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Inclinar la balanza… ciencia y fe, y 14

Juanel b

Curso-Taller de Atrio
A partir del libro inédito

INCLINAR LA BALANZA… UN CIENTÍFICO ANTE DIOS

de JORGE FELIP FERNÁNDEZ (Ver Perfil)
Destilados de OSCAR VARELA (Ver Perfil)

Capítulo Décimo cuarto (Epílogo): UNA ALTERNATIVA METAFÍSICA

Las diversas metafísicas propuestas en el pasado para sostener la fe cristiana se han visto refutadas por la Ciencia. Una nueva metafísica debería comenzar con un planteo de base completamente distinto, que se ajuste a los conocimientos de la Ciencia.

Fui elaborando una que me es útil para encajar las cosas en un sistema de comprensión.

Opinión o creencia que apela a opciones sucesivas entre alternativas posibles.

Solo exige la coherencia interna del sistema.

 

Propuesta metafísica.

 

  1.    El Misterio está ahí, lo envuelve todo tras las preguntas sin respuestas, tras el asombro de lo que vemos y la conciencia de que estamos aquí. Sólo hay en él silencio profundo, expectante.
  2.   Soy consciente de que hay Realidad “algo” que existe realmente que lo incluye todo, envuelto en el Misterio por lo que nada podemos decir. Sin embargo, podría pensar que al incluirlo todo podría calificarla como Realidad Omnicomprensiva. (RO). Esta podría suponerse que tendrá “al menos” el contenido de conceptos contrarios tales como el Todo y la Nada, Mal-Bien, Belleza-Fealdad, Uno-Múltiple, Verdad-Mentira…. y todos los grados e intensidades que median entre un polo y otro. Algo muy contradictorio que la hacen aún más incomprensible.
  3.   También la RO incluirá lo Absoluto y lo Relativo. A lo Relativo lo identifico con nuestro mundo temporal, finito…. es decir, con la Realidad Física (RF), mientras que lo Absoluto será lo eterno, infinito….. por simple contraste.
  4.   No tomo la alternativa que la RF sea absoluta por sus consecuencias, aunque tomarla como absoluta sea tan válido como la mía. La historia tendría un sentido muy negativo pues se cierra en muerte, extinción y destrucción de todo lo importante. Al tomarla como absoluta sólo nos queda el efímero presente al separar sólo un momento del flujo de la vida. No me es suficiente. El límite que hace de la RF relativa depende de su estructura y no de las limitaciones humanas. Si lo quitamos se confunde con lo Absoluto.
  5.   Deduzco de la Ciencia la opinión de que la RF consiste en materia-energía localizada en un campo cuántico con fluctuaciones, que al acumularse por inflación podría originarse en él explosiones persistentes en el tiempo tal como nuestro Universo, cuyo final será la dispersión de la energía en el campo que lo originó. Esta energía es física y no espiritual, divina o metafísica.
  6.   La energía física primordial podría pensarse eterna, infinita….. absoluta, puesto que lo relativo se salva en cada una de las explosiones productoras de universos que tienen tiempo, espacio…. Pero aunque esta energía se conserve a sí misma es “casi” simétrica, por lo que no tiene estructuras y por tanto nada de cuanto contiene nuestro Universo podrá conservarse o permanecer. Si la Realidad Absoluta solo tiene esta energía nuestro final es la muerte y la destrucción de todo lo importante.
  7.   Para permanecer es necesario que “algo” sea capaz de conservarlo todo. Ese “algo” para mí corresponde a Dios- Absoluto, contenido esencial de la Realidad Absoluta. El origen de la energía primordial es irrelevante pues no podemos saberlo, si fue creada de la nada o bien pertenece desde siempre a la Realidad Absoluta.
  8.   Sobre la RF es hoy imposible postular que sea un simple constructo humano pues existía miles de millones de años antes que el hombre. Si postulamos una Realidad Absoluta por razones de nuestra permanencia, entonces nos encontramos con dos planos de la Realidad que no pueden mezclarse por contradictorios entre sí, pero que forman parte de la RO con lo cual ahonda su misterio haciéndola aún más incomprensible.
  9.   Dios para mí tiene la clave de acceso de lo relativo, de la RF, a la Realidad Absoluta porque está a caballo entre ambas realidades. Dios es a la vez Absoluto y Plenitud Humana, y por ello puede asegurar para nosotros la permanencia en lo Eterno. Lo absoluto corresponde a la trascendencia de Dios y la Plenitud Humana a su inmanencia.
  10.  La RF funciona de modo autónomo, ello significa que las posibilidades o alternativas para el suceso siguiente surgen de las condiciones previas que siguen las leyes naturales y el azar, incluidos los hechos extraordinarios por su improbabilidad. Hechos de probabilidad nula no se dan y por ello el mundo tiene orden.
  11.  Propongo una Causa Fundamental Externa (CFE) que elige una de las alternativas dadas autónomamente por el sistema de la RF, dando lugar al suceso siguiente. Proponer una causa que ejecute el proceso lo encuentro necesario dado que el conjunto de variables que el método científico puede comprender está necesariamente limitado. No puede probarse que la causa ejecutora sea propia del sistema o externa a él. Yo elijo que sea externa.
  12.  La CFE es fundamental porque si dejase de actuar el mundo se detendría sin suceso siguiente. Es además la responsable, al elegir entre las alternativas dadas por el sistema como eliminación o filtro de todas menos una, de la fijación del curso de la historia natural y humana. Yo relaciono esta CFE con Dios-Absoluto y por ello tiene sentido decir que todo cuanto hay y ocurre depende de Dios.
  13.  El mal se origina en el proceso de evolución de la vida en particular la vida heterótrofa, por depredación, parasitismo,…. El mal “natural” que el hombre padece, sufrimiento, enfermedad y muerte, es consecuencia de su condición de ser vivo. El mal ético proviene de la adquisición de consciencia y del control de su comportamiento que deriva de ella, dotando al hombre de un poder de decisión y libertad muy superior cuantitativamente hablando al resto de animales. Es el propio sistema el que propone estas alternativas que incluyen el mal, y Dios dijo “sea” permitiendo que la vida no se extinguiese sino al contrario que se diversificase.
  14.  Al llevar la ética a su límite máximo se encuentra con la religión. Es tradición en esta tomar por un lado el Bien, con Dios o los dioses a los que algunos tratan de poner a su favor para protegerse; del otro lado el Mal, Satanás y los demonios a los que intentan alejar de sí. Es una creencia casi infantil y maniquea alejada de mi modo de entenderla. El sentido ético junto con el de dependencia y de trascendencia fue lo que originó el sentido religioso del hombre en su lejana prehistoria.
  15.  Creo que fue el clamor humano en rebeldía contra su condición, lo que causó en la historia la respuesta de Dios que traspasa todas sus expectativas. Dios se implica profundamente con el hombre tanto que toma para sí la condición humana. Llama al hombre a que aprenda a ser como él, hacia la Plenitud Humana, abriendo todo el futuro en lo Eterno, para que la historia no acabe en destrucción y muerte sino con el triunfo del bien, la permanencia de todo lo importante y la vida.
  16.  La Plenitud Humana es la “obra” de Dios su creación perfecta tal como corresponde a su divinidad. Con el hombre y para el hombre, todo cuanto ha llegado a existir y alcance a la conciencia y memoria del colectivo humano sin exclusiones, permanecerá en lo Eterno para siempre.
  17.  La idea de Dios como creador, constructor o ejecutor directo del mundo, que hace de Dios un ser malvado por permitir tanto mal, es una interpretación del primer capítulo del Génesis bíblico, pero caben en él otras alternativas, pues ¿cuál es la razón para suponer que sea este el único capítulo en la Biblia que trate del Cosmos y su origen y no como todo el resto que trata del hombre? Este capítulo puede interpretarse como la aparición de la consciencia y la luz de la razón humana, al descubrirse a sí mismo y al mundo de su entorno.
  18.  Dios escogió la Plenitud Humana para hacerse realidad en lo Relativo, inmanente, para llevar todo cuanto existe por medio de ella a lo Eterno. Es por tanto la Plenitud el objetivo último del hombre y lo que da sentido a la historia individual y colectiva. Y de ella deriva la dignidad del hombre, el bien, la justicia, el amor…..
  19.  El contenido de la Plenitud Humana es justo el contenido de la revelación de Dios. Por ello el contenido de Dios puede pensarse antropomórficamente, lleno de cualidades o atributos humanos llevados a su grado máximo de plenitud. Pero según mi fe, la concreción de esas cualidades y su alcance en Dios y en el hombre se encuentran en Jesús de Nazaret, quien retuvo desde siempre y para siempre su condición de Plenitud Humana.
  20.  Yo creo en el triunfo final del bien, es decir, que todo mal, sufrimiento, enfermedad y muerte serán algún día vencidos para siempre, dentro de la historia humana cuando esta alcance su Plenitud. Llegará un mundo nuevo en nuestra historia, el de la última generación humana, por la profunda implicación de Dios en la causa del hombre. Y este término de la historia nos afectará a todos los seres que compartimos lo humano sin exclusiones, por la obra creadora de Dios para que sea Todo en todo y permanezca desde siempre y para siempre en lo Eterno.

 

CONCLUSIÓN

 

Esta propuesta apela a las creencias y en consecuencia se presenta como una propuesta metafísica junto con una teodicea al hablar en ella sobre Dios, que en mi opinión tiene suficiente coherencia interna que le dan validez entre otras posibles. Pero pienso que tiene la ventaja de que hace posible una fe religiosa sin enfrentarse a los conocimientos de la Ciencia sino que los usa como parte importante de ella, ya sean de Ciencia Física o Cosmológica, incorporando la  “Teoría de la Evolución” de la Geología y Biología al contrario de lo que hace el “Creacionismo” o la “Teoría del Diseño Inteligente”. En definitiva, estamos por nuestra conciencia y razón ante de dos alternativas de elección válidas como objetivo último del hombre: por un lado muerte y destrucción de todo lo importante y de otro vida y permanencia para siempre en lo eterno. Tú eliges, todos de una forma u otra elegimos, al menos en las ocasiones en las que nos preguntamos por el hombre y sus objetivos finales. Es más yo no encuentro la posibilidad de no elegir pues vivimos implícita o explícitamente en una de las dos alternativas, y ninguna de las dos puede ser eliminada.

