Lo absoluto se ha percibido como lo contrario de lo relativo, en un continuo esto o eso, en cuanto utópico e inflexible en sus pretensiones, anunciador del caos, cayendo sin cesar en la propia trampa que excluye y se autoexcluye, de uno y otro lado, y en ese infructuoso y largo camino ha ido perdiéndose en política su verdadero papel, el de ser integrador, el de saber aglutinar la suma de relativos y tendencias, todas ellas, ya participativas ya abstencionistas, sin empecinarse en absolutizar una determinada cosmovisión ni excluir a ninguna, por distinta que sea, sabiendo hacerse unidad múltiple y diversa con todas ellas, en apertura constante, a lo que, en principio, pudiera parecer, para el intolerante e impositivo, escaparse del control.
Es, a mi modo de ver, lo que está por hacer, y lo impide una cortedad de visión más allá o acá de lo que a nuestra mente política, inconscientemente o no, condicionada, le resulta coherente y muy cómodo también.
Delimitar la realidad política en derechas e izquierdas, conservadores y progresistas, entre otras cosas, la convierte en algo muy pobre, hoy en día, aunque siempre lo es y ha sido, por los resultados de injusticia y desigualdad obtenidos. Las posiciones de repliegue, cerradas en sí mismas, yerran por sí solas, por muy encomiables que sean sus principios.
Pero, además los componentes que se erigen en uno u otro signo, se van facilitando, por así decirlo, en su realidad misma, constructa y preestablecida, todos los obstáculos para reafirmarse en unas creencias, que les paraliza y obceca, olvidándose de su servicio solidario, honesto y abierto al bien común de todos los ciudadanos, con todo lo que , en principio, nos intentan convencer mostrándose en sus palabras y gestos muy comprometidos.
A lo mejor, resulta que los tecnócratas muestran ser muy eficaces en su gestión correspondiente, si se les dejara, siempre y cuando los políticos de oficio se retirasen convenientemente, y no les encaminaran hacia las vías poco transparentes, que llevan, tarde o temprano, a la corrupción y al despilfarro. Y, por consiguiente, estos últimos, los políticos, entenderían mejor su cometido, no perdiendo tanto su tiempo y el dinero de los demás, en magnificar la labor política del partido de turno, en el gobierno o no , con y en todos los medios posibles a su alcance, con discursos y proclamas repetitivos que se los lleva el viento, cuando los hechos son bien distintos y tantas veces inexistentes.
A esto hacen, de modo general, unos y otros políticos, oídos sordos, no poniendo medidas, ni siquiera llegan a planteárselo, para evitar que continúen financiándose los partidos con el esfuerzo de los españoles honrados que contribuyen con los impuestos, y que, por otra parte, vienen despilfarrándose, además, en “agujeros negros”, por la incompetencia que hay de transfondo, por no llevar a cabo la política que a todo ciudadano, sin excepción, favorece y respeta.
Ante todo, no quiero dejar en el tintero, que el despilfarro, con toda probabilidad, apuntaría a una inmadurez personal que le impide a la persona política verse en el resto de los ciudadanos y, por tanto, llegar a actuar de manera que desearía hicieran para con ella, realmente, así como con respecto a todas las demás personas de la comunidad ciudadana, naturalmente. ¿Puede ser simplemente ignorancia?
Tampoco gusta al ciudadano, por lo injusto que resulta, la falta de presupuesto para otros cometidos, tan importantes y esenciales, como lo es, por ejemplo, el de una buena educación pública y ciudadana, la raíz troncal de los comportamientos inter-relacionales sociales y éticos, que en su ausencia, impiden el entendimiento entre los diferentes, a nivel familiar, político y social, indicando una gran deficiencia de base personal y humana, o lo que es lo mismo, una falta de equilibrio y armonía en la diversidad, que, guste o no, conforma la realidad toda, allá donde vayas y vivas.
La inmadurez e incompetencia de la que hablo, suavizando al máximo lo que hay en lo más hondo, nos han traído estos lodos, e incapaces, por el momento, de reconocerlo, se está lejos de intentar y querer superarlo, dando vueltas, una y otra vez, sobre los postulados que magnifican con leyes, en las que se envuelven.
En efecto, esto los convierte en la práctica totalmente ineptos en cambiar radicalmente la actitud de separación y rechazo por la de apertura y diálogo, entre iguales, que saben compartir en las diferencias y pueden colaborar en un objetivo común y solidario, y que, por tanto, las integra, adecuadamente, rompiendo barreras y las trasciende en una armonía conjunta y diversa de tendencias, en la que todos los ciudadanos se ven respetados y considerados, sin favoritismos, ni excepciones.
