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Con María, verdadera hermana nuestra, caminemos hacia la eternidad

La Asunción es una fiesta muy popular en todo el mundo de tradiciones cristianas. En 1950 Pío XII quiso engrandecerla con el sello del dogma. Pero precisamente produjo efectos contrarios, cuando la nueva comprensión de fe hacían de María un ejemplo de sencilla seguidora más que de grandeza privilegiada. Y nuestra Olga sigue mostrando esta línea, aún teniendo respeto por formas de devoción no politizadas por la derecha. Con ese espíritu asistiré esta tarde, como todos loa años, a la ingénua ópera medieval El misteri d¡Elx en nuestra televisión regional. Pero cada uno puede encontrar un vídeo de otro años. en Google  AD.

        Hemos comentado varias veces la fiesta de la Asunción de María -que se conmemora este mes de agosto- porque esta, como las otras festividades marianas, han convocado durante siglos al pueblo de Dios en la vivencia de su fe. María, “una de las nuestras” o “verdadera hermana nuestra” o “primera discípula”, como se le llama en reflexiones más recientes, nos enseña el seguimiento de Jesús, con actitudes que deben acompañar la vida cristiana: escucha al espíritu (la anunciación, Lc 1, 26-38), fidelidad a los valores del reino (Bodas de Caná, Jn 2, 1-12), anunciadora de las maravillas de Dios (canto del Magnificat, Lc 1, 46-49), profeta para denunciar la injusticia y anunciar los tiempos nuevos desde Dios (canto del Magnificat, Lc 1, 50-55), fiel hasta el final (María al pie de la cruz, Jn19,25), presente en el inicio de la iglesia (Pentecostés, Hc 1, 14).

        No hay datos bíblicos sobre la Asunción de María, pero la celebramos porque en 1950, el Papa Pío XII proclamó este dogma, respondiendo a una creencia que el pueblo cristiano manifestaba sobre el final de la vida de María. Si ella recibió el don de ser madre del Hijo de Dios, es fácil pensar que ella recibió, también, la plenitud de la salvación. Esta fiesta responde a un dogma proclamado por la Iglesia pero que recoge lo que el pueblo cree. Por esta razón no es un invento eclesial sino una confirmación del sensus fidei (sentido de la fe del pueblo de Dios) que la institución eclesial acoge y reafirma.

        De todas maneras, tanto el dogma de la Asunción como tantos otros de la fe cristiana, necesitamos explicarlos de acuerdo a las comprensiones que se han ido desarrollando, a la luz de los aportes de la exégesis y la hermenéutica bíblica y teológica, las cuales permiten “traducir” a términos actuales lo que en el pasado se expresó con el lenguaje y comprensión de esa época. En el caso del dogma de la Asunción, el énfasis no está en un hecho milagroso que la ciencia no explica, sino en una experiencia de fe sobre la persona de María que nos hace afirmar que, a ella, Dios le concedió ya, lo que todos esperamos alcanzar cuando termine nuestra vida en este mundo. En ese sentido, la celebración de esta fiesta nos anima a seguir caminando hacia la meta, a mantener el compromiso cristiano de amor, solidaridad, misericordia, justicia, paz, como María supo mantenerlo, con la confianza de que vamos haciendo posible el reino de Dios entre nosotros y, en ese sentido, vamos experimentando lo que esperamos saborear de manera plena en la eternidad.

        Cabe anotar que es importante seguir recuperando una figura de María más comprometida con la vida cotidiana que una María extraordinaria, alejada de este mundo. Recientemente el Vaticano ha lanzado una alerta sobre las “supuestas” apariciones de la Virgen que se dan en muchos lugares y se ha reservado el derecho de declararlas o no como tales. Una cosa es la experiencia de fe mariana que puede vivirse de manera privilegiada en un momento de la historia y por la cual se erige un santuario mariano y otra la explotación del sentimiento religioso acudiendo a la magia, lo sobrenatural, lo extraordinario y dirigido astutamente por supuestos “videntes”. Es necesario estar muy atentos a la confirmación eclesial de cualquier evento de este tipo para no desvirtuar la fe y no ser víctimas de estafadores que también abundan y aprovechan las cuestiones religiosas para sus fines.

