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Inclinar la balanza… ciencia y fe, 11

Juanel b

Curso-Taller de Atrio
A partir del libro inédito

INCLINAR LA BALANZA… UN CIENTÍFICO ANTE DIOS

de JORGE FELIP FERNÁNDEZ (Ver Perfil)
Destilados de OSCAR VARELA (Ver Perfil)

Capítulo Undécimo: JESÚS DE NAZARET

1. La fe en Jesús

(01) Jesús de Nazaret centro de todo cristianismo (ortodoxo, evangélico y católicos) es:

* Hijo único de Dios, engendrado por Él, de su misma naturaleza, y preexistente, encarnó en María, murió ajusticiado, resucitó, volverá para juzgar y reinar (Nicea s. IV)

(02) Artesano: deja trabajo y familia, busca a Dios en el desierto y vuelve transformado.

* Busca otros como él, recorre (mago y curandero) Israel con amigos, dice a la gente lo hay que hacer.

* Vive a costa de otros, no hace nada, no inventa nada, no produce nada, sólo habla.

* No fue saduceo, ni fariseo, ni esenio.

* No aumenta riqueza, ni poder, ni conocimiento del mundo; ni libera de Roma a su pueblo.

(03) Sin embargo: sus palabras transformaron Israel, todo el mundo y a las personas.

* Confío y creo que seguirá transformándolos en el futuro.

2. Las fuentes históricas

(01) Existió históricamente. Hay pocos datos.

(02) Las fuentes principales:

* libros del Nuevo Testamento bíblico cristiano (Evangelios, Hechos, Cartas y Apocalipsis),

* fragmentos (llamados apócrifos) no recogidos en el canon (siglos II a IV)

* No hay coherencia histórico-narrativa al comparar las fuentes.

3. El Cristo de la fe

(01) Los textos siguen teologías definidas generando “el Cristo de la fe”, de estructura coherente.

(02) ¿Cabría la posibilidad de que el Cristo de la fe y Jesús el hombre histórico coincidan?

* difícil para quienes no creen en un Dios personal;

* más fácil para los que creemos en un Dios personal:

(03) No se descarta que sus seguidores hayan divinizado a su gran maestro.

* Opino que Jesús fue reinterpretado según cada evangelista en una teología propia.

4. El Reino de Dios

4.1. El mensaje del Reino.

(01) Jesús anuncia la llegada inminente del Reino de Dios.

* ¿fracaso? al intentarlo sin armas (contrariamente a David o Mahoma)

(02) El Reino de Dios en el mundo, Jesús lo explica como un proceso de desarrollo.

* el Reino no consiste simplemente en la pertenencia formal a la Iglesia,

* El Reino está en el interior del conjunto de personas ganadas para el bien.

* Jesús insiste en que tengamos fe y nos dejemos ayudar por Dios para alcanzar ese bien.

4.2. Reino de justicia.

* Jesús apeló a Dios solo por su condición de judío. Vive para hacer la voluntad de Dios.

* Por él Dios actúa en el mundo como hombre. Por esta vinculación se entra en el Reino.

* El seguimiento a Jesús supone compañeros de ruta, cuyo conjunto forma la Iglesia.

* Dios queda implicado en el esfuerzo humano y es su garantía de futuro.

4.3. Reino y vida eterna.

* Experiencias frustrantes del Cielo en la Tierra, desengañan de que sea una meta humana.

* El Reino no sería político ni una estructura concreta de sociedad, ni siquiera teocrática.

* La justicia importa más que el conocimiento y lo tecnológico.

* Importa la meta: los valores y la dirección del avance.

* No me es suficiente el desarrollo humano. Requiere la ayuda de Dios y su implicación, pero se alcanzará según nosotros actuemos, sin magias ni intervenciones divinas.

* Pretendo ayudar a que una última generación alcance plenitud: el Reino de Dios.

5. La resurrección

(01) La vida humana está llamada a la resurrección, y a la vida eterna (anuncio apostólico)

(02) ¿habrá sido un montaje de hombres desengañados por la muerte de su maestro?

* ¿robaron y escondieron su cuerpo? ¿alucinaron con haberlo visto después de muerto?

* Descarto toda intervención mágica, ni me convence que fue acción del poder de Dios.

(03) Me explico:

* Llegado el hombre a la plenitud, no tendrá límite que –con la ayuda de Dios, no pueda traspasar.

* En ese futuro humano se podrá devolver la vida a los muertos y se tendrá la tecnología adecuada para hacerlo.

* El cuerpo (dicho celestial) resucitado se dice que está en otra “dimensión” distinta a la nuestra (terrenal). Sin embargo, puede que sea en nuestra “dimensión” por el uso de una tecnología del futuro (virtual u otras) que hoy desconocemos.

* Pero para traer el futuro al presente se requiere fe; una experiencia de resurrección.

* La resurrección es el sello de Dios haciendo de Jesús su Hijo único.

* No creer que Jesús resucitó significa que el camino que abrió termina en el fracaso.

6. La encarnación

(01) Si Jesús es Dios lo será desde siempre. Tiene que ser Dios antes de su concepción.

* ¿cómo puede meterse Dios en el cuerpo de un niño, en células, en un óvulo fecundado?

* ¿Cómo sucede el anonadamiento de Dios?

* Me siento incapaz de responder, pero no me puedo conformar con el puro sentimiento.

(02) Vamos por partes:

* Dios como plenitud humana es consecuente con hacerse realidad histórica en Jesús.

* El hombre en su madurez puede alcanzar la plenitud,

* Un joven también vive su juventud con pleno sentido no como preparación para la madurez.

* Lo mismo podemos decir de la niñez o la vejez.

* Podrá decirse lo mismo (biológicamente) para un bebé, embrión u óvulo fecundado.

(03) Jesús es el único que muere en plenitud.

* Voy a decir un disparate y espero que me perdonen:

– ¿podría haberse dado en Jesús una especie de “clonación” de sí mismo, a partir de su cuerpo biológico resucitado?

7. La Virgen, Madre de Dios

(01) Si María es madre de Jesús, no sólo es del hombre Jesús, sino también del Hijo de Dios.

(02) ¿Es científicamente posible que una virgen sea madre?