Y las razones para la elección no es cuál de las dos es la VERDADERA pues esto nadie lo sabe, sino cuál de ellas prefieres, te conviene o te parece mejor, por la que puedes apostar con tu vida porque te merece la pena.

………………………………….

(Fin del Capítulo Décimo cuarto)

36 comentarios

  • M.Luisa

    En la laxitud del verano  me he permitido apurar un poco más la  reflexión de estos hilos temáticos que  quedaron algo sueltos y pendientes de tratamiento.

    Ahí va el asunto pero  sin compromiso alguno de respuesta, sobre todo pensando en Jorge que estos día  deberá dedicarlos a su nieto y a los cuidados de su esposa.
    ————–
    Si la Realidad Omnicomprensiva es incomprensible, qué función, entonces, dentro  de esta RO que lo comprende todo, ejerce la inteligencia? Porque supongo que si tal concepto de  Realidad comprende todo también incluirá esta nota específica humana que es   la inteligencia?

    Si por el contrario no la  incluyera como elemento integrante también de ese todo, entonces nos hallaríamos, con relación al conocimiento, todavía en la misma situación metafísica anterior en la que, para la inteligencia, la realidad queda reduciblemente objetivada,  es decir, a mera mensura extrínseca.

    Pero si por el contrario, la inteligencia está formando parte de esta realidad que lo comprende todo, su función primaria no será entonces la de idear ni la de mentar objetos ¿Por qué? Porque sería absurdo que en aquello en donde precisamente  ya se está de un modo relacional con todas las cosas, sería absurdo, repito, no considerar este modo primario, físico y sensible común a todas ellas, a todas las cosas del entorno,  al cual  ese modo primario a la inteligencia   se le presenta en forma de impresión. El respecto primario y radical de las cosas a la inteligencia no es un respecto a los conceptos que se tengan de ellas, sino un respecto a ese “estar” entre cosas reales, ofreciendo a la inteligencia el “más” de ellas mismas. Aquí se toca de raíz la diferencia entre el ser de la existencia y el más de la realidad.

    La apuesta por la Realidad Omnicomprensiva, a mi modo de ver como ya expresé en anteriores comentarios, la concibo no como un contenedor de cosas separadas  unas de otras al estilo aristotélico, cuya relación entre ellas en ese Todo fuera de carácter causal, sino que esta apuesta por la RO  la concibo como que lo primero no son las cosas que nuestro  yo pone,  sino el campo de realidad que las envuelve y entonces se ve que la relación entre ellas no es de tipo causal y extrínseco sino sistémico y funcional, una funcionalidad constitutiva del propio campo.

  • Asun Poudereux

    Hola Jorge:

    Intenta de nuevo copiando y pegando los escritos en el Word en el bloc de notas y después desde ahí haz lo mismo directamente a Atrio. En su momento tuve ese mismo problema y gracias a Antonio se resolvió.

    A ver si hay suerte…

  • Jorge

    Por más que he intentado pinchar en Atrio repuestas a los comentarios de MªLuisa, pues no han salido. Hablo en ellos sobre la relación entre Realidad Omnicomprensiva y el Misterio, y también sobre la falacia del ser como realidad primaria, sin una metafísica que lo sostenga. No me extiendo pues creo que esto tampoco va a salir.
    Gracias por vuestro interés

  • M.Luisa

    Hola, querida Asun, veo que no hay mucho movimiento esta mañana, por lo que  entro sólo para agradecerte tu comentario. Me satisface coincidir contigo en estos aspectos fundamentales,  pero también al mismo tiempo quisiera decirle a Jorge que no por esto  dejamos de valorar con gran estima su Obra, al contrario, pienso que ha despertado mucho interés   y que a todos a pesar de  nuestras pequeñas disensiones particulares nos ha enriquecido mucho.

    Otro abrazo, pues,  entrañable para ti y cómo no también  para Pili! La inspiradora de este vocablo tan cariñoso! Y para Mar Medina que me ha hecho mucha ilusión volverla a encontrar aquí y a Jorge y a todos que paséis un feliz fin de semana –si podemos con todo lo que está ocurriendo!!

  • Asun Poudereux

     
    Mi querida  M.Luisa:
     
    Ante todo, quiero dejar claro que , en absoluto, es intromisión. Al contrario, lo esperaba, si soy sincera.
     
    Por mi parte escribí mi réplica al instante de leer a Jorge, al disentir precisamente en lo que tú disientes, pero algo me hizo dejarlo reposar.  Sabía, de algún modo, que una intervención por tu parte, vendría tarde o temprano y lo aclararía mucho mejor o al menos complementaría desde la percepción y lenguaje característicos tuyos,  que como ves , yo también comparto y me alegro mucho por ello.
     
    Un abrazo entrañable, como suele decir nuestra querida Pili.  
     

  • M.Luisa

    Mi  reflexión motivada por estos últimos comentarios es la siguiente. Espero que no se tome como una intromisión.

    No he tenido nunca problemas en interpretar, creo, adecuadamente a Asun  en sus expresiones más asiduas tales como aquellas que hacen referencia al ser en  su unidad. Pienso que en ello no yerro  porque  se acerca considerablemente a la tesis por mí defendida según la cual  la Realidad es anterior al ser. El “somos” de la expresión  “Lo que somos en realidad” no le falta a mi modo de ver ninguna base axiomática y menos que requiera de una fe porque entonces con estas dos condiciones primarias estaríamos de nuevo  remitiéndonos  a los planteamiento del pasado, por un lado al racionalismo y por el otro a una creencia.

    El ser no surge de una afirmación lógica ni de una verdad axiomática sino de una actualización en nuestra conciencia de la realidad que somos.  ¿Cómo se va a decir que lo primero es creer en un Dios o en una Realidad o en lo que sea, para poder decir desde  ella lo que somos? Sería  absurdo que teniendo-poseyendo ya realidad, disponiendo de ella, se dejara de lado y se echara mano sólo de un acto de conciencia teórico cuando el   hecho primario y básico del cual como humanos debemos   partir  para llegar a ser plenos es  de esta  realidad  que nos constituye en unidad y que se nos impone en lo más íntimo de  ella. Es la fuerza de esta unidad la que nos hace ser. La  afirmación   que en nuestro devenir llegamos a hacer  de nosotros mismos no depende de ninguna deducción sacada de una creencia para poder decir desde ella lo que somos, pues  sería una afirmación endeble sostenida por lo ideal no por lo real. Precisamente si se quiere evitar  hablar de Dios, de una Realidad, de una Realidad Omnicomprensiva, de una Totalidad, es menester, se hace     necesario partir de la realidad de la cual se es, como hecho primario y constatable. todo lo demás serán especulaciones.

  • Jorge

    Hola Oscar
    El tema del azar no lo abordo en mi libro como sabes. Lo que te puedo decir es que para el pensamiento cientista que he adoptado, el azar juega un papel crucial en la Teoría de la Evolución de los seres vivos, pues no es un proceso ni determinista ni finalista sino sujeto a probabilidad aleatoria. Hay eventos en la evolución que se dieron con escasa probabilidad muy por debajo del 50% del azar, sucesos no imposibles pero si extraordinarios. Si esto es así en cuanto a la vida de los seres vivos y su historia, no veo razón alguna para considerarlo de forma distinta en la vida humana.
     
    Si mi fe la he puesto en el triunfo del bien y en la Plenitud Humana al culminar nuestra historia, no es en el sentido de añadirle determinismo y finalidad, ni excluye el azar ni la probabilidad aleatoria de nuestro futuro inmediato o lejano, sino más bien puede funcionar como horizonte de nuestras vidas. No existe un camino concreto y determinado que tengamos necesariamente que recorrer, sino que más bien como decía el poeta hacemos camino al andar.  Y los caminos son tan diversos como somos las personas, unos abruptos o llanos, otros sinuosos o rectos, cortos o largos,…., la sorpresa y el azar siempre presentes. No podemos tenerlo todo controlado, y las rutinas se rompen por hechos aleatorios que destrozan nuestras proyecciones de futuro. La vida humana es apasionante precisamente porque el futuro esta abierto, incierto, cambiante,…, vida que vamos haciendo según nuestras condiciones, capacidades, circunstancias,…
     
    Mi fe en la Plenitud no contradice lo anterior, porque no es una única Plenitud uniformada en un sólo modo de constituirse o formarse, sino tan múltiple y diversa como somos las personas. La Plenitud está llena de plenitudes humanas, la sumatoria de todas ellas. En la Plenitud existe una convergencia de toda esa enorme diversidad por estar intercomunicada, interrelacionada por el amor que se extiende y se comparte entre todos.
     
     
    Y la Plenitud pienso que no podría formarse sin Cristo y la acción de sus íntimos colaboradores a lo largo de la historia, los primeros en alcanzarla que sirven de guía y orientación al resto. Pero esa guía no es determinista tiene que contar con el azar, con las decisiones que van tomando las personas, con el camino que van trazando en sus vidas,… Pero como pienso que la acción de los humanos de la Plenitud, se realiza desde el futuro al pasado, ellos “saben” los sucesos de nuestras vidas y los caminos que recorreremos. Y creo que pueden ayudarnos en ello, no a modificarlos sino a acompañarnos en el camino que vamos trazando, sea simple o complejo hacia la Plenitud.

  • oscar varela

    Hola Jorge!

    Llegando a estos finales del Curso-Taller te preguntaríasobre un Asunto, que no sé si lo has considerado en algún item aparte:

    Se trata del AZAR.

    ¿Qué papel juega en la “elección” de la vida de la gente?

    Gracias! ¡Sigamos todavía! – Óscar.

  • Jorge

    A ver si me explico mejor Asun, en dónde veo yo mi coincidencia contigo. Nunca hablo del ser, de que somos una cosa u otra, porque este lenguaje ontológico le falta una base axiomática y argumental lógica, pues su evidencia requiere de una fe. Hay primero que creer en un Dios o en una Realidad o en lo que sea, para poder decir desde ella lo que somos. Si mi fe la formulo como el triunfo final del bien y la Plenitud del Amor, que es para mí lo último y definitivo humano, puedo deducir entonces que somos seres no sólo con capacidad para amar, sino que nuestra realidad de aquí y ahora debe dejar que el amor fluya, pues es eso lo que en definitiva somos y seremos. De esta forma me evito hablar de Dios, de una Realidad, de una Realidad Omnicomprensiva, de una Totalidad, del Uno, de un Nirvana, de un Tao, de…., y hablo solamente del bien humano y del amor humano. Somos unidades discretas, individuos concretos en los que el amor fluye, que nos une, complementa y completa, en la plenitud del amor. Si esta fe se afianza, se puede convertir en evidencia de verdad, lo cual nos permite re-nacer de ella, tal como tú tan bien has expresado. 

