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Gramsci y América Latina

Antonio-Gramsci

Nos envía esta entrevista Rodrigo Olvera, señalando que, aunque sea un poco larga y se pueda discrepar en algunos puntos, es un texto muy interesante para arrancar la discusión política de fondo que pretendemos suscitar en ATRIO. Yo me he alegrado mucho de conocer los puntos de vista del profesor Claudio Katz, aunque no esté de acuerdo en la interpretación que hace del papa Francisco en su última respuesta. Pero prescindamos en este hilo de eso y centrémonos en hablar de la mejor estrategia para liberarse hoy del capitalismo y del neoliberalismo, contando con las reflexiones de Gramsci y las analogías y diferencias que existen respecto a su tiempo, en que se preparaba el ascenso del fascismo. Busquemos también analogías y diferencias entre los procesos concretos que están sucediendo en Europa, en España y en diversos países de Latinomérica. Os animo a comentar seriamente el tema y a aportar otros puntos de vista sobre las diversas situaciones. AD.

Entrevista a Claudio Katz, en Rebelión, 6-5-2017

En el marco de las “Jornadas Gramsci y América Latina”, organizadas en Buenos Aires a fines de abril por el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe, entrevistamos a Claudio Katz, uno de los conferencistas del encuentro.

¿Cuál es el significado de estas jornadas en la actual coyuntura latinoamericana?Gramsci-Argentina

Nos permite evaluar la situación de la región a la luz de algunos conceptos de Gramsci. No cabe duda que el principal dato del momento es la restauración conservadora que presenta tres modalidades. Primero los gobiernos derechistas continuados, que en países como México, Perú o Colombia llevan muchos años aplicando políticas neoliberales de expansión del desempleo, la precarización y la desigualdad.

Segundo los nuevos mandatarios derechistas que lograron cortar el ciclo progresista con sus victorias electorales. Es el caso de Macri que implementa un proyecto reaccionario sin las mediaciones tradicionales. Encabeza la gestión estatal de una Ceocracia embarcada en la demolición de conquistas populares.

Finalmente, en otros países la derecha accedió al gobierno por medio de golpes institucionales. Una banda mixta de parlamentarios corruptos, jueces y dueños de de los medios de comunicación consumaron en Brasil, la misma asonada que en pasado perpetraban los militares. A toda velocidad recortan planes sociales, flexibilizan el empleo y desfinancian las jubilaciones.

Esta modalidad golpista se inició en Honduras en el 2009 y continuó en Paraguay en el 2014. Sigue un modelo de imponer el cambio por la fuerza para convalidarlo luego en los comicios. Introduce además todas las manipulaciones imperantes desde hace décadas, en el sistema político mexicano.

¿Pero qué implicancias tiene ese proceso desde una mirada gramsciana?

Supone un mayor peso de las formas coercitivas de dominación, en comparación a las modalidades persuasivas de hegemonía que utiliza la clase dominante.

En algunos regímenes derechistas simplemente persiste el autoritarismo y el terror. Más de un centenar de luchadores ambientalistas han sido ultimados junto a Berta en Honduras. También supera el centenar el número reciente de militantes sociales asesinados en Colombia y en nueve años se contabilizan 253 muertos en Perú por represión a las protestas.

En México persiste la impunidad. En lugar de esclarecer los crímenes de Ayotzinapa, el gobierno respondió con ocho nuevos muertos a las manifestaciones de los docentes. Con estos modelos en mente Macri tantea acciones represivas apaleando maestros, desalojando piqueteros y adiestrando gendarmes para actuar en las calles. Temer trabaja en la misma dirección.

¿Es factible ese curso represivo en un contexto económico tan adverso?

Lo intentan. La prosperidad de la década pasada quedó atrás y desde el 2012 impera un ciclo recesivo. Brasil padeció en los últimos dos años el peor retroceso económico desde la crisis del 30. Los precios de las materias primas oscilan entre nuevas caídas y leves recuperaciones, sin recuperar el elevado promedio de la década anterior. Las remesas y la inversión externa retroceden y el previsible repunte de la tasa de interés estadounidense disuade la llegada de capitales.

Además, al cabo de un intenso proceso de expansión del agro-negocio retrocede la industria local y crece el desempleo. Como los gobiernos derechistas retoman la ortodoxia neoliberal se agrava la pobreza, la desigualdad y la precarización. Ahora buscan acuerdos de libre-comercio con la Unión Europea y aceptan la agenda china de invasión importadora y saqueo de los recursos naturales. También reactivan las privatizaciones inconclusas o fracasadas de los años 90 e implementan un brutal recorte de los derechos populares, con mayor flexibilización laboral y contra-reformas en el sistema de jubilaciones.

Esa cirugía agrava el escenario social y ahonda la división por arriba. En la nueva reorganización neoliberal se afianza el capital financiero, despuntan problemas en las actividades primarias y la industria se desmorona.

En términos de Gramsci se podría afirmar que la reestructuración por arriba potencia las divisiones en las elites y obstruye la conformación de un bloque estabilizado de las clases dominantes.

¿Por eso pierden legitimidad los gobiernos derechistas?

 Es otro rasgo compartido por regímenes signados por un alto grado de corrupción. En la república de delincuentes que impera en Brasil se acrecienta el número de ministros y congresistas involucrados en malversaciones de fondos. Macri es un presidente off shore, al frente de una cleptocracia de millonarios que se enriquece endeudando al estado. El sistema de coimas organizadas que destapó el caso de Odebrecht ensucia a varios presidentes y ministros de Perú, Colombia y Panamá.

Como la restauración conservadora combina fragilidad económica con ilegitimidad política se afianza un escenario de gran turbulencia. Pero si recordamos las distinciones que establecía Gramsci entre distintos tipos de crisis (corto y largo plazo, dominación, dirección), convendría precisar que el contexto actual es de enorme inestabilidad pero no de crisis orgánicas. No se observa aún el tipo de colapso que conocimos a principio del milenio en Argentina, Bolivia o Ecuador.

Me parece que el dato de la ilegitimidad es clave. Ya no rige el marco de los años 80, cuando Gramsci era leído para explicar la novedad de los sistemas constitucionales pos-dictatoriales. Las discusiones sobre esa forma de dominación de la burguesía han quedado atrás. Las elecciones son habituales y las expectativas en los políticos, el parlamento o las instituciones han decaído al mismo nivel que el resto del mundo.

Sin embargo mencionaste en el seminario que la movilización callejera de la derecha es un nuevo y preocupante dato

Si efectivamente las derechas han comenzado a reinventarse en las calles, con el padrinazgo de los medios de comunicación y un sofisticado manejo de las redes sociales. Construyen su propio imaginario político combinando ideas liberales y antiliberales. Por un lado enaltecen el individualismo y la consiguiente fantasía de actuar por decisión propia sin ningún condicionante. Por otra parte retoman el discurso de hostilidad a la política por la impotencia de esa actividad para resolver el flagelo de la inseguridad o la corrupción.

