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La visita de Francisco a Colombia II

Visita Colombia

La visita del Papa iniciará el próximo 6 de septiembre para permanecer cuatro días, visitando Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. Seguro que será un éxito de muchedumbres y de gestos políticos e favor de la paz.  Pero a muchos colombianos les preocupa no estimule el resurgir de la pastoral social profética y comprometida, en la búsqueda de transformaciones reales y estructurales. Es preocupante que continúe la pastoral de las “obras de misericordia”, bajo el neoliberalismo salvaje, que la iglesia del país sigue desde que se interrumpió el espíritu de Madellin. Francisco-Papa predicará sus convicciones teológicas y socio-pastorales en la perspectiva de la “Iglesia de los Pobres”. ¿Habrá algún cambio?

 Dos estilos de pastoral en Colombia

Por Héctor Alfonso Torres Rojas, licenciado en Teología y en Sociología

 Las instituciones eclesiásticas, todas: católica, protestantes y cristianas, NO opusieron resistencia real al neoliberalismo. Los estados de Bienestar Social se convirtieron en estados neoliberales, propiciando la máxima acumulación de riquezas en muy pocas manos.

Los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Inclusive, miserables…

La Iglesia católica siguió “predicando” la importancia del Bien Común, pero la Doctrina Social no ha tenido ninguna incidencia para frenar, en los países católicos, la aplicación del Consenso de Washington (1982), o carta de imposición del neoliberalismo.

Presidentes, ministros, parlamentarios y políticos católicos se convirtieron al dogma neoliberal: Todo se vende, todo se compra. El mundo es un mercado global. El mundo es un negocio. Compra quien tenga dinero… La salud es mercancía, la educación es mercancía, la vivienda es mercancía… El Medio Ambiente se destruye para que ganen las multinacionales…

La noción de servicio público va muriendo. Por ello, entre otras cosas, se impuso vender las empresas estatales, máxima expresión del Bien Común, es decir, los bienes de todas y de todos.

Se privatizó la riqueza y se socializaron las pérdidas.

Francisco-Papa busca “salvar” la encrucijada. Pero… El fervor católico por lo público y por la POLÍTICA entendida como la cuestión pública, es decir, que atañe a toda la ciudadanía y organiza y administra la POLIS, para su bienestar, se ha desvanecido. Obispos y clérigos, en su mayoría, están “despolitizados”, y no quieren saber nada “de la Iglesia de los Pobres”, a no ser para ejercer “las obras de misericordia”. En otras palabras, para aplicar y practicar el paternalismo caritativo. “Las obras de misericordia” son necesarias pero no bastan para realizar y construir la JUSTICIA SOCIAL. Es preciso cambiar las estructuras de explotación y dominación.

 

Pastoral Social Comprometida, en Colombia. Algo de historia.

Para entender las afirmaciones anteriores, desde el caso colombiano, me permito hacer un breve recuento histórico. En los años sesenta, ante la falta de espacio político para las organizaciones alternativas y de izquierda, como se decía antaño, porque legalmente sólo podían existir el Partido Liberal y el Partido Conservador, unidos en el Frente Nacional, fruto de la guerra entre esos dos partidos, conocida como “La Violencia”, con el total apoyo de la Institución eclesiástica, surgieron las guerrillas: FARC, ELN y el EPL. El sacerdote Camilo Torres ingresa al ELN, en 1965. En los años setenta y parte de los ochenta, hubo una conflictividad popular y social muy fuerte.

Varias pastorales sociales diocesanas estuvieron muy atentas en investigación, concientización, solidaridad y acción (Buenaventura con el obispo Gerardo Valencia Cano, Magangué, Socorro y San Gil, Duitama, Facatativá, Florencia, Pasto, Sur de Bogotá…).

