La previsión del gasto mundial en publicidad para 2023 es de 1,01 billones de dólares. Estados Unidos sigue siendo el máximo mercado publicitario del mundo con un gasto que superó los 292.500 millones de dólares en 2022
Joan Torres i Prat comienza su libro CONSUMO, LUEGO EXISTO, afirmando: “Aquí, en el denominado Primer Mundo, el aire que respiramos está compuesto por oxígeno, nitrógeno y… publicidad”. Y es que más de un billón de dólares dan para contaminar muchísimo el aire y todo lo que se ponga por delante. Pero es una contaminación muy atractiva.
El semiólogo Louis Quesnel señala que la publicidad evoca un mundo ideal, purificado de cualquier tragedia, sin países subdesarrollados, sin bombas nucleares, sin explosión demográfica ni guerras. Un mundo inocente, lleno de luces y sonrisas, optimista y paradisíaco… vamos, que no es muy real.
La práctica totalidad de los medios de comunicación privados (prensa, radio y televisión), están más o menos financiados por el complejo comercial-publicitario. Y si los financian totalmente, como es el caso de las televisiones privadas, es para que todo el contenido del medio de comunicación nos empuje hacia ese mundo del consumo que es el alimento de la economía capitalista. La publicidad, pues, no sólo es una herramienta comunicativa al servicio del estímulo de las actitudes de compra y del fomento de hábitos de consumo. Es, además, y sobre todo, una eficacísima herramienta de transmisión ideológica.
La publicidad trata de convertirnos ante todo en consumidores, pero consumidores insatisfechos. Es verdad que cada anuncio parece prometernos una buena dosis de felicidad, pero lo cierto es que las personas felices son una ruina para el sistema capitalista: una persona realmente feliz está contenta con su situación, no necesita más, sólo compra para reponer lo que se le vaya gastando. Justo lo contrario de lo que pretende la publicidad: que aspiremos siempre a tener más, más y más.
La felicidad que nos promete la publicidad tenemos que buscarla por otro lado. Porque, además, no olvidemos que una sociedad de consumo supone la ruina para un planeta limitado como es la Tierra.
He dudado un poco en la participación en este comentario. Y esto porque todos y todas las que estáis haciendo comentarios al art. de A. Z. merecéis mucho respeto, aunque no siempre sea posible compartir algunas ideas. La conclusión que saco (que no es ninguna novedad) es que cada uno tiene al menos su partecita de razón, y esto ya es suficiente para relativizar algo el valor de nuestras ideas y también para abrirnos a las ideas de los demás. Aprendemos todos de todos o al menos creo que así debería ser. La discrepancia que se observa entre Llaguno y Eloy o Dueñas es una invitación al diálogo y a abrir puertas. Tal vez todos (me incluyo) vivamos a veces en un jardín de maravillas irreal. Y es importante salir de ese jardín para entender la realidad real y para poder entendernos. Al menos a mí esa diversidad me hace pensar y me enseña, aunque a veces “quiera salir con la mía”.-Ahora solo añado una alusión a la publicidad, al consumismo y a los valores que transmiten (al menos valores implícitos), que, a mi juicio, tienen mucho que ver con el imperio del Poder. El consumismo, el afán de consumir…, puede llegar a convertirse en una droga para muchos-muchas…, con menos capacidad de discernimiento. Tanto que el “Consumo, luego existo” en muchos casos puede dar sentido a su vida. (Duele hablar así, por lo tremendo que es y significa…)-Termino con unas palabras que son o me parecen una referencia: “No es posible Dios y dinero”. Entiendo un dinero conseguido con engaño y/o explotación, a costa del hombre. Pero -por concretar más- no todo poder-gestor empresarial es necesariamente incompatible con la ética. Quien crea y ofrezca un trabajo digno y dignamente remunerado, es un benefactor que merece agradecimiento (y su recompensa). Y merece agradecimiento porque con esa oferta está haciendo el bien y ayudando a quien no tiene… A mi juicio, un empresario así entra en la parábola -tantas veces citada- del “Venid, benditos”. Y entra porque utiliza e invierte sus talentos para hacer el bien, no solo -o casi solo- para enriquecerse… a toda costa.
Pues sí Feliz día de la constitución. Para mí, un exitazo. Y lo que se tenga que modificar, adelante, pero en las dos Cámaras.