  • M.Luisa

    Antes que nada,  Jorge, agradecerte  el  esfuerzo y el interés que pones con la finalidad, pienso,  para ver si con ello encontramos algún punto de encuentro.

    Me dices, “No sabemos nada del Misterio Incognoscible, sólo una cosa, que está ahí” !pues no es poco esto amigo!…recuerda que  pocas veces hablo de saber, el saber  es un modo entre otros de intelección, quizá el más excelso  dentro de la generalidad de intelecciones que abarca el conocimiento humano.  Ahora bien, todo lo que puede llegar a  ser sabido  antes necesariamente  tendrá, respecto al conocimiento humano, que haber sido sentido en aprehensión sensible, es decir,  habrá de ser sentido intelectivamente, no hay otro camino.

    Por otro lado,   si la  Realidad Omnicomprensiva   lo comprende todo, lo contiene todo en ella,  mi pregunta, entonces sería ¿También comprende este Misterio Incognoscible? Si es así, si me respondes que sí,   entonces aunque incognoscible sería este MI aquella parte de este Todo de la RO a la cual, en efecto, por  lo que explicas desde la ciencia, es decir, al referirte a esta singularidad que presenta comportamientos inesperados, sería esta la razón por la cual    no se le podría acceder  intelectivamente. Y, en caso contrario, es decir, que me dijeses que el MI no estuviera comprendido en la RO  entonces este misterio incognoscible sería otra cosa fuera de las cosas contenidas en la RO. Con lo cual, a pesar de  los conceptos de probabilidad, de incompletitud, etc.,  a caballo entre el  siglo XIX y a lo largo del  XX  se estaría todavía en el  aquí y el allí del dualismo clásico, pareciéndose más     a una ultráfísica que a una metafísica.

    Pero volvamos a la otra versión, aquella de la cual puede interpretarse   el MI  como aquella parte inaccesible intelectivamente pero que por “estar” contenida en la RO puede decirse de ella que “está ahí”.  Con lo cual, entonces, sí que tendrías que convenir conmigo que este contenido de cosas que  integra la RO son las cosas reales que sentimos fenoménicamente y también las que la ciencia estudia de forma objetiva sin penetrar en el fundamento  (MI o Realidan en sí)  del cual proceden. Pero entonces por este recorrido mismo intramundano en donde opera la inteligencia  el Misterio que es donde depositamos la fe, como te decía tiempo atrás no está al principio sino al final cuando aquella  agota su capacidad, su dar de sí.

    Déjame, para finalizar, que tras este intento de acercarme a la comprensión de tu enfoque te presente a grandes rasgos el mío. Yo parto del concepto de Realidad, como ya se sabe concepto proveniente de la filosofía zubiriana. Realidad a secas, ni omnicomprensiva ni incognoscible,  sólo sabemos de ella por nuestra inteligencia que  en sí misma es  obertura, realidad abierta a la inteligencia por esto antes de que ésta haga de ella afirmación alguna la inteligencia misma constituye un elemento  dentro de ella.

    Por esto frente a tu concepto de Realidad Omnicomprensiva,  en un plano primario como viéndola  conteniendo la totalidad de cosas, en mi conceptuación, en cambio, son las cosas las que están moviéndose dentro de ella (por ser las cosas precisamente  ellas mismas  espaciales y temporales)  La realidad se encuentra en las cosas, las cosas reales, pero no es una cosa real sino aquello que hace que una cosa, todas las cosas sean reales. Esto implica analizar las cosas viendo en ellas dos momentos. Uno lo que las cosas son y dos aquello  gracias a lo cual son. O sea, aquello que funcionalmente hace que las cosas sean. Lo que las cosas son, el contenido que tienen, lo que las define, un conjunto de notas, unas características, un conjunto de propiedades, etc., que les da sustantividad, sistematización, autonomía, como se quiera llamar. De este momento Zubiri lo llama talitativo, las cosas tienen tales notas, notas determinadas. Una expresión muy común cuando decimos, por ejemplo, tal cual es. En cambio aquello gracias a lo cual las cosas son lo que son es una dimensión ya no de contenido, ya no de notas, sino un momento formal de las cosas. Tienen un elemento de formalidad que ya no es una característica material, y este momento formal de las cosas que no es talitativo  es la Realidad.

    ¿Puede haber, en lo que llevo diciendo  algún acercamiento? no sé, tal vez!

  • Asun Poudereux

     
    Hola, Jorge:
     
    Seguimos poniendo separaciones una y otra vez, pueden ser los circuitos neuronales por los que transitamos cotidianamente.
     
    Las separaciones y dualidades no se cansan de proliferar en crear compartimentos estancos, en donde,  si es esto,  no es lo otro,  y,  si es aquello,  no es esto.  El reajuste mental de nunca acabar.
     
    En el Amor cabe todo, no se hacen jerarquías en estratos separables: como la religión nos ha inoculado, con intención,  o no,  de confundir, de desechar todo lo que de antemano no se nos muestra como divino. Pero insisto, en el Amor, no existen las diferencias. Se puede concretar en dos personas que se aman profundamente por la situación de una vida en convivencia , de la que por cierto se aprende  mucho  del amor con mayúscula y también en lo profundo y amplio de lo expresado en esto: “ama y haz lo que quieras” y en el dejar fluir el amor que se es, tanto humano como divino en su hondura, porque si es amor que emana de la Fuente todo lo abraza y sostiene,  no valen  las dualidades y etiquetas, para lo que nos ocupa, aunque echemos mano de ello, sirviéndonos de la mente pensante y separatista en el análisis.
     
    Veo que esto que “reconocerse en su verdad y renacer en y desde ella”, en el contexto utilizado, llama a diferentes interpretaciones.
     
    – Tenemos por una parte la de refuerzo al “vamos todavía” cotidiano de ir  viviendo la vida que nos toca vivir de nuestro  amigo Oscar.
     
     -Y por otra parte, observo la tuya, dices interpretar, “la verdad del amor o del amor verdadero”.
     
    Pues bien, me estaba refiriendo  a la verdad de lo que realmente se es.  Al no ser teoría sino práctica, creer conocerlo no basta, pues sería un ego que se lo pisa, como tú mismo apuntas, llamándole ego superlativo.  Sin embargo,  en el conocerse en su verdad, está  implícito la  humildad y la gratitud a todo lo que es,  lo que la religión llama Dios,  también la liberación de lo inoculado, heredado y adquirido como “realidad y verdad”. Y este hacer pie en nuestra verdad, mueve a serlo en coherencia,  renaciendo en y desde esa verdad cada día (el nacer de nuevo de Jesús),   en interrelación constante con el acontecer de la vida y con todas las personas con las que  convivimos,  coincidimos y nos cruzamos en el vivir y caminar.
     

  • Jorge

    Hola Asun, si ayer intuía una cercanía hoy coincidimos plenamente. En lo que dices no solo hay una clara sintonía en la argumentación lógica o de razón, sino que enciende el corazón. Dices: “es ante todo un ser humano capaz de reconocerse en otro ser humano, compadeciéndose, y removiéndosele las entrañas, se olvida de sí mismo, de su viaje e intereses personales, y actúa sin demora,…, el que no establece de antemano separaciones, y está al punto para actuar sin hacer cálculo previo de intereses personales de ningún tipo. No es fusión, es dejar que el amor, que se es de fondo, fluya a través nuestro, sin que haya un ego que se ponga medallas”. Pero aquí incluso podría hacer la pregunta ¿hay amor en el buen samaritano o más bien calidad humana? El amor hace referencia a una relación profunda entre personas y aquí en esta escena sus protagonistas son dos desconocidos. La escena habla de la excelencia humana que sabe olvidarse de su ego y meterse en la piel del otro, que sufre y necesita ayuda. Pero ambos vemos en la escena un fondo de amor humano que fluye en el buen samaritano conmovido.
     
     
    Es que tu comentario no tiene desperdicio. Dices: “sin las obras y los hechos, todo esto, lo etiquetemos de religioso o no, se puede reducir a una moda de corte “espiritual” a la que se puede agarrar el ego compulsivo, sediento de prolongarse en el tiempo, lo más agradable posible,  zafándose una y otra vez de reconocerse en su verdad y re-nacer en y desde ella…. cuando y donde hay Amor… lo que mueve a actuar y amar, a sentir y vivir en interrelación múltiple y constante, a sorprenderse por todo, a alinearse con la vida”. No podría decirlo mejor, (aunque en este caso pase por alto eso de “reconocerse en su verdad y renacer en y desde ella”, pues me lleva a cierta crítica, que en este momento no quiero hacer porque lo entiendo en su contexto, la verdad del amor o del amor verdadero). Es que si lo que se pretende es salvarse o peor aún que lo salven, para escapar de la finitud y de la muerte en unas condiciones paradisíacas inmejorables de felicidad sin fin; o bien, sentirse espiritualmente unido a una Realidad más profunda sin barreras, algo así como el Nirvana, al que se llega solo por la capacidad individual para conectar con ella por iluminación mística, pues lo que hay en el fondo es un ego superlativo, y nada, nada en absoluto de amor, sino más bien todo lo contrario.

  • oscar varela

    Hola!

    Leo (interpreto) de Asun P.:

    – “sin las obras y los hechos (praxis),

    todo esto se puede reducir a una moda “espiritual”,

    a la que uno se puede agarrar,

    sediento de prolongarse en el tiempo,

    zafándose de re-conocerse y re-nacer en y desde ella”-

    (en la cotidiana “materialidad” de andar viviendo la vida que  a mí me toca vivir)

    ¡Vamos todavía! – Óscar.

  • Asun Poudereux

     
    Hola, Jorge:
     
    En ningún caso recurro a un apoyo para el yo particular, sino a un abrirse uno/a mismo/a  más allá o acá que le hace vivir realmente en conexión con  la  verdad  de quien es.
     