* Pienso una ¿probabilidad nula?:

– Aceptado el plan de Dios, María desarrolla un folículo progresando la meiosis.

– el ovocito tiene junto a él una célula con un cromosoma Y. (suponiendo en María una trisomía XXY en mosaico solo en células germinales, al producirlas podía dar gametos X y gametos Y)

– La primera división junto al ovocito y el primer corpúsculo polar tienen al lado una célula sexual normal con 23 cromosomas siendo uno de los cuales el Y.

– La segunda división, en la que ya se forma el óvulo y el segundo corpúsculo polar con la zona pelúcida que lo rodea, hay junto a ellos una célula pequeña sexual con estructura de espermátida inmadura que lleva el cromosoma Y.

– Las tensiones de la ovulación, u otras causas producirían la fusión de las membranas y la fecundación.

* hoy en el origen de Jesús tenemos que hablar de células y cromosomas, no basta con el milagro del Espíritu Santo.

* Pero si lo que se dio fue una especie de clonación, nada de todo esto tiene razón de ser.

8. Jesús en el límite humano del hombre

(01) Muchos tenemos ciertas ideas sobre el límite máximo de la plenitud humana.

* Jesús es ese límite, la meta del hombre, como hombre total y pleno.

* Dios es afirmado como garantía de que el hombre puede ser llevado a su límite utópico.

(02) Jesús puede ser el Hijo único de Dios si probamos que es el límite humano del hombre.

* diría que lo bueno y razonable que encontramos en el mundo y en el hombre pasa por Cristo-Jesús.

* Porque todo lo que el hombre hace comporta un valor ético.

9. La cruz de Cristo

(01) Jesús nos trae el sentido pleno de vida y una ética perfecta (camino, verdad y vida nueva- eterna)

(02) Trajo la salvación de todas nuestras esclavitudes.

* esto no es posible si el pecado y el mal permanecen en nosotros.

* La redención es la gran obra que Dios hace por Cristo, incluso más grande que la creación. Pero decir que la redención consiste en que Dios entregó a su Hijo a la muerte de cruz como expiación de la culpa humana, es inmoral. ¿Dios satisfecho con la sangre de inocentes?

* El sello de esa redención es el sacrificio de Jesús: víctima voluntaria e inocente (la cruz), por no claudicar ni alterar su mensaje del amor, que irritó a los poderosos, políticos y religiosos.

* La cruz de Cristo revela que Dios sostiene al hombre tal cual es, lo bueno y lo malo, que perdona.

* Desconcertante proceder de Dios, pero de mayor carga de esperanza, al llegar hasta los perseguidos por razón de justicia, compartiendo su condena y ejecución.

* La cruz es el único camino hacia la resurrección, hacia la plenitud del hombre.

* Tenemos la promesa de Jesús de que al final la muerte será vencida.

10. ¿Quién es Jesús?

(01) Aunque la vida de Jesús de Nazaret sea:

* extraordinaria, de máxima calidad humana, su altura de intimidad con Dios,

* no hay prueba irrefutable, certeza absoluta, demostración clara y definitiva de su divinidad.

(02) Necesariamente tenemos que optar, tal como hicimos respecto a Dios personal.

* Para los creyentes de buena fe las dudas pueden presentarse con mayor o menor frecuencia.

11. Mi opinión, mi decisión

(01) Yo creo que Jesús, abre la única vía posible de la humanidad hacia su plenitud y

* es la manifestación de la Voluntad de Dios para todos los hombres.

* Por eso quiero creer que Jesús es el Hijo de Dios, Dios con nosotros. Tengo esperanza.

(02) Jesús, hombre justo y bueno, tiene el más alto nivel de la ética.

* Su único mandamiento es el amor, que contiene toda justicia y va hasta el último aliento de vida.

* Es la cima del hombre y su punto de referencia, desde entonces y para siempre.

* El Dios de Jesús es:

– el que satisface todas mis expectativas,

– ejerce sobre mí un atractivo irrenunciable.

(03) Pero aún hay más:

* Jesús propone una justicia mucho mayor que la que yo me proponía

* Lo mismo pasa con la libertad, con la alegría…

* Sé que el crecimiento nunca se detendrá, porque en el límite está Dios, justicia infinita, amor infinito.

(04) Jesús es el “sanador” de los males, el “libertador” de todas sus ataduras.

* Vincularse a la persona de Jesús de Nazaret significa ponerse en la ruta de la plenitud humana.

…………………………………….

(Fin del Capítulo undécimo primero)

 

15 comentarios

  • Jorge

    Lo confirmo, mi opción por la fe en Jesús es justo la que la Iglesia proclama, ni añado ni quito nada. Por tanto, no sólo coinciden en la misma persona el Jesús histórico y el que narran los Evangelios sinópticos, sino también el del Evangelio joánico y el de las Cartas paulinas, a los cuales se añade toda la teología cristológica de los Concilios Ecuménicos. Todo hace referencia a una sola y misma persona: Jesús de Nazaret. ¿Cuál es la razón o razones para hacer esta opción personal de fe? Pues resulta que la tipología de Jesús que emerge del conjunto de sus fuentes es tan extraordinaria, tan grandiosa y fascinante, tan llena de plenitud, que colma mis expectativas con exceso desbordante, tan atractiva que llega hasta lo irresistible.
     
    ¿Cómo podría inventarse o construirse una persona de esas características? No me resulta creíble que sea un constructo un invento, sino que lo razonable es que detrás de todo ello hay realmente una persona extraordinaria responsable, el propio Jesús de Nazaret. Por esto me basta que haya una probabilidad muy escasa (que no es el caso) de que el Jesús real de la historia sea el mismo que el del conjunto de sus fuentes, para optar por él. Para abandonar esta opción mía tendría que demostrarse completamente su imposibilidad, cosa que está muy lejos de poder hacerse. Habría que disponer de un visor temporal y ver directamente lo que ocurrió en la biografía de Jesús, eliminando todas las interpretaciones.
     
