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Comentario al evangelio del domingo 27-10-2024 

Que “podamos ver” para vivir un verdadero discipulado

Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego estaba sentado junto al camino. Al enterare de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: ¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí! Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo y dijo: Llámenlo. Llaman al ciego, diciéndole: ¡Ánimo, levántate! Te llama. Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús dirigiéndose a él, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? El ciego le dijo: Rabbuni, ¡que vea! Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.  (Mc 10, 46-52).


El evangelio del domingo pasado nos presentaba a Santiago y Juan quienes no habían entendido la pasión de Jesús y le estaban pidiendo sentarse a su derecha y a su izquierda. En este domingo vemos otro personaje, el mendigo ciego Timeo o Bartimeo, que parece entender mejor a Jesús y emprende un auténtico camino del discipulado. El texto nos presenta a Jesús de camino a Jerusalén, pero deteniéndose en Jericó. Y allí es donde Bartimeo está sentado junto al camino y al enterarse que pasa Jesús, lo reconoce como Hijo de David y le pide compasión para su situación. No le va a pedir cosas materiales, lo cual sería propio de su situación de mendicidad, sino algo esencial para su vida: el poder ver. Y aunque la multitud le increpaba para que se callara, consigue la atención de Jesús quien lo manda llamar. Si el domingo hace 15 días el hombre rico se va triste ante la respuesta que le da Jesús sobre cómo ganar la vida eterna, en este pasaje el ciego no duda en levantarse y despojarse de lo que tiene -arroja el manto- y rápidamente va donde Jesús. De alguna manera, comienza un seguimiento que explícitamente al final del texto, se dirá que fue la consecuencia de su encuentro con Él.


Ahora bien, Jesús le pregunta qué quiere que haga por él y el ciego tiene muy clara su petición: ¡que vea! Y Jesús realiza el milagro añadiendo que es la fe del mismo mendigo ciego, la que lo ha salvado. Al instante recobra la vista y aunque Jesús le dice que se vaya con el milagro conseguido, Bartimeo comienza a seguirle por el camino.


Timeo (Bartimeo) se presenta, entonces, como modelo de discipulado que no teme subir con Jesús a Jerusalén donde su muerte es evidente y donde sus discípulos se dispersarán por temor a correr la misma suerte del maestro.


A la luz de este texto, y de los de los domingos anteriores, podemos preguntarnos por el discipulado que vivimos en el aquí y ahora de nuestro tiempo. Sería importante entender los caminos que hoy Jesús recorrería y de qué manera viviría la audacia, el profetismo y el compromiso que supo vivir en su tiempo histórico. Pero tal vez hace falta pedirle a Jesús que nos libre de las cegueras del miedo, de la prudencia, del temor a perder oportunidades, o de tantas otras actitudes que no nos dejan seguirlo por sus mismos caminos. Recuperar la vista al estilo de Bartimeo nos ayudaría a dar testimonio de un seguimiento más fiel a los valores del reino, como tantas veces lo hemos dicho en estos comentarios a los evangelios de los domingos precedentes.

18 comentarios

  • carmen

    Sabe en las elecciones de EEUU el peso que tienen los evangelistas?
    Recuerda el movimiento aquel en Polonia, con la bandera del cristianismo? 
    Recuerda que se ha quitado en muchos estados de EEUU el derecho al aborto?
    Cree que con ello las mujeres que lo necesitan no van a seguir abortando, eso sí, clandestinamente?
    Recuerda a Franco bajo Palio con todo lo que ellos significaba?
    Y los Santos del bando azul elevados al altar hace poco tiempo?Cosas vividas en mis 71 años.
    Por lo visto estos árboles no me dejan ver la grandeza del bosque. Como dice la iglesia, no llego a la categoría de varón. Mi cabecita de mujer es limitada. Un saludo.

  • Román Díaz Ayala

    Ana, me duele  mucho  lo  que dices  y yo interpreto, que Atrio no ha cambiado, sino que has cambiado tú. Estamos en ese venturoso momento vital en que hacemos síntesis de nuestras trayectorias  vitales, que unas veces  es un simple cierre colgando el cartelito de “traspaso  negocio” y otras puede  resultar nos “el broche  de oro”, o, como dice Isidoro,  que la  muerte nos sorprenda  con las botas puestas,  con la  sola o única satisfacción de  que estamos donde hemos llegado sin haber desandado jamás  el camino

    Atrio ha  sido tan abierto que siempre ha resultado imposible que llegase a una  síntesis general como  una  obra de voluntades y esfuerzos colectivos sujetos a un fin general.  Ha sido más bien que se acomode cada cual en su asiento teniendo bien a mano el ticket  o billete donde  lleve escrito a qué  destino se dirige o quiere llegar. De ahí las muchas  muestras de distintos tipos de concurrencia  con gente que se sube o se baja .

