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Unidad de los cristianos: ¿qué unidad?

Arregi            Como cada año desde 1966, las diferentes iglesias cristianas del mundo celebramos estos días –del 18 al 25 de enero– la semana de oración por la unidad de los cristianos. Este año bajo el lema: “El amor de Cristo nos apremia”. El amor de Cristo, es decir: el amor de Jesús de Nazaret, de su profecía libre, de su sueño de un mundo justo y fraterno, el amor de la Vida bondadosa y feliz, más allá de toda confesión y religión.

Quien oiga o lea “semana de oración por la unidad de los cristianos” seguramente entenderá que pedimos a un Dios omnipotente que nos una a los separados, que haga lo que nosotros no podemos o quizás no queremos lo suficiente para poder. Si orar fuera eso, sería alienante, no deberíamos orar. Ni deberíamos creer en una divinidad que escucha y atiende o deja de atender nuestras oraciones.

Pero orar no es eso. No es rezar ni pedir ni rogar, sino dejar que nuestro ser, hecho de tierra humilde y de espíritu creador, se abra y se exprese desde lo más profundo. Orar es ser, y ser es abrirse a ser más, pues el poder ser más constituye nuestra finitud. Orar es realizar posibilidades latentes en nosotros, pues el barro o la materia que somos es matriz inagotable, capaz de desear, ser y hacer más. Orar es obrar. Orar es abrirse al fondo de sí y del otro, al Fondo de todo o a Dios. Orar por la unidad de los cristianos sería, pues, obrarla, hacerla real, efectiva y siempre más profunda.

Pero no creo en cualquier unidad. Casi diría que no creo en la unidad por la que se nos invita a orar en esta semana. En efecto, quien oye o lee “semana de oración por la unidad de los cristianos” entiende que los cristianos aspiramos a que no haya tantas iglesias diferentes: católicos, ortodoxos, protestantes y anglicanos; ni tantas iglesias diversas en el interior de cada una de ellas: iglesias ortodoxas independientes, anglicanos y episcopalianos, protestantes luteranos, calvinistas o presbiterianos, metodistas, menonitas y bautistas… Que todos debiéramos confesar los mismos dogmas e interpretarlos de la misma manera, y practicar los mismos sacramentos y entenderlos igual, hasta formar entre todos un solo rebaño bajo un solo pastor, un solo papa, como si la Iglesia debiera ser un partido político amarrado y fuerte bajo un secretario general.

No creo en una sola Iglesia bajo un solo papa. Hoy no solo sería imposible sino además indeseable que dejen de existir diversas iglesias, con teologías, ritos y organizaciones diversas. Hace unos meses, en su alocución de la catedral luterana de Lund (Suecia) con ocasión de la apertura del año de Lutero, el papa Francisco pidió perdón porque “nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente”. Eso es. Nos une, sí, la misma fe, pero la profesamos –vivimos– en distintos lenguajes. Todos los dogmas e interpretaciones, no son sino eso: fórmulas y expresiones lingüísticas. La fe es otra cosa.

Y los lenguajes o las teologías no nos dividen sino cuando olvidamos que son constructos humanos, y cuando creemos que el nuestro es el único o el mejor, cuando nos negamos a entender o a aprender o al menos a respetar el lenguaje del otro. No nos dividen las diferencias, por grandes que sean, sino los temores y los prejuicios, por pequeños que sean. Las diferencias solo nos confunden y dividen cuando nos empeñamos en construir una gran torre de poder para conquistar el cielo: Babel. Los católicos no estamos separados de los luteranos porque éstos no entiendan la eucaristía como transustanciación o sacrificio, sino porque los excluimos de nuestra misa y ellos nos excluyen de su cena de Jesús. El día que abramos la mesa, nos sentiremos unidos.

Y como se ha visto en los diálogos inter-eclesiales de los últimos 50 años, hay un escollo último que impide la comunión de todos los cristianos: es la doctrina que afirma al obispo de Roma como autoridad absoluta sobre todas las iglesias. El papa es, como dijo Pablo VI, el gran obstáculo de la comunión. No el papa, sino el papado.

¿Y en qué consiste la fe que nos une? Consiste en el “amor de Cristo”, que es como los cristianos, en la memoria y el seguimiento de Jesús, designamos el amor y el cuidado de la vida. El día que unas iglesias reconozcamos a las otras como son se habrán acabado las divisiones. Entonces, de verdad, oraremos y obraremos la unidad.

(Publicado en DEIA y en los diarios del GRUPO NOTICIAS el 22-01-2017)

32 comentarios

  • George R Porta

    Registrando en los archivos del periódico NCR (National Catholic Reporter) encontré este enlace del año 2000, último del siglo pasado acerca del concurso de retratos de Jesús que el periódico convocó como otra actividad más celebrando la llegada del nuevo milenio.
    No se puede reconstruir a ciencia cierta el retrato original, histórico de aquel Jesús de Nazareth, el Galileo, de quien dan noticia los evangelios que conocemos. Me parece que lejos de empobrecer la confianza de quienes nos arriesgamos a creer que Jesús en efecto vivió y obró, pasó haciendo el bien, la enriquece.
    Virtualmente, cada creyente puede añadir algún matiz al retrato de Jesús que la esperanza ha ido construyendo.
    Cuando en el año 2000, el National Catholic Reporter hizo una convocatoria para escoger el mejor retrato moderno de Jesús de Nazareth, al cambio de siglo, la enorme cantidad de retratos finalistas sorprendió a muchos, pero la selección final sorprendió aún.
    Este enlace lleva a aquel concurso de artistas y de arte cristiano. El texto está en inglés, no lo he encontrado en castellano, pero cada pequeño icono si uno clica en él se agranda y se hace fácilmente observable.
    Puede que alguno incluso disguste o le deje a uno indiferente, pero eso no disminuye la riqueza patente en tantas obras sometidas al concurso por tantos artistas, que es claramente indicativa de la recepción de Jesús hoy día: http://www.123soho.com/artgroup/jesus_2000/body.htm    
     

  • M.Luisa

    Yo misma, más de una vez, me he recriminado a estas alturas no saber todavía cómo se introducen los emoticones, y en este sentido envidio a quienes de vez en cuando leo que los usan para desendurecer  alguna de aquellas expresiones que podrían parecer algo groseras. Eso es lo que me pasó ayer al terminar mi comentario. Iba a salir hacia la estación y el emoticón ni lo encontré ni  se dejó.

    Dicho esto,  quisiera ahora redondear e incidir un poco en el conjunto de mi comentario de ayer, prescindiendo de estos últimos que todavía no he leído pero que presiento que en la complicación de los mismos se habrá  dejado atrás el sentido de unidad inicial con el que comenzó la discusión.

    Recuerdo que hace unas semanas también hube de aclarar, no me acuerdo ahora mismo en qué hilo,  que el estudio de la realidad en que Zubiri ubica su pensamiento filosófico no se identifica en absoluto con la realidad del “en sí” aristotélica, sino que es desde el material que le ofrece la fenomenología  que retrocediendo  hasta aquella aplica la epojé husserliana    para ver en qué punto Aristóteles resbaló sobre la ascesis(sensibilidad)   provocando los graves equívocos tanto del idealismo  como del  racionalismo posteriores.

    Decía, entonces, pues, aquello del “nous” (inteligencia) y lo del “noema” (realidad) los dos polos en donde Husserl aplica la suspensión del juicio. Y así como Ortega aplica esta suspensión (epojé) sólo  en uno de los polos el del “nous” inteligencia,  Zubiri la  aplica,  a su modo, en los dos. Con lo cual esto hace, por un lado, que  Ortega no se desprenda del todo del carácter conciencial e intencional de la inteligencia y en cambio su discípulo, Zubiri inmerso y preocupado en los dos extremos desembocará  en lo que luego llamará Inteligencia Sentiente.
    Ahí radica el primer atisbo de unidad donde pienso habrá de resolver el problema de sus variadas y diferentes perspectivas.

