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Catequesis sobre el error de Dios encarnado – 4

miquel

Para seguir los temas de esta catequesis, seguimos recomendando el texto completo en el sitio original: http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/error_encarnat4_sp.htm. Se puede ir a los  temas anteriores de esta catequesis desde este enlace: errores de la encarnación. AD.

Jesús, como sabiduría de Dios en las cartas paulinas

En los bloques resaltados, continúa el resumen de unas páginas de James D.G. Dunn en su libro:
christology in the making: a new testament inquiry into the origins of the doctrine of the incarnation (1980)

Cuando Pablo, en sus cartas, utiliza el lenguaje de la “sabiduría de Dios” para hablar de Jesús (o mejor, de su Cristo), ¿cuál es su comprensión y cuál es su intención?

Una nota antes de pasar adelante: Pablo utiliza el lenguaje de la “sabiduría de Dios” porque este lenguaje (=palabras, imágenes, ideas, metáforas…) era suficientemente conocido por sus lectores, dado que estaba muy extendido en el judaísmo pre-cristiano y, sobre todo, en el judaísmo intertestamentario.

El judaísmo pre-cristiano, en su literatura sapiencial, utilizaba un lenguaje muy extendido por toda la región del Medio Oriente (desde Mesopotamia [la figura de Isthar-Astarté, la diosa del amor] hasta Egipto [el culto a Isis]), pero los autores judíos se mantenían dentro de las fronteras de su monoteísmo, conscientes de que no podían llegar a las mismas conclusiones que las religiones politeístas. A la Sabiduría (uno de los muchos nombres de Isis), entendida y adorada como un ser divino, opone la alternativa de la Sabiduría identificada con la Ley dada a Israel por (el único) Dios.

  • La Sabiduría, en Israel, nunca tuvo ni sacerdotes ni adoradores. Ni templos.

Los autores sapienciales del judaísmo pre-cristiano se mantuvieron dentro del ámbito de la “personificación”, sin pasar al ámbito de la “hipostatización” que daría a la Sabiduría una entidad divina individual, al lado de otras divinidades (o al lado de Yahvé).

Podemos decir con confianza que es muy poco probable que el judaísmo pre-cristiano entendiera la Sabiduría como un ser divino independiente de Yahvé. El lenguaje puede ser el de la muy extendida especulación de aquel tiempo, peor en el marco del monoteísmo judío y de la literatura hebrea la Sabiduría nunca llegó a ser más que una “personificación”. Y no tanto una personificación de un atributo divino como una personificación de una función de Yahvé, una manera de hablar de Dios mismo, de expresar la participación activa de Dios con su mundo y su gente sin comprometer su transcendencia.

¿Se arriesgó Pablo, al hablar de Cristo como “Sabiduría de Dios” (σοφία του Θεού), a cruzar las fronteras del monoteísmo del judaísmo pre-cristiano?

Recordemos los textos más importantes del lenguaje de “la sabiduría de Dios” en Pablo: 1Cor 1, 24-30  –  1Cor 8, 6 –  Col 1, 15-20   

En estos pasajes vemos el intento, por parte de Pablo, de explicar el significado del Jesús terrenal y exaltado con palabras que sus interlocutores estaban acostumbrados a utiltzar, y hacerlo de tal manera que estas palabras recibieran una relación exclusiva con Cristo.

Nos podemos preguntar si intenta reivindicar la pre-existencia de Cristo o afirmar que Jesús era un ser divino personalmente activo en la creación

Pablo no quiere establecer la creencia en un ser pre-existente, ni argumenta a favor de la posibilidad de hablar de una Sabiduría pre-existente, ni que Jesús fuera un ser particular pre-existente. Lo que él está diciendo es que la misma Sabiduría divina que actuó en la creación estaba ahora activa en Jesús, que el Dios creador estaba actuando ahora en y a través de Cristo, que la Sabiduría divina ahora debía ser reconocida como totalmente identificada con Jesús, tan totalmente encarnada en Jesús que las características distintivas de la Sabiduría divina debían ahora ser reconocidas, no a partir de la creación o en términos de conocimiento especulativo (gnosis), sino desde la cruz (1Cor 1, 18-25). Esto es: lo que nosotros realmente vemos en la vida, muerte, resurrección de Cristo es el mismo poder […] por medio del cual Dios creó y sigue manteniendo el mundo (1Cor 8, 6); Cristo representa lo que Dios es, encarna plenamente el amor de Dios, refleja lo mas claramente posible el carácter del único Dios.