Los vimos en la marcha del 1 de abril en Argentina. Ponderan la “plaza republicana” y desprecian la “plaza populista”. Despliegan un gran revanchismo y un desenfrenado odio de clase. En un clima de 1955 retoman los mitos del gorilismo tradicional, descalificando a los morochos “arreados” a las marchas por un simple choripán.

Pero a diferencia de los cacerolazos de los últimos años, los derechistas ya no gritan sólo contra Venezuela y Cuba. Ahora insultan a los docentes y exigen represión de los piquetes o prohibición de las huelgas. Repiten un libreto acorde al giro conservador de los intelectuales mediáticos decepcionados con el progresismo que han copado la pantalla.

Un proceso semejante se observó en Brasil en los manifestantes que el año pasado determinaron la caída de Dilma. Ese beligerante grupo social desplegó la bandera de la anti-política y opera como sostén de la cirugía conservadora que motoriza el Juez Moro.

El mismo sentido reaccionario tiene el movimiento de Uribe, que logró el triunfo del No en el plebiscito de Colombia o las fuerzas callejeras, que desde el 2015 gestaron la candidatura de Lasso en Ecuador. La diabolización del chavismo es el guión común de esas campañas reaccionarias.

La presencia callejera de la derecha recién despunta y afronta muchas limitaciones. Se sostiene exclusivamente en las clases medias y altas. En pocos casos logran superar en número a las marchas rivales de la izquierda o el progresismo. Pero configura el dato más peligroso del momento. Si se afianza podría aportar un sostén más consistente a la restauración conservadora.

¿Como el fascismo en la época de Gramsci?

Sólo en cierta medida y primero tienen que ganar. Pero tu analogía nos advierte sobre los casos más extremos. Por ejemplo en Venezuela, el sanguinario elemento pinochetista está muy presente en todo el conglomerado antichavista.

En cualquier caso me parece que las teorías del revolucionario italiano nos permiten entender el enorme peso de la ideología conservadora, en la irrupción callejera de la derecha. Esas creencias reaccionarias retoman el modelo de temor al comunismo que se forjó durante la guerra fría, pero con una inédita incidencia de los medios de comunicación.

Cuando en los 80 las teorías de Gramsci recobraron influencia se debatía intensamente cuál era el canal de transmisión predominante de la ideología burguesa: las ilusiones en el sistema constitucional, la mercantilización de la sociedad o la radio y la televisión. Una respuesta actual sin duda enfatizaría la primacía de los medios.

En tu exposición también subrayaste la centralidad de la resistencia popular. ¿Cuál es la gravitación de esa lucha?

Enorme y decisiva. Hay una batalla social en curso en toda la región con movilizaciones gigantescas en Argentina. En marzo pasado hubo un millón de personas en las manifestaciones de los sindicatos y el paro general tuvo un nivel de efectividad que corroboró la gran capacidad de acción de la clase trabadora.

Lo mismo comienza a observarse en Brasil. Este año no sólo los movimientos sociales sustituyeron a la derecha en la ocupación de las calles. Se realizó la primera huelga general en décadas con un gran acatamiento. En México el gasolinazo marcó un punto de giro, luego de las intensas luchas de los maestros y las víctimas de Ayotzinapa. En Chile la batalla contra los Fondos de Pensión congrega multitudes y en Colombia se acrecientan las protestas de los movimientos sociales.

Es necesario subrayar la gravitación de estas acciones por abajo, si queremos retomar el énfasis asignado por Gramsci a la voluntad y a la subjetividad en la transformación de la sociedad. Ese es el sentido de su filosofía de la praxis, en contraposición al fatalismo o la resignación.

Y también un aliento a la militancia…

Por supuesto. Hay nueva generación luchadores que resiste la restauración conservadora. Participaron activamente en la experiencia política de la década pasada, sin padecer las frustraciones y derrotas que afectaron a sus antecesores de los años 70.

Actúan en un marco también distinto al escenario de entre-guerra que vivió Gramsci. Pero hay ciertas batallas políticas en el contexto latinoamericano que actualizan los planteos del revolucionario italiano. Gramsci trabajó para unir el campo popular en un bloque histórico, forjando alianzas de la clase obrera con los campesinos. Esa misma política supone en la actualidad hermanar a los asalariados con los informales y la clase media.

La derecha sólo puede prevalecer imponiendo una desgarradora guerra de pobres contra pobres. Por eso alienta la hostilidad contra las huelgas. Coloca en toda la región muchas fichas, en la erosión de la solidaridad con los combativos movimientos de la docencia. Frente a situaciones de ese tipo Gramsci sugeriría actuar con radicalidad y audacia.

Pero en el plano político situaste el eje de la resistencia en la batalla de Venezuela. ¿Por qué razón?

Porque ahí se define el resultado de toda la etapa latinoamericana. No cabe la menor duda que hay un golpe reaccionario en marcha, que combina el sabotaje de la economía con la violencia callejera y las provocaciones diplomáticas. En un plazo más prolongado es lo mismo ocurrió con Salvador Allende.

El trasfondo obvio de esa agresión es el petróleo. Venezuela es la principal reserva continental de crudo y provee el 12% del combustible importado por Estados Unidos. Para confiscarlo el Departamento de Estado promueve una situación de caos, tendiente a repetir lo operativos de Irak, Libia o Panamá. Saben que  una vez derrocado el gobierno ya nadie se acordara dónde queda Venezuela.

En ese operativo la hipocresía de los medios no tiene límite. Transmiten en cadena escenarios terminales con denuncias macabras del país, luego de silenciar el golpe de Brasil, Paraguay u Honduras. No le asignan ni cinco minutos a los crímenes en Colombia y México o al fraude electoral de Haití. Legitiman a los golpistas, ocultando que Leopoldo López estaría condenado a perpetua en Estados Unidos por su responsabilidad en las muertes de las guarimbas. Acusan al gobierno de cualquier tropelía, omitiendo que el grueso de los asesinatos afecta a militantes del chavismo.

La derecha ha provocado el desastre actual intentando tumbar una y otra vez al gobierno desde la Asamblea. Cuenta con la descarada complicidad de las clases dominantes de la región. Esos gobiernos se amoldan a Trump conspirando desde la OEA contra Venezuela.

En términos de Gramsci esta batalla presenta un doble significado. En el plano moral definirá un resultado de confianza o resignación en el movimiento popular. Si gana la derecha se creará un escenario de derrota y una sensación de impotencia frente al imperio.

En otro terreno Venezuela sintetiza una lucha antiimperialista, directamente conectada a los anhelos nacionales que subrayaba Gramsci. Es controvertible su interpretación de esa dimensión pero no la centralidad que le asignaba. Hoy Venezuela es la principal trinchera contra Trump. Su programa de avasallar la región empezando por el muro en México, transita por la confiscación del petróleo venezolano.

Igualmente señalarse críticas al gobierno bolivariano

Ciertamente y en varios planos, aunque en el marco de la gran decisión de Maduro de resistir. A diferencia de Dilma o Lugo no se entrega. Esa firmeza explica el odio de los poderosos de la región.