    Yéndonos a la parábola del buen samaritano, al que la Ley excluye en la persona que es, porque no se circunscribe a lo establecido como bueno y ejemplar por la Ley.  Por una parte,  no siendo nada ni nadie, en especial,  ante esta realidad montada de intermediación divina,  es ante todo un ser humano capaz de reconocerse en otro ser humano,  compadeciéndose, y removiéndosele  las entrañas, se olvida de sí mismo, de su viaje e intereses personales,  y actúa sin demora, ,  le socorre y ayuda como si fuera él mismo. Por otra parte es capaz de confiar en el otro, al verse reflejado en él y no repara en darse de lleno. No moviéndole ninguna recompensa social ni divina.
     
    A esto es a lo que apunta el yo universal,  el que no establece de antemano separaciones, y está al punto para actuar sin hacer cálculo previo de intereses personales de ningún tipo. No es fusión, es dejar que el amor, que se es de fondo,  fluya a través nuestro,  sin que haya un ego que se ponga medallas. Por supuesto, hay ahí un proceso evolutivo de consciencia,  y más en concreto,  en consciencia  transpersonal.
     
    A esta consciencia transpersonal se llega a través de vivir nuestra verdad: ¿Quién soy?, lo cual descubrimos por diversas vías: el conocimiento, el amor-veneración  a lo que llamamos Dios y la entrega a los demás sin exclusión.
     
    Tengo la impresión de que insistes en mantener tus sospechas, en etiquetar lo que expreso, basándote  ya en tus experiencias, ya en tu  saber científico, pero por mi parte, también intento hacer ver que, sin las obras y los hechos, todo esto,  lo etiquetemos de religioso o no, se puede reducir a una moda de corte “espiritual”  a la que se puede agarrar el ego compulsivo,  sediento  de prolongarse en el tiempo,  lo más agradable posible,  zafándose una y otra vez  de reconocerse en su verdad y re-nacer en y desde  ella.
     
    A mi manera de conocer,  cuando y donde hay Amor,  ya no importa la raza, el sexo, el cargo, la edad…pues no se delimitan fronteras ni  los egos se parapetan, ni siquiera los hay. Cuando se es  Amor, no sé lo que pasa en el cerebro,  sí lo que mueve a actuar y amar, a sentir y vivir en interrelación múltiple y constante, a sorprenderse por todo, a alinearse con la vida, a ser coherente…
     

  • Jorge

    Hola Asun, me parece que estamos muy cerca uno del otro. Es verdad que el personaje que representamos o con el que nos presentamos en el teatro de la vida tiene escasa entidad. La persona que hay detrás del personaje, el actor o la actriz, poca cosa tienen que ver con él o ella, y para verle o hablarle tiene que estar fuera de la escena. Hay que esperar a que se quite la máscara, aunque “persona” tenga el significado etimológico de “mascara”. Y es verdad que muchos no se atreven a quitarse la máscara, pues se identifican con eso que tienen, sus bienes, sus títulos, su trabajo laboral, su posición social, etc… Cuando lo hacen se sienten intranquilos, como avergonzados de estar desnudos, sin apoyos.
     
    Desde tu perspectiva ontológica del ser, encuentras el apoyo para el yo particular en el yo universal pues puede quedarse en él y no reparar en lo que realmente se es, como el yo soy universal que lo abarca todo. Yo no busco apoyos para el yo particular pues para mí tiene un origen natural biológico producido por el proceso evolutivo. Ahora bien si me sitúo en una perspectiva última, mi yo particular junto al de todos los demás formamos parte de la comunidad humana en Plenitud, todos formamos parte de ella y al ser lo definitivo en realidad lo que somos desde siempre y para siempre es plenitud del ser en el amor. Desde mi perspectiva es a esto a lo que te refieres como el yo universal, que lo abarca todo pues todo cuanto haya existido o existirá va con él.
     
    Sin embargo, no entiendo la razón de diluir el yo particular en el universal, en lugar de unirlos y sumarlos en una comunidad múltiple y diversa en la plenitud del ser y del amor. ¿Acaso la aspiración profunda del ser humano es diluirse y desaparecer como gota de agua en el océano del Ser? Es que para amar es necesario que haya alguien a quien podamos amar y alguien para dejar que nos amen. Si no estamos nosotros y no hay nadie ¿cómo amar? No entiendo que pueda haber amor cuando los seres se fusionan en una sola entidad. ¿Qué sentido tiene que ese Ente Uno/Todo sea Amor? Y si se ama a sí mismo, ¿no es la panacea del egocentrismo, justo lo contrario a lo que entendemos por amor?
     
    Este tema es muy importante para mí. La diferencia que separa una perspectiva de la otra supuso para mí, el alejamiento de la religiosidad de orientación orientalista de corte digamos budista y todas sus afines. De un lado la cesación del deseo, de la esperanza, la pasividad del dejarte hacer, la dilución del yo personal,…., en una especia de Nada, en la que tampoco puede darse Amor. Del otro la potenciación de la esperanza y del deseo, el ponerte a hacer, sobre todo al cuidado de los que pasan necesidad, para que crezca el amor, el fundamento de la dignidad de todas las personas sin exclusiones, que no se diluyen en nada sino que crecen hasta la plenitud del amor compartido.
     
    Y ¡cuidado! porque la experiencia de la dilución del yo en meditación profunda, no es debido al contacto o inmersión en una otra realidad más profunda, sino a un mecanismo de un núcleo específico de nuestro cerebro, cuya inhibición nos hace perder los límites de nuestro yo, lo cual percibimos como una fusión con el entorno. Basar en esta experiencia una metafísica o religiosidad lo encuentro improcedente.

  • Jorge

    MªLuisa, voy a explicarme mejor lo que entiendo por Misterio Incognoscible, con una imagen sacada de la Ciencia retocándola un poco. La imagen es la de un agujero negro, que se forma por una deformación del espacio-tiempo, (como si fuese una cama elástica a la que ponemos encima una gran bola de plomo). Pero en los agujeros negros supermasivos se da en ellos tal compactación o densidad que pueden ser considerados como formados por una masa infinita, por lo que en el fondo de la deformación no hay nada sino el espacio-tiempo roto, (la cama elástica se rompe con el peso de una masa por encima de su límite elástico), de estos se habla en Ciencia como singularidad. La física aquí pierde todo sentido, pues no hay objetos ni estructuras ni energía ni radiación,… no hay nada de nada solo una deformación del e-t supuestamente infinita, pues salen infinitos en su formulación matemática. No existe información posible de lo que hay dentro, pues del agujero nada sale, por lo que no pueden haber hipótesis ni teorías, ni intuiciones ni imaginaciones, …. que se acerquen en lo más mínimo ni a su estructura ni a su contenido, a nada de nada. Solo hay un agujero de negritud infinita. Es por tanto un puro misterio para cualquier ciencia o filosofía, sólo negritud.
     
    ¿Qué sabemos? pues sólo una cosa que está ahí, pero no podemos penetrar lo más mínimo en él. Hay un horizonte de sucesos que lo rodea que no es posible traspasar, pues habría que superar la velocidad máxima de la luz. En el supuesto que esto ocurriera quedaría atrapado dentro de él sin escapatoria. No nos daría ninguna información sobre lo que hay más allá de ese horizonte.
     
     
    Esto es sólo una imagen. Los agujeros negros nada tienen que ver con la Realidad Omnicomprensiva, pero la imagen me sirve para decir que de la RO podemos pensar, sentir, intuir,…. que está ahí, pero que no podemos entrar en ella de ninguna forma, ni ninguna manifestación sale de ella que podamos procesar de la forma que sea. Es tanto el no saber que ahora prefiero dejar el Misterio Incognoscible tal cual, sin asociarle nada de nada, ninguna Realidad, ni como totalidad ni como Omnicomprensiva ni como ninguna otra. Me basta que esté ahí como Misterio, sin añadirle nada, para que el sentido último de mi fe pueda mantenerse y sostenga mi esperanza. No veo en esto relación alguna con el idealismo, ninguna, pues no formaliza ni es axioma de ninguna ontología ni tampoco de ninguna metafísica.

  • Asun Poudereux

     
    Hola Jorge:
     
    En primer lugar, siento no haber expresado lo  suficientemente claro lo que concierne al yo superficial. En otras palabras: Es la identificación plena con nuestro cuerpo y mente pensante, es decir, eso que reflejamos y aparentamos como el personaje de un escenario de teatro,  la película que nos montamos, proyectamos y erróneamente creemos ser.
     
    Superficial, por superfluo, el tener bienes y conocimientos en títulos,  es a lo que damos nuestro sello de identidad. Sufriendo con ello, ni te cuento,  arrastrados por los altos y bajos  de prepotencia, fantasía  y frustración.
     
    El yo particular, por supuesto, cumple un cometido en la vida, por todo el regalo que se nos va ofreciendo y sorprendiendo, apuntando a la luz para  ver. Pero también circunscribir lo que somos, nuestra  identidad  absolutamente  a este yo particular, le cierra las puertas a un acceso y umbral mucho más amplio y profundo en el que la plenitud se muestra en el aquí y ahora.
     
    Ese otro modo de ver y conocer, es decir de dejar ser siendo lo que se es de fondo,  no está separado del amor, al descubrir que es eso lo que somos,  un fondo compartido,  amor-plenitud en el todo y en la nada.
     
    Vengo a querer decir, que quedarse aparcados en un yo particular, no reparando en que lo que lo hace posible,  se dispara la inercia del egocentrismo,  y de hecho es fácil ser atraído por él. Abrirse, entonces,  al  yo universal, Yo Soy, desde el que y en el que sentimos lo que  realmente somos,  al instante,  estamos conectados, interrelacionados, sin separación alguna, en una identidad compartida de la que no fluye otra cosa que el Amor que es y somos,  al dejarlo ser e interactuar a través nuestro, amar, si esto te da más luz.
     
     ¿Dónde queda entonces, el nombre  y los  apellidos? Porque donde hay Amor no se tiene nada, ya está y se es todo.
     
    Se me ocurre que al estar en el Amor-Plenitud  todo y todos incluidos, no hace falta ya ningún sello de identidad al ser uno en y con la Consciencia.
     