    Hay partes de un edificio  que son intocables  so pena  de que éste se venga  abajo. Tú no eres de Atrio, tú eres Atrio. Y es que he sido un poco áspero contigo,  porque no puedo  concebir que abandones.  Simplemente  espera. 

  • carmen

    Solamente una aclaración, Ana
    Para mí, la influencia de la iglesia católica es muy grande, enorme en la sociedad. En temas, por ejemplo del machismo, porque hay una proximidad muy grande entre partidos de extrema derecha y ella en cuanto a ese planteamiento. Y ahí está la negación de ordenación de mujeres. Bueno. Y mil cosas más. Es evidente.

    Creo que es necesaria una renovación en profundidad, no en la forma ni en las simpatías personales que pueda o no despertar el que ejerce la máxima autoridad y además de una forma absolutamente autoritaria. Absolutamente absoluta. Tanto es así que puede acallar las voces que desee Desde mi punto de vista esto tiene dos frentes de batalla. Dos. Uno, la relectura de los evangelios, por eso apoyo todo lo que puedo a la exégesis de Salvador Santos. Me parece elemental.Y otro es ir cambiando el concepto, la imagen o como le quieras llamar, que tiene la Iglesia católica de eso que llaman Dios. Porque en esos dos puntos descansa su poder.

    Está clarísimo que soy partidaria y defensora del modelo transteista. Y que conste que ni tan siquiera sé si existe o no Dios. Imagínate si puedo creer cómo es o qué quiere.

    No sé tú. Yo no doy una sola puntada sin hilo, aunque aquí se me haya dicho que no sé lo que es el hilo. Y que Antonio hacía muy bien en callarme. No leí nada en contra de esa opinión. La verdad, tampoco me hace falta . Como verás aquí sigo. Defendiendo a mí manera lo que creo que tengo que defender. Y me da igual que las personas crean que soy una desfundamentada que habla sin saber. Exactamente igual.

    Aquí sigo. Y , mientras que Antonio me deje, seguiré.

    Respecto a las conversaciones que mantenemos Santiago y yo, los dos sabemos a lo que jugamos. Por eso seguimos. Y le tengo un profundo afecto. El jugar tiene eso. No cuestionó en absoluto tu forma de luchar por lo que crees justo y necesario. Por favor. No cuestiones la de los demás.

    Respeto profundamente a quién siga buscando a Dios. Es algo escrito en nuestro ADN.  Y si quiere compartir su búsqueda, no me molesta en absoluto. Soy más de la linea de Jesús de Nazaret, o de Galilea, según nos narra Salvador Santos. Me gustaría que el mundo que conozco, que conocen  mis hijos y  que conocerán mis nietos y bisnietos, sea un poquito mejor. Creo que la iglesia católica puede ayudar un montonazo. Precisamente porque creo que nuestra dimensión religiosa la traemos de marchamo. No únicamente la tienen los que tienen la denominación de buscadores o pensadores. Entonces no habría religiones. Y las hay a montones y desde todos los siempres . Y las habrá. Pues a ver si logramos que la nuestra influya en la sociedad para bien de Todas y cada una de las personas y no únicamente para el de unas cuantas.Y eso es lo que te quería decir.Mucha suerte.

    • Francesc

      Es evidente que nuestra libertad nos capacita para tomar decisiones, también de seguimiento o no a una causa, ponderando en mayor o menor peso el hecho de que, para un determinado paradigma, nuestra Iglesia, por ejemplo,… valoremos más o menos el que esté totalmente de acuerdo con mi modo de pensar o que tengamos más en cuenta lo que significa este paradigma, esta Iglesia… El resultado de nuestra decisión, evidentemente, no es indiferente y, en cualquier caso no lo podemos juzgar.

  • ana rodrigo

    En primer lugar, agradezco vuestras reacciones-respuestas a mi escrito y respeto todo lo que queráis decir.

    En segundo lugar, aclarar, resaltando en negrita, alguna de mis palabras y/o expresiones del escrito.