        Y no solo hay que ser precavidos con las apariciones marianas sino también con algunos grupos que invocando a María se han ido convirtiendo en un tipo de “secta” porque se creen los poseedores de la verdad y viven doctrinas, ritos, costumbres, tradiciones más pre-vaticanas que acordes con los desarrollos eclesiológicos actuales. Además, privilegian una imagen de María que provoca miedo, temor y que mira este mundo actual, condenándolo y fomentando el rechazo y exclusión de lo diferente, todo muy contrario a la misericordia, inclusión y acogida de los signos de los tiempos en los que el espíritu de Dios sigue hablando hoy.

        En ese sentido, rezar el rosario es una devoción mariana muy rica sino se separa de Jesucristo. De ahí que se proponga la consideración de los misterios de la vida de Cristo al unísono con el rezo de las cincuenta avemarías. Lamentablemente, en esos grupos y, a veces, en algunos espacios eclesiales, se sigue fomentando una repetición de avemarías más que un momento contemplativo y de interiorización de los misterios de nuestra fe. Una revisión de esta devoción ayudaría mucho a alimentar la vida cristiana. No es María la que necesita que nosotros recemos. No es el número de avemarías lo que interesa. El rosario es un medio para ayudarnos a entrar en diálogo con Jesús, a través de María, pero el objetivo es favorecer la experiencia de oración y no la repetición inconsciente de palabras vacías.

        Aprovechemos la celebración de esta festividad mariana para recrear nuestra devoción hacia ella, centrándola más en la fe en su hijo Jesús que en visiones apocalípticas del mundo o en temores que parece ella nos anuncia en supuestas apariciones, tan alejadas del reino de Dios, del evangelio, del auténtico sentir eclesial. Ella, verdadera hermana nuestra, nos acompaña en nuestro camino hacia la eternidad, invitándonos a vivir como ella vivió, siempre colaborando y haciendo posible el amor de Dios entre nosotros.

14 comentarios

  • Juan A. Vinagre

    El “sensus fidei” que nos recuerda Olga es importante y a veces puede ser más importante que algunas doctrinas tradicionales “consagradas”. Pero no podemos olvidar que en ocasiones ese “sensus fidei” puede ser el resultado de un adoctrinamiento persistente, solamente humano, por parte de los que imparten doctrina y encajan creencias dentro de su “teología” teórica…, que a veces margina el Evangelio. En mi opinión, el Evangelio debe ser nuestra referencia, no deducciones piadosas, respetables, pero solo piadosas. Ni tampoco deducciones a partir de un texto bíblico en otro tiempo mal entendido… El “pecado original” y el limbo de los niños…, por ej…, y como consecuencia la Inmaculada. Dios no puede compartir su encarnación con pecadores…  Jesús pensaba y actuaba de otra manera… 

    • ana rodrigo

      Completamente de acuerdo con esto que dices, Juan A: “Pero no podemos olvidar que en ocasiones ese “sensus fidei” puede ser el resultado de un adoctrinamiento persistente, solamente humano, por parte de los que imparten doctrina y encajan creencias dentro de su “teología” teórica…, que a veces margina el Evangelio.” En este tema y en tantos otros.

  • Antonio Llaguno

    En estos días de verano, ha pasado despercibida el enésimo rasgamiento (¿Se dice así?) de vestiduras de los clérigos del Búnker por una declaración del Papa. En este caso porque en la fiesta de la Asunción ha señalado la condición de María de Nazareth de primera y más importante de nuestras hermanas. hijas e hijos de Dios.    ¿Qué dijo Francisco? Esto: “No debemos imaginar a María como a una ‘inmóvil estatua de cera’, sino que en ella podemos ver a una hermana, con las sandalias gastadas y con tanto cansancio por haber caminado tras el Señor y al encuentro de sus hermanos y hermanas”¿Y de qué se quejan los talibanes de turno? Pues de que no la llamó “Virgen”, no dijo que fuera nuestra madre, no reclamó para ella su condición de intercesora y corredentora…Es decir las mismas vanalidades y la misma retórica supersticiosa de siempre.Que cruz tiene este papa. Que cruz tiene la Iglesia.