  • Isidoro García

    Antes que nada, quiero aclarar que yo, aunque como dice George, haya religiones vividas neuróticamente, no considero que la religión siempre tenga origen neurótico, sino todo lo contrario.

    Freud vio la religión como una forma de evitar la neurosis personal. Es verdad que hay múltiples causas para sentir una fuerte intuición religiosa, (tantas como variedad de individuos), como el sumarse a un delirio colectivo, o un infantilismo psicológico, pero parece que en todos los casos habría un denominador común: serviría como defensa contra los efectos negativos de la neurosis personal, la ansiedad, y la sensación de desvalimiento que asola al humano.

    Posiblemente esa sensación, se ha producido paralela a su evolución de su conciencia. Cuando estaba plenamente inserto en la mente tribal, esa inseguridad vial, la cubría la protección de la tribu.

    Al ir adquiriendo una conciencia cada vez más individual y creativa, se sentía mucho más indefenso, y echaba de menos el instinto de “apego”, de pertenencia. Siempre pasa igual: es la maldición de la manta corta, si te calientas la cabeza, se te enfrían los pies.

    Mi hipótesis, se centra, en descubrir el cómo se llevan a cabo en la mente todos estos esquemas teóricos anteriores, y qué circuitos neurológicos intervienen. Y encuentro que los arquetipos innatos junguianos pueden ser la clave de todo.

    Ya sabemos que todos los modelos de la mente son modelos teóricos y conjeturales, pero no por ello su estudio no es científico. Existe el pensamiento abductivo.

    (Wiki: Un razonamiento abductivo es un tipo de razonamiento que a partir de la descripción de un hecho o fenómeno ofrece o llega a una hipótesis, la cual explica las posibles razones o motivos del hecho mediante las premisas obtenidas. Charles Sanders Peirce la llama una conjetura. Esa conjetura busca ser, a primera vista, la mejor explicación, o la más probable.

        Aristóteles investigó los razonamientos abductivos en sus Primeros analíticos (II, 25). Según Aristóteles, los razonamientos abductivos son silogismos en donde las premisas sólo brindan cierto grado de probabilidad a la conclusión).

    Estas conjeturas, no son plenamente seguras, (hasta que la neurología nos muestre la realidad, ¡que lo hará, y mucho antes de lo que muchos creen!), y solo podemos preferir unas a otras en función del grado de éxito que la clínica terapéutica nos muestre en el tratamiento de los casos concretos.

    La neurosis social que asola a la sociedad moderna, con una “anomía” generalizada y caracterizada por la ansiedad, la depresión y muchos otros síntomas neuróticos, (que George verá todos los días en su consulta), y que todos vemos en la calle y en nosotros mismos, con aumento generalizado de conductas autodestructivas, adictivas, ultraindividualistas, y al consumo generalizado de drogas y de medicamentos que son drogas legales.

    El negar que eso constituye una enfermedad social, solo puede estar motivado, por una excesiva “moralinización” filosófica, que responsabiliza de todo nuestro comportamiento a nuestra debilidad y maldad intrínsecas.

     ¡Esas son las noticias, ahora les contaremos la verdad!, dice chistosamente el Gran Wyoming en la tele.

    Esas son las realidades. Pero ¿por qué se agudizan justo ahora en un momento histórico en que tras la Ilustración, se ha producido un fenómeno generalizado de laicismo y descreencia religiosa?.

    Mi conjetura es que todos llevamos dentro en nuestro equipamiento mental innato, una línea de comportamiento que debemos seguir, y mediante la intuición-creencia en una Trascendencia, seguíamos esa línea, marcada en un poderoso arquetipo de nuestro Inconsciente colectivo.

    Llegan la Ilustración y la Modernidad, y se generaliza, la absoluta “independización” del humano, ya no solo de la tribu, sino ahora también de “Dios”, y rompemos la ligazón de nuestra cosmovisión consciente, con ese poderosísimo arquetipo inconsciente, y lo que es el quid de la cuestión, sin sustituirlo por otra ligazón alternativa a dicho arquetipo.

    Y eso genera una muy poderosa contradicción interna en nuestra mente, en la que saltan chispas, y nos empieza a salir humo por las orejas, (los síntomas neuróticos graves), porque donde hay humo es porque hay fuego.

    Pero queda claro que el problema no proviene por eliminar una religiones anticuadas y poco compatibles con nuestra cosmovisión moderna, sino por no haberlas substituído por otros modelos, que cumplan con nuestro arquetipo interno y que sean compatibles con nuestros conocimientos actuales.

    Lo que hemos hecho, es que al comprender que estábamos haciendo mal una cosa en sí buena, hemos pegado un viraje de 180º, y hemos pasado a hacer bien una cosa mala, cuando lo que teníamos que haber hecho es un viraje de solo 90º y hacer bien una cosa buena.

    Hay que suplir las religiones anticuadas, con unas nuevas espiritualidades laicas, por una sabiduría humana trascendente, (con “t” minúscula), por una “autorrealización humana” a lo Maslow, que si comprendemos bien la cosa, no son incompatibles con una interpretación moderna del cristianismo para gente más avanzada, que los de la época de Jesús.

    Y yo creo que eso es justo lo que “Dios”, (si existe, y sea lo que sea, que no lo sabemos), querrá de nosotros: que seamos unos seres inteligentes cabales y creativos, y no una panda neurótica que vive una “vida que es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, y que no tiene ningún sentido”.

    Y a lo mejor, se nos han insertado esos circuitos neurológicos innatos, (arquetipos), en un momento determinado de la protohistoria para ayudarnos en ese propósito, de la construcción del Reino de Dios en este planeta. (Esto último es solo una especulación esotérica mía).

  • George R Porta

     
    Es difícil sostener demostrativamente que la religión tenga un origen o una base neurótica. La noción de neurosis solo es aplicable a las personas, aunque los grupos, algunos discuten, puedan ser guiados a actuar neurótica o psicóticamente de modo análogo. Es el inacabado debate entre la sociopatía y la psicopatía.
     
    La religiosidad en cambio puede ser neurótica en el sentido de que medie la expresión de ideas y conductas neuróticas, por ejemplo, el miedo o la ansiedad. Y no hay que recurrir a Freud para afirmar esto, Søren Kierkegaard posiblemente fuera suficiente, aunque no en el campo clínico.
     
    Filosóficamente hablando, fuera del ámbito de la psicología clínica o social, el debate sobre la religión es puramente metafísico y como tal a-científico en el sentido del paradigma antiguo, pre-quántico. En el nuevo paradigma quántico la mera discusión no ha lugar.
     
    Hablar del subconsciente es como hablar del alma: Imposible de encontrar evidencias. La hipótesis de que la hipnosis puede detener áreas del funcionamiento cerebral de manera que no sean recordados es plausible en cuanto sea comparable con el dormir y el no recordar los sueños, e incluso el de creer que lo que el material onírico recordado al despertar equivale al sueño tenido. Es una experiencia subjetiva y nadie debe o puede disputarla, pero, igualmente, nadie estás obligada u obligado a creerla. 
     
    No es ridículo suponer que la Ciencia pueda llegar a explicarlo todo, pero pudiera ser ingenuo. Cuando el conocimiento es demostrado, la intuición de lo que queda por conocer ya aumentó exponencialmente. Por otra parte, que el conocimiento científico pueda alcanzar a la intuición equivale a pensar que ésta pueda alcanzar un límite alguna vez. Cuanta más información acumula el cerebro y acumula la sociedad, mucho más avanza la intuición personal y colaborativamente.
     