    Una sonrisa. Debe ser muy “divertido”  para la Consciencia, lanzar incesantes brillos y chispas,  sucesivos y continuos, por decirlo de algún modo, para que se vaya desplegando  la vida consciente en todo el universo, sin excepción.
    Gracias, Jorge
     

  • Jorge

    Asun, supongo que he entendido lo que me dices. Al proponer las tres dimensiones del yo podría estar de acuerdo aunque solo en parte. En primer lugar porque tiendo a aprovechar todo lo que tenemos. Si tenemos un yo superficial en la dimensión del tener y el poseer, que forma una imagen de nosotros mismos tal como nos vemos, cambiando en el tiempo pero con cierta continuidad biográfica, a la que hay que añadir las múltiples y diversas imágenes que cada persona que se relaciona con nosotros se forma tal como ellos nos ven, no entiendo porque razón debemos no valorar esta capacidad. Es una capacidad fantástica que facilita la relación con nosotros mismos y con los demás. Es que por tus palabras he deducido que deberíamos reducirla y hasta eliminarla y a mí me parece un error. Otra cosa es suponer que esa imagen sea real, y no lo es, puesto que es un artificio de nuestro cerebro que facilita las relaciones con el entorno. ¿Es apariencia? Bueno no tanto, se trata simplemente de un mecanismo útil.
     
    Si tenemos un yo particular como persona única e irrepetible, en donde radican todas nuestras capacidades humanas, pues mi valoración al respecto es máxima. Es sin lugar a dudas el proceso evolutivo de mayor complejidad producido en la Naturaleza por nuestro cerebro y sus intrincadas redes neuronales. Tal es su valoración para mí, que mi propuesta es que ninguna persona o ninguno de los yoes particulares, con su identidad y biografía propias, irrepetibles e insustituibles, ni se pierdan ni se diluyan como me parece que propones, sino que permanezcan para siempre en lo eterno de Dios.
     
     
    Si tenemos un yo universal, entendido por mí como la unión de todas las personas con sus yoes particulares e individuales en una comunidad enormemente múltiple y diversa, deberíamos tenerlo presente sin excluir las otras dimensiones del yo. Y puedo pensar y sentir mi yo personal junto con el de todos los demás, cuando al alcanzar la Plenitud formen una unidad al estar embebidas del mismo espíritu. Y el ligamento de unión de esa comunidad es el amor. Dices que el yo particular puede cerrase sobre sí mismo y esto es verdad cuando está cerrado al amor, pero no al cerrarse a su identidad. Añades que la conciencia puede ir abriéndose cuando se ve reflejada en toda otra persona donde las barreras desaparecen. Tú lo ves desde el punto de vista ontológico, del ser, y yo lo veo desde la perspectiva del amor. Y es que cuando una persona ama de verdad, con un amor de los buenos, su yo ya no cuenta sino que ve a sí mismo por y en la persona amada. Pero en el amor las identidades no se diluyen sino que se unen, se suman, se complementan… Y si el amor crece, se hace expansivo hasta alcanzar a toda persona sea quien sea, tenga lo que tenga, haga lo que haga, sin excluir a nadie por muy “enemigo” y puñetero que sea. Porque ésta también estará conmigo en la comunidad de amor definitiva en lo eterno. Es éste el contenido para mí de la Plenitud Humana. Y si de alguna forma queremos hacerla presente en el aquí y ahora, pues amémonos los unos a los otros tal como Jesús nos amó. 

  • M.Luisa

    Después de darle alguna que otra vuelta al asunto expondré a modo de pinceladas la siguiente reflexión.

    Desarrollemos un poco más esta idea de “La Realidad Omnicomprensiva”.

    Pienso que no nos podemos quedar con ella excluyendo ya de entrada su dimensión, al menos, manifestativa de algo con respecto  a la intelección humana y sólo pensar de ella que su contenido no tiene nada que ver ni ofrecer a nuestra cognición.  Ahora bien ¿Y en cuanto a la forma? Porque si el hombre tiene inteligencia, la especificidad de ésta  es precisamente formalizar en ella el contenido que siente por pequeño que sea. De ahí que en tanto realidad la RO no se pueda reducir a mero contenido y menos aún hacer de él algo incognoscible. Yo tiendo a pensar que esta formulación de RO el científico la crea, es decir, aquí  nuestro amigo Jorge, (y ahora me remito a Kant) al  deslindar el fenómeno del noúmeno,     sin embargo ateniéndome a lo que siempre recuerdo aquí éstas son dos dimensiones de la misma realidad. El objeto del pensamiento presenta este sutil y vidrioso desdoblamiento entre “el que es” y “lo que es”. Por eso la teoría kantiana del fenómeno aparece una veces como una teoría de la sensibilidad, y otra,  de la inteligencia.

  • Asun Poudereux

     
    Hola, Jorge:
     
    Ayer, leí tu comentario. No tuve tiempo de escribirte. Hoy lo intento. Gracias.
     
    Sobre la Plenitud. Según mi experiencia, es equiparable al silencio, que siempre está ahí presente, a pesar de los ruidos, Las voces y los distintos sonidos bien orquestados, o nos saquen de quicio, de la naturaleza. Es decir, la plenitud se hace presente, al darnos cuenta y hacerse consciente, que pensemos lo que pensemos, nos sea agradable o no,  lo que ocurra y nos pase,  siempre y cuando el ego que nos acucia ¿cuál de ellos lo hace con más intensidad?, se aparta y se alinea con la Vida o Consciencia: la Realidad que es y somos de fondo.  Lo cual no deja de estar ahí en conexión con todo,  emergiendo y haciéndose consciente la Plenitud que ya es y al instante  sentimos su Presencia.
     
    Continúo. La plenitud, el nada falta y nada sobra, se nos hace presente en cuanto el ego se retira, es decir, “no hay nadie”, ningún yo que rechace, que reaccione, que imponga y absolutice. Tampoco que se alegre de lo que cree es fruto de su valía y buena suerte. Por tanto, reduciéndolo a mínimos de expresión, es sólo estar y dejar ser lo que es y se es.
     
    Puede que ayude a intuir y experimentar, sin interposición de la mente pensante, lo que intento decir,  y lo que ya otras personas han sabido expresar. En principio nuestro yo oscila en distintas dimensiones: superficial, particular y universal.
     
    -El yo superficial, como su nombre indica,  no profundiza mucho,  ya que consiste en la plena identificación con lo que uno/a cree ser en la imagen y apariencia, en el tener y poseer.
     
    -En cuanto al yo particular,  se circunscribe a la persona como  única e irrepetible. Incluye todo tipo de capacidades, potencialidades creativas, de interrelación, de bondad…
     
    -Y finalmente, el yo universal, la identidad de fondo compartida de  que somos y es en todo ser humano y en todo lo que es.
     
    En la medida que uno u otro  dominen el comportamiento, actuación  y pensamiento identificativos,   estará más o menos influenciada la persona  de su ego acompañante.
     
    Ahora bien, apoyarse en el yo particular sin ceñirse a él como identificación cerrada,  va abriendo poco a poco la consciencia a otro modo de ver y de conocer,  en donde las barreras desaparecen y la persona se ve a sí misma reflejada reconociéndose  en toda otra persona,  como experimentó y vivió Jesús el Yo Soy, abierto a todos y todo.  
     
    Está, entonces,  claro que  esto puesto en boca de Jesús, no era para sentirse separado de  los demás, sino al contrario, hacer ver en y a los demás que el yo universal es compartido. Es lo que somos y es.
     
    Su pregunta, ¿Quién soy yo? Al hacérnosla cada cual, desde el yo universal,  toma su verdadero sentido,  cuando ahí no hay nadie.  Ningún ego  que ante todo busque  reafirmarse dando respuestas.
     
    Espero que esto dé algo de luz, aunque comprendo que ciencia no es. Seguiremos hablando.
     

  • M.Luisa

    Como te decía ayer, Jorge, no podemos pretender entender el planteamiento ajeno de cada cual con los mismos términos y conceptos que aplicamos al nuestro.

    Por esto creo que  he logrado desde tu posición entender lo que quieres decir con “Realidad Omnicomprensiva” La realidad comprende el Todo” comprender aquí es incluir, de acuerdo! Comprender aquí no tiene nada que ver con el acto de comprensión del entendimiento.

    El contenido que incluye (contiene) la  Realidad es así independiente de la aprehensión que de ella pudiera tener la inteligencia humana. Pero decir esto me parece un poco arriesgado porque das a entender como que de esta Realidad no tengamos los humanos ninguna manifestación, y en  cambio de antemano sí que  de ella  puedes aseverar  que nada podemos saber  con lo cual ya de entrada,  pero sólo en teoría, el contenido de esta Omnicomprensión  se le arrincona en el ámbito  del Misterio. Para mí esto es lo típico del idealismo.

    Ahora bien, entre algo que se nos manifiesta y esperar  que de ello ya se tenga un conocimiento exhaustivo creo que aquí se interpone un  espacio  que es el propio de la  operatividad de nuestra inteligencia.
    Sin aquella precipitación negadora  respecto de   nuestra capacidad intelectiva, no te parece que este sería el entorno  apropiado  para mesurar su alcance? Y que mejor empezar no por lo más alto  del intelecto sino por el acto  más primario de su estructura.

    No es que me guste o me deje de gustar la aprehensión, es que la aprehensión es un “hecho” frente aquel  acto meramente teórico en el cual por sernos incomprensible la Omnicomprensión de la Realidad le asignamos, sin más,  carácter de Misterio.  Y como decía el otro día, en mi opinión,  el Misterio está al final no al principio. Por el Misterio tiene sentido nuestra fe  pero la fe es un acto de razón último, un acto de entrega al sentido último de la existencia.

  • M.Luisa

    Acabo de darme cuenta, Jorge, de tu comentario pero hasta mañana no creo que pueda responderte, he de releerlo más  despacio. Pienso que nuestro problema radica en que como partimos de perspectivas distintas y cada una de ellas  con sus  correspondientes terminologías  no podemos pretender,  con el fin de clarificarnos, usarlas indistintamente. Esto es lo que hace que si bien tenemos en principio la satisfacción de coincidir en algo, luego rápidamente la cosa se complica.  Bueno,  como te decía, lo leeré más  detenidamente…

  • Jorge

    MLuisa, aquí va en conjunto un comentario al tuyo del 28.6.13:34, y los comentarios pendientes del capítulo 13.
     