    Lo primero aclarar, por segunda vez en atrio (perdón) mi expresión de “mi” atrio, el no tiene sentido posesivo, sino cariñoso, por ser una expresión muy Andalucía, donde vivo desde hace 50 años. Mi querido, para siempre, atrio 

    Román, sabes que te tengo un aprecio especial desde que nos conocimos en Madrid, dices: “Ana, Irse sin un adiós, sin que medie una despedida…”, decirte que mi escrito, en sí mismo es mi despedida, no he dado un portazo y mucho menos sacudo el polvo del camino, más bien todo lo contario, me llevo conmigo lo mucho que entre todos me habéis aportado y que han configurado mi persona para bien por lo que siempre he luchado, ser una persona de bien. 

    María Luisa, te aclaro que pensé si poner este comentario en este post, pero si o en “DESPEDIRSE PARA RENACER” (que también lo pensé), par con los 195 comentarios pensé sería más molesto ir a por él. Y, como desde que apareció este apartado de Comentario al evangelio del domingo, desde el primero, he protestado, por no estar de acuerdo con algunas cosas o con el apartado en sí mismo, al final decidí hacerlo aquí, aún temiendo que diese la impresión de que era éste el motivo de dejar atrio. Y no, es uno de ellos. como explico más abajo.

    He pensado muy bien cada palabra de las que he dicho y siento que alguien esperase que hubiese dicho otras cosas (desconozco cuáles) que yo he considerado no necesarias. Lo que sí he dicho es: “Últimamente también vengo expresando que este ATRIO de los últimos tiempos se está centrando casiexclusivamente en temas cristianos”, debí de añadir, -siempre según mi criterio-, demasiado ortodoxos=no actualizados al mundo en el que vivimos cosa que he dicho en muchas ocasiones. Es cierto que en un principio. atrio creo que se manifestaba más religioso (quizá esté equivocada) pero en una de la renovación del proyecto (no sé de qué año), se añadió la palabra “profano” junto a “los sagrado”, refiriéndose a temas no religiosos. Y, no teniendo nada contra Olga, sí he protestado de forma clara y explícita, desde el primer día que ATRIO añadió este tipo de propuesta, como si el evangelio del domingo, fuese el que “como es domingo toca ir a misa” siempre respetando a quien así lo haga, Pienso que el Evangelio hay que afrontarlo, como hace Salvador, con exégesis, que pueda gustar o no, pero no, porque sea domingo. Pido perdón a Olga si la he molestado con mi protesta continua de esta nueva programación pues cada cual el libre de expresar lo que piense. Añado, yo no soy nada más que una participante en atrio, ni dispongo ni impongo nada, sencillamente me ausento, sin dar portazo. Quizá debí ahorrarme la despedida y ausentarme en silencio. Como dice María Luisa, no debí hacer mi despedida en este post. Lo acepto y pido disculpas.

    También he dicho la causa está en mí, es decir, yo en mi constante evolución, estoy en otra etapa de mi vida”. Por tanto, que nadie se dé por ofendido. Lo que me llevo de atrio son todo cosas buenas, vuestras reflexiones, el haber podido hacer las mías, me he sentido querida, y, repito una y mil veces, mi agradecimiento y cariño a Antonio Duato que es lo que más me duele, que haya podido hacerle daño. Antonio, atrio ha sido una de las buenísimas cosas que habrás hecho en tu vida, que seguro, seguro, han sido muchas, porque la bondad se tiene o no se tiene, y tú eres así, bondadoso y generoso. Siempre ocuparás un lugar especial en los mejor de mis misma, que es mi corazón. 

    Para terminar, no tengo nada contra el cristianismo, yo soy la que soy gracias a tantas cosas que el Evangelio me ha enseñado.  Sí distingo entre Religión y Evangelio. Pero en este momento y, además, mi pregunta siempre es la misma desde hace tiempo, ¿Qué le dice este tipo de cristianismo a nuestra sociedad? Mi ámbito familiar joven, que es muy grande, no le dice ni le interesa nada.

    Y a mí no me gusta especular con esoterismos. Ya me haréis leído constantemente que, cuando pongo un post sobre el machismo, el patriarcado o el feminismo, me da la impresión de que soy una pesada, además de poca participación, especialmente de los hombres, como que esto no interesa, siendo lo que es en esta sociedad y en la Iglesia. Mientras que cuando aparece un post sobre Dios, alucino de lo que la gente sabe de algo a alguien al que nadie ha visto.