Creo que el señor Zugasti no vive el absoluto en el pais de la maravillas. Que por cierto, era de todo menos maravilloso..un gran libro , de esos que se escriben en teoría para niños, pero en realidad van dirigido a adultos. Lo que sucede es que ya se ha acuñado la frase de vivir en el país de las maravillas como algo parecido a vivir en los mundos de yupi. Pero no .Lo que dice de la publicidad es tal que así. Un arma muy poderosa desde todos los siempres. Hay quien ha sido un auténtico mago de la propaganda que no es otra cosa que publicidad.
A mí me dijeron que analizase quien era el emisor de un mensaje. Qué interés o intereses había detrás.No se debe de subestimar. Creo.Recuerdan aquello de las imágenes subliminales? Era muy interesante. Y que crean necesidades imaginarias, eso lo cantan los ciegos por las esquinas.Y que los medios de comunicación se agrupan en unas cuantas compañías muy poderosas, únicamente hay que entrar en Google y te dice un medio en concreto a qué compañía pertenece. Y que hay ideologías opuestas, pues también es cierto.Y, además, se nota un montonazo.Pues eso quería decir.Un abrazo, señor Zugasti. También pienso que un mundo mejor es posible.
Y digo yo:
Utilizo el responder. Gracias.
Hace más de sesenta años, cuando yo y gran parte de la sociedad española aún vivíamos en el limbo de la desinformación franquista de todo tipo y, entonces, se hablaba de propaganda en vez de publicidad, todo, recuerdos entre mi la neblina mental, en cambio sí recuerdo con nitidez que un profesor nos dijo que la propaganda nos entraba en el subconsciente y configuraba nuestra mente sin nosotros darnos cuenta. Perdón por esta anécdota personal, quizá sea porque conectó con mi rebeldía innata. En este momento, por otros motivos, como la inmensa producción y la innovación permanente, somos igual de desconocedor@s de la inmensidad de cosas que consumimos sin saber de dónde vienen, para qué vienen y a dónde van. Eso sí, la publicidad sí es el mundo de Alicia, todo se nos publicita desde el “país” de las maravillas a alcanzar.
Partiendo del constatable consumismo abrumador, de aquello que necesitamos y de todo lo que no es imprescindible para vivir dignamente, en la masa social no se tienen en cuenta muchas cosas: la explotación laboral de niños, niñas, mujeres y hombres en países en los que no se respetan los derechos humanos, para que nsosotr@s tengamos acceso barato a los productos que se nos ofrecen, el transporte y su contaminación, pasando por la escasez de determinadas materias primas y afectando todo ello al medio ambiente, no sólo con la industria contaminante que lo produce, sino con la imposibilidad de desechar o reciclar todo lo que ya no nos sirve, pasando por una infinidad de estadios como el uso y abuso de productos químicos en tierras de cultivo, en productos del hogar, en consumo de agua…., en fin, dejo aquí la enumeración ignorada voluntariamente por aquello de “ojos que no ven, corazón que no siente”.
El otro día vi un documental de cómo se fabrican los aparatos tecnológicos, ordenadores, móviles, tablets, etc. y me quedé pasmada de la cantidad de metales raros y menos raros, abundantes en este momento, pero finitos con el en el tiempo, además de la mecánica industrial y su coste en energía y agua, detalles que yo ignoraba, aunque lo supusiera. Y tod@s decimos, pero cómo voy a vivir sin ordenador o sin móvil. Los billones y trillones de estos aparatos que utilizamos, más la basura tecnológica que produce, es para decir “apaga y vámonos”, no hay solución posible, apocalipsis total. A pesar de las DANAS, la sequía, la desaparición del hielo de los polos, el cambio climático, “el mundo” sigue “a su bola”….Todo es finito, sí, pero la especie humana es su principal agente.
Feliz día de la Constitución y acariciemos y cuidemos la democracia, a pesar de los malos tiempos, que lo son con quienes añoran las dictaduras y, como es el caso de EEUU, ya lo ponen en práctica desde el poder absoluto y amenazador.
Leo con inquietud el ataque personal que el señor Antonio Llaguno hace, en tono irónico, a Antonio Zugastí. En absoluto es respuesta al planteamiento que hace el autor del artículo. Me pregunto de donde puede nacer tal animadversión. Si algún día llega a conocer personalmente Antonio Zugasti , quizá cambie su opinión. Así lo deseo.