    Es una forma de ateísmo creer que Dios pueda ser conocido del modo que ahora conocemos. El argumento del ateísmo como el del teísmo son necesariamente metafísicos y por lo tanto innecesarios, en sí mismos, aunque le sean necesarios a determinadas persones, grupos, etc. Nadie debe prohibir la religiosidad por neurótica que sea (o psicótica).
     
    La religión, en cambio, es un fenómeno gnoseológico, es una construcción semántica. Solo existe realmente la religiosidad en el sentido de que nombra o designa el conjunto de ideas y conductas de alguien (o del grupo) que está seguro de mantener una comunicación con la divinidad, una noción que por sí mismo y en sí es incomprensible y por tanto inexplicable.
     
    Otra cosa muy diferente es la esperanza confiada de que se cumplan las promesas atribuidas a Jesús, el Galileo si se es cristiano o si se desea esperar que se cumplirán. Aun así, es mucho mejor vivir en amor y servicio, cuanto más desinteresado tanto mejor, cuanto más por el bien de otra u otras personas y menos por el propio.
     
    Nada de esto obliga a suprimir los rituales y las expresiones de lo “sagrado’ en el arte o en la conducta o en las creencias. La autonomía consiste en poder optar por dichas posibilidades sin miedos a la coacción. Otra cosa muy distinta es imponerlas o servirse de las ideologías para persuadir a quien sea indefenso a aceptarlas como incuestionables.
     
    Jesús encontró más de una persona cuya fe le pareció admirable y no les pidió que vinieran en pos de él. Esa siempre será una cuestión espinosa porque quizás Jesús pensó que verían el cumplimiento de sus promesas y disfrutarían de ellas aun cuando no le siguieran.
     

  • Santiago

    Isidoro, no hay duda que tanto Freud y Jung aportaron un valioso “insight” en los complejos problemas del mundo del insconsciente humano pero…..el problema de Freud es que sacaba conclusiones sobre las motivaciones del inconsciente teniendo por base una limitada clientela psiquiátrica selecta en Viena…Un análisis psicológico hecho sobre imaginaciones de pacientes con problemas mentales NO nos puede bastar para un estudio cuya base  reside en la objetividad y la realidad del mundo y de la naturaleza

    Aunque la historia imaginada por Freud acerca de la manada primitiva y del asesinato del padre tuviera visos de verdad, cosas que  los pre-historiadores concederían quizás a título de hipótesis para algunos grupos,  y aunque el recuerdo de aquel crimen pudiera transmitirse en nuestro inconsciente, y aunque esto pertenece a los psicoanalistas, ESTO no cambiaría absolutamente para nada los problemas que hemos visto plantearse a través de los siglos a los filósofos, teólogos etc. desde hace mas de 21 siglos…Aunque el judaísmo y el cristianismo fueran lo que pensaba Freud (que era una caricatura de la realidad) como si fueran sistemas imaginarios y neuróticos, ello no quitaría OBJETIVIDAD a los problemas estudiados por los sabios y pensadores vitales y filósoficos…porque dichos problemas NO descansan sobre fantasmas y fantasías mentales, sino sobre una realidad objetiva que reside en el Cosmos mismo y la vida que comenzó a existir dentro de él. Por eso, el análisis último de la realidad no concierne totalmente al psiquiatra o al psicoanalista, sino que debe ser examinado y juzgado por el filósofo, el científico, y el lógico…Tanto Feuerbach, Marx, Nietzsche y Freud olvidan constantemente la objetividad de estos problemas existenciales…Pero estos problemas no se plantean subjetivamente, sino que son objetivos y se imponen a nuestra mente a partir del Cosmos y de la experiencia de la vida en el mundo, terreno poco conocido por esos filósofos modernos…Por eso, simplemente por eso, su ateísmo se puede llamar acósmico…Es posible que para muchas personas la religión tenga una base neurótica..Pero para eso sería preciso darle validez probatoria a este tipo de ateísmo, pero no lo es en absoluto. Estas afirmaciones de Freud y de otros filósofos de la época únicamente pueden afirmar que el monoteísmo hebreo, en lugar de ser pensado y vivido real y racionalmente, ha sido experimentado por muchos cristianos irracionalmente e incoordinadamente, con muy poca cultura religiosa y sin relación a su fuente primitiva, en su doctrina y en su praxis, y  que se basa en un hecho histórico y vivencial…

    Un saludo cordial   Santiago Hernández

  • M.Luisa

    En su réplica de días pasados, Oscar, entiendo que me la hace a mí, interpreta la Filosofía como “lo que nos está pasando” pero no en el mundo y mucho menos, por el escolasticismo  que supondría añadir,  en la realidad del mundo, sino que lo que nos pasa lo hemos de situar en el nuestro, en nuestro mundo.

    En esta  concepción no es posible la MADUREZ de la que  habla, porque la madurez no nos la da un acto vital sino la experiencia de acciones humanas vividas y llevadas a la práctica. Hay ahí un subsumir la vida en el mundo y ambas en la realidad.

    Ortega lo soluciona con la “razón vital” su discípulo Zubiri con su “noología”  fundada en la fenomenología pero superándola, por tanto ni huella de  escolasticismo ahí  ¡a ver si nos enteramos!

  • Isidoro García

    2º Añadido, (y espero que último por ahora):

    Decía no se quien que es muy fácil matar a Dios, que lo que era mucho más difícil era deshacerse del cadáver. Pues lo mismo pasa con la religión.

    Un mero análisis sociológico racionalista simplista, parecería que se trata de un absurdo lógico, que o tiene ningún sentido, más que por la infantilización y debilidad del hombre.

    Pero es que seguimos sin comprender la complejidad de la mente humana, en la que la mente consciente, (el ego racional), no es más que una parte de una mente dual, y no la que más decide.

    La psicología moderna, (desde hace más de cien años), trata de las interrelaciones entre ambas partes de la mente, que nos generan lo mismo grandes y luminosas intuiciones sirven para conocer la realidad, que grandes disturbios interiores cuando existen fuertes contradicciones entre ellas.

    Freud en su último libro sobre el origen de la religión monoteísta judía, lanza una curiosa hipótesis sobre el origen atávico de la creencia en un gran Dios Todopoderoso.

    De su experiencia clínica, advierte que toda “idea delirante contiene un trozo de verdad olvidada, que ha debido someterse a deformaciones y confusiones en el curso de su evocación, y que la convicción compulsiva inherente a todo delirio, emana justamente de ese núcleo de verdad, y se extiende luego a los errores que lo envuelven”.

    Y haciendo un paralelismo entre el delirio individual, y los mitos de la psicología social y religiosa, estima que quizás en estos mitos sustendadores de las religiones, exista un núcleo de “verdad histórica”, difícil de determinar, pues viene envuelto en elementos mitológicos adheridos o simplemente en errores cognitivos y culturales.

    Por eso lanza una hipótesis de que “en tiempos protohistóricos”, tuvo que producirse la aparición de un personaje, (o de un suceso real), que a la sazón debió parecer (a sus testigos, como) supremo, y que por ello fue exaltado a la categoría divina.

         (Y aunque posteriormente fue olvidado conscientemente), retornó posteriormente a la memoria de los seres humanos en forma de recuerdo deformado y que debe ser creído de forma compulsiva”.

    (Los paréntesis son míos para aclarar la sintaxis).

    Esos recuerdos aparecen de forma obsesiva, al igual que sucede con algunos recuerdos impresos durante la protoinfancia.