    Abrazos de los de verdad, de corazón. Ya no sé cómo deciros que os quiero PD: Desde ayer estoy bastante nerviosa, espero no haber cometido fallos sin quererlo.

  • Juan A. Vinagre

    Reconozco que el comentario de ayer de Ana -de Ana a la que considero amiga de verdad- no lo había leído hasta hoy. Y me quedo sorprendido. Querida Ana, si crees que ATRIO retrocede (yo lo veo abierto a la diversidad que evoluciona), tú eres más necesaria dentro. Las transformaciones no se producen alejándose, sino -siempre a mi juicio- “luchando” o disintiendo o sugiriendo mejoras desde dentro, desde dentro.

    -Eso me ocurre a mí con la Iglesia. Asisto a la eucaristía por participar en la eucaristía y en la comunión de hermanos y hermanas. Y asisto -lo he expresado en otras ocasiones-, pese a todo el formato de mentalidad V. T. y constantiniana que la reviste y que no siempre, y en conciencia, pueda responder a las invitaciones que se hacen. Por ej., “orad, hermanos para que este sacrificio sea agradable a Dios Padre…” (¿Estas palabras no convierten a Dios Padre en algo horrible?) Sin embargo, entiendo que en los primeros años y décadas tras la muerte de Jesús, los primeros creyentes no fueran capaces de entender de otra manera la muerte de Jesús -muerte expiatoria-, que el Padre había proclamado como su “Hijo preferido”. (Mc)  Asisto, pues, y participo en la Eucaristía siguiendo la invitación de Jesús a celebrarla en su nombre. Creo que de alguna manera allí está Él presente. Si donde haya dos o tres reunidos en su nombre está Él presente…

    -Pasando al Evangelio de hoy -“Señor, que vea”-, amplío el deseo de Bartimeo: Señor, que veamos, que veamos nuestro retraso evolutivo, nuestras barbaries, los ídolos que adoramos, los muros que levantamos, la pobreza de muchas “razones” con que razonamos, que delatan nuestro retraso cultural y humano…  Señor, que veamos que contigo somos un solo pueblo… Que veamos que la diversidad -inevitable-nos enriquece o, si sabemos discriminar bien, puede enriquecernos. Que veamos que nuestras verdades son solo – o casi siempre solo- convicciones humanas, que deben someterse a revisión una y otra vez, porque una sola corrección puede no ser suficiente. Por eso, escuchando a la diversidad, podemos enriquecernos y madurar como personas, como sociedad y también como creyentes. Una sociedad o una religión abierta tiene-tendrá enemigos. El Poder y los amigos del poder se resistirán… Pero esto no debe sorprendernos ni desalentarnos. Si los servidores son creyentes de verdad, con obras, con obras, la fe en Jesús se robustece. Y cuando la fe se robustece, persevera.

  • carmen

    Y recuerdo que hay mucha gente que era un pilar en Atrio y ha muerto.

    Y recuerdo también que hay muchísimas personas mayores que están cansadas y , si acaso, sencillamente leen.

    Sí. Muchos factores. 

  • carmen

    Pregunto.El diálogo es hablar únicamente con las personas de tu cuerda?

    Quizás de los que consideras de tu NIVEL, sea lo que eso sea?
    Las descalificaciones personales fornan parte de un diálogo?
    Pues estoy , efectivamente, en otra onda.
    No sé si se dieron cuenta del enconamiento que hubo con el tema no teísta. Ahora denominado transteista.Yo sí.
    Y no leí a nadie que se manifestase abiertamente a favor de ese movimiento. Es más, me hizo ilusión que Antonio me dejase hablar abiertamente. Claro, también sabía que peligro, ninguno

    Porque, repito. El que calla, nada dice. Puede pensar lo que quiera, pero no hay adivinos. En mi longitud de onda , no los hay, quizás en otra…

    De verdad. No entiendo nada.Y, no me preocupa en absoluto. Pero no me gusta callar y… 

  • M. Luisa

    Demasiadas coincidencias se dieron de repente en Atrio.  La ausencia de presencia poco a poco de los defensores de la propuesta post- teísta, sin a penas haberles dejado explicar y a su contra la introducción de ese espacio en el que la lectura del Evangelio se hace en retrógrada perspectiva, fue muy significativo.   Además, cabe preguntarse ¿Es compatible este espacio con el de Salvador Santos? ¡Huelga aquí todo comentario! – 

    -Tampoco he entendido nunca esa desaprobación a la crítica, considerándola más como una ofensa que como  una alternativa medial en el diálogo. 