  • carmen

    Santiago.No le dije que no se tenía que preocupar, que las cosas son como son ? No hay problema.Lo que sucede es que mi ingenuidad no tiene límites. Con las tonterías que digo, el blog toma un aire de , no  sé cómo decir, de que se Tolera todo tipo de opinión, es abierto a cualquier opinión. Pero claro, no soy nadie. Cero peligro. No sé si me explico.

    Hace tiempo que no leo por aquí textos de personas con pedigrí que vaya en la línea en la que estoy. Jugada maestra.Así que voy a someterme a una cura de rejuvenecimiento, es lo que nos corresponde a las mujeres. Ensalzar a lo y a quienes tienen que ensalzar y estar lo más guapas posibles.

    Hoy puede celebrar  la transubstanciación. No dejé pasar la oportunidad. No hay que discutir sobre ella. Todo el mundo sabe que es una verdad incuestionable. Sencillamente hay que ir a las misas. Eso es suficiente.Ha sido divertido hablar con usted.  

  • carmen

    Pues bueno.No he dicho nada en contra de nada, sino que es una historia preciosa. Y también me he referido a los hermanos o primos, según quién hablase.  Y una explicación había que dar. Y la dieron, unas cuantas décadas después, pero la dieron. Y muy bonita, ya se lo he dicho.Y no he novelado nada. Ha sido una hipótesis. Y basada en el contexto histórico de entonces. Si me pide título, no lo tengo. Pero sé leer. Lo prometo.Y me gusta la historia. Y me gusta la figura de la madre de Dios. Se siente.

    Le vendría bien leer un libro, El Infinito en un junco. A lo mejor se le abre un poco la cabeza. Por no citar obras de personas que los tendrá en su lista de herejes gordos. Este no va de religiones ni de iglesias varias ni de nada. Va de la historia de la escritura, y por ende, de la cultura oral y escrita. Las bibliotecas y esas cosas.

    Y eso que he dicho que me gusta la figura de la madre de Dios…De verdad que… 

    • Santiago

      Un libro puede redactarse de muchas formas…No hay duda…Lo que importa es el contenido del libro..Los Evangelios recogieron y plasmaron el testimonio de la vida de Jesús por los que fueron “testigos de La Palabra y después ministros sacramentales” ya que la vida y los hechos de Jesús fueron en su mayoría del dominio público. Es el consenso de la comunidad de los testigo el que avala su veracidad y genuinidad ya que Las Memorias de los Apóstoles se leían en alta voz en las reuniones litúrgicas de la Iglesia primitiva.

      Muchas gracias por la cita de tan interesante libro. Veré si lo leo

      Saludos cordiales

      Santiago Hernández

  • ana rodrigo

    Pienso que no es inocente el que a María le hayan cambiado su nombre por el de La Virgen, mientras que a Jesús se le llama el Galileo, el Nazareno. Una religión masculina exige mujeres vírgenes para considerarla una mujer  perfecta, y entera, como se dice vulgarmente, y hasta algún profeta del AT así lo escribió uno (me da pereza buscar la cita, pero lo he leído). Ay, si leyésemos lo que dice el AT de las mujeres, desde Eva!!!!; Antiguo Testamento al que Jesús le plantó cara en este aspecto. Ayer recordaba el episodio de cuando un grupo de hombres le decían a Jesús que, según la ley de Moisés, una mujer adúltera debía ser apedreada, pero un hombre no, y, cuando Jesús los interpeló para que levantaran la mano los que estuviesen libres de adulterio, todos huyeron, no quedó ni uno. En mi pueblo, una madre soltera quedaba marginada, rechazada y avergonzada de por vida, ella y su familia, pero un padre soltero presumía de lo macho que era.

    Jesús trató como iguales a las mujeres, y debió ser tan evidente que eso era así, que los evangelistas dejaron constancia de ello, pero, cuando los hombres tomaron las riendas de crear una nueva religión, volvieron a lo de siempre: el patriarcado, el machismo, la marginación de la mujer y la desigualdad. Y, mientras la sociedad va superando esta cuestión, la Iglesia sigue dogmatizando que son los hombres los únicos que tienen la exclusiva de saber lo que Dios quiere para nosotras.

