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Toda una mujer frente al Cardenal Müller

COLLINS

Marie Collins, una mujer en la cúspide de la Curia romana. No como florero, sino como defensora a fondo de menores y otras personas abusadas por sacerdotes, como había sido ella. Al final ha tenido que domitir. ¿Fracaso de Francisco? Algunos así lo expresaron. Ella al final ha hablado claro. En carta a cadenal Müller, a quien acusa de seguir ocultando con falsedades la falta de cooperación real. Como el asunto es delicado y cada uno debe formar su opinión, George R. Porta ha hecho el servicio a ATRIO de traducir el texto completo del polémico documento para poder llegar al fondo del significativo incidente. ¡Gracias, George! AD

Marie Collins responde a las acusaciones del cardenal Müller sobre la Comisión Para la Protección de Menores

Nota del editor [de NCR]: La Sra. Marie Collins de Irlanda es la sobreviviente de abuso sexual por parte de clérigos que renunció el 1 de marzo a la Pontificia Comisión Para la Protección de Menores instituida por el Papa Francisco. El cardenal Gerhard Müller, jefe de la Congregación Para la Doctrina de la Fe, concedió una entrevista poco después de la dimisión de la Sra Collins. Ésta escribió una carta abierta a Müller en respuesta a esa entrevista, que ella solicitó que fuese publicada en el National Catholic Reporter.

14 de marzo de 2017

Querido cardenal Müller,

He leído con interés sus respuestas al periódico italiano Corriere della Sera el 5 de marzo [1] en respuesta a algunas partes de mi carta de dimisión [2] a la Pontificia Comisión Para la Protección de Menores. Creo que deba responder a algunas de sus declaraciones en dicha entrevista.

  • 1. Usted dice que «no puede entender que se hable de falta de cooperación» entre la Congregación Para la Doctrina de la Fe (CDF) y la Pontificia Comisión.

Tal vez yo pueda ayudar con un ejemplo. En 2015, algunos de los grupos de trabajo de la Comisión escribieron a su Congregación solicitando que un representante de la misma asistiese a las próximas reuniones que dichos grupos tendrán en Roma para discutir temas de interés mutuo.

Las invitaciones fueron declinadas y los miembros de los grupos de trabajo fueron informados por el Secretario de la Comisión, Mons. Robert Oliver, que no era posible celebrar reuniones cara-a-cara y que cualquier comunicación con dicasterios tendría que ser hecha por escrito.

Las cosas cambiaron eventualmente, lo cual tardó más de un año. En septiembre de 2016 un representante de la CDF fue puesto a disposición de la Comisión y asistió a reuniones de los grupos de trabajo. Ojalá que aquellos debates hayan sido tan útiles para su Congregación cuanto lo fueron para la Comisión.

  • 2. Ud. dice «en los últimos años ha habido un permanente contacto» entre la Comisión y la CDF.

No sé cómo ocurrió dicho contacto permanente. Todo lo que puedo decir es que los miembros de la Comisión no recibieron ningún informe formal ni vieron ningún resultado positivo generado por tal contacto.

  • 3. Usted continua con el comentario de que «uno de los miembros de nuestro staff es parte de ella [de la Comisión].»

Ciertamente, un staff de CDF fue miembro de la Comisión. Es sorprendente, sin embargo, ―dado que usted dice haber tenido permanente contacto con la Comisión― que no sepa que este funcionario, Claudio Papale, cesó su participación activa en la Comisión en el año 2015 (aunque los miembros no fueron notificados de su dimisión [3] hasta mayo de 2016).

La última reunión a la cual asistió fue la plenaria de octubre de 2015. Como esa reunión se llevó a cabo cuatro meses después de ser anunciado que el Papa Francisco había creado un nuevo tribunal para juzgar a los obispos negligentes en responder al abuso, Papale estaba en una posición excelente para poner al día a los miembros de la Comisión sobre la respuesta a dicha iniciativa del Papa por parte de la Congregación para la Doctrina.

  • 4. Sobre el nuevo tribunal, Ud. dice que un “intenso diálogo entre los diversos dicasterios implicados en la lucha contra la pedofilia en el clero” tuvieron lugar tras la decisión del Papa y que el tribunal sólo era considerado un “proyecto”.

¿Dice Ud. que fue un proyecto, solamente un proyecto? Releyendo el anuncio público [4] del Vaticano del 10 de junio de 2015, parece que fuera mucho más. Acciones muy específicas ya habían sido autorizadas por el Santo Padre, incluyendo:

  • «El establecimiento de una nueva Sección Judicial en la Congregación Para la Doctrina de la Fe»
  • «Nombramiento de personal estable para servir en el Tribunal» y
  • «Designación de un Secretario para ayudar al Prefecto con el Tribunal.»
  • El Santo Padre también había ya «autorizado a que suficientes recursos fueran provistos a este propósito»”.