    -Ana, respecto a ti, me extrañó enormemente que entraras sin más a comentar en ese Portal. Dejarlo en blanco por parte de tod@s hubiera sido la mejor forma de mostrar nuestra indiferencia. Por otra parte, me sorprende tu marcha. Siempre me han gustado tus razonamientos puntuales y bien argumentados, sin embargo, a veces he notado, no sin extrañeza,  que aprobaciones posteriores los debilitaban.¡No nos podemos dar por vencid@s!

  • carmen

    Hola a todos.Miren. Estoy entrando en Atrio unos años. Como leo los comentarios de todos, de casi todos. A veces en diagonal, es cierto, pero después de tanto tiempo, creo que nos conocemos perfectamente. Quizás haya que leer un poco más allá del texto escrito, pero aquí todos sabemos lo que dice un texto y lo que quiere decir más allá de las palabras.

    No me encaja en absoluto que Ana deje Atrio. Porque la llevo leyendo años, como todos. Pero es que menos aún me encaja la causa que alude. Porque todos tenemos memoria, hasta que la perdamos.

    Tiene que haber algo más. No tengo ni idea de lo que pueda ser.  La considero una persona dialogante.Es imposible que sea por la publicación de los comentarios de esta señora al evangelio, porque, simultáneamente están los del señor Santos. Imposible.

    No entiendo cómo a estas alturas, haya quien diga que el cristianismo quiera convertirse en un movimiento arreligioso. Porque el talante de Atrio siempre ha sido muy confesional y con un fondo social importante.Pero, los tiempos cambian. Las personas cambiamos con los tiempos, cosas de la evolución. Porque sería tremendo seguir pensando como a nuestros treinta o cuarenta años, cuando el mundo que nos rodea ya no es el que era. El que fue.

    No . No lo entiendo.Me he ido mil veces, por mil rebotes que he cogido, pero no por la linea de Atrio, sé perfectamente cuál es, sino porque me sentía con un rechazo personal importante. Con o sin motivos. Las personas, sin máscara, somos como somos.

    No entiendo, es tan sencillo como no leer los artículos de Antonio si no te gustan. No tiene derecho a escribir lo que siente? Hay acaso que compartirlo? Está en un proceso de introspección y lo quiere expresar. Pues adelante. Ese tampoco puede ser el motivo.

    Y, como siempre, no sé el porqué, pero sé por lo que no puede ser.
    Pero vamos. En su absoluto derecho está . Estaría bonico. Y eso pienso. 

  • Román Díaz Ayala

    Honradamente creo que de los dos extremismos que del Concilio cita Lubac, los padres conciliares supieron  librarse  con notable éxito. Esa fue su grandeza y acierto. 

  • Román Díaz Ayala

    Honradamente creo que de los dos integrismo que cita,Lubac y de los cuales me he pasado mi vida  entera  exorcitándome, el Concilio supo desentenderse y no fue como dicen algunos una de cal y otra,de arena. Los,entusiastas del Concilio de entonces y se mantienen  en su linea saben de qué estoy hablando.

    • oscar varela

      USO – Gracias!

       
      https://www.atrio.org/2011/03/cinco-fotografias-de-la-fe-2/

      4ª. El ciego junto al camino
       Continuando el relato de Marcos, encontramos por cuarta vez el término fe en el episodio del ciego junto al camino (Mc 10,46-52; Lc 18,35-43). Mateo presenta dos pasajes paralelos: 9,27-31 y 20,29-34, pero sólo en el primero utiliza este vocablo.
      Si nos fijamos en el texto de Marcos, el ciego, que representa la ofuscación de los discípulos, está situado fuera de los límites donde la acción tiene lugar. Aunque está en actitud receptiva, muestra su dependencia en posición estática:

      “estaba sentado junto al camino pidiendo limosna…” (v. 46)