Seguramente, si actuasen en este sentido integrador los responsables políticos, los separatismos nacionalistas no se hubiesen replanteado con tanta rotundidad en el Estado, al sentirse partícipes e integrados en un bien común de todo lo diverso y diferente, y que a todas las personas considera, respeta y favorece; porque , sinceramente, lo que tenemos ahora como tal, tampoco es de mi gusto y complacencia, principalmente, su sistema de elecciones, que se nos impuso, y que considero la clave estructural en la que se ha ido asentando nuestra mal llamada democracia soberana, criatura de la corruptela personal y colectiva, y que, sin duda, la frena y obstaculiza, por la falta real de control ciudadano, a hacer un cambio de fondo y de raíz, dados los muchos lastres que lleva consigo.
Por todo lo anterior expuesto, no es difícil de imaginar que, personalmente, pueda sentir mucha vergüenza ajena, y así es, con todos mis respetos. Pero hay aún más, y es la impotencia que acompaña al hablar de todo ello, sabiendo que no obtendrá, a pesar de lo evidente, ningún resultado, ya que no parece posible, aunque ojalá lo fuera, dejar de engarzarse en enfrentamientos de partidos y de creencias, propio de personas humanamente inmaduras y egocéntricas, que levantan barreras mentales, entre otras causas, a los miedos e inseguridades, que nos son, sin duda, connaturales y , que por el contrario, su aceptación nos pueden ir haciendo lúcidos y humildes, copartícipes de un objetivo común y solidario en el que a ningún ciudadano se deja fuera.
Solo me queda decir que empujemos juntos de uno y otro lado y, sin temor, rompamos el cascarón constructo en el que la “incompetencia” se enmascara y auto-protege… Todos finalmente ganamos.
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No es extraño que el diálogo no se dé, imposible, cuando no hay interés para un encuentro abierto y sin prejuicios o rechazos condenatorios previos. Hoy, con los medios de que se dispone, se crucifica de mil formas, pero qué casualidad que en el madero encontramos que acaban siempre los mismos… Porque otros muchos, por falta de implicación, por razones diversas, colaboran pasivamente en la conspiración y condena, que les llega a manos llenas prefabricada…
Me gusta tu enlace en el Tablón de Atrio. Gran aportación y apunte directo, ¿al ojo?
Muchas gracias, Honorio.
Hubo un señor un viernes santo que acabó colgado de una cruz. Tal vez si hubiera dialogado más amablemente con el grupo religioso que le acusaba, con los que ostentaban el poder y el dinero y el ejército en aquellos tiempos, ¿no creen ustedes que habría podido librarse de la cruz?
Pero no, se cerró en banda con todos ellos. Y se lo cargaron. Porque no tenía más poder que la razón y la pobreza, el pertenecer e identificarse con el mundo de los pobres, con las denuncias y las reivindicaciones de los pobres; pòrque condenaba el sistema…
No sé si se llamaba Varufakis, o era del Partido Laboral inglés, o de la izquierda europea emergente, o de los que tienen relaciones “sospechosas” con Venezuela y Cuba…el caso es que se lo cargaron por no dialogar…Creo que tenía un trabajo en precario o estaba ya años y años en el paro, o pagaba el copago de las medicinas, o había sufrido un desahucio, o le habían cortado la luz. El caso es que se lo cargaron los beneficiarios del sistema…El caso es que lo devolvieron a Turquía porque no lo querían en Europa…Y lo crucificaron. Por no dialogar…
Estoy contigo Honorio:
Si hay que repetir elecciones … qué debemos hacer??
Para mí … con alguna diferencia … están todos atrapados por el deseo de poder … ni si quiera Pablo se salva de la quema.
No me queda esperanza en el buen “hacer”.
!!!Lo siento!!!
m* pilar
Gracias por vuestras intervenciones y comentarios, incondicionales atrieros/as.
No quisiera que entráramos en el buenismo o el malismo, como he intentado expresar en el escrito, porque aun cambiándose los nombres, permaneceríamos igualmente en el callejón sin salida.
Romper con esos esquemas, con la descalificación y el rechazo, es difícil lo sé, pero en la práctica significaría que, anteponemos el diálogo honesto y sincero, a las ideologías, que entre otras cosas, no son más que una tapadera, carnaza muchas de las veces, me atrevo a decir, para seguir teniéndonos entretenidos y actuar a sus anchas el poder que, sin darnos cuenta, todo mediatiza, nos atonta. ¡Y que fácil le está resultando!
Al poner el bien de todos como objetivo primario y común, rompiendo corazas personales y colectivas, que las hay y de qué manera, queda al descubierto, toda aquella persona del ámbito político y no político, que rehúye el diálogo enmascarándose en el bien de España y en conceptos y símbolos abstractos expuestos en un pedestal, por encima de las personas que vivimos y han vivido en el Estado español. Que llegue con claridad, que realmente se quiere la transparencia, un deseo justo y solidario, pues cuando se ve con nitidez, se siente que se nos respeta y considera en el día a día en todos los lugares de España. Que se acabó con el escaqueo oculto. Y esto al buen observador, no se le escapa, le toca muy adentro.