    No veo necesidad alguna Román, de poner en duda los resultados de la exégesis de los textos, los estudios de la historia crítica,…., dudar de que transcurren al menos 30 años de los hechos a la escritura afirmando su contemporaneidad; decir que no existe filtro interpretativo sino que son testimonios directos cuando es claro que todos los libros del NT son de estructura teológica tan diversa como autores, incluso apelar a la presencia de Jesús resucitado y a la inspiración del Espíritu Santo para sellar su autenticidad o su verdad,…
     
     
    Para mi Jesús se defiende solo. Quiero decir que no me hace falta para nada recurrir a la autoridad de las Escrituras, a experiencias personales de Dios, a lo sobrenatural, a lo simbólico… Basta entender y asimilar qué es lo que proclama la Iglesia sobre Jesús, si prestamos atención al fondo y no nos quedamos solamente en la superficie del complejo lenguaje de sus formulaciones teológicas cristológicas. Hay algo en ella tan grandioso que los cristianos, digamos con cierta profundidad y cultura cristiana, no podemos decir o hacer otra cosa que relacionarlo con la divinidad. En Jesús hay claramente para el que quiera indagar, la manifestación plena de Dios. Vamos, que Dios en la Tierra entre los humanos no lo haría de forma distinta a la de Jesús. Y la única razón para explicar la plenitud humana de Jesús es que él mismo constitutivamente es plenitud. Y esto sólo puede ser propio de Dios, Dios con nosotros.

  • Román Díaz Ayala

    No creo que la incomprensión resida en que no me explico bien, o que no me percato de un posible error de pensamiento. M e motivo en el campo de las experiencias (la fe no es un hallazgo intelectual, aunque lo contenga, sino una experiencia con el Dios que se nos hace presente en nuestras vidas). por ello, no lo puedo llamar opción, especialmente en estos ambientes donde reina presidiendo el pensamiento, es decir, el ejercicio de pensar. La intuición a la que muchos reducen la fe, no es otra cosa que el conducto o medio humano  (el nuestro en lo que tiene de participación en el encuentro con la divino) de la percepción de la certeza de que Dios, se nos hace presente. La intuición son las verdades del corazón que nos identifican como “pobres” ante Jesús (hablo como persona cristiana)

    pero la fe no está despojada de creencias y a veces las mismas creencias disimulan la ausencia de fe, de ahí la parábola del trigo y la cizaña. La cizaña se da en “el campo de Dios”, no en el mundo. A todos esos colectivos de personas cristianas “convencidas”, las podemos llamar “cristianas culturales”. los frutos de la fe son las obras. Las cizaña no produce grano aprovechable, pero Dios en su misericordia se cuida del trigo y de la cizaña, hasta el final.

    En resumen. que en tus análisis descuidas o le das un tratamiento distinto al hecho cultural. Pero de tal cosa tendríamos que hablar largo y tendido y nos alejaríamos muy mucho de este hilo.

  • Isidoro García

    Perdona Román, pero es que te enrrocas en un terreno que no es el tema.

    ¿Es que no te cabe en la cabeza, que las cosas pueden ser mucho más complicadas y complejas de lo que quisiéramos, y nos han contado? ¿Qué el Espíritu Santo asiste a todos, y sin embargo cada uno piensa de una manera totalmente distinta, (múltiples variedades de católicos, protestante de todo pelaje, etc. y muchos de ellos sabios y santos)?

    Yo también creo en que Jesús es el Cristo, y que “resucitó”. Pero eso no aclara nada.

    Tú, al igual que Jorge, que él sí lo explicita muy bien, has hecho una opción personal, pero no quieres admitir que es así, (quizás por temor a haberte equivocado, riesgo que todos corremos), y lo disfrazas con que eso es lo único que se puede y se debe creer, porque te lo dijeron en la catequesis de primera comunión.

    Tienes un argumentario, que te vale frente a los no creyentes, pero que no vale ante los que también somos creyentes, pero investigamos un poco por nuestra cuenta, (y apoyándose en los múltiples estudios de sabios exégetas e historiadores religiosos que existen y han existido).

    No ates ni limites al Espíritu. ¿No puedes entender que el Espíritu inspira también a los no creyentes, y a los no cristianos, mahometanos, budistas, etc, cuanto más a los diferentes “escuelas” cristianas?.

    A Santa Teresa, su “Voz” interior, le dijo una vez: “No me quieran atar…”. (Buscaré la cita exacta, y la pondré en otro momento, pero el espíritu de la misma es ese).

     

  • Román Díaz Ayala

    Bien, Isidoro, ahí está el quid de la cuestión, ese meollo que nos pueda hacer inteligible los textos o despistarnos.

    Tenemos también que saber a qué círculo de interés nos estamos dirigiendo, en el cual nos renocemos y nos identificamos; el de los escépticos con un mero interés en la religión o el de quienes buscan inquisidoramente purificar o recobrar su fe perdida. Yo me muevo en el ámbito de lo segundo, pero encuentro la dificultad de quienes presidiéndome han estado arrojando mucho material de escombros sobre estructuras firmes y edificables.

    mi tesis, y creo que la comparte Jorge,  es que no existe diferencia alguna entre el Jesús histórico y el Jesús de los Evangelios. los Evangelios son substancialmente historías que narran acontecimientos reales aunque tengamos que darles un valor teológico, lo que llamamos una interpretación desde la fe. Lo exigía Jesús.No nos vayamos a aburrir con citas, aunque soy muy dado a ellas.

     

    Tu hablas de treinta años y yo hablo de contemporaneidad. Tu hablas del filtro de la interpretación de unos hechos y yo hablo del testimonio directo de unos testigos oculares. Tu hablas de un Jesús muerto y enterrado, y yo hablo de un Jesús resucitado, que se hizo visible inmediatamente después de su muerte a su “pequeño rebañito” que acreditó ser el Cristo de Dios y que se hacía presente, como ahora a través del Espíritu Santo en el seno de los creyentes.

  • Isidoro García

    Al escribir mi último comentario, no había leído tu último de las 9,19. Pero no llevas el terreno al tema de discusión.

    Acabas: El Cristo de la fe es el mismo Jesús histórico no existe espacio de elaboraciones intermedias.

    Hay tres Cristos, no dos: El Jesús histórico real, el Jesús de los evangelios, y el Jesús teológico de final del proceso de los Concilios en los cuatro primeros siglos.

    El Jesús histórico real, es desconocido, y es el que intentamos redescubrir.