    Por eso “cuando Moisés impartió a su pueblo la idea de un Dios único, no les traía nada nuevo, sino algo que significaba la reanimación de una vivencia perteneciente a los tiempos primordiales de la familia humana, y que mucho tiempo atrás, se había extinguido en el recuerdo consciente de los hombres”.

    Jung, quizás con más penetración, considera esos recuerdos ocultos, o saberes primordiales, como los “arquetipos”, que componen el inconsciente colectivo universal del humano.

    En resumen, que lo de la religión es un asunto mucho más complejo que lo que a algunos les parece.

  • Isidoro García

    Añadido:

    Voy más lejos. Según tengo entendido, es cuando varios elementos de nuestra cosmovisión, aprendidos culturalmente son erróneos, cuando se produce en nuestra mente una contradicción entre ellos y los protoconocimientos heredados en los arquetipos. Y esa contradicción interna subconsciente, es la que genera las neurosis cognitivas.

    Y cuando estas contradicciones son muy fuertes, se producen las crisis personales existenciales, que desgraciadamente no siempre se solucionan en uno u otro sentido, y se quedan crónicas, dando lugar a toda la panoplia de conductas indeseadas para nosotros y para los demás.

    Las conductas adictivas, la compulsión por el dinero, el sexo o el poder, los odios “africanos”, la agresividad incontrolada, todos los trastornos de la personalidad, etc., tienen su origen en la divergencia entre nuestras ideas adquiridas, respecto a las reglas innatas de verdad que a través de los arquetipos, guían nuestra vida en la “sombra”.

    Por eso todos los sermones y reconvenciones morales ante estas conductas, son un absurdo, como cuando a un alcohólico le llamas “borracho”.

  • Isidoro García

    El hecho de la universalidad del mito de lo religioso,  nos puede hacer pensar en su posible causa. Y esta causa podría ser que corresponde a uno de los “arquetipos” que  mencionaba Jung.

    Estos arquetipos”, son una especie de conocimiento de la realidad, intuitivo y predeterminado genéticamente en la mente, al igual que los instintos, son unos comportamientos del cuerpo predeterminados genéticamente y que heredamos innatamente.

    Los “arquetipos”, forman parte del equipamiento mental que recibimos “de fábrica”, heredados genéticamente. Cuando nacemos nuestra mente viene equipada con un “software de fábrica”, necesario para poder iniciar nuestra actividad mental, con la que vamos añadiendo los conocimientos que vamos adquiriendo. Un ejemplo de dicho equipamiento innato y primordial es el protolenguaje, el “mentales”, sobre el que luego vamos superponiendo el lenguaje materno aprendido. (Por eso todos los lenguajes tienen una misma estructura interna).

    Estos arquetipos, son protoconocimientos, y circuitos neurológicos de comportamientos preestablecidos, que no están activados. Se activan, y con una gran potencia psicológica, cuando hay algún elemento experiencial que los activa, y son como una especie de esquema básico, que se rellena con los detalles culturales de cada individuo y su circunstancias culturales.

    Estos arquetipos, o saber desconocido, es un poco el mismo tema que creo que Platón hablaba de que ya sabemos todo, lo que pasa es que lo hemos olvidado, y por eso se refería a la sabiduría como anamnesis = volver a recordar. Y por eso se habla muchas veces del “maestro interior”, con el que hay que conectar e interpretar, para que nos facilite la verdad. (El daimon de Sócrates)

    Por eso el arquetipo de la religión, tiene tanta potencia psíquica, y es universal.

    Ahora bien, el gran tema, es saber ¿cómo han aparecido en el homo sapiens, todo un arsenal completísimo de protoconocimientos e instintos mentales, que además de facilitarnos mucho nuestra supervivencia, son un gran hilo conductor de uniformidad mental, de una homogeneidad básica, (dentro de nuestra pluralidad en los detalles), de constituir todos el “GÉNERO HUMANO”?.

    Yo creo que es un fuerte indicio de intervención exterior en el desarrollo del hombre. Y por eso es un fuerte indicio de que quizás lo de la religión, no es solo un mito vacío.

    A mí, no se me ocurre cómo ha podido llegar a nosotros todo ese equipamiento mental tan sofisticado y tan completo.

  • George R Porta

    Frazer, aunque no el único, demostró suficientemente la universalidad del fenómeno religioso a través del tiempo (históricamente) y geográficamente. Eliade hizo su parte y contribuyó a resaltar la necesidad del mito.

    De las investigaciones y reflexiones de ambos se pudiera concluir que el mito sea un producto de la maduración ético-religiosa de los grupos humanos (cada uno en su ambiente y trasfondo cultural/antropológico) que impide que las creencias religiosas se conviertan en pretéritas. Una forma de ser “pretérito” pero todavía mantener su relevancia existencial o significado, su valor sacramental en lenguaje cristiano o católico. En definitivas se convierten en una expresión de la esperanza “universalmente humana” mientras las formulaciones doctrinales religiosas (mucho más atadas a las condiciones locales o momentáneas) van sufriendo la erosión del tiempo y de la vivencia humana.

    Parece que la religión solo puede ser pasajera, tempora, y que más tarde o temprano, necesite prestar su espacio para que cada pueblo o nación poco a poco produzca sus mitos que, también poco a poco, van decantándose en la historia universal para ser más o menos relevantes a pesar del paso del tiempo.

    Si no fuese así, la realidad de cada “presente” no pudiera encontrar continuidad, radicarse en la historia total de la humanidad, aunque no todos los mitos sean igualmente fundamentales, de modo quizás análogo a como en las religiones a menudo los dioses son jerarquizados según unos como reflejo de lo social o según otros lo social como reflejo de lo religioso.

     

  • oscar varela

    Hola!

    1- La MADUREZ requiere TIEMPO (praxis experiencial);

    ·         No el abstracto, entonces,

    ·         sino el concreto, que es:

    ·         en el que vamos re-absorbiendo las circunstancias que nos concretizan.

    ……………………

    2- La SERIEDAD sería el fruto maduro de la planta religiosa.

    Una de esas Seriedades aun no logradas es:

    * la Filosofía (como interpretación de “lo que nos está pasando”)

    Es hora de darnos cuenta que la Filosofía “escolar” es un freno a la postulada;

    Entre otros “lugares” donde se aprende esa otra Filosofía es en:

    “ESAS MESAS QUE NUNCA PREGUNTAN” del “Cafetín de Buenos Aires”.

    “COMO UNA ESCUELA DE TODAS LASCOSAS”

    del “Cafetín de Buenos Aires”.

    https://www.youtube.com/watch?v=Y4FYMsFvDT0

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • M.Luisa

    Volveré a incidir un poco más pero deteniéndome sólo  en la réplica hecha por  Oscar,  nuestro  cumpa orteguiano, en la que en un comentario de atrás, señalaba como en tiempo pretérito  el sentido de la religión.

    Creo entenderlo, sin embargo, pienso  que si es desde la vida  desde donde, por su radical realidad se mostrase  el fenómeno religioso, sería  ahí precisamente  donde  habría que poner la atención a esa resistencia   no ya sólo a la necesidad de  madurez sino   como viendo ahí la causa  de su perpetuación en el tiempo.   Y esto por la sencilla razón de que  la vida puede ser vivida también sin seriedad y serles,  la religión, útil para quienes  deciden vivir así  en ese ámbito poco serio.

    Pienso que  para que la religión devenga pretérito habrá que ir más a su raíz, es decir,  a la realidad que la ha hecho posible en la historia  pero, eso sí,   prescindiendo de sus contenidos históricos al ir madurando como personas en la vida.