Eloy.
Si me conocieras, sabrías que no hay nincuna animadversión y ningún ataque personal. No conozco a Zugasti y tengo para mi que , por desgracia no creo que lo conozca personalmente en ningún momento.
Simplemente no coincidimos en casi nada en cuuestiones de pensamiento político (Me pasa contigo igual). Y como el Sr, Zugasti, no suele hablar de otra cosa que no sea de consideraciones políticas, pues suelo discrepar absolutamente de lo que escribe.
En otro artículo de esta revista se ha hablado de los “diferentes” y del respeto que se merecen y yo, a pesar de la discrepancia (Aún más profunda que con el Sr. Zugasti) que tengo habotualmente con tus posturas y opiniones, Eloy, te he dado la razón y me he manifestado de acuerdo contigo.
Pero eso es porque incluso ante discrepantes (En tu caso muy discrepantes) puede haber lineas de contacto cuando se elimna el estúpido ropaje de la ideología y se analizan las cosas con respeto, porque es imposible analizar cualquier pensamiento con objetividad (Somo sujetos y no objetos, por eso somos subjetivos).
A las opiniones del Sr. Zugasti, trato de entenderlas con el mayor respeto posible hacia la persona que las emite y en especial desde que Antonio Duato mencionó que es una persona de larga trayectoria de lucha sindical. Aunque no comparta su ideología, comparto su preocupación y respet su lucha.
Pero igual que Zugasti, con ese estilo que tiene de decir las cosas (Que reconozco que me gusta a pesar de no ser capaz yo de emplearlo), corto, directo, sencillo y con pretensiones de contundencia; plantea su pensamiento de una forma muy clara (Se le ve venir no es falso, no es retorcido) yo trato de contestar igual que él (Aunque suelo extenderme mucho más) y de la misma forma que stoy absolutamente seguro (No lo estaría de ti por ejemplo, pero eso con seguridad es consecuencia de no conocerte lo suficiente y viceversa) de que el Sr. Zugast cuando critica con vehemencia lo que el llama “Sistema capitalista” no está perpetrando un ataque personal hacia mi persona, o yo no me siento aludido, tampoco se debe sentir atacado “en lo personal” con mi respuesta.
El sistema político/económico que defiende Zugasti sí puede sentirse atacado por mi. Pero de eso se trata en cuestiones de diálogo y de debate, de combatir las ideas que uno cree honestamente que están equivocadas y de tratar de proponer otras, que uno cree honestamente que son mejores.
Entrar en planteamientos de descalificación personal no es ni mi intención, ni mi interés.
Si eso pudiera producirse es mejor permanecer callado, que es lo que suelo hacer con tus comentarios, a menos que como en el del artículo anterior esté de acuerdo o haya una alusión personal injusta, como en este. No todo el mundo es capaz de entender la libertad, la tolerancia y la diferencia de opinión y se lo toma de forma personal y yo no tengo edad para ir odiando por ahi a la gente solo por no pensar como yo.
No es mi caso
En el mundo Alicia donde vive Zugasti, la publicidad no es necesaria.Pero es que en el mundo Alicia donde vive Zugasti, no hay intercambio comercial, las personas trabajan de sol a sol solo para satisfacer su desarrollo personal.
No hay que obtener el sustento, no hay que competir por los recursos porque hay recursos para todos.No hay que mostrar lo que hacemos porque la Comunidad absorverá nuestro trabajo y nos proveerá de todo lo necesario.No hay personas infelices porque el estado se encarga de que todo el mundo sea feliz por decreto ley.
No hay que generar dinero (¡Que horror!) porque todos los ciudadanos se encargan de que su prójimo disponga de cobertura ante cualquier necesidad.No hay empresarios porque no hay que emprender. Ya se encarga el estado de decidir por nosotros cual es el camino de la Comunidad.
No hay empleados porque todos somos servidores (No remunerados ¿Para qué?) del bien común.No hay, pues, publicidad. Nadie la necesita. La televisión, la radio y la prensa se dedican a emitir constantemente programas de interés cultural (Nada de entretenimiento. ¡Que desperdicio! ¡Qué pérdida de tiempo!), convenientemente inspeccionados por el Estado para que coincidan con las necesidades de la Comunidad, que el Estado mismo determina.Es decir algo aburridísimo, inquisidor, opresivo y muy muy triste.