    Una madre, no sólo está al lado de un hijo o una hija hasta su muerte, sino hasta morir ella en su lugar. Y si no, que le pregunten a las madres de Palestina, también a los padres, pero ahora hablamos de María como madre; como referente femenino, nos la han destrozado, ninguna mujer puede ser virgen y madre (bueno ahora sí, con la inseminación artificial) y tampoco madre de Dios, en lo demás, somos iguales. Lo del Magníficat tengo dudas de su autoría dando el contexto religioso en el que alguno -un evangelista- lo escribió.

    Quizá muchos de los hombres que me lean, no saben, o sí, que las mujeres cristianas y no cristianas (en una sociedad cristiana), el placer sexual, en la mujer, era un pecado y así nos educaban, para no sentir placer. Ufff, si yo os contase historias reales de madres de varios hij@s sin haber tener placer sexual o, en caso contrario, teniendo que ir a confesarse…. Quizá quienes os habéis sentado en el confesionario, sabéis algo de esto. Pero, como la moral y lo que Dios quiere, sólo lo saben los hombres-clérigos, pues, yo quiero plantear mi denuncia de que, como dice Carmen, ya deberían cambiar muchas cosas en la Iglesia respecto a su masculinidad exclusiva.
    A María la han instrumentalizado para sus intereses: virgen, madre y, además madre de Dios. Lo único que nos uniría a las mujeres con ella es que una madre ama a sus hijos y/o a sus hijas, cada instante de su vida.

    Y por encima de todo lo dicho, mi respeto a las creencias de cada cual. Esta afirmación para mí es sagrada y espero que nadie se moleste porque haga estos planteamientos tan heterodoxos que yo considero necesarios. ¿Os imagináis si las mujeres hiciésemos una huelga indefinida en la Iglesia?

    • Antonio Llaguno

      A mi , Ana, siempre me ha parecido de un mal gusto terrible que a María de Nazareth se le denomine “La Virgen”.

      Me pregunto cuál sería la respuesta si a uno de estos papas que han declarado los dogmas sobre la virginidad de la Sra. María, le preguntaran por la vida sexual de su madre (De la de él, la biológica).

      Y sin embargo, nosotros (Todos los cristianos) vuelta de la burra al trigo y a preguntarnos sobre si María de Nazareth tenía sexo con su marido o no.

      Desembocando, también, en una concepción del pobre José realmente patética, tratando de que veamos en él, sin ninguna prueba al respecto, obviamente (Salvo el interés de un clérigo célibe en perpetuar como norma y modelo la propia opción de vida que él ha elegido), un varón asexuado, pacato, nada viril y sin substancia.

      No es de extrañar que algunos de los grupos más conservadores de la actualidad (Caballeros de la Virgen, Heraldos del Evangelio, Cofradía de San Elías, Instituto del Verbo Encarnado, etc…) hayan tomado a José de Nazareth como el modelo de hombre a seguir. Evidentemente, el modelo es este José que se han inventado, no el real, del que no se tiene ninguna evidencia de como fue.

      Pero volviendo a la Sra. María, yo, como buen hijo de mi madre (Y niño de D. Bosco) soy muy devoto de María de Nazareth. Por eso me molesta tanto que se haga de ella un teología facilona, y al sericio del poder clerical.

      María es una fantastica referencia como madre. Yo he recibido una gran influencia de la mía en mi forma de ser, de creer y de pensar. por eso siempre he pensado en que el mérito de María es haber dado forma a la persona de ese hijo suyo tan excepcional, desde su condición de sencilla mujer de Galilea.

      Porque si la Sra. María fuera un ser diferente, distinto a todos en su esencia, libre de toda posibilidad de pecar desde su nacimiento (Y por lo tanto sin libre albedrío), e incluso más poderosa aún que el más poderoso de los super héroes de Marvel (Analogía esperpéntica hecha a propósito) ¿De qué nos serviría su ejemplo a los simples humanos y humanas? (Salvo que fuéramos Spiderman o Cat Woman, claro).

      La admiraciónque tengo a la Sra. María, viene de su sencillez, de la aceptación de aquel a quien parió con total confianza, con amor de madre, con cuidados de madre, con entrega de madre.

      Y por eso la quiero con toda mi alma.