Es preciso recordar también la toma y ocupación de tierras de latifundios, de parte de los campesinos sin tierra, organizados en la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) y sus grandes marchas exigiendo tierra, particularmente entre 1969 y 1972. Sacerdotes, religiosas y laic@s se solidarizaron. Varios obispos condenaron esa solidaridad. A tal punto que se produjo la salida del país de un grupo numeroso de misioneros del IEME (Instituto Español de Misiones en el Extranjero), porque su Obispo no defendió a los más comprometidos, que fueron detenidos y expulsados del país. El Gobierno de Pastrana Borrero dividió la ANUC. Surgieron dos: La ANUC-pro Gobierno y la ANUC independiente, llamada “Línea Sincelejo”, por el lugar de su primer congreso (1972). Fue perseguida. En una finca de Chicoral, Tolima, en 1972. Gobierno y terratenientes se reunieron para frenar todo intento de reforma agraria. Firmaron “El pacto de Chicoral”.

En el año 1976 hubo una fuerte efervescencia de trabajadores bancarios, exigiendo el respeto a sus derechos. Sacerdotes, religiosas y laic@s se solidarizaron. Varios sacerdotes fueron excomulgados por el Arzobispo, porque celebraron una eucaristía pública, en el parque “Santander”, en el centro de Bogotá. Hubo huelgas de hambre en templos. Se desarrolló un debate entre la Conferencia Episcopal y grupos de cristian@s progresistas, que se tradujeron en dos textos del mismo nombre: “Identidad Cristiana en la Acción por la Justicia”. El segundo llevó como subtítulo: “Una versión Alternativa. Grupos cristianos responden a los Obispos de Colombia”.

Ese mismo año, dos sacerdotes y una religiosa fueron encarcelados en Cartagena. Se realizó allanamiento al CINEP, en Bogotá, de la Compañía de Jesús. Dos jesuitas fueron a la cárcel.

Ese debate se hizo más tenso porque el Arzobispo de Bogotá, Aníbal Muñoz Duque, aceptó ser nominado “General de la República, de tres soles”, de parte del Gobierno Nacional, y condecorado en ceremonia pública. Además se prestó para bendecir la sede del Banco-Colombo-Venezolano, cuando trabajadores bancarios estaban en huelga. Y para rematar el Nuncio Antonio Somalo Martínez condecoró al Presidente Alfonso López Michelsen, con la “Orden Piana”, condecoración de parte del Vaticano.

El 17 de septiembre de 1977, hará 40 años, este año, se llevó a cabo el Primer Paro Laboral y Cívico. Sacerdotes, religiosas y laic@s, colaboraron. El operativo de represión fue enorme, antes, durante y después, de parte del Gobierno López Michelsen. Varios muertos y cientos de personas detenidas. Silencio episcopal.

En mi criterio, con motivo de ese paro, se inicia la gran ola de la violación de los Derechos Humanos, en el país, que será reforzada con el Estatuto de la Seguridad Nacional, proclamado por el Gobierno Turbay Ayala, cuando apenas comenzaba su gobierno, el 6 de septiembre de 1978. El Estatuto quedó listo antes de terminar el Gobierno López Michelsen. En ese contexto se organizan las primeras ONGs de defensa de los derechos humanos.

Con Juan Pablo II se inicia “la despolitización” de los obispos, del clero y de l@s religios@s.

Les prohibió el compromiso político junto a sus pueblos, pero él mismo hizo política con Reagan-padre y visitó, sin criticar, a varios dictadores. Inclusive les dio la comunión. Se comprometió políticamente a fondo y no ahorró esfuerzos para promover el movimiento sindical, para derrocar al Gobierno comunista de su país.

Afortunadamente algunos obispos, sacerdotes y religios@s, “no le obedecieron”. Por su compromiso interior y su capacidad de resistencia, es preciso recordar algunos nombres de obispos: Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en San Salvador; Monseñor Leonidas Proaño, en Riobamba, Ecuador; Monseñor Pedro Casaldáliga, en Brasil; Monseñor Arns, en Sao Paulo, Brasil; Monseñor Sergio Méndez Arceo, en Cuernavaca, México, Monseñor Samuel Ruíz, Chiapas, México…. Por nombrar los más conocidos… Estos obispos NO tuvieron fácil acceso al Vaticano de Juan Pablo II. Inclusive fueron investigados y les cayó el báculo de la Congregación para los Obispos.

Fueron años de martirio por todos los puntos cardinales del Continente mestizo, indígena y afro.