1Cor 1, 24-30: “…mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres. ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. 29.Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención” 

Es la primera vinculación clara y también la más explícita entre Cristo y la Sabiduría.

Una cosa ha de quedar clara: este fragmento forma parte de una disputa entre Pablo y una facción gnóstica de Corinto, y a veces Pablo se dejaba llevar llevar por una cierta vehemencia. Y muy probablemente Pablo utiliza el lenguaje que este grupo de la comunidad usaba. Ver los versículos que anteceden en la misma carta:  Los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos un escándalo, y para los gentiles una locura.1Cor, 1,22-23.

Del estudio de este fragmento de la Primera Carta a los corintios, James Dunn extrae las siguientes conclusiones:

  1. No encontramos aquí ninguna consideración de la Sabiduría como una hipóstasis divina pre-existente (como una entidad individualizada o persona). La “Sabiduría de Dios” es esencialmente el plan de Dios para llevar a término la salvación por medio de la crucifixión de Jesús y por medio de la proclamación del Cristo crucificado.

2. Pablo establece una particular vinculación entre la Sabiduría de Dios  y el poder de Dios [1, 24], dos expresiones utilizadas a menudo en el lenguaje religioso de la época como una forma de hablar de Dios (o de un dios).

  • Jesús es el único en quien el poder que viene de Dios (Dios acercándose a los hombres) se ha manifestado, el único en quien y a través del cual este poder divino del mismo Dios, todavía viene a aquellos que son llamados.
  • La Sabiduría de Dios en su expresión más importante -como el plan de salvación puesto a la obra por Dioses Cristo Al mismo tiempo, no estamos tan lejos del círculo de pensamiento examinado arriba (§23, consulta arriba, n. 51). Aparte de la idea de una sabiduría oculta ahora revelada por Dios (2.6s.), revelado en el acontecimiento de Cristo, no en la Ley, podemos notar en particular la vinculación de la sabiduría de Dios con el pode de Dios en 1,24. Pablo, por supuesto, está pensando casi enteramente aquí en la experiencia que los convertidos corintios tuvieron del poder de Dios a través de la predicación de la cruz (1.18; 2.4s); pero no puede haber olvidado que tanto “poder” (du,namij) como “sabiduría” se utilizaban a menudo como una forma de hablar de Dios (o de un dios).

3. La identificación de Cristo como “Sabiduría de Dios” tiene implicaciones cosmológicas (2, 7s), pero no hay aquí ningún vínculo claro entre la sabiduría de Dios y el acto de la creación. La idea de la pre-existencia aquí solo se refiere al plan de Dios: la “sabiduría” escondida estaba destinada a nuestra gloria(2, 7)

4. El versículo 1, 30 habla de que Cristo “llegó a ser”, “fue hecho”, pero como el contexto indica, “llegó a ser sabiduría, justicia, santificación y redención para nosotros”, a través de su muerte y resurrección.

No hay evidencia de que Pablo hablara de Cristo utilizando el lenguaje de la sabiduría antes de la Primera Carta a los corintios: la identificación inicial de Cristo como la “Sabiduría de Dios” fue provocada por el elitismo díscolo de la facción “gnóstica” de Corinto.

5. Muchos consideran este versículo como la primera declaración de la creencia en la pre-existencia de Cristo. Pero es necesario considerar el contexto.

 

1Cor 8, 4-7 Acerca, pues, de los alimentos que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores). Para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, (6a) del cual proceden todas las cosas y para quien nosotros existimos; y un Señor, Jesucristo, (6b) por medio del cual han sido creadas todas las cosas y por quien nosotros también existimos. Pero no en todos hay este conocimiento, pues algunos, habituados hasta aquí a la idolatría, comen como si el alimento fuera sacrificado a ídolos, y su conciencia, que es débil, se contamina.