Pero hasta ahora el gobierno ha priorizado el enfrentamiento con la derecha en términos burocráticos de un poder del estado contra otro. El Ejecutivo o Judicial versus el Legislativo. Reacciona por arriba y responde a un golpe de la Asamblea con una acción del Tribunal de Justicia. Apuntala más el sostén del ejército que el respaldo por abajo. Por eso en la durísima confrontación del último año no apeló al poder comunal y en ausencia de ese basamento el pueblo tomará distancia.

Lo más grave es la tolerancia de la corrupción y sobre todo de la fuga de capitales. No expropian a los empresarios que provocan el colapso de la economía con manipulaciones de las divisas y los bienes importados.

Pero estamos en medio de la batalla y no está escrito el resultado final. Hubo una interesante reactivación de los mecanismos para paliar el desabastecimiento y se adoptó la excelente iniciativa de retirar al país de la OEA. La única forma de vencer a la derecha es transformar en hechos el discurso socialista. En las situaciones límites y frente al abismo el proyecto bolivariano puede renacer con un perfil más radical.

La aplicación de Gramsci a Venezuela implicaría hoy asumir decisiones revolucionarias. El líder comunista convocaba a adoptar esas decisiones sin ninguna vacilación. Por eso ponderó la acción de los bolcheviques como una “revolución contra El Capital”, en el sentido de procesos que vulneran todas las prescripciones previas. Subrayó la inexistencia de un curso predeterminado de la historia. Aplastar el sabotaje de los capitalistas con el poder comunal sería el equivalente a la acción de los soviets que reivindicaba Gramsci.

Hay otro tema que discutiste en las jornadas, al conectar el legado del pensador italiano con los debates sobre el ciclo progresista

Si efectivamente es un problema clave. Yo creo que el ciclo progresista en Sudamérica fue un resultado de rebeliones populares que tumbaron gobiernos neoliberales, modificaron las relaciones de fuerza, evitaron los brutales ajustes aplicados en otras regiones y permitieron mejoras sociales o conquistas democráticas.

Pero no fue un periodo pos-liberal. Las transformaciones no tuvieron la solidez requerida para dejar atrás el neoliberalismo. No se alteró la estructura primarizada de las economías y se mantuvieron los privilegios de los grupos dominantes. La restauración conservadora determina el declive de ese período, aunque la derrota de la derecha en Ecuador indica una indefinición. La disputa final se define en Venezuela.

Cualquiera sea el diagnóstico es indiscutible el retroceso del ciclo progresista. Especialmente en Brasil y Argentina ese declive obedece a las inconsistencias económicas de un modelo neo-desarrollista, que renunció a implementar las transformaciones básicas para superar la dependencia de las exportaciones primarias. En el terreno político mantuvieron el viejo sistema de alianzas y corrupción de los grupos dominantes y cuando aparecieron las protestas sociales se asustaron y facilitaron la demagogia de la derecha. Sufrieron el desgaste que sobreviene a la ausencia de radicalización.

En tu presentación contrapusiste este balance con el expuesto por los teóricos del progresismo.

Si. Es un debate importante porque muchos de ellos se auto-definen como marxistas y gramscianos. Pero exponen un balance idílico de Kirchner o Lula, estimando que fueron gobiernos exitosos. A lo sumo destacan la existencia de errores en la connivencia con los bancos, las disputas con los medios de comunicación o la batalla cultural para aproximar a una clase media atada al consumismo.

Yo creo que esa lectura es superficial y elude reconocer que los gobiernos progresistas declinaron por su adaptación a la agenda de las clases dominantes. Esa mirada repite los mismos desaciertos que cometieron los gramscianos socialdemócratas de los 80, cuando presentaban al constitucionalismo burgués como un nuevo camino hacia la emancipación.

Al igual que en ese momento el gramscismo liberal considera indispensable acotar cualquier cambio a lo marcos del capitalismo. Se guían por el principio de impedir el desborde de ese sistema y olvidan que una política antiliberal consecuente exige transitar por senderos anticapitalistas. Ese estrecho vínculo entre Gramsci y Lenin es desconocido por los socialdemócratas. 

La consecuencia política de esta postura es la promoción de una estrategia exclusivamente centrada en el retorno electoral a la presidencia en el 2018 y 2019. Ese objetivo tiene total prioridad frente a la resistencia social. Dan por seguro el fracaso de la derecha y suponen que todo puede recomenzar como si nada hubiera ocurrido. Recrean a futuro la misma fantasía de un capitalismo humanitario y redistributivo que propagaron en la última década.

Pero ese no es el único balance del ciclo progresista.

Ciertamente. Hay una interpretación opuesta que niega la existencia de ese proceso o supone que concluyó hace mucho tiempo. Considera que los gobiernos centroizquierdistas o radicales coincidieron con sus pares derechistas en la primarización extractivista y estima que finalmente adoptaron un perfil autoritario y populista.

Esta mirada considera que Lasso y Moreno expresaron en Ecuador dos vertientes complementarias del neoliberalismo y que en Venezuela la burguesía derechista confronta con sus pares chavistas.

Es una errónea simplificación de la realidad latinoamericana. La continuada dependencia de las exportaciones agro-mineras no equipara a gobiernos tan contrapuestos. La centralidad del petróleo, el gas o el litio no asemeja a Maduro, Evo Morales o Raúl Castro con Lula o Correa y menos aún con Peña Nieto o Macri. Es equivocado, además, impugnar a los gobiernos progresistas con los mismos razonamientos de vago republicanismo que utilizan los liberales.

¿Pero no sería acertado observar esos procesos con la óptica de la “revolución pasiva” que estudio Gramsci?

Es una idea interesante pero de dudosa aplicación a lo ocurrido en la última década. El contraste entre jacobinismo y bismarkismo no tiene correspondencia con lo sucedido en Sudamérica y es muy discutible la propia concreción de una modernización conservadora. Esta noción choca con la primacía del agro-negocio y la ausencia de transformaciones económicas significativas. El período estuvo signado además por importantes conquistas populares. Igualmente es un tema abierto y todo depende de la interpretación asignada a la noción de revolución pasiva.

Pero el mayor problema no radica en la aplicación de ese concepto gramsciano, sino en la mirada general de los teóricos autonomistas. Renuevan la estrategia de soslayar la batalla por el manejo del estado. Retoman la idealización de los movimientos sociales y la fascinación con el ámbito defensivo de la territorialidad.

Me parece que la promoción de metas anticapitalistas debe ser complementada con la definición de políticas socialistas para alcanzarlas. Gramsci postulaba esa conexión y por eso compartía la prioridad asignada por Lenin a la transformación de la sociedad mediante la conquista del poder. 

Pero la lectura de Gramsci ha servido para subrayar la complejidad de ese camino que es ignorada por muchas corrientes…

Sin duda. Esa omisión salta a la vista entre quiénes simplemente proclaman que todos los gobiernos de América Latina son indistintamente burgueses. Las consecuencias extremas de esta ceguera se han observado recientemente en Ecuador, entre las vertientes de izquierda que llamaron a votar a Lasso con argumentos insólitos.