La doctrina Social Católica, de última generación, la más comprometida, tuvo vida muy corta. Ahora la re-afirma Francisco-Papa

Llamo Doctrina Social Católica, de última generación, a la reflexión teológico-pastoral, socio-política y económica, que se alimentó de las grandes encíclicas sociales. De Juan XXIII, Mater et Magistra (Madre y Maestra), de 1961. De la Populorum Progressio (El Progreso de los Pueblos), de Pablo VI, en 1967. Del Concilio Vaticano II (1962-1965), el Documento “Gaudio et Spes” (Alegría y Esperanza).Y de la teología de Medellín-68. Es decir, entre 1959, año de la elección de Juan XXIII y 1979, año de la muerte de Pablo VI. En 1982, el Consenso de Washington impuso oficialmente el neoliberalismo, y le dio la estocada de muerte a la vigencia a la Doctrina Social.

En las diferentes iglesias nacionales, los obispos publican cartas pastorales episcopales significativas: Brasil, Chile, Perú… Y dan vida a las pastorales sociales comprometidas. Además, se organizan grupos de sacerdotes, religiosas y laic@s. Un buen número va a vivir, en pequeñas fraternidades, en barrios populares y veredas campesinas. Por todas partes se producen cartillas y documentos de fácil acceso para las bases sociales y populares. Y sobre todo, se vinculan a las luchas en sus barrios, a las reivindicaciones sindicales y a las exigencias del campesinado, de las- los obrer@s y de las-los trabajador@s. Surgieron por todas partes novedosas experiencias y compromisos.

Esa Doctrina Social fue fruto de la observación y del análisis de la efervescencia socio-política de Europa y de las Américas, al constatar el crecimiento de la miseria y de la pobreza en el mundo, es decir, de la injusticia estructural. El Concilio Vaticano II y las grandes encíclicas sociales de Juan XXIII y de Pablo VI, tomaron nota. También tomaron nota de las luchas anticoloniales en Asia y África y de la expansión del comunismo.

Así se desarrolló la Doctrina Social de la Iglesia católica, en su última versión. Y se abrieron las oficinas de Pastoral Social, prácticamente en cada diócesis. La Pastoral Social, en casi todos los países, dio un salto altamente cualitativo, para ocuparse seriamente de las cuestiones político-económicas y sociales de los pueblos, y la solidaridad con sus reivindicaciones y con sus luchas concretas.

Pero muy pronto, en los primeros años de la década de los ochenta, se impusieron el neoliberalismo y la globalización, sin resistencia de parte de las instituciones eclesiásticas: católica, protestantes, evangélicas, “cristianas” y ortodoxas. Las ortodoxas luego de la caída de la URSSS. Se empezaron a vender y privatizar los bienes comunes, es decir, las empresas estatales, y a disminuir las inversiones sociales y populares. La Iglesia institución, en cada país, siguió predicando el Bien Común, pero NO se opuso a la venta de los bienes comunes.

Pero todo se estancó bajo el Pontificado de Juan Pablo II. Se prohibió el compromiso político-social, analítico, crítico y solidario con las luchas populares y sociales, de sacerdotes y religios@s. Para muchos esta afirmación puede aparecer atrevida, falta de verdad, sin objetividad… Pero los hechos no sólo lo muestran, sino que lo demuestran. La crisis actual tiene varios factores, sí. Pero la teología de corte conservador de Juan Pablo II, desilusionó a millones de personas por todo el orbe católico. Y se inició la gran crisis, en la que hoy estamos. Poco a poco se puso fin al compromiso político-social de diócesis y parroquias. Todo lo que oliera a teologías progresistas o a Teología de la Liberación, fue perseguido por obispos, superiores mayores de l@s religios@s, parroquias y Vaticano.

La Congregación para la Doctrina de la Fe se convirtió en la moderna Inquisición. Bajo la dirección del Cardenal Joseph Ratzinger, como Presidente, nombrado por Juan Pablo II, y del obispo Tarsicio Bertone, como Secretario, fueron investigados más de 250 teólogos y teólogas, de todos los continentes.