    El Jesús de los evangelios, ya viene distorsionado, por los recuerdos, después de treinta años, (en una cultura eminentemente oral). A tí te parecen pocos 30 años. Prueba a transcribir una conversación con un personaje que hayas tenido en 1985, sin que tomaras ninguna nota. Pero es lo que tenemos, y hay que basarse en ello e investigar sobre ello.

    Y el Jesús eclesiástico, es el de cuatrocientos años de avatares históricos de todo tipo, con una cadena incesante de discusiones, herejías, excomuniones a disidentes, etc. etc. realizada por “angelitos” de la misma calaña que nosotros: en ella hay de todo, y no todo bueno, ni listo, (igualitos que nosotros). Tú te fías, porque eres un hombre bueno, de ellos. Yo más desconfiado, no.

     

     

  • Isidoro García

    “…textos sagrados debería seguir siendo fuente primera de autoridad. (Digo primera en el sentido de la inmediatez)

    “quienes no conceden ningún valor sobrenatural a la revelación divina de los textos sagrados”.

     

    Román: En los tres primeros párrafos de tu comentario, estás describiendo un proceso de interpretación inteligente de unos textos, que siguen siendo la única fuente primaria de autoridad que tenemos del mensaje de Jesús.

    Pero este proceso de interpretación no es gratuito y caprichoso, es porque es necesario, (es hacer de la necesidad, virtud), ante lo insatisfactorio que resulta al hombre moderno, muchos aspectos, de la interpretación tradicional hecha por hombres, en los primeros siglos del cristianismo. Y esa insatisfactoriedad, es un indicio muy claro, de que algo se ha interpretado mal.

    Tú no defiendes la autoridad de los textos, sino la interpretación de los mismos realizada por unos hombres bienintencionados, como tú, pero errables, como tú y como yo.

    Y puestos a equivocarse, prefiero equivocarme con mis propios errores que no con los de otros. Tú, en una opinión respetable, prefieres que te lo interpreten otros.

    Jesús, se enfrentó a ese mismo problema en los judíos, con los fariseos, que hacían una interpretación determinada sobre la Ley.

    Tú mismo, en otro hilo, has citado a Marcos, 7.

    8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

     

  • Román Díaz Ayala

    Para conocer a Jesús no podemos prescindir del valor historiográfico de los textos del Nuevo Testamento.

    A pesar de las dudas que pudieron tener  los expertos y de los posicionamientos de algunas escuelas teológicas, la conclusión más generalizada situa la confección de los 27 documentos que conforman los escritos cristianos añadidos a la Biblia en fechas muy cercanas a los hechos narrados en los evangelios y durante la vida de los muchos testigos citados. Sus autorías han quedado también notoriamente acreditadas aunque queden todavía importantes dudas en los libros más tardíos.(El uso de seudónimos o la participación en la  autoría colectiva, de escuelas o de círculos de discípulos)

    Jesu murió ya casi sin dudas durante la Pascua Judía del año 31 pues una fecha posterior de su muerte ofrece más dificultades que posible soluciones a los problemas históricos que plantea.

    Juan o Juan Marcos fue el primer Evangelio escrito de los llegados a nosotros. Como los otros dos sinópticos fue necesariamente escrito antes del año 70, fecha de la destrucción del Templo. Hijo de María, uina mujer de Jerusalen en cuya casa se reunían los primeros discípulos (Hechos 12,12) Bautizado por Pedro, pues lo llama “hijo” (Hechos 12,12) y pariente de Bernabé (Colosenses 4,10) Acompañó a Bernabé y a Pablo en el primer viaje misionero (Hechos 12,13). En los años 61 al 63, fecha del cautiverio de Pablo en Roma allí está Marcos (Colosenses 4,10… Filemón,24). Sigue en Roma con Pedro hacia el año 64 (I de Pedro 5,13)

    Cuando Pablo estuvo preso por segunda vez en Roma, hacia el año 66 le pide a Timoteo por carta que le envíe a Marcos ( 2ª Timoteo 4,11)

    Dado que el evangelista Lucas usa a Marcos como una de sus fuentes, y este escribió su Evangelio y Hechos  durante la prisión romana de Pablo ( años 61 al 63) tenemos que situar su evangelio en fecha muy temprana, muy anterior a su redacción definitiva que siempre sería anterio. a los acontecimientos iniciados en el año 66.

    ¿Se le puede dar más alto valor de autenticidad?

    Y este documento, el primero histórico de la serie da comienzo así: Comienzo del Evangelio de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios.Conforme está escrito por el profeta Isaías…”

    Y si dividimos el Evangelio en dos partes, encontramos que en la primera hasta el 9,10 responde a la pregunta. ¿ Quién es Jesús de Nazaret?

    Conclusión: El Cristo de la fe es el mismo Jesús histórico no existe espacio de elaboraciones intermedias.

  • Román Díaz Ayala

    ¿Que valor le damos a Las Escrituras?

    Hemos hecho de nuestro cristianismo un asunto doctrinal de especulación teológica-filosófica y con ello hemos realizado estudios de religiones comparadas. Todo ello ha permitido la entrada a saco de todo tipo de especulaciones y opiniones. Es decir, cultivamos sus aspectos históricos y culturales en un libre intercambio de opiniones  y de estudios comparados. Nos ayudan las ciencias menos especulativas disciplinas científicas que le han ido robando espacio a las especulaciones de los filósofos.( y teólogos)

    Empezábamos por descubrir y/o afirmar que todas las frases atribuidas a Jesús no podían ser literales, sino  versiones de los diferentes testigos. Luego que lo mismo que los “acontecimientos”, podían tener un contenido simbólico al servicio de una idea teológica y que las frases atribuidas a Jesús quizás nunca fueron pronunciadas. Para darle mayor verosimilitud a nuestras conjeturas empezamos a separar en el tiempo los testigos escritos (documentos y testigos oculares) del momento histórico de la vida de Jesús. Tuvimos entonces que hacer coincidir los sentidos o intencionalidades de los textos con los hechos históricos bien documentados en la historia profana alejados de Jesús en casi o más de un siglo.