A pesar de la estrecha colaboración que Ud. dice que existía con la Comisión, ésta no fue incluida en el diálogo entre los dicasterios vaticanos. ¿No hubiera sido esta una buena idea dado que la Comisión era ambas cosas, tanto participante en la «lucha» a la cual usted se refiere, cuanto la originadora de la iniciativa?

Usted afirma que la conclusión a la cual se llegó fue que el tribunal no era necesario ya que cualquier negligencia podría ser tratada por medio de las “competencias”, “herramientas” y “medios legales” ya establecidos por la Congregación para los Obispos. Y si en un “caso especial” esto no fuese suficiente, el Santo Padre siempre podría confiarlo a la Congregación (CDF). Así es que ni fue necesario efectuar cambios ni nada fue llevado a efecto.

Me gustaría darle las gracias, Cardenal, por confirmar con sus propias palabras que mis declaraciones acerca del tribunal fueran ciertas. La Comisión Pontificia lo recomendó, el Consejo de Cardenales y el Papa lo aprobaron, y su Congregación lo rechazó.

Una pregunta me viene a la mente. Si todos los medios necesarios han estado disponibles para abordar el caso de un obispo negligente con respecto a proteger a los niños de los abusos, ¿por qué entonces ningún obispo ha sido oficialmente, claramente, sancionado o removido por dicha negligencia?

Si no se debe a la falta de leyes, entonces se debe a la falta de voluntad. Estoy segura de que muchos supervivientes, incluida yo misma, estamos interesados, Cardenal, en la respuesta a esta pregunta.

  • 5. En referencia a la negativa de su Congregación a ambas, a cooperar con el trabajo de la Comisión para instituir Directrices de Protección y a admitir que los sobrevivientes de abuso hubieran escrito al Vaticano, usted declaró: “No sé nada acerca de estos dos supuestos incidentes.”

Si usted tiene alguna duda sobre estos “incidentes”, pudiera refrescar su memoria la respuesta formal enviada por su congregación a la Comisión el 15 de diciembre de 2016. En su primer párrafo, la carta menciona las dos solicitudes, la de acusar recibo de las «directrices» y «acusar recibo de las cartas enviadas.»

En este último caso, la recomendación que la Comisión envió al Santo Padre [ver su comunicado de prensa [5] del 08 de febrero de 2016] y que él aprobó, fue que todos los dicasterios Vaticanos acusaran recibo directamente de aquellas cartas que los sobrevivientes les enviasen.

Cuando esta recomendación fue discutida con el representante oficial de la CDF en la reunión de un grupo de trabajo en septiembre de 2016, dicho representante no vio ninguna dificultad en que la misma se cumpliese. Sin embargo, dos meses más tarde, en la respuesta formal por escrito de su congregación, la misma fue rechazada.

En cualquier área es difícil trabajar con un organismo inconsistente en su proceder, porque no es posible saber en cada momento a qué deba una atenerse.

El motivo de rechazo de la solicitud de la Comisión, como usted confirma en la entrevista, fue «el respeto por la subsidiariedad”. Este énfasis sobre la subsidiariedad demuestra que, dentro de la iglesia, el respeto por el sistema jerárquico y sus miembros todavía sobrepasa el respeto a la persona humana.

Me enseñaron a creer que todos fuéramos iguales ante los ojos de Dios, pero parece que en su congregación haya percepciones diferentes según que se trata de un obispo o de una víctima de abuso. Parece que su preocupación porque el obispo no se sienta tratado sin respeto tiene muchísimo más peso que cualquier preocupación por faltar el respeto a un sobreviviente.

¿Cuántas medidas mucho más fundamentales en materia de justicia para los supervivientes y la prevención de abuso están siendo demoradas o impedidas por causa de consideraciones jerárquicas internas que son anacrónicas y burocráticas?

Puede revisar la carta mencionada para refrescar su memoria con respecto al otro profundamente inquietante «incidente»: La negativa a cooperar con respecto a las Directrices de Protección recomendadas por la Comisión, las cuales la congregación parece particularmente reacia a discutir.

Puede ser que parezca que un grupo de los considerados expertos “externos” se esté entrometiendo en lo que el dicasterio toma como un área de su responsabilidad. ¿Si este fuese el caso, no pudiera haber manera de superar esto por medio de francas discusiones del problema?

La seguridad de los menores en el futuro es demasiado importante para que se tolere la existencia de un obstáculo de cualquier clase. No hay duda de que se deba hacer todo lo posible para resolver cualquier clase de dificultades que haya.

  • 6. Usted dice que “las quejas se basan en malentendidos” sobre la tarea de la CDF.

Como un ex miembro de la Comisión, entiendo claramente la función de la CDF y sus responsabilidades (fuera extraño que los miembros de una Comisión papal fueran tan ignorantes como se ha sugerido).