    Cuando hablo de la Realidad Omnicomprensiva no hace referencia a la comprensión intelectiva ni tampoco a la aprehensión, sino que “omnicomprensiva”  lo uso en sentido incluyente. El contenido de la Realidad Omnicomprensiva no es sabido, si la hay es Misterio Incognoscible. Tanto es así que ninguna capacidad humana la puede alcanzar, ni por medio de eso que tanto te gusta como la aprehensión o la inteligencia sentiente. Esta es mi posición, siempre discutible por supuesto. Dices aquí también algo con lo que no estoy de acuerdo “justo lo Absoluto hace de nuestro relativo ser Absoluto”. No existe modo alguno de hacer de nosotros mismos un absoluto, mientras persista el paso del tiempo y sobre todo la muerte. Hacer de nuestra realidad un absoluto es una posición nihilista, puesto que si sólo existe esta realidad como absoluto, su destino último es la Nada. La Nada de un campo de energía disipada, en donde no pueden existir seres por muy simples que se piensen o menos aún complejos como nosotros. Quedará sólo la estructura propia de ese campo de energía uniforme supersimétrico, por tiempo indeterminable.
     
    Del capítulo anterior comento. Sigo pensando, a pesar de tus aclaraciones, que los dos momentos tener-poseer se pueden separar y de hecho se separan en la investigación científica o en cualquier otra. Y esto es así porque no necesariamente se tiene que implicar en ello la subjetividad o la vida del investigador, sino que al contrario muy a menudo estorba en la objetividad necesaria. Los datos a veces no se ven cuando están presentes la vida o digamos prejuicios subjetivos, la observación se distorsiona sin darnos ni cuenta. Ahora bien si de lo que hablamos es de la vida humana del investigador o bien de una mirada de conjunto u holística de lo que se está investigando, entonces sí conviene tener en cuenta los dos momentos juntos, pues tanto lo objetivo como lo subjetivo son importantes. Además si como dices estructuralmente no se pueden separar, no habría forma de hablar sobre ellos, pues no podríamos distinguirlos ni desde dentro ni desde fuera.
     
     
    Entiendo creo el uso que das diferenciado a los conceptos de sustancia y sustantividad, en referencia a tu sistema filosófico que trata de asumir en él lo científico. Sustancia que opera a modo lineal causa-efecto, y sustantividad a modo de estructura funcional. Supongo que me acordaré y lo tendré en cuenta para ulteriores desarrollos.

  • Jorge

    Hola mi querida MPilar, siempre me es agradable y estimulante el leerte. Te doy las gracias por tus palabras. Es fantástico que podamos compartir experiencias o vivencias comunes. Siento una fuerte empatía hacía ti desde hace tiempo que no ha hecho sino crecer.
     
    Dices que pasas de puntillas al sentirte desbordada por “mis” conocimientos. Pienso que cuando uno ve que el otro tiene un gran conocimiento mucho mayor que el propio enseguida nos acobardamos. Me pasa a mí también, pues hay gente que está mucho mejor preparada que yo, en particular en su especialidad y con una cabeza muy bien amueblada, despiertos e inteligentes. Sin embargo, a menudo, tal como se dice, los muchos árboles no dejan ver el bosque. Es relativamente frecuente que enormes científicos de reconocido prestigio tengan una filosofía de la vida, una ética o una religión, ramplona, de un nivel muy bajo de coherencia, de una superficialidad casi ridícula, probablemente porque estos temas no les han motivado ni han sido de su interés. Es que se lee cada cosa sobre todo en autobiografías de autores científicos, que …..De cuando en cuando les viene bien a la gente de grandes conocimientos que les den un toque de atención de personas ajenas a ellos, que aunque no sepan nada sobre los árboles ven con claridad el bosque.
     
    Gracias, gracias MPilar por estar ahí apoyándome.

  • Jorge

    Isidoro, una cosa es hacer Ciencia y otra distinta es hacer Filosofía de la Ciencia. En Ciencia hay que proponer siempre hipótesis falsables, es decir, que tengan consecuencias que puedan someterse a prueba experimental y al rigor del método científico. Si no lo son, las hipótesis, por muy coherentes y explicativas que sean, no hacen Ciencia ni aumentan el conocimiento científico. Mientras no hubo pruebas de la Teoría de la Relatividad, la mayoría de científicos no apoyó los desarrollos matemáticos de Einstein. Sólo cuando se midió la curvatura de la luz deducida de la deformación del espacio-tiempo, obtuvo el apoyo y el reconocimiento de la Ciencia. Cierto que hay mucha teoría sobre todo en Física Teórica que no pueden aún ser probadas, las técnicas disponibles no lo permiten, pero suelen estar expuestas en coherencia con otras teorías y abiertas al cómo pueden ser probadas cuando la técnica lo haga posible.
     
    La Teoría del Big-Bang, la Teoría Celular, la Teoría de la Evolución,….., son teorías científicas suficientemente probadas, que están en vigencia y aplicándose en múltiples laboratorios de investigación en todo el mundo. Y serán válidas hasta que hayan datos que limiten su aplicación a un campo restringido o bien sean eliminadas del contexto de la Ciencia. No es este el lugar para una exposición detallada de las pruebas científicas de la Evolución. Es teoría científica, y nada tiene que ver con una explicación filosófica, pues ni es un constructo conceptual ni es una hipótesis opinable sino probada.
     
    Sin embargo, cualquier científico y mejor si tiene un elevado prestigio y reconocimiento puede elaborar a partir de la Ciencia un constructo, hipótesis o sistema filosófico, interpretando desde su privilegiada posición los datos de que dispone. Lo que hace en este caso no es Ciencia sino Filosofía de la Ciencia, que no es lo mismo, y sin duda hacemos bien en prestarles atención. Que muchos científicos de prestigio se ocupen de un mismo sistema de pensamiento filosófico como es el emergentismo, el finalismo, el vitalismo, el diseño inteligente,…., puede ser interesante y sugerente pero no es Ciencia, aunque cuente entre sus filas con lumbreras de la Ciencia. Yo admiro la labor científica de Darwin, de Esintein, de S. Hawkings, de….. pero no suelo compartir con ellos sus posiciones filosóficas ni su forma de entender las cosas de la vida. Las posiciones filosóficas que cada uno tiene dependen de las elecciones que va tomando en la vida y por ello necesariamente presenta una gran diversidad de ofertas. En Ciencia no existe nada parecido. Las teorías científicas probadas no forman escuelas ni corrientes de pensamiento interpretativo, ni son opciones de elección, simplemente están ahí, se cumplen y se imponen por encima de nuestras decisiones y opiniones.
     
     
    Mi filosofía científica, que no es Ciencia, no va con el finalismo, ni con el vitalismo, ni con el diseño inteligente, ni…. y pongo mucho cuidado con el emergentismo pues puede en ciertos casos estar en línea con la Teoría de la Evolución, mientras que en otros casos algunos emergentistas se oponen a la teoría evolutiva frontalmente, ¡siendo científicos de prestigio! El emergentismo no es Ciencia porque no hay forma de poner a prueba experimental ninguna de sus consecuencias, ni encaja en el método científico. Es un constructo conceptual formalizado con datos de la Ciencia y por tanto de lo que se trata es de un sistema filosófico interpretativo de la Ciencia. Que extienda y amplifique la Teoría de la Evolución me parece perfecto y sugerente, pero opinable, depende de qué emergentismo se trate. Es que hay emergentismo tal como tú lo propones que no quiero asumirlo por elección personal, porque me estorba en mis planteamientos filosóficos y religiosos. Y puedo hacerlo simplemente porque no se trata de Ciencia.

  • Jorge

    Asun, lo que más me ha llamado la atención de tu comentario es eso que dices de “no puedo evitar callar” ¡Por favor! no te calles nada ¡¡compártelo!! A mí por lo menos me resulta de gran ayuda y estímulo ideas, proposiciones, planteamientos,… diferentes de los míos y cuanto más divergentes sean mejor. Son a veces un toque de atención a mi radicalidad cientista. Y ese toque de atención me lo has dado de lleno cuando dices “Todo es plenitud, en el aquí y ahora, la vuelta al mercado de la vida se hace más y más coherente, responsable y entrañable” Todo plenitud. “Consciencia…. que lo abraza y sostiene todo,.. lo malo y lo bueno,…, lo positivo y lo negativo,…., esas distinciones y opuestos los hace la mente egoica,…, cuando el ego se retira…ya no hay nadie, nada que esperar o conseguir…, nada hay que esperar…. nada que falte o sobre… Todo es plenitud.” Me dices algo así como que no hay que perder de vista la Plenitud.
    .
    Pero traer para la Plenitud al presente o instalarme en ella no basta el poder decirme “todo está bien”, (no que sea bueno o malo, positivo o negativo,…, sino estando ajeno a lo que voy siendo, a lo que va sucediendo yendo y viniendo, pasando de mi yo y su entorno,…). Esta actitud pienso que ayuda a tener y poseer paz interior, en serenidad, calma y armonía, que es algo que considero necesario y lo practico cotidianamente en mis meditaciones. Sin embargo, para mí la Plenitud no es solamente esa paz, esa calma sosegada, un extraño lugar en el que no hay nada ni nadie. Para mí la Plenitud está llena de cosas y gente, y cuando esto se piensa así o bien está cargada de amor y de armonía y de belleza,.., o bien la Plenitud aún no está presente. Si nos empeñamos en que esté, no queda otra solución que cerrar los ojos. Es que mientras persista el mal y la injusticia, la enfermedad y el sufrimiento,…., la Plenitud no es posible.
     
     
    Intuyo lo que quieres decir pero hay cosas que dices que no comparto si no se extiende algo más su significado o explicaciones. Dices: ¿cuándo el ego se retira ya no hay nadie? Sorprendente, pues apunta a un deshumanizado y brutal egocentrismo, pues la existencia real de los demás depende de si yo cultivo mi ego o lo abandono. Supongo que esto no es lo que significa lo que dices ¿verdad? Dices: ¿la mente egoica es la que hace distinciones entre lo malo y lo bueno? Sorprendente, pues apunta a un radical relativismo moral, pues parece decir que da igual hacer el bien que el mal, y en mi opinión no da lo mismo en absoluto. Supongo que esto no es lo que quieres decir ¿verdad?

  • Isidoro García

    Añadido:

    El emergentismo, además de explicar el mecanismo por el que se lleva a cabo la tendencia innegable hacia la complejidad en todos los ámbitos del Universo, explica que el surgimiento de la vida, es mucho más fácil, que la concatenación aleatoria de una larga serie de reacciones químicas consecutivas, que es altamente improbable.

