverar y construir un mañana mejor, a pesar de los intentos sistemáticos de borrarlo −incluso de los intentos de negar su misma existencia, a lo Golda Meir−, habría que dárselo al pueblo palestino.

Porque ¿dónde hay otro precedente de encarcelamiento de dos millones de personas, deliberadamente convertidas en dependientes de alimento, agua y energía durante una década entera, mientras persiste la narrativa de que todo se justifica por la “seguridad” de Israel, como el que sufre actualmente Gaza?

Periodista ayudando a dos escolares a pasar a través de un checkpoint relámpago en Cisjordania (Crédito al pie de la foto).

¿Dónde hay otro precedente de siete millones de personas a las que se les niegue el derecho de regresar a sus hogares y propiedades confiscadas hace siete décadas, simplemente porque son de la religión equivocada, mientras que nuevos asentamientos ilegales se expanden furiosamente en el pedazo de tierra de Cisjordania que se supone debería formar parte de su futuro Estado?

¿Dónde hay otro precedente de estados y organismos multilaterales responsables de garantizar la aplicación del derecho internacional y la legalidad, exigiéndole a un pueblo ocupado que haga cada vez más concesiones, y que negocie para legitimar los crímenes de guerra y normalizar la existencia de su ocupante?

La verdad es que cada niñita de Cisjordania que cruza un puesto de control militar para llegar a la escuela es una Rosa Parks. Cada prisionero que arriesga su vida durante semanas en una huelga de hambre para desafiar su encarcelamiento y las condiciones del mismo es un Mandela, y cada residente de Gaza que sobrevive a las privaciones deshumanizantes es un Gandhi palestino.

¿Cuántos miles de alfombras de oración más tienen que desplegarse en las calles de Jerusalén para que la resistencia no violenta palestina sea no sólo reconocida sino apoyada y alentada? ¿Cuántas protestas semanales más deben tener lugar en Bi’lin y otras aldeas en Cisjordania? ¿Cuántas carpas de la paz más tienen que ser levantadas y derribadas en Jerusalén y en el Naqab?

La verdadera cuestión, sin embargo, no es cuantificar las protestas, sino asegurarse de que el mundo las conozca.

Gandhi sabía esto. Martin Luther King Jr. lo sabía también. Y el gobierno israelí, [el lobby judío] AIPAC y los interesados ​​en mantener el dominio de Israel sobre Palestina lo saben. Y es por eso que proyectos legislativos escandalosos como la ley anti-BDS 720del Senado están circulando por los pasillos del Congreso. El proyecto de ley, elaborado con la participación de AIPAC, convertiría en un delito punible con hasta 20 años de cárcel y una multa de hasta un millón de dólares abogar por el uso de tácticas económicas no violentas contra Israel.

¿Se imaginan a Rosa Parks encarcelada durante 20 años por organizar el boicot a los autobuses segregados? ¿O a Martin Luther King Jr. obligado a pagar un millón de dólares por boicotear los comedores racistas?

Debería quedar claro para todo el mundo que está mal penalizar la libertad de expresión que busca acabar con una injusticia. Cuando se les presentan los hechos, los estadounidenses lo entienden. Y poco a poco, pero con certeza, algunos miembros del Congreso que inicialmente copatrocinaron el proyecto de ley en una típica genuflexión ante AIPAC (“¿Dónde hay que firmar?”) están viendo la luz, como la senadora Gillibrand, que al ser alertada por la American Civil Liberties Union sobre las amenazas a la libertad de expresión y las debilidades  constitucionales del proyecto de ley, y ser convocada por sus votantes en una reunión del ayuntamiento, expresó su voluntad de repensar su apoyo.

Así, mientras que CNN y Fox News pueden no estar mostrando a los cientos y miles de palestinos/as que han estado orando en las calles de Jerusalén la la semana pasada en protesta por el intento disimulado de Israel de ejercer su soberanía sobre el Haram Al Sharif, estos intentos legislativos de los defensores de Israel de acabar con el apoyo a la resistencia palestina no violenta en los territorios ocupados o en el exterior están encendiendo focos de estadio sobre estos temas.