Para los seminarios se escogieron jóvenes de corte conservador, y de su formación se borraron las teologías progresistas, y ante todo la teología de la Liberación. Se fomentó la piedad personal-intimista, lejos del mundanal ruido de los conflictos sociales y de las luchas populares. La praxis sacerdotal se redujo al culto, a los sacramentos y a promocionar la devoción de los santos, que si se organizan bien las novenas, son muy rentables. Y muchos convirtieron la pastoral social, solamente en el cumplimiento de algunas obras de misericordia. Que son necesarias. El hambre no da tregua. Bienvenidas las obras de misericordia. Pero sin concientización y organización, las personas quedan convertidas en mendigos y no en sujetos sociales y protagonistas del cambio de las estructuras de las injusticias.

De diócesis y parroquias desapareció la lucha por la JUSTICIA SOCIAL ESTRUCTURAL. La pastoral social se redujo a practicar algunas de las obras de misericordia, sin conciencia crítica, sin denunciar a fondo las injusticias. La política es trabajar por el Bien Común. Se acabó el análisis de la problemática socio-política-económica en la formación de los seminarios. O apenas a título de erudición. Es decir, sin llamar al compromiso socio-político cotidiano. No escribo partidista.

Por tal razón no se ponen en tela de juicio los gobiernos municipales, departamentales o nacionales, cada día más corruptos. Nos tragó la corrupción. Y se impuso el neoliberalismo, sin la menor resistencia, de parte de las instituciones eclesiásticas, en cada país, en cada diócesis y en cada parroquia.

“Colombia es el país con la peor situación de desigualdad: el 10% de la población más rica tiene un ingreso medio 43,9 veces superior al que percibe en promedio el 10% más pobre de la población. Coincidentemente es también uno de los países más desiguales a partir del análisis del índice de concentración de la riqueza Gini” (1).

 ¿Será capaz el episcopado colombiano de dar el primer paso, a fondo, para escuchar, entender y practicar el mensaje socio-político de Francisco-Papa?

Las pastorales sociales dejaron de apoyar la creación de organizaciones populares y sectoriales (campesinos, obreros, trabajadores, sindicatos, jóvenes…), precisamente cuando el neoliberalismo ordenó a los gobiernos, desarticular todo tipo de organización. Además, las pastorales sociales dejaron de apoyar las luchas populares y gremiales.

Las diócesis del Pacifico SÍ lo han hecho: Tumaco, Buenaventura, Quibdó… Estuvieron fuertemente vinculadas a los paros cívicos. La pastoral social de Quibdó ha sido un muy buen ejemplo, durante largos años.

7 comentarios

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

    Vuelve gente que quiero de su viaje de agosto a Colombia, después de años, con familiares muy pobres por aquellas tierras, y me dice que no lo entienden; que los más pobres no entienden el precio de ese viaje; me lo dicen chicos que antes nunca atendieron a estas cuestiones de la iglesia y los pobres; pero me insisten en que allí, los más pobres no lo entienden, y que ellos, de su viaje, lo arrastran hasta aquí con dolor de corazón. (Sé algo sobre esto de los viajes del Papa, su financiación y su finalidad, pero algo falla si los más pobres entre los pobres no lo entienden de ningún modo; algo profundo falla y no es sólo una explicación). Ya no lo veo igual que antes.

  • oscar varela

  • Santiago

    Por eso todo tiene que reducirse al Evangelio, y Juan XXIII en su Encíclica social M et Mag. le da todo el énfasis a la caridad de Cristo porque “aunque diera todos mis bienes a los necesitados” sino NO tengo caridad, nada soy, dice Pablo de Tarso puesto que esta es la característica esencial del Pueblo d e  Dios que es la Iglesia de Cristo.

    Por eso siempre podemos “empezar” a poner en práctica la predicación de la justicia social evangélica empezando en el orden de la caridad por los que tenemos más cercanos que son a los que nos urge ayudar en el duro camino de la vida, puesto que ya existe en mandamiento donde se invita a “honrar al padre y a la madre” y que incluye todo este amor justo y misericordioso que Jesús nos manda a realizar para poder ser partícipes de Su Reino que es de justicia y de amor en orden descendente, excepto en el caso de extrema necesidad. Pero muchas veces olvidamos el sentido de este importante orden y lo revertimos convirtiéndonos EN “candil de la calle y oscuridad de la casa”. Por eso, no bastan las “palabras bonitas” sino que hay que ponerlas en práctica para llamarnos cristianos.