Afirmaron que el banquero facilitaría un mayor respeto de la democracia o que sería más fácil desenvolver la lucha por mejoras populares. Hay que remontarse varias décadas para encontrar algún precedente de semejante miopía.

Yo creo que el mayor peligro actual de las posturas sectarias se verifica en Venezuela. Algunos hacen causa común con la derecha en la crítica a Maduro. Repiten las mismas acusaciones de los medios de comunicación hegemónicos o recurren a despistadas comparaciones con Gadafi y Hussein. No exponen sus cuestionamientos desde un terreno de lucha común contra el golpe.

Aquí conviene recordar el rechazo total de Gramsci a teoría del social-fascismo, que en su época equiparaba a Hitler y Mussolini con los adversarios socialdemócratas. Al igual que Trotsky promovía estrategias de frente único contra la derecha, que son vitales en el contexto actual de Venezuela.

A escala regional es el momento de la solidaridad. Tal como ocurrió con Cuba durante el periodo especial hay que poner el hombro en las circunstancias más difíciles de acoso, demostrando que la izquierda se ubica en el campo opuesto de la reacción.

¿El trasfondo de los problemas que señalas no es la atadura al modelo revolucionario de 1917 que Gramsci comenzó a renovar?

Puede ser. Pero yo evitaría cualquier sugerencia de contraposición entre Lenin y Gramsci. Me parece que existe una complementariedad, derivada de la incorporación de temporalidades más largas a la vertiginosa experiencia soviética de doble poder. Hay complementariedad y no antagonismo entre la “guerra de posición” y la “guerra de maniobra”. Son momentos sucesivos de una misma estrategia

Los procesos de China, Vietnam o Cuba ya demostraron en condiciones bélicas la preeminencia de períodos revolucionarios prolongados. También los escenarios institucionales vigentes en las últimas décadas obligar a reconsiderar las temporalidades. Exigen replantear la tradición que concibe al gobierno de los trabajadores, la captura del estado y la transformación de la sociedad como procesos simultáneos. Actualmente son válidas las hipótesis de gobiernos populares, estados en disputa y grandes fracturas en la sociedad a lo largo un periodo significativo.

¿Cuál sería entonces el principal legado de Gramsci para la coyuntura latinoamericana actual?

No hay una sola faceta, pero quizás conviene resaltar lo más obvio: la necesidad de forjar identidades políticas propias de la izquierda, con nítidos perfiles anticapitalistas. Como ese cimiento supone la reivindicación abierta de nuestras tradiciones socialistas, antiimperialistas y revolucionarias, una actitud gramsciana actual se contrapone con la fascinación que despierta el Papa Francisco.

Resalto este dato porque Bergoglio fue elogiado primero como eventual sustituto de Chávez y ahora como una alternativa mundial progresista a Trump. Es asombrosa la falta de realismo de esta actitud, que confunde necesidades de supervivencia de los procesos radicales con expectativas favorables hacia la institución más reaccionaria del planeta.

¿Pero cuál es la conexión con Gramsci?

Su crítica frontal al Vaticano. Gramsci fue un militante comunista empeñado en revolucionar la conciencia de los oprimidos para que actuaran al servicio de sus propios intereses. En cambio la Iglesia recluta fieles y no quiere protagonistas. Rechaza a los militantes y disuade la lucha. Busca apaciguar o disciplinar a los rebeldes. Con ese propósito elaboró una doctrina social contra el ideal comunista.

La filosofía de la praxis apunta hacia la dirección opuesta de expandir la conciencia socialista. Actualmente ya no interesa tanto el ámbito elegido por los intelectuales orgánicos para enlazar la teoría con la práctica. Retomar a Gamsci implica priorizar la vigencia y primacía del proyecto socialista.

23 comentarios

  • M.Luisa

    Querido Honorio! Me pillaste desprevenida anoche, pues ahora mismo, que digamos, no  me encuentro con muchos ánimos  para  afrontar en solitario  ese trabajo que me encomiendas,  de todas maneras pienso que entre todos  lo vamos desentrañando. Tu mismo, la realidad en la que consistimos la haces aflorar con sólo leyendo tu último comentario que me parece excelente, no creas pues  que mi línea sea muy distinta a la tuya.

    Sí que te adelantaré, mientras tanto,  que la encrucijada está precisamente en esto que tu dices, por un lado el materialismo radical y por el otro ese espiritualismo rampante  que nos invade, cuando la solución que se vislumbra sería ir por la vía de un materialismo abierto.

    Besitos!, pues, también esto me gustó!!

  • Asun Poudereux

    Muchas gracias, George, por tu interés y atención. Veo y compruebo, aquí y allá, que eres buen observador y conocedor de las personas, de sus luces y sombras, de modo directo e indirecto. Infatigable en tu empeño. Cuánta vida llevas dentro!

    Sabrás,  entonces, que nada es fácil y que antes que se extienda el bien común como un proyecto de vida colectivo, toda persona ha de vivirlo como propio este anhelo de compartir. Nada que se imponga perdura y mucho menos logra ese objetivo, el bien de todos.

    Hasta siempre!

  • Asun Poudereux

    Sí, sí, Honorio. A por ello! Aprenderás mucho de ellas, estoy segura.

    Nos las damos de ir por delante en cultura y desarrollo, porque no nos hemos molestado en conocer otros mundos, culturas y personas, especialmente mujeres que,  como tales, albergan mucha sabiduría y saber hacer, independientemente de cuál sea cultura y religión.

    Precisamente su experiencia no puede dejarse sin ser compartida, siendo como es única, enriquecedora para todos. En la vida todo llega y siempre tiene un porqué. Deja abierta la puerta. Gracias.

     

  • mª pilar

    ¡Gracias Honorio!

    Hermoso deseo, si estuviera a tu “vera” quiero decir… cerquita, no lo dudes estaría contigo intentando llevar a buen puerto ese anhelo.

    ¡Por favor no lo dejes!

    Animalas, a mí me encantaría escucharlas, saber desde el corazón como se sienten.

    Un abrazo entrañable que comparte un hermoso deseo.

    mª pilar

  • h.cadarso

    Gracias , María Luisa, gracias Asun, gracias a todos. Ando en un cierto clima de diálogo con gentes de mi parroquia. Me da alergia que proyecten a todos los problemas reflexiones “pìas”, sentimentales. No se puede hacer una lectura del drama de los refugiados con solo la imagen de aquel niño que apareció ahogado en una playa. Siria es un país tan desarrollado cultural y económicamente como Europa, en Siria se está viviendo la lucha entre un Islam abierto al siglo XXI, con sus escritores como Adonis, op el palestino Mahmud Darwish y otros, frente a unas estructuras califales y dictatoriales que ya solo se sostienen mediante el terror y la violencia, y con la colaboración del capitalismo internacional Pero de todo eso los círculos católicos no tienen ni idea.