    Entonces, con nuestra carga intelectual moderna de los elementos de pensamiento de nuestra religión heredada nos hemos lanzado a depurar nuestros conceptos y a purificar “el sentido de los textos”, fundamentándonos en que éstos fueron fiel reflejo de una reforma profunda y necesaria ( aunque interesada) del mensaje original de Jesús que se dió en los siglos II, III y IV. Así hemos sufrido una tremenda transformación tanto en “nuestra teología”, como en el sentido de “Las Escrituras originales”.

    No me extraña, por tanto, el tratamiento que de nuestros textos sagrados hacen  quienes no conceden ningún valor sobrenatural a la revelación divina, mientras que para nosotros debería seguir siendo fuente primera de autoridad. (Digo primera en el sentido de la inmediatez)

  • Jorge

    Isidoro, pienso que si queremos aclararnos en estos temas complejos, no se puede hacer corrigiendo las Escrituras. La corriges diciendo que un posible error involuntario de copia inicial, se podría haber amplificado de tal manera que se entre en una espiral de justificaciones, haciéndonos “tragar” la parafernalia ortodoxa de la Encarnación o las teoréticas sobre las dos naturalezas, o la inseminación del Espíritu en su madre humana, …., y supongo que muchas más ¿verdad? Enmendar la plana a lo que el cristianismo desde el principio propone como central, su kerigma, no nos va a llevar a explicarlo sino a construir otro diferente. Puede que este sea tu objetivo pero en absoluto es el mío. Yo lo que quiero es explicar mi fe lo más razonablemente posible, desde una mentalidad científica, una fe que quiero tener y tengo idéntica a la que proclama el cristianismo desde el principio. ¿Tarea muy difícil? Pues sin duda lo es, pues habrá que trasladar las afirmaciones centrales (o dogmáticas) formuladas en un paradigma completamente distinto, a un contexto científico-tecnológico sin alterar un ápice su sentido y su significado.
     
    Encarnación de Dios, ¿qué significa? Pues su significado es claro, Dios toma para sí la carne humana, es decir se hace un ser humano. En el contexto en el que esto se formuló se entiende como misterio y milagro, pero en mi contexto científico no existen los milagros (hechos imposibles), y los misterios si son reales son simples problemas pendientes de resolver o explicar, no pueden tomarse de ninguna manera como explicaciones. Los misterios reales invitan a la Ciencia a elaborar hipótesis plausibles para intentar explicarlos y luego probarlas o falsarlas si queremos hacer Ciencia. No pretendo hacer Ciencia de la Encarnación, pero sí formular alguna hipótesis que vaya en la dirección de explicar o de disolver el problema científico que implica la Encarnación.
     
    Yo creo que el problema prácticamente se diluye si pensamos en Jesús como un hombre en plenitud, un hombre que pertenece a la Plenitud futura. Quiero decir que si pensamos la Encarnación-Resurrección como procesos que relacionan realmente, físicamente, el tiempo histórico y el tiempo futuro de Plenitud, la encarnación y la Resurrección pueden hacerse más comprensibles para una mentalidad científica como la mía. Mucho más comprensibles que incluyendo en ellos el ámbito divino, a Dios.
     
    La Encarnación sólo sería la implantación en una mujer de la historia (María) de un embrión del tiempo de Plenitud, y la Resurrección su retorno a ella. Es que no hay impedimento teórico alguno por parte de la Ciencia que implique que alguno de los dos procesos o ambos sean imposibles. Impedimentos tecnológicos muchos, sugiere el dominio del espacio-tiempo que por ahora está lejos, pero es posible quizás, tal como están las cosas, que dentro de algunos siglos esas tecnologías necesarias estén disponibles.
     
    Si la Encarnación-Resurrección la entendemos en el marco de relaciones entre la Plenitud y la historia, quiere decir que en este proceso no interviene Dios ni su Espíritu al menos directamente. Sólo intervienen los humanos de la Plenitud y los humanos de la historia. Por tanto, la Encarnación entendida como Dios hecho hombre, en realidad no ha sucedido. Lo único que ha ocurrido es que un embrión humano del tiempo de la Plenitud futura, ha nacido en la historia, y si nos referimos a Jesús pues será el hijo de María nacido en la Judea romana del s.I. Y esto aunque parezca surrealista, en realidad puede ser aceptado (aunque sea de escasa probabilidad) sin violar ninguna ley científica, y sin recurrir a misterios o milagros opuestos a la Ciencia.
     
     
    Le Encarnación en su sentido más profundo como Dios hecho hombre, tiene necesariamente que implicar al ámbito divino, y éste no pertenece al ámbito humano de la realidad física. Por tanto aquí la Ciencia no puede hacer otra cosa que guardar silencio. Apunto que esto sólo me parece que pueda darse fuera de la realidad física, justo en la entrada de Dios en un hombre de la plenitud despojándose de su divinidad, (Encarnación en su sentido fuerte), que es comparable a la salida de toda la humanidad por su espiritualización de la realidad física (Resurrección en su sentido fuerte) hacia lo eterno.

  • Isidoro García

    Vamos a ver. Yo intento comprender el fenómeno del origen del cristianismo y a su figura central, el personaje humano, Jesús.

    E intento llegar a entender la intervención de “Dios” en la historia, en la que creo como creyente cristiano, pero intentando pensar cómo se realizó.

    Saber, saber, no sabemos nada, por lo que todo son especulaciones. Pero siguiendo a Ockam, sería preferible encontrar una especulación, que sea lo más sencilla posible, (aunque será lo que haya sido, lo que hoy por hoy no sabemos a ciencia cierta).

    Hay varias hipótesis, la Encarnación de la doctrina ortodoxa, en la que Jesús es una persona “preexistente”, (en la Antigüedad, preexistente no era como ahora, anterior a la Creación del Universo, sino anterior al inicio de la historia humana).

    Si Jesús, existía antes del inicio de la historia, o desde los inicios de la historia, su aparición concreta y biológica, naciendo de nuevo en el siglo I, exige toda la parafernalia de la Encarnación ortodoxa.

    Hay otras hipótesis especulativas. La del Avatar. De origen hindú, esta hipótesis, habla de la suplantación psíquica mental, temporal o definitiva, de la mente de una persona nacida, ocupando su mente, con todos los circuitos neuronales y los conocimientos del ser colonizador.