      El ciego oye pasar a la gente y reclama migajas. No disfruta de la vida en plenitud. Depende de otros. Sin ver el trayecto, está imposibilitado para seguir la marcha. Se encuentra desplazado, fuera del recorrido. A la orilla del camino crece la pasividad y el conformismo. Su emplazamiento augura carencia de futuro. Junto al camino no cuajan los proyectos y el mensaje desaparece de inmediato (recuérdese, en la parábola de la siembra productiva (Mc 4,3-8), la simiente que cae junto al camino; v.4).
      El Galileo avanza por el camino. Va delante, a distancia de los discípulos. La separación entre ellos muestra la débil adhesión del colectivo de seguidores. El grupo camina extrañado de la marcha acelerada de Jesús. Al parecer, al no encontrar lealtad en ellos, manifiesta su enfado llevándoles la delantera:

      “Iban por el camino, subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante; ellos estaban desconcertados…” (10,32)

       Cerca ya de la capital, Jesús instruye a los discípulos respecto al cambio de orientación que van a tomar los acontecimientos (Mc 10,32-34). Ellos, sin embargo, buscan la manera de situarse en las mejores posiciones (Mc 10,35-41).
      ¡Siempre el Poder!
      Jesús les explica que el rumbo de la alternativa del Reino se sitúa a 180 grados de la dirección marcada por el sistema (Mc 10,42-46). Pero los discípulos son resistentes a ver esa oposición tan radical. Se comportan como ciegos a la vera del camino. Están presos en su inmovilidad.
      El personaje ciego, además de no ver, se encuentra incapacitado para progresar por una ruta desconocida. Y reacciona de la única manera que puede, gritando:

      “Hijo de David, ten compasión de mí” (v.48)

      Su forma de dirigirse a Jesús (Hijo de David) muestra que considera su proyecto dependiente de las promesas del Antiguo Testamento. Aunque no hay proximidad entre ellos, El Galileo oye sus gritos y le manda una invitación a acercarse. El narrador muestra la forma alentadora en que le llega el aviso:

      “Ánimo, levántate que te llama” (v.49).

      El ciego reacciona con inmediatez. Sale de su cerrazón (el manto se consideraba una prolongación de la persona). Suelta lo que le aporta seguridad, abrigo y cobijo:

      “Tiró a un lado el manto”

      y recobra la dignidad:

      “Se puso en pie de un salto”.

      Con su movimiento renace la fe:

      “Se acercó a Jesús” (v.50).

      Como el paralítico, busca la proximidad al hombre de Galilea. La adhesión se muestra gráfica y físicamente.
      La fe es un acercamiento como respuesta a una invitación del Galileo.
      El hombre, a pesar de su ceguera, dio los pasos necesarios para situarse justo al lado de Jesús. Expresa así su deseo de librarse de la limitación que le impide ver el trayecto a seguir. El aferramiento a los ideales del Antiguo Testamento había resultado ser una atadura junto al camino y un muro que impide verlo.
      Pero el hombre ciego ha tenido valor para aproximarse. Desiste, así, de su vinculación a las antiguas promesas. Ya no se dirige a Jesús llamándole Hijo de David. Ahora acepta la superioridad de su mensaje:

      “Rabunni [Señor mío] que recobre la vista” (v.51).

      Para poder seguir el camino es necesario poder divisarlo.
      Las palabras de Jesús confirman la libertad conquistada por su movimiento:

      “Vete, tu fe te ha salvado” (v.52).

      Jesús ratifica el carácter histórico de la salvación. Ahora el ciego tiene libertad para ir por donde quiera.
      La fe se describe como:

      – salida de la tozudez y aproximación al Galileo
      – reconocimiento del carácter definitivo de su propuesta.
      – seguimiento por el camino trazado por él.

      La narración termina diciendo:

      “y lo seguía en el camino”.

       ……………………………………….

  • Isidoro

    [El amigo Isidoro tiene la delicadeza de someter a mi decisión el publicar o no este comentario suyo con este mensaje previo:
    “Amigo Antonio, te mando el comentario que iba a mandar a Atrio, sobre Ana, para que veas si lo pones o no lo pones, (lo dejo a tu discrección, que respetaré). Incluso si lo deseas, pudieras retirar los dos últimos párrafos, dirigidos a tí, que podrían perfectamente ser retirados. Muchas gracias, de todas formas, por todo. Un abrazo, respeto y admiración sincero, Tu amigo Isidoro.”.
    Claro que lo publico. Pero antes o después contestaré, expresando mi extrañeza en que sea real ese cambio que ha motivado esa decisión de Ana. Recomiendo leer bien el único escritofundacionalmente válido hasta ahora: el Proyecto ATRIO 2007. Yo lo acabo de releer para ver los grados en que se había cambiado el rumbo de esta navecilla que es ATRIO. Creo que se mantiene en lo fundamental: revisión de los cambios exigidos a religiones para que no impidan sino que propongan fines (“purposes”) a los cambios actuales de la historia. AD.]