Sin duda, para lograrlo es necesario que no se haga callar ni se oprima, descalificando de mil maneras, como vemos y oímos en los medios, al que mete el dedo en el ojo, al que denuncia y apunta a los que por encima, por debajo y alrededor, meten las manos ocultas “en sus bolsillos”, estómagos bien agradecidos, bien pagados, consintiendo y colaborando a que otros, sociedades y entidades de todo tipo y creencia, las metan en paraísos fiscales tras el escaqueo fiscal, que les legitima la maldita hipocresía de la legislación española sobre la exención de impuestos, en detrimento y desprecio de todos los ciudadanos honrados y honestos.
Y seguramente hay otras cosas que nos pueden parecer en principio inverosímiles. Pero si las callamos, somos cómplices de ello. Esa es la realidad de la que también hablo, la que no deja, en principio, a nadie ni a nada fuera de control, personas dialogantes, políticos valientes y dispuestos a acabar con tanto abuso innecesario y corruptela a tanto nivel, que se ponen a trabajar, sin temor, y hacen todo lo que pueden para acabar con esta vergüenza ajena de tanto desprecio e ignorancia en el territorio español. !Pero ya!
Mucho me temo que estemos cayando en Atrio en un cierto “buenismo” o construyendo castillos en el aire, pintando una supuesta realidad que solo existe en nuestros sueños.
Sugiero a mis colegas, humildemente, que lean un informe de Libertad digital, cuyas ideas o informaciones doy aquí.
La política en España ha servido para mediar y medrar entre empresas necesitadas de contrato, facilitando adjudicaciones, licencias, recalificaciones, favores o fusiones tanto dentro del país como fuera.
En este momento se disputan el poder el villano, Pablo, el inocente, Pedro, y el inconsciente, Mariano. Y si me apuráis el guaperas Rivera. Pero en realidad hay una santa alianza de los poderes facticos para dejar fuera de juego al villano.
Los susodichos poderes políticos se agrupan en otros tres poderes económicos: El del PSOE con el Santander, BBVA, Repsol, Endesa, Enagás, Red eléctrica, Prisa (¿ se acuerdan de la manía que le tiene El País a Podemos?), todos ellos respaldados por el Blackrock, un potentísimo grupo inversor americano al que llaman algunos Fondos buitre, desde que compró 1800 viviendas sociales en Madrid y las ha puesto en venta a precios exorbitantes. Dicho grupo es primera fuerza por acciones en Santander y BBVA, y domina totalmente el tingladillo.
El PP se parapeta detrás de Bankia, en cuyo grupo con la defenestración de Rato por Rajoy, este despojó de su juguete a Aznar y la lideresa.
Un tercer sector apadrina a Albert Rivera y C´s, la Caixa, presidida por el opusdeísta Isidro Fainé, que fue jefe de Albert Rivera.
Repetidamente, Blackrock ha invitado a Pedro Sánchez y el PSOE a encuentros amistosos en Bildelberg, o en Madrid, en los que ha participado el responsable de infraestrucutras económicas de este partido Manuel de la Rocha.
Al alimón con el presidente del BBVA y con la Botín del Santander, el jefe americano de este grupo, Jim Barry de Blackrock, entrevistado por El País, ha insistido en que: “Quien gobierne en España debe ser responsable de los compromisos adquiridos”.
O sea que si no me equivoco, pactar con PSOE, C´s y PP es pactar con la mafia internacional del capitalismo financiero neoliberal, y decirles Amén, o en africano Sí bwana. O sea que Podemos está condenado por el capitalismo internacional y sus monaguillos a quedar fuera de juego.
Habrá que seguir dialogando, por supuesto, pero bien conscientes de lo que tenemos enfrente. Sabemos que hay una posibilidad de gobierno de la izuierda, que depende de la postura vacilante del PSOE… Y desde luego no tenemos ningún derecho de culpar al villano de la historia del punto muerto en que nos encontramos. Un punto muerto que nos viene impuesto desde Blackrock y sus corifeos. Y que se preocupan sobre todo y creo que en exclusiva de hacerse con el trozo más grande del pastel que se está disputando en este momento.
Siempre se ha dicho que la política es el arte de lo posible. En palabras de Asunción: integrar la suma de relativos y tendencias. La misión de los políticos es “prestar un servicio solidario, honesto y abierto al bien común de todos los ciudadanos”. Esto no quita que algunos se esfuercen por mostrar a los demás lo que consideran el verdadero bien común pero, cuando no se consigue, es necesario resignarse a posponer esos ideales y tratar de lograr el mejor acuerdo posible. Existen ciertamente líneas rojas, pero éstas deben defender los derechos inalienables de las minorías desprotegidas.
!Hecho!
Comparto tu sentir … es muy decepcionante el comportamiento de nuestros políticos y de manera especial … los llamados renovadores de izquierda.
!Cómo están decepcionando!
m* pilar