    Esta hipótesis en Jesús, podría aplicarse en el momento del bautismo de Jesús por el Bautista, momento en el que no solo hubiese sido “adoptado” y designado por Dios, sino más aún, podría haber sido colonizado el humano Jesús, por la mente del Cristo cósmico, que podría ser también humano, aunque “especial”.

    Pero hay otras hipótesis más sencillas y menos “espectaculares”. Y una de ellas es la mía. El “Cristo”, sería una organización directiva colectiva, integrada por los mejores humanos de la historia normal, y a la que se irían incorporando esos humanos en el momento de la historia que viven. Todos nos vamos incorporando al “Reino de Dios” a nuestra muerte, previo aprendizaje de lo que necesitemos, pero los mejores, lo hacen a su Dirección.

    ¿Por qué he llegado a esa conclusión?. Pues al intentar hacer compatible una gran contradicción.

    Por una parte, yo, como tú, como cristiano, creo que el hombre-Jesús de la historia, “es el Cristo”, un humano nombrado por “Dios”, como Hijo de Dios predilecto, y encargado de dirigir el proceso en la historia de la humanidad .

    Pero por otra todo apunta, a que Jesús, estaba muy equivocado respecto a la historia de su época. Creía en una intervención divina que iba a producir el fin del mundo como era hasta ese momento, (las predicciones evangélicas del inminente fin del mundo).

    Todo indica que creía en su designación como mesías judío al estilo del momento histórico. Se rodeó de al menos varios significados zelotes, tiene en los evangelios ciertas frases sobre temas de armas, tuvo incidentes públicos violentos en el Templo, y por último fué arrestado en una operación militar y ejecutado por los romanos por declararse Rey de los judíos.

    Si Jesús hubiese tenido conocimiento del nuevo significado “light” del mesianismo, que luego elaboró la teología cristiana, hubiese sido una locura, que se hubiese rodeado de la gente con la que se rodeó, y se hubiera metido en los líos histórico-políticos en los que se metió.

    Con esa visión teológica del mesianismo, Jesús, en la Judea pre-revolucionaria de su tiempo, no se hubiera comido un colín, entre otras cosas, porque nadie le habría entendido. Quizás en Atenas o en la Alejandría helenizada, pero no en la Galilea judeo integrista de la época.

    Parecería lógico suponer, que fue un humano más, que aunque muy sabio, también cometió un grave error interpretativo, en la interpretación de las revelaciones personales, que él mismo cuenta que tuvo, cuando habla de sus conversaciones con el Padre.

    (Por ejemplo, bien podría ser que le dijesen que había sido declarado hijo predilecto de Dios encargado de ayudar a los demás humanos a acercarlos a la comprensión de Dios, y él lo asoció con la figura arquetípica del Mesías, tan esperado en su época. Todos lo interpretamos todo, en función de la cosmovisión de la que disponemos en ese momento).

    En resumen, que a lo mejor “Jesús”, vuelve a “hacerse hombre/mujer”, en diferentes épocas de la humanidad, cada vez en un Jesús/Jesusa, distintos, pero al final todos ellos/ellas, acaban unificados, coordinados todos, en la Dirección de la humanidad que nos dirigiría.

    Todos estos nuevos planteamientos, permiten, aceptar el núcleo central, la almendra del mensaje cristiano, sin los muchos trágalas teoréticos,

    (una persona con dos naturalezas distintas, humano a la misma altura que el Padre que le ha nombrado, necesidad de la “inseminación” del Espíritu en su madre humana, etc.)

    que la teología tradicional ha tenido que construir al hacer una interpretación muy literal de la realidad oculta.

    Hay un refrán que dice que lo que empieza bien, suele acabar mal, pero lo que empieza mal, suele acabar de pena. Es como en los chistes en que a uno le pilla su mujer con otra en la cama. Si se empeña en negar lo evidente, y empieza a querer razonar justificando lo injustificable, eso te puede llevar a situaciones de lo más absurdas y surrealistas, de las que están los chistes repletos.

    Me recuerda una anécdota graciosa sobre errores de traducción, que ya he contado aquí. El traductor traducía al español desde una traducción francesa previa de una novela donde se hablaba de unos marineros daneses, que arrojaba tinta por la borda del barco, cuando llegaban a puerto.

    Al traductor, le pareció muy raro aquello, y para justificarlo, puso una nota del traductor: “lo que es una costumbre tradicional entre los marineros daneses”. El asunto se debía a un error tipográfico en la edición francesa, y en vez de poner “ancre” = ancla, pusieron “encre” = tinta.

    Pues lo mismo pasa con mucha de la elaboración teológica de los cuatro primeros siglos del cristianismo. Un primer error involuntario, lleva a otro y para justificarlos hay que cometer otros, y así, hasta donde hemos llegado. (Pero eso no puede haber sucedido porque dispusieron de la consultoría teológica infalible y exclusiva del Espíritu Santo, y ya está cerrado el círculo vicioso).

  • Jorge

    Vamos por partes Isidoro tal como propones, pues es verdad que son muchas las cuestiones que plantea o sugiere este tema, sobre las que seguir un diálogo jugoso e interesante. Tenemos todo el tiempo que queramos, pues según parece Antonio Duato no pone límites al número de comentarios de las líneas abiertas, algunos sobrepasan los 100, incluso me ha propuesto parar la salida en Atrio de nuevas líneas del taller, para que pueda seguirlas con cierta holgura y dedicación.
     
    Dices que no tiene sentido que surgiese el Cristo, “el Ungido”, en el s.I, pues como es evidente no se produjo en ese tiempo ninguna intervención de Dios; pregunto ¿extraordinaria? ¿milagrosa?… Como supondrás mi opinión es contraria. Yo creo que en Jesús de Nazaret, la persona histórica que fue del s.I, se produjo de lleno y en plenitud la irrupción de Dios en la historia humana. Es algo fuertemente extraordinario y asombroso, pero que nada tiene que ver con una intervención mágica o milagrosa de Dios. Al contrario Jesús vive de la misma manera que cualquier hombre en el contexto cultural, social, político y religioso en el que vivió.
     