Activistas de todos los movimientos progresistas están tomando consciencia de cómo sus libertades civiles están siendo puestas en peligro para proteger la ocupación israelí en Palestina. Del mismo modo, cuando las aerolíneas estadounidenses aplican la legislación israelí impidiendo a defensores de derechos humanos viajar a Israel (incluyendo a judías estadounidenses, una de ellas rabina), los estadounidenses ven la conexión entre eso y las aborrecibles prohibiciones de viajes impuestas por la Administración Trump.

El pueblo palestino y sus aliados deberían desear (y orar en las calles) que Israel continúe revelando la verdadera naturaleza de su opresión, mientras continúan valiéndose de tácticas no violentas probadas para llevar la justicia y el derecho hacia una comprensión más verdadera de las causas y las soluciones al conflicto Israel-Palestina.

No hay manera más poderosa de exponer una injusticia y de corregir las percepciones erróneas asociadas a esa injusticia que a través del opresor mismo. Rosa Parks, el Dr. King y Gandhi sabían esto, y también los saben los palestinos y palestinas y quienes se solidarizan con ellos.

*Zaha Hassan es una abogada de derechos humanos, residente en Washington DC. Fue la coordinadora y asesora legal principal del equipo negociador palestino.

Publicado en Haaretz el 30/7/17. Traducción: María Landi.

6 comentarios

  • oscar varela

    Argentina: Miles de manifestantes repudiaron, frente a la embajada sionista, la visita del genocida Benjamín Netanyahu

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  • Albert Soler

    Yo soy solidario y me identifico con las personas, y sobre todo con aquellos que son marginados y excluidos. Los territorios, ya se pretendan reivindicar por razones históricas, no me interesan.  Quién puede reivindicar ningún territorio, si la condición humana siempre fue nómada, y cada lugar y espacio físico ha tenido innumerables y diversas poblaciones, todas ellas con el común denominador de su condición de persona, lo de pueblos, razas etc…. son pretextos para dividir y para discriminar y la gran culpable es la religión. Hay personas que necesitan un lugar para vivir, y vivir con dignidad. Ni tiene sentido un Estado Palestino, ni tiene sentido un Estrado de Israel. La realidad es que los habitantes de esos territorios, durante la descolonización británica, fueron discriminados  y sufrieron la invasión de personas de los más diversos lugares reivindicando antecedentes históricos. Una manera chapucera de quitarse un problema por parte de la comunidad internacional descolonizadora y de crearla por parte de los países del entorno árabe.

  • Rodrigo Olvera

    Suscribo cada palabra de tu comentario Olga

    El mismo Gandhi decía que su estrategia de la “fuerza de la verdad” sólo servía ante gobiernos con un mínimo de decencia humana, pero sería completamente inútil en otros casos. Y agregaba (para horror del pacifismo absoluto de algunas personas y organizaciones) que si resultaba imposible luchar de manera no-violenta y quedaban sólo dos opciones, o luchar violentamente o aceptar la humillación, debería elegirse la lucha armada; porque la no-violencia jamás debería ser usada como excusa para la cobardía y la humillación propia.

  • olga larrazabal

    A Gandhiji le resultó con los ingleses, por varias razones que no se dan en Israel.  La primera es que los ingleses eran un puñado contra cientos de millones. Segundo, esos cientos de millones eran consumidores de telas inglesas, y si de repente comenzaban a hilar y dejaban de consumir telas, la manufactura de Manchester se iba al tacho. Tercero, porque de algún modo y a pesar de todo, las maldades que hacían los ingleses quedaban sumergidas en la hipocresía victoriana y no les convenía hacer masacres monumentales a vista y presencia del mundo.  Y además tenían una Iglesia Anglicana poderosa que seguramente hubiera condenado estos hechos.  Y como son pragmáticos, deben haber sacado cuentas y las resultaba más favorable dejar que los indios se autogobernaran y tener sus gobiernos como aliados y consumidores, sin costo de guerra, ni ejército ni nada.