Pablo, a la básica afirmación de la fe monoteísta (hay un único Dios, el Padre), añade la básica confesión del cristianismo helenístico o de la gentilidad (Jesús, el Cristo, es el único Señor). ¿Rompe de esta manera el Shema, la confesión del monoteísmo judío?:  Escucha, Israel, el Señor es el nuestro Dios, el Señor es el único. (Deut 6, 4:).

El juego de las preposiciones es el precio a pagar a la filosofía estoica del momento al hablar de la relación entre Dios y el cosmos.

6a        de quien todo proviene                                hacia el cual nos dirigimos

6b        por el cual todo existe                                  nosotros a través de él

Es sorprendente el papel cósmico atribuido a Jesús (por el cual, a través de él) todo existe). Una lectura en sentido vertical daría:

Todas las cosas provienen de él [Dios, el Padre] a través de él [el Cristo]

y nosotros nos dirigimos a él [Dios, el Padre] a través de él [el Cristo]

Pablo quiere reforzar -delante de la facción gnóstica de Corintola unidad entre creación y salvación: insiste que el único Señor de los creyentes no puede ser separado del único Dios creador. Así, describiendo a Cristo el Señor con el lenguaje de la sabiduría, quiere afirmar que el mismo poder divino está activo tanto en la creación como en la salvación; el poder de Dios en la creación se ha expresado plenamente en la muerte y resurrección de Cristo; lo que se había dicho de la Sabiduría se podía decir ahora de Cristo. El versículo 8, 6 no rompe el monoteísmo judío, sino que afirma simplemente que Cristo es la acción de Dios; Cristo es identificado aquí no con un ser pre-existente, sino con el poder creador de Dios.
Así, pues, lo que podía parecer una primera afirmación clara de la pre-existencia de Cristo (y un mojón importante en el desarrollo de la doctrina de la encarnación) quizás no es más que el hecho de que Pablo extrae todas las implicaciones de la afirmación de Cristo como en Señor en respuesta a los problemas particulares de la iglesia de Corinto, utilizando el lenguaje de la tradición de la sabiduría del judaísmo pre-cristiano que era particularmente estimado por los corintios aspirantes a sabios.
Ciertamente, si separamos 1Cor 8, 6 de su contexto, se convierte fácilmente en un vehículo para una cristología de la pre-existencia. Pero si Pablo quería que fuera entendido de esta manera, es sin duda algo más que dudoso.

*     *     *

James Dunn estudia otros dos textos que a menudo son presentados como referidos a la pre-existencia de Cristo: Cristo como la roca del desierto (1Cor 10, 1-4) y el descenso de los cielos de Cristo. (Rm 10, 6-10).

Su conclusión sobre el primer texto es ésta:

En resumen, no es suficientemente probable que 1Cor 10, 4 se refiera a Cristo como pre-existente de tal forma que nos pueda aportar alguna cosa en nuestra investigación.

 

Y sobre el segundo texto concluye:

En pocas palabras, la interpretación de Rm 10, 6 ss (o de Ef 4, 9) como una referencia a la encarnación de Cristo está demasiado débilmente basada para permitir que utilicemos estos versículos como alguna evidencia de que la doctrina de la encarnación ya estaba emergiendo. En nuestra investigación actual sería más prudente dejar Rm 10, 6 a un lado junto con 1Cor 10, 4. Las indicaciones más plausibles de una cristología de la Sabiduría son las que atribuyen a Cristo un papel al Cristo cósmico en la creación.

     *     *    *

Col 1, 15-20

Está ampliamente aceptado que es un himno pre-paulino construido en dos estrofas siguiendo el lenguaje de la sabiduría del judaísmo pre-cristiano y modificado -con más o menos extensiónpor Pablo

Podéis mirar el resumen de Roger Haight:http://www.tinet.cat/~fqi_sp04/error_encarnat_sp.htm#colossencs 

Primera estrofa (vv. 14-18a): el papel de Cristo (pre-existente) en la creación (su relación con la antigua creación)

Col 1, 15Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación

El “El “Dios invisible” (el Deus absconditus de la tradición luterana) es el problema de quien busca a Dios ¿Cómo encontrar aquello que es invisible? Diversas figuras -en la Escritura- hacían posible la relación del Dios transcendente con el mundo de los humanos: ángeles, el espíritu, la sabiduría, la palabra. Ahora es Cristo, el crucificado y resucitado, quien será la plena imagen del Dios transcendente. En 2Cor 4, 4 afirmará que Cristo en su gloria  es la imagen de Dios.