Gracias a Dios, el mundo Alicia donde vive el Sr. Zugasti no existe (O cada vez menos).Sr. Zugasti. Pérmitame decidir por mi mismo y preferir un mundo (Gracias a Dios, éste sí, REAL) donde a pesar de que exista la publicidad y que ésta pueda ser engañosa; Dios me haya dotado de inteligencia suficiente como para discernir si quiero ser un consumidor alienado o un esclavo del estado más alienado todavía.Las diferencias sociales, las opresiones, el dolor de las personas que viven entre nosotros se arreglan de otra forma.Yo lo tengo claro.
Sugiero analizar la vida y pensamiento de Edward Bernays, sobrino de Freud, como máximo exponente de la manipulación de la publicidad, mediante los mensajes subliminales al subconsciente
Sencillamente, el capitalismo, cuando no puede ampliar mercados, intensifica los que tiene, creando consumidores compulsivos, infelices en cuanto tal. Recuérdese que el crack del 29 surgió de la superproducción.
Y a nivel espiritual, el consumismo es al espíritu lo que la cicuta al corazón. El anticonsumismo no es solo un arma política contracultural, si no que forma parte del núcleo de las enseñanzas éticas de Cristo.
Besos.
No hace falta leer a ningún psicologo/filósofo para saber que la publicidad puede ser alienante.
La publicidad carece de criterio moral. Su único interés es vender más.
Por eso debe ser regulada por los consumidores. En España han creado un organismo autónomo que es sufragado pero no controlado por empresas de publicidad y que se llama “Autocontrol” que trata de corregir esos excesos.
Pero no por esa tendencia a la inmoralidad hay que deshecharla. también el ser humano tiene tendencia a la inmoralidad, al egoismo y no por eso los vamos a echar a la hoguera.
En ncuanto a que el mensaje de Cristo sea “Anticonsumista” es más la afirmación de un deseo que una realidad. En el entorno en el que vivió Jesucristo no se puede ser anti consumista… ni consumista. El consumo es un concepto moderno, posterior a la Revolución Industrial.
Es como afirmar que Cristo era comunista, ecologista, o anti gay. cristo no podía ser ninguna de esas cosas porque en su época no había movimientos ecologistas, comunistas o gays.
Otra cosa es deducir cual hubiera sido su comportamiento. Es muy fácil poder determinar que Cristo hubiera sido cercano al feminismo (Al de verdad no al del Ministerio de Igualdad), solo hay que ver como trató a la mujer adúltera o como habló del trato a las mujeres divorciadas; pero sobre otros conceptos es un especulación que puede ser bien traída pero en ningún caso cierta.
El crack del 29 surge de la superespeculación, no de la superproducción. La superproducción no es mala, porque sigue habiendo colectivos donde colocar los excedentes. No hemos añcanzado aún el tope de producción. Lo malo son la superespeculación, que engorda el dinero sin soporte real (Y no nos engañemos si tu ganas mucho dinero en especulación es porque alguien está perdiendo mucho dinero) y la superdesiggualdad que hace que los excedentes productivos no retornen al mercado en favor de las personas más necesitadas.
Son esas dos las que hay que combatir, no la superproducción.
Yo fabrico cosas (Ascensores). Algo de eso entiendo. Jamás produciría más ascensores de los que el mercado puede absorver. Por eso hay personas que necesitan un ascesnor y no lo tienen, porque no pueden pagarlo.
las enseñanzas de jesucristo no apuntan a un descrenso de la producción sino que por el bien común entre quienes lo producimos y quienes tienen el poder económico puedan hacerlo accesible a quienes no podrían pagarlo. Y por eso el gobierno ofrece ayudas y subvenciones y además, las condiciona a que sea una oferta razonable en el aspecto técnico y económico.
La maquinaria puede funcionar bien. Probablemente no en un país ultra liberal (El ejemplo de Gringolandia y su sistema de salud es palmario), como tampoco en un pais comunista (Sobran los ejemplos del fracaso del sistema productivo comunista); pero con una economía productiva tutelada y regulada por el estado, es posible.
Europa y China, por caminos diferentes, lo están intentando.