  • Santiago

    Indudablemente nuestras obvias deficiencias humanas nos impiden abarcar totalmente la divinidad…Sin embargo, somos los únicos seres creados que podemos intuir, deducir, experimentar racionalmente, abstraer, conceptualizar  etc. etc….y, además,  con conciencia de nuestra realidad y de la que nos rodea…Superamos con mucho a nuestros mas cercano de los primates en calidad y cantidad vital…a pesar de que nuestra diferencia cromosómica es mínima…Pero nosotros podemos ser capaces de pensar la trascendencia..como algo que se encuentra por encima de nuestro mismo ser…..y que es única al ser humano…

    Como dice el Concilio Vaticano II “el hombre sufre con…la disolución progresiva de su cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. Juzga con instinto certero cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo. La semilla de eternidad, que en si lleva, por ser irreductible a la sola materia, se levanta contra la muerte. Todos los esfuerzos de la técnica moderna….no pueden calmar esta ansiedad: la prórroga de la longevidad…no puede satisfacer ese deseo del mas allá que surge ineluctablemente del corazón humano” (Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 18)…Porque si fuéramos mera animalidad biológica o físico-química aceptaríamos de buena gana y sin rebelarnos nuestro destino natural que sería la muerte como final definitivo de nuestra vida terrestre…Pero esta “semilla de inmortalidad”  y de trascendencia en  nosotros, ES- y ha sido- innata al ser humano desde “el principio” de la Creación como un fenómeno universal manifestado en la historia humana a través de todos los siglos…no como obra nuestra, sino como don recibido junto con la existencia…

    Por otro lado, es cierto que nuestra condición humana nos pide que cada vez “veamos” mas el camino correcto hacia nuestro destino final…como el “ciego del camino” que pedía a Jesús: “Señor, que yo vea”…por eso las virtudes llamadas teologales van enlazadas y son complementarias. S. Pablo las cita y las evalúa siendo “la mayor”, indudablemente, el amor…que es vínculo universal de los seres humanos…Y es el mismo Juan, el que habla de este enlace: “Carísimos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios; y todo el que ama, de Dios ha nacido y conoce a Dios. Quién no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor…En esto está el amor: no que nosotros hubiéramos amado a Dios, sino que El nos amó a nosotros y envió al Hijo suyo, propiciación “por nuestros pecados” (1 Juan 3,7-10)…Es por eso que la fe y la esperanza en Jesús nos salva en el amor, ya que “nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene con nosotros. Dios es amor, y quien permanece en el amor, en Dios permanece, y Dios en El” (Id. vers. 16)

    Un saludo cordial   Santiago Hernández

  • George R Porta

    Leo en el artículo: “¿Y en qué consiste la fe que nos une? Consiste en el “amor de Cristo”, que es como los cristianos, en la memoria y el seguimiento de Jesús, designamos el amor y el cuidado de la vida.”

     
    Me parece confusa la afirmación. Si la Fe y la Esperanza no son lo mismo, ¿cómo puede la Fe ser el “Amor de Cristo”?
     
    La fe me ha parecido que sea la confianza en que nuestra Esperanza no sea vana y que en efecto el Amor de Jesús, el Galileo, a quien no debiéramos llamar Cristo, aunque entiendo que cualquier persona lo haga, se materializará en la realización de sus promesas según le atribuyen las narraciones evangélicas que conocemos.
     
    La unidad en cambio consiste en el amor que nos tengamos que es lo mejor que pudo crear cualquier divinidad creadora si en efecto la hubo: Nuestra capacidad de amar y en ese sentido es un instinto (o como se le quiera llamar) pre-religioso y quizás observable en alguna medida en la naturaleza, más allá de lo exclusivamente humano.
     
    No puedo afirmar que nuestro “amor” sea analogía del “ser de Dios” de quien la Carta de Juan (1 Juan 4, 8) afirma que “es Amor”. Me parece que los seres humanos no podemos comprender la noción “Dios”, ni siquiera con minúscula. En cambio, sí podemos desear que lleguemos a comprenderlo “de alguna manera” sobre todo si hay otra forma de vida o de existencia más allá del momento en que esta presente termine.

  • oscar varela

    Hola!

    La “madurez” es una categoría “temporal” de la vida humana.

    Hay unos versitos que se cantan en mi Barrio:

    – “Cuando era cuiquitito

    jugaba a las bolitas;

    pero ahora que soy grande:

    me flirteo a las gorditas”-

    ………………….

    Otro “decir” más moderno (también en mi Barrio) cuando se le quiere indicar a alguien que derrapa en el camino de la vida:

    – “¡Fuiste, pibe!-

    ————-

    ¿Religiones, Iglesias?

    ¡Fueron!

    Quizás ¿no?

    Voy todavía! – Óscar.

  • George R Porta

     
    La base y la raison d’être de la “unidad humana” es su gregarismo, algo que no es exclusivo de la raza y que además es necesidad, incluyendo sus dinámicas/dialécticas luchas territoriales, por ejemplo cuando la amenaza a la sostenibilidad se hace presente.
     
    En la raza humana en específico, la solidaridad es la marca de la unidad sobre todo cuando alcanza grado heroico, cuando es una necesidad acogida al precio del propio sacrificio o riesgo de él.
     
    La solidaridad es misericordia, es amor “de corazón” y gratuito, florece en la empatía primero y en el servicio heroico después. No es resultado de la religiosidad y si fuera ésta rectamente entendida, la religiosidad debiera agradecer la solidaridad y la unidad que la misma refleja.
     
    La necesidad de defender la preservación y el sostén de la existencia personal y de la familia y últimamente de defender la de los grupos que se forman hacia afuera a partir de ellas (clanes, naciones, etc.) es la contradicción necesaria que la solidaridad resuelve en la raza humana y que pasado cierto punto resuelve la indiferencia del resto de la naturaleza cuando los territorios individuales y la sostenibilidad de la propia vida son respetados.
     
    Si un argumento es viable en cuanto a la posibilidad de una divinidad creadora y sin esperar que la demuestre, es precisamente esta díada que puede ser reconocida por doquier si el/la observadora tiene la vista aguzada. El uno la bondad (incluyendo la ternura y la convivencia sin incluir el sentido de propiedad y el miedo a perderla) y el otro la belleza (incluyendo la armonía relacional y la autonomía sin incluir el miedo a perderlas).
     
    La religión, a diferencia de lo que Frazer y tantos otros (incluyendo a Marx y a Freud), de un modo u otro, explican como fruto del miedo, el sentimiento de pequeñez ante la realidad cósmica o más cercana o la culpa, pudo surgir de la ternura y la necesidad de agradecerla en las relaciones más cercanas y, quizás, en las relaciones a nivel cósmico.
     
    No debiera ser de extrañar que, a un cierto nivel de organización de la existencia y más profundamente humano, la unidad cristiana fuera un fenómeno pre-religioso que en tantas religiones ha florecido hasta que la ambición territorial y política (catolicismo incluido) corrompe.
     
    El deseo y propósito de unidad mucho más ostensible en Francisco versus el “cantinfleo” (sin intención de ofender a Mario Moreno) de JP II y Benedicto fueran ejemplos de ambas cosas, de la urgencia del amor aparentemente al menos en el primero y de esa extraña dialogación entre el deseo de bien y el de la posesividad, en los segundos.  
     
     
     

  • M.Luisa

    Voy a hacer alguna objección  al amigo Oscar  a partir de las que él le hace a Arregui en un comentario que leí días atrás. Me tomo esta  licencia abusando  del  “quizá” con el que él lo termina.

    Mi reflexión irá en torno a este párrafo

    Pienso que a la multitud de “teologías” que aparecen y se siguen intentando, habrá de llegarles un momento de madurez; quiero decir de “seriedad” ante el Tribunal insoslayable e insobornable de la Vida humana.”