    Amiga Ana, no sabes como te comprendo en esta tesitura, que comparto plenamente.

    La gente de nuestra edad, y que por el hecho mismo de ser antiguos seguidores de Atrio, hemos demostrado nuestro interés por lo sacro-religioso-espiritual, en nuestra infancia y primera juventud, hemos sido adoctrinados y apostolizados, suficientemente, y a nosotros, no nos dicen nada nuevo las exégesis evangélicas, que nos las sabemos de memoria.

    Casualmente he leído hace poco una frase de
    Henry de Lubac, en «Memoria en torno a mis escritos», 406:
    “En el Concilio, (y la Iglesia actual, -mío), se debatían dos «integrismos«, antagónicos pero igualmente nocivos para la comunidad de creyentes:
    -el integrismo curial compuesto por teólogos y autoridades romanas en torno al Santo Oficio imponiendo un dogmatismo estrecho,
    – y el integrismo secularista, proponiendo «un proceso de secularización que, traicionando al Evangelio, transforman en utopías sociales la búsqueda del reino de Dios«.

    A esta dicotomía que señala De Lubac, se le debería añadir una tercera opción, que sería salir de ambos integrismos, y entrar a pensar un cristianismo en profundidad, afín los últimos conocimientos antropológicos, que nos libere de esa fatal alternativa, entre ser un integrista vaticano, o ser un “comunista” cristiano activista, por muchos ropajes y adornos teóricos con que nos disfracemos.

    Un activismo político del que decía el mismo De Lubac, en «Teilhard and the Problems of Today»: «El activismo es una forma de laicismo actual, que descarta la contemplación y toda interioridad”. Y toda espiritualidad, añado yo, a la que se acusa de arbitraria, solipsista y egoísta. (Que lo puede ser, si se vive mal, pero eso pasa con todo).

    ¿Se puede ser cristiano, solidario, intentando ser buena persona, y vivir una vida buena personalmente, sin tener que entrar en el subjetivismo sectario fatal del activismo político. (Que es un carisma personal muy digno, que uno tienen y muchos otros, no tenemos).
    ¿Se puede llegar a comprender que los pobres evangélicos del s. I, actualmente somos todos los humanos de todo momento histórico, que sufrimos, por una o por mil causas diversas, y que por eso no se puede asociar solo el concepto a los proletarios y desheredados de la Tierra del marxismo?.

    “Las pobrezas son innumerables, tantas como heridas y sufrimientos en los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. José Luis Sánchez García, (vicario de Cultura de Valencia).

    ¿Por qué mezclar dos categorías, (la política y la religiosa), que separadas se pueden vivir conjuntamente, sin tener que desnaturalizar a alguna de ellas?. Es como juntar el cocido con las natillas y comérselo todo junto.

    Todos somos pobres, hasta los millonarios. ¿Es tan difícil comprender eso?. ¿Cómo Jesús iba a venir al mundo a mandar su mensaje y su proyecto, solo a una parte de la humanidad, por grande que fuera?.

    El cristianismo o es universal, o es una opción socio-política determinada.

    Atrio, tenía verdaderamente una opción a seguir. Pero sinceramente Antonio Duato, que personalmente es una bellísima persona, realmente, a estas alturas, va dando bandazos.

    No se puede guiar la travesía peligrosa de un barco en condiciones difíciles, mientras se está rezando el rosario, preparando su alma para el futuro, que a todos nos aguarda.

  • Román Díaz Ayala

    Ana,Irse sin un adiós, sin que medie una despedida efectivamente es como  morir para los demás. Despedirse porque ya no hay nada  que compartir  es como salir dando un portazo, aquello antiguo que asoma en los Evangelios  de sacudirse las sandalias para no llevarse  de allí ni el polvo de sus caminos. Espero que solo tengas un mal momento, piensa que con tus intervenciones  también me representas y me dejas todavía  más  ausente.

    Atrio  siempre ha tenido una vena que apela al cristianismo, y abierta, sin declararse confesional,  el Atrio de los gentiles como una dependencia del Templo. 

  • carmen

    No entiendo bien. Es por la publicación de los artículos de esta señora? No lo creo. Es imposible. Nada nuevo bajo el sol. Ni bajo la luna.