    Ello tiene como consecuencia, que las probabilidades de existencia de vida en el Universo, son altísimas, y subsiguientemente de vida inteligente. Y eso trastocaría todo el planteamiento del hombre y el “Dios” del Universo.

     

  • Isidoro García

    “La Teoría de la Evolución nada tiene que ver con la tendencia a la complejidad, ni con la finalidad, ni con lo que será el futuro de nuestra especie. Hay muchos datos sobre el proceso evolutivo del pasado, pero hacer proyecciones de futuro la Teoría de la Evolución científica es marcadamente insuficiente. No hay forma de predecir a medio plazo qué cambios se producirán en nuestra especie, ni en ninguna. Y si echamos la vista atrás tampoco hay forma de demostrar que la evolución se dé por aumento de complejidad, al contrario está completamente sujeta al azar, de cambios genéticos y estructurales, y un uso más o menos optimizado de esos cambios al azar para la supervivencia de la especie. Decir que la evolución va hacia algún lado, cualquiera que sea, NO es Ciencia sino filosofía”.

     

    Perdona Jorge, que no esté de acuerdo contigo. Ya desde hace tiempo, he estado a punto de intervenir sobre este tema, pero no quería molestarte. Pero el tema es de tal importancia que es preciso hacerlo.

    El tema de la complejidad y el emergentismo, es una hipótesis, que no contradice al neodarwinismo, sino que lo extiende y amplifica. El emergentismo de Stuart Kauffman, es a Darwin, lo mismo que la relatividad de Einstein a Newton, lo amplía y lo confirma. Nos amplía el horizonte de tal forma, que podemos superar el reduccionismo científico, ampliando bastante las consecuencias filosóficas de la Ciencia.

    La ciencia es la base, pero en sí no es más que conocimiento. La importancia del conocimiento está en llegar a conseguir a través de él, un Conocimiento superior, para responder a la preguntas que el hombre se hace a través de la Filosofía.

    Pensemos que cuando Darwin expuso su teoría, no se conocían los estudios de Mendel, ni se conocía el mecanismo físico de transmisión de la herencia, los genes y el Adn.

     

    Momentos en la historia del emergentismo 

    (Guillermo Armengol. “El emergentismo, una vía humanista de la ciencia”. http://www.tendencias21.net/El-emergentismo-una-via-humanista-de-la-ciencia_a1058.html )

    “Ciñéndonos a algunas observaciones modernas, Darwin es considerado por muchos como el primer emergentista (no sería, pues, reduccionista). Joseph Hooker (1871) y George Henri Lewes (1875) serían pasos adelante en la formulación del emergentismo anglosajón.

    Hans Driesch y Henri Bergson hacen propuestas hacia el vitalismo al comenzar el siglo XX. En este tiempo, sin embargo, se produce un renacer del emergentismo con Samuel Alexander (1920), C.D. Broad (1925) y Stephen Pepper (1926). En alguna manera A. N. Whitehead defendía ya en estos años, en Harvard, un tipo de emergentismo fundado en la física. Desde los años treinta hasta los sesenta se produjo una atención preferente al reduccionismo, en parte producida por el conductismo y las teorías computacionales aplicadas en ciencias humanas (Newell, Simon, Minsky…).

    A lo largo de los sesenta y en los setenta aparecieron nuevos autores que contribuyeron al avance conceptual del emergentismo. Recordemos a Ernest Nagel (1961) y P.W. Anderson (1972). Ya en los ochenta y noventa aparecen nuevos emergentistas como Michael Silverstein, Paul Humphreys, Tim O´Connor, Robert Klee, Terry Deacon, Philip Clayton y otros.

    En 1992 comienzan las importantes aportaciones de Stuart Kauffman en el estudio de las leyes de la autoorganización de la materia; su obra parecía apoyar al reduccionismo, pero hoy se considera que es armonizable con las posiciones del emergentismo.

    El estado actual de las aportaciones puede seguirse por el libro de Philip Clayton y Paul Davies The Reemergence of Emergente (2006). En España, ya desde los años ochenta, muchos profesores universitarios han defendido el emergentismo (como José Luis Pinillos). Por otra parte, coincide con las filosofías de Amor Ruibal y de Xavier Zubiri, así como con las corrientes de antropología médica, representadas por Barraquer Bordás, Laín Entralgo o Diego Gracia”.

  • Jorge

    Es bueno Gonzalo que compartamos puntos fundamentales aunque lleguemos a ellos por caminos diferentes; pero también es bueno incluso mejor cuando se diverge, pues se puede abrir un diálogo desde perspectivas diversas, que siempre enriquece, y puede estimular a ver las cosas con mayor amplitud. Yo es que en esta obra he tomado una posición radical, no quiero que la Ciencia interfiera con mi fe de ningún modo, y por tanto me sitúo en la posición cientista más extrema. Desde esta posición te hago una crítica al comentario que haces, crítica desde el cientismo radical ateo, que al contrario de lo que se piensa no cierra el paso a la fe religiosa.
     
    Dices que la plenitud humana puede ser considerada como tendencia de la evolución. Pues no, esto no es cierto en Ciencia, ni tampoco es necesario desde la perspectiva religiosa. En Ciencia,  (te hablo como Dr. en Biología y como profesor universitario que fui) la Teoría de la Evolución nada tiene que ver con la tendencia a la complejidad, ni con la finalidad, ni con lo que será el futuro de nuestra especie. Hay muchos datos sobre el proceso evolutivo del pasado, pero hacer proyecciones de futuro la Teoría de la Evolución científica es marcadamente insuficiente. No hay forma de predecir a medio plazo qué cambios se producirán en nuestra especie, ni en ninguna. Y si echamos la vista atrás tampoco hay forma de demostrar que la evolución se dé por aumento de complejidad, al contrario está completamente sujeta al azar, de cambios genéticos y estructurales, y un uso más o menos optimizado de esos cambios al azar para la supervivencia de la especie. Decir que la evolución va hacia algún lado, cualquiera que sea, NO es Ciencia sino filosofía. Claro que siempre es posible hacer filosofía evolutiva. La Teoría de la Evolución es Ciencia, aunque hayan Universidades sobre todo americanas que por su confesionalidad religiosa prohíban su enseñanza.
     
    Desde la perspectiva religiosa NO es la evolución la que nos lleva a Dios, sino que es Dios quien nos conduce a Él, que no es lo mismo. No es la evolución humana la que nos conducirá a la Plenitud, sino que es Cristo el único responsable de su origen, de su desarrollo, de su dirección y guía, de su culminación… Es Cristo el responsable al cual se van uniendo todos sus colaboradores a lo largo de la historia humana. Y detrás de sus colaboradores los demás, y por último los que se han opuesto a su proyecto de plenitud de vida.
     
    Tengo mis dudas de poner a Dios en el lugar que sea, y actuando de la forma que sea, en muestra realidad, incluso de la forma en que la he expresado aquí como Causa Externa. Ya le dije a Santiago que puede que el “hágase” de Dios esté incluido en el poder de los humanos de la Plenitud, que sí pertenecen a nuestro mundo. Es que cualquier intersección o contacto del ámbito divino o de la divinidad o de Dios, con nuestra realidad trae problemas, con respecto a una posición cientista radical. Y desde esta posición introducir a Dios como Causa Interna no sólo chirría un poco, sino que es un estruendo ensordecedor. No quiero problemas de mi fe con la Ciencia. Y además no sólo surgen problemas con la Ciencia sino también filosóficos y religiosos.
     
    Mi posición de radicalidad cientista es una elección por mi parte, no es una cuestión de Verdad. Por tanto se pueden por supuesto tomar otras elecciones. De ahí el principio de este comentario sobre las diversas perspectivas enriquecedoras. Sin embargo, la Ciencia es puñetera y se mete donde no la llaman.

  • Jorge

    Hola Oscar,
    Es verdad que este capítulo a modo de epílogo, me llenaba de dudas más que ningún otro, ni siquiera estaba seguro de incluirlo en mi libro. Así te lo hice saber. Me aconsejaste de que el Resumen que incluía en él, pues estaría bien el publicarlo. Entonces tomé la decisión de publicarlo retocándolo un poco. Ya lo había retocado con anterioridad varias veces a lo largo de varios años como dices, sin quedar nunca satisfecho con él. Pero si lo comparo con el tema anterior sobre la ética es que no tiene nada que ver. El tema de la ética ha sido con mucho el más costoso, fue rehecho de arriba abajo muchas veces, requirió mucha información externa a mis propios pensamientos e ideas, consultas y estudio de muy diversos autores… Fue un follón elaborarlo en tiempo y esfuerzo, y siempre con la impresión de que no está a la altura y el rigor necesario, y además que no se ve el trabajo que hay detrás del texto, al huir de la erudición y de las citas de autores, pensando que lo importante son las ideas que expongo asumidas como propias.
     
    Una de las cositas que comentas es sobre la Metafísica. Dices que el término “Metafísica” no es sino una cooptación reduccionista operada por la razón científica en desmedro del dar razón de las cosas de la vida. Es verdad que plantear a estas alturas una alternativa Metafísica, con el papel tan importante que ha jugado en la Historia de la Filosofía, pero que ha llevado a la conclusión de que los axiomas que apoyan cualquier metafísica y han habido muchas, son insostenibles sin el concurso de la fe es un despropósito plantear una alternativa como nueva, pues está condenada al fracaso. Tanto es así que el título del tema tendría que suprimirlo, porque de lo que se trata aquí es de concretar mis opciones personales de fe, que no pretenden ser axiomas de un sistema metafísico-filosófico. Y sí es una optación marcadamente reduccionista operada por la razón científica.
     
    No sé si el término “felicidad” es el adecuado para describir el vector que me mueve en el texto y comentarios. Prefiero el de “plenitud” aunque no son excluyentes, pues la plenitud incluye la felicidad, pero también muchas más cosas que sólo el ser feliz en sentido amplio. Entiendo que no son necesarias para ser feliz cosas como el conocimiento, entre muchas otras a las que les doy un gran valor, que en la felicidad no tienen por qué estar presentes, mientras que en la plenitud sí se  incluyen.
     
     
    Sobre las cosas de la vida las Ciencias no son ajenas a dar razones de ellas, ahora bien no da ni puede dar “todas” las razones. Pero sí creo que las Ciencias colocan el marco en donde situar las demás razones. Dar razones que contradigan abiertamente las razones científicas, saliéndose por tanto del marco de la Ciencia, es en mi opinión un mal asunto. Sin duda hay muchos campos abiertos que nada tienen que ver con la Ciencia, pero si se dan superposiciones entonces….. la Ciencia se impone de forma inexorable. Ahora bien para comprender mi vida y mi historia es claro que no me basta la Ciencia.