    Estas objeciones sin duda parten desde la perspectiva orteguiana sobre la vida como realidad radical y por tanto la madurez religiosa a la que se refiere se mostraría cuando la religión no fuera sino sólo algo derivado o a consecuencia de la vida humana vivida eso sí con “seriedad”

    Pues a mí se me ocurre pensar que  incluso  Arregui  prescinde del tema religioso, no para abandonarlo pero sí para tomar la cuestión de la unidad, desde un momento previo a él, es decir al religioso y la hace  fundar  previamente, como ya expresé  en la unidad de la realidad personal independientemente de la religión que profesen en su relación las personas.

    Que tiene de enternecedor que se diga “El día que la iglesias reconozcamos a las otras como son habrán acabado las divisiones” si son las personas las que dan significado a las iglesias pues las iglesias por sí mismas no existen.

    Por esto pienso que es de esta unidad de la que habla Arregui y la  que cuenta para las diversas formas  que en el futuro pueda adoptar la iglesia. Lo que es poco serio sería  pensar  en un único modelo de iglesia.

     

  • Santiago

    Estimado Isidoro,  en ningún momento afirmé que Jesús quiso que todos pensáramos igual. Aparte de que esto es una imposibilidad existencial y estructural, va contra nuestra libertad vital intelectual y en contra del mismo deseo del Creador al haber constituído un mundo tan diverso. Tanto tu estructura cerebral como la mía están llena de agujeros que nos mueven diariamente a buscar y ampliar la verdad de nuestra existencia. La FE no implica de ninguna manera una visión completa ni mucho menos una confirmación en gracia, al contrario, es una válida apertura hacia esa búsqueda ya que el don gratis accesible de la fe ilumina certeramente la razón para su enfoque en la verdad trascendente que sin su ayuda quedaría frustrada en meros argumentos reduccionistas y convencionales materialistas.

    Por eso la fe forma parte de lo existencial y los que creemos no podemos apartarnos de lo que es humano sino todo lo contrario nos adentramos mucho mas profundamente en la realidad existencial…El pluralismo de ideas no antagoniza la UNIDAD. Y así Pablo de Tarso describe esta unidad en los miembros de la Iglesia “a la manera que el cuerpo es UNO y tiene muchos MIEMBROS, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, constituyen un SOLO CUERPO, así también CRISTO, ……y a todos se nos dio a beber un mismo Espíritu. Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos” (1 Cor 12, 12-15)

    El vínculo pues que UNE a los miembros de ese cuerpo es el amor en Cristo y por Cristo. ES por eso que S Pablo quiere mostrarnos un “camino mejor” (ídem vers. 32).’DE ahí que Pablo diga que “ahora subsisten LA FE, la ESPERANZA, CARIDAD, esas tres: pero la mayor es la CARIDAD” (1!Cor 13)

    Pluralidad de ideas, si, pero unidad en la fe, esperanza y amor de Cristo….ya que El mismo afirmó que era el CAMINO correcto hacia el Padre, VERDAD incontrovertible sobre cualquier otra y VIDA eterna verdadera.

    Un saludo cordial.    Santiago Hernández

  • George R Porta

    Aunque es válida la pregunta con respecto a la jerarquía y las instituciones religiosas a ese nivel institucional, en la realidad hay pocas personas que juzguen a otras por sus creencias, si es que alguna vez surgen éstas en un conversación, por lo que se puede apreciar en general.

    La discriminación, al nivel de los cristianos, al menos hasta donde alcanzo a escuchar y ver, es más por causa de diferencias de género, comportamiento sexual, color de piel, ideología política, poder adquisitivo y, muy importante aunque pocas veces nombrada, por la situación relacional con respecto a las élites.

    En general, son los curas y representantes jerárquicos los que defienden sus territorios y los dineros que salen de ellos hacia el sostenimiento de sus funciones mediadoras entre la humanidad y la divinidad que promulgan. La gente entre sí, a la hora de la tragedia o de la catástrofe, o simplemente en el contacto diario, no se rechazan por razones de creencias.

    Las religiones han perdido prestigio. Ya nadie menciona los escándalos sexuales de los evangélicos y protestantes en los EE UU y América Latina, pero desbarataron grupos religiosos grandes. En el 2002 hicieron erupción los escándalos de curas católicos en los EE UU y pronto se destapó la Caja de Pandora por todas partes.

    Como casi todas las instituciones civiles, al menos en los EE UU las religiones institucionalizadas han perdido su prestigio, su significado como faros morales, y se van convirtiendo en parte del sistema preponderante pero no de la mayoría de la gente que está en desventaja con respecto a la minoría que cada vez tiene mayores privilegios.

    La presencia del cardenal Nolan en la inauguración de Trump es un ejemplo de esa sumisión a los poderes que Jesús, el Galileo de Nazareth denunció y por denunciarla fue asesinado.

    Esa situación en realidad debiera ser reconocida por los elementos que deseen promover el evangelio libre de esas complicidades. Parece a veces que Francisco trata de llamar la atención sobre este signo de los tiempos, pero lo hace maniatado desde dentro del monstruo. La denuncia en Chile de lo que ha ocurrido con el obispo ligado al escándalo Fernando Karadima, etc., no hace más que remarcar cuán extendida está la corrupción incluso bajo la supervisión de Francisco.

  • Isidoro García

    Amigo Santiago: Es meritorio tu convencimiento de la perfección del modelo teórico cognitivo que a lo largo de veinte siglos ha elaborado la Iglesia y proporciona a los fieles.

    A tu estructura cerebral, ese modelo le llena sin ningún agujero. Pero, ¿tu actitud sería igual, si no fuera así?. Ante esta situación, o caerías en el tapaproblemas de la apelación a la humildad personal y la obediencia debida, y te forzarías a creer formalmente algo que no te convencería, o decidirías investigar por tu cuenta, alternativa tan válida como la otra, y que la misma Iglesia, (con la boca pequeña) acepta, con la “libertad de conciencia debidamente formada”.

    La realidad evidente y muy “real” es el pluralismo de ideas y la diversidad de pensamientos que tenemos los humanos.

    Yo que creo en Jesús como líder de la humanidad, y que creo que participa de la “divinidad” del “Padre”, por designación del mismo, pienso que si Jesús en sus planes hubiera querido que todos pensáramos igual, tenía posibilidades técnicas para conseguirlo fácilmente.

    Bastaba con que ante las dudas planteadas en cada momento, apareciera la respuesta escrita en el cielo.

    Señalaba Geza Vermes, la “bat qol” o voz celestial es un instrumento intermediario en la especulación religiosa judía, que no solo sustituye a la comunicación directa de Dios con el hombre sino también a la comunicación divina a través de profetas. Así escritos de rabinos tanaítas explicaban: “Con la muerte de Agías, Zacarías y Malaquías, los últimos profetas, el espíritu santo dejó a Israel, sin embargo se sigue haciendo oír a través de una voz celestial”.

    Como curiosidad, en el judaísmo de los primeros siglos, la única esfera en la que la prueba sobrenatural se juzgaba totalmente inadmisible, era en la definición de la conducta legal, (halajah). Como anécdota significativa, se cuenta que en una dura controversia religiosa a finales del s. I d.C., entre el rabino Hircano, y sus colegas, exasperado, éste exclamó: “Si mi enseñanza es justa, que el Cielo lo pruebe!.

    Inmediatamente una voz celestial declaró: “Su doctrina es justa”. Pero esta intervención se pasó por alto, porque según la Biblia, las decisiones doctrinales debían tomarse por voto mayoritario.

    Eso es lo que hay, porque Jesús ha querido que fuera así, (porque si no hubiera querido, no lo sería). Cada Iglesia proporciona su interpretación a los fieles que no puedan o no tengan ganas de investigar por su cuenta. Interpretación que es tan válida como la de todas las demás.