      Y por eso cuando alguien me pregunta sobre si creo en su virginidad, yo contesto. Yo no creo en María. Yo confío en Ella. La quiero como amo a mi madre que ya nbo está conmigo. Y no le rezo para pedirle que interceda ante Dios por mi (¿Quién es nadie para decirle a Dios lo que tiene que hacer?), le rezo, como conversaba con mi madre, para contarle mis desvelos, mis dudas, mis esperanzas, mis preocupaciones; para hacerla partícipe de mis proyectos, para (Obviamente) justificar mis errores. Y me traen absolutamente sin cuidado las pajas mentales (Y no mentales) que se hagan clérigos y teólogos sobre si fue virgen, antes, durante, después o durante la fracción infinitesimal  (O no) en que Jesús de Nazareth tuvo la necesidad de atravesar el útero de su señora madre.

      Porque tengo la confianza plena de dos cosas: Una que Ella me va a escuchar con profundo amor de madre, y dos, que mi madre (La que me parió) está junto a Ella sonriendo y comentando con ella las barbaridades que comete (Y escribe) su hijo, con comprensión y amor.

      Y como dijo, al indito Diego, Nuestra Señora de Guadalupe, “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?” ¿Quién puede querer más? (Y a quién le importa como se lo montara con su señor marido)

  • carmen

    Pues el modelo lo hemos pagado caro las mujeres. Y a mí me gusta la figura de la mare de Deu , que dicen los catalanes. Me gusta mucho más esa expresión que La Virgen. Porque vírgenes, todas antes de dejar de serlo. Madre de Dios, una.

    O no se valdría lo mismo si todo fuese igual con una diferencia, la mujer escogida no era virgen? No sé si me explico.  La cultura en la que se escribió el evangelio era la que era. Y sigo creyendo que es de Lucas, porque Marcos no es , Juan, menos aún, podría ser de Mateo, pero no. Le pega un montón a Lucas. Le encantan las historias. Me da pereza mirarlo.

    Bueno, pues ahí va mi opinión. Llega Pablo. Absolutamente convencido de que Jesús es Dios, hijo de Dios quiero decir, todavía no había ni herejías ni nada. Ni filoque ni cosas raras. Estamos al principio.

    Y se hace amigo de Lucas. Y piensa Lucas, pues si es hijo de Dios, habrá que explicar cómo ha sido su concepción, porque madre tiene y todos los del pueblo la conocen.Y va y escribe un capítulo superbonito. Eso sí, dejando clarito que no ha sido un embarazo a traición, como se ha dado en muchos dioses y semidioses conocidos . Y a María se le pide su consentimiento. Y ella, asustadica y sin entender por qué ella, dice. Sí.

    Lo encuentro precioso. Y muy bien elegido el personaje de la madre. Porque su hijo iba a apoyar al débil.También me gusta que se preocupase por el camino que estaba cogiendo el tema. Me lo van a matar, pensaría. Nos van a matar a todos. Y va con sus hermanos, o sus primos según el que lo cuente a decirle 0: anda, ven con nosotros. Creo que hubiese hecho lo mismo. Ahora, si se rebota y dice, a mí familia la elijo yo…me sentaría fatal, pero se me pasaría y al pie de la cruz, con él.

    Creo que es el personaje de toda esta historia de divinidad, más humana.  Por eso me gusta.Pero, le aseguro que el tema de la virginidad con todo lo que lleva consigo, y estoy segura de que me está entendiendo, nos ha costado sangre a las mujeres. Porque esto no es una idea del cristianismo. Viene de siglos atrás. Las vestales, en fin. El machismo no es un invento del cristianismo. En absoluto. Lo que es increíble es que no hayan evolucionado con el tiempo. Es alucinante. Porque no tiene sentido. Una religión fundamentada en un personaje como Jesús, es que no tiene ningún sentido.

    Asi que, querido Santiago. Nunca, nunca crea que digo una cosa sin pensar. Bueno, a veces sí y se nota. Cuando se me va el dedito y respondo ante algo que me parece injusto. Pero no me negará que estoy mejorando. Bueno, un poquito si.

    Porque, le digo un secreto? Las personas pensamos. Todas pensamos. Y los que piensan según otros dicen, me parece genial. No me diga que no tiene sentido lo que digo. No lo he leído en ningún sitio. No lo de pedir el consentimiento. Parece sacado de la ley del solo sí es sí. Y me gusta.