¿Describe a Cristo como la primera de todas las creaturas (sentido temporal) o como el primero -por su soberanía- sobre toda la creación (sentido cualitativo)? [Sal 89, 28]? ¿O se quiere mantener una cierta ambigüedad?

Col 1, 16-   Ya que Dios ha creado por él todas las cosas, tanto las del cielo como las de tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El. Y El es antes de todas las cosas, todo se mantiene unido gracias a él.  

¿Atribuye Pablo (o el autor del himno pre-paulino) una pre-existencia a Cristo? Teniendo en cuenta el lenguaje de la sabiduría (“Todas las cosas las has hecho con sabiduría” del salmo 104, 24), nos podemos preguntar si realmente la intención del autor era atribuir esta pre-existencia a Cristo?

Esta interpretación no se desprende necesariamente. Esto puede ser simplemente la manera del escritor de decir que ahora Cristo revela el carácter del poder existente detrás del mundo… Cristo define lo que es la sabiduría, el poder creador de Dios; que es la expresión más completa y clara de la sabiduría de Dios … y de Cristo se puede decir lo que antes se dijo de la sabiduría… que” en él (la sabiduría divina ahora encarnada en Cristo) fueron creadas todas las cosas”. En otras palabras: este lenguaje se utiliza aquí para indicar la continuidad entre el poder creador de Dios y de Cristo y sin la implicación que se pretenda que el mismo Cristo fue activo en la creación.

…una vez más, probablemente no tenemos aquí tanto una declaración de Cristo como pre-existente como una declaración sobre la sabiduría de Dios ahora definida por Cristo, ahora totalmente equiparada con Cristo

Él es también la cabeza del cuerpo, que es la iglesia.

 

Segunda estrofa (vv. 18b-20): el papel de Cristo en la redención (su relación con la nueva creación.

Col 1, 18b        Él es el origen, el primogénito entre los muertos, para que en todo él sea el primero.

 

No hay duda que aquí el “primogénito” (πρωτότοκος) es Cristo muerto y resucitado y es sólo por su muerte y resurrección que ha llegado a ser “el primero” (πρώτος)

Col 1, 19-20:  Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud,  y por medio de El reconciliar todo por él y destinarlo a él, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz de Jesucristo, tanto en la tierra como en el cielo.

Las dos estrofas nos muestran su coherencia cuando nos damos cuenta de que, a lo largo del himno, no estamos hablando sobre el poder creador de Dios per se, ni de Cristo per se, sino de Cristo a quien los cristianos han llegado a reconocer como la encarnación y la definición de este poder (= sabiduría, plenitud): para expresar que las declaraciones de la primera estrofa eran tan apropiadas como las de la segunda.

 

Una apologética cristiana tenía que intentar algún tipo de declaración con respecto a la relación del Señor exaltado con la creación y con el poder y el propósito de Dios expresado en la creación. El escritor del himno a los colosenses está entonces tratando de decir nada más que la creación y Cristo deben entenderse en relación mutua: ahora que Cristo ha resucitado de entre los muertos el poder y propósito en la creación no pueden comprenderse completamente, excepto en términos de Cristo, y así también Cristo no puede ser plenamente comprendido excepto en términos de la actividad racional de Dios, que ha hecho el mundo tal como es (evn), que le da al mundo su significado (dia,) y que llevará el mundo a su fin señalado (eivj).

…lo que en un principio se lee como una afirmación directa de la actividad preexistente de Cristo en la creación se convierte, tras un análisis más detallado, en una afirmación que es bastante más profunda: no de Cristo como tal presente con Dios en el principio ni de Cristo como identificado con una hipóstasis preexistente o ser divino (Sabiduría) al lado de Dios, sino de Cristo como la encarnación y expresión (y definición) del poder de Dios, que es la manifestación de Dios en y para su creación que la energía divina poner adelante en la creación alcanza su culminación y meta en Cristo, que la manifestación de Dios en y por su creación..