    Y por otra parte, si lo miras bien, es mas bonito, que florezcan mil flores “Dejad que florezcan cien flores; dejad que cien escuelas del pensamiento compitan entre sí”, dijo Mao Tse Tung.

    Y lo explicaba así:

         “La política de “Que se abran cien Flores y que compitan cien escuelas” ofrece nuevas garantías para el florecimiento de la ciencia y el arte. Si lo que usted escribe es correcto, no tiene por qué temer a la crítica y, a través del debate, puede aclarar aún más sus  correctos puntos de vista. Si, en cambio, lo que escribo es erróneo, la crítica puede ayudarle a corregir, y en eso no hay nada de malo”.

     

  • Santiago

    ¿Qué unidad?…… Jesús quería, sin duda, la unidad de fe, porque El mismo es el Amor de Dios visible en el mundo…Es pues la Revelación real del Padre, ya que “Dios es amor”..El es el “amor real” tal y como se ha entendido por el Pueblo de Dios desde el principio de su venida a este mundo…Sin embargo, “la especialidad” no significa “exclusividad”….En la diversidad de “lo humano” asistimos a la escuela, no para segregarnos y aislarnos de nuestra comunidad, al contrario, sino para que un grupo de nuestros semejantes, que tienen una misión común y una dedicación concreta, nos enseñen a desarrollarnos moral e intelectualmente en nuestra vida futura. No hay nada exclusivo aquí, ya que lo especial no indica discriminación…Por eso Jesús llamando a los Doce no intentaba excluir a nadie, sino asegurar la transmisión y enseñanza correcta de su mensaje de salvación al mundo entero en forma de colegio, ara que su predicación permaneciera viva, a través del tiempo, como ha sucedido durante 21 siglos.. ¿Quién, sino sus discípulos mas cercanos iban a transmitirnos semejante mensaje? Sólo ellos fueron los testigos fidedignos y oficiales de Su vida, calificados por el mismo Jesús para predicar la enseñanza de su maestro Jesucristo. Nosotros somos los receptores de ese mensaje…no los creadores del cristianismo…

    Por otro lado, el encuentro con Jesús es doble: ascendente por vía secular y descendente por vía eclesial. En esta dualidad podemos encontrar mejor la figura del Jesús del Evangelio…ya que El mismo quiso proclamar públicamente su identidad verdadera…para darse a conocer en la historia del mundo…La unidad querida por Cristo, no es de identidad, sino de FE… Si por dogma se entiende en la acepción de la verdad, entonces Jesús es el dogma absoluto, único y verdadero, al que todos debemos acudir…Al proclamar la verdad del dogma de Jesús, la Iglesia solo ejecuta el mandato de Jesús de “enseñar a todas las gentes”..Sigue siendo voluntario creer o no…pues nosotros nacimos en libertad y somos libres…No existe ninguna coacción para abrazar la FE cristiana…es algo voluntario…pero la verdad se define intrínsecamente…solo la fuerza de la misma verdad es la que se “impone” a nosotros como algo digno de ser creído y honrado…Este es el caso de Jesús de Nazaret, para los que se han decidido a “creer en su PALABRA”…

    Por eso, Juan el discípulo mas cercano a Jesús escribe en sus Memorias:  “Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y nuestras manos tocaron acerca del Verbo de la vida…os lo anunciamos…Y este es el mensaje que hemos oído de Él y os anunciamos a vosotros: que Dios es luz y tiniebla en Él no hay ninguna….Y en esto sabemos que le hemos conocido: si guardáramos sus mandamientos” (Juan 1, 1-5; 2, 3)…Finalmente, Jesús dice a sus discípulos antes de morir: “Mirad que llega la hora -y ya ha llegado- en que os disperséis cada cual por su lado y a Mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, pues el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en Mi tengáis paz. En el mundo tendréis tribulaciones; mas tened buen ánimo, yo he vencido al mundo” (Juan 16,32-33)..Estas palabras se aplican directamente al Pueblo de Dios, que somos nosotros, los que creemos en El..

    Un saludo cordial  Santiago Hernández

  • Asun Poudereux

     
    Sí,  ¿Y qué unidad?
     
    Parece que no se quiere entender el artículo de Arregui. Pues volvemos una y otra vez a lo mismo: Hablamos de amor, y finalmente anteponemos verdades y rigores superiores.
     
    ¿Pero de dónde salen? Nunca de la boca de Jesús  y  de su pluma menos.  Tampoco de su mente, que iba al unísono del corazón. Lo que descubre el corazón es lo que somos todos, y ahí no existen obstáculos ni imposiciones, sino la unidad que de fondo somos.
     
    Y por más que me repitan la historia de los vencedores, que sale de sus bocas y de sus plumas, con sus leyes  y apremios,  el corazón  sólo  me dice lo que no se ve ni puede exponer el pensamiento.
     

  • mª pilar

    Sinceramente pienso que:

    Antes de “unificar” sería mucho más saludable para la humanidad:

    Aceptar la existencia de las miles de iglesias por todo el planeta, respetarlas, siendo necesario su respeto a las personas que no tengan la necesidad de ser “llevadas” por los distintos derroteros.

    Y como siempre leyendo a Santiago, pienso que Jesús ¡jamás! quiso un grupo “especial”… Él habló para toda persona que quiso escuchar y decidir.

    Fue un caminante incansable, y fue sembrando una manera de conducirse por la vida que liberaba a los seres humanos.

    Lo que se ha hecho después con su mensaje:

    ¡¡¡Es otra “cosa” muy distinta!!!

    Tanto, que un hombre influyente de la iglesia católica y romana dijo:

    “Si hoy se presentara Jesús en el Vaticano… lo volverían a matar”

    El seguimiento es personal, el como hacerlo:

    ¡También!

    mª pilar

  • M.Luisa

    No, no,  yo no lo veo así…si la teología de Arregui es “enternecedora” no puede ser buena!…   lo que ocurre es que él,  más que tener la mirada puesta en la teología de la que tal vez a sido su fuente , ahora al hacer su  critica   lo hace con   un lenguaje poético.

    Si precisamente  lo que subyace en su artículo, para mí, es que se le intuye como que previamente  al  hablar así  de la unidad ecuménica de las religiones,   ha tenido que repensar con anterioridad la unidad de identidad que   tradicionalmente  sobre  la persona  ha venido enseñando   la teología. Tal vez yo esté equivocada pero pienso que al elaborar su articulo,  D. Arregui ha llegado por ese camino, por el secular.

  • oscar varela

    Hola!

    La “teología poética” de don Arregui es “enternecedora”;

    * y eso es bueno.

    ¿Era “franciscano”? En todo caso no ha dejado de serlo.

    Ocurre, tal vez, que de Francisquito a acá, hubo pasado mucha agua bajo el puente. Quiero decir que los “santos” de ahora tienen otro “modo”.

    El “modo” que pareciera imponerse en n/tiempo sería el de: RESISTIR EL DESCARTAR (modo indudablemente “profético”, e.d.: “zancadilla al establishment”)

    ………………………..

    La “teología poética” de don Arregui es, además, “monacal”;

    * y eso “era”, pero no “es”, del todo bueno.

    Nótese que uso el “pasado indefinido” (era), no el “pasado perfecto” (fue).

    ………………………..

    Pienso que a la multitud de “teologías” que aparecen y se siguen intentando, habrá de llegarles un momento de madurez; quiero decir de “seriedad” ante el Tribunal insoslayable e insobornable de la Vida humana.

    ………………………..