  • mª pilar

    Una vez más:

    ¡¡¡Gracias Jorge!!!

    Hay tantos matices que comparto y son parte de mi vivir, que no puedo pasar por alto agradecerte tan concienzudo trabajo, especialmente, porque está cimentado en tu experiencia personal.

    Gozo con aquello que comparto, agradezco que nos permitas entrar en tu vivencia, lucha, descubrimiento de “Ese Alguien” que nos impulsa a buscar la añorada plenitud humana.

    Aquello que me “desborda” por no poseer tus conocimientos, lo “paso de puntillas” porque en ello te veo gozoso y siempre en búsqueda de nuevas expectativas y vivencias.

    ¡Gracias de nuevo por un trabajo intenso, en el que me puedo “ver” en algunas vivencias y deseos!

    Un abrazo entrañable, seguiré con atención estas vivencias que generosamente nos compartes.

    mª pilar

  • Asun Poudereux

     
    Primeramente, darte las gracias  de nuevo Jorge, por ser tan transparente y sincero. Y por tanto hacer posible y espontánea nuestra participación.
     
    No quiero olvidar a Oscar para agradecerle personalmente su apoyo y sello especial en la destilación.
     
    Me atrae el sentir de Gonzalo, que admiro por su concisión y actitud abierta de respeto y comprensión.
     
    También me siento muy cerca de M Luisa, de la que destaco la  persistencia en comunicar su tan valiosa experiencia:
     
    Y así como en la Realidad Omnicomprensiva, se le supone un tipo determinado de contenidos que no son inmediatos  en la aprehensión de Realidad se da el hecho de la inmediatez. Y precisamente porque en este primordial momento no hay nada sabido es donde yo colocaría el primer punto, es decir, el Misterio.
     
    3. Llegada a este punto no puede mi reflexión sino  tomar otra vía distinta pues lo Absoluto y Relativo  son dimensiones de esta aprehensión primaria que por ser de realidad incluye a ambas. No las envolvería si tomáramos esta aprehensión sólo como producto de una mera impresión pero como la aprehensión es de realidad hace entrar en ella a la inteligencia, con lo cual ya tenemos los dos momentos de cognición humana. Lo Absoluto de la realidad  no queda fuera porque es, justo  con lo Absoluto que hacemos nuestro relativo ser Absoluto.
     
     
     
    Atrapamos sin darnos cuenta a  lo que llamamos DIOS  en nuestro pensamiento y sin querer lo reducimos y limitamos, aunque no sea ese nuestro propósito, sino todo lo contrario. Es consecuencia de nuestro modo de conocer y de ver, en el que situamos a la mente en el centro.
     
    Por lo que según en qué momentos domine ella en nosotros,  llegamos a hacer  un “Dios” incomprensible e ilógico, que, sorprendentemente,  escoge y desea como cualquier ser humano embebido de  tener y poseer  la libertad de elección y decisión,  de tener en sus manos  la ciencia-verdad  como  base de razón.  La misma religión nos induce a ello.
     
    Y a continuación, nos contradecimos  y hablamos de Misterio. Es natural, por lo que indico más arriba. Sin embargo, si eso que llamamos Misterio, Vida, Realidad, Consciencia o Conciencia,  lo es, por vivirse y experimentarse como confianza y plenitud  en lo que es y somos,  curiosamente, no pide ya,  ni busca explicación,  desde y por la mente,  dejándose ser viviendo y siendo en el Todo y en la Nada, sin separación  alguna.  Lo llaman sencillamente Amor. En Jesús se vislumbra quiénes somos.  Y la vida misma nos lo va mostrando al estar atentos, observándola, experimentando su juego continuo.
     
    Hay algo que no puedo evitar callar:
     
    La  Consciencia en la que todo es y está incluido,  no sabe de clasificaciones de malo y bueno, por ejemplo, sino que a todo abraza y sostiene,  cualquier manifestación y forma se hace posible a su través. Lo positivo y negativo también, solo que esas distinciones y opuestos, los hace y perpetúa la mente egoica  derivando en rechazos, miedos  y prejuicios de todo tipo.
     
    La Consciencia o Conciencia está ahí, en el fondo y en la superficie de lo que somos,  aún en la más amplia y profunda  inconsciencia del ser humano, emanando  confianza una y otra vez, y en cuanto la mente y especialmente el ego se retiran, en ese momento y al instante, ya  no hay  nadie, por tanto, nada que esperar en un futuro, nada que conseguir, atrapar o desechar.
     
    Es decir, al  no haber nadie, un ego que desee, tampoco hay nadie que lo intente ni precise desear o esperar, y  al dejarse ser en la Consciencia que Es y somos, no hay nada que falte y sobre. Todo es plenitud, en el aquí y ahora, la vuelta al mercado de la vida se hace más y más coherente, responsable y entrañable. 
     
    Gracias a todos. Un abrazo.
     

  • M.Luisa

    Una cosita para Asun que fue muy amable conmigo en el capitulo anterior ¡Asun, querida no me riñas que he puesto comas donde no debía! un abrazo

  • M.Luisa

    Observo que en este capítulo me salen al encuentro algunas de las objeciones que vengo,  subrayando en los anteriores,  aunque  no por ello  dejo de reconocer    el ingente trabajo y el nivel de exigencia que Jorge se impuso para ello.

    Iré comentando mi reflexión siguiendo aquellos puntos  en los que  disentiría.

    2. Coincido con Jorge en que hay Realidad, ahora bien, siguiendo una línea de pensamiento filosófico que aquí es conocida  sobradamente   y que un buen día por analizar fielmente mis experiencias fundamentales lo hice mío,  lo primero que habría que decir es  que no es la Omnicomprensión   de la Realidad lo que en primera instancia  nos sale  al encuentro.

    Pienso que para que haya comprensión de algo ha de haberse producido primero su aprehensión  porque si no qué es lo que se comprendería? Algo meramente conciencial, sin contenido alguno? Este momento sensible y primario del conocimiento es lo que entiendo hay que hacer resurgir en   las filosofías, tanto de la antigua como de la moderna.

    Cuando en el comienzo del capitulo  he leído donde  dice:    “Una nueva metafísica debería comenzar con un planteo de base completamente distinto, que se ajuste a los conocimientos de la Ciencia”, he pensado enseguida que, precisamente esta nueva metafísica lo primero que debería plantearse para ser una verdadera alternativa a las metafísicas del pasado es ajustarse, en efecto, a los conocimientos científicos pero también  y preferentemente como base fundamental  atender y recoger de entrada a aquella parte del conocimiento  que por estorbar al objeto de la razón  fue desatendido en aquellas  filosofías.

    Y así como en la Realidad Omnicomprensiva, se le supone un tipo determinado de contenidos que no son inmediatos  en la aprehensión de Realidad se da el hecho de la inmediatez. Y precisamente porque en este primordial momento no hay nada sabido es donde yo colocaría el primer punto, es decir, el Misterio.

    3. Llegada a este punto no puede mi reflexión sino  tomar otra vía distinta pues lo Absoluto y Relativo  son dimensiones de esta aprehensión primaria que por ser de realidad incluye a ambas. No las envolvería si tomáramos esta aprehensión sólo como producto de una mera impresión pero como la aprehensión es de realidad hace entrar en ella a la inteligencia, con lo cual ya tenemos los dos momentos de cognición humana. Lo Absoluto de la realidad  no queda fuera porque es, justo  con lo Absoluto que hacemos nuestro relativo ser Absoluto.

    Lo dejo aquí porque se me ha caído  la mañana encima. He leído hace poco, Jorge, tu comentario en el anterior capitulo, gracias de antemano y os seguiré leyendo.

  • Gonzalo Haya

    Todo este trabajo de Jorge supone un esfuerzo ingente y sincero por comprender la realidad física y metafísica en sintonía con la fe cristiana. No me siento en disposición de valorar la secuencia lógica de todos los pasos de este proceso, pero coincido con sus puntos fundamentales, aunque llego a ellos por otros caminos. En particular destaco brevemente los siguientes: Existe una Realidad Omnicomprensiva que incluye los contrarios;  La plenitud humana puede ser considerada, al menos por ahora, la tendencia de la evolución; Creo en el triunfo final del bien; No puede demostrarse una explicación de esa Realidad, es fruto de una elección, aunque tampoco podamos explicar lógicamente cuál es el determinante de esa elección. Me rechina un poco que considere a Dios causa externa, yo diría que es interna aunque, como totalidad, trascienda lo particular. Agradezco a Jorge que comparta estas inquietudes, y creo que a unos les aclararán muchas dudas y a otros les ayudarán a replantearse sus  propias respuestas.

  • oscar varela

    Hola!

    Dos cositas:

    UNA: Me parece recordar que este Capítulo fue el que mayor dudas y cambios le suscitaba a Jorge desde el tiempo que que lo había escito hasta la propuesta de publicar. Creo que fueron unos cuantos añitos.

    Cumpliendo mi compromiso “destilé” el texto original que me fue dado.

    Pero ese “original” no satisfacía ya a Jorge y quería cambiarlo (¿íntegramente?).

    Quedé a disposición.

    Finalmente Jorge decidió poner el Resumen que ahora aparece y  del cual él mismo era y es Autor.

    DOS: Se trataría de una (alternativa) METAFÍSICA.

    Pienso que el “modo de pensar” las cosas de la vida humana depende absolutamente de la gente viviendo su edad hsitórica.

    Si quisiéramos atenernos a Aristóteles (sobre quien recayó la fundación del nombre “Metá-Phisicá”) tendríamos que decir que la pretensión pujante del peripatético era la de una ÉTICA en el sentido de la “FELICIDAD en la Vida humana” que escribía para su hijo Nicómaco.

    Ese Vector (Dirección, Sentido e Impulso) de la FELICIDAD, creo que ha sido lo que movía y mueve a Jorge en sus escritos (Texto y Comentarios).

    Por lo tanto, el término “Metafísica” al que estamos habituados no es sino una cooptación reduccionista operada por la “razón-científica” en desmedro del “dar razón” de las cosas de la vida.

    ¡Vamos todavía! – Óscar.