 

Lo que el himno de Colosenses 1, 15-20 reivindica

…no es simplemente que salvación y creación constituyen un “continuum”, que la única y misma energía divina actúa en una y en la otra, sino que la energía divina que obró en la creación alcanza su culminación y meta en Cristo, que la manifestación divina en y por la creación y alcanza una totalidad y una plenitud de expresión en Cristo, que por lo demás solo es encontrada en la totalidad del cosmos.

“El que es la imagen del Dios invisible…, aquel en quien Dios en toda su plenitud quiso habitar”, nos muestra cómo es Dios, tanto en la creación como en la salvación, de una manera más definitiva que en las maravillas del cosmos o en las palabras de la Torá, del salmista, del profeta y de los sabios…

 

 

4 comentarios

  • Entre los comentarios recibidos Jorge dice: “No tengo clara la respuesta de Miquel Sunyol a la pregunta fundamental: ¿qué dice sobre quién es Jesús?

    Lo que por ahora yo digo sobre quién es Jesús se puede encontrar en JESÚS DE NAZARET, ¿PUNTO DE REFERENCIA? ¿Qué nos puede decir un judío del siglo I a los hombres y mujeres del siglo XXI? (http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/jesus_referencia_sp.htm)
    Es un escrito mío de finales del año pasado, intentando poner por escrito lo que dije en una reunión de curas obreros.
    Veo que en el mismo comentario Jorge me atribuye una frase: “la gran revolución de Jesús consiste en haber abierto a los humanos otra vía de acceso a Dios distinta de lo sagrado, la vía profana de la relación con el prójimo”. Esta frase no es mía, es de Joseph Moingt, y es una afirmación que no comparto, como intento dejar constancia en mi escrito. Cuando leí que José Mª Castillo escribía: “Jesús llevó a cabo la revolución más asombrosa que se ha producido en la historia de las tradiciones religiosas de la humanidad”, ya dije que “se había pasado tres pueblos”.
    George R. Porta nos ofrece diversos enlaces sobre los curas obreros. Aprovecho para añadir este: “La aventura de los curas obreros”.  (http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/aventura_sp.htm)
    Es un escrito mío de 2011 en el XXV aniversario de la muerte –camino del trabajo cuando todavía era madrugada- de un compañero, cura obrero en Tarragona.
    Agradeciendo a los comentaristas
     
    Miquel Sunyol

  • George R Porta

    ¿Cómo se puede acceptar como hechos «concretos» lo que no hemos presenciado personalmente ni podemos comprobar post factum y solo conocemos por medio de narraciones compuestas para un fin pre-determinado, o para probar expectativas o creencias?

    Por ejemplo esta afirmación de Dunn: Esta interpretación no se desprende necesariamente. Esto puede ser simplemente la manera del escritor de decir que ahora Cristo revela el carácter del poder existente detrás del mundo… Cristo define lo que es la sabiduría, el poder creador de Dios; que es la expresión más completa y clara de la sabiduría de Dios … y de Cristo se puede decir lo que antes se dijo de la sabiduría… que” en él (la sabiduría divina ahora encarnada en Cristo) fueron creadas todas las cosas”.

    ¿Que Cristo revele el carácter del poder existente detrás del Mundo fuera un hecho concreto?

  • Gonzalo Haya

    Es muy importante el estudio de Dunn para comprender el pensamiento de Pablo en su ambiente cultural, porque cualquier expresión tiene que ser entendida según los presupuestos filosóficos (y más o menos físicos) de su época. La dificultad se multiplica en la confluencia de una tradición semita con la cultura griega, política y socialmente hegemónica. La evolución de las comunidades cristianas, masivamente en el ambiente grecolatino, interpretó a Pablo en expresiones más metafísicas que históricas. Posteriormente las comunidades cristianas han pasado por distintas conceptos culturales, aunque han tratado de mantener (más o menos) las formulaciones doctrinales. Actualmente los avances científicos han revolucionado los conceptos filosóficos en que se basaban las expresiones doctrinales, y obligan a desvelar el mensaje vital (¿salvífico?) que se ha ido transmitiendo durante más de cuarenta siglos.