    Referido a lo de Arregui:

    No es “seriamente” provechoso seguir pensando lo que se lee en el último párrafo:

    – “. El día que unas iglesias reconozcamos a las otras como son se habrán acabado las divisiones”-

    Esto será un entre-tenimiento muy “enternecedor” pero nada “serio”.

    Quizá ¿no?

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • M.Luisa

    Después de leer este último comentario del amigo Santiago,  las cosas se nos ponen más fáciles para un buen discernimiento entre unidad y unificación.  Lo primero nos es dado por la experiencia y lo segundo nos entra de forma teorética y dogmática. Lo importante del caso es que la  primera no es reducible a la segunda y la prueba de ello la tenemos  en  el comentario tan expresivo y sincero que nos ha dejado Antonio Toston De la Calle. Seguramente habrá  conocido bien y los habrá sufrido también los derroteros  y las derivaciones de tal empeño y tendencia a la versión   unificadora y errónea de la unidad,  pero lo que fluye y puede extraerse de su comentario  es la negación a cualquier tipo de retroceso una vez vivida esta   experiencia  de  unidad.

  • Santiago

    EL HECHO de que parte de la humanidad haya decidido NO unirse en una misma fe común cristiana no quiere decir que ese haya sido precisamente el deseo de Jesús de Nazaret…Es, sin embargo, todo lo contrario..Jesús no quiso aislarse del mundo y predicar ese mensaje de amor de manera general e inespecífica, sino que ex-profeso se rodeó de discípulos que le seguían a todas partes…Por las fuentes de los testigos de la época vemos que Jesús llamó a los Doce para hacer visible ese mensaje de amor…Claramente quiso entregar ese legado a nosotros, los seres humanos, para que fuéramos los encargados de transmitirlo al resto del mundo como El mismo quiso y especificó durante su vida hasta morir en la cruz aceptando voluntariamente el sacrificio en “remisión de los pecados”

    Pero Jesús quiso y deseó ardientemente la unidad en la fe en El, y dirigiéndose a los Doce: “Yo ruego por ellos…por los que me has dado, que son tuyos….Yo voy a ti. Padre santo guárdalos por tu nombre a los que me has dado para que sean uno como Nosotros…Como a mi me has enviado al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. No ruego solamente por ellos, sino también por los que han de creer en Mí por su palabra. Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en Mí y Yo en Tí”…Yo les he dado la gloria que tu me has dado para que sean uno, como nosotros somos uno..Padre, quiero que los que tu me has dado estén también conmigo allí donde   Yo estoy, para que contemplen mi gloria, la que tu me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo……..Yo te he conocido y éstos conocieron que Tú me has enviado. Yo les he revelado tu nombre y lo revelaré, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos” (Juan 17, 6-26)

    No se puede expresar mejor el deseo de UNIDAD visible que Jesús deseaba Jesús por el amor que nos tenía…El corazón de Cristo sabía que solo en ésta unidad tangible se podía manifestar el verdadero amor de Dios por los seres humanos…y que solo en la unidad de la fe se podría preservar mejor su mensaje de salvación que se refería a El que era el Amor mismo…Por eso, desde el principio nos llamó para que siguiéramos en pos de El…A Simón, no solo le cambió el nombre a Kefá, significando su papel primario en su Iglesia, sino que siempre lo distinguió como la base fundamental de la fe en el amor…y le pidió, al final, por 3 veces que “apacentara sus ovejas”…Por eso, Pedro es el vínculo de la unidad en la FE…que junto con el resto apostólico constituyen el legado que nos transmitió  Cristo a nosotros…

    Los primeros cristianos entendieron perfectamente este mandamiento de Jesús, capaz de mantener la fidelidad de su Iglesia en el amor…Por eso, los primeros fieles, a oír a Pedro y “acogiendo su palabra, fueron bautizados….Y perseveraban asiduamente en la doctrina de los Apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones…y se obraban muchos prodigios y señales por medio de los apóstoles en Jerusalén…y todos los que habían abrazado la fe vivían unidos…Y día a día, asiduos en asistir unánimamente al templo, partiendo el pan en sus casas, tomaban el sustento con regocijo y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor en todo el pueblo” (Hechos de los Apóstoles 2, 41-47)

    Esta unidad  visible en comunidad fue la característica esencial de la Iglesia primitiva…que provenía directamente del amor de Jesús y su deseo mas profundo…De ahí, que en esa “fracción del pan” como signo sacramental, se expresaba de manera real esa misma caridad de Cristo que invadió a todos los que abrazaron la fe en Jesús ya que El se mantenía vivo en su Iglesia, como hoy, en la unidad del amor, amor renovado cuando se “partía el pan” que era y es el sustento espiritual de los fieles que es…lo que impulsa y refuerza ese mismo amor…En vez de ser un obstáculo para la unidad en el amor, y a pesar de los graves ataques y múltiples tribulaciones de la Iglesia de Jesús a través de los siglos,  el mandato de Jesús sigue en pie, de continuación del mensaje en el Primado de Pedro y de los sucesores de la línea apostólica, por y en la promesa de Cristo, que ha de durar hasta el final de los tiempos…Es una promesa que se ha de cumplir…pues proviene del mismo Jesús de Nazaret…que deseó ardientemente esa la verdadera fe en la unidad…

    Un saludo cordial   Santiago Hernández

  • ELOY

    He aquí unos  párrafos destacables, a mi entender, para la reflexión:

    << (…) el papa Francisco pidió perdón porque “nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente”. Eso es. Nos une, sí, la misma fe, pero la profesamos –vivimos– en distintos lenguajes. Todos los dogmas e interpretaciones, no son sino eso: fórmulas y expresiones lingüísticas. La fe es otra cosa.

    Y los lenguajes o las teologías no nos dividen sino cuando olvidamos que son constructos humanos, y cuando creemos que el nuestro es el único o el mejor, cuando nos negamos a entender o a aprender o al menos a respetar el lenguaje del otro. No nos dividen las diferencias, por grandes que sean, sino los temores y los prejuicios, por pequeños que sean. Las diferencias solo nos confunden y dividen cuando nos empeñamos en construir una gran torre de poder para conquistar el cielo: Babel  (…) >>

  • Antonio Toston De la Calle

    ¡¡¡Que magnífico escrito José Arregi. Y esa definición tan…..inefable, eso,de orar, no encuentro palabras para decirlo como él lo dice, porque uno siente que ha tocado algo ahí dentro….Muchas gracias.Tomo nota y cuando surja la ocasión si puedo repetirla lo haré, pero sin atribuirmela.

  • M.Luisa

    OK,OK….
    Que insista… que insista… que insista cuanto quiera…a ver si un día no muy lejano Munilla le hace caso!

  • oscar varela

    Hola!

    ¡Ok!

    Como L. Boff: “Homo insistentis”.

    ¿Seguiremos todavía? – Óscar.

  • Inmaculada Sans Tache

    Muy de acuerdo con cuanto dice Arregui. La unidad no puede conseguirse si, en el fondo creemos que nuestra verdad es la verdad. Y no puede conseguirse si no está fundamentada en lo más profundo del mensaje de Jesús: La liberación, el amor, la confianza y la paz. Liberación que consiste en abandonar las ataduras fundamentalistas y dogmáticas que se mantienen bajo amenazas de condenas de todo tipo y que en nada afectan a dicho mensaje. Amor como piedra angular de la manifestación más humana y valiosa para conseguir un mundo nuevo. Confianza en el misterio inefable, pero experimentado en lo más profundo de nosotros como serenidad y seguridad de ser queridos y ” salvados”, que llamamos Dios. Paz que sigue a todas estas actitudes y que nace cuando se descubre que nuestras acciones ya no están motivadas por un cumplimiento de normas impuestas  a personas que, como niños, deben cumplir so penas y castigos enormes.