    Con las Encíclicas solo se pretende ser como una guía y luz que ilumine mejor el mensaje de Jesús que siempre nos invita al bien. TODOS, tanto clérigos como laicos, estamos llamados a practicar esta justicia como norma ordinaria y distintiva. No hay duda que muchos despreciarán el mensaje y traicionarán sus conciencias defraudando al vulnerable y al amigo, pero otros muchos seguirán ese camino de amor en pie de lucha por la fe con la misma tenacidad y con la misma mansedumbre de Cristo.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • Asun Poudereux

     
    Perdonad mi ignorancia ante tanta exposición de nombres y cometidos. Lo cierto es que lo que dice y predica la iglesia no parece coherente con lo que ha venido haciendo. De nada sirve tanta bella palabra y  un sin número de publicaciones, si lo evangélico se pierde en el camino y es el celo del estatus y  poder lo que da sus “frutos”.
     
    Con esto no pretendo olvidar a las personas que se mueven y actúan en el anonimato, pacientes y  fieles a Jesús,  y que no precisan de adoctrinamientos, proselitismo y embustes inútiles.
     

  • Santiago

    La Doctrina Social de la Iglesia precede a todas las demás filosofías o doctrinas político-sociales de los últimos siglos, pues éstas se centran en el ser humano como el fin y tienen su raíz en la concepción  de determinismo materialista no trascendente…

    Por eso, todos los documentos de la Iglesia se han basado en la doctrina social contenida en el Evangelio mismo…Los documentos más recientes como la Mater et Magistra hace énfasis en la caridad como la base para toda acción social…y toca temas nuevos como la ayuda internacional entre los pueblos y la importancia de la agricultura….Empieza alabando a documentos anteriores como la Rerum Novarum, Quadragesimo Anno, y la la Exhortación Pastoral por radio de Pío XII, en Junio de 1941 conmemorando el 50 Aniversario de la Rerum Novarum..

    Pablo VI, en 1967 proclama la Populorum Progressio donde toca la doctrina de las anteriores encíclicas sobre el derecho al justo salario, a la seguridad de empleo, a tener buenas condiciones en el trabajo, el derecho a pertenecer a uniones y asociaciones de trabajadores, y el destino universal de las bienes y beneficios…20 AÑOS después Juan Pablo II publicó Sollicitudo rei socialis, conmemorando el 20 aniversario de la Populorum Progressio…El Papa Benedicto XVI, en el 2009, toca estos temas discutidos en la Populorum Progressio y los amplía para ponernos al día en la Encíclica Caritas in Veritate..

    La Iglesia pues siempre ha proclamado esta doctrina evangélica basada en el amor de Dios y al prójimo…por eso en la Gaudium et Spes del Vaticano II se opone al “ateísmo moderno que pone la liberación del hombre principalmente en su liberación económica y social..Por eso cuando los defensores de esta doctrina logran alcanzar el dominio político del Estado, atacan violentamente la religión, difundiendo el ateísmo, sobre todo en materia educativa, con el uso de los medios de presión que tiene a su alcance el poder público” (Conc. Vat. II, Gaudium et Spes, Cap. I, 20, BAC pag. 224)

    Porque “El Verbo de Dios, por quien fue hecho todo, se encarnó para que, hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas. El Señor es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden todos los deseos de la historia  y de la civilización , centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total de todas sus aspiraciones” (Gaudium et Spes, Cap. I, 45, BAC pag 273)

    Es por eso que la Doctrina Social de la Iglesia es evangélica, es UNIVERSAL, ES para todos, como la IGLESIA y está centrada en Cristo y en su justicia misericordiosa.

    Saludos cordiales de

    Santiago Hernández

  • oscar varela

    Hola!

    Con lo expuesto (para nada fácil) en este Artículo,

    es dificil negar que Pancho “se las busca” ¿no?