    Que Atrio es una página religiosa, o como se le quiera llamar, para mí siempre ha sido así.Que es de linea conservadora, pues también. La mayoría de los comentarios que he leído aquí y muchos artículos, lo son.Que hay escritores de artículos y de libros que ya no se les lee por aquí, nos hemos dado cuenta muchos.Y eso qué? Algo se me escapa.Llevo aaaaaños en otro registro. En la forma de escribir, que desde luego es la mía, y en el fondo. He mantenido conversaciones con personas que manifiestan un pensamiento diametralmente opuesto al mío , hasta que se han cansado. Prácticamente todos menos Santiago. Cabezón como yo.

    No entiendo entonces. Tiene que haber otra razón.
    Quizás es interesante que se lean opiniones diferentes. Eso dice alguna que otra persona.
    No entiendo. Es que el pensamiento dominante en la iglesia es el de esta señora. Entonces, que hay que hacer? Callar? El que calla , nada dice. No creo que sea únicamente por esto. No tendría sentido. Quizás sea el momento de volver a presentar batalla dialéctica.O no.

    A lo mejor de nada vale.Pero es que no llego a entender. Y es que todos ustedes me dan sopas con ondas en los entresijos de estos temas. Gracias a Dios. Un abrazo Ana.Que te vaya muy bien.

  • ana rodrigo

    Como he dicho tantas veces, y de corazón, porque así lo sentía, para mí ATRIO ha sido durante muchos años un lugar de reflexión y, creo, de crecimiento personal en todos los sentidos, en el sentido humano, espiritual y, sobre todo, me ha hecho pensar mucho en mi manera de vivir mi fe cristiana, “como somo siempre” de forma repetitiva, o si tenía que revisar algo, y opté por lo segundo por lo que he ido cambiando progresivamente, cuya evolución habréis comprobado tod@s en mis numerosísimos comentarios que he hecho casi a diario. En todos los casos en los que he manifestado mi agradecimiento a ATRIO (artículos y comentarios), que han sido muchos, he incluido mi agradecimiento a Antonio Duato, autor y coordinador de este lugar para mí tan importante, además de mi aprecio personal en el tiempo que lo conozco, como una persona de extraordinaria bondad y generosidad. Hasta aquí nada nuevo. Punto y aparte.

    Últimamente también vengo expresando que este ATRIO de los últimos tiempos se está centrando casi exclusivamente en temas cristianos (que yo respeto pero no comparto porque no es “mi” atrio), especialmente lo he dicho explícitamente y de varias maneras cuando apareció lo de “el comentario del  evangelio del domingo”. En el del domingo pasado dije que hacía cuarenta años que había dejado de ira misa a los templos por no escuchar los sermones que se nos hacía una persona a una masa silenciosa, siempre desde alguien con poder especial para saber la voluntad de Dios o porque se suponía que sabía más. (Siempre pasa con cualquier sermón sea de quien sea). También dije que, si ATRIO se ha convertido en una página cristiana para cristian@s exclusivamente, respetando la nueva orientación del atrio al que he contribuido en todo lo que he podido, ya vería si me apartaba de ATRIO, o no. 

    Pues después de haber leído el “ sermón” del evangelio del domingo de hoy, leyendo exactamente lo mismo que vengo escuchando desde que tengo uso de razón y, puesto yo ya sé leer (con mis respetos personales a la autora, Olga), decido, con todo el dolor de mi corazón, dejar mi querido ATRIO, ya no es mi lugar; por supuestísimo respetando a esta página en su nueva etapa, pero manifestando que la causa está en mi, es decir, yo en mi constante evolución, estoy en otra etapa de mi vida (atrio creo que retrocede) y, siendo coherente conmigo misma, así lo hago. Lo aviso no vaya a ser que penséis que me he muerto. De momento, sigo viva hasta que llegue mi hora. Pero sigo pensando y evolucionando según mi propio criterio, ampliando mi interés por tantos otros temas válido y valiosos también. Pienso hacerlo mientras tenga capacidad para hacerlo. 

    Mi cariño entrañable y mis abrazos a todos y a todas con quienes he compartido durante tantos años cuestiones tan personales y tan íntimas como si fueseis más que mi familia biológica. Salud y esperanzas para todas, para todos y para ATRIO como propuesta de reflexión abierta a todo el mundo que lo crea oportuno y le interese.

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