    En cambio Israel considera que todo el universo está en deuda con ellos por el Holocausto, y a consecuencias del Holocausto perdió la fé en la Etica, y la única ética que les importa es la existencia del Estado de Israel. Pero un Estado de Israel que no tenga dentro de él nada más que personas circuncidadas de cultura judía, y que ojalá hayan pasado por el Holocausto para que esta experiencia los mantenga juntos sin diluirse en mezclas con árabes u otras personas.  A menos que esas otras personas sean muy ricas y se circunciden con algún rabino, aunque sea para callado, como sucede con parte de la aristocracia inglesa.

    Y cualquiera que no comulgue con las políticas del Estado de Israel es un antisemita o jew hater( odiador de judíos) aunque sea judío. Así me llegó un video de un rabino postulando este nuevo dogma.

    Antes existían unos judíos encantadores, humanistas, gente inteligente de mentalidad abierta y mucho sentido del humor, que no se tomaban tan en serio y respetaban al prójimo.

    Pero como en todas las sociedades actuales, los fanáticos han tomado la sartén por el mango. Y si aparece un Gandhi o 100 Gandhis poniendo el cuerpo ante los soldados, como lo hacían los indios, son capaces de cargárselos a todos sin ni asco.

     

  • Albert Soler

    El tema es complicado. Sí que existe, a día de hoy, una dispersión de opiniones interesadas al respecto, evidentemente el lobby judío, pro sionista, en EEUU es muy poderoso y domina los medios de comunicación y de opinión.

    El conflicto se alarga en el tiempo y no parece que exista voluntad de resolverlo, con lo que supone de sufrimiento para tantas personas, desplazadas a lo largo de los años. Una pueblación dividida por una  “guerra religiosa”, judios y musulmanes, que ocuparon, en mayor o en menor medida, esos territorios en discordia durante siglos. El imperio otomano impuso la religión musulmana a la población de religión judía y colonizó con población jordana y siria gran parte de los territorios, la descolonización creó e impuso un estado judío que también ha ido recolonizando territorios con colonos foráneos y volviendo a desplazar a los allí asentados durantes años.

  • George R Porta

    ¡Excelente artículo! y a mi entender muy necesario y justificado.
    Es muy difícil contradecir esta afirmación de que al menos en los EE. UU. la propaganda pro-Israel es abrumadora (no describiendo las maravillas que logre esa nación, sino «denunciando» su victimización, mientras que a menudo nada dicen de las provocaciones a las que Israel somete a los palestinos) mientras que las noticias sobre la realidad (digo la realidad, los hechos, solo eso) relativos al pueblo palestino brillan por su ausencia de los medios de comunicación más visibles.
    Si la memoria me sirve bien, el periodista judío-estadounidense de ABC Ted Koppel, fue el último periodista de prime time en la television estadounidense, preocupado por moderar encuentros entre ambos pueblos, pero desafortunadamente ya ese tipo de periodismo serio, profesional, en la que los hechos eran presentados sin retorcerlos al servicio de esta o aquella otra agenda política particular ya no existe o está en franca extinción.
    Veo los noticieros de CNN y de MSNBC dos veces a la semana y me extraña que la autora del artículo equipare a CNN con Fox News cuando me parece que no son comparables. No importa cual criticable sea el periodismo de CNN, en mi opinión, para nada se compara con la absurda deshonestidad de Fox News, pero cada cual tiene derecho a su opinión.
    Agradezco este artículo y que alguien recuerde que en diversas partes del planeta haya pueblos que sufren asedio y maltrato, que la injusticia está mejor distribuida que su contraparte.
     
    Gracias de nuevo a la autora del hilo y a Atrio.