    Por mi parte creo que es muy importante interpretar a Pablo y a los concilios ecuménicos pero, en un plano vital (¿salvífico?) me afectan más los hechos concretos (más que los conceptos abstractos) que conocemos de la vida de Jesús, así como otros muchos hechos y enseñanzas de otras expresiones religiosas y filosóficas.

     

  • George R Porta

     
    Leo: «No encontramos aquí ninguna consideración de la Sabiduría como una hipóstasis divina preexistente (como una entidad individualizada o persona). La “Sabiduría de Dios” es esencialmente el plan de Dios para llevar a término la salvación por medio de la crucifixión de Jesús y por medio de la proclamación del Cristo crucificado. La “Sabiduría de Dios” es esencialmente el plan de Dios para llevar a término la salvación por medio de la crucifixión de Jesús y por medio de la proclamación del Cristo crucificado» (James D. G. Dunn sobre 1 Co 1, 22-23).
     
    Esta interpretación de Dunn supone que el lector tenga presente que Pablo reúne en sí cinco condiciones: a) Ser judío de origen; b) haber sido posiblemente educado como fariseo; c) hablar griego; d) ser ciudadano romano; e) hablar alguna forma de latín: Como hablaba griego quizás se expresaba en ambos el latín culto y el vulgar.
    Este conjunto de circunstancias, plantea un problema de traducción, porque nadie puede ser experto en todo. Por mucha filosofía que supiese Pablo, al traducir al latín conceptos teológicos o religiosos judíos que aprendió posiblemente en alguna forma de hebreo o de griego
    koinē, debió tener dificultad para ser entendido con la misma precisión que deseaba comunicar fuera ésta la que fuere,  aunque hablase los idiomas implicados con fluidez y exactitud equivalents, sobre todo porque su Audiencia no era necesariamente igualmente culta en todas partes, aunque lo fueran sus discípulos, que ya los seleccionaría a su conveniencia. Por lo tanto, posiblemente hablaba más el griego para comunicarse con los romanos y esto añade complejidad. Pedro, por su parte debió de ser acogido por hebreos capaces de entenderse con él.
     
    Pablo debió también conocer la versión griega del AT y la literatura apocalíptica hebrea intertestamentaria porque fue persecutor de los cristianos y por lo tanto hebreo o judío ortodoxo.
     
    No conoció a Jesús el Galileo más que de oídas y de forma negativa, considerándolo hereje y corruptor del judaísmo. Debió conocer al menos de oídas alguna versión escrita del evangelio de Marcos que se acepta fuera escrito entre AD 50 y AD 60. Pablo Murió en Roma entre AD 58 y 67, por lo tanto, si es cierto lo que se acepta desde Clemente de Alejandría, que el lugar de composición del evangelio Marcano fuera Roma.
    Pablo pudo conocer alguna versión oral o escrita del mismo y otras tradiciones orales. Existen las hipótesis de que el evangelio de Marcos pudo haber sido originado en Siria o en Antioquia de Siria, pero hacia el final de su vida Pablo ya estaba en prisión en Roma y planeando escapar rumbo al oeste, no hacia su nativa Siria al este.
     
    Todo esto hace extraordinariamente compleja la aceptación de cualquier hipótesis que descanse sobre la exactitud de los textos paulinos que conocemos desde el punto de vista lingüístico y hermenéutico.
     
    Pablo no pudo haber tenido tras de sí los 17 o 20 siglos de magisterio cristiano en oriente u occidente para estar seguro de que entonces decía lo que entendemos ahora cuando le leemos. Ni siquiera podía anticipar que pasaría tanto tiempo sin que su esperado Mesías se hiciera ver de nuevo y menos que los controversiales concilios reunidos por una multitud de causas y para una multitud de propósitos que Pablo no necesariamente hubiese aprobado, lidiaran como lidiaron con la cuestión cristológica de la que según Dunn él estaba más bien lejano.