    Ahora, creerlo al pie de la letra…pues mire usted … Lucas lo vio? Se lo contó María? Creo que es bastante posterior a María, décadas  . Además, ella lo guardó en su corazón, dice la Escritura.No sé…

    Buen día   

    • Santiago

      Claro que hay siempre espacio para especular y para novelarlo todo. Uno puede imaginarlo todo y hacer una novela de ficción del Evangelio…Y “el papel” aguanta todo lo que escribimos….Pero históricamente -por el soporte documental del NT-,estamos ante una realidad testifical excepcional.. La Iglesia del siglo I es una iglesia de testigos mártires múltiples..


      . Ellos sellaron con sus vidas la Verdad de la vida de Cristo desde Su concepción virginal hasta Su muerte redentora. 

      Lucas es el más exacto historiador de TODOS los Evangelistas y así Lucas es preciso en los hechos, en los personajes, en los títulos personales y como era médico pudo describir todo lo relacionado con los fenómenos patológicos que aparecieron en el Evangelio. En la pregunta al ángel María implicaba ya su deseo de permanecer virgen y en la historia solo Jesus es el hijo de Maria y sus “hermanos” son parientes ya que Santiago el Menor, Judas Tadeo, Simón y Joses son hijos de Maria de Cleofás y son nombrados de esta manera en el Evangelio. La traducción al griego de hermanos como adelfos es un “aramaísmo” ya que los judíos semitas traductores no griegos, seguían usando la forma genérica semita de “hermanos” como “parientes”…La tradición primitiva es unánime desde el principio y María lo sabía -y como dice- “guardaba todo en su corazón”

      Un saludo cordial

      Santiago Hernández

  • Santiago

    Ella, María, sin duda, es el modelo más acabado del que sigue a Jesús, Su Hijo….Su plenitud de gracia le permite mucho mejor que nosotros escoger decididamente y en total libertad  “el bien” que Gabriel le propone: la maternidad divina y es en el “asentir” y “consentir” donde reside su santidad. Ella no solo es discípula, hermana, sino sobre todo Madre tal y como Cristo la encomendó a nosotros en San Juan desde la Cruz para que fuera nuestra madre en todo momento y por tanto le pertenece el título que Paulo VI le otorgó como Madre de la Iglesia y por tanto de todos los que queremos estar dentro de esa comunidad de los fieles.

    Es cierto lo que expresa Olga: Pío XII no inventó la Asunción puesto que ya estaba allí desde el principio en el sensus fidei de la Iglesia Universal.

    Un saludo cordial
    Santiago Hernández

  • carmen

    A mí la figura de la Virgen me gusta.

    Pero desconcertada, un poco bastante. No era para menos.Las madres, bueno, muchas madres queremos a nuestros hijos , sean como sean.Y sí, el Magníficat muy bonito.Pero claro, quizás La Mujer, hemos pagado un poco caro esa idea de aceptación total. Porque ahí se ha metido a la figura del varón.

    Es que, Antonio, cada uno de nosotros – as,  tenemos nuestras cosas, nuestros temas. Nuestras luchas particulares.Claro que Lucas, creo que fue Lucas, no es el responsable. Él escribió un pasaje precioso. Sencillamente quiso decir que Jesús tenía un origen divino, con la plena aceptación de la madre. En muchas historias mitológicas no era así. Lucas lo quiso dejar claro.La Biblia está llena textos preciosos.Luego viene la interpretación.Buen día.

  • carmen

    Seguidora?Pero si estaba pasmadica y se lo quería llevar a casa…Seguidora, María Magdalena. 

    • Antonio Duato

      Seguramente “segguidora” no es la mejor palabra para lo que quería decir. Tal vez “aceptadora”. Claro que Él la descocertaba. Pero ella aceptaba –Fiat– y rumiaba todo en su corazón. El Magnificat es para mí el himno más espiritual de los cristianos. Por cierto. Cuando salieron esos libros de Benedicto XVI sobre la infancia de Jesús, me pareció que lo pasaba sin analizar. Como solo vi un tomo y por encima, si alguien vio un comentario a él, que me lo diga. Esa ausencia me pareció indicativa de lo sesgada que fue la teología de Ratzinger papa. Olga sí que lo pone en el centro.