    Supongo que juzgas que fue una mala elección, si a Jesús le “suponemos” (cosa discutible) la capacidad de elegir un tiempo histórico favorable para la difusión de su mensaje. Quizás pienses que nuestra época es más apropiada, más intercomunicada y con mayores medios tecnológicos, por lo que hubiese tenido una mayor eficacia. Y mejor aún si hubiese esperado un poco más para poder usar ese salto que esperamos en muy poco tiempo de avance acelerado. Quizás sí, pero yo no me lo creo. Las dificultades que tiene nuestra sociedad para asumir valores éticos y no digamos religiosos, no hacen de las condiciones actuales mejores para la acogida del proyecto de vida de Jesús que las del s.I, yo diría que son peores con el resabio que compartimos contra los “salvadores” del mundo. Vamos de retirada de religiones y de idealismos utópicos, pues creemos que ya de todo eso hemos tenido suficientes fracasos.
     
     
    Pero la evidencia es que en el s.I el mensaje de Jesús pudo germinar y luego ha prosperado y se ha difundido a lo largo de todos estos siglos y ha llegado hasta nosotros. ¿Germinaría en nuestro contexto? Déjame dudarlo, claro que según se dice Dios puede con todo, pero no podría hacerlo de forma tan consecuente y adaptada al tiempo histórico, como fue posible en el contexto judío del s.I. en el que vivió Jesús. Él pudo escabullirse al menos tres años de vida pública y formar un grupo de seguidores, porque era una sociedad relativamente lenta en el paso de información. Hoy se enterarían de sus pretensiones mesiánicas y sumamente peligrosas en sus primeras palabras y acabarían con él de inmediato. Si Dios pretendiese manifestarse plenamente en un hombre en el contexto actual, tendría más bien que imponerse en todos los órdenes saltándose la coherencia histórica. Y a mí me parece que éste no es el modo de hacer de Dios, pues implicaría la pérdida de nuestra capacidad de decisión y por tanto de libertad. No podríamos hacer otra cosa que seguirle sumisamente ante la evidencia de su poder, sabiduría y conocimientos.

  • Jorge

    Gonzalo, coincido en que son más importantes las actitudes que las explicaciones, más importante lo que hacemos que las teorizaciones, aun cuando éstas las necesitemos. Supongo que algunos las necesitamos más que otros, por perseguir cierta coherencia entre una cosa y la otra. Lo que me comentas de completar la metodología con una visión histórica, te explico que no podría haber escrito estos temas de la segunda parte (Islam, Judaísmo, Jesús e Iglesia), sin reunir la información histórica necesaria y haberla estudiado tan a fondo como he podido asimilar. Nada de todo ese conocimiento histórico que he ido adquiriendo aparece reflejado en mi libro, porque huye de la erudición dado que mi objetivo es únicamente la expresión de mis ideas o contenido de mi fe lo más razonadamente posible y por tanto biográfico. Sobre las preguntas que haces: “¿Cómo se formaron los evangelios? ¿Cómo se escribieron los libros del Antiguo Testamento y qué influencia tuvieron en Jesús y en sus discípulos? ¿Cómo se formaron las creencias entorno al Cristo de la fe? ¿qué influencia tuvieron la filosofía griega y la situación política del Imperio romano?”, tengo suficiente información reunida para haber entendido la diversidad de respuestas. Hay textos estupendos que tratan ampliamente sobre estas cuestiones, pero no es mi objetivo tratarlas en mi libro. Yo he optado por algunas de las respuestas dadas, a las que con frecuencia les doy un toque personal, pero sólo he introducido en mi libro aquellas que he asumido y que me sirven para los objetivos que me propongo. Si quieres y te apetece podríamos tratarlas aquí.
     
    Pues sí mi querida Pilar, pretendo una fe sin magia echando mano incluso de la ciencia-ficción si ello fuese necesario. La prefiero antes que a la magia o milagros de Dios. Es que la ciencia-ficción buena se apoya en la Ciencia proyectada a un futuro plausible, la magia y los milagros no, no sólo pasan de la Ciencia sino que directamente se les opone. Y yo creo que lo imposible sigue siendo imposible por mucha magia o mano de Dios que se le ponga. Entiendo que digas que sólo puede ser magia la afirmación de una madre virgen fecundada por Dios. Bueno, si me lees con atención yo no digo tal cosa. No es Dios ni su Espíritu el que fecunda el óvulo de María, sino un hombre de la Plenitud quien es “clonado” en María. Y ese hombre en plenitud es el padre biológico de Jesús. Si ese padre y su hijo están tan estrechamente ligados y unidos íntimamente con Dios, tanto que podemos hablar de ellos como Dios con nosotros, y si en ellos van unidas de forma inseparable la humanidad junto a la divinidad, lo ocurrido en María es algo extraordinario, pero no científicamente imposible. Un ser humano que es a la vez divino nace de María, y por ello, con propiedad podemos llamarla “madre de Dios” por muy paradójico que resulte.
     
     
    Sí, sí, ya sé que me dirás que estas explicaciones son completamente innecesarias para seguir el proyecto de vida de Jesús. ¡Pues claro que sí! Pero considero necesario que al menos unos cuantos nos ocupemos de estas cosas, puesto que algunos nos acusan de tener una fe mitológica, irracional y ciega, difícilmente creíble. En particular nos acusan de irracionales precisamente en el núcleo central de nuestra fe, como es encarnación-resurrección, en consecuencia, tenemos que esforzarnos y tratar de explicar nuestra fe del modo más racional posible, si queremos que nos escuchen con cierto margen de credibilidad en la parte de la sociedad más culta o cultivada.

  • Isidoro García

    Amigo Jorge: Planteas tantas cosas y tan sugerentes, que no sabe uno por dónde empezar. Así que voy a coger una nada más, y obviar las demás.

    Hablas del Cristo de la fe, y del Jesús histórico, “¿cabría la posibilidad de que el Cristo de la fe y Jesús el hombre histórico coincidan? “.  

    Nosotros los hombres del siglo XXI, disponemos de una información histórica privilegiada y de unos conocimientos científicos del hombre ante el Universo, de los que no disponían en el primer siglo, y que nos permite, nos obliga y nos hace responsables de una lectura adecuada de la cuestión.