    Dios está vivo en es China que parece vivir de espaldas a toda idea religiosa….( !Ideas! ¿de qué sirven ideas si no se contrastan y coinciden con hechos paralelos?). Lo de China podría compararse con lo de los apóstoles y Jesús en la multiplicación de los panes y los peces…Hay que “arremangarse” y meterse en faena…Y eso es lo que creo que hacen los chinos…

    Gramsci, a mi entender, preconiza la lectura de los problemas del mundo en clave atea, como si Dios estorbase; y por el lado de los católicos nos enfrascamos en contemplaciones piadosas y ni buscamos pan y peces ni los repartimos al personal. No hay “deus ex machina”, ni en dioses, reyes ni tribunos, está nuestra liberación. Porque la verdad es que todo ser humano está hecho a imagen de Dios y recibe de El la energía y las luces para afrontar los problemas de este mundo. Jesús dice “Yo soy el Camino, la Verdad  y la Vida”. De acuerdo, y todos somos El, todos somos Jesús y estamos llamados a intentar colaborar con El.

    Y con poner los ojos en blanco y transfigurarnos y canonizar pastorcitos de Fátima no solucionamos nada, solo nos escaqueamos…

    Tengo otra experiencia que necesito contar a alguien, aguantadme un poco. Intento montar con un colectivo de mujeres árabes de aquí un recital de poesía árabe. Las de la parroquia lo más lo más se meten en organizar clases de cultura española, y de lengua castellana, para musulmanas. Pero estas mujeres me lo han dicho así de claro: “lo que deseamos y echamos de menos es que alguien nos escuche, que se interesen por lo que somos y pensamos, por nuestra cultura, por todo lo que tenemos en común, que es tanto como la Biblia entera, los mismos profetas, el mismo Dios…”

    Pero nadie se ocupa de eso…No hay Jesús que dialogue con la Samaritana, que haga bajar de la higuera a Zaqueo…Que se ponga al frente para guiar al pueblo hacia su liberación, o arrime el hombro para llevar la carga.

    Yo les he dicho que por favor no dejen el velo hasta que consigan que se las acepte como ellas son y como ellas visten y como ellas piensar. Cuando lo hayan conseguido, que se vistan como quieran…

    Bueno, otro día seguiremos. Perdonen este desahogo.

    Y, María Luisa, ese desarrollo de la idea de la persona que tienes en mente, por favor, cuéntanoslo, abre un hilo con este tema.

  • George R Porta

     
    ¡Hola, Asun! Leo que has escrito: «¿A quién interesa esta separación definitiva, y con gran empeño de arrastrarse, de personas, mundos y culturas?»
     
    Me parece que Gramsci estaba preocupado por lo mismo que te preocupa, aunque quizás él supiese quién o quiénes, en su tiempo, se beneficiaban de la desigualdad social, las contradicciones políticas, la distribución injusta del poder decisorio social.
     
    Nuestros tiempos no son muy diferentes, pero sí son diferentes los jugadores, y este deporte de la destrucción sea muy distinto a cómo lo conoció Gramsci. Las reglas del juego son diferentes y por lo tanto el juego es diferente.
     
    Ya ves lo que está ocurriendo en los EE UU con el caos que reina en la cima del poder y por doquier y no obstante está siendo causado para beneficio de enormes poderes económico-políticos. Aunque los medios de comunicación lo exageren, nadie puede exagerar aquello que no exista, que no sea real en una cierta medida.
     
    No se puede ver con claridad absoluta el rejuego de intereses alrededor del Medio Oriente y hay quienes pueden confiar en China. Hay quienes no pueden, pero en cambio confían en otras potencias igualmente orientadas hacia causar su propia hegemonía económica o socio política.
     
    La inmensa mayoría de la población del Planeta no tiene poder decisorio ni siquiera cada persona en su propia existencia. Eso solo exacerba la violencia en la búsqueda de la solución individual y por lo tanto aleja el logro de una colaboración solidaria o colectiva que aborte o resuelva este arrastrarse, de personas, mundos y culturas al que alludes y restaure la significancia del «bien común».

  • Asun Poudereux

    Poniendo más los pies en tierra, no creo que signifique lo contrario, ni mucho menos,  de ver desde tierra adentro, como tampoco la mirada panorámica desde el aire, es por lo que tal vez, los humanos se desentienden de intentar comprender lo que la otra mirada aporta y complementa, siendo la consideración de todo, sin estar nada previamente determinado, lo que en esta humanidad sentimos está por hacer y la hace autodestruirse, en un balanceo de intereses que no cesan.

    Agradezco vuestros comentarios y apuntes, todos. María Luisa es muy clara, así como, aunque no lo parezca, los distintos apuntes de Honorio. Buen repaso. Y gracias por los besitos.

    Hay mucho camino hecho, pero existe la sensación que aun está todo por hacer. ¿A quién interesa esta separación definitiva, y con gran empeño de arrastrarse, de personas, mundos y culturas?

     

     

  • M.Luisa

    A veces lo que nos ocurre es que  cuando tenemos una intuición queremos llegar  demasiado pronto a su explicación o a la razón de su existencia en nosotr@s,  de tal manera que nos lanzamos a ello por la vía rápida evitando todo  cansancio intelectual, y no nos damos cuenta que los conceptos vienen cargados de elementos extraños   que se han ido acumulando y depositando en la mochila de la historia,  y por tanto desentrañar todo esto es muy pero muy complejo y costoso, no se puede tomar ningún atajo nos debemos arriesgar  hasta llegar incluso a que no se nos entienda con el desanimo  que ello implica para seguir en la labor, pero perseverando  con paciencia siempre llega aquel  momento en el que las cosas van tomando su forma y su configuración propia pudiéndose  compartir.

    La libertad, la autonomía y  la no- mediación,  sobre cuyas realidades  habla  Antonio Gil de Zúñiga  en su artículo puesto hoy en portada , puede servir de aperitivo para entrar más a fondo en el concepto de persona al cual me referí.

  • M.Luisa

    No sabes cuánto me alegra Honorio que te hayas fijado en esta idea que sólo dejé apuntada, si se prestase acaso la pudiera desarrollar más. Sin embargo lo que sí quisiera decirte de antemano es que no les des demasiada importancia el hecho de que me refiriese también a la doctrina social de la iglesia,  lo hice simplemente porque el autor en su respuesta la menciona y no la quise dejar de lado. Pero en fin, considero de mucha importancia  que hayas fijado en esta idea la cual ,como digo puede dársele más profundidad. Muchas gracias,amigo!

  • h.cadarso

    “Me gusta”, eel tono de este debate, porque nos ha empujado hacia abajo, a reutilizar los pies y prescindir un poco de las alas…Me gusta el apunte de M. Luisa que nos invita, según yo la entiendo, a recurrir y poner la mirada en la praxis, a reevisa el concepto de persona que utilizamos en clave religiosa y el que maneja la ideología marxista.

    Me gusta la contraposición que hace Gramsci y que aquí retoma nuestro debate entre una lectura de la realidad en clave religiosa, en clave Bergoglio, clave Vaticano, clave doctrina social de la Iglesia, y la otra. Me pregunto si ustedes se reefieren a algo en lo que por mi parte he insistido, que el Papa debería urgir y apresurarse `para iniciar un diálogo con China, uno de los casos en que se intenta “aggiornar” el marxismo y el leninismo al momento actual siglo XXI, junto con ese “hervor” de Nuestramérica o Vuestramérica…

    Pero eso de la doctrina social de la Iglesia a mí me resbala un poco. Porque ni Juan Pablo, ni Benedicto, ni Bergoglio, ni la teología de la Liberación se parecen demasiado, y para mí que todas forman parte de la doctrina social de la Iglesia. Y por mi parte me siento un tanto cerca de Bergoglio, (muy bueno lo tuyo, Oscar) pero no del todo, y desde luego lejos de León XIII, Juan Pablo, Benedicto, Montini y demás.

    Y lo de la superpoblación tiene una solución qeu llaman planificación familiar, recurso a los anticonceptivos, derecho que se les niega a los países subdesarrollados…Con ese control, quizá podríamos regular el crecimiento descontrolado de la población humana.

    Besitos para todos y todas. Y gracias, Rodrigo, porque nos has puesto un poco las pilas y nos has hecho más pesados y materiales y menos “angélicos”.

  • siruso

    Coincido con el Equipo Atrio en la necesidad de una estrategia para salir del pantano en que se sigue adentrando la humanidad, pero no podremos hacerlo sin liberarnos de TODAS las ideologías que lo generaron en el siglo pasado. Y no es posible “comentar seriamente el tema” tomando como base documentos como este reportaje centrado en teorías de 80 años atrás, y aplicadas a una visión de la realidad latinoamericana y de su historia reciente ideológica y sesgada.

    No podemos crear salidas caminando por el mismo camino que nos llevó al pantano, y menos partiendo de de las mismas categorías que orientaron nuestro andar o de interpretaciones de la realidad.

  • M.Luisa

    Mi deseo era hoy ampliar un poco el comentario que dejé hará un par de días, pero  me he dado cuenta que si bien  mi centro de atención estaba puesto en la última pregunta que se le hace a Claudio Katz,  no advertí que ya  en la introducción se nos persuade a prescindir de ella concediendo más prioridad en las de aspecto más político, cosa que yo no hice, sin embargo como ya inicié mi opinión sobre aquella última pregunta  me propongo ahora concluirla de manera simplificada.

    En ella, el entrevistado  destaca críticamente los dos modos contrapuestos,  uno revolucionario el de Gramsci,  sobre la conciencia del oprimido y el otro, el de la iglesia que actúa en sentido contrario, obstaculizándola.

    Por mi parte, decía entonces, que  el concepto de persona tanto en   uno como en el otro  resultan  del todo insuficiente. En ambos falla, decía,  la unidad  que aporta  la filosofía de la praxis, porque es en ella precisamente  en donde se muestra, pienso, la capacidad de la acción humana, pues en ella no solo entra el “yo” empirista y subjetual sino la subjetividad de “mi yo” que es de la estructura humana aquel momento  que más caracteriza su ser personal.

    Lo dicho, no pretendía  alargarme solamente dotar de alguna  precisión más  mi reflexión anterior.

  • Isidoro García

    Quiero aclarar la frase Warren Buffet, y agradezco a George, que en su comentario haya anticipado un poco por donde iba y lo que quería decir con la cita. (Lo de Oscar tiene un nombre: me lo callo).

     

    La situación mundial es grave, eso es incuestionable. Pero hay dos formas de enfocarlo, una, la clásica del siglo XIX y XX, o enfrentándonos al nuevo modelo en el que estamos.

    Hoy leía un artículo “La inteligencia artificial obliga a redefinir la economía”, http://economia.elpais.com/economia/2017/05/12/actualidad/1494601971_737485.html?rel=lom, en el que se analiza la situación que trae ya la nueva tecnología, y otro de Joseph E. Stiglitz, “Lecciones de los antiglobalización”,  http://economia.elpais.com/economia/2017/05/11/actualidad/1494512712_532788.html, en el que se abunda en la situación que las tecnologías han abocado a las economías mundiales, y el desconcierto político que cunde por doquier, para intentar una cuadratura del círculo, repleta de contradicciones que la hacen imposible.

    Y todo esto con una dinámica mundial, en la que cada año aumenta la población en CIEN millones de personas, merecedoras de unos mínimos derechos de bienestar, agua, alimentos, educación y trabajo.

    Dice Stiglitz, que “no debemos olvidar que antes de los albores de la Ilustración, que acogió a la ciencia y la libertad, los ingresos y los estándares de vida estuvieron estancados durante siglos”.  

    A partir de la primera revolución industrial, que coincide con la Ilustración, se va acelerando la economía industrial, primero con el carbón, luego con la electricidad, y ahora con la informática. Hasta llegar a la situación actual en la que la situación es tan fluida, que da vértigo: ya no sabemos bien donde estamos y sobre todo donde vamos a estar dentro de 20 años.

    Pero en general a nivel político, en la política del día a día, o de elección en elección, no se tiene en cuenta esa aceleración tan enorme que se está produciendo en la economía mundial, aceleración que hace que las velocidades cada vez sean más elevadas y mareantes. (Nos estamos cociendo como la rana a la que se echa en agua fría, y se va subiendo poco a poco la temperatura: ni se entera).

    Estamos en una situación de emergencia mundial, con grandes problemas mundiales, que no se resolverán sólo con la política “moralista” que la dinámica izquierdista clásica propone.

    En una situación estática, o con una velocidad de crucero media-baja, la situación de injusticia mundial, se contempla como un juego de suma cero: lo que le falta a uno lo ha ganado otro.

    Y entonces parece que unas políticas que regulen las rentas de unos y otros, bastaban: ese ha sido el principio de la socialdemocracia y del estado de bienestar.

     Gramsci, hace ochenta años, en una sociedad con una dinámica muy estable y muy nacionalista, (fronteras, autarquía, fuertes aranceles, cupos de importación, escasas migraciones y muy controladas, etc.), expone una teoría para intentar conseguir el poder nacional.

    Pero ahora ya no basta eso para resolver los problemas globales. Que en un país como España, Grecia, o en Francia, aisladamente, se instaure un gobierno aislacionista, antiglobalización, que aisle, y “cubanice” su país, no le lleva más que al igualitarismo de la miseria.

    Dice Stiglitz: “Nos guste o no, la humanidad permanecerá conectada globalmente, enfrentando problemas comunes como el cambio climático y la amenaza del terrorismo. (A los que yo añado los de la superpoblación mundial creciente, zonas de grandes hambrunas y miseria y los de las incesantes guerras locales).

    Se debe reforzar, no debilitar, la capacidad y los incentivos para trabajar cooperativamente con el propósito de resolver estos problemas”.

    Las nuevas tecnologías solo se pueden parar, si a nivel mundial se estableciera una moratoria investigadora que paralizara dicha investigación. Incluso su intento de sustitución por una investigación pública, supondría de suyo, dicha paralización. (El noventa y pico por ciento de las patentes y avances científicos son a cargo de la investigación privada.

    Si por casualidad se dividiera el mundo en dos partes, una neoliberal y la otra “antiglobalizadora-“podemita”), esta parte en pocos años, acabaría construyendo otro telón de acero, (que recordemos que este lo construyeron los comunistas), para evitar que la población huya a mansalvas a las zonas de alto crecimiento tecnológico.

    En resumen, seguir a estas alturas hablando de las políticas del sabio Gramsci, para aplicarlas en la situación actual, es de “ilusos” alienados que no quieren aceptar los cambios vertiginosos que nos marean a todos.

    (La frase de Warren Buffet, habla de necios, pero él que es inversor de bolsa, se refería a los que compran o venden mucho después de que lo hacen los que “saben” de eso, y por ello suelen “pringar”).

    Todos hemos oído muchas veces que estamos en el inicio de una era “axial”, similar a la famosa era “axial” de la que hablaba Karl Jaspers, y que podría situarse entre los siglos IX y II a C, en la que surgen todas las grandes religiones: monoteísmo en Israel y racionalismo en Grecia, hinduísmo y budismo en la India, Confucionismo y Taoísmo en China.

    El otro día busqué en Google, como se denominaba la ciencia o estudio de los Valores humanos, y para mi sorpresa encontré que se llamaba “axiología”. Resulta que cuando cambia la tecnología, cambian los valores humanos deseables, y la manera de sobrevivir y de organizar una sociedad más humana.

    Cuando se inició el Neolítico, con la agricultura y la ganadería, ya empezó a verse malamente que una tribu humana matara y robara las posesiones de otras tribus, lo que en el Paleolítico era algo común y corriente. Y se respetaba y proliferó el comercio, persiguiéndose los robos.

    En la siguiente era axial, la de la edad del Hierro e inicio de la Cultura y extensión de la lectura y la escritura, aparecieron otros valores, representados por las religiones y los códigos morales que surgieron con ellas.

    Bueno, pues ahora estamos en una nueva era axial, la de la Humanidad global, en la que cada vez más las fronteras no tienen sentido, los ejércitos y las guerras entre humanos son absurdas, y los problemas son de todos, y solo se pueden resolver todos juntos.

    Hay que repensar la humanidad, y mucho. Pero dejemos a los sabios clásicos de épocas pasadas en paz. Este problema es nuestro no de ellos.

  • George R Porta

    En la segunda y la tercera línea de mi última entrada debe leers lo siguiente: «de derecho leen la Constitución de los EE UU» y se leed de esta forma errada: «de derechos tartan su Constitución». Gracias.

  • George R Porta

    Leo: «Ese estrecho vínculo entre Gramsci y Lenin es desconocido por los socialdemócratas.»

    No sé si hoy día Gramsci trataría a Lenin como los estadounidenses de derechos tartan su Constitución, como un documento atemporal que debe ser interpretada según la redactaron los fundadores de la nación que la firmaron, lo cual obviamente fuera, desde el punto de vista de Gramsci, un error.

    Tampoco sé si Gramsci quiso alguna vez convertirse en in ídolo y que utilizaran su pensamiento interrumpido por su temprana muerte como algo definitive que no puede evolucionar.

    Pienso que Gramsci hoy día esperaría que quienes se comprometan con el establecimiento de un regimen de justicia descubran en estas circunstancias presentes cuál sea el camino a seguir y cómo seguirlo para instaurarlo y que perdure ajustándose a cada momento, dinámicamente. Esto ciertamente requeriría «continuar» la investigación, la interpretación de Gramsci, però no su relectura con el mismo error de los historiadores idealistas, que fuera pretender que lo que Gramsci escribió entonces sigue teniendo la misma actualidad hoy día, tantos años después y cuando  hasta las estatuas de Lenin han ya desaparecido. O que uno pueda mentalmente trasladarse al contexto de Gramsci o Lenin para comprenderles, lo cual fuera in ejercicio de imaginación y nada más. ¿Por qué no leerles desde hoy día?

  • oscar varela

    Pareceríia ser que el Comentario 7 fuera “el final”

  • Isidoro García

    “Lo que el sabio hace al principio,

    los necios lo hacen al final”. (Warren Buffett)

  • George R Porta

    Leo: «Me parece que el dato de la ilegitimidad es clave. Ya no rige el marco de los años 80, cuando Gramsci era leído para explicar la novedad de los sistemas constitucionales pos-dictatoriales. Las discusiones sobre esa forma de dominación de la burguesía han quedado atrás. Las elecciones son habituales y las expectativas en los políticos, el parlamento o las instituciones han decaído al mismo nivel que el resto del mundo.

    Sin embargo mencionaste en el seminario que la movilización callejera de la derecha es un nuevo y preocupante dato

    Si efectivamente las derechas han comenzado a reinventarse en las calles, con el padrinazgo de los medios de comunicación y un sofisticado manejo de las redes sociales. Construyen su propio imaginario político combinando ideas liberales y antiliberales. Por un lado enaltecen el individualismo y la consiguiente fantasía de actuar por decisión propia sin ningún condicionante. Por otra parte retoman el discurso de hostilidad a la política por la impotencia de esa actividad para resolver el flagelo de la inseguridad o la corrupción.»

    En un momento previo de la entrevista, Katz afirmsa lo siguiente: «En términos de Gramsci se podría afirmar que la reestructuración por arriba potencia las divisiones en las elites y obstruye la conformación de un bloque estabilizado de las clases dominantes.»

    Pienso pues que quizás  Gramsci hubiera pensado como se podría intensificar la vulnerabilidad, radicalizar la crisis y ello valiéndose de las mismas herramientas que, según Katz, han provocado la divuisión de las elites y la turbulencia social: El fomento de medios de comunicación de tecnología individual y barata y las consecuentes redes sociales que la gente de a pie opera en las calles.

    El comercio de narcóticos ilegales depende de estos medios y los utiliza eficazmente ¿qué pudiera impedir su utilización exitosa en el campo politico?

    A mi modo de ver, solamente el desinterés de la gente pudiera impedir que los necesarios cambios sociales ocurran. Fuera solamente cuestión del como y para qué utilizarlos porque las cifras de utilización de celulares en Nuestramérica que ofrece la información que ofrecí antes (hoy a las 16.03h) indicant muy claramente que la participación popular no tuviera precedente.

    El otro obstáculo es la concienciación de la gente que require enfatizar en la educación ética, de valores como la solidaridad no desde el ángulo de la compasion, sino de la justicia y del derecho. La religión no tiene por qué mezclarse como no se mezcló en la resistencia antifascista y antinazi, aunque haya habido muchos curas y monjas envueltas en la lucha y la escapade de potenciales víctimas. La institución religiosa y su magisterio más bien brillaron en aquellos tiempos por su ausencia y eso fue bueno y facilitó que las diferencias ideológicas pudieran ponerse a in lado y evitar la division frente al enemigo común que era el flagelo nazi-fascista. Siempre tengo presente al poeta y teólogo friulano David Turoldo y sus testimonios.

  • George R Porta

    Ni una sola referencia a cómo hubiera tratado Gramsci el problema de la tecnología. Esto piensan o saben los capitalistas y tengo tendencia a darles crédito:

    El 98% de la población tiene recepción de señal de celulares.

    Una nueva aplicación manda a los granjeros chilenos los precios del mercado por SMS.

    Los celulares se han convertido en mucho más que herramientas para comunicarse.

    Ni siquiera en los lugares más recónditos de América Latina sorprende toparse con algún vecino tecleando frenéticamente su celular de nueva generación. Granjeros, empresarios, médicos o comerciantes están unidos por ese aparato ahora interactivo que ha logrado seducir a buena parte de la población del planeta.
    Y es que realizar o recibir una llamada en Latinoamérica nunca había sido tan fácil como ahora. Según un nuevo informe, el 98% de la población tiene recepción de señal de celulares, y el 84% de los hogares están subscritos a algún servicio de telefonía móvil. Las cifras que ‘Maximizing Mobile for Development’ (i), maneja a nivel mundial son también admirables: tres cuartas partes de la población tiene acceso a celulares, y hay alrededor de seis mil millones de suscriptores.
    En Chile, por ejemplo, los granjeros subscritos a un servicio de mensajes de celular respaldado por el gobierno, reciben SMS diarios sobre los precios del mercado y las predicciones meteorológicas, hecho que les ha permitido aumentar la productividad. Al tratar solamente con SMS, la fiabilidad de la recepción está garantizada.
    La incursión de Internet en los celulares ha venido escalando vertiginosamente desde 2005, y ha representado el 24% de todas las subscripciones móviles en Venezuela, y el 21% en México. A la vez, este hecho ha posibilitado la incorporación al mundo online de regiones antes sin acceso.
    En cuanto a la transición de la tecnología de 2G a 3G, América Latina es vista como un ejemplo a seguir, según remarca el informe mencionado anteriormente.
    De todas formas, dicho informe advierte  que varios países de ingreso medio en la región no desarrollaron todo el potencial que tenían durante los últimos cinco años.
    De media, el 81% de las subscripciones en América Latina son pre pagadas, mientras que en los países de ingreso alto es del 36% y en África Sub-Sahariana de 96%. En 2010, se habló de media 141 minutos al mes. La única excepción fue Argentina, donde las llamadas cayeron entre 2005 y 2010, con la gran mayoría de usuarios (97%) usando mensajes de texto para comunicarse regularmente.
    Nicaragua es el país de la región con los precios de celulares más caros de toda la región -14,3% de la Renta Nacional Bruta (RNB) per cápita-, aunque el acceso a telefonía móvil aumentó cerca de un 40%. En el otro extremo, Panamá se sitúa como uno de los países donde conseguir un celurar es más barato -1.5% del RNB per cápita- y las subscripciones llegaron a 204 cada 100 personas en 2010, mientras que en 2005 apenas eran de 50 cada 100 personas.
    A medida que la telefonía móvil evoluciona, los celulares se han convertido en mucho más que herramientas para comunicarse, ofreciendo variedad de oportunidades, desde gestiones bancarias hasta acceso a información sobre la salud.

    Esta es la fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2012/07/18/america-latina-telefonos-celulares

  • oscar varela

    No encuentro que don Katz mencione el nada despreciable avance del Pueblo argentino como Pueblo que se Organiza y Hace.

    Katz no hace mención ni referencia a un Marzo desbordante por sobre toda “dirigencia”

    Estimo que ese es el análisis que hay que hacer.

    No está mal que se “re-curra” a Gramsci; pero “hasta por ahí nomás”.

    Pienso que Bergoglio (atendiendo lo que dice Katz) está más en-raizado en Nuestramérica que la visión “tana y viejita” de Gramsci.

    Nuestramérica ¿es Latina?

    ¿No es, acaso, “antes” y “a la base”, un “modo humano” diferente al europeo?

    ¿Qué pasa con E. Dussell que ni se lo nombra?

    Estos “congresitos” son buenos, pero muy, muy deficientes en su des-orientación y gatopardismo por no atender “las cosas nuestras”

    ¡Argentinos: A LAS COSAS, A LAS COSAS!

    P.e.: Katz, aunque lo tiene frente a sus narices, ni siquiera se pregunta ¿Qué Dirigencia convocó a las varias Plazas de Mayo y por diversos motivos en el mes de Marzo?

    Bergoglio va siendo más perspicaz al percibir la “subida” del Pueblo.

    Yo puedo disentir de su teoría teológica, pero no me creo tan estúpido como para no percibir que, en cuanto a Gobernanza, Pancho la tiene más, mucho más larga que yo.

    A Katz le atrasa el reloj de la historia.

    Tal vez ¿no?

  • M.Luisa

    Centro mi  escueta reflexión en esta última pregunta ¿Pero cuál es la conexión con Gramsci?
    A mi modo de ver desde la perspectiva de la Filosofía de la Liberación, la dificultad coyuntural entre la conciencia social de Gramsci y la doctrina social de la iglesia,  reside en que el concepto de persona tanto en una como en otra  es del todo insuficiente. En ambas falla la unidad  que aporta  el concepto de persona en  la filosofía de la praxis.

    El marxismo incorpora, en efecto, una innovación radical en la filosofía,  consistente  en ser una nueva práctica de la filosofía, pero lo es precisamente  por ser una filosofía de la praxis  humana  en tanto considerada como humana.

  • oscar varela

    Entre los otros “panelistas” se encuentra Horaco González, ex director de la Biblioteca Nacional y fundador del Espacio Carta Abierta, quien, junto a otros cien representes de espacios de la cultura lanzó, una iniciativa para unir las propuestas para fijar posición y generar iniciativas para la acción.

    * llamo a “hacer una lectura lúcida” del Gobierno cuando “la Argentina vive en un jeroglífico.

    * “Estamos ante un gobierno neoliberal que en nombre de una pseudodemocracia, utilizan instrumentos legales de forma persecutoria”.

    * “Hay una vasta tarea de crítica de las políticas económicas, sociales, jurídicas, mediáticas y culturales que están desplegando, transfiriendo al Estado su estado mayor de negocios”.

    Los distintos oradores remarcaron la necesidad de gestar una suerte de nueva esperanza para avanzar contra el intento de quebrar el Estado de Derecho.

    El sentimiento común se expresó en el planteo colectivo de “acompañar el creciente estado de movilización

    – favoreciendo la recuperación de un proyecto de convivencia democrática, justicia social y cultura crítica”

    y se avanzó en la idea de

    – armar una mesa de trabajo con representantes de los colectivos para concertar una actividad pública hacia el 25 de mayo próximo.

  • oscar varela

    Claudio Katz es un tipo inteligente: demasiado.

    No le cabe, en una Entrevista, lo que sobre cada Asun tiene para decir.

    Leer a Katz es remitirse a los”links” histórico-mentales a los que nos manda de continuo.

    El tipo, así, no solo resulta “pesado”, sino casi in-comprensible.

    No es fácil “entrevistar” a Claudio Katz.