La Comisión no esperaba que la Congregación acusara recibo de su carta había y que la misma recibiría la debida atención.

Esto fuera una respuesta pastoral por cuando quien originaba la carta sabría que no estaba siendo ignorado. Me entristece que se haya dado públicamente una impresión engañosa sobre esto.

  • 7. Por último, un comentario más personal con respecto a mí misma. Usted declara que “Nunca he tenido la oportunidad de conocerla.”

¿Cardenal, parece que usted haya olvidado aquella noche en la que tuvimos una pequeña cena en Dublín después de mi nombramiento en la Comisión?

Durante la comida discutimos conjuntamente la nueva Comisión, mi designación a la misma y, en general, el tema del abuso en la Iglesia. También estuvieron presentes otros funcionarios de la CDF, incluyendo a Mons. John Kennedy y al entonces «padre» Roberto Oliver, quien antes de su nombramiento en la Comisión se desempeñaba como Promotor de Justicia de la Congregación.

Finalmente, con respeto, Cardenal, no conozco la motivación para poner dificultades a la Comisión Pontificia. Todo lo que la misma desea hacer es ofrecer mejor protección a niños y a adultos vulnerables dondequiera que la Iglesia Católica esté presente en el Mundo. Si hay problemas, nada se gana pretendiendo que todo esté bien.

Quisiera pedir que cuando se levante una crítica como la mía, en lugar reincidir en su postura de negación y ocultación, la Iglesia ofrezca a su gente la explicación adecuada que merece. Tenemos derecho a transparencia, honradez y claridad.

No se puede mantener por más tiempo oculto, tras de las puertas de la institución, el mal obrar de la Iglesia. Esto sólo ocurre en tanto quienes saben la verdad estén dispuestos a permanecer en silencio.

Suya atentamente,

Marie Collins,

Ex miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores

 

_____________________________________________________________________________
[1] https://www.ncronline.org/news/accountability/cardinal-muller-responds-collins-and-defends-not-responding-survivors-letters

[2] https://www.ncronline.org/news/people/exclusive-survivor-explains-decision-leave-vaticans-abuse-commission

[3] https://www.ncronline.org/news/accountability/another-appointee-vatican-abuse-commission-leaves-group-member-reveals

[4] http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2015/06/10/0452/00997.html

[5] http://www.protectionofminors.va/content/tuteladeiminori/en/press-and-media_section/press-releases_page/press-statement_08022016.html

Fuente: National Catholic Reporter (https://www.ncronline.org) (14/03/2017 – 10:44):

https://www.ncronline.org/News/Accountability/Exclusive-Marie-Collins-responds-cardinal-Mullers-allegations-about-Abuse

 

 

5 comentarios

  • ana rodrigo

    De este hecho destaco dos cosas que me han llamado la atención:

    Una. la valentía de una mujer de evidenciar las mentiras, manipulaciones y “olvidos” de todo un cardenal. Esto no lo hubiese hecho ningún clérigo porque inmediatamente caería en el ostracismo total. Este es uno de los graves problemas de Vaticano, la endogamia, sumisión y temor que reina entre súbditos de estos mandamases irresponsables y despóticos.

    Y segundo, la miseria moral y humana de todo un cardenal del que se esperaría honestidad, verdad, compromiso y resoluciones en su competencia. nada más y nada menos que la protección de los menores en manos de clérigos pederastas.

     

    Creo que es un hecho muy importante. que una mujer, que no tiene nada que perder, ya lo perdió por los abusos que sufrió, ponga en evidencia la podredumbre que hay en la Curia, en los altos mandos que gobiernan la Iglesia así como su incompetencia.

    Que pongan unas cuantas mujeres valientes como ésta en la Curia y que limpien tan basura como se acumula en los palacios vaticanos.

     

  • jmr

    Parece que una asignatura que debe aprobarse rápidamente en las esferas burocrático-administrativas vaticanas es, cuando no la mentira (que también), los enredos lingüísticos y los “malentendidos”. Pensar que Jesús es LA VERDAD…¡me enferma!

  • h.cadarso

    Otra vez, Olga, una mujer como tú reprende a un cardenal o doctor de la Ley y le reclama que estudie en serio los problemas y que pontifique con honestidad y con conocimiento de causa. ¿Hasta cuándo uno tendrá la osadía de enseñar y opinar sin haber estudiado seriamente la respuesta, sin asumir seriamente su rol de guía que debe guiar a los ciegos? Decididamente, la púrpura les vuelve a algunos locos y cegatones y pavos reales…

    Olga, amiga, hermana, hablad fuerte, haced callar a tanto charlatán de feria…

  • olga larrazabal

    Impactante la mala memoria del Cardenal……

  • oscar varela

    Hola!

    Yo le creo.

    ¡Vamos todavía! – Óscar.