    Históricamente hablando, hoy es evidente que el Cristo, el “Ungido”, el “Mesías judío”, en su versión judía, no tenía sentido que surgiese en el siglo I, pues, no se iba a producir ninguna intervención de Dios, directa en la historia, pues no se produjo.

    Entonces los cristianos de hoy día, deberíamos reinterpretar cuál podría ser el sentido cósmico de la figura del “Ungido” = el “elegido, el nombrado”, que habría sido el Jesús histórico.

    Nosotros, hoy sabemos, que la humanidad, está embarcada en un proceso evolutivo trascendental, que le está llevando hacia el surgimiento, o metamorfosis de una nueva especie inteligente del escalón superior a nosotros. Ese es el sentido de la evolución.

    Justamente el Jesús histórico, habló de que estaba surgiendo un proceso de desarrollo y desenvolvimiento del “Reino de Dios”: blanco y en tetrabrick.

    Del episodio histórico del hombre Jesús, se desprenden dos cuestiones para mí. La primera, que Jesús era un hombre de su época, (como no podía ser de otra forma), y estaba metido en medio del proceso histórico del momento, que asimilaba ese liderazgo, con la liberación de su país.

    Y de ahí sus avatares históricos. Su ejecución, ni tiene ningún significado religioso, simplemente fue un azar histórico, como podía haberse muerto de viejo, de una gripe o picado por un escorpión.

    Todo el significado teológico paulino posterior, fue simplemente, el efecto de una “sobrenaturalización” de su figura, debido a las numerosas apariciones que tuvo, y al resultado de buscar razones, a lo que es simplemente casual: superstición pura y dura, aunque bienintencionada. Y también la visión de sus seguidores de aprovechar el numerito emocional y de la lástima. (El consejo del artesano: “A mal Cristo, mucha sangre”).

    La segunda cuestión que yo veo, es que en aquello tiempos, el liderazgo, era fundamentalmente de naturaleza monárquica: un Rey, un Dios.

    En los tiempos actuales, de inteligencia compartida, democrática, y colectiva, quizás deberíamos empezar a contemplar la posibilidad de un Cristo colectivo, algo así como un Consejo de ministros, que aunque tenga un líder en cada momento, (que no tiene porqué ser siempre el mismo), tenga una naturaleza colectiva.

    Quizás ese planteamiento moderno, haga más fácil comprender que un Jesús del siglo I, un Sócrates del IV a.C., un Buda del VI a.C., un Francisco de Asís, del XIII, un Einstein del XX, un Gandhi, del XX, etc. pueden ser sendos miembros que se van incorporando a una institución directiva, que es “divina”, en cuanto que es designada por “Dios” Padre, y es la suprema autoridad y representación de la humanidad en el Cosmos.

    ¿Fantasías teológicas?. Posiblemente.

  • Gonzalo Haya

    Jorge, creo que tienes una profunda fe y tratas de entenderla con una mentalidad científica; a mi parecer esa metodología debe completarse con una visión histórica. ¿Cómo se formaron los evangelios? ¿Cómo se escribieron los libros del Antiguo Testamento y qué influencia tuvieron en Jesús y en sus discípulos? ¿Cómo se formaron las creencias entorno al Cristo de la fe? ¿qué influencia tuvieron la filosofía griega y la situación política del Imperio romano? Mi fe en Jesús -mejor diría mi confianza en Jesús- se apoya en el testimonio de mi conciencia; al leer lo que de él nos cuentan los evangelios -más o menos filtrados por cada comunidad cultural- descubro lo mejor de mi conciencia (creo que a ti te sucede algo semejante).  Lo demás son explicaciones propias del momento cultural en el que se formularon, y además ahora están en una profunda revisión. En un Comentario al evangelio de Marcos he tratado de acercarme al Jesús de Galilea y he encontrado a un Jesús laico, abierto a los problemas humanos de israelitas o de paganos, que se distancia de los sacerdotes y del templo, y que resalta los valores del hereje samaritano y de la mujer pagana sirofenicia. Ante los nuevos paradigmas culturales, científicos y éticos, creo que las explicaciones -las actuales o las nuevas- son menos importantes que las actitudes. Necesitamos explicaciones, como necesitamos las barandillas de un puente o de unas escaleras peligrosas, pero en realidad somos lo que hacemos, no lo que teorizamos.

  • mª pilar

    Uffff…

    Dices sin magias, sin intervenciones.

    ¿No crees que en este cap. “la magia” está presente en muchos momentos?

    Mi compromiso con la ¡Vida! que se me ha regalado, ya no está atada a tantas lecciones de divinidad, de una madre virgen fecundada por “dios”…

    Y si Jesús, en su comprensión de la vida que le rodea… toma la decisión de:

    ¡Hacerse Hijo del Dios de la Promesa de su pueblo!

    Algo sobre este tema, compartimos con Juan Luis Herrero del Pozo.

    Que Jesús era especial… solo hay que comprender sus palabras y sus obras… y que alcanzó un conocimiento extraordinario de la naturaleza humana y el fin para la que estaba llamada… si el ser humano así lo decide.

    Cuando el ser humano opta, todo cuanto tiene a su alrededor “se ilumina”, lo hace crecer y sobre todo… caminar hacia el:

    ¡¡¡SER!!! 

    ¡Si Dios es…! No puede formar a un hijo acotado a una sola manera de mirar y ver la vida.

    Porque deberíamos desear, que en todos los confines de la tierra, con sus costumbres, miradas, creencias… pueda hacerse presente de alguna manera.

    Y así, desde todos los lugares, puedan formar ese Reino que según el Maestro… está dentro de cada ser humano, y en cuanto le rodea.

    El ser humano tiene  algo de un valor incalculable:

    ¡Su libertad!

    La decisión de como usarla… también es suya, por lo cual, recogerá aquello que siembre en su caminar por esta vida.

    Puede ajustarse al hermoso Proyecto de Vida de Jesús (desde distintas creencias) o puede crearse su propio reino, y ya sabemos a donde nos ha llevado los reinados de los seres perversos que pululan por la tierra.

    El ser humano, tiene todas las posibilidades de optar, y ahí..:

    Radicará su camino y